Capítulo 96: Life in technicolor!! / Suffering

-Perfecto…estamos en las 12 semanas y…aquí está ¿Pueden ver?

-¿Esas son sus piernitas? 

-¿Qué cosa?

-Eso que…-intentó moverse para mostrar, pero estaba algo lejos-señálale ahí, Leeteuk, por favor…

-Ah, claro…

Él señaló en la pantalla dos cosas que parecían unos palos delgados y el doctor rió. 

-Sí, esas son-afirmó el galeno-Puede que no sea mucho como lo esperaban. Normalmente poco se puede ver cuando todavía son así de pequeños, pero ya es un bebé completo. Tiene el tamaño, aproximado, de un limón verde. Unas…2 pulgadas; que son 5 centímetros y…pesa media onza; 14 gramos.

-¿Y no se puede ver su o?-preguntó Leeteuk-Es que…no creo poder ver…

-Pues…no, me temo que está en una posición en la que no se ven sus es, que ya están desarrollados, pero…no, no se pueden distinguir bien.

-Usted dijo la vez pasada…

-Sí, lo sé, pero también hay que tener en cuenta que está en constante movimiento; se mueve a más no poder y da vueltas y todo, por lo que puede que a veces se vean y otras no. Además…los bebés se desarrollan distinto en cada vientre, unos avanzan muy rápido y otros van más lento en su crecimiento.

-¿Cuándo comenzaré a sentir…sus patadas? Si se mueve…

-Todavía no. Normalmente se comienzan a sentir entre las 16 y las 20 semanas de embarazo…

-Falta mucho-murmuró Taeyeon, desilusionada.

-No te preocupes, el tiempo pasará rápido sin que te des cuenta. Todo a su momento, pero…mira…por ejemplo, ya adquirió algunos reflejos, como el de que si tocas tu vientre un poco, reaccionará moviéndose, aunque no lo puedas sentir.

Observó a Leeteuk, que estaba embelesado mirando la pantalla y él pareció notarlo, porque enseguida volteó y le sonrió tímidamente. Taeyeon le respondió con una también y en su lugar, él bajó la mirada y se alejó un poco, enrojeciendo. 

-Iré a ver si Tiffany ya llegó-farfulló, evitando su mirada. 

-Dile que se apure, que dentro de un rato comienza la primera inseminación del día-dijo Kyungmin, mientras echaba más gel sobre el vientre de la morena.
…………………………………………………………

15 minutos de retraso por el maldito choque de un conductor con un motorizado, en el que el de la moto había resultado herido con una pierna y un brazo fracturados. Cuando había llegado a la clínica, estacionó en uno de los puestos reservados que Myungsoo le había dicho una vez que usara y aprovechó lo apartado que estaba, para poder ponerse la peluca negra y los lentes oscuros que había comprado para que no la reconocieran. Se había establecido que harían así los tres cada vez que fueran a consulta, para que no sospecharan de Leeteuk. 

Ahora estaba sentada unos metros, más apartada del consultorio de Kyungmin y había varias mujeres sentadas, algunas de ellas con una enorme barriga por el embarazo y agarradas de la mano por sus esposos. Miró su reloj y la desesperación por entrar se le estaba haciendo más terrible, deseaba ver a la bebé, deseaba verla más que nada y tomar de la mano a Taeyeon, acariciar su vientre…pero por el contrario sólo estaba esperando ahí, a que saliera Leeteuk, que aunque le diera pinchazos de celos en el estómago, era el padre.

La puerta se abrió y con el corazón dándole un vuelco, agitado, vio a un hombre con cabello canoso, barba y lentes oscuros, que salió del consultorio y cerró la puerta.
El hombre la vio a través de sus lentes y se dirigió hacia ella, con aire distraído y haciéndose el cualquiera al sentarse al lado de una disfrazada Tiffany. 

-Te esperan-musitó en voz baja, fijándose que ninguna de las mujeres que estaban cerca, escuchara. 

