Capítulo 79: Map of the problematique

Al llegar de la fiesta quedó hecha polvo, ni siquiera se quitó nada y se lanzó a la cama a dormir. André la había llevado junto con su novio al hotel y luego él se despidió con una enorme sonrisa en su rostro. Él ya era completamente feliz con su pareja. 

Iba ahora al lado de Fernando, André y su novio, Ricardo, que la acompañaban para despedirla y desearle un buen viaje. Se detuvieron frente a la tabla de llegadas y salidas de los vuelos y vieron que sólo faltaban 20 minutos para abordar. Tiffany volteó y miró a los tres hombres y sonrió. Fernando le dio un abrazo.

-Espero que la haya pasado muy bien aquí, Tiffany-dijo él, amablemente-Ha sido un gusto conocerla y hacer buenos negocios. 

-Sí, para mí también fue un placer-dijo Tiffany-Gracias por la fiesta, fue una verdadera sorpresa.

Notó como André se puso muy rojo y tuvo que toser para esconder la risa, mientras Ricardo le daba palmaditas en la espalda para que se calmara. Fernando, por suerte, no se dio cuenta de su risa y sonrió encantado por Tiffany. 

-Estaremos en contacto.

-Por supuesto, claro.

André se acercó y le dio un abrazo a Tiffany y después un beso en la mejilla. 

-Espero arregles todo con Taeyeon y estén bien-le deseó el muchacho, con una sincera sonrisa. 

-Yo también. Gracias por todo, por el paseo…fue muy bueno conocerte-dijo Tiffany-Y bailar contigo-agregó, haciendo reír a André y Ricardo-Mucho gusto conocerte a ti también, Ricardo-dijo viendo al novio de su amigo.

-Igualmente, Tiffany. Disculpe mi poco inglés-dijo él, apenado.

-No se preocupe. Está muy bien. El de ambos-dijo la pelirroja, mirándolos a los dos. 

La primera llamada para abordar el avión se escuchó y Tiffany abrazó por última vez a los tres hombres y se despidió con un “Hasta pronto”. Atravesó la puerta 4, dio su boleto a la mujer que se lo pedía y se fue por el pasillo hacia el avión.

Una sensación de ansiedad y nervios se instaló en su pecho al pensar en volver a ver a Taeyeon.
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Tocó el timbre y dejó el dedo pegado, dejándolo que sonara y sonara hasta que finalmente consiguió que la abrieran la puerta. 

-¡¿Qué demonios…?! ¿Taeyeon? ¿Qué haces aquí?

Alzó la mirada y se encontró con el rostro de absoluta confusión de Leah. Por un momento sintió ganas de vomitar, pero se contuvo.

-Vengo a…buscar a Christian.

Su voz había salido diferente, como si no fuera ella misma quien hablara. Leah se hizo a un lado y le dio paso, aún confundida por aquella repentina aparición de Taeyeon, la miró bien y la notó extraña, distinta y no parecía la misma de siempre, parecía aturdida, perdida y en un estado de shock emocional.

-Tae… ¿Qué pasa? ¿Por qué no estás con Tiff…?

-Necesito llevarme a Christian, ¿Dónde está?-insistió Taeyeon, que parecía que iba a comenzar a hiperventilar. 

-Se ha quedado dormido en la habitación de Tiffany, pero…

-Me lo llevaré así.

Pasó al lado de Leah para subir las escaleras, tratando de ignorar la horrible tensión que sentía por volver a estar ahí. Iba a abrir la puerta, pero Leah la tomó por el brazo y la volteó de inmediato. 

-¡Déjame en paz, Leah! ¡Necesito llevarme al niño! ¡Necesito irme!-gritó enfurecida e intentando no hacer brotar las lágrimas que amenazaban con salir.

-¿Qué pasó en Brasil?-preguntó Leah, nuevamente y ya absolutamente preocupada-Te hacía en Río, comiéndote a besos a Tiffany y acompañándola a…

-¡Pues ya no me necesita a mí para eso!-replicó, cabreada-¡No me necesita para que la acompañe a ningún lado y no necesita mentirme más! 

