Usted

Lo que me gusta de ti (Adaptación TaeNy)
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Capítulo 107: Usted

Anotó los últimos arreglos a la composición y, algo dudosa del resultado, miró a su hijo que estaba a su lado, expectante con lo que habían intentado terminar de aquellas canciones que, por no haberlas comenzado ellos, no tenía idea si el final que Seth y ella le daban, estaba bien. Sólo esperaba que, por lo menos, estuviera decente. Lo que si estaba segura, era que con la ayuda que su hijo le había brindado, había sido más fácil la dinámica y le hacía sentir cierta satisfacción y un gran orgullo por el chico. 

-¿Qué piensas?-preguntó en voz baja-¿Crees que esté bien o le faltaría algo? 

Seth se encogió de hombros y sonrió.

-Si no probamos el resultado, no lo sabremos nunca. 

Sin que la morena le dijera nada, se levantó de su lado en el piano de cola y cogió de nuevo su guitarra eléctrica nueva. Una Fender Stratocaster, junto a sus amplificadores que Taeyeon, Tiffany y los chicos le habían hecho de regalo de cumpleaños, hacía unos 4 días atrás.

Se sentó de nuevo a su lado y mirando a su madre, esperó que ella le indicara. La morena le sonrió y se puso también en posición en el piano.

-A la cuenta de 1, 2…

Al tercero que no se escuchó, quedó ahogado por la melodía que empezó a surgir de sus instrumentos, concentrados madre e hijo en lo que debían tocar y haciendo una genial fusión de guitarra eléctrica con la suave melodía que producía el piano tocado por Taeyeon y con su voz, pero apenas en un murmullo que sólo escuchaba Seth.

Ninguno de los dos vio cuando la puerta se abrió y por ella entró Heechul. Él se quedó mirándoles y escuchando, atentamente, la música y la letra que apenas sí podía captar y que lo poco que entendía de ella, le gustaba demasiado y le provocaba ligeros estremecimientos.

Era impresionante e interesante la química musical que había entre Taeyeon y Seth y, sobre todo, como de tan bien se entendían. Ambos habían nacido para ello y por unos minutos, debido al estilo del chico, le parecía estar escuchando a Young Sik con su Fender. Porque Young Sik también solía tocar una de esas. 

Finalizaron a los 5 minutos y fue apenas en ese momento en el que Heechul se dio cuenta que se había sentado y quedado embelesado con la canción. Sonriendo, aplaudió con entusiasmo y eso hizo brincar del susto a Taeyeon y a Seth, que apenas en ese momento se daban cuenta de su presencia. 

-Eso estuvo sencillamente genial-declaró Heechul, emocionado y acercándose a ellos y apoyándose en el piano ligeramente, con los brazos cruzados-Excelente ritmo, me recuerda los primeros éxitos de tu padre-dijo, mirando a Taeyeon. 

-¿En serio?-preguntó Taeyeon, entre sorprendida y confundida.

-Sí, claro, ¿Por qué habría de mentir? Además que Seth y tú le agregan algo parecido a…una mezcla de jazz con rock bastante interesante al tema, le dan poder. Me ha gustado. Podría ser tu siguiente éxito, si lo incluyes en tu próximo álbum.

Taeyeon alzó una ceja y mordiéndose el labio inferior, sonrió levemente. 

-Aún pueden faltarle detalles, Heechul. Esto era una prueba que hacíamos. Además que pienso que se podría incluirle batería, un bajo, unos teclados…

-De eso se encargan los chicos-apuntó Heechul.

-Vale, lo sé, pero lo que quiero decir es que aunque parezca que está terminada, no es así. Además…No es composición nuestra…sólo le agregamos cosas y le hicimos arreglos. 

-¿Qué? ¿De quién es?

Taeyeon tomó las partituras y se las tendió para que Heechul las viera. Él miró el título y luego la firma debajo de este, quedándose de piedra por la sorpresa. Comenzó a hojear las otras que estaban y también tenían la misma firma. 

-¿En serio son de…?

-Sip…lo son. Seth y yo le hicimos los arreglos correspondientes para que quedara una buena fusión…le terminamos algunas cosas...-rió y se encogió de hombros, mirando a su hijo y dándole un beso en la frente-A lo mejor no era el final esperado, pero es lo que mejor pudimos hacer, en vista que no es algo que hubiésemos comenzado nosotros. 

-Está excelente-susurró Heechul, sintiendo un nudo en la garganta-Es una pieza, Tae. Todas estas lo son.

-No sabía que te iban a gustar tanto.

Heechul rió.

-Gustarme es poco. Si tienes los derechos…

-Los tengo.

-Perfecto, porque podríamos incluirlo en el próximo álbum, si te parece; pero eso ya será como dentro de un año y medio que vuelvas a los escenarios. 

-Sí…supongo. 

-¿Estás de acuerdo?-preguntó Heechul, escéptico.

-Sí, claro. Supongo que no estaría mal y…bueno, con tal de que pongan los debidos créditos y autoría de las canciones, todo estará muy bien. 

-¿Por quién me tomas? Claro que los tendrá, pero…necesito proponerte otra cosa.

-A ver…

Heechul no respondió, en su lugar se le quedó mirando a la morena muy atentamente; mientras ella, poco a poco, parecía ir entendiendo lo que quería decir y más aún cuando le vio mirar de soslayo a Seth. 

-¡Ah no! No, Heechul, no…-se levantó apresurada del piano y le arrancó las partituras de las manos-No, definitivamente no.

-¡¿Por qué no?! ¡Taeyeon, por favor!-suplicó Heechul, desesperado e intentando tomarle la mano, pero ella se apartó, fastidiada-¡Es una tremenda oportunidad para él, Tae! ¡Es un prodigio! ¡Tiene...!-se detuvo y miró a Seth, confundido-¿Cuántos años es que tienes, chico? ¿5? 

-Por favor…ni siquiera sabes su edad y fuiste a su cumpleaños…

-Cumplí los 7 hace una semana, ¿Recuerda?-respondió Seth, divertido. 

-¡Lo que sea! ¡Tu hijo tiene 7 años, Tae! Esto sería una gran oportunidad para él y darse a conocer…

-No quiero que la fama lo dañe, no quiero que esté perturbado por la prensa y…

-¿A ti la fama te ha dañado?-contraatacó Heechul, siguiéndola mientras ella buscaba su bolso y guardaba sus cosas ahí.

-No, pero este medio es algo para lo que él no está preparado. La prensa lo perseguirá siempre y es sólo un niño…

-Quizá él está más preparado de lo que tú crees. No subestimes su…

-¡No lo subestimo, Heechul! ¡Es mi hijo, Joder! 

Se escuchó un breve carraspeo que los interrumpió y voltearon a ver a Seth, quien les sonrió y les saludó con la mano, muy simpáticamente.

