Capítulo 47: Volver a creer.

-Hey, hermosa…

Volteó rápidamente al escuchar su voz y sintió su corazón latirle dolorosamente. Minho pasó y cerró la puerta con cuidado, quedándose algo apartado. Respiraba con dificultad, pero a pesar de eso intentó sonreírle y él hizo lo mismo, acercándose un poco.

-¿Cómo te sientes?-preguntó, con cautela. 

-Un poco mejor-mintió Tiffany, comenzando a jugar con el borde de su sábana, nerviosamente-No te quedes parado ahí…siéntate-agregó, señalando el borde de la cama.

Minho sonrió y acercándose se sentó. 

-Sabes que no te creo-dijo él, alzando una ceja-Has estado llorando.

-No es cierto-repuso Tiffany, retirando la mirada.

-Bueno, podemos fingir que no pasa nada y así me explicarás cómo es eso que yo te dije que estuvieras bien, en el cementerio y luego me entero por Leah que has tenido fiebre-murmuró él, tomando su mano para acariciarla.

-Lo siento-se disculpó Tiffany. Minho entrelazó sus dedos con los de ella y alzando la otra mano le acarició el cabello muy despacio, notando un leve estremecimiento en ella. 

-Quisiera que me dijeras la verdad-susurró, brevemente. 

-¿Cuál verdad?-preguntó Tiffany, con un tono de voz brusco.

-Que aún sientes algo por mí.

Tiffany cerró los ojos un instante, tomando aire. A su mente vino de inmediato su primer beso con Taeyeon y todas las emociones que sintió al sentir sus labios contra los suyos. Volvió a abrir los ojos y descubrió que Minho la miraba muy insistentemente, mientras acariciaba su mejilla, además que de pronto estuvo muy cerca suyo y los ojos negros del chico eran como si la traspasaran.

Se dio cuenta que algo le decía que le besara, que tenía que hacerlo, miró hacia sus labios y vio como Minho comenzaba a sonreír y se acercaba, alzando su mano para tomarla por el mentón. Cerró los ojos, pero a último momento el flashback de su segundo beso con Taeyeon la asaltó y bruscamente agarró la mano de Minho con fuerza, en señal de que quería que se detuviera y apartó el rostro a un lado. 

Minho comprendió y se apartó de inmediato, respirando con dificultad y arrepintiéndose por lo que estaba haciendo. Se sentía un estúpido por hacerla sufrir de aquel modo, sin embargo, continuó agarrado de la mano de Tiffany. No quería soltarla.

-Lo siento. Perdóname, Tiffany…soy un idiota-susurró, con su rostro pegado a su mejilla-No hago más que…meter la pata, sé que tú estás enamorada de Taeyeon, que la amas y que estás con ella. Sólo que…me cuesta no poder besarte como antes, me estoy muriendo por hacerlo como no te haces una idea…Espero que me perdones.

-No te preocupes. Esto también es mi culpa-respondió Tiffany, con sinceridad. Minho la miró, confundido. 

-¿De qué hablas?-inquirió él.

La puerta se abrió de pronto y por ella entró Alex. En cuanto los vio, frunció el ceño. Tiffany se sintió una basura. 

-Yo…ya me voy. Que estés bien, Tiffany-se despidió Minho, levantándose, nervioso y caminando hacia la puerta para salir. 

Cuando estuvieron solos, Alex miró a su hermana con reproche.

-¿Se puede saber qué coño estás haciendo?-preguntó, con un tono de rabia y coraje en su voz. 

-Alex…

-Pensé que ya lo habías superado. ¿No te das cuenta que lastimas a Taeyeon? Es más… ¿Le has dicho la verdad sobre él? ¿Le has dicho que…?

-Ya lo sabe. Yo se lo dije-respondió Tiffany, bajando la mirada.

Alex guardó silencio. No podía creer lo que hacía su hermana, salió de la habitación dando un portazo.

--------------------------------------------

Dejó las llaves del auto en el mesón y caminó hacia las escaleras, lentamente se sentó en uno de los peldaños y se agarró de la baranda. Miles de recuerdos en los que Tiffany le decía que la amaba comenzaron a aparecer una y otra vez en su memoria. No había dejado de hacerlo, ni un instante. 
Miró a su alrededor aquella casa gigantesca y vacía, completamente sola, aunque estuvieran millones de personas ahí con ella, si no estaba Tiffany, significaba tener nada, sólo las manos llenas de los miles de pedacitos en los que se encontraba su corazón en ese momento. 
Sabía que por los momentos era lo mejor, darle un tiempo para que ordenara sus sentimientos y sus ideas. No tenía miedo de apostarla, perderla si le daba terror.
Sintió que su celular vibró en el bolsillo y lo sacó lentamente. Miró la pantalla y suspiró.

