Crimen - YoonYul/YoonSic [M]

Colección de One-Shots & Drabbles - Random Couples.

¡ADVERTENCIA! : ESCENAS DE MUERTE, VIOLACIÓN Y SUICIDIO. SI SON SENSIBLES A ESTOS TEMAS, NO LO LEAN (Y SI LO HACEN NO SE QUEJEN DESPUÉS.) ESTE ONE-SHOT PUEDE HERIR LA SUCEPTIBILIDAD DE CIERTOS LECTORES. QUEDAN USTEDES AVISADOS.

___________________________________________________________________________________________________________________________________

 

Le habían avisado la lamentable noticia por teléfono, Yoona ni siquiera pudo reaccionar. Tomó sus pertenencias y, casi volando, se fue de la oficina. Sin pedir permiso, sin contestar preguntas. Su mente se encontraba demasiado confundida como para poder pensar un segundo. Solo una persona le importaba y ocupaba sus pensamientos y esa era Yuri.

 

Corrió hacia su automóvil, las manos le temblaban y los sentidos le fallaban; si ahora le preguntaras cómo diablos llegó al hospital, ella no sería capaz de responder. Sencillamente no lo recordaba, en absoluto. El nerviosismo consumía su memoria y solo podía plasmar en su mente el recorrido hacia el edificio, al que tantas veces había ido.

 

Estacionó su automóvil en el primer lugar que encontró, no sin antes chocar desde atrás a otro auto. Le pagaría después los daños, resolvió. Caminó rapidísimo hacia la habitación que le habían informado.

 

— ¿Cómo está? — preguntó, sin aliento, antes de saludar a cualquier persona.

 

— Yoona, te dijimos en la llamada que está muerta.

 

¿Color? ¿Se supone que los rostros tienen color? El de Yoona era pálido, casi calavérico. ¿Cómo fue que había pasado? Su cerebro no parecía entenderlo completamente; debía haber un error. Yuri no podía estar muerta, no había forma de que Yuri haya fallecido. Hacía solo cinco horas la había despedido con un beso para partir a su trabajo y ahora simplemente ya no estaba.. ¿Cómo es eso? Parecía imposible, el tiempo juega sus trucos.

 

— No es posible. — susurró Yoona, demasiado paralizada como para llorar.

 

Su madre se alejó rápidamente, quizás no quería demostarlo pero tenía sus ojos vidriosos; ella siempre había sido el estereotipo de mujer fría y detallista, mas, sabía, adoraba a Yuri con todo su corazón.

 

(No siempre los hijos se parecen a las madres, Yuri era tan cálida, tan natural, tan espontanea.

 

Tan creativa, tan hermosa, tan positiva, tan ella, tan Yuri.

 

Yoona piensa que quizás tengan que inventar nuevos adjetivos para poder describir correctamente a Yuri.)

 

Aunque ya no es necesario hacerlo, porque ella esá muerta.

 

Muerta. Muerta. Muerta. Yoona sabía lo que era la muerte. Muerta. Muerta. Muerta. Sabía que dolía pero no que destruía, arrollaba, quemaba. Muerta. Muerta. Muerta. Yuri no puede estar muerta (y sin embargo lo está.)

 

Uno a veces se pregunta como una persona que irradiaba vida y felicidad puede estar quieta, blanca y fría; gélida y hostil. Tumbada en un ataúd con gente llorando alrededor (cuando antes el vulgo reía a carcajadas por sus comentarios graciosos y afortunados.) Ella era Yuri; tan inocente, tan querida. Yoona nunca realmente se detuvo a pensar como sería su muerte ya que lo veía  muy lejano ¿Quién diría que Yuri moriría tan joven? Nadie podría haberlo adivinado.

 

— Señorita Im ¿Cierto? — preguntó una voz masculina a su lado. Yoona se sobresaltó y dio media vuelta. Solo cayó en la cuenta de que estaba llorando cuando el señor le extendió un pañuelo (como si un tissue podría arreglar un corazón roto.)

 

(los tissues no pueden encontrar almas perdidas, ni revivir personas fallecidas; ella no necesita tissue.)

