Capítulo 87: Sólo a tu lado quiero vivir.

Paralizada. Así fue como quedó al escuchar la pregunta de Tiffany, aún la oía resonar una y otra vez en su mente, mirando a la pelirroja fijamente y queriendo grabarse cada segundo de aquel momento. 
El miedo en los ojos de Tiffany se hacía cada vez más visible y casi le parecía que el pulso de ella y el suyo propio eran uno solo. 

Iba a hablar, pero sin previo aviso Taeyeon se levantó de un salto y abalanzándose sobre ella, casi haciéndola tambalear, la besó con la mayor intensidad que tenía, como si no se hubieran visto en años. A Tiffany le costó reaccionar, pero cuando lo hizo, escuchó muy lejanamente los silbidos de sus hermanos. Tomó por el rostro con ambas manos a Taeyeon, se apartó y sonrió, colocando sus brazos alrededor de su cuello. 

-Eso… ¿Es un Sí?-preguntó Tiffany, sintiéndose temblar de temor

Taeyeon le dio otro beso y la abrazó más fuerte-Sí, es un sí-afirmó, feliz-Te amo. 

Todos comenzaron a aplaudir y a silbar, Seth se acercó a las dos y las abrazó con alegría, igualmente Mike; que las felicitó a ambas. Incluso Noah las había felicitado, pero sin gran entusiasmo en su voz. Tiffany pensó que era suficiente así.

-¡Venga un abrazo las dos!-exclamó Samuel, emocionado y abrazándolas

-Gracias, Sam-murmuró Tiffany, con el corazón palpitándole acelerado-A todos, los quiero mucho. 

-Tiffany…debo decir que me sorprendes gratamente-dijo Leah, abrazándola y se separó-¡Qué días tan lejanos aquellos en los que Taeyeon seguía a Tiffany y ella no se daba…! ¡Ayy, era broma!

-Entonces, deja un poquito el drama ¿Vale?-pidió Taeyeon, divertida.

Tiffany rió y buscó con la mirada a Alex, porque había sido el único que no las había felicitado y al ver que su plato ya no estaba, miró hacia la puerta y supo que se había ido. Sin pensarlo, abrió la puerta y salió corriendo a buscarlo a la cabaña que compartía con Samuel y Leah.

No llegó siquiera a la esquina del pasillo, porque rápidamente lo divisó caminando a paso apresurado hacia su cabaña.

-¡Alex!-lo llamó, desesperada-¡Alex!

Él la escuchó y al voltear y verla, puso cara de fastidio y aceleró el paso sin querer escucharla. Tiffany no comprendía su actitud y lo siguió de todas formas, corrió y logró estar a escasos metros de él.

-Alex…

-Necesito descansar, Tiffany. Estoy muy cansado-dijo el pelirrojo, con voz ahogada y con un leve tono de molestia. Sacó las llaves y se apresuró a abrir la puerta, pero Tiffany llegó a su lado y se puso enfrente. 

-¿Se puede saber qué te pasa?-preguntó Tiffany, confusa-¿Qué es lo que le molesta al Señorito Alex Hwang ahora? 

-No me molesta nada, Tiffany. Sólo…vete con Taeyeon, vete con tu prometida y déjame solo ¿Va? 

Cerró de un portazo y por unos segundos a Tiffany le costó captar aquello. ¿Había dicho “Prometida”? Se sintió mareada y las manos se le pusieron frías, mientras esa palabra se le repetía en la cabeza. Era real, absolutamente real ahora que Taeyeon era su prometida y que se iban a casar. Nunca antes se había sentido tan extraña como ahora, quizá sólo debía acostumbrarse a esa idea; que no era mala, sino que aún le causaba temor.

Pero al final era como decía Jongwook de que en el amor se tenían que correr riesgos.

Reaccionó finalmente y tocó la puerta de la cabaña.

-¡Alex!-lo llamó, volviendo a tocar-¡Alex, por favor, abre!-No respondía-¡Vamos a hablar, por favor! ¡Necesito saber qué te ocurre! 

Esperó escuchar algo, un movimiento, pero nada. Volvió a tocar.

-¡Alex! ¡Por favor…!

