Taeyeon Kim

-No te lo puedo creer, no lo creo, no lo creo… OH POR DIOS PAPA, TE AMO- dije mientras me tiraba a sus brazos y lo estrujaba en un fuerte abrazo.

-tae… me lastimas- se quejó mientras lo apretaba y apretaba.

-Perdón, es que simplemente no me lo puedo creer, eres asombroso, no sé qué decir, estoy, estoy, ahhh, gracias papa, gracias- dije volviéndolo a abrazar pero más suavemente.

-No hay nada que agradecer, anda, ve y despierta a Tiffany, ve a darle la noticia, aunque preferiría que su madre se la dé, pero si crees que no podrás aguantar, ve y hazlo- dijo riendo y agarrando su periódico para leerlo en la sala.

-Muero por hacerlo, pero creo que será mejor que se lo diga su madre, iré por  siwon, hace unos días saco su carnet para conducir y su madre esta fuera, hare que me lleve a las afuera de la ciudad para comprar esas golosinas que tanto le encantan a Tiffany, así hare tiempo, porque si me quedo así seguro lo suelto a penas la vea bajar por las escaleras- dije mientras tomaba mi chaqueta y buscaba dinero en ella, sé que deje unos cuantos dólares aquí.

-¿siwon  ya maneja?- pregunto mi papa un poco dramático.

-Sí, hace unos días presento el examen y lo aprobó, tranquilo, lo tendré controlado- dije riendo por la cara de miedo de mi padre.

-tae por favor, ten mucho cuidado, usen el cinturón de seguridad y llámame cuando lleguen- ordenó mientras tomaba mis llaves y me dirigía a la puerta.

-Sí, sí, tranquilo, Tiffany  no debe tardar en despertar, dile que siwon me necesito para algo de vida o muerte, también que la amo y avísame cuando la madre de Tiff  ya esté aquí, hare todo el tiempo posible- pedí desde la puerta.

-¿Algo más su majestad?- preguntó mi padre riéndose.

-Nada más mi rey, lo amo- dije acercándome a él y besando su mejilla- Gracias papa- sentí como sonrió, lo volví a besar y luego salí de la casa rumbo a ver a siwon.

Tiffany Hwang…

Me estiro en la cama y noto que estoy sola en ella, busco el reloj en el cuarto de tae, 12:24, por dios, he dormido toda la mañana, es mediodía, trato de despabilarme y salir de la cama lo antes posible, pero parece ser que mi cuerpo no piensa lo mismo que yo, todo lo que quiero es quedarme en cama y esperar que tae suba a darme mimos y tal vez el desayuno tardío. Son ya cas las 1 de la tarde, por lo que deduzco que tae debe estar ocupada o no se encuentra en casa, reúno todas las fuerzas de mi cuerpo y doy un brinco de la cama, soltando un pequeño gritito de victoria, me pongo la bata de tae y salgo de la habitación, al terminar de bajar las escaleras me sorprendo de ver a Sergio en la sala  viendo televisión, aún con su ropa de oficina, pero sin la corbata y el saco del traje que siempre usa, se percata de mi presencia y me sonríe.

-Buenos días Tiff, ¿Qué tal haz dormido?- me pregunta con una sonrisa de oreja a oreja.

-Demasiado bien, creo que nunca me había levantado tan tarde, pero me ha sentado muy bien… ¿Tu no deberías estar en la oficina?- ahora cuestiono yo en forma acusadora pero riendo un poco.

-Sí, pero ya ves, hoy decidí ponerme rebelde, no se lo digas a mi jefe- dice guiñándome un ojos haciendo que me ría.

-Claro no le diré a Sergio Kim, que uno de sus empleados se ha dado un escape-

-Perfecto así me quedo tranquilo- ríe junto conmigo.

-¿Y tae? Me desperté con la esperanza de atraparla mirándome mientras dormía pero no ha sido así- dije haciendo un puchero, lo cual provoco que Sergio riera.

-Ya habías tardado en preguntar por ella, salió con siwon  un momento, él le aviso que la necesitaba con urgencia y ella me encargo decirte  que te ama y que eres tan buena  que iras por unas sodas a la tienda de la vuelta porque se nos han acabado y no puedo terminar a gusto mis patatas fritas- dijo mostrándome una bolsa de frituras a medio comer y ahora haciendo un puchero.

-Ya veo- dije riendo- Bueno, me cambiare rápidamente e iré por esas sodas que tae me encargo- vi como Sergio asentía mientras se llevaba una fritura a la boca.

Subí y me cambie rápidamente, cuando me disponía a salir de la casa Sergio grito.