-Hola, estoy aquí y… ¿Harían el favor de no hablar de mí como si yo no estuviera presente?

Le había provocado reír y lo hizo. Seth nunca cambiaría sus maneras de hablar como si fuera un adulto en el cuerpo de un niño y eso le hacía cierta gracia en algunas oportunidades y en otras no tanto, porque era como recordar que en sus primeros años de vida, no fue un niño; pero sí un adulto más en las calles de Roma. 

-Lo sentimos-murmuró Taeyeon, dándole un beso en la frente.

-Sí, lo sentimos, pero… ¿Me ayudarías a convencer a tu mamá para que…? 

-Suficiente, Heechul. He dicho que no y se acabó. No retes a mi paciencia-interrumpió Taeyeon, comenzando ahora a verdaderamente molestarse. Tomó su bolso y agarró de la mano a Seth-Nos vamos. 

-¡Pero, espera un momento…!

-¡Te dije que no quiero…!

-No se trata de eso, Tae-la detuvo Heechul agarrándola de brazo antes que saliera por la puerta y luego sacando de su chaqueta lo que parecía un DVD y se lo entregó a la morena-Es para ti y tu familia.

Lo que tenía ahora en sus manos, efectivamente era un DVD que tenía en el cover una foto de su propia silueta con una guitarra en sus manos, dibujada por las luces del escenario sobre ella. Llevaba el título de “Kim Sinfónico” y un pequeño subtítulo en letras plateadas que decían “En Vivo en el Palau De Les Arts. Edición de Lujo”.

Repentinamente, sintió una melancolía tan extraña en su interior, como si se hubiera dejado una parte suya, muy importante, en aquella ciudad. Se percató que el tiempo había pasado muy rápido y que apenas se había dado cuenta de ello. 

-Gracias-musitó, con la voz ahogada-No recordaba que salía hoy.

-Me lo supuse-dijo Heechul, luego de un largo suspiro-Apenas son las 10 y media de la mañana y me avisan que, solamente en España, ya se han agotado, prácticamente, todas las existencias. Hubo pedido masivo en Amazon y en otras tiendas virtuales; además de colas inmensas que daban la vuelta a la cuadra desde ayer para poder adquirirlo. Ya se envió 2 cargamentos más hasta allá. Aquí en Seúl se formaron colas también y aún siguen disparándose las ventas. Nada más te hablé de Seúl y España, imagínate el resto del mundo. Es un éxito absoluto y rotundo. 

Taeyeon sonrió y asintió, sintiendo ganas de llorar y sin pensárselo, abrazó a su manager.

-Gracias, yo…no sé qué decir.

-No necesitas decir nada. Esto simplemente demuestra que la campaña de descrédito que iniciaron Hyomin, Conner y Harper hace unos días, les ha salido terriblemente mal, porque tus fans siguen apoyándote más que nunca y ese grupo de Facebook de “A Que encuentro 500 personas que apoyan a Kim Taeyeon” está a punto de llegar al Record Guinness por tener la mayor cantidad de usuarios adheridos. 

-Ni sabía que existiera un grupo así.

-Lo creó Mike-intervino Seth-Dijo que ponía ese límite de 500 personas, porque sabía que pasaría esa cantidad en un dos por tres. Solamente pasaron 24 horas el día que lo creó, cuando ya habían ingresado 3510 personas. Al final del segundo día ya se había quintuplicado y seguía creciendo. 

-¿En serio fue él?-preguntó Heechul-Wow…ni me fijé en el nombre del creador…bueno, me tengo que ir, porque en un rato tengo reunión familiar.

-¿Familiar?-inquirió Taeyeon, con sorna.

-Yo también tengo familia, Kim, por si no te habías dado cuenta-respondió Heechul, fastidiado. 

-Eso sí que es nuevo. 

Heechul chasqueó la lengua en señal de censura y Taeyeon rió junto a Seth.
……………………………………………………………

Un golpeteo que pareció casi formal; la sacó del enorme informe, los balances y de la hoja de cálculo del Open Office Calc. , que preparaba para tenerlos listos, finalmente, ese mismo día. Pronunció un “Adelante” lo bastante fuerte para que lo escucharan e inmediatamente después, la puerta se abrió y vio a Minho entrar, con una leve sonrisa de disculpa y ella le respondió con otra sonrisa.

-Hola, Minho…

-Hola… ¿Interrumpo?-preguntó él, dudoso.

-No, no, ya estoy por terminar, de todas formas-respondió Tiffany, guardando todo y cerrando las ventanas con un movimiento rápido del Mouse y el cursor en la pantalla-Pasa y siéntate. 

-¿Segura que no…?

-Absolutamente. Siéntate. 

Él tomó asiento frente al escritorio de la pelirroja y sonriendo nuevamente, su rostro enrojeció ligeramente; algo avergonzado por aparecerse así de repente. 

-¿Cómo te está yendo con tu regreso?-preguntó Tiffany, dejando su calculadora y libretas a un lado, poniéndolo todo en orden-¿Ya Jiyong comenzó a mandarte trabajo extra? 

Ambos rieron y Minho se encogió de hombros, con resignación.

-Incluso a los más heteros como Jiyong, les provoco cositas. Debe haber sentido algo parecido a un o cuando me vio llegar ésta mañana, porque enseguida se le formó una sonrisota demasiado perturbadora y me hizo entrega de 160 carpetas con 25 informes dentro de cada una, que debo ordenar por letra, número, color y la hora en que fueron expedidos. 

-Le diré que no se pase con el trabajo que te pone, porque nada más estás utilizando tu mano izquierda. Está abusando de su…

-No, no, Tiffany, déjalo. Me hace gracia que lo haga, incluso me divierto haciendo ese tipo de cosas. Me entretengo tanto que se me pasan las horas rápido y ni me doy cuenta…además, que él igual está trabajando bastante.

-Lo sé, pero como tú tienes tus clases y lo demás…

-Gracias, pero te aseguro que no tengo problemas con él. A pesar de las tonterías que a veces dice, es bueno y se ha mostrado preocupado por la salud de Rob, aunque no lo quiera demostrar ni admitirlo de frente, pero me ha hecho preguntas sutiles sobre Rob y de su recuperación. Se hace el duro, pero no lo es. 

-Mmm bueno...me parece excelente, entonces-sonrió y apoyándose sobre su escritorio, tomó la mano de Minho-Pero no es de eso de lo que viniste a hablar, ¿Cierto? 

La sonrisa nerviosa que acompañó a Minho, dejó entrever cierta tristeza y vergüenza. Asintió y bajó la mirada, pero de nuevo se encontró con los marrones de la pelirroja, cuando ella le tomó por el mentón para que la observara y le dedicó una sonrisa de ánimo.

