Veo como  Tiff sale de la sala de espera en la misma dirección que tomo el doctor hace unos minutos, trato de seguirla pero mi padre me detiene.

-Puede que quiera estar sola o un poco de espacio, si te necesita, te lo hará saber- él me abrazo y solo pude asentir en su pecho.

Después de un tiempo ahí, decidí llamar a siwon  para contarle todo lo ocurrido, teniendo en cuenta que también es su amigo, él me dijo que estaba fuera de la cuidad, por unas cosas de su madre, pero que apenas pudiera regresaría e iría directo al hospital.

Tenía una hora que Tiffany había salido de la sala, me empezaba a desesperar no saber nada de ella, quería ponerme de pie e ir a buscarla, pero puede que mi padre tenga razón. Sigo dando vueltas por la sala hasta que una enfermera aparece.

-¿Y la señorita Hwang? Requerimos que firme unos papeles y a complete una información de su padre- dice mostrando una carpeta.

-Salió un momento, soy su novia, si no le importa, yo se los doy apenas regrese- dije colocándome a un lado de ella.

-Por supuesto, cuando termine entréguelos en recepción, ahí estaré- me entrego la carpeta y luego se retiró.

Me senté y empecé a revisar los papeles, pero vi que solo eran cosas como nombre, ocupación, familiares, tipo de sangre y más. Decidí acompañar a mi padre en su siesta que tomaba a un lado del sillón donde estoy sentada, pero cuando me estoy quedando dormida siento una mano recorrer mi mejilla, comienzo a despertarme y veo que Tiff está arrodillada enfrente mío.

-Hola- se acerca y me da un gentil beso en los labios para luego frotar nuestras narices.

-¿Estás bien?- pregunto mientras me estiro y hago que se coloque en mi regazo.

-Sí, o no, bueno, la verdad no sé, salí detrás del doctor para preguntarle si podía verlo, me dijo que sí, me llevo hasta su habitación, pero simplemente no pude entrar, no tuve valor, así que di una vuelta por los alrededores, perdón por dejarte así- dijo escondiendo su cara en mi cuello y dándome besos.

-Tranquila, no pasa nada, necesitabas espacio, todo esto debe ser muy duro para ti, sé que no ha sido el hombre modelo, pero es tu padre y nadie le quita ese puesto- acaricio su mejilla.

-Sergio ha sido más un padre para mí que él, para serte sincera no sé qué sentir ahora, tengo muchos sentimientos, pero a la vez ninguno, quiero llorar, pero al mismo tiempo no, me siento, ¿neutral?... No lo sé, solo abrázame, por favor tae, abrázame- dijo rodeando mi cuello con sus brazos y escondiendo su cabeza en mi este igual.

La rodee con los brazos y la apreté a mí, no dejaría que nada le pasara, no la dejaría sola. Nos quedamos así como por 10 minutos hasta que hayeon interrumpió.

-Tiff, creo que lo mejor es avisarle a tu madre de lo que está pasando ¿no crees?- dijo mi hermana mientras Tiff seguía aferrada a mi cuerpo.

-hayeon  tiene razón, deberías llamarla- susurre mientras le acariciaba su espalda.

-Primero quiero verlo, luego le hablare- se separó de mí y se puso de pie- tae… será… ¿será que puedas entrar conmigo?- pregunto con su vista en el suelo – si no quieres hacerlo lo entenderé- termino diciendo al no obtener respuesta mía ya que realmente no me lo esperaba.

-Tiff… mírame- me coloque enfrente de ella, alzando su barbilla con mi mano- Yo estaré contigo siempre, claro que te acompaño, siempre, no lo dudes- dije viendo esos hermoso ojos azules cristalinos por unas cuantas lagrimas que quieren salir.

-Gracias… tae, gracias, te amo tanto por todo lo que haces, no tengo  manera de demostrarte todo lo que te agradezco, todo lo que te amo, esto me sobrepasa en muchos sentidos y… y solo necesito… te necesito- me mira y puedo ver dolor, amor, tristeza y confusión, esos ojos azules que tanto amo, me dicen tanto que me hacen amarla aún más.

-Shhh, ya no digas más, no tienes que decir más, te amo y te amare siempre, pasaremos esto juntas sea lo que sea, juntas ¿Sí?- ella asintió mientras se acercaba a abrazarme- te amo, nunca lo olvide- dije acariciándole su espalda.

Nos quedamos un momento así, hasta que Tiff  se separó de mí y restregó los ojos para no llorar, tomo aire y me tendió la mano, mirando hacia el pasillo donde están las habitaciones.

Mi padre y hayeon  se quedaron en la sala de espera, Tiff le dio el número de su madre a mi hermana y ella le daría la noticia, ya que mi rubia no estaba de ánimos ni para eso. El camino se me hizo eterno, mi mano temblaba, pero trataba de controlarla, no quería que Tiff se dé cuenta de mi estado, estoy para ayudarla, no lo contrario.

-Habitación 102, aquí es- suspiro y soltó mi mano, se froto el rostro con ambas manos y luego de a poco fue abriendo la habitación.