 

Pero lo acepta, no es culpa del hombre, no lo es. Y por su uniforme, parece que está solo para ayudarla, sería grosero rechazarlo o maltratarlo. Quiere dedicarle una sonrisa en agradecimiento (no puede hacerlo; sonreír cuesta cuando todo se desmorona a tu alrededor.) Quiere hablarle (pero no encuentra su voz.)

 

Así que solo asiente.

 

— Mi nombre es Jesse Jung e investigaré su caso. Bueno, mejor dicho, el de su pareja. Desde ya debo decirle que lamento mucho su pérdida y que si hay algo que pueda hacer para alivianar su pesar, solo dígame. 

 

Yoona quiere reír sarcásticamente, pero, de nuevo, no encuentra su voz. Su garganta está disfuncional, ya no sirve (¿y para qué quiere su voz si ya no tiene a nadie a quien decirle "Te amo" todos los días?) 

 

Él no puede hacer nada; sabe que sus intenciones son buenas. Mas el debería saberlo ¿Qué puede hacer? No mucho. Nada. Yuri está muerta y a excepción que sea brujo o Dios, no puede ayudarla (nunca podrá.)

 

Al no recibir respuesta, el hombre decide continuar.

 

— Como ya dije, ayudaré a aclarar sus dudas y a desenredar los hilos de este caso; no será tarea fácil pero pondré todo mi esfuerzo en solucionarlo lo más rápido posible. Ya conversé con los padres de la víctima y están de acuerdo con que yo lleve a cabo la investigación. Su novia fue encontrada muerta hace aproximadamente cuatro horas, con un disparo en la rodilla, dos en el tórax y uno en la cabeza que atravesó su cerebro. No, señorita, sea fuerte, por favor, usted debe saber cómo murió. Falleció casi al instante. Se presume que fue un robo mas esa opción quedó descartada al revisar su apartamento con la orden de un juez y apreciar que no faltan objetos de valor; lo que sí, el cuerpo fue violado.

 

Yoona no entendía la crueldad humana. Abrió bien grandes los ojos y su mandíbula se descolocó ¿Cómo alguien podría ser capaz de hacerle semejante cosa a una persona excelente como lo es (era) Yuri?
Ahora no solo estaba angustiada, sino enojada, llena de ira, rabia, furia. ¿Cómo pudieron hacerle eso? ¡Cómo pudieron! 

 

Yoona ya no creía que existiera la tan famosa justicia.

 

Quería gritar de dolor, su alma estaba desgarrada y su corazón roto. ¿Cómo seguir viviendo luego de esto? Deseaba romper los vidrios, destruír la sala de espera del hospital (como si eso sirviera de algo.). Necesitaba moverse, activarse; hacer algo para salvar a Yuri aunque ya no haya remedio. Sentía que al quedarse quieta estaba dejando que el criminal ganase. Mas estaba perdida, no sabía por dónde comenzar y no podía hablar, no había voz. Su garganta ya no servía para nada.

 

El hombre lucía apenado pero serio. No parecía confundido por la falta de comunicación de Yoona.

 

— ¿Podría por favor pasarme su número? Así la mantendré al tanto de los últimos detalles. La llamaré apenas descubra algo. 

 

La (pequeña, fragil, desdichada, desecha) mujer asintió e intentó transmitir con sus ojos un sentimiento de gratitud, mas estos estaban llenos de lágrimas y dolor (y sed de venganza y confusión) y dudaba que el hombre sea capaz de diferenciar tantas emociones. Anotó su número de teléfono en un papel y se lo extendió.

 

— Ahora vaya a descansar, no diré dormir, porque seguro no podrá. Pero al menos acuéstese y relájese un poco.

 

No, no había forma de que pueda relajarse con el asesino del amor de su vida suelto por la ciudad. Yoona negó con la cabeza, esquivó al señor y se dirigió a la habitación donde Yuri estaba. Se posicionó delante de la firme puerta de madera (parecía estar separando más que dos habitaciones). Atrás, en los asientos, la familia de Yuri lloraba desconsoladamente, el ruido no llegaba hasta ella. Estaba bloqueada. 