-¿Más problemas con Rob?-preguntó.

-Pensé que en algún momento podríamos conversar tranquilamente…que quizá en alguna oportunidad, me daría el chance de explicarme o por lo menos que me dejara acercarme a él, en plan de sólo amigos; sin ninguna otra intención-explicó, mientras el nudo de su garganta se iba acrecentando cada vez más, haciéndose insoportable-Ahora temo entrar en su habitación, me da miedo siquiera acercarme a su puerta cada vez que llego de la uni o de aquí, del trabajo; porque apenas me ve, me pregunta con quién estuve y que si estuvo mejor que el anterior…me duele que lo diga, me duele que me reproche y me eche en cara todo. Sé que me lo merezco, pero…realmente duele.

-Minho…

-Quise creer que podía siquiera lograr su amistad de nuevo, pero ni eso. No confía en mí para nada, no me cree cuando le digo que no estuve con nadie. Voy y regreso de aquí y de la uni a la hora, estoy al mediodía para almorzar y si no llego, llamo a Camille para decirle que tardaré por si tengo trabajo o examen o algo extra qué hacer…me han invitado a cantidad de fiestas, reuniones y cosas así con los amigos, pero todas las rechazo porque no quiero llegar tarde para que Rob no piense mal; pero de todas formas de nada sirve, porque dice que lo hago sólo para aparentar que no tengo a nadie y si llego sólo unos minutos retrasado o una hora, como máximo, también se queja y no se cansa de lanzarme puntas. Siempre intento calmarme y Camille también me ayuda con él, pero…no es posible hacerle entrar en razón y se pone como loco cuando su mamá le dice que hable conmigo, que me escuche. Pega gritos y lanza cosas de lo furioso que se pone, porque dice que ella toma partido por mí y no lo defiende a él, que es su hijo y que yo lo engañé con Minhyuk y que no sabe si fueron más.

-Sabes que Myungsoo dice que por su accidente y su lesión, puede decir y hacer cosas…

-Lo sé, Tiffany, pero…-apretó la mano izquierda en un puño para controlarse y detener las lágrimas que amenazaban con salir, pero una rebelde escapó y se apresuró para secarla, pero Tiffany ya había hecho el trabajo, al acariciar su mejilla-No sabes lo mal qué me sentí cuando le escuché decir eso ayer, desde afuera de la habitación. Hubiera deseado quedarme sordo en ese momento, deseo no oírle reprocharme, pero supongo que es sólo una parte de mi castigo…

-Él sólo está herido, Minho…

-Pero…

-Ponte un segundo en su lugar-continuó como si Minho no hubiera hablado-¿Cómo te sentirías si fueras tú quien descubre que Rob ha estado con alguien más, mientras creías que te era fiel? 

-Yo…

-Con esto no quiero reprocharte nada. No quiero hacerte sentir mal, es fuerte que te lo diga de esta forma y ponga un ejemplo así; pero es para que te hagas una idea de lo mal que él también se debe sentir. Es un poco para que lo comprendas. Sí, se pasa con las cosas que dice, pero está herido y que no confíe es algo normal. También está lo de su lesión, eso hace que no tenga...algo así como un “filtro” que le ayude a saber cuándo es que las cosas que está diciendo, están haciéndote demasiado daño. Estoy segura que a él también le duele no estar de buenas contigo.

-Pero es que él dice que ya terminamos y que no quiere verme, que me aleje de él, pero no pierde oportunidad cuando llego de la uni o de aquí, para preguntarme con cuántos estuve.

-Mira, sólo dale tiempo ¿Va? 

-¿Tiempo? ¡¿Cuánto más?! ¡Ni siquiera hace el intento de quedarse callado un segundo cuando le repito que no estoy con nadie!-esgrimió Minho, con desesperación-¡Ya no sé qué hacer! ¡Nada de lo que digo está bien y todo es una sentencia contra mí mismo! ¡Si le hablo es como lanzarme una soga al cuello! 

Se levantó de golpe de su asiento, casi derrumbando la silla en el proceso y comenzó a dar un breve rodeo por la oficina; respirando con dificultad y sintiendo que le empezaba un dolor de cabeza.
Terminó sentándose en el mueble cerca de los ventanales y bajó la mirada, llorando. Tiffany se acercó y se arrodilló frente a él, tocando su rodilla para llamar su atención.

-Necesitas calmarte, Minho. No hay mal que dure cien años y eso lo sabes bien.

Minho negó, mostrando algunas lágrimas que mojaban sus mejillas, al igual que sus ojos marrones aguados. 

-No sé si pueda…

-Sí puedes…

-No sé si pueda, porque ya estoy cansado de intentar avanzar y en lugar de eso, sólo estoy retrocediendo más y más. Es como un muro con el que me encuentro, cada vez que pienso que puedo llegar de algún modo a él. He tratado de derrumbarlo, pero es…muy fuerte.

-Te vas a rendir-murmuró Tiffany, frunciendo el ceño, preocupada-No pareces el Minho que yo conocí en aquella fiesta…aquel que no se rendía, así se encontrara con la muralla china…

-La muralla china no conoce a Rob y no estoy hablando de rendirme…

-¿Ah no? Entonces dime qué es, porque de verdad que no te comprendo. 

-Estoy hablando de…-respiró profundo y apretó las manos con fuerza-Abrirle espacio…dejarlo ir y…

-Eso es rendirse. Te estás rindiendo y tomas…

-Quizá es la salida más fácil, no sé; pero lo veo de una forma en la que…si esto no está dando para más, lo mejor es dejarlo hasta aquí. Rob no cesa de acribillarme con palabras que laceran de una forma que no te haces idea…Si lo dejo ir, quizá le estaré dando una oportunidad de encontrar a alguien que sí pueda darle lo que yo no supe, cuando hice lo que hice. Quiero que sea feliz y ahora mismo, no lo es conmigo y mucho menos viéndome continuamente alrededor.

-Quizá le des una oportunidad de encontrar a alguien más, es cierto, pero estás pensando por él y quizá no es eso lo que él quiera ¿No has pensado que quizá le haga más daño que te alejes?

-Tendrías que oír sus reproches y ahí sí que no pensarías que no le hago daño.

-Pensaría, como lo pienso ahora, que te sigue amando y que si hace todo eso, es porque te quiere cerca, pero que tiene miedo de que le vuelvas a engañar y por eso es que te trata mal, para no salir herido él. 

-¡Le he repetido mil veces que yo no…!

-Ya, eso lo sabes tú, solamente, pero ¿Cómo puede él estar seguro de eso? ¿Cómo puede saber que esta vez no le estás mintiendo? 

-Podría confiar…aunque sea un poquito en mí…no sé…no me lo merezco, pero…es lo único que haría que…joder.