-Gracias-susurró Tiffany, levantándose de inmediato y sin dirigirle ni un momento la mirada. 

Pasó enfrente de las demás mujeres que estaban esperando y ninguna de ellas pareció percatarse de su presencia; agradeció esto y tocando ligeramente la puerta, entró en el consultorio.
Las luces estaban apagadas, pero se veía luz proveniente de la pantalla. Se quedó un par de segundos, paralizada ante la imagen de lo que ya comenzaba a parecer más, un bebé; aparte que se oían los latidos de su corazón. 

-Tiffany...

-¿Huh?

-¿Vas a acercarte o te ha dado miedo?-preguntó Kyungmin, con un leve tono de broma.

Miró a su novia, con peluca rojo oscuro, recostada en la camilla y con su vientre levemente abultado y descubierto, donde Kyungmin le deslizaba el controlador. Ella le sonrió y estiró la mano en señal para que la tomara y se acercara, lo cual hizo.

-Siento llegar tarde, disculpen-susurró, sintiéndose extrañamente fuera de lugar. 

-Ya llegaste, que es lo que importa-dijo Kyungmin.

Sonrió al doctor y sintió el apretón de mano que le dio Taeyeon, llamando su atención.

-¿No me darás un beso?

Tiffany acarició su mejilla y se inclinó lo suficiente para rozar sus labios y besarla con ternura, separándose luego un poco. 

-¿Tuviste que esperar mucho afuera?-preguntó Taeyeon.

Tiffany negó y sonrió-No, no mucho.

Voltearon para ver la pantalla, donde aún se veía las imágenes del feto en crecimiento y prestando atención a cada latido y a la explicación que Kyungmin le daba a Tiffany de su desarrollo. 
…………………………………………………..

Escribió la última cifra, ya comenzando a sentir la mano adormecida, pero sin quejarse y levantándose del escritorio, ordenó las cosas y guardó los documentos en una carpeta.

La puerta se abrió y por ella entró Jiyong, que llevaba en la mano su cuarto o quinto café del día y al ver a Minho, alzó una ceja y dejó el vaso de café en su propio escritorio. 

-¿Por fin terminaste?-preguntó, con un tono de burla. 

-¿Qué querías? Eran 2.357 números que había que anotar a mano. Soy ambidiestro, pero no exageres.-respondió Minho, entregándole la carpeta para que Jiyong la revisara.

Jiyong apretó los labios para no reírse y mantuvo su rostro ecuánime, lo mejor que podía mientras revisaba que todo estuviera en orden, sorprendiéndose por la pulcritud y lo excelente del trabajo porque estaba todo ordenado. 

-Umm…pues, está bien...lo veo bien…

-¡Lo hice mejor que lo harías tú! ¡No pongas esa cara de aristocrático que no te queda!-reclamó Minho, arrancándole la carpeta de las manos. 

-Ciertamente, no eras muy prolijito en el instituto. Lo recuerdo muy bien, Horvejkul-repuso Jiyong, tomando un sorbo de su café. 

-No estamos en el instituto, Kang. Crece.

-¿A dónde crees que vas?-exigió saber Jiyong, cruzándose de brazos y haciéndose el molesto. 

Minho alzó la carpeta para mostrársela de nuevo y le hizo un gesto de obviedad y sarcasmo.

-Antes que salgas, Horvejkul. Debo advertirte que, como no estamos en el instituto, me llamarás de ahora en adelante “Señor, Kang”-dijo Jiyong, con grandes ínfulas y sonriendo pedantemente. 

No sabía si reírse a escondidas o en su propia cara, pero se aguantó.

-Si quieres, mejor te llamo “Su Majestad”, hago la respectiva reverencia y te beso la mano.

Jiyong pareció pensarlo.

-Estaría bueno eso y la reverencia, pero puedes olvidar lo del beso de la…

-Kang…

-¿Qué?

-No me obligues a golpearte, por favor-dijo Minho, yéndose enseguida.