Esa vez sí se escuchó la puerta abriéndose y un segundo después ahí estaba el pelirrojo, con el entrecejo bien fruncido.

-¡Deja de molestar, Tiffany!-se quejó, enojado.

-¿Podrías dejarme pasar y hablemos como dos personas normales?

Alex bufó y rodando los ojos, quiso cerrar, pero Tiffany fue más rápida y colocó el pie en la puerta para que no trancara. 

-¡Quita el pie, Tiffany!-reclamó Alex, molestándose aún más.

-¡Deja de comportarte como un niño y hablemos! 

Alex gruñó de rabia y abrió la puerta de un sopetón, Tiffany pasó y cerró de un solo portazo, observó a su hermano y él apartó la mirada. 

-Pensé que ya habías superado…

-No estoy enamorado de Taeyeon, si eso es lo que estás pensando-espetó él, apabullado.

-¿Entonces? No entiendo…

-No puedo creer que después de tanto tiempo con un maldito pánico a comprometerte en matrimonio, ahora salgas con eso de pedirle a Taeyeon que se case contigo-replicó Alex, enfurecido.

Tiffany miró a Alex como si hubiera enloquecido y frunció el ceño, incrédula e indignada.

-Pero… ¡Pensé que estaba bien que diera este paso para poder vencer mi miedo! ¡¿De qué demonios hablas…?!

-Es que… ¡Está bien que superes tus miedos, pero no haciendo lo que haces…!

-¿Qué…? ¿De qué jodidos hablas?

Alex se llevó las manos al rostro, desesperado y agarró con fuerza por los brazos a Tiffany; ella se quiso apartar, pero él no la soltó y ella comenzó a enrojecer de la rabia que estaba sintiendo.

-¿Acaso olvidas que Taeyeon te fue infiel?

-¡¿Qué…?!-chilló Tiffany, sintiendo ganas de llorar y reír-¡Ay no, Alex, por favor! ¡No empieces! Ya te dije que…

-Es obvio que no lo comprendes. ¡Ese niño que Taeyeon lleva ahí en su vientre no es tuyo y tú estás buscando casarte para hacerte cargo de él como si lo fuera! ¡¿Por qué su papá verdadero no da la cara?! ¡¿Por qué te empeñas en querer borrar la realidad de que Taeyeon estuvo con otra persona y no fuiste tú?! 

No soportó más y le volteó el rostro de una cachetada. Alex se llevó la mano a su mejilla izquierda que estaba roja y adolorida y miró con antipatía a su hermana.

Tiffany, por su parte, apretó los dientes y la mandíbula para evitar llorar, respirando con agitación.

-Te advierto una cosa…-lo señaló con el dedo y lo miró amenazante-Deja en paz a Taeyeon, no la molestes. No te desubiques más, porque si me quiero casar con ella es porque la amo, no por cualquier fantasía animada que se cree en tu pequeño cerebro de pájaro. Estoy cansada de explicarte que ella no me engañó…

-¡Y ahí vuelves otras vez! ¡Deja de negarlo!

-¡Y haz el favor de dejar de insistir, porque no aguantaré más tus patanerías! ¿Se entendió?

Salió como un rayo de la cabaña y cerró de otro portazo. Sentía muchísimas ganas de gritar de rabia y patearle el trasero a Alex, mientras que en su cabeza se repetían sus palabras a cada rato, haciendo que le doliera. 

Corrió hacia su cabaña y casi se tropieza con Taeyeon, que iba saliendo en ese momento para despedir a Leah y Samuel.

-¿Tiffany…?-preguntó Leah, confundida.

-¿Qué pasó?-preguntaron Taeyeon y Samuel a la vez.

-Nada. No se preocupen, yo…

-Mejor las dejaremos a solas. Lo necesitan-interrumpió Samuel y salió con su hermana. 

Tiffany miró a su alrededor, al parecer Seth y Mike estaban muy entretenidos jugando en la laptop y Noah no estaba. 

-Subió a su habitación-respondió Taeyeon a la pregunta que Tiffany no había formulado-Dijo que tenía sueño. 