Tiffany se acercó para abrazarlo, mientras él se derrumbaba en lágrimas y también la medio abrazaba con un solo brazo, sintiéndose más ahogado que nunca. Como si todo se le viniera encima.

-Lo que tienes que hacer es buscar como llegar a él. Que él vea que nuevamente puede confiar en ti, que vea que te hace muchísima falta y que quieres volver con él porque le amas. Que no hay nadie y nunca habrá alguien más que él en tu vida.

-No sé cómo…

-Sí que sabes, Minho. ¡Vamos! No te rindas ahora. Quiero volver a verte con una sonrisa en los labios, quiero ver de nuevo esa seguridad que tenías para todo, esas ganas de salir adelante a pesar de las circunstancias-le sonrió y él también hizo lo mismo-No eres un perdedor, eres un ganador y tienes que demostrarlo ahora más que nunca, ganándote de nuevo el corazón y la confianza de Rob. Yo sé que tú puedes, no te me rindas ahora. ¿Vale? 

En un suspiro asintió nuevamente.

-Gracias, Tiffany.

-Sabes que cuentas conmigo para lo que sea.

-Sí, gracias y…bueno, tengo que irme-se levantó del mueble rápidamente y Tiffany hizo lo mismo-Jiyong debe estar buscándome por todas partes, si es que ya no llamó al FBI para que me localice.

-Claro, estarás bien ¿Cierto?

-Por supuesto, pero…quisiera hacerte una pregunta antes…

-Dime.

-Uhh…-su rostro enrojeció y sonriendo, bajó la mirada, muy nervioso-Es que…

-Minho…

-Yo quería saber si tú…si tú me…acompañarías a ver a mi bebé.

Fue una absoluta sorpresa y por un momento dudó que hubiera escuchado bien, pero la sonrisa de Minho se lo confirmaba y no pudo evitar sonreírle también.

-Tu bebé…

-Ehh…sí.

-¡Vas a ver por primera vez a tu bebé y no habías dicho nada, picarón!-saltó para abrazarlo de nuevo y él la alzó unos centímetros del suelo, riéndose con ella-¡Te felicito, Minho! ¡No puedo creer que ya vayas a ser papá!

-Sí…pero, ¡Hey! ¿Por qué lloras?-viéndola que derramaba lágrimas y secándole varias.

-Me hace feliz por ti y Rob. Esto era lo que tanto querías ¿No?-explicó la pelirroja, emocionada y riéndose.

-Absolutamente-respondió Minho, con ilusión-Sólo hay algo más que haría que mi vida estuviera completa.

-No soy yo quien debe ir. Tienes que decirle a Rob.

-No, no puedo. 

-Minho…

-No es que no quiera. Me haría demasiado feliz que los dos estuviéramos presentes, pero sé que por el momento eso no es posible. No porque aún esté en cama, porque ya está dando sus primeros pasos con ayuda de Camille…a mí ni siquiera me deja acercarme para ayudarlo.

-Lo que sea, Minho. Tienes que decirle. Él también es el papá y tiene derecho…seguramente esto podría resultar beneficioso para ambos y que les ayude a reencontrarse. 

-Pero ¿Y si no quiere saber nada? ¿Y si no le importa…?

-No creo, sinceramente, que no le importe, Minho. Yo sí creo que a él le gustaría saber y conocer a ese bebé que viene en camino y es de ustedes. 

-¿Tú crees?-preguntó Minho, ansioso.

-Sí, estoy segura.

-Si lo dices así, poniendo esa carita, te creo todo.

-Tonto.

Tiffany rió, guiñándole un ojo cuando su amigo salió de la oficina y cerró la puerta. Suspiró y mirando hacia los ventanales, la ciudad con su tráfico y el sol ya anunciando que comenzaba el mediodía, le hizo mirar con ansias e ilusión su reloj en la muñeca y sonrió, esperando.

-5… 3… 2… 1…

El tono que había puesto de “Something” de George Harrison, le anunció la llamada que había estado esperando por casi toda la mañana y cuando atendió, sintió sumergirse en el mar de calma que le recordaba su voz suave.

-“¿Cómo está mi niña hermosa?” 

-Perfecta, ahora que llamaste-escuchó la risita de Taeyeon a través del celular-¿Y mis dos amores? ¿Cómo están mis princesitas adoradas?

-“Hermosas, por supuesto. Y con mucha hambre” 

-Eso tiene fácil solución. ¿Dónde están? ¿Dejaste a Seth en…?

-“Está en casa, Fany. Lo dejé hace un rato ahí, con los chicos”

-Ah bueno, entonces dime dónde estás para ir a recogerte y…

-“No, no, yo te voy a buscar. No te hagas problema”.

-No, no te hagas problema tú. Quédate donde estás y dime…

-“Que te dije que yo te busco, además ya estoy llegando” 

-¿Estás llegando? ¿Por dónde vas?... ¿Aló? ¿Tae? ¡Taeyeon!... Joder, se cayó la llamada…

Escuchó algo parecido a un golpetazo leve y sin apenas tener tiempo a alzar la mirada para ver quién entraba a su oficina, lo supo cuando unas manos le cogieron el rostro, con prisa, y unos labios suaves asaltaron los suyos en un beso demasiado pasional que le provocó una sensación de emoción y alegría en el estómago, como si tuviera pequeños monitos brincando ahí y su corazón latiera más aprisa. 
Le respondió, llevando sus brazos alrededor de su cuello para abrazarla y luego de separarse unos centímetros, sonrió, feliz de tenerla con ella. Acarició su vientre y después de recibir otro beso de la morena, sintió bajo las palmas de sus manos, las pataditas de Michelle. 

-Así que tienen hambre…-susurró Tiffany, alzando una ceja.

-Ya la sentiste, la princesita ha hablado o mejor dicho, pateado. 
….

Realmente había intentado que no estuviera tan lleno de personas cuando hizo las reservas en la mañana y cuando la atendieron le prometieron intimidad. Intimidad que tendrían, pero luego de pasar por entre las mesas y las miradas de las personas que las vieron llegar; hasta acceder a una pequeña sala donde las esperaba un mesero, con una pequeña sonrisa de bienvenida en sus labios.

-Buenas, señoritas. Pasen adelante.

-Gracias. 

Sentándose cada una en su respectivo asiento, apareció un segundo mesero y el primero se marchó, cerrando la puerta. Él les sirvió agua en unas copas y con un elegante movimiento, les hizo entrega de los menús; haciendo una reverencia, a su vez y saliendo de la pequeña sala.

Cuando estuvieron solas, Taeyeon echó un vistazo a su alrededor y sonrió, pareciéndole todo muy íntimo y acogedor. Un jazz muy suave sonaba desde algún lugar, reconociendo la voz de Jamie Cullum en la canción; además del crepitar de las llamas en una chimenea que estaba a unos metros y a espaldas de Tiffany.

