Capítulo 14: Una hermosa mentira.

Tiffany se quedó mirando inquisitivamente, pasando la mirada entre Alex y Leah, quienes se habían quedado mudos y se miraban entre sí, como buscando una forma de comenzar. 

-¿Alex? Estoy esperando ¿Qué pasó con Leah?-insistió la pelirroja, alzando las cejas. 

-Ella…

-Yo la invité a conocer a los chicos de la banda-soltó Taeyeon, sin pensar. Leah y Alex se la quedaron mirando incrédulos y Tiffany frunció los labios, no sabía si creer aquello. 

-¿Eso es todo? Pensé que sería algo mucho más grave, algo que me estaban ocultando y que…

-¡No! Tiffany, naaah, ¿Cómo crees, Tiffany? ¿Ocultarte algo? No, definitivamente no. Era eso nada más-dijo Leah, sonriendo y dándole gracias mentalmente a Taeyeon. 

-Yo creo…

-¿Qué es lo que crees, Alex?-preguntó Taeyeon, rogándole con la mirada que se callara. Alex suspiró y rodó los ojos. 

-Creo que no está bien que la dejes ir a conocer a esos chicos… Tiffany, porque no los conocemos, no sabemos si…

-¿Estás insinuando que mis amigos son mala influencia?-preguntó Taeyeon, haciéndose la ofendida para seguirle el juego a Alex.

-¡No, Tae! Lo que quiero decir es que Leah no debería…no debería salir sin el permiso expreso de Tiffany. No me parece justo que ella no sepa nada y que…

-Más te vale. Porque esos chicos son como mis hermanos y son buenos, realmente buenos y muy trabajadores. 

-No lo niego, Tae, es que mira. Tiffany es nuestra hermana y ella tiene todo el derecho a…

-Basta los dos. Se acabó-pidió Tiffany, cansada de escucharlos-Alex, no veo el problema en que Leah conozca a los amigos de Taeyeon, claro está si son como ella dice que son-dijo ahora, mirando fijamente a Taeyeon.

-¡Sí, claro! Sí lo son. Si quieres te los presento a ti también para que…

-No, no hace falta. Confío en tu palabra-dijo Tiffany.

-Bueeeno...yo me voy, porque...tengo que conocer a los amigos de Tae y...

-¡¿Ahora?!-preguntó Taeyeon, confundida. Tiffany frunció el ceño y Alex se tapó la cara con las manos. 

-Taeyeon, no es hora de bromear. Discúlpala Tiffany, la pobre está un poquito enamorada de...

-¡Leah, vámonos! Nos deben estar esperando-saltó Taeyeon, pellizcándola a Leah sutilmente en el brazo, provocando las miradas suspicaces de Alex y Tiffany.

-Déjame terminar...lo que decía es que Tae está un poquito enamorada de la vida y...la vida, la vida suele ser ingrata con ella, no le presta mucha atención, la trata un poquito distante, pero ella igual sigue ahí, porque le gusta la vida ¿Entiendes, Tiffany? LE GUSTA demasiado la vida.

Taeyeon quería que la tragara la tierra, sentía ganas de desaparecer y llevarse con ella a Leah de los pies. Era obvio que Tiffany, por la cara que tenía, no entendía una sola palabra de lo que Leah había dicho. 

-Bueno, pueden irse, pero regresen temprano-dijo Tiffany, todavía confundida.

- Tiffany, ¿Puedo ir yo también?-preguntó Alex, ganándose la mirada de fastidio de Leah-También quiero conocer a los chicos de la banda. 

-Claro, no lleguen tarde. 

Leah le lanzó una mirada de odio a su hermano, mientras caminaba fuera de la casa con Taeyeon y Alex. Una vez que estuvieron fuera de la vista de Tiffany. Leah se atravesó enfrente de Alex para detenerlo. 

-¡¿Te puedes morir?! ¡Me tienes podrida!-le espetó, molesta y enseguida volteándose para irse. 

-¡Eres una malcriada y una desagradecida! ¡Eso es lo que eres!-le respondió Alex, con una sonrisa cínica, volteó a mirar a Taeyeon, quien lo miraba con desaprobación-¿Qué?-preguntó, confundido. 

-Nada, Alex. Vamos antes que se nos escape y tengamos que decirle a Tiffany. 

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Ya se había dormido por fin. Cerró la tapa del cuento y lo colocó en la repisa donde estaban los demás y suspiró, mirando a Noah profundamente dormido y ya bastante recuperado de los malestares de la mañana. Había costado distraerlo para que se durmiera, porque estaba empeñado en quedarse despierto hasta que llegara Taeyeon, quien al parecer le había prometido cantarle una canción para dormir. Besó su frente y acarició su mejilla, para finalmente arroparlo.

Salió de la habitación a paso lento, cuando escuchó música clásica venir de la habitación de Mike, tocó la puerta y pasó. 

Mike estaba acostado en su cama, leyendo un libro mientras escuchaba Four Seasons de Vivaldi. Cuando el chico la vio, sonrió, recibiendo en respuesta una sonrisa de Tiffany. 

-¿Qué lees?-preguntó la pelirroja, sentándose en la esquina de la cama. 

-El Psicoanalista de Katzenbach-respondió Mike, mostrándole la portada del libro. 

-Se ve interesante.

-Lo es, realmente. Te lo recomiendo-aseguró Mike. 

-Lo tendré presente-murmuró Tiffany, sonriendo. 

-Este me lo prestó Tae, si quieres,