Capítulo: 59: Daegu

-¿Qué? ¿Te comieron la lengua los ratones? ¿No me vas a gritar como la histérica que eres?

-¿Dónde está mi hermana?

-Joder…estás grave, Hwang. ¿En serio me hablas con esa vocecita? Pensé que tenías más garra, más actitud, más…pfft…déjame pensar la palabra…más…se me ha olvidado la palabra, pero pensé que apenas llamara, tendría que ponerme protectores auditivos…

-¿Dónde tienes a mi hermana, Daewon?

Estaba intentando seriamente y de verdad mantenerse calmada y tranquila, le estaba costando muchísimo no perder la paciencia. Daewon rió suavemente, burlándose y bufó.

-Pensé que para ti era Ryu. Sabes que te vi por la tele, estabas hecha una fierecilla, Stephanie. 

-Mi hermana, Ryu. ¿Dónde la tienes? ¡¿Dónde jodidos la tienes?!

-¿Ves? Ya estás perdiendo los papeles, así no sirve. Si no te calmas, no voy a poder decirte lo que tengo para ti.

Se hizo un silencio sepulcral. Tiffany miró a su alrededor y comenzó a sentirse débil. Dohyun había bajado del auto y la veía entre expectante y confundido. 

-Sabes…tengo una pregunta que hacerte ¿Cómo demonios es que sigues cuerda, en tus cabales, sin uno de tus tornillitos…fuera de tu cabecita pelirroja? Dime…explícame tu secreto…

-¡Dime dónde tienes a mi hermana! ¡Te juro que cuando te encuentre…!

-¿Qué? ¿Me matarás?…-preguntó Daewon, divertido-Ahí es donde quiero llegar, pelirroja…es parte de mi juego, un negocio, mejor dicho…eres bastante buena en ellos, lo he comprobado. Tienes ese excelente olfato que tenía tu papito.

-¿Qué quieres?-preguntó Tiffany, sin pensarlo.

-Tengo a tu antipática hermanita aquí…

-¿No está…?

-No, Hwang, no la he matado. ¿Qué creías? Mientras los ineptos del FBI examinan ese cuerpo calcinado de una pobre chica que murió de una penosa enfermedad, Leah está aquí y debo decir que extrañándote mucho. Pobrecilla…

-¡Maldito seas, Ryu…!

-No he terminado. El negocio es el siguiente, quiero probar qué es lo que eres capaz de hacer por volver a tener a tu hermanita de vuelta. Las reglas son simples: Absolutamente ninguno debe saber de este pequeño juego. No quiero intermediarios, policías, FBI, nada. Solos tú y yo. Si pasas la prueba, tu hermanita estará libre automáticamente.

-¿Qué tengo que hacer?

-Así me gusta, obediente. ¿Ves que no es tan difícil? Te enviaré la dirección a tu correo, es donde quiero que vengas. Cuando llegues te explicaré los detalles. Ya sabes, no quiero trampas, ni trucos, me daré cuenta si me juegas una mala pasada y traes a alguien. Tu hermana pagará las consecuencias de tus actos, la mataré si quisieras pasarte de lista. Dejo a criterio tuyo como deshacerte de los indeseados para que no te sigan y no sospechen.

-¿Cuánto tiempo?

-Sin límite. 

-¿Cómo sé que tienes a Leah y no está…?

-¿Muerta?-preguntó Daewon, fríamente-Te enviaré pruebas a tu correo junto con la dirección. Nos estamos viendo.

Repentinamente la llamada se cortó y se encontró escuchando la línea muerta en su celular. Colgó y se quedó viendo la pantalla de su celular, era ya el mediodía. Miró hacia el frente y vio a Dohyun que la seguía esperando y ya había abierto la puerta para que entrara.

-¿Se siente bien, Señorita? Está muy pálida-observó el chofer, preocupado.

-Sí, estoy bien. Vámonos a casa-dijo Tiffany, sintiendo una revolución de pensamientos encontrados en su cabeza.

