Dame un día
Lo que me gusta de ti (Adaptación TaeNy)Capítulo 12: Dame un día.
El despertador sonó como si fuera una orquesta. Lo había puesto con el volumen bajo, pero curiosamente todas las mañanas sonaba endemoniadamente alto y ésta vez no fue la excepción. Lo quiso apagar con un golpe, pero lo único que hizo fue tumbarlo de la mesita mientras seguía sonando espantosamente. Inhaló y exhaló, pidiendo al cielo algo de paciencia.
Se movió un poco para que su mano tanteara el suelo buscando el ruidoso aparato.
-¡TIFFANY!
Todo sucedió en fracción de segundos, en su intento por levantarse de golpe, haló con ella las sábanas que tenía enrollada en su cuerpo y se cayó de la cama con un ruido sordo que luego fue sustituido por el sonido de su cabeza golpeando contra la mesita y luego de su frente pegando fuertemente contra el reloj despertador que se había caído.
-¡Owww! ¡Maldita sea!-gritó Tiffany, sintiendo un dolor agudo y punzante en la frente que luego se extendió por toda la cabeza, dejándola aturdida por unos segundos.
Se le llenaron los ojos de lágrimas, se llevó la mano a la frente y notó que se había roto un poco, tenía sangre, pero no era mucha, así que se levantó tambaleándose y salió corriendo hacia donde había escuchado el grito.
-¡TIFFANY AYUDAME!
-¡¿Se puede saber qué demonios comiste?!
Los gritos venían del baño, entró y se encontró con Leah quien tenía a Noah abrazando el retrete y vomitando.
-¡Noah! ¿Qué te pasó?-preguntó Tiffany, preocupada. Se acercó a él y viendo que hacía más esfuerzo por vomitar, lo tomó por detrás y presionó suavemente cerca del estómago para ayudarlo. De inmediato, las arcadas del chico vinieron y vomitó de nuevo.
-¿Desde cuándo está así, Leah?-preguntó Tiffany, tomando en sus brazos a Noah y ayudándole a lavarse el rostro en el lavamanos. Estaba completamente rojo por el esfuerzo.
-No sé, escuché los gritos y vine corriendo-respondió Leah, dándole una toalla a Tiffany.
-Noah…cielo, ¿No tienes más ganas de vomitar?-preguntó Tiffany, sentando un momento en el retrete al chico quien se veía mareado.-Noah…responde…cariño… ¡Noah!
El chico se tambaleó y cayó desmayado encima de Tiffany, quien lo sostuvo de inmediato y lo cargó para llevarlo hacia su habitación.
-Leah, dile a María que venga de inmediato y luego llama a Park para que venga de emergencia-apremió Tiffany, acostando a Noah en su cama y arropándolo con las sábanas. Estaba pálido. Le alzó los pies levemente y esperó.
- Tiffany…-murmuró Noah, recobrándose.
-No hables, cielo. Pronto te pondrás bien-susurró Tiffany, acariciándole la frente y el cabello. Al parecer tenía fiebre.
-Me siento mal…-susurró, respirando con dificultad.
-Tranquilo, yo te voy a cuidar.
-¡Se… Tiffany! ¿Qué sucedió con el niño Noah?-preguntó María, llegando a la habitación con un termómetro y poniéndoselo en la boca al chico.
-No sé, debe ser una indigestión o algo-respondió la pelirroja.
-El Doctor ya viene en camino-dijo Leah, entrando también.
-Bien. ¿Quieres agua, Noah?-preguntó Tiffany, acariciando aún el cabello del chico.
-No… Tiffany… ¿Qué te pasó en la frente?-preguntó Noah, notando el golpe de su hermana.
-Un pequeño golpe que me di hace rato, nada grave-dijo, restándole importancia.
-¿Por mi culpa?-preguntó el chico, avergonzado.
-De ninguna manera. ¿Qué te duele?-
-La panza
-Ya te vas a poner bien-respondió, quitándole el termómetro de la boca y observándolo-Tienes algo de fiebre. Bueno, mientras esperamos al doctor, María quédate un momento cuidándolo, ya yo vengo. Me avisas si llega.
Tiffany salió de la habitación para ir a la suya, Leah la siguió.
-¿Qué te pasó en la frente?-preguntó Leah.
-Ya dije que fue un golpe que me di, no es grave, así que puedes quedarte tranquila.-respondió Tiffany, caminando al baño para asearse.
-¿Cómo te hiciste ese golpe?-preguntó
-Me caí de la cama y me golpeé con la mesa y luego contra el reloj. Leah, por favor dame un momento para ducharme, ya voy a salir.
Cerró la puerta del baño y se sentó un momento en el retrete. Se cubrió el rostro con las manos, sintiendo un gran dolor de cabeza que le taladraba. Resolvió que ese día se quedaría a cuidar a su hermano y le encargaría a Jongwook algunos trabajos pendientes. Pensó en sus padres, deseaba que estuvieran ahí con ella, para decirle cómo debía cuidar a su hermanito, para que le guiaran como llevar aquella familia loca que tenía.
Salió ya arreglada de su habitación y se dirigió a la habitación de Noah. El Doctor ya había llegado y ahora lo examinaba al niño, escultándolo y luego sacándole la lengua con una paleta.
-Stephanie, ¿Cómo estás?-preguntó el doctor, con una sonrisa, mientras le daba masajes en el estómago al chico.
-Bien, Park ¿Y tú?
-Muy bien…Stephanie, Noah no tiene más nada que una indigestión-explicó el doctor- Probablemente haya comido algo ayer que le cayó mal. Yo digo que este chico se quede hoy acostado, reposando y para evitar la deshidratación…debe tomar esto.-dijo, entregándole a Tiffany. unas indicaciones con el nombre del medicamento.
-¿Cuántas veces?-preguntó Tiffany, mirando el papel.
-Cada vez que vaya a comer.
-¿Me voy a poner bien?-preguntó Noah.
-Por supuesto, campeón. Pronto estarás bien y ya sabes…Nada de comer dulces por hoy-respondió el doctor con una sonrisa y revolviéndole el cabello.
-Bueno, te agradezco que hayas venido, Park-dijo Tiffany, saliendo de la habitación con el hombre.
-Siempre que quieras, Stephanie. Los cuidas muy bien a tus hermanos. Charles y Grace estarían muy orgullosos de ti-dijo Park, bajando las escaleras.
-A veces creo que me volveré loca con ellos-murmuró la pelirroja, con tristeza.
-Nada de eso. Ellos te necesitan y tú a ellos, estoy seguro que todo saldrá bien.
-Gracias de nuevo
-Me llamas si hay alguna novedad, aunque no creo porque ya le bajó la fiebre y ya lo veo un poco mejor. Adiós, Stephanie-dijo, saliendo de la mansión.
-Que te vaya bien.
Cerró la puerta y apoyó la espalda en ella, suspirando.
-¡Tiffany!
-¡Voy!
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Bajó corriendo las escaleras y antes de llegar pegó un salto del an
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