-¡Puedes sólo llamarme “Señor, Kang”!-gritó cuando ya había cerrado la puerta; dejándolo con una sonrisa estúpida, congelada en su rostro-“Señor, Kang” nada más…no puede negarse-murmuró para sí mismo. 

Intentó apoyarse en su escritorio con una mano y tomar un sorbo de su café, pero parecía que el escritorio había sido movido unos centímetros de donde estaba antes y casi se cae, derramándosele el café encima de la camisa y el paltó. 

-¡Argh! ¡Joder! ¡Mi camisa favorita!-chilló, espantado-¡M.ALDITO MINHO! 
……..

-Buenas, aquí traigo…

-¡Sí, sí, ya sé lo que es! Démelo, gracias-la mujer le arrancó la carpeta de las manos a Minho- y cargando con una montaña de papeles, se fue corriendo hacia el ascensor donde inmediatamente las puertas se cerraron. 

Minho se quedó sorprendido por lo apurada que estaba y pensó que quizá estaba bastante llena de trabajo. Volteó y se encontró de frente con una mujer que la miró casi con espanto, como si hubiera visto un fantasma.

-Nichkhun…

Él frunció el ceño y sonrió, negando.

-No, no, yo soy Minho-la saludó, estirando la mano para estrechársela. Ella pareció dudar, pero finalmente cedió y lo saludó-Mucho gusto ¿Usted es?

-Dang Jinri-respondió sonriendo, un poco más confiada y sorprendida por el color de sus ojos-Eres igual a Nichkhun.

-Oh bueno, cuando nacimos, el doctor le dijo a mi madre que éramos gemelos-contestó Minho, haciéndola reír-El propio doctor no sabía que íbamos a ser dos.

-No sabía que Nichkhun tuviera un hermano y sobre todo gemelo.

“…Y mucho menos tan buenorro”-pensó, comiéndoselo con los ojos-“Dios mío, tiene que ser pecado. ¿Es mi destino ir al infierno?”

-Mi hermano y yo nunca fuimos muy apegados, contrario a lo que se pudiera pensar; por aquello de que gemelos se visten hasta similares y andan a todos lados juntos-dijo Minho, interrumpiendo sus pensamientos-¿Y tú? ¿Quién eres, Jinri?-preguntó, curioso. 

-Ah…pues…era algo así como la abogada de tu hermano…

-¿”Algo así”?-preguntó, confundido.

-Bueno…era su abogada, pero de otro tipo de casos.

-Ahh…ok-no sabía por qué sentía que esos “otro tipo de casos” eran algunos de los negocios sucios que siempre se llevaba Nichkhun-Bueno, ¿Y qué haces por aquí? Tengo entendido que esto no es un bufete de abogados. 

Ella soltó una risita que le pareció algo tonta.

-Venía porque necesitaba hablar con Choi Jongwook…

-La oficina de él es un piso más abajo.

-Sí, lo sé, pero como no estaba allá...me dijeron que podría estar por aquí con Stephanie Hwang.

-Ella tampoco está.

-Sí…ya lo veo.

“Cómeme. ¡Grrrr!” 

-Bueno, entonces…me tengo que ir a seguir trabajando-dijo Minho, despidiéndose-Un placer conocerla. 

-Sí…un placer.

“Placer…placer…un enorme placer…placentero y exci…”

-¡OYE!-lo llamó antes que él bajara en el ascensor-¡Minho!

-¿Sí?

-Uhmm…me preguntaba si podríamos ir a tomar un café y…

-Lo siento, olvidé decirte que soy el hermano gay de Nichkhun y que tengo novio-dijo Minho, sonriéndole a modo de disculpa.

-Ah…bueno, yo…

Las puertas del ascensor se abrieron y él esperó que ella pasara primero.

-¿Vas a bajar también?-preguntó Minho.

-No, no, mejor esperaré a la asistente de Hwang para hablar con ella. Gracias.