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Cuando la puerta se abrió y Tiffany entró, sintió el alma volverle al cuerpo. Corrió hacia ella y la abrazó con fuerza, Tiffany por su parte, se dejó abrazar, cerrando los ojos y llenando sus pulmones con aquel perfume tan exquisito que tanto le gustaba de la morena. Sentía por alguna razón que esa podía ser la última vez que pudiera sentirla tan cerca, así que le devolvió el gesto y luego de unos segundos se apartó, reticente. 

Taeyeon la tomó por el rostro y la besó suavemente, el corazón le dolió demasiado y como pudo le respondió. Se sentía fuera de tiempo y fuera de lugar y eso lo notó la morena.

-¿Qué sucede…?

-Estoy bien-murmuró Tiffany, seriamente y mirándola a los ojos-No te preocupes. 

-¿Sigues molesta conmigo?-preguntó Taeyeon, nerviosa.

-No, ya no.

Quiso seguir hacia su despacho para revisar el correo, pero Taeyeon la detuvo de nuevo al tomarla por el brazo.

-¿Por qué estás así conmigo, entonces? Si no es por mí…

“Métele un verso” 

Aquella voz, esa voz en su cabeza le produjo escalofríos, amargura y dolor. Era la voz de Nichkhun. 

-Es sólo que me molesta que me antepongas a mí que a tu música y…

-Y tú antepones todas las demás cosas del mundo antes que a ti misma. No es justo. Odio que no quieras hablarme de lo que te pasa-replicó Taeyeon, dolida.

-Eso es porque no pasa nada.

-¿Dónde estuviste?

-En lo de Myungsoo, ¿Contenta?-respondió Tiffany, fastidiada.

-¿Y después?

-¿Qué es esto, Taeyeon? ¿Un interrogatorio?-preguntó Tiffany, ofendida.

-Responde.

-En lo de Jiyong. Fui a disculparme por lo que le dije e intenté convencerle sobre hacerme la prueba de compatibilidad.

-Oh… ¿Qué te dijo?-preguntó, nerviosa.

-Sigue reticente…

-¡Tiffany! ¡Llegaste!-saludó Jongwook, bajando las escaleras

-Sí y ya me voy a mi despacho. Estaré ocupada.

Dio media vuelta y se encerró en el lugar, ante la mirada atónita y confundida de Jong, quien miró a Taeyeon.

-¿Qué le pasó ahora?-preguntó, en un susurro-¿Habrá sido por lo de la periodista?

Taeyeon se encogió de hombros y se quedó mirando la puerta del despacho, con una expresión de desconcierto. 

Mientras tanto, Tiffany dejó su bolso encima del mueble y casi se lanzó hacia su laptop que estaba en el escritorio. La abrió y la encendió rápidamente, desesperada por ver lo que le había mandado el miserable de Ryu Daewon, junto con la prueba de vida de su hermana.
Esperaba con toda su alma que no hubiese estado jugando con eso también, así que esperó que todo estuviera listo mientras tamborileaba ligeramente los dedos en el escritorio. 

No solía revisar su correo muy a menudo, por lo que se encontró con que la bandeja de entrada tenía 121 mensajes sin leer, miró el primero y el título decía “Daegu Is For Lovers”. Ese era, Leah había nacido en Daegu, al igual que Alex. Mientras que ella había nacido en Los Ángeles y Samuel había sido adoptado allá y traído muy pequeño hacia Daegu. Mike y Noah eran ambos de Ulsan. Sabía también que su hermana tuvo cierta obsesión con una canción estadounidense de “Ohio is For Lovers” durante un buen tiempo, cuando había ido a visitar a un antiguo novio suyo que estaba en Daegu y escuchaban esta canción, la cual editó cambiando el nombre del lugar.

Con el corazón palpitándole dolorosamente, hizo click en el mensaje y sólo tuvo que esperar un segundo para poder verlo.

Spare me just three last words
“I love you” is all she heard 
I’ll wait for you, but I can’t wait forever.

And I can't make it on my own.
(And I can't make it on my own.)
Because my heart is in....

Eso era todo. Un trozo de la canción, pero en las frases “I’ll wait for you, but I can’t wait forever” y “Because my heart is in…”, estaban unos enlaces. Dio click al primero y ese la llevó a una página completamente en blanco, a excepción de que tenía un aviso donde pedía la clave. Sin saber cuál poner, intentó con “Daegu”, pero no era ni con el original “Ohio”. Sería demasiado obvio, pero luego las vio, estaba ahí mismo. Recordó las últimas palabras de Nichkhun hacia ella y simplemente tecleó el nombre de él. 