La pelirroja tomó su mano y la interrogó con la mirada. 

-¿Te gusta?-preguntó, demostrando algo de duda en su voz-O quizá prefieras que pida cambiar a otra sala…

-No, no, Tiffany-se inclinó brevemente sobre la mesa y la pelirroja hizo el otro trabajo de acercarse y unir sus labios fugazmente con los de ella, para que su pancita de embarazada no la molestara con la mesa-Esto está muy lindo. Gracias, en serio.

-¿De verdad?-preguntó ella, acariciando su mejilla y sonriéndole.

-De verdad-corroboró la morena-Te amo.

-Yo también te amo, muchísimo.

Se dieron otro beso, que duró un poco más que el anterior, transmitiéndose todo lo que sentían la una por la otra y vertiendo en él cada una de las palabras que sobraban, que no hacían falta, porque podían saberlo con sólo estar cerca y sus “Te amo” escondidos en cada caricia. 

-Podría estar toda la vida sólo así, contigo-susurró Taeyeon, haciendo estremecer a Tiffany, cuando habló, rozando con cada movimiento de labios, su boca-Me haces muy feliz.

-TÚ me haces muy feliz a mí-respondió Tiffany, cerrando los ojos y acariciando con sus dedos, muy delicadamente, su cuello-¿Qué me has hecho Kim Taeyeon?-preguntó, sin despegarse ni un instante de su frente y buscando ahora tomar su mano-Me vuelves loca y me encanta. 

-¿Deberé encerrar a la señorita en un manicomio, entonces? 

-Oh sí, enciérrame en la habitación cuando lleguemos a casa y no me dejes salir de ahí nunca.

-¿Y los chicos, Fany?-preguntó Taeyeon, divertida por la proposición de su novia-Alex y Sam aún no cumplen la mayoría, sólo falta un mes para el primero y para el segundo, cinco meses. 

-¡Ugh! Bueeh…-Tiffany se apartó y suspiró, derrotada-Te has vuelto experta en arruinar mis geniales ideas.

-Geniales ideas que te han hecho olvidarte que estábamos en una habitación sin paredes aislantes de sonidos y que los chicos escuchaban cositas no aptas para menores. Manse no ha parado de decirme que te cuente un cuento antes de dormir, porque eso hace que no tengas pesadillas, por los gritos que pegas. 

Tiffany enrojeció al máximo y Taeyeon rió, complacida.

-Igual siguen siendo geniales mis ideas-musitó, haciendo un puchero.

-Eso no lo dudo-besó su mano-Pero en serio, tú te has vuelto experta en proponerme muchas cosas indecentes.

-¡Son completamente decentes, Kim!-farfulló la pelirroja, haciéndose la ofendida-Son cosas que…bueno…eso….

-¿Qué?

-Son cosas que tú…

-¿Estás balbuceando?-preguntó Taeyeon, más como una afirmación que como una cuestión.

-No, no estoy balbuceando.

-Sí, lo estás. Te ves muy adorable así…me encanta cuando lo haces…

-¡Te dije que no estoy…!-se detuvo cuando Taeyeon alzó una ceja y Tiffany tuvo que suspirar en resignación-Sí, balbuceé ¿Algún problema?

-No…-Taeyeon le dio un beso en la frente y luego en los labios, sonriendo-te dije que te ves adorable así.

-¡Pero sólo por ti! ¡Ojo!-se defendió la pelirroja. 

-Vale, está bien, pero ¿Me vas a decir qué cosas son tus geniales ideas indecentes?

-¡Son decentes! 

-Bien, “decentes”. 

-Decentes sin las comillas, no hagas comillas con los dedos. 

-Okay, decentes, ¿Bien? 

-Sí.

-Dime, entonces. Habla. No vas a poder zafar si no me dices. 

-No es importante…

-Todas las cosas que digas, son importantes. Así que habla.

Deseó que cualquiera de los dos meseros apareciera en ese momento, pero de cualquier manera Taeyeon le sacaría las palabras, así fuera con cucharilla. 

-Mis geniales ideas…son cosas que tú me provocas-confesó, finalmente-¿Contenta? Eso era todo. 

-Y si eso era todo ¿Por qué te pusiste así?-preguntó Taeyeon, sonriéndole-¿Te dio corte de pronto?

-Sí…un poquito. 

Taeyeon sonrió más abiertamente y le dio un beso en la mejilla.

 

Rieron complacidas, entrando al estacionamiento del restaurante y Tiffany, tomándola por la mano, la llevó hasta la camioneta y luego de ayudarla a sentarse en el mueble del copiloto, le sonrió y se acercó para besarla dulcemente. Su mano que estaba en su mejilla, descendió hasta su cuello y muy despacio iba pasando por sus brazos y luego por su cintura; llegando al punto en el que introdujo su mano bajo su blusa y acarició su piel; acercándose aún más para profundizar.

-Tiffany…-gimió Taeyeon, respirando agitadamente-mi amor…Nos van a ver…estamos en…la vía…

-Necesito hacerte el amor-cortó Tiffany, respirándole en el cuello y deslizando la punta de la lengua por el lóbulo de su oreja, haciéndola estremecerse y gemir-¿Tú no quieres?-preguntó-¿No quieres que te haga mía? 

-Joder…

Eso Tiffany lo tomó como un sí y la besó de nuevo. Taeyeon tembló de excitación cuando sintió su mano en su intimidad y jadeó, abrió un poco los ojos y casi le da un infarto con lo que vio, justo cuando un flash las cegó momentáneamente y la morena empujó bruscamente a Tiffany para que se alejara, pero fue demasiado tarde.

Vieron y reconocieron con terror al que les había tomado la foto y éste sonrió, triunfante, sacando a su vez la instantánea de la cámara y agitándola levemente para que se viera. Tiffany y Taeyeon estaban paralizadas.

-¡Whoa!-exclamó sorprendido, al verla él y levemente mordiéndose el labio inferior-Esto quedó sensacional y no porque la haya tomado yo.

Querían que se las tragara la tierra.
…………………………………………………..

Apenas Jiyong lo había liberado de su “yugo explotador”, salió corriendo de la oficina hacia el estacionamiento, donde lo esperaba Jong, para darle el aventón hasta la Universidad. Después de llegar y darle las gracias, casi voló del auto para llegar a tiempo a la clase de Geometría Descriptiva. Sólo le faltaban 10…7 segundos para entrar y si no llegaba antes de que se cumpliera el plazo impuesto por el profesor, podía irse despidiendo de aquella materia y ver como se quedaba en el absoluto limbo.
Dio la vuelta en la esquina justo al segundo 2 y cuando estuvo en el 1, logró estar en el salón, pero...no había nadie.