Iba a abrir la puerta, pero de nuevo, Leah la detuvo y Taeyeon se apartó bruscamente. 

-¿Se puede saber de qué cojones hablas?-preguntó Leah, golpeando la pared-¿De qué mentiras…?

No lo resistió, dejó caer su cabeza en el hombro de la chica y explotó en llanto. Lo único que se le ocurrió a Leah para hacer, fue abrazarla con fuerza y dejarla que se desahogara.

-Vamos a mi habitación…

-¡No!-negó Taeyeon, desesperada-No quiero…no quiero…quiero irme…

-Tae, por favor, vamos…-insistió-No querrás que Christian se despierte y te vea en ese estado. Lo preocuparás. 

Con eso logró convencerla y la condujo con cuidado a su habitación, cerró la puerta con el pestillo y Taeyeon se lanzó en su cama, ocultando su rostro mientras seguía llorando; Leah se sentó y acarició su cabello lentamente.

-Está con alguien…

-¿Quién?

-¡Tiffany! ¡Joder! ¡¿De quién coño más estábamos hablando?!-gritó, llena de rabia-¡La vi con el hijo de ese empresario de Brasil! ¡Muy juntos! ¡Riendo juntos! ¡Bailando juntos!...

-Espera, espera, espera…-la detuvo Leah, frunciendo el ceño-Que alguien baile no significa…

-¡No me digas esa basura porque los vi con mis ojos! ¡Ese...tipo estaba abrazándola y susurrándole en el oído! ¡La tomaba de la cintura y Tiffany sonreía y lo abrazaba también y se veía jodidamente feliz! ¡Como si nunca en su vida lo hubiera sido!

-¿Los viste besarse?-preguntó Leah, cruzándose de brazos.

-No, pero estuvieron a punto.

-¿A punto?-preguntó, con voz chillona e incrédula-Lo siento Tae, pero confío en Tiffany. 

Taeyeon apretó la mandíbula y respiró profundo, tratando de calmarse. Se levantó y sin decir más nada, salió de la habitación para buscar a Christian y llevárselo.

Intentó que el entrar a la habitación de la pelirroja no fuera doloroso y que su perfume no la confundiera. Vio al pequeño en la cama y dándose prisa por salir de ahí, cargó al chico en brazos. Él se removió en sueños y se abrazó a su cuello, no siendo consciente de quien lo había alzado. Estaba muy cansado y el sueño lo tenía molido. 

Salió de la habitación y bajó las escaleras con el niño en brazos, abrió la puerta principal y revisó primero por si no había paparazzis por ahí. La voz de Leah la detuvo.

-Tiffany debe estar en camino ya y estoy más que segura que irá a buscarte. Sólo déjala…

-Ella no me dejó explicarme a mí ¿Por qué debería hacerlo yo?

-Porque eres Taeyeon y porque la amas.

Quiso decírselo, quería realmente hacerlo, pero por alguna razón se quedó callada y dejó que la última frase de Leah, fluyera por su mente. Tenía la sensación de haber dejado de ser Taeyeon hacía sólo un par de horas. 

Acostó al niño en la parte trasera de su auto y después de abordar ella, se marchó.
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3:45 de la madrugada y se sentía como un costal de papas. Estaba ansiosa por lanzarse a la cama y quedarse dormida, sin más. Miró a su alrededor, esperando ver a Jong por alguna parte, pero no lo veía por ningún lugar; caminó varios pasos y se detuvo en la única tienda que estaba abierta en ese momento para comprarse una botella de agua. 

Pagó al muchacho y llevó su maleta con ella hasta una de las sillas, abrió la botella y bebió un poco. Unas manos cubrieron sus ojos en ese momento.

-¡Jong! ¡Deja de jugar! ¿Dónde estabas?-preguntó Tiffany, a ciegas e intentando soltarse-¡Jong! ¡Suéltame!

Una risita se escuchó por detrás, a la vez que la persona le hizo menear la cabeza de un lado a otro y frunció el ceño, confundida, porque definitivamente esa no era la risa de Jong, colocó sus manos sobre las manos que tapaban sus ojos y las acarició por un instante, reconociéndolas.