-También encargo una de esas bolsas de pasitas con chocolate que tanto le gustan-

-Ella odia las pasitas eso- dije volteándolo a ver y alzando una ceja.

-Ahhh… es que quiere probar si ya le gustan- respondió sonriente.

Negué con la cabeza y salí de la casa. Compre todo lo que me habían encargado, más una caja de goma de mascar y paquete de bicarbonato,  porque con todo lo que comerá Sergio terminara con una indigestión antes que el día termine, porque por lo que pude ver, esa era su segunda bolsa de frituras. Al regresar a la casa, compartí con Sergio todo lo comprado y vimos un medio capítulo de emergencias bizarras. Alrededor de las 2:30 de la tarde me levante a preparar un almuerzo ligero, ya que tenía hambre pero Sergio ya estaba algo lleno, justo cuando estaba sacando todo del refrigerador tocaron la puerta, pensé que sería Hayeon  con Jack porque siempre olvidan la llave, pero para mi decepción era mi madre en la sala mirándome desde la sala. Nos quedamos uno par de minutos viéndonos entre los tres, al final fue Sergio quien hablo.

-Bueno, me retiro para que hablen, cualquier cosa no duden en llamar- dijo lo último mirándome y empezando a subir las escaleras. Me quede observando un momento a mi madre, no me sabía que decir, ni menos como empezar con una conversación que sé que terminara en un caos.

-Antes que digas algo escúchame, por favor- pidió mi madre, haciendo la seña para que la acompañara a sentarme junto a ella en el sillón, acepte y me coloque a su lado- Primero que nada, quiero  pedirte una disculpa, por mi comportamiento de anoche, había tenido un día horrible y solo me descargue contigo, había olvido como es estar con una adolescente- la iba a interrumpir pero ella no me dejo- Espera, ¿Sí? Déjame hablar, a lo largo de mi vida he cometido muchos errores, algunos irreparables y otros no tanto, solo he hecho una cosa bien, casarme con tu padre es parte de ello, porque gracias a ello te he tenido a ti Tiffany, eres mi hija, eres una parte de mí y al parecer olvide eso todos estos años, ayer me empeñe en querer ponerte a mi lado de nuevo, sin importar si estabas de acuerdo y si querías, hoy en la mañana me desperté con la idea de arrastrarte literalmente a Nueva York, pero tuve una visita inesperada que me hizo abrir los ojos- en ese momento se abrió la puerta, dejando ver a una agitada tae entrar por ella, miro primero a mi madre, como interrogándola y luego a mí, sonriéndome de oreja a oreja, creo que es de familia.

-¿Te refieres a ella?- pregunte refiriéndome a lo que dijo antes que llegara.

-No, pero si alguien que te aprecia tanto como ella, por la sonrisa que tiene plasmada en su rostro he de suponer que ya está enterada de todo- dijo lo último mirando a San.

-¿Alguien me puede decir que está pasando? Porque no entiendo nada ¿San que pasa?- pregunte mientras caminaba a mí.

-Tiffany  hija, he decidido que lo mejor para ti por ahora es que te quedes, con los Kim, termina tu instituto y luego, si así lo deseas puedes ir a Nueva York conmigo o estudiar donde quieras, mi manera de componer un poco todo el daño que te he ocasionado es darte tu libertad y mi apoyo, te amo, eres mi hija, lo único que quiero es que seas feliz y aparentemente esa felicidad está aquí, no te la voy a quitar- finalizo levantándose, tae se tiro a mis brazos, pero yo aun no entiendo mucho.

-Espera… ¿Así de fácil? ¿Por qué?- pregunte.

-Él me hizo darme cuenta de muchas cosas hoy en la mañana- señalo a Sergio que estaba sentado en las escaleras- hice un trato con él y espero lo cumpla-

-Ella estará bien, se lo prometo- contesto Sergio sonriendo.

-Tu igual la debes cuidar- miro a tae quien solo asintió energéticamente y me abrazo más –estaremos comunicándonos ¿Sí? No te faltara nada y no dudes irme a visitar cuando quieras-

-Gracias, gracias mamá, muchas gracias- dije al borde de las lágrimas.

-Mi pequeña, no hay nada que agradecer- dijo sollozando- Ahora- suspiro tratando de controlarse- me tengo que ir, mi vuelo sale en 4 horas y aún quedan varias cosas por hacer- me abrazo fuertemente y luego deposito un beso en mi frente- cuídate y piensa lo que hablamos ayer de los bienes de tu padre, me doy cuenta que él fue una mala persona contigo lo cual igual me lamento, pero tienes en tu poder cosas que muchas personas desearían tener, no la hagas de menos por venir de él, piensa en tomarla y hacer cosas buenas con eso, en superarte y estar preparada para el futuro, porque tu tendrás un futuro brillante de eso yo me encargare y creo que ellos igual ¿No crees?- dijo señalando ahora a Sergio y tae que están abrazados en el pie de las escaleras sonriéndome.