-Bueno y disculpa por la confusión. 

-No hay problema.

Las puertas se cerraron por fin y tuvo ganas de gritar y llorar, se sentía estúpida. 

-¡¿Por qué, Dios mío?!-exclamó, dándose golpes contra la pared-¡¿Por qué todos los guapos son gays o tienen novia?! ¡Cuánto te extraño, Nichkhun! 

“Aunque él a veces también como que tiraba la segun… ¡No! Él no era. ¡Te lo demostró con creces!”

Marcó el botón del ascensor y esperó que éste llegara.
……………………………………………….

-¡Por fin!-exclamó Taeyeon, quitándose la peluca al llegar al auto y lanzándola en una bolsa-Esa cosa hacía que me picara la cabeza. La gente pensaría que tenía piojos o algo así.

-Yo una vez tuve piojos-dijo Manse, mientras Taeyeon se acercaba para abrocharle el cinturón de seguridad-Y mi mami me rapó la cabeza y me dejó peladito…me dijo que si volvía a jugar con el hijo de la señora de al lado que siempre tenía piojo, me iba a castigar para toda la vida. 

-¿Quién no ha tenido piojos?-preguntó Seth, como si fuera lo más obvio del mundo. 

-Yo no he tenido nunca-confesó Noah.

-¡Mentiroso!

-¡Hablo en serio!-exclamó el pequeño pelirrojo-¿Verdad, Tiffany?-preguntó a su hermana.

-Sí, es verdad. Sólo a Alex y a Mike-murmuró ella, en respuesta y encendiendo el auto.

-¿Y tú, Tae?-preguntó Manse.

-Una vez, cuando tenía 7 años.

-¿Y todavía te acuerdas?-inquirió el chico, sorprendido e inocentemente.

-¡Hey! ¡Que no soy tan vieja como para no acordarme!

Escuchó un carraspeo y volteó para ver a Leeteuk, ya sin la barba postiza y solamente el cabello pintado con las canas. Sonrió y él hizo lo mismo, sonrojándose un poco.

-Es para saber si les seguimos o...que nos digan qué vamos a hacer-musitó él, nerviosamente.

-Bueno, nosotros…

-Leeteuk, yo llevaré a Taeyeon y a los chicos a casa. Después yo me regresaré a la empresa-intervino Tiffany, que había estado escuchando desde adentro del auto. 

-¡¿Qué?!-chilló Taeyeon, volteando a mirar a la pelirroja, con absoluta incredulidad.

-Ah entonces, nosotros…

-Se quedarán en la casa-completó Tiffany.

-Perfecto.

Leeteuk se alejó hacia la Van donde le esperaban Ernie y los otros chicos que sustituían a Kwang por una semana. 

-Entra, Taeyeon. Nos vamos-pidió la pelirroja, encendiendo el auto y colocándose el cinturón de seguridad. 

-Tiffany… ¿Por qué?

-No nos vamos a quedar aquí ¿O sí?-preguntó Tiffany, sacando el auto en retroceso.

-No hablo de eso… pensé que iríamos a casa y te quedarías con nosotros lo que queda del día-explicó, con expresión compungida- Además que tenemos que terminar de arreglar las cosas para volver a tu casa.

-Nuestra casa-corrigió la pelirroja.

-Sí, bueno…pero quiero saber…

-Mira, Taeyeon…

-Cuando me llamas así, es porque estás molesta.

Aquella revelación hizo que frunciera el ceño y la mirara por un instante a Taeyeon, antes de mostrar su tarjeta de afiliada en el lector del estacionamiento. Por un instante, se sintió frustrada. 

-No estoy molesta…

-Lo pensaste.

-¡No lo pensé! ¿Está bien?-discutió, apretando con rabia el volante. Mostró la tarjeta y apenas la barra se alzó, pisó el acelerador con fuerza y salió del estacionamiento.

Miró por el retrovisor y se fijó que los guardaespaldas estuvieran siguiéndolas.