-¿Minho?

-¡Sorpresaaa!-gritó el chico, soltándola y riéndose. Tenía el cabello un pelín más largo que la última vez que lo vio y se había dejado crecer la barba un poco.

-¡Eres un tonto! ¡Me has asustado!-exclamó Tiffany, fingiendo disgusto.

Minho rió aún más-¿Y qué? ¿No piensas darle un abrazo al chico más guapo del universo?-preguntó él, abriendo los brazos.

-¿Dónde está que no lo veo?-preguntó Tiffany, observando a su alrededor, pero Minho la tomó de la cara y le estampó un beso en la mejilla.

-Tonta. ¿De dónde vienes?

-De Brasil-respondió Tiffany, sonriendo-Unos negocios y eso.

-Nunca dejas de trabajar, demonios…

-¿Y tú? ¿Y eso que estás aquí?-preguntó Tiffany, viendo a su alrededor-¿Dónde está Rob?

-Rob está en el baño. Llegamos hace unos 10 minutos de Nueva York.

Tiffany lo quiso abrazar, pero de inmediato tuvo que soltarlo, porque había soltado un alarido de dolor-¡Jodeeer! ¡Demonios!-se quejó, contrayéndose ligeramente y apoyándose en la mesa para poder sentarse. 

-¿Estás bien? ¿Te sientes mal?-preguntó Tiffany, preocupándose y arrodillándose frente a él para mirarlo. 

-No es nada, Tiffany…Es sólo una tontería…

-Ninguna tontería-dijo otra voz. La de Rob que en ese momento se presentó. Él también estaba un poco diferente y con una pequeña barbita alrededor de la mandíbula.

-Hola, Tiffany-saludó él, sonriéndole.

-Hola, Rob ¿Cómo estás?

-Cuidando a éste pequeño imitador de Rambo…

-Cállate, Rob-exigió Minho, mirándolo con seriedad y con una notable advertencia en su voz.

-Si fueras más serio, te haría caso, pero eres un imposible, un testarudo y un niño malcriado-replicó Rob, muy molesto-Toma, olvidaste tus muletas. 

-¡¿Qué coño…?!

-Tiffany, tranquila, no ha pasado…

-Le han disparado.

-¡¿QUÉ?!-gritó Tiffany, creyendo haber escuchado mal

-¡Maldita sea, Rob! ¡Te juro que te mato!-espetó Minho, molesto y levantándose en sus muletas.

-Pero… ¡¿Estás bien?! ¿Cómo pasó?-preguntó Tiffany, mirándolo de arriba abajo.

-Estoy bien…

-¡Bien mal de la cabeza!-interrumpió Rob, cabreado-¡Eres un estúpido inconsciente y…!

-¡Baja la voz, Rob!-replicó Minho, completamente rojo. 

-¡Silencio los dos!-intervino Tiffany, con severidad-¡Parecen un par de niños!

-Él es el que hace una tormenta en un vaso de agua y…

-¡¿Una tormenta?! ¡Yo te daré tu tormenta, pedazo de imbécil y atorrante! ¡Te juro que te mataría!

-¿Cuándo fue eso?-preguntó Tiffany, tratando de mantener la calma.

-Hace como…

-4 Semanas-respondió Rob.

-¡¿Por qué no me dijiste?!-reclamó Tiffany, ofendida-¡¿Por qué no me llamaron?! ¡Joder! 

-Yo le dije-repuso Rob, encogiéndose de hombros-Le dije que quería llamarte, pero él insistió que no. Le dije que merecías saberlo.

Minho se alejó muy enojado y Tiffany lo siguió, buscando entender. Lo detuvo antes que se alejara lo suficiente, agarrándolo por el brazo.

-Minho…

-No fue nada. ¿Está bien?-dijo Minho, lleno de rabia-Rob solamente está…

-No digas que está sobreactuando, porque se nota que está muy enojado por lo que sucedió y quiero saber ya mismo cómo fue. 

Minho miró a Tiffany y luego a Rob que estaba unos pocos metros más allá, al lado de las maletas de ellos y de Tiffany. Estaba realmente molesto.

