Capítulo 35: La razón

-¿Crees que esto funcione?

-Si no funciona, me cortaré las manos con un hacha oxidada.

-¿No es muy drástico? Podrías elegir otra cosa en caso de que no funcione.

-Precisamente porque sé que va a funcionar es porque elijo lo del hacha. Es una forma de asegurarme que está perfecto.

-Eres extraño.

-Gracias.

Jongwook besó a Leah muy despacio y luego se apartó dándole otro más pequeño en la frente. En ese instante se abrió la puerta del despacho de una forma tan brusca que hizo saltar a ambos y separarse de inmediato. 

-Los vi, no hace falta que disimulen conmigo-dijo Alex, acercándose con una sonrisa de satisfacción en su rostro. 

-La próxima vez avisa, cabeza de aire-replicó Leah, molesta.

-Bah, ¿Cuándo piensan decirle a Tiffany?-preguntó Alex, sentándose en el mueble y cruzando las piernas. 

-No creo que eso sea una opción…por los momentos. Colgaría de un árbol por los pulgares a Jongwook mientras le hace cosquillas con una hojilla-dijo Leah.

-Gracias, me das más ánimos para decirle-repuso Jong, sonriendo sarcástico. Leah sonrió y le sacó la lengua.

Estuvieron un rato en silencio mientras Jongwook seguía trabajando, hasta que finalmente se bajó de la escalera y limpiándose las manos, sonrió satisfecho.

-¡Listo! Ha quedado mejor de lo que esperaba y Tiffany ni siquiera lo notará-explicó, guardando sus cosas en un maletín. 

-¿Terminaste de instalar los micrófonos?-preguntó Leah, dirigiéndose a Alex.

-Sí, todo eso está perfecto, el micrófono en el auto lo instalé en la mañana antes de que se fuera. Sam debe estar listo con lo de la centralita.

-Vamos a verlo, pues-propuso Jongwook-pero antes…déjenme llevar esta escalera al ático.

-A todo esto… ¿A qué hora regresa Tiffany?-preguntó Alex. Jongwook vio su reloj y luego puso rostro pensativo.

-Según lo que tenía entendido estaría de reunión justo ahora-respondió.

-Por ahora tenemos tiempo para probar que todo funciona-repuso Leah, con gesto de resignación-Ay Dios, las cosas que nos obliga a hacer mi hermanita…

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Salió de la sala de reuniones y se quedó parada en medio de la puerta con un gran dolor de cabeza palpitándole, mientras sentía a todos los demás salir. Miró hacia el frente y se encontró con la sucia verdad de su vida, la verdad espantosa en la que no estaba con Taeyeon y era sólo un desastre. 

Caminó hacia su oficina a paso lento y sin poner atención a su alrededor. De pronto una mano la sujetó por el brazo y la arrastró hasta una oficina, cuando estuvieron ahí, volteó y vio a Nichkhun con una sonrisa.

-Cariño…

-Hoy no quiero que me molestes-le cortó Tiffany, bruscamente. 

-Estamos susceptibles hoy, ¿No?-bromeó Nichkhun, cerrando la puerta con seguro-¿Te despediste de Taeyeon? ¿Le dijiste que nos vamos a casar?

-Sabes muy bien que sí-repuso Tiffany, petulante

-No pareces muy contenta…

-¿Debería estarlo?

-¡Por supuesto!-replicó Nichkhun, como si fuera lo más obvio del mundo-Por fin nos libramos del estorbo que era Taeyeon.

-¡Basta!-interrumpió Tiffany, con rabia contenida-Te prohíbo que hables así de ella. ¿Te quedó claro?

-¿Por qué sino qué?-preguntó Nichkhun, acercándose a la pelirroja y tomándola por la cintura, pero ella se apartó.

-Te juro que te denuncio con la policía.

Nichkhun sonrió y luego rompió en carcajadas, mientras se sentaba en su silla detrás del escritorio, completamente rojo por la risa.

-¡Ay cariño! ¡Tú sí que eres cómica! ¡Me encanta cuando haces esas bromas porque me haces reír!-dijo él, entre risas.

-No veo dónde está el chiste-masculló Tiffany, seriamente y cruzándose de brazos.

-Es que…Dios, Tiffany…No me has denunciado todo este tiempo, ¿De verdad quieres que me crea eso de que lo vas a hacer ahora?-preguntó Nichkhun, sacando su navaja y clavándola en un taco de papeles que estaba en el escritorio. 

-Hablo totalmente en serio. Y si quieres la verdad, estoy absolutamente harta de que creas que soy tu marioneta, que pienses que harás conmigo lo que se te venga en gana…

-Ya lo hago-aseguró Nichkhun, con autosuficiencia. 

-No más. Hasta aquí llego. No me casaré contigo.

Nichkhun la miró fijamente y vio la seriedad en el rostro de la pelirroja, completamente imperturbable. Se levantó de la silla y caminó con lentitud hasta estar lo suficientemente cerca de ella para observarla mejor. 