-¿Por qué estás molesta?-insistió Taeyeon-Desde que llegaste al consultorio estás distraída y…

-Taeyeon…Tae…por favor…

-¡No! ¡Por favor, no!-reclamó, irritada-¡No puedo comprenderte a veces, porque pareciera que pretendes que yo sepa hablar lenguaje de mudos! 

-Sabes usar lenguaje de señas.

-¡Pero no aprendo aún tu telepatía! ¡A veces me gustaría que no te cerraras tan estúpidamente en tu jodido capa…!

-¿Qué es “jodido”, Taeyeon?-preguntó Manse, alzando su aguda voz.

La morena respiró un instante, confundiéndose por un segundo.

-Es…una mala palabra-dijo, con simpleza-¡Que no debes decir!-agregó, recordando el episodio de hacía unos días. 

-Yo intentaré llegar temprano. Hay mucho trabajo en la oficina y…

-¡Estás evadiendo las co…!

-¿Y por qué tú dices esas malas palabras, Taeyeon?-demandó Manse, interviniendo de nuevo. 

-Manse, cielo, por favor…

-Se equivocó, Manse-respondió Seth, saliendo en ayuda de su madre-Fue una equivocación y no volverá a decirla.

-Sí, no la volveré a decir, Manse. Te lo prometo-aseguró Taeyeon, dándole gracias mentalmente a su hijo. 

-¿Y por qué están discutiendo?-preguntó, el chico-¿No pueden darse un besito y contentarse?

-Mañana en la mañana no iré tan temprano al trabajo, para poder ayudar con las maletas…

El gruñido de insatisfacción de Taeyeon la interrumpió y volteando sólo un segundo, notó como se cruzaba de brazos, se ponía los lentes oscuros y los audífonos de su iPod; todo eso para no escucharla más.

Tiffany suspiró, sintiéndose realmente idiota. 

Al llegar al enorme estacionamiento de la casa, detuvo el auto donde ya estaban esperándoles Samuel y Mike para buscar a los chicos y llevárselos adentro de la casa; tal como les había pedido la pelirroja por el celular antes de llegar.

Taeyeon ya iba a irse también hacia la casa, pero Tiffany la interceptó a tiempo.

-¡Déjame en paz!-forcejeó para soltarse de su agarre.

-No-la sentó de nuevo en el asiento del auto.

-¡Vete a tu estúpida empresa, tu estúpida oficina y vuelve cuando se te pegue la estúpida gana! ¡O mejor, no regreses nunca y quédate a vivir allá!

-No quieres eso.

-¡¿Qué sabes tú lo que quiero?!-chilló, llena de rabia y ganas de llorar.

Tiffany se arrodilló frente a ella y la miró con los ojos llenos de tristeza y arrepentimiento, tomando su mano para acariciarla y con la otra, su mejilla. 

-Lo siento-susurró. Apenas sí movió los labios al decirlo, pero Taeyeon lo pudo entender, porque eso era lo único que podía mirar de ella cuando estaba así tan cerca, aparte de sus ojos-Yo no estaba molesta…

-Tiffany, por favor….

-No, escúchame-suplicó callándola con un dedo en sus labios-Yo sólo estaba…triste ¿Ves? Me sentí mal…

-Fany…

-Hice un berrinche de nenita, realmente estúpido e innecesario…-continuó sin dejarla hablar-Quise llegar temprano, pero luego ese…maldito accidente, esa cola…me irritó, me fastidió mucho, me molesté conmigo misma y además…-bajó la mirada, avergonzada-hubiera querido entrar primero, contigo.

-Fuiste tú la que me dijo que dejara que Leeteuk…

-¡Lo sé! ¡Lo sé perfectamente!-exclamó, subiendo la voz una octava más de lo que pretendió-Sé que él tiene tanto derecho, porque es el padre, pero es que… ¡Joder!-se tapó el rostro para evitar que viera su rostro completamente rojo.