-Fue un acci…-se detuvo al ver la mirada de incredulidad de la pelirroja y rodando los ojos, corrigió-Negligencia mía…-dijo-Hubo una competencia de motocross en Montreal en la que quise participar-dijo, nervioso-llevaba muchos años sin practicar y me pareció buena idea, así que me inscribí…-se encogió de hombros-todo estaba bien y yo iba ganando, hasta que llegó un maldito inepto de mierda y me botó de la moto. Salí ileso, pero me encabroné tanto que me levanté a reclamarle al idiota ese, le empujé un par de veces y le dije algunas cosas…-explicó, mirando siempre al suelo-De lo que no me percaté era que llevaba una pistola, la sacó tan rápido que no me di cuenta… lo siguiente que recuerdo es despertarme en el hospital y…con una venda apretándome el abdomen. Eso fue todo.

Tiffany lo miró muy seria, sintiéndose muy enojada y triste. Se cruzó de brazos y quiso devolverse a buscar su maleta, pero Minho la tomó de la mano.

-Le pedí a Rob que no te llamara para no preocuparte, Tiffany-dijo él, con sinceridad-Generalmente tienes muchas cosas en la cabeza, miles de preocupaciones…-explicó, bajando la mirada-No quería darte una más y menos si ya yo estaba bien y no había nada de qué preocuparse. 

La pelirroja no dijo nada, se mordió el labio inferior y miró hacia otro lado, pero Minho la tomó por el mentón para que lo mirara a los ojos.

-Tiffany…

-Me hubiera gustado que me lo dijeras, sabes bien que me preocupo por ti, por lo que sea…tus estudios que comenzarás en un mes, tu relación con Rob, todo…eres mi amigo y necesito saber siempre que estás bien. A cada momento. 

-Yo también-susurró Minho, avergonzado-Pero yo estoy bien. No pasó nada, estoy…

-¡Por supuesto que lo estás, Minho!-replicó Tiffany-¡Eres un maldito suertudo y estúpido! Siempre te pasan cosas totalmente inauditas y realmente ridículas de las que no sé, a estas alturas, cómo es que sales vivo y a pie…te metes en cada lío que hay y a cada paso que das…-reclamó-A veces pienso que no te importa tu vida…

-Yo no…

-Eres un suertudo ahora y siempre lo has sido, pero dime… ¿Qué habría pasado si ésta vez no hubiera sido así?-preguntó, preocupada-¿De verdad pensaste en Rob y en el dolor que pudiste causarle si ese tipo te hubiera matado? 

-No me mató, Tiffany…

-Claro, te estoy viendo, idiota-repuso, haciendo reír a Minho, pero cuando vio que Tiffany ni sonrió, dejó de hacerlo-Es sólo una suposición-dijo Tiffany-hablamos de los “Si hubiera…”. No suelo hablar de suposiciones, porque son inexactas, pero ésta vez me lo permito, porque quiero que entiendas que si bien tomar riesgos muchas veces es bueno, otras veces no lo es y ésta es una de ellas. Debes saber reconocer los momentos en los que un riesgo, pueda ser más que eso, tal vez la línea entre que estés aquí o ya no lo estés más…mírame cuando te hablo-agregó, volteando su rostro-Quiero que siempre estés aquí.

-Yo no podía saber de ninguna manera que ese tipo tenía una pistola, Tiffany-replicó Minho, molesto-No había forma, solamente que la sacara y lo hizo. 

-Si hubieras sabido, de igual forma te acercas a golpearlo, porque eres un estúpido impulsivo. ¿Hace falta que te recuerde que te has lanzado a mi auto en movimiento 2 veces? ¿Qué te lanzaste de ese techo en el instituto…? ¿Lo recuerdas? ¿Y el oso? ¿Quieres que siga…?

-Lo siento…

-Eso no tienes que decírmelo a mí, cariño-repuso Tiffany, con un tono de sarcasmo-Es a Rob. Es él quien sufrió al verte mal, tú no porque estabas inconsciente. Te ama y es en serio. 

-¿Y tú?-preguntó Minho, ceñudo.

-¿Yo qué?