-Heechul…No, estaba en casa de Tiffany…sí, bueno, disculpa, lo olvidé….no, no pasa nada, estoy bien…sí, creo que sí… ¿Mañana? Sí, me parece bien…no, no hay problemas…sí, te lo prometo… por eso no te preocupes…vale…nos vemos.

Colgó y se quedó mirando a su celular, mientras le daba vueltas entre sus dedos y alzando la mirada hacia el techo, inhaló con fuerza. 

Tiempo es lo que necesitaba Tiffany y eso se lo iba a dar.

----------------------------------------

Pensaba ir ese día a la oficina, sin importar lo que le había recomendado Myungsoo, se sentía ya bien de su herida y había notado que comenzaba a sanar. A pesar que intentaba no pensar en Taeyeon, a cada segundo veía por toda la casa algo que le recordaba a ella, cualquier detalle y aunque no lo hubiera, igual la recordaba. 

Cuando bajó a la cocina para comer, vio a todos sus hermanos ya preparados para ir al colegio. 

-Buenos días-saludó.

-Buenos días-saludaron todos, menos Alex. Él no la miraba y sólo bebía un vaso de leche con chocolate.

Intentando no prestarle mucha atención, se sentó al lado de Leah y se sirvió un vaso de jugo de naranja y unas tostadas. Comió muy lentamente, a cada mordisco que daba, sentía como si masticara una alfombra de púas y bebiera cianuro, así que procuró comer un poco más rápido para evitar sentirse peor. Pronto terminó y limpiándose la boca con una servilleta, le dio un beso a Mike y Noah en la frente y despidiéndose, salió corriendo, pero la voz de Leah la detuvo enseguida.

-¿A dónde crees que vas con tanta prisa?-preguntó la chica, ceñuda y poniéndose las manos en la cadera. De pronto le pareció que miraba a su propia madre y tuvo un hilarante momento para reír, pero no lo hizo.

-A la oficina, porque…

-¡A la oficina! ¡La señorita Stephanie Hwang va a la oficina!-exclamó Leah, sarcásticamente-Pues fíjate, que creo que no será posible, porque aún no has cumplido la semana que recomendó Myungsoo. Así que ya puedes ir caminando a tu habitación y ponerte a descansar.

Otro hilarante momento para reírse, pero aun así, tampoco lo hizo. En lugar de eso, miró a Leah, confundida y alzando las cejas. 

-Disfruta de la decepción, porque de todas formas voy a ir. Aquí no tengo absolutamente nada que hacer y…

-Podrías empezar por llamar a Taeyeon y que venga aquí para que te haga compañía ¿No crees?-repuso Leah, cruzándose de brazos.

Tiffany apartó la mirada y no supo dónde meter la cabeza. Leah miró fijamente a su hermana y enseguida lo supo, sin que se lo dijera. Ahora entendía la repentina retirada de la morena el día anterior y sin dar explicaciones y el porqué de los malos tratos de Alex a Minho, antes que éste se fuera al hotel. Todo quedó cuadró a la perfección.

-No puedo creerlo. Eres la persona más increíble que conozco…

-No tengo tiempo ahora, Leah, tengo que ir…

-Haz lo que se te venga en gana. Al cabo que siempre lo haces-espetó Leah, cabreada y retirándose a la cocina. 

Respiró profundamente y cogió las llaves del auto. Salir a la luz del día fue extraño, porque a pesar que hacía sol y éste le pegaba directo a la cara, sentía mucho frío y por eso mismo llevaba un sweater y unos guantes. Abrió la puerta del auto y entrando al auto, lanzó su bolso hacia la parte trasera del auto y metió la llave en la ignición.

-¡Buuuuu!

Tiffany dio un salto y pegó la cabeza del techo del auto. A la vez que vio a Minho riéndose con suavidad por su travesura. Quiso enojarse, quiso gritarle, pero su risa fue tan contagiosa que no pudo evitar hacerlo también, mientras se sobaba la cabeza.

-¡Qué tonto eres!-replicó Tiffany, entre risas.

-¡Tendrías que haber visto tu cara! ¡Fue un auténtico poema!-dijo Minho.

-¿Y tus muletas?-preguntó Tiffany, notando que no las llevaba.

-Ya puedo caminar sin ellas. Aún tengo la herida, pero ya tengo sólo una venda y es mejor así-explicó Minho, encogiéndose de hombros.

-Qué bueno, en serio-dijo Tiffany, sonriendo-¿Y tus amigos?