-¿Qué demonios…?

-Hey, Horvejkul.

Volteó al escuchar la voz de Anderson y enseguida lo vio al lado suyo. 

-¿Qué más, hombre?-saludó él, chocando las manos con Minho.

-Bien…más o menos o algo así…mira ¿Y Castro? ¿Qué pasó con…?

-Y…mira, has llegado tarde, Minho-dijo Anderson, poniendo cara de disculpa.

-¿Qué? ¡No me digas eso! ¿Qué pasó? Castro dijo…

-Castro dijo que has perdido la materia y que te verá el próximo semestre.

-¡¿Y la clase?! ¡¿Cuándo fue?! ¡¿Por qué no me dijiste?! ¡Joder! 

Sin previo aviso dio un puñetazo con su mano izquierda que no tenía en el cabestrillo, en la pared y los nudillos le sonaron terriblemente, doliéndole más que el propio demonio. 

-¡Pero mira lo que haces! ¡Era sólo una bromita, Minho! ¡Castro ha tenido que viajar de emergencia por asuntos familiares y ha cancelado la clase de hoy y mañana! ¡Hoy mismo ya no tenemos clase!-exclamó Anderson, sorprendido por su arranque de furia, pero se arrepintió cuando vio que Minho parecía querer matarlo-Joder…Minho, era una…

-¡Te voy a…!

-¡No, Minho!... ¡Hombre! ¡Q-Que era una broma!-gritó Anderson, mientras salía corriendo-¡Era una broma! ¡Tú te las pasas haciéndolas! ¡Era una bromaaaaaaaaa! 

Lo persiguió hasta afuera, viendo que Anderson se dejaba su mochila en el pasto y seguía corriendo por su vida hasta que vio que se perdía por una esquina y cuando Minho la cruzó, ya no había pistas de él. 

-Maldito cobarde, me las vas a pagar…

Se miró su mano adolorida y gimió cuando intentó doblar los dedos. Seguramente ahora, para rematar, tenía los nudillos fracturados o quizá con un esguince, por lo que podía apreciar. Lanzó más improperios contra Anderson y se apresuró a devolverse, recogiendo lo mejor que pudo con su mano adolorida, la mochila que Anderson había perdido en su proceso de escape y llevándosela consigo para luego pedir rescate por ella.

Cuando estuvo en el estacionamiento de nuevo, se sintió el ser humano más inútil de todo el planeta tierra. Tenía su brazo derecho en cabestrillo y además, ahora con un esguince en su mano izquierda. Hizo el mejor esfuerzo por sacar el celular que Anderson siempre se guardaba en uno de los bolsillos de su mochila y comenzó a marcar el número de celular de Jong, con su mano derecha, para que se devolviera a buscarlo.

-¿Minho?

Antes que pudiera marcar el botón verde de “Llamar”, volteó para encarar a Minhyuk. Éste al verlo de frente, se sonrojó tenuemente, pero también sonrió algo. A Minho le sorprendió un poco verlo que llevaba algo de vello facial que se estaba dejando crecer por las mejillas y el cabello un poquitín más crecido, pero más nada. 

-Hey…-saludó Minho, sonriendo también, pero más incómodo-¿Cómo vas?

-Bien, bien… ¿y tú?

-Pues…ahí voy, poco a poco-era una respuesta un tanto ambigua y eso lo notó Minhyuk al ver su cabestrillo y el poco movimiento de su mano izquierda.

-¿Qué te pasó?-preguntó Minhyuk, sorprendido y apenas acercándose un poco más.

-Uhmm…el brazo me lo fracturé haciendo motocross hace unos días atrás. La mano…pues ahorita mismo, cuando…hice algo muy estúpido como golpear la pared. 

-Ah…bueno…-miró a su alrededor y luego de nuevo a Minho-Te llevo a la clínica, vamos.

-Uh no, no, no. Estoy bien así, ya yo llamo a Jong y en mi casa yo me curo…

-No seas tonto, vamos-insistió Minhyuk, abriendo la puerta de su auto y dejando su mochila y carpetas en el asiento trasero-Esa mano se te va a hinchar y se te pondrá peor, así que hazme caso. 

-Yo puedo…

-¡Que entres! ¡Joder!-exclamó Minhyuk, desesperándose-No va a pasar nada. 

El camino hasta su residencia estuvo lleno de algunos silencios cortos, pero Minhyuk conseguía mantener una conversación tranquila y hablando de temas muy aleatorios y triviales, sin algo en específico y manteniendo una obvia distancia entre ambos.

Al final Minho le había convencido de no ir a la clínica, porque sinceramente ya estaba cansado de ir y prefería sanarse la mano en su casa, con ayuda de lo que sabía de primeros auxilios. Minhyuk estacionó varios metros antes de llegar al edificio y liberó todos los seguros de las puertas para que Minho pudiera salir.

-Muchas gracias por traerme-agradeció él, al abrir la puerta del auto.

-Sin problema. Espero que estés bien y sanes pronto-dijo Minhyuk, con sinceridad. 

-Claro, gracias. 

Cosas como presionar el botón del ascensor y luego poder abrir la reja y después la puerta, hicieron que casi perdiera la paciencia, pero milagrosamente logró acceder a su casa.

Encontró, como ya era costumbre, a Camille cocinando el almuerzo. La saludó con un beso en la mejilla y ella al verle la mano, estuvo a punto de reprenderlo por estar haciendo cosas bruscas, teniendo el brazo aún en cabestrillo; pero él la calmó y le dijo que sólo se pondría una venda, porque ya sabía que era sólo un esguince y no había nada roto. 

-¿Y Nano?-preguntó Minho, dándose cuenta que no estaba por ahí.

-Está con Rob en su habitación-dijo Camille, despreocupadamente.

-¿Qué?

-Tranquilo, están bien. El mismo Rob me pidió que le llevara a Nano esta mañana, luego que tú te fuiste. 

Antes de poder pasar a la habitación de Rob, tocó suavemente la puerta y esperó poder escuchar su voz diciendo que podía pasar o sino un golpe en señal de que se alejara, pero cuando no escuchó absolutamente nada, dio la vuelta al picaporte y entró despacio.

Las cortinas estaban abiertas y por primera vez, podía ver luz en aquella habitación desde hacía un buen tiempo. Miró hacia la cama y ahí estaba Rob, dormido y con Nano a su lado, también dormido. Rob tenía la mano sobre la cabecita del perro, en señal de que había estado acariciándosela antes de quedarse rendido. De pronto, aquella imagen, fue como si le retrotrajera a tiempos que ya le parecían lejanos y que habría deseado volvieran, aunque fuera por un segundo, cuando sabía que era feliz, pero no había sabido valorarlo.