-Tú tampoco piensas en las consecuencias de tus actos. Eres igual o peor de impulsiva que yo-espetó él-No eres perfecta, Tiffany.

-Sé que no-estuvo de acuerdo Tiffany-Y porque no lo soy es que ahora mismo estoy pagando mis culpas. No quiero ser perfecta y no quiero pretender serlo. Quiero cometer errores y aprender de ellos. ¿Quieres aprender de los tuyos?

-No fue…

-¿Quieres o no?-insistió Tiffany.

Minho se quedó callado unos segundos y luego, soltando el aire de sus pulmones, asintió. Tiffany sonrió.

-Entonces… ¿Dices que ya estás bien? ¿Cómo me aseguro?

-Puedo andar sin muletas ya, pero Rob insiste que las lleve y lo hago para complacerlo y para que no siga enojándose más conmigo, pero…parece que no se le quita con nada-dijo Minho, apenado-He intentado…

-¿Qué?-preguntó Tiffany

-He intentado…joder, es que me da vergüenza decirte…

-No puedo creerlo, ¿Desde cuándo te da vergüenza conmigo?-preguntó Tiffany a modo de broma. Minho enrojeció.

-Te lo diré, pero no te rías…

-Tranquilo.

-Me enojaré si lo haces-advirtió-He intentado que él y yo…estemos juntos…que…intime… ¡Hacerle el amor, joder!-replicó, angustiado al ver la cara de Tiffany.

-Oh…mmm, bueno, pero…

-No quiere y si se lo digo se enoja más conmigo. Parece una mujer con la regla, pero una regla infinita porque no se contenta en ningún momento-explicó Minho, desesperado-yo quiero arreglarlo…quiero que sepa que no fue mi culpa que ese tipo trajera una pistola, quiero que entienda que me molesta y me hace daño su actitud conmigo. Es demasiado cortante y se la pasa echándome las cosas en cara. Cuando me duele la herida, así sea nada más un poquitito, él me repite con su voz irritante y de sabelotodo, que es mi culpa por haber discutido con ese tipo. Ya no sé qué hacer.

Tiffany miró hacia Rob que seguía sentado en la silla y hablando con Jong, que ya había llegado y también les esperaba. Decidió darse prisa.

-Min, debes comprender que no todo se arregla con tu pareja haciendo el amor…

-Pero…

-Puede que algunas veces sí, pero no siempre y ésta es una de ellas-expresó la pelirroja, muy seria-Mira, puede que me equivoque, en todo caso te pido que intentes hablar con él, que se sienten a conversar…

-Tampoco quiere conversar, le he dicho, he buscado momentos, pero es como si yo fuera invisible…

-Escúchame-pidió Tiffany-Yo creo que él todavía sigue asustado por lo que te pasó, debe haber sido un shock muy grande para él…

-No fue mi cul…

-¡¿Me vas a dejar hablar sí o no?!-cortó, irritada.

-Sí, habla.

-No puedes prometerle que te mantendrás lejos de los líos, porque eso por lo visto es como pedirte que dejes de ser Minho-explicó, lo más aprisa que podía-Pero podrías intentar decirle todo lo que me dijiste a mí, el daño que te causa que…

-Soy invisi… ¡Está bien, está bien, me callo!-replicó, deteniéndola por el brazo para que no se fuera.

-¿Puedo seguir?-preguntó la pelirroja, cruzándose de brazos.

-Sí, dale.

-Así él haga como que no te escucha, en realidad te está prestando atención y si no habla cuando tú lo haces, es porque te está dando la oportunidad de explicarte. Sólo que TÚ no captas esa señal…

-Podría hablarme, mover la boca y vocalizar, nada le cuesta. Yo no soy adivino ni leo mentes, por desgracia.

-Pero podrías intentar comprenderlo, ponerte en su lugar.

-¿Y quién se pone en el mío?-preguntó Minho-Él podría por una vez en su vida, comprender que yo no me busco los problemas, ellos me persiguen. Soy irresistible y hasta los líos están enamorados de mí. 

-Estúpido, escucha: Habla con él, así él haga como que no te oye, hazlo y verás que luego él te responde, pero no te vayas sin decirle nada. No pienses que por no obtener una respuesta inmediata, no es que no la tenga. La tendrás, pero debes ser paciente. 