Accedió al instante y lo siguiente que había era un recuadro negro. No entendió que era eso, hasta que de pronto se iluminó un poco y lo que vio, le heló la sangre.

-Leah…

Era una WebCam y en tiempo real estaba viendo en ese momento a Leah. Estaba sentada en el suelo con su espalda apoyada contra una cama, en posición fetal y tenía el rostro escondido entre sus brazos, no se movía y se veía más delgada que la última vez que la vio.

Las lágrimas de rabia, ira y coraje llenaron sus ojos y bajaron por sus mejillas. El corazón le palpitaba dolorosamente y tuvo que esforzarse por no gritar. Se levantó un instante para tomar aire varias veces y luego volvió a su asiento. 

Leah seguía en esa misma posición y cuando comenzó a sospechar que algo iba mal, vio que alzó el rostro y comenzó a mirar a su alrededor, parecía perdida y desorientada. 
La imagen repentinamente se oscureció y unas palabras que decían “Tiempo finalizado”, aparecieron en pantalla.

Una sensación de desesperanza y temor la invadieron, casi paralizándole la respiración. Volvió al correo y dio click en el otro enlace, la cual tenía la dirección y el respectivo mapa de Google Maps, el cual imprimió y luego observó detenidamente. Era en Daegu.

La puerta se abrió dejando paso a Taeyeon, Tiffany por puro acto reflejo arrugó la hoja de papel, convirtiéndola en una bola, cerró su laptop de golpe y miró a la morena con rostro indescifrable. Taeyeon observó que tenía la bola de papel en su mano y apretaba el puño muy fuerte.

-¿Qué pasó? ¿Qué es eso?-preguntó Taeyeon, mirándola sospechosamente.

-No es nada, sólo que la impresora no tiene casi tinta y se ha arruinado lo que mandé a imprimir-mintió Tiffany y para hacerlo más creíble, lanzó la bola hacia la papelera.

-¿Y qué era?-inquirió Taeyeon, sentándose frente al escritorio. La pelirroja no apartaba la mirada y no parpadeaba por nada del mundo y eso le hacía más difícil encontrar si mentía.

-Una información que saqué sobre las donaciones de médulas y esas cosas. Para leerlo y documentarme. Myungsoo estaba en una operación y no pude preguntarle yo misma-contestó, con simpleza. 

-Ummm vale…

Se quedaron calladas unos segundos, en un silencio algo incómodo. Tiffany se removió en su asiento y esperó que la morena hablara, pero como no lo hizo, la interrogó con la mirada, abriendo más los ojos, alzando las cejas y tamborileando los dedos en el escritorio.

-¿Y bien? ¿Pasa algo?

-Es que…Tiffany…

Se detuvo pensando en lo que diría. Hacía mucho tiempo que no se había vuelto a sentir así en presencia de la pelirroja, como si le ocultara algo. Tal vez estaba paranoica o es que estaba muy nerviosa por todo lo que había estado sucediéndole, que estaba viendo cosas raras donde no las había.

-Yo ya decidí que voy a posponer la gira de promoción…-Tiffany frunció el ceño y bufó-…Escúchame primero-pidió Taeyeon-Lo que quiero decir es que ya hablé con Heechul y aunque no estuvo muy de acuerdo, le dije que era mejor así, porque como están las cosas no quiero dejarte sola…

-¿De qué tienes miedo? ¿Que cometa alguna locura?

-De eso precisamente-soltó Taeyeon, comenzando a molestarse-No haces más que hacer locuras y perder el control. Esto se te está saliendo de las manos y debes admitirlo, porque es así.

-No voy a negar que todo esto de Leah me tiene enojada y molesta, pero definitivamente no se me está saliendo nada de las manos. Estoy bien.

-¡¿BIEN?!-estalló Taeyeon, levantándose-¡¿Estás bien cuando sales y le pegas una cachetada a un reportero y quieres pegarle patadas a una periodista?! ¡¿Estás bien cuando te escapas y no quieres volver a la casa?! ¡No me jodas Tiffany! 