 

Tomó el picaporte y lo giró lentamente. Entró, con sigilo (no importaba si entraba haciendo bulla, no había nadie a quien pudiera despertar.) Y la vió. Entonces supo que una nunca está realmente preparado para ese momento. Si no fuera por su color y por el monitor apagado, podría fácilmente pensar que estaba sumida en un profundo y dulce sueño; mas su tono de piel la delataba, el cálido bronceado que le recordaba a la playa y a su hogar, había desaparecido y parecía casi un fantasma, una blancura inminente la cegó y se sorprendió. Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero no las sentía caer.

 

Se acercó unos pasos más, de a poco. Como si hubiera una fuerza que la empujara hacia el lado contrario, lejos de su amada. 

 

La bata del hospital le quedaba demasiado grande, el cabello estaba seco y descolorido. Había unos tubos pero sabía que en ningún momento significaron una esperanza para Yuri. El hombre había dicho que murió de forma casi inmediata al recibir los disparos.

 

Yoona, en principio, iba a ausentarse al trabajo ese día; a último momento le llamaron por una emergencia en su trabajo y Yuri le había dicho que vaya, que podían pasar la noche juntas (no hubo otra noche para ella, para su relación.) Mas Yuri no sabía que sus motivos para faltar eran otros, uno secreto que ahora le comía viva.

 

Sintió un peso en su bolsillo. Casi lo olvidaba.

 

Tomó asiento a su lado y cogió su mano. Estaba tan fría, helada. Quizás era primavera afuera pero invierno dentro. Dedicó unos segundos a inspeccionar su rostro; seguía siendo hermosa. Perfecta. 

 

Sacó de su bolsillo una pequeña caja de terciopelo negra. La abrió y dejó ver un discreto pero hermoso anillo plateado con ciertos diamantes que Yuri secretamente admiraba. Y, por fin, encontró su voz.

 

— Yuri ¿Recuerdas este anillo? Siempre lo mirabas cuando pasabamos por la joyería entonces, lo compré para ti y quería preguntarte si... — pero no pudo terminar porque comenzó a llorar fuertemente, descontroladamente, desoladamente; de ira, de dolor, de angustia, de injusticia, de rabia. — ¿Quieres...Quieres casarte conmigo?

 

Obviamente, no recibió respuesta.

 

*

— Gracias por venir, Señorita Im. — dijo Jesse, recostándose en su gran asiento de cuero negro. Tomó un cigarrillo y lo encendió con cierta coquetería y picardía. Yoona frunció el ceño ante el acto. Era el mismo hombre pero su actitud era distinta. No podía distinguir que, subitamente, le hacía sentir incómoda.

 

— ¿Por qué no me responde, Señorita Im? — preguntó Jesse juguetón. — ¿Acaso le pongo nerviosa? No muerdo, al menos, no por ahora.

 

Oh, no. Yoona creyó finalmente entender.

 

Tomó su celular y escribió rápidamente un mensaje para él.

 

" El doctor dijo que estoy en shock, por eso no puedo hablar o comunicarme mediante mi voz. Por eso tampoco le respondí el día que nos conocimos. Lo lamento, no lo hago a propósito."

 

— Oh, ya entiendo. — sonrió encantadoramente. Yoona movió sus pies de un lado a otro y de arriba hacia abajo. Sintiéndose indefensa, vulnerable.

 

" ¿Hay datos nuevos sobre la investigación? "

 

— Señorita Im. ¿Puedo decirle Yoona? Bueno, Yoona. Han pasado solo dos meses desde que su ex-pareja falleció y...

 

" No diga ex-pareja. "

 

— De acuerdo, han pasado solo dos meses desde que Yuri falleció. Pobre. Bueno, que pena, es una lástima, ciertamente sí. ¿Estás interesada en salir con alguien? ¿Estás libre el sábado?

 

" La investigación, dígame. "

 

— Las investigaciones no tardan tan poco, querida. Necesitas esperar al menos medio año más. Tengo otros casos que llegaron antes que el tuyo y por más que seas hermosa, no puedo darte ese privilegio.