-Hablarle, ponerme en su lugar, ser paciente…-enumeró-Lo tengo. Ustedes las mujeres son verdaderamente complicadas.

-Rob no es una mujer-repuso Tiffany, alzando una ceja-Y no somos complicadas, son ustedes los que creen que todo se arregla con o.

-Pero es como si lo fuera. A veces creo que es una mujer heteroual atrapada en el cuerpo de un hombre homoual.

Tiffany rió, divertida y ambos se acercaron a la mesa donde estaban Rob y Jong. Minho se acercó con cuidado a Rob y él le dirigió una mirada fulminante, Tiffany le susurró un “Ánimo” en el oído a Minho. 
Rob tomó las maletas de ambos y se alejó para salir del aeropuerto, Minho le siguió.

-¿Cómo te fue?-preguntó Jongwook, agarrando la maleta de Tiffany-Disculpa la tardanza, es que me había quedado dormido.

-Me fue bien, ahora vámonos que estoy que me caigo del sueño.

-Pues parecías muy entretenida hablando con Minho-advirtió Jong.

-Quería hablarle de varias cosas-repuso Tiffany.

-Rob me contó lo sucedido. Que en una competencia de motocross le dispararon a Minho y eso…

-Sí, metiéndose en líos como siempre. No sé cómo lo hace, pero debe ser inmune o algo así.

-Nadie es inmune a nada. Sólo tiene suerte, es todo-razonó Jong-El que sí que está afectado es Rob. Me contó que tuvo miedo de perderlo, que pensó que se iba a morir, porque Minho tuvo dos paros respiratorios y estuvo en coma como por 1 semana. Los doctores le decían que había perdido mucha sangre y que era posible que no sobreviviera…que se hubiera recuperado tan de pronto fue una sorpresa para todos y un alivio para Rob, pero de todas maneras está muy enojado y triste con Minho.

-Minho no me dijo esa parte-repuso Tiffany, sorprendida y comenzando a sentir molestia y tristeza.

-No querría que te preocuparas innecesariamente si ya está bien-supuso Jong.

-Eso mismo me dijo él, pero no justifica. Debieron decirme.

-¿Y complicarte más la existencia? Él ya está bien, Tiffany. Eso es lo que importa. No te enojes con él.

-No me enojo con él, sólo pienso que es demasiado imprudente.

Se quedaron callados y caminaron hacia el estacionamiento, Rob y Minho también se les unieron después que Jong les dijera que los llevaría a su apartamento en su auto. 
Durante el trayecto, Tiffany le preguntó a Minho cómo habían hecho la mudanza de las cosas que estaban en Francia y él le dijo que contrataron los servicios de una empresa que los trasladaba por avión y que estuvieron como por un mes viniendo entre Francia y Seúl, llevando las cosas. 
Fue en ese momento que recordó lo de la herencia de la que le había hablado el abogado, Nathan Allen, pero ya no tenía tiempo de decirle a Minho sobre eso. Lo haría luego, porque ya habían llegado al apartamento de él y Rob.

-Tengo que hablarte de algo importante, Minho. En uno de estos días me paso por tu casa y…

-No tengo problemas por pasarme yo por la tuya y…

-Tú no vas a ninguna parte-intervino Rob, muy serio-El doctor te recomendó reposo absoluto y nada de esfuerzos una vez llegáramos. 

-¡No soy un nene de 3 años, Rob!-replicó Minho, ofendido.

-Que me discutas algo que dijo el médico, me demuestra que tienes la mentalidad de uno.

Rob salió del auto y Minho suspiró, enojado. Tiffany lo tomó del hombro.

-¿Ves? Me está cansando, Tiffany. Me tiene harto que me trate así…

-Pídele que te hable de lo que sintió cuando estuviste mal, eso puede que te ayude a comprenderlo y así arreglar las cosas. Háblale también de tus sentimientos ante su actitud-recomendó Tiffany.

-Gracias, Tiffany, lo intentaré.

-Vendré yo a hablar contigo. Rob tie