-Si mama, lo pensare, igual cuídate y tu igual, ven cuando quieras- la abrace y luego la acompañe a la puerta, cuando se marchó entre de nuevo a la casa y fui directo a Sergio.

-Gracias, muchas gracias, si la vida me diera la oportunidad de escoger un papa serías tu- dije abrazándolo.

-Oh por dios, no digas eso, me vas a hacer llorar y los Kim  no lloran- dijo con la voz cortada.

-Te quiero mucho Sergio- dije aún en el abrazo.

Después de un rato nos separamos y él limpio unas lágrimas rebeldes que amenazan en salir, tae se tiro a mis brazos y reclamo a su padre, con la excusa que si fuera el mío también no podríamos estar juntas.

Taeyeon Kim….

Cuando llego el fin de semana pasamos todas las cosas de Tiff  a mi casa, y ella decidió dejar cerrada esa casa, por lo cual hablo con su madre y pidió que se ocupara de eso, al día siguiente los muebles fueron envueltos y las instalaciones bloqueadas.

6 MESES DESPUES.

Las cosas han sido diferentes en estos meses, pero eso no quiere decir que haya sido malo, todo lo contrario, tener a Tiffany  viviendo conmigo es algo asombroso, al principio peleamos un poco debido a que no nos habíamos acoplado del todo, pero no fue nada que no pudimos arreglado hablando y llegando a acuerdos. Tiff  paso navidad en Nueva York a pedido de su madre, lo cual ella no se negó, año nuevo estuvo con nosotros y fue asombroso, hasta lanzamos pirotecnia desde el patio, lo cual mi padre dijo que sería primero y último año, ya que por estar peleando con Hayeon  hicimos que uno de ellos terminara en el observatorio de la casa y rompiera más de un vidrio.

Al principio de año enviamos nuestras solicitudes a la universidad de Londres, ella para psicología y yo para leyes, decidimos que de quedar no viviríamos en el campus, si no que con ayuda de su mama rentaremos un departamento para vivir juntas, nuestros padres estuvieron de acuerdo y su madre con gusto ofreció su ayuda. Estamos un poco nerviosas ya que en estos días deben llegar las cartas de aceptación, Tiff  tiene miedo de no poder entrar, igual yo, pero trato de controlarme un poco más, no quiero que se preocupe igual por mí.

-tae amor, despierta, vamos arriba coreana  y- dice saltando en la cama, medio abro mis ojos y veo que son las 8 de la mañana, pero peor es que es sábado.

-Tiff  vuelve a dormir, aún es muy temprano- dije abrazándola y haciendo que se vuelva a acostar, pero ella rápidamente se zafo de mí y volvía a saltar.

-Llegaron- dijo finalmente, lo cual me tomo un momento entenderla hasta que caí en cuenta.

-Oh por dios, porque no me has levantado antes- dije levantándome de golpe y buscando mi ropa por toda la habitación  mientras ella se reía.

-Eso he estado tratando de hacer durante estos 15 minutos- reclamo aun riendo.

Cuando por fin logre vestirme, bajamos y nos encontramos con mi padre y Hayeon  sentados en la sala y cada uno con un sobre en la mano, trague difícilmente para luego acercarme a ellos con Tiffany de mi mano, mi papa me entrego el sobre con mi nombre y Hayeon  hizo lo mismo pero con Tiff. Me quede viendo fijamente ese pedazo de papel hasta que ella me saco de mis pensamientos.

-Diga lo que diga los sombre chicas, para mi ustedes son las mejores… ahora ábranlos- dijo mi papa dándonos ánimos.

Empezamos a romper lentamente los sobres y sacamos la hoja lentamente, tanto que parecía que estábamos siendo grabadas en cámara lenta, desdoblamos la hoja y empezamos a leer…

-ENTRE, POR DIOS, QUEDE- escuche gritar a Tiffany  mientras saltaba y se lanzaba a los brazos de mi hermana, quien saltaba y gritaba con ella. Las voltee a ver por un momento y luego devolví mi mirada a mi hoja.

-tae, ¿Tu?, vamos hija dinos- decía mi papa eufórico por Tiff pero tratando de tranquilizarse, leí nuevamente lo que decía la hoja para luego mirar los 3 pares de ojos fijos en mí.

-Yo… Yo no quede…-.