-¡Esos periodistas de porquería violaron mi privacidad!-gritó Tiffany-¡Además todo eso es porque estoy estresada nada más!

-¡¿Nada más?! ¡Dijiste que querías morirte! ¡Eso me dijiste!

-¡¿Y qué hay con eso?! ¡¿Piensas que me voy a lanzar de algún sitio o qué?!

No contestó. Bajó la mirada y sintió ganas de llorar. Tiffany entendió eso como una afirmación y quiso decirle que se estaba equivocando, que estaba malinterpretando todo, pero no pudo. Cuando había estado en el acampado, pensó por un momento en acabar con todo y morirse, matarse. Pero luego pensó en sus hermanos, en Taeyeon y no pudo. 

Vio el reloj y notó que se le hacía tarde para ir a buscar a Hoon y marcharse a Daegu. No podía llamar a la policía ni al FBI, pero pensó que por si algo salía mal, debería dejar algo, una pista con lo que les fuera fácil hallarles. 

-Tae…yo siento mucho esto. Quiero pedirte disculpas por mi comportamiento y por todo el dolor que puedo estarte causando. Te juro que no es mi intención lastimarte…

Taeyeon alzó la mirada y vio los ojos marrones de Tiffany, fijándose en lo sumamente claros que se veían. Tenía miedo, muchísimo.

-Yo no puedo prometerte que estaré bien mañana, pero si puedo prometerte que cuando esto acabe, todo lo demás estará bien-dijo Tiffany, acercándose. Taeyeon la agarró de la mano y atrayéndola, la besó con furia. Descargando toda la rabia que sintió y que aún sentía muy dentro y que hacía que le hirviera la sangre. Tiffany colocó los brazos alrededor de su cuello, sintiendo el calor del cuerpo de la morena y de la habitación, parecía que todo el frío anterior la había abandonado. Tenía que parar ahora, en ese momento, porque si seguía ahí perdería la cordura y no podía. Tenía que buscar a Leah.

-Tae…murmuró, apartándose y tomándola por el rostro para que la mirara-Te amo. Eres lo que más quiero en este mundo. 

-Yo también te amo. Más que a nada, más que todo. 

Tiffany sonrió y Taeyeon la abrazó, sintiendo que el corazón se le iba a salir de la emoción. Cada vez que la abrazaba, que estaba cerca de ella o la veía sonreír, su mirada, era como volar lejos y sin necesidad de alas. Ella era todo lo que necesitaba. 

Tiffany se apartó unos centímetros y la besó brevemente en la frente y la miró fijamente a los ojos. Se sintió mal porque tendría que mentirle de nuevo, pero debía hacerlo, no podía ponerla en riesgo a ella, ni a más ninguno, además que estaba de por medio Leah. Daewon había sido claro que la mataría si le decía a alguien. No correría ese riesgo, pero tampoco dejaría despistada al FBI o a la policía si algo saliera mal.

-Tae…tengo que salir un momento. Voy a la oficina. He dejado muy de lado la empresa y quiero ver qué tal va todo. Luego me regreso-dijo, sin dejar de mirarla ni un instante. 

-Um…vale-susurró Taeyeon, apesadumbrada-¿Quieres que vaya contigo o…?

-No, no es necesario. Sólo será un momento. Le diré a Dohyun que me lleve-respondió Tiffany-Pero quita esa carita, ¿Sí?-pidió, viendo el rostro de tristeza de Taeyeon.

-Es que…siento que…

-¿Qué?-preguntó Tiffany, acariciando su mejilla suavemente.

-Siento una angustia. Siento que te puedo perder en cualquier momento…

-Tae, no…

-Sé que es estúpido y lo siento…-murmuró, nerviosa-Bueno, no te preocupes, no me hagas caso. Te espero aquí.

-¿Seguro?

-Sí, mientras tanto estaré con los chicos, que me pidieron que los ayudara con las tareas-contestó Taeyeon, esbozando una sonrisa.

-¡Ahh por eso es que ya casi no me piden que les ayude yo!-exclamó Tiffany, riéndose.