Tiffany asintió y tomando de la mano a la morena, la jaló muy cerca de su cuerpo y aproximándose a sus labios, apenas los rozó. Taeyeon iba a profundizar en un beso, pero la pelirroja fue muy rápida y la alzó en brazos, haciéndola jadear de la impresión y agarrándose fuertemente del cuello de su novia para no caerse.

-Tiffany… ¿Qué pasó con Alex?-preguntó Taeyeon, nerviosa.

No respondió, la llevó escaleras arriba hacia la habitación y cerró con el pestillo. Agarrando fuertemente a Taeyeon, se derrumbó junto con ella en la cama y sacando de su bolsillo la cajita con el anillo, se lo mostró de nuevo.

-¿Quieres casarte conmigo?-volvió a preguntar, esa vez sin vacilación y sin preámbulos. Taeyeon frunció el ceño, sin comprender.

-Fany…

-Escucha, es que me respondiste, pero no pude hacerlo oficial-explicó la pelirroja, sacando el anillo de la cajita y mirándolo con cuidado-Tae…

-¡Espera!

La morena saltó de la cama y corrió hacia el armario donde tenía su ropa y sus cosas, revolvió casi todo mientras Tiffany la observaba con curiosidad. Por fin encontró lo que buscaba y sentándose al lado de su novia, abrió otra cajita similar pero de color verde y sacó también el pequeño anillo que había estado guardando por mucho tiempo. Tiffany alzó la mirada y Taeyeon le sonrió con dulzura. 

-Hacía mucho que…había querido hacer esto-confesó, comenzando a ponerse muy roja y con la emoción llenándole los pulmones-Miles de veces me imaginé una situación que ahora no es y que…ha resultado ser mejor que como pensé.

Tiffany sonrió y alargó un poco la mano izquierda y Taeyeon la tomó tentativamente-Tiffany…yo sí quiero casarme contigo, pero… ¿Quisieras tú casarte conmigo?-

Dejó que el miedo paseara un poco por su estómago, logrando controlarse un poco. Sólo fueron un par de segundos, pero a Taeyeon le pareció más y casi le parecía que le daría un infarto si resultaba que ahora Tiffany se echaría a atrás.

Pero no fue así, la pelirroja no dejó de mirarla ni un instante y se aproximó un poco más a ella.

-Sí, quiero…casarme contigo.

Se aguantó un poco más las ganas de besarla y muy despacio, deslizó el anillo en su dedo, no creyendo que por fin había llegado el momento.

Llegó el turno de Tiffany y tomando la mano izquierda de Taeyeon, tal como ella hiciera e intentando controlar su pulso que estaba temblándole como nunca antes…

-Tiffany…cálmate…

-S-Sí….lo siento…

Colocó el anillo en su dedo, casi al mismo tiempo que una lágrima de emoción resbaló por la mejilla de Taeyeon. Tiffany la vio y con su mano izquierda la secó, sonriéndole como nunca antes lo hizo. 

-¿Quién es la que tiene que calmarse ahora?-preguntó y Taeyeon soltó una risita de nerviosismo, mordiéndose el labio inferior y respirando profundamente. 

Tiffany se acercó aún más y pegó su frente con la de ella, cerrando los ojos y buscando sus labios. Cuando los sintió, sólo se dedicó a rozarlos sin llegar a consumar el beso; y cada vez que Taeyeon se acercaba para profundizar, la esquivaba sólo un poco.
Taeyeon la agarró por el cuello y la detuvo, sonriendo.

-Estás provocándome-susurró.

Tiffany sonrió.

-Siempre.

Taeyeon atacó con destreza su boca y la besó, ahora sí, con propiedad. Se posicionó encima de ella y acarició con sus dedos su costado, su estómago y luego la hebilla de su pantalón. Hizo conexión con su mirada y ambas sonrieron.

-Cuando venga la araña, trata de controlarte-advirtió Taeyeon, desabrochándole los jeans con cuidado.

Con agilidad y sin previo aviso, Tiffany la tomó la cintura, rodó por la cama y ahora era ella quien estaba encima. Sonrió, triunfante.

-Probemos tu fuerza de voluntad.
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-¡A la mier…!