 

" ¿Perdone? No se dirija a mí de esa manera. "

 

— Las investigaciones son largas. No conoces como es. No es que yo tenga motivación y a los dos minutos encontremos al asesino y lo metamos en la cárcel. Hay muchas etapas de por medio y eso toma años a veces. Así que ¿Saldrías conmigo?

 

" ¿Qué dice? "

 

— ¡Qué si quiere salir conmigo, mujer! — exclamó con cierta impaciencia. — Así olvidará este acontecimiento. La voy a hacer sentir bien, te relajarás y disfrutarás; si te gusta, podemos hacerlo a menudo.

 

" ¿Se refiere a o? "

 

— ¡Claro! ¿Qué no es obvio? 

 

" Creo que se ha equivocado de mujer. Yo nunca haría eso. Yuri falleció hace demasiado poco y yo nunca le sería infiel y menos con una persona descarada y grosera como usted. "

 

Jesse rió pero no dijo nada más. Yoona se puso de pie y se decidió a abandonar la oficina. Mas cuando intentó abrir la puerta se encontró con que estaba cerrada con llave. Su corazón dio un vuelco y su pulso se elevó, la boca de su estómago quemaba. Quería irse rápido pero estaba encerrada.

 

— ¿Buscabas esto? — preguntó Jesse, con una sonrisa en sus labios, mientras mostraba una pequeña llave dorada. — Podrías haberlo hecho del modo fácil, podrías haber disfrutado y olvidado por un momento a esa estúpida mujer de la que te has enamorado. 

 

Yoona se acercó a la puerta y comenzó a golpearla y arañarla. Jesse la tomó por atrás y en un solo movimiento la tumbo en el suelo. Sus rodillas estaban apoyadas a cada lado de su cintura y realizó un poco de presión en su espalda para inmovilizarla. Pegó las muñecas de Yoona al piso con fuerza, aprovechando el estado de vulnerabilidad total de la mujer, su quiebre emocional y su falta de fuerzas.

 

Así que solo le quedaba un recurso. Gritar. Tomó aire en sus pulmones pero su voz no salía. sus cuerdas vocales parecían ser inservibles. Se maldijo a sí misma. Comenzó a llorar silenciosamente por su falta de fuerzas y por la situación en la que estaba. Jesse rió cínicamente ante su triunfo.

 

Se acercó a la mujer y pegó sus labios a los de ella. Yoona realizó una mueca de asco durante el beso e intento separarse o escaparse; pero la fuerza del hombre era tal y su sed tan bestial que poco pudo hacer la joven para zafarse. 

 

Y, aprovechando todo ese combo, la violó sin más.

 

*

Dos meses después.

 

Jesse escuchó un golpe en su puerta, con un grito de "¡Pase!" permitió al visitante la entrada a la oficina. Su sorpresa fue mayúscula al ver que la que entraba por la puerta era nada más ni nada menos que Im Yoona. Se relamió los labios.

 

— ¡Señorita Im! es un gusto tenerla por aquí. ¿Vino usted por más? Estoy ocupado pero si es por usted puedo hacer una pequeña excepción. — guiñó su ojo.

 

Yoona no pudo evitar hacer una mueca de asco profundo. Cómo odiaba a ese sujeto.

 

— No, no he venido por eso. Sigo pensando que eres asqueroso y el hombre más grosero que jamás he conocido.

 

— Ah ¿Sì? — dijo Jesse, divertido, esa sonrisa cínica y enferma de nuevo en sus labios. — Pues, que lástima. — cerró la puerta con llave y la tiró al otro costado de la habitación. Luego de apresuró a acorralar a Yoona contra la pared. — Veo que has recuperado tu voz.

 

La mujer tenía miedo; claro que sí, pero no estaba dispuesta a abandonar la oficina sin haberle dicho a Jesse lo que quería.

 

— Vine para dialogar.

 

— Pero hablar es tan aburrido.

 

— Oh, no será aburrido luego de lo que tengo para decirte.

 

Jesse se separó, confundido. Yoona fue hacia la llave y la recogió. Sabía que, luego de lo que iba a decirle, no la obligaría a quedarse, es más, seguro le pediría de rodillas que se vaya.

 

Estoy embarazada.

Jesse pareció quedarse en shock un momento. — ¿Qué? Perdón, no te entiendo; tiene que haber un error.