-Sí…espero que no te moleste…

-Por supuesto que no. Te lo agradezco mucho.

-Vale, entonces tú…

-Yo ya salgo en unos minutos-repuso Tiffany-Sólo buscaré unos documentos por aquí…

-Yo subiré. Te estaré esperando.

Iba a abrir la puerta, la llegó a abrir, pero se cerró de pronto y se encontró atrapada entre la puerta y el cuerpo de Tiffany, quien enseguida y antes de que pudiera entender lo que pasaba, casi le partió la boca de un beso desesperado y furioso. Taeyeon gimió al sentir su lengua y le respondió con la misma intensidad y pasión desmedida que sentía por ella. La amaba con locura. Con infinita ternura y amor.

-Te amo. Espérame-susurró Tiffany, luego de separarse.

-Uh huh-solamente atinó a decir, porque se había quedado aturdida y ahora sentía que le temblaban las rodillas y poco a poco se extendía hasta sus piernas. Abrió la puerta, ahora sí, y salió cerrándola. 

De inmediato, Tiffany corrió hacia la papelera para sacar la bola arrugada en la que había convertido el mapa.

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Dejó a Mike culminando su ensayo de biología en su escritorio y acercándose a su cama, se sentó en ella y tomó de la mesita de noche que tenía al lado un libro marrón y pequeño. Lo hojeó y era, al parecer, el que estaba leyendo actualmente el chico. El título del libro era “Le Rouge et le Noir” de Stendhal, estaba completamente en francés y eso le sorprendió, era un clásico de la literatura universal y Mike estaba bastante adelantado con lo que iba leyendo. 

-Je ne savais pas que tu parle français.

Mike volteó y miró a Taeyeon, sonriendo divertido. La morena le mostró el libro y él enrojeció levemente.

-Non, je ne parle pas français, mais je comprend un peu-respondió Mike, lo mejor que pudo. 

-C'est genial!-le felicitó Taeyeon, sorprendida-¿Y lo que sabes cómo lo aprendiste?-preguntó, curiosa.

-Ah, pues cuando yo tenía 5 años nos fuimos toda la familia a Francia a pasar las navidades allá. Fue divertido y lo poco que estuvimos, más o menos algo aprendí-explicó-No es mucho, pero ahí me defiendo algo.

-Te defiendes muy bien-concedió Taeyeon, entregándole el libro-Muchos chicos de tu edad no leerían ese libro y tú lo estás haciendo…sobre todo con ese plus del francés. Yo lo leí hace algunos años, pero en inglés.

-No es gran cosa. Simplemente lo encontré en la biblioteca de papá y como me llamó la atención lo saqué para hojearlo.-repuso, hablando rápidamente-Me ha gustado la calidad y la psicología impresa en Julien Sorel, débil y generoso, capaz de descubrir lo repulsivo en el señor de Rênal…es un personaje lleno de defectos y eso hace que sea aún mejor, más humano y menos endiosado.

-Me impresionas, pequeño literario ¿Qué leerás después de esto?-preguntó Taeyeon. 

-Quizá si Stephenie Meyer se apiada de sus fans y decide publicarlo, pueda leer el de “Midnight Sun” cuando ella lo culmine-respondió él, resueltamente.

-Um…yo también lo espero-murmuró Taeyeon.

Llamaron a la puerta y Mike se levantó para abrir la puerta, por la cual se asomó Jong y revolviéndole levemente el cabello al chico, miró a Taeyeon.

-¿Podría hablar un segundo contigo?-pidió él

-Ahh eh…

-Yo puedo seguirlo solo, Tae. Gracias-dijo Mike, sentándose de nuevo en la silla para continuar con su trabajo. 

Taeyeon le dio un beso en la cabeza al chico y salió de la habitación cerrando la puerta.

-¿Pasa algo?-preguntó Taeyeon

-Solamente quería saber si sabes dónde está Tiffany-dijo Jong.

-Dijo que iría a su oficina, porque ha estado muy alejada de todos esos asuntos y quería ver cómo iba todo-respondió, quedamente.

-Qué raro…-murmuró Jong, rascándose la barbilla-Yo siempre le dejo en su escrit