Se acercó, tímidamente y, cuidando de no tocar ni rozar ni un centímetro de su piel, aunque por dentro se muriera de ganas por hacerlo; tocó la naricita de Nano y este olisqueó levemente, dándole una lamida en la mano. Casi le dio un infarto cuando Rob se removió un poco, en sueños; pero pronto se quedó quieto de nuevo y siguió durmiendo.

Nano se levantó una vez que estuvo libre de la mano de Rob y dándole una mirada a Minho, pareció comunicarle que había estado cuidándolo mientras él no estaba en casa. Se bajó de la cama y corrió fuera de la habitación, dejándolo solo con Rob.

Fue en ese momento en el que se percató que el chico tenía unos audífonos blancos en su oído y su iPod, que estaba encima de la cama, seguía funcionando. Tenía puesta, justamente, la canción de Keane “Somewhere Only We Know” y había estado repitiéndose una y otra vez, porque le había puesto en repetición. 

Suspiró y decidió ir al baño y buscar su kit de primeros auxilios, para terminar de vendarse la mano de una vez por todas. No tardó mucho, pero sí le costó algo porque había tenido que sacarse lo que sostenía su cabestrillo y así poder dar vueltas a la venda. Al estar listo, salió de nuevo de la habitación, cerrando la puerta para que Rob siguiera descansando. 

Se metió a la sala donde estaban las computadoras y encendió la laptop para entrar un rato en Internet, revisar su correo, el msn, su Facebook y otras cosas. Pronto le llegó un delicioso aroma que indicaba que ya Camille estaba terminando de cocinar. Maniobrar para poder coger el Mouse, era un tanto difícil y al final tuvo que conformarse con utilizar medianamente el que era para deslizar el dedo y sólo dar breves golpecitos para marcar. 

Revisando su Facebook, encontró que Colin le había enviado una solicitud de amistad. Al principio dudó, pero luego pensó que no había nada de malo en ello y que aceptarlo no significaba nada más, así que le aprobó la solicitud y ya, para luego pasar a ver las demás solicitudes y algunos test un tanto idiotas que le invitaban a hacer y grupos a los que unirse. Les dio un par de “aceptar” a varios e “ignorar” a otros, terminándolos de ver porque ya iba a cerrar, pero a último momento vio un mensaje de Colin. 

“¡Hola! ¿Cómo andas? Espero que no te moleste que te haya agregado” 

“Hey, bien ¿Y tú? No, no me molesta”

“Estoy bien. Preparándome ahorita para salir con un chico que conocí hace un par de días”

“Ah, eso está muy bien. Te deseo suerte”

“Gracias! La verdad es que me gusta mucho, es lindo y muy atento. ¿Y tú cómo vas con tu novio?”

“Pues ahí. En el continuo intento”

“No te rindas ¿Va? Sigue insistiéndole que verás que pronto te resulta y estarán de nuevo juntos. Mira, me tengo que ir ya, que sino le dejo plantón al niño y luego se enoja. Saludos, guapo” 

“Vale, gracias. Saludos para ti también” 

Colin se desconectó y Minho hizo lo mismo, cerrando a su vez todas sus cuentas y apagando, finalmente, su laptop. Se levantó y volteó, para casi sentir que pudo haberle dado un infarto al miocardio cuando vio a Rob atrás suyo, en muletas y mirándolo con muchísima seriedad. 

-Rob…me asustaste-murmuró, llevándose la mano vendada al pecho.

-Quien no la debe, no la teme-repuso Rob, con simpleza y alzando una ceja. 

-Claro, tienes razón. 

Iba a salir, pero Rob le detuvo y Minho gimió internamente.

-¿Qué te pasó ahora en la mano?-preguntó-¿Una nueva travesura?

-Me di un golpe con la pared.

-Ah, claro, ahora echémosle la culpa a la pared ¿No?

Minho bufó y tomando aire, contó hasta 10, mentalmente.

-Mira, si no quieres creerme, ya no me importa. Yo sé que te dije la verdad-espetó, con cierta dureza y contundencia.

-Sólo tú lo sabes. 

-Y tú lo sabrías si me conocieras tan bien como decías hacerlo. 

“Perfecto, Horvejkul. Eso fue golpe bajo para él. Se trata de conquistarlo de nuevo, no de alejarlo”-pensó, sintiéndose estúpido y viendo el gesto de dolor que hacía Rob.

-Rob…lo siento, eso fue un error. Yo no quise…

-Por supuesto que no quisiste. Nunca quisiste nada, nunca quisiste hacerlo, nunca quisiste engañarme, nunca quisiste follarte a Minhyuk mientras me jurabas amor eterno a mí. Todo fue un error. 

-Perdóname, Rob. En serio te lo pido.

-¿Quién era ese?

-¿Quién era de…?

-¡No te hagas el pelotudo! ¡Con el que hablabas!

-¿Estabas espiándome? ¡Sólo es un amigo! 

-¿Y todos tus amigos son así de guapos? 

-¡No entiendes!-espetó, con rabia y atravesándose en medio para que no se fuera-¿Cuál es tu problema? ¿Huh? Se supone que no somos nada, que no eres mi novio ¿Por qué me sigues? 

-Yo no te sigo.

-¿Ah no? ¿Y qué significa que todo el tiempo me interrogues? 

-Eso es…

-Es que sigues enamorado de mí, acéptalo-lo acorraló contra la pared y si se inclinaba lo suficiente, podía besarlo-Acepta que aunque quieras odiarme con toda tu alma, en realidad te mueres por mí. Quieres darme una segunda oportunidad, pero tu mente te repite que no lo hagas, que te volveré a hacer daño y no es así. No volveré a hacerte daño, Rob.

-Cállate.

-Dime… ¿Cuándo me dejarás entrar?-con su mano lastimada, apenas pudo rozar su mejilla y acariciarla-Me estoy cansando y necesito algún lugar por donde comenzar…quisiera una oportunidad, Rob. Sólo una y seré tan feliz como no te haces una idea. Te haré tan feliz como nunca antes lo has sido-miró sus labios y estaba tan cerca que podía sentir su respiración y su aliento, agitados-Me tienes muerto, mi niño. Me tienes muerto de amor por ti…por favor…dime que me crees. Sé que me crees.

Los labios de Rob temblaron de ansiedad y deseo, su corazón ya casi no podía sentirlo de lo rápido que iba y los dedos de Minho bajo su mentón y luego en su mejilla, le desconcentraban terriblemente. Se agarró fuertemente de sus muletas cuando ya los labios de Minho estaban prácticamente sobre los suyos y sintió esa tibieza dulce y suave que le ponía en tres y dos; completamente fuera de sí. 
Iba a responderle, sin consciencia de sus actos, pero éstos parecieron hacer conexión con su mente y apartó a Minho con un leve empujón, cerrando los ojos, sintiéndose muy mareado.