No tenía tiempo ni espacio para frenar porque enfrente venía un loco de carretera, probablemente borracho, así que dio un volantazo lo más rápido que le dieron los reflejos, pero sino era lo uno era lo otro y cayó en un enorme cráter en la carretera llena de nieve, así que sin pensarlo y automáticamente puso las luces de emergencia para avisarle a Jongwook que venía manejando atrás y que él avisara a los siguientes. Vio por el retrovisor que el borracho le saludaba con gentileza y con una botella en la mano. La arrechera que sintió fue monumental, probablemente si hubiera estado solo, habría dado la vuelta en U para perseguir al borracho y hacerle chocar. 

-¿Qué pasó?-preguntó Minhyuk, despertándose de repente y mirando a su alrededor

No respondió, estaba demasiado ocupado en buscar donde aparcar para ver el caucho que se había pinchado. Nano, que se había asustado, comenzó a ladrar en el asiento trasero del auto y eso estaba desesperándolo.

-¡Haz silencio, Nano!

Minhyuk lo agarró al perro y lo llevó ahora en brazos. Minho vio por el retrovisor a Jong que le hacía el cambio de luces para que se detuviera a un costado de la carretera. Se estacionó donde cualquier auto que pasara no podría estrellarse contra él, de venir rápido; accionó el freno de mano y apagando el auto, salió apresurado a ver el daño. El frío fue intenso.

-¡A la mierda! ¡Otra vez no!-gritó, cabreado y pateando la rueda-¡MALDITO, HIJO DE PUTA BASTARDOOOOOOOOO! ¡OJALÁ TE PARTAS TODO Y SE TE SALGA HASTA LA MADREEEE! ¡JODER! 

-¡Hey, hey, hey, Minho! ¡Cálmate, hombre!-exclamó Jongwook, espantado al salir del Mercedes de Minhyuk.

-¡Tú cállate, Jong! ¡Que si no la agarraré contigo!-espetó Minho, enojado-Ese maldito…

Vio a Ahyeon bajarse del Mercedes de Minhyuk y caminar ellos. Entre todos y junto a los padres de Ahyeon y Minhyuk, habían convencido al chico para que se quedara con el auto, porque así podía trasladarse desde su apartamento hasta la Universidad cuando tuviera clases. Los pasajes a Ibiza, por su parte, se los había regalado a sus padres para que se fueran en lo que llamaba “Una Segunda Luna de Miel” y disfrutaran de estar solos. 

-¿Están bien, chicos?-preguntó Ahyeon, preocupada.

-La mar de bien, Ahyeon. No me había sentido mejor hasta que se pinchó el caucho-respondió Minho, sarcástico.

-A ver, te ruego que no la pagues con ella ¿Estamos?-pidió Jong, molestándose-Estás poniéndote dramático. Si dejaras de quejarte podríamos cambiar el cau…

-Por supuesto, si es que sabes cómo reparar el otro que se me pinchó también cuando iba a Busan. El que estás viendo ahora es de repuesto-dijo Minho, apoyándose en el auto.

-¡¿Qué?! ¡¿Y no se te ocurrió ir a un lugar para que te lo arreglen?!-reclamó Jong, incrédulo.

-No, porque no creí que hubiera otro hijo de puta al que esquivar. Pensé arreglarlo al llegar de nuevo a Seúl.-replicó Minho, amargamente-¡Me cago en la leche!-protestó, pateando de nuevo en el caucho-¡¿Por qué todo me pasa a mí?! 

-Joder…

-A ver, creo que ahora están dramatizando los dos…-intervino Ahyeon-¿Acaso Minhyuk no tiene un caucho de repuesto de su au…? 

-Pues a ver si logras que queden bien los Rines 17 del Mercedes, con los 18 del BMW-interrumpió Minhyuk, dudoso y acariciando la cabeza de Nano que lo tenía en sus brazos.

-Dios mío…

-Estoy jodido-murmuró Minho, apesadumbrado-Estoy jodido. 

-No estás jodido, hombre. Pudo sucederle a cualquiera-dijo Jong, encogiéndose de hombros. 

-Claro, pero resulta que ese cualquiera soy yo-replicó Minho-Estoy tan jodidamente jodido…

-¿Dónde estamos?-preguntó Minhyuk.

-En el mapa del Mercedes dice que aún no salimos de Busan…

-¿Del Sur o del Norte?