-No hablas en serio-dijo él, casi como si midiera cada palabra.

-Averigua si no-lo retó, con fiereza.

Sabía que estaba intentando controlarse, pero se le estaba haciendo imposible al verlo acercarse aún más y observarla con el rostro comenzando a mutar a uno de rabia contenida. Respiraba agitado y había vuelto sus manos en dos puños. 

-No juegues conmigo, cariño. No estás en posición-le advirtió Nichkhun, en un tono amenazador.

-¿Juego? ¿Me ves cara de estar jugando?-siguió Tiffany-No pretendas seguirte riendo de mí. 

Lo había estado esperando, aun así la pilló totalmente desprevenida. Nichkhun la agarró por el cuello y la empujó con violencia hacia el escritorio, tumbando todas las cosas en el proceso y en un segundo vio casi en cámara lenta como sacaba de golpe la navaja del taco de papeles y lo colocaba enfrente de su rostro, deslizándolo por sus labios y descendiendo hasta su cuello, mientras la miraba fijamente con sus ojos negros como túneles oscuros y sin final. Tragó con fuerza y notó como el filo de la navaja tocaba apenas su cuello, alzó la mirada un poco y sonrió levemente, no sabía por qué sonreía, no sabía por qué se reía estando en aquella situación con Nichkhun, simple acto reflejo quizá o mero conocimiento de que cuando se está al borde del abismo no queda más que reírse de forma irónica, sarcástica.

-Hazlo-susurró Tiffany, acercando su rostro al de Nichkhun y mirándolo con un asco casi inhumano. 

-No me tientes, no te burles, no te rías de mí. Sabes lo que puedo hacerle a tus queridos hermanitos y a tu adorada Taeyeon. No me lo pensaré dos veces, ni siquiera una…si le hablas a la policía te juro, te juro que te arrepentirás por el resto de tu vida. No estoy solo, ¿Sabes? El que causó el accidente de Leah y Taeyeon no fui yo. No estaba en ese auto. Si me llevan preso, él se encargará de hacerte pagar las consecuencias. ¿Entiendes?

La voz de Nickhun fue un susurro, pero se le entendió todo perfectamente. Tiffany alzó una ceja y volvió a sonreír.

-Por supuesto-siseó. 

Nichkhun acercó más la navaja al cuello de Tiffany, sin llegar a clavarla, alzó la mirada de nuevo y sonrió satisfecho a la vez que se inclinó y la besó con furia. Tiffany, en un simple ataque de rabia e ira, le respondió casi con la misma fuerza, pero casi de inmediato y al notar que él se había relajado lo suficiente, se soltó de su agarre y tomándolo por el cuello para acercarlo más le mordió el labio con fuerza, apartándose al instante y pegándole un cachetazo.

Nichkhun, completamente anonadado y respirando entrecortadamente, se llevó la mano hacia su labio y miró la sangre. Tiffany caminó hacia la puerta, pero Nichkhun la detuvo estrellándola contra la puerta y la miró con crueldad.

-Tal parece que necesitas otra demostración de lo que le puedo hacer a tus hermanitos y a Taeyeon… ¿A quién elijo? Tal vez esta vez sea mejor Mike…

-Si me amaras tanto como dices, me dejarías en paz a mí, a mi familia y a Taeyeon.

Nichkhun rió pesadamente y acarició el mentón de Tiffany.

-Ni lo pienses. Eso significaría perderte y que te vayas con la idiota de Taeyeon. No estoy dispuesto a verte con ella, ni con nadie. ¿Comprendes? 

-¡Señor Horvejkul!-gritó una voz de mujer afuera de la oficina, mientras golpeaba la puerta-Señor Horvejkul, ¿Está ahí?...El señor Shin lo está buscando…

Nichkhun miró a Tiffany y la soltó, a la vez que se acomodó la ropa y se pasó la mano por la cara y recordando su labio herido, agarró una caja de toallas pequeñas que habían caído al suelo y se limpió la sangre que ya se estaba secando. 

-¿Me escuchó, Señor Horvejkul?-preguntaron de nuevo desde afuera.

-¡Sí, Namjoo, gracias, dile a Shin que ya voy!-gritó Nichkhun, con voz despreocupada. 

-Yo me voy-dijo Tiffany.

-No tan rápido, cariño-murmuró Nichkhun, sujetándola por el brazo y mirándola con advertencia-Sabes que Mike estará a salvo si te mantienes calladita.

-Todos estarán a salvo, porque los voy a proteger. Ya te dije que no me voy a casar contigo y se acabó.

Sin darle tiempo a reaccionar, se soltó y abriendo la puerta salió corriendo de ahí. 

-¡Tiffany! ¡STEPHANIE  DETENTE EN ESTE MISMO INSTANTE!

Entró a su oficina a toda velocidad y antes que pudiera cerrar la puerta, escuchó a Shin hablando.

-¡Horvejkul! ¡Estoy llamándolo desde hace horas! ¡Venga en este mismo instante!-gritó el hombre, con voz enérgica.

-Pero, es