Caminamos lentamente hasta la cama… y verlo así me hizo darme cuenta del ser humano frágil y vulnerable que realmente es.

Tiffany Hwang…

Una habitación fría, con olor a desinfectante, medicina, la cama en medio de ella, mi padre acostado en ella, conectado a más de una máquina y a un respirador, tiene un venda alrededor de toda su cabeza y frente, sus brazos muestran múltiples heridas al igual que su cara, donde tiene una herida de más de 5 cm que va desde su pómulo derecho hasta casi su boca, que ha sido costurado con más de 4 puntadas.

-El doctor me dijo que me despidiera de él, que sus probabilidades de sobrevivir son muy pocas, y que lo haga antes de que empeore...- dije mientras taeyeon  solo lo miraba a mi padre del otro lado de la cama de donde yo estaba – pero no sé qué decirle, es más, no quiero decirle nada, no tengo nada que decirle- di media vuelta y salí de la habitación.

Taeyeon Kim…

Escuche como se cerraba la puerta, indicando que Tiffany  había salido de la habitación, me acerca hasta poner una de mis manos en la máquina que mostraba sus signos vitales, varios números y ese sonido que parece de película, centro mi vista en él, se ve tan frágil, no parece aquel hombre que me amenazo hace unos meses con matar a golpes a su hija o a mi padre.

-Debería agradecer y reír de que estás así, pero no soy como tú… en cierto modo me duele, nadie merece esto, incluso tú, no lo mereces, Tiff  tampoco se lo merece- hablo, pero siento como se me forma un nudo en mi garganta- Si logras sobrellevar todo esto, espero seas mejor persona, porque si le haces daño a mi Tiff olvidare lo frágil y lo humano que eres- di media vuelta y salí de la habitación.

Cierro la puerta y me encuentro con Tiff sentada frente a ella, tiene su cara entre sus rodillas y tiembla, me acerco rápidamente y siento lo helada que esta, saco del bolsillo de mi abrigo un gorro y luego me lo quito, le coloco el abrigo y el gorro, para sentarme al lado de ella y abrazarla.

-Llora, grita, yo estoy aquí- digo mientras le acaricio su espalda.

-Tengo frio- respondió abrazándome a mí- siento un escalofrió por todo el cuerpo, no sé qué sentir, estoy confundida- sollozo en mi cuello y yo la abrace más.

-Tranquila, todo va a estar bien, tranquila mi amor, estoy aquí contigo-

-Tiff…- alzamos ambas la vista y vemos a Fernanda enfrente de nosotras-Tiff acabo de colgar con tu madre, me dijo que no puede venir, que está en Nueva York, cosas del trabajo de su pareja y no podrá venir… dijo que le marques cualquier cosa- le entrego su teléfono y se quedó de pie.

-Para ser sincera no esperaba que viniera- suspiro – hace mucho deje de esperar cosas de ella- termino abrazándose más a mí.

Hayeon  la miro con los ojos cristalinos y le hice la seña que ni se le ocurra soltar una mirada, lo último que Tiff  quiere es que crea que le tenemos lastima, aunque sé que Hayeon  se le parte el corazón por verla así, Tiff  lo interpretaría de otra manera, esta demasiada sensible ahora.

-Tal vez ella no esté aquí, pero nosotros sí, siempre- dije besando su frente y darle un amplia sonrisa.

-Lo sé, gracias- busco mis labios y me dio un beso corto.

Tiff  me abrazo de nuevo, pero no tardamos, ya que un ruido provino de la habitación de su padre, nos pusimos de pie y corrimos a ella, la máquina de signos vitales era la que provocaba aquel terrible ruido.

-HAYEON LLAMA AL DOCTOR AHORA- grite junto a la máquina.

Tiff  estaba estática junto a la puerta,  mi miraba se intercalaba entre Patricio y Tiff, ella tenía miedo, dolor y confusión en su mirada, mientras que en la cama, Patricio empezaba a convulsionar.

El doctor junto con varias enfermeras no tardaron en llegar, sacándonos a Tiff  y a mí de la habitación, Hayeon  miraba fijamente a Tiff  quien apoyo su frente en la en la pared y se quedó así.

-Traigan el carrito de reanimación- se escuchó desde adentro de la habitación. Me imagino que estaba dentro porque nunca abrieron la puerta.

Realmente no sé qué hacer, no sé si abrazarla o darle su espacio, decirle que todo estará bien o simplemente guardar silencio, no sé si decirle a Hayeon  que la abrace o que me abrace a mí para que me dé una idea de qué hacer. Pasaron unos minutos que se me hicieron horas, nadie se había movido, hasta que la puerta se abrió, Tiff  volteo a ver al doctor y las enfermeras las cuales negaron.

-Lo siento jovencita, hicimos todo lo que pudimos pero…- suspiro mientras metía sus manos en los bolsillos de su bata- pero su padre no sobrevivió, lo siento mucho, lamento su perdida- finalizo y se marchó.

“Su padre no sobrevivió”… Patricio estaba muerto.