-¡Del Sur, tonto! ¿Hacia dónde crees que vamos?-exclamó Ahyeon, mirando con fastidio a su hermano. 

-Bueno…todos los caminos conducen a Roma…

-Pero no vamos a Roma, así que haz silencio. 

-¿Dónde exactamente estamos?-preguntó Jongwook-Es para llamar a una grúa y nos auxilien. 

-Nos van a sacar el dinero parejo porque la carretera está nevada-advirtió Minhyuk, poniendo cara de fastidio.

-Estamos llegando a Ulsan-dijo Ahyeon, revisando el auto-Jong y yo podríamos acercarnos en el Mercedes, llevar los dos cauchos para que los reparen y regresarnos. Traeríamos también ayuda, si es que no saben…

-Sí sabemos cambiar cauchos, Ahyeon ¿Qué te piensas?-protestó Minho, cruzándose de brazos. 

-Ridículo-murmuró Ahyeon.

Nano ladró en ese momento y Minho le gritó-¡Traidor!-haciendo reír a Ahyeon, Minhyuk y Jong.

-Bueno, ¿Entonces hacemos eso?-preguntó Jong.

-Si no hay más alternativa…

Minho se acercó al auto y abriendo la puerta, accionó la palanca para abrir el maletero. Ahí tenía las herramientas y esas las agarró Minhyuk, después de dejar a Nano en el asiento trasero del auto y bajarle las ventanas para que respirara. 

-Yo lo saco, anda y ayuda a Minhyuk-dijo Minho, levantando la tapa que escondía el caucho dañado.

Quitando el caucho estaban Minhyuk y Jong, ya habían subido el auto un poco con el gato y, mientras eran observados por Ahyeon, quien trataba de no reírse por sus esfuerzos por aflojar una tuerca del vástago con la llave de cruz.

-¿Les ayudo?-preguntó, divertida. 

-No, gracias, tú puedes ir a maquillarte, peinarte y verte en el espejo allá en mi auto-dijo Minhyuk, volviendo a enganchar la llave de cruz en la tuerca. Se levantó y mientras Jong sostenía, él colocó el pie para empujar, pero no cedió ni un centímetro-Joder… ¿Qué coño le echó Minho a esta tuerca? ¿Pegamento industrial?

-¡Apártense, par de torombolos!-exclamó Ahyeon, empujándolos a ambos y agachándose en el suelo para coger la llave de cruz-Ustedes lo que necesitan es una mujer.

-¡No seas ridícula! ¡Esto es trabajo de hombres!-vociferó Minhyuk, intentando quitarla del medio. 

-¡Ahyeon, cariño, te vas a manchar!-reclamó Jongwook, confundido.

Ella no le prestó atención y rápidamente y sin mucho esfuerzo, logró darle la vuelta a la tuerca; además de las otras 4 que quedaban; pero por si fuera poco también sacó la llanta del eje de tracción y se la entregó en las manos a Jong, quien todavía no podía creer lo que había pasado y tenía cara de confusión.

-¡Ahí tienen! ¡Pelotudos! ¡Eso es por machistas!-exclamó, airada-Y tú, Choi Jongwook, me la debes ¿Eh?

-Cariño, no fue mi intención, yo…

Ella no le hizo caso y fue a sentarse al auto, algo sucia y llena de grasa. 

-¡Cuidado con la tapicería! ¡Joder!-le gritó Minhyuk, molesto. Ahyeon le sacó el dedo en respuesta. Minho, que había estado observando todo después de sacar el caucho de la maleta, comenzó a reírse de los dos. 

-Lección Número 1: Acepta ayuda cuando la necesites y te la brinden.

Jong agarró una de las tuercas y se la lanzó. 
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Llevaba mucho tiempo, meses, que no había montado a caballo y ahora que estaba en una cabalgata, se sentía feliz y sobre todo teniendo a Taeyeon detrás suyo y sujetándose con fuerza de su cintura para no caerse. Sintió como ella la abrazó y depositó un beso en su cuello, haciéndole cosquillas y que la piel se le erizara. Volteó un segundo y pronto recibió otro en la comisura de los labios.