 

— Pues, me violaste y de eso me dejaste embarazada; vamos a tener un bebé.

 

Jesse abrió bien grandes los ojos y la mandíbula también; una expresión de pánico se extendió por todo su rostro. Comenzó a negar con la cabeza. — No, no ¡No! No puede ser, esto no puede ser posible. — tiró todos los papeles de su escritorio y piso algunos. 

 

Luego miró a Yoona. Su estómago no había crecido notablemente, nunca lo hubiera notado si ella no lo decía; mas se notaba que estaba apenas más rellenita que antes y sus mejillas eran más abundantes. Se acercó y tocó su estómago; era plano pero con un pequeñísimo bulto que, sabía, era su hijo, y en siete meses sería un bebé. Empezó a acariciarlo.

 

En un acto de ternura, el hombre se acercó y le acarició los cabellos, luego los labios y la besó. — Tendremos a este hijo ¿Cierto? Aunque no parezca, yo...quiero tenerlo. Contigo.

 

Yoona dibujó una diminuta sonrisa y asintió levemente.

 

No sabía que era esa extraña sensación, era una pincelada de...cómodidad. Jesse no parecía brusco, súbitamente había cambiado su actitud. Y, quizás, tener un bebé no era tan malo, quizás era un nuevo comienzo. 

Yoona se puso de puntillas y besó tímidamente los labios de Jesse; a este le inundó un legítimo y profundo sentimiento de felicidad. Tal vez, al fin, había encontrado a la mujer de sus sueños.

*

Yoona se sorprendió al descubrir que Jesse era poco menos que millonario, su hogar era enorme; con piscina y un parque trasero. Seis habitaciones, dos baños y cada uno de los ambientes equipados con tecnología de última generación. Yoona miraba asombrada la majestuosidad del hogar.

 

— ¿Te gusta? — preguntó Jesse, abrazándola por detrás. — Ahora, mi amor, todo esto es tuyo y mío y de Taengo.

 

— ¿Taengo? — preguntó Yoona dándose la vuelta, enfrentando al hombre con verdadera expresión de alegría.

 

— Sí, espero que sea una niña y llamarla Taeyeon, así podré decirle Taengo.

 

Yoona acarició su estómago. — Taeyeon...— pareció pensativa durante unos segundos pero luego sonrió y dijo: — Me gusta.

 

Jesse colocó sus manos sobre las de ella y acarició el bulto de ahora unos cuatro meses. El vientre era notable y un poco voluptuoso. Ya no tenía tantas náuceas ni mareos pero debía soportar las golpes que la o el pequeño le propinaba desde adentro. Era un dolor agridulce. 

 

Las yemas de los dedos de él recorrían cada centímetro de su estómago, no dejando ni un solo lugar sin tocar. Expresaba felicidad, parecía completo. Yoona sonreía también pero no era feliz.

 

¿Qué era, entonces? El temor a estar sola, tal vez; o la incertidumbre que significaba un embarazo no deseado y producto del peor de los crímenes contra la dignidad de un ser humano. 

 

Dejó de apreciar su barriga para ponerse de nuevo a su altura y besar los labios de su amada. — Sé que es muy apresurado, pero te amo, Yoona. Te amo como nunca amé a nadie y ese pequeño que tienes ahí también es dueño de mi amor eterno e incondicional. Y, al fin, he encontrado a la mujer perfecta para mí, la que tanto había estado esperando.

 

Yoona fingió una sonrisa. Fingió estar feliz.

 

— También te amo, Jesse. Y no, no es apresurado en absoluto porque yo también lo siento, bien adentro mío. Mira mis latidos, están acelerados y en mi mente solo estás tú. Mi alma te pertenece y me tienes pegada a tí, ya no puedes escapar de mí. Te amo mucho.

 

— ¡Oh dios, Yoona! Te amo tanto — exclamó, besándola apasionadamente esta vez.

 

— Yo más, mucho más. Y cada una de las palabras que dije antes, las siento de verdad.

 

Claro que también mintió con eso.