-¿Qué?-quiso saber, acercándose un poco más a ella y queriendo quitarle las manos de la cara para poder verla, lo cual logró enseguida.

Quedaron a sólo centímetros la una de la otra, deleitándose con sus respiraciones y Tiffany cerró los ojos.

-Sentí celos-admitió, teniendo miedo de mirarla-lo siento…no pude evitarlo.

Y Taeyeon no pudo evitar cancelar el ínfimo espacio entre las dos y besarla, darle un respiro de tranquilidad a través de sus labios y tocar su alma despacito; era lo que más le gustaba de todo eso. Tiffany buscó hacer mayor el contacto, agarrándose de su cuello y le encantó sentir toda esa gran y placentera sensación de tener mariposas revoloteando por su estómago.
Rompió el beso y la abrazó fuertemente, hallando un poco de paz interior al hacerlo. 

-Deberíamos decirle a Manse que ya nos besamos y nos contentamos.

La risa de Taeyeon fue música para sus oídos y Tiffany aprovechó para darle otro beso, que antes que pudiera volverse intenso, escuchó a alguien tosiendo y vio a Mike que había salido de nuevo. 

-Mike…

-Tiffany, necesito…hablarte un segundo de algo ¿Podría?-pidió él, visiblemente nervioso.

-¿Algo de qué?

-Uhh…

-Yo iré adentro a ver como está Leah de su pie-dijo Taeyeon, levantándose del asiento del auto y dándole espacio a ambos hermanos para hablar. 

Tiffany se levantó también, ya que estaba arrodillada y se sentó donde segundos antes estaba la morena e invitó a Mike a sentarse en el lado del conductor; a lo que él dio un rodeo al auto y entró cerrando la puerta enseguida. 

-Bien, tú dirás…

-Tengo novia-soltó, sin poder contenerlo un segundo más-Espero que no te moleste, pero si de plano no te gusta, te digo que no me importa y que no haré lo que tú digas. No dejaré de ser su novio, no dejaré de llamarla y si me quitas el celular, hablaré con ella como sea. Si continúas insistiendo, me escaparé y no me…

-¡Hey! ¡Hey! ¡Detente ahí, chico listo!-lo interrumpió Tiffany, frunciendo el ceño y comenzando a reírse-¿De qué papalote enredado me estás hablando? Yo no he dicho que me moleste.

-Ah…bueno, es por si acaso…

-Claro.

-Quería que lo supieras por mí y no por el idiota de Alex…que tengo novia y todo eso-respondió Mike, sonrojándose al extremo.

-Bien, me parece bien, pero no veo el por qué me tendría que molestar que tengas una novia…

-Es que…verás…-se restregó las manos, angustiado y poniéndose tan rojo como un tomate-Ella y yo…quiero decir ella…ella…

-Mike…-musitó Tiffany, comenzando a espantarse-No la habrás embarazado ¿Cierto? 

Él alzó la mirada con profundo desconcierto y ahora el que reía era él, a carcajadas y casi sin poder detenerse.

-Mike…

-¡¿De dónde sacas eso, Tiffany?! ¡Por Merlín!-exclamó, muerto de la risa. 

-Ahh… ¿Entonces no…?

-¡No! ¿Cómo crees que la voy a embarazar? ¿Por Internet? ¿Por e-mail o llamadas telefónicas? 

-Internet, llamadas… ¿Es que acaso no la has visto nunca o qué? Explícame, porque no entiendo…

-Es que…mira…

Se detuvo un instante, intentando quitarse de la mente la cara de espanto de su hermana que le hacía reír tanto y cuando ya estuvo calmado, continuó.

-Sí la conozco…

-Por Internet…

-¡Escúchame! Sí la conozco, ella es… ¿Recuerdas la chica que conocí en Argentina? 

-No.

-Bien, no sabes cuál es, pero ¿Recuerdas de la que yo les hablé en aquel restaurante y…?

-¡Ahhh! No…no sé.

-Bueno, lo que sea, mi