-¿Segura que no quieres guiar ahora tú?-preguntó Tiffany a Taeyeon-Podemos cambiar de puesto…

-No, yo no sé guiar caballos, Tiffany-insistió Taeyeon, aferrándose con más fuerza a la pelirroja-Además tú eres la experta aquí. Sigue haciendo…

-Ya descubrí la verdad-dijo de pronto Mike, que iba seguidamente atrás con su caballo atrás de Tiffany-Lo cierto es que Taeyeon sí sabe montar caballos y seguramente lo hace realmente bien, pero finge que no tiene idea para poder estar detrás de Tiffany y abrazarla todo el tiempo mientras hunde su nariz en su cuello y en su cabello para oler su perfume. 

Todos estallaron en carcajadas, Tiffany rió ante la ocurrencia de su hermano y Taeyeon le dio un pellizquito para que dejara de hacerlo. 

-¡Eso es cierto!-corroboró Samuel, divertido-Taeyeon no ha hecho más que ir de suspiro en suspiro desde que está así abrazadita a Tiffany. 

-Y esos suspiros que son tan profundos, poniendo ojitos soñadores-dijo Leah, burlona. 

Taeyeon sonrió brevemente y se sonrojó en extremo. 

-¡Yo no sé guiar un caballo!-replicó, defendiéndose-Tú me crees ¿Verdad, Fany?-le preguntó a Tiffany. 

-Mmm…no sé, ahora mismo lo estoy dudando…-murmuró Tiffany con una media sonrisa.

-¡¿Qué?!

-¡Pues es que es verdad, Tae!-exclamó Tiffany-Tú me puedes abrazar y besar a mí en el cuello, en el hombro a tu gusto y a tus anchas, pero yo no puedo ahora. Estoy empezando a creer que de verdad sí sabes montar a caballo, pero pones excusas. 

-Deberías intentarlo, mamá-intervino Seth, que iba sentado en el mismo caballo con Leah-Es divertido. Tía Leah me deja guiarlo a mí. 

Y era verdad, el chico iba sentado enfrente de Leah y era él quien llevaba las riendas. Entre Samuel, Leah, Seth y Mike, se confabularon para animar a Taeyeon a cambiarse de sitio con Tiffany; miró a Noah que iba con Samuel en el mismo caballo y era el único que no participaba de nada, porque aún seguía algo molesto, aunque no tanto como antes. Alex, por su parte, no había querido ir a la cabalgata porque por alguna razón de la que Tiffany no quería hablar, estaba enojado con la pelirroja. Así que había dicho que se quedaría en el pueblo, paseando por ahí.

-Entonces…-llamó Tiffany su atención-¿Cambiamos o no? 

-Es que…

-Anda, sólo quiero ver cómo lo haces-pidió Tiffany, con voz suplicante-¿Quieres?

No iba a librarse tan fácil de aquella, porque Tiffany se empeñaría hasta que consiguiese convencerla, aún sin estarlo realmente. Miró el anillo de compromiso en su mano izquierda, llevando las riendas del caballo y se decidió.

-Vale, tú ganas. 

Hubo un silbido y algunos aplausos de ánimo por parte de los chicos y Tiffany, sonriendo, haló un poco y con gentileza, las riendas, para no maltratar al caballo y así, lograr que se detuviera. 

-Espera un momento.

Tiffany bajó del caballo con cuidado y luego, volvió a subir, pero esa vez detrás de Taeyeon que ya se había posicionado en control de las riendas, tomándolas con algo de indecisión. 
La pelirroja se sujetó por detrás y casi como si la abrazara, tomó junto a ellas, las riendas, y colocó su cabeza en el hombro de la morena para poder hablarle.

-Bien, comence…

-Tiffany, en serio yo no sé manejar caballos-susurró Taeyeon con angustia y para que sólo ella la escuchara-Es realmente un logro que suba a uno, porque…desde que te vi caer aquella vez…

-Le cogiste miedo-adivinó Tiffany, hablándole en el oído. 

-Sí, algo así…-admitió, nerviosa.

-Y se supone que debería ser yo quien tenga temor ¿No?

-Tiffany…

Tiffany rió muy suave, provocándole un escalofrío a Taeyeon.