-Se quedaron en el hotel-respondió Minho.

-Ah, bueno.

Minho sonrió y se colocó de cuclillas, viendo a su alrededor y luego hacia Tiffany de nuevo. 

-Tiffany…creo que ya mi tiempo aquí ha concluido y…ya hice lo que tenía que hacer y…bueno, en realidad no pude hacer todo-susurró, mirándose las manos.

Su pulso de pronto se aceleró y fue como si le robaran toda capacidad de razonamiento.

-¿De qué…hablas?-preguntó, lentamente y sintiendo miedo.

Minho tomó con cuidado su mano y clavó su mirada en los ojos marrones de la pelirroja. Tiffany frunció los labios y comenzó a negar repetidamente con la cabeza, recordando, volviendo a vivir, era una puta sensación de déjà vu, su memoria se convirtió en una especie de cine mudo repetitivo, una parodia triste y agónica que se anclaba una y otra vez en las mismas palabras, la misma frase.

-“Me voy, Tiffany”…no tengo nada que me detenga aquí. La verdad es que yo…ésta vez sí pensaba quedarme, pero…me di cuenta que lo que me ataba…ya no…ya no es así y…-alzó la mirada y vio que comenzaba a llorar-por favor, cielo, no llores…no me hagas esto…

-¿Qué no…que no te haga qué, Minho? ¡Mira lo que me haces a mí! 

-Tiffany…no otra vez…

-¡Eso mismo te digo yo, maldita sea!-explotó Tiffany, cabreada y llorando-¡Otra vez no! ¡¿Por qué siempre las personas que quiero se van de mi vida?! ¡¿Por qué siempre tiene que ser así?! 

Comenzando a llorar, Minho se levantó unos centímetros e intentó secar las lágrimas de la pelirroja, pero ella se apartó bruscamente y lo empujó para que se alejara, a la vez que cerró la puerta de su auto con fuerza y encendiéndolo, colocó en retroceso y pisó con fuerza el acelerador para salir de ahí.

-¡Tiffany! ¡Stephanie, detente! ¡Déjame explicarte! ¡Stephanie!-gritó Minho levantándose a toda velocidad y saliendo por la reja del estacionamiento.

-¡Déjame en paz! ¡¿No querías irte?! ¡Pues hazlo! ¡Vete! ¡Al cabo que no te importa!-gritó Tiffany, saliendo.

-¡Sabes muy bien que me importas! ¡Hablemos como dos personas adultas y…!

-¡No! ¡Vete!

-¡TIFFANY! NO!-gritó Alex, saliendo junto con los chicos de la casa

Pisó el acelerador a fondo, pero no vio el momento en el que Minho se atravesó, por lo que le pegó con el auto, haciéndolo montarse por un instante encima del capó y luego estrellándose contra el pavimento.

El mundo se detuvo por un instante casi infinito, se bajó del auto y corrió hacia Minho, quien yacía en el suelo inconsciente.

-¡Minho! ¡MINHO! ¡Despierta! ¡No me hagas esto, por favor!-gritaba Tiffany, arrodillándose a su lado y agarrándole la cabeza para mirarlo.

-¡No lo muevas, Tiffany! ¡Puede estar lastimado!-gritó Sam, nervioso.

Sus hermanos llegaron corriendo, al igual que María y Pierre. Alex se acercó con cuidado y revisó su pulso y la respiración.

-Respira, tiene pulso.

-¡Minho! ¡Despierta! ¡Respóndeme!

-Tiffany…por favor, cálmate-pidió Leah, tomándola por los hombros, pero la pelirroja la apartó de un manotazo.

Minho de pronto jadeó e hizo un gesto de dolor, a la vez que se agarró la cabeza y comenzó a murmurar palabras ininteligibles. 

-Min… ¡Minho! ¡Estás bien! ¡Por Dios estás bien!-gritó Tiffany, agarrándolo por la cabeza y abrazándolo con fuerza.

-¡Ayyy joder! ¡Que me dueleeee!-gritó Minho, intentando soltarse.

-¡Pues es tu culpa! ¡¿Por qué te atraviesas así?!-exclamó Tiffany, alterada. 

Se levantó y se tapó la cara, sintiendo que el corazón se le iba a salir. Luego volteó de nuevo y miró a Minho, quien seguía recostado en el pavimento, respirando profundamente.

-¿Puedes levantarte?-preguntó Alex, serio.

-Mmm ugh-balbuceó, intentando sentarse y apoyándose en el suelo. 

-¡Estás sangrando!-gritó Leah, horrorizada.

Tiffany miró el pavimento, a su sweater que estaba manchado de sangre y luego a Mi