*

Yoona debía comportarse como la mujer ideal, el estereotipo de pareja que todos desean. Por eso, a pesar de estar embarazada y contra los quejidos de Jesse, limpiaba la oficina de este mientras él descansaba. Ella argumentaba que, al ser el único que trabajaba y que mantendría a dos mujeres, necesitaba estar, al menos, con su ámbito de trabajo limpio.

 

En realidad, lo que Yoona quería eran pruebas. Certezas que confirmaran sus sospechas, las que había tenido desde un principio y que le dieran la determinación final que necesitaba. 

 

Para su suerte, lo encontró. Llevaba una semana haciendo la rutina de limpieza. Por lo general, solo sacaba un poco de polvo superficial mientras en lo que verdaderamente empleaba casi toda la madrugada era buscando pruebas, evidencia que le sirviera. 

 

En un cajón que parecía vacía apenas abrirlo, y bien al fondo, encontró una pistola de poco calibre, sin balas. Y, bajo ella, un cuaderno que parecía un diario íntimo. Al principio no le dio mucha importancia porque, claro, era un investigador y siempre debía tener un arma en caso de alguna emergencia. Pero eso no era lo que le causaba real curiosidad, sino, el cuaderno que estaba bajo ella. 

 

Lo abrió en una página al azar y no le daba crédito a sus ojos, eso era justo lo que necesitaba.

 

( 30/01/07

 

Hola,

Al fin he hecho lo que, pensaba, nunca podría realizar. De hecho, han sido dos cosas, dos experiencias desconocidas para mí. 
Primero la más importante: forcé a Im Yoona. Y sí, sé que eso es verdaderamente malo y que soy un ser asqueroso y repudiable por ello. Es solo que se veía tan indefensa. Además de que me había dicho que no tenía voz por shock (o algo así) y me dije 'es mi oportunidad'; me aproveché de su estado, eso es verdad. Pero, el fin justifica los medios ¿cierto? Ella no me olvidará jamás y seguro vendrá a mis pies suplicando por más; y ahí podré al fin apropiarme de ella, que sea mía, ser su dueño.
Y, segundo, he asesinado a Kwon Yuri, la que era su pareja. Sé que eso es aún peor, pero yo haría todo por Yoona y eso es verdad.
Ahora que no está ella en mi camino, estar con Yoona y llegar a su corazón será aún más fácil para mí...
Aún recuerdo cuando trabajamos juntos por, no sé, ¿dos semanas? hace bastantes años. Ella era adolescente y era tan hermosa...Ahora su belleza no ha disminuído, por el contrario, se ha potenciado y está matándome, no creo que nadie alguna vez haya sido tan bella.
Debo irme. 
Escribiré luego.

— Jesse. )
 


 

*

Ahora era oficialmente una Jung. Jung Yoona. Sonaba tan venenoso a sus oídos, pero lo aceptaba con una sonrisa. En ese mismo momento, se encontraba con los padres de su supuesto amado. Estaba manteniendo una charla amena con la sobrina de Jesse. La señora Jung la miraba con ojos orgullosos y feliz. Todos allí parecían asombrados pero verdaderanente felices por el embarazo de Yoona.

 

A la joven le resultaba casi gracioso y enfermizo imaginarse las reacciones de todos los invitados al gritar a los cuatro vientos como ese hijo había sido concebido.

 

Pero claro que no lo hizo. Jesse debía sufrir mucho, debía arrancarle un pedazo de su vida. Debía hacerle lo mismo que le había hecho a ella (Ojo por ojo, diente por diente.) 

 

— ¿Cuántos meses llevas ya, querida? — preguntó la madre con un destello de felicidad en sus ojos.

 

Yoona sonrió y acarició su hinchazo estómago. — Siete meses.

 

— ¡Oh, que maravilla! — exclamó la prima de Jesse. — Será el bebé más hermoso del universo. Digo, Jesse es lindo y tú, cariño, eres preciosa.

 

— ¡Ey! — exclamó Jesse. — Solo yo le digo esas cosas a mi mujer. — la abrazó por atrás con aire posesivo, aunque, con una mano acariciaba su vientre. Donde estaba su bebé.

 

Yoona se sobresaltó al escuchar de que forma Jesse se había referido a ella.