-Tranquila, aquí estoy yo para cuidarte ¿Vale?-aseguró la pelirroja-Te voy a estar sujetando, pero no temas, porque nuestro amigo Febo, el caballo, es bueno y él no hará nada sin que tú lo mandes. Él hace lo que tú le mandes a hacer, para eso son las riendas ¿Ves?-le mostró las cuerdas-Si halas hacia ti, él se detiene y si manoteas un poco así las riendas, le das un toquecito en el costado… ¡Ojo! No fuerte, para que no le duela y…además le lanzas besitos diciendo “Vamos, Febo”, él sabe que debe caminar-explicó-¿Me hice entender?

-¿Y debo lanzarle besos?-preguntó Taeyeon, escéptica.

-Bueno…se trata de hacer el sonido del beso para que él escuche. 

-Ahh, vale, creo que ahora sí puedo hacerlo…

-¿Seguimos o qué? Me estoy haciendo viejo y me salen raíces en el trasero.

Ese había sido Noah, que había hablado por primera vez desde que salieran del punto de partida y todos parecieron sorprendidos de que lo hiciera. Tiffany sonrió.

-Sí, sigamos-dijo Taeyeon, con una nota de miedo en su voz-¡Pero no me sueltes, Tiffany! 

-No te preocupes.

Tiffany se sujetó a ella con delicadeza y tranquilidad, para transmitirle seguridad y no creyera, que agarrándose fuerte, temiera que pudieran caerse. Le dio un beso en el cuello, colocó su cabeza en su hombro y susurró-Dale, despacio…

Taeyeon movió las riendas un poco, le dio unos golpecitos en el costado, hizo el sonido de unos besos y con una vocecita, murmuró-Vamos, Febo.

-¡Con más fuerza!-pidió Tiffany, sonriendo-Así no te escuchará jamás.

-¡Vamos, Febo!

De inmediato el caballo se puso en marcha y Taeyeon casi brincó del susto, pero sabiendo que Tiffany la sujetaba, no tuvo más temor. Los demás continuaron a su paso, mientras Taeyeon era la que guiaba. Iban a paso lento, pero seguro. Taeyeon sentía el movimiento del caballo, haciendo que diera pequeños brinquitos y sonrió, sintiéndose un poquito más segura a cada momento.

-¿Ves? No había nada qué temer. Además que lo haces muy bien, podrías competir algún día conmigo en equitación y…

-Okay, sin presiones, por favor-pidió Taeyeon, haciendo reír a Tiffany.

-No es presión, cielo-dijo la pelirroja, abrazándola-Sólo te estoy elogiando porque lo haces realmente bien. 

-Tú eres experta y yo no. No compares tu experiencia con mi primera vez dirigiendo un equino.

-Yo también pasé por la misma situación, así que no me contradigas.

-No sabes cómo me pone verte y oírte dirigir. Es excitante.

-En realidad, sí lo sabía-dijo Tiffany-¿Por qué crees que te exigí que no me contradigas?

Continuaron conversando lo que quedaba de trayecto y poco a poco se iban acercando al punto final, donde entregarían los caballos y luego irían a almorzar en algún sitio en el pueblo. 
Al llegar, Tiffany fue la primera en bajarse del caballo y luego ayudó a Taeyeon. Los chicos también se bajaron y venían riendo, conversando y hablando; muy felices por el paseo. 

-Tengo tanta hambre que me comería unas coles de Bruselas-dijo Noah, frotándose el estómago.

-Entonces sí que tienes hambre-repuso Samuel-No te preocupes que dentro de un rato iremos a algún restaurante vegetariano que haya por ahí. 

-Bueno…en realidad ya no tengo tanta hambre.

Todos rieron ante eso y se pusieron en marcha para ir al estacionamiento donde estaba la camioneta que había alquilado para los traslados, un Audi Q7. 

Fue ahí cuando Taeyeon comenzó a sentir mareos y como si estuviera desorientada, se detuvo momentáneamente y Tiffany que la tenía agarrada de la mano, también se detuvo y al verla, completamente pálida, sus reflejos la hicieron reaccionar para sostenerla antes que cayera al suelo.

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2 horas y ya le parecía que se volvería loco ahí, se había recostado en la par