-Aléjate-susurró-Por favor.

Lo soltó y lo dejó ir, sabía que lo había dejado confundido y que sus bases estaban tambaleándose, que aquella muralla que construyó para protegerse estaba débil y que si le hubiera respondido, habría significado el fin de ella. Se había estremecido bajo su influencia y por el roce de sus labios, lo había percibido y no podía negarlo. Aquello le dio fuerzas para insistirle, quizá no estaba todo perdido y sonrió.

Salió de aquella habitación y con gran estrépito escuchó el sonido de algo derrumbándose, luego el grito de Camille.

-¡ROB, hijo! ¡Minho, ven! 

Corrió hacia la habitación de Rob y con terror vio a Camille intentando vagamente sujetar a su hijo, claramente descompensado y desmayado; derrumbado en el suelo. 
……………………………………………………….

De pronto sacó otras 4 instantáneas del bolsillo interno de su chaqueta y las mostró desde lejos a la pelirroja y a la morena; ellas apenas la miraron, para sabían que tenía demasiado para exponerlas al escarnio público. Él sonrió de nuevo y se las guardó en su bolsillo.

-Quizá, si pudiéramos conversar…

-¡Ahh! ¡Ahora sí quieren hablar!-exclamó él, divertido y burlón, mirando a Taeyeon-¡Cuando se la pasan huyendo de cuanto fotógrafo, periodista o camarógrafo que se les ocurra! 

-Bien, ya tiene las fotos, tiene todo para exponernos ante el ojo público, ¿Qué hace que no corre a venderlas al mejor postor? Es evidente que quiere algo-espetó Tiffany, molestándose aún más y cruzándose de brazos.

Él rió y se encogió de hombros.

-No eres tonta, Hwang. Es cierto, entonces, lo que dicen de que eres buena para los negocios. 

-¿Qué quiere?

-¡Tiffany!-chilló Taeyeon, angustiada

-Yo no me vendo, Hwang. Que eso te quede claro.

-¡Pregunte qué es lo que quiere!-exigió Tiffany, a punto de perder la poca paciencia que tenía. 

-Una entrevista con ustedes dos. En exclusiva conmigo. Yo haré las preguntas que quiera y como yo quiera, sin límite y sin censuras-reveló con contundencia-Si cooperan, les doy las 5 fotos.

-No hay trato. Queremos todas las fotos, incluyendo las que lleva en el bolsillo trasero de su pantalón. 

-¿En el bolsillo trasero de…?

Iba a voltear, pero de pronto un gancho de derecha de parte de Kwang que le dobló con un movimiento rápido el cuello, le hizo perder el conocimiento en un dos por tres y cayó hacia atrás, siendo sujetado al instante por el guardaespaldas. Tiffany y Taeyeon se acercaron rápidamente.

-No pudo ser más idiota-murmuró Kwang, satisfecho. 

-¡Gracias, Kwang!-agradeció Taeyeon, emocionándose y abrazando al hombre. Él rió.

-No fue nada. ¿Están bien ustedes?-preguntó, mirándolas a ambas con preocupación.

-Sí, estamos bien-dijo Tiffany, acuclillándose frente al inconsciente Harper y revisando cada uno de sus bolsillos, sacando todas las fotos que había tomado y sobre todo la de su bolsillo trasero-Ahora estamos mejor. 

-¿Cómo supiste que tenía más y sobre todo en el bolsillo trasero?-preguntó Kwang, sorprendido. 

-Ellos nunca están seguros de cuando es suficiente y toman más; además que la forma como se tocó el trasero, que lo quiso hacer parecer sutil, me hizo sospechar que tenía más y cuando te vi venir por detrás, simplemente lo dije para distraerlo. 

-Muy astuto, Tiffany. Ahora será mejor que llevemos a este al FBI. 

Harper hizo un gemido de dolor, volviendo en sí, pero Kwang se apresuró a lanzarle un golpe en la cara que lo noqueó enseguida.

-¿Cómo supiste que estábamos aquí?-preguntó Taeyeon, curiosa.

-No me creerían si les digo. Lo único es que afuera está esperándonos Ernie con Conner, que también lo atrapamos vigilando la salida y también le hemos noqueado-respondió Kwang, con una sonrisa-Hace rato despertó y nos soltó toda la confesión cuando le obligamos. Nos dijo lo que éste pequeño bribón les quería hacer a ustedes y no dudé en venir. Ernie debe haber llamado ya a la policía. 

Efectivamente así era; pero la gente en el restaurante, al darse cuenta de esto, algunos no dudaron en llamar también a la prensa y aquello se formó en una noticia digna de sensacionalismo y no de algo serio en la que estaban implicados dos de sus colegas periodistas.

Taeyeon y Tiffany todo el tiempo estuvieron resguardadas en su camioneta junto a Kwang y Ernie que las protegían desde afuera y, de vez en cuando, venía alguno de la policía a tomarle declaración. 
Harper y Conner se los llevaron detenidos, luego que ambas expusieran una demanda en contra de ambos por acoso, injuria, espionaje, delitos contra la intimidad, difamación reiterada e intento de chantaje. A la vez que fueron citadas para declarar en cuando se requiriese y necesitase. 

Cuando pudieron irse a casa, aún en el restaurante quedaba una gran cantidad de periodistas buscando hablar con los del FBI; mientras que otros salieron detrás de la camioneta de ellas en cuantos las vieron partir. No llegaron muy lejos, porque enseguida que entraron a la urbanización, el vigilante los detuvo y no les permitió el paso.

Tiffany estacionó frente a la casa y por el retrovisor vio que Kwang y Ernie se despedían con la mano y seguían su camino en la van donde las escoltaban. Se quedaron solas y vieron en el reloj que desde que salieran del restaurante, habían pasado 5 horas, 3 de las cuales se tomó para estar esperando que se llevaran presos a Harper y Conner, haciendo búsqueda de evidencias y declaraciones. Ninguna de las dos cr

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Comments

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ignacia12 #1
Chapter 111: Me gusto mucho la historia es genial.
yoonalim__ #2
Chapter 6: Sejauh ini blm ada perkembangan
yoonalim__ #3
Chapter 5: Apakah alex undang taeyeon juga
yoonalim__ #4
Chapter 4: Adik tiffany selusin apa
yoonalim__ #5
Chapter 3: Taeyeon lu baru ngeliat tiffany sudah langsung jatuh cinta
yoonalim__ #6
Chapter 2: Tiffany bertabrakan dengan Tae
yoonalim__ #7
Chapter 1: Oke
yoonalim__ #8
Sepertinya menarik
ana2381 #9
Lo he leído más de una vez. Es mi favorito, encabeza la lista.?
lizbsol
#10
Chapter 111: Estupendo, brillante no se que mas decir