 

— ¿Tu mujer? — preguntó el esposo de su prima. — ¡Hey, bro, felicidades! ¿Cuándo se casan? — Yoona se ruborizó y clavó sus ojos en los de Jesse.

 

— Ni siquiera sabía que estaban comprometidos. — comentó la señora Jung, ofendida por no estar actualizada en cuanto a la relación de su hijo se refiere.

 

— No, no lo estamos. — dijo con pena. — Bueno...no todavía. — agregó, juguetón.

 

— ¿A qué te refieres? — preguntó Yoona, atónita. 

 

— Vengan todos aquí por favor. — Una vez que todos estuvieron todos reunidos en el centro de la habitación. Jesse se arrodilló y de su bolsillo sacó una cajita de terciopelo con un anillo enorme dentro, con diamantes de todos los tipos y de un valor incalculable. — Yoona, sé que nuestra relación no lleva años, pero este tiempo que he estado contigo fueron los mejores meses de mi vida. Nunca había sido tan feliz y mi alegría es gracias a tí. Solía levantarme y dar por sentado que sería un día aburridísimo en la oficina, mas desde que tú estas aquí alegras mis mañanas, mis tardes y mis noches. Le has dado un nuevo sentido a mi vida y espero haber yo mejorado, al menos, una milésima parte de lo que tú has mejorado la mía. Así que, Im Yoona ¿Aceptas casarte conmigo? 

 

Habían unos quince pares de ojos mirándola, espectantes a una respuesta. 

 

— Lo has dicho mal. — dijo, finalmente, Yoona. Jesse la miró con rostro confundido. — Es Jung Yoona. Y claro que acepto casarme contigo. — Jesse cambió su rostro por uno de alivio y se abrazaron para luego besarse apasionadamente. Los invitados aplaudían y festejaban su felicidad.

 

— Me haces feliz. — susurró Jesse en su oído.

 

— Te amo tanto, Jesse.

 

— Amo como suena Jung Yoona. Tu apellido y mi nombre quedan bien. — guiñó el ojo.

 

— También lo amo. — sonrió — pero no tanto como te amo a ti.

 

— Oh ¡Querida! ¡Estás llorando! — exclamó la madre de Jesse.

 

Si estaba llorando, era solo porque recordó cuando ella misma le propuso matrimonio a Yuri en la sala de emergencias del hospital.

*

Tenía fecha de parto para el diez de septiembre. Ambos habían decidido que el parto natural era la mejor opción.

 

Ya no limpiaba la oficina de su futuro marido, su estómago era muy grande y su vagueza aumentaba día a día. Nunca había sido muy activa, pero tampoco tan perozoza como para no levantarse de su cama horas después de despertarse. Sin embargo, el embarazo había cambiado eso.

 

Entre ellas, su bienestar físico. Yoona era alguien sano que no tenía habitualmente dolores de cabeza muy agudos, mas, últimamente, las migrañas le condenaban. Quizás es una advertencia, ella pensaba; pero le restaba importancia. Iba a vengarse cueste lo que cueste, aunque su cabeza se separe de su cuerpo, iba a conseguir que el dolor que le provoque a Jesse valga la pena.

 

Faltaba solo una semana para la fecha aproximada de parto, sin embargo, podía variar, así que mejor prevenir, mejor hacerlo rápido.

 

No podía fingir más, estaba cansada de pretender amar un hombre al que verdaderamente aborrecía. Y, por sobre todo, extrañaba a Yuri con locura. No había un solo día en el que no la recordara con nostalgia y melancolía, pensando que ese bebé que estaba a punto de nacer debería ser de ellas dos, y no del ser humano más repulsivo que alguna vez pisó el planeta tierra. 

 

Tenía tantos planes con Yuri: viajes, hijos, vivienda. Matrimonio. Ahora tenía todas esas cosas pero con alguien más, cosa que no la tranquilizaba en absoluto. Todo sea por la venganza, por la promesa de dolor agudo e infinito que ella sintió todos los días hace ocho meses.

 

Extrañaba su espontaneidad, su carisma, su alegría, su amor, sus besos, sus abrazos, sus consejos, su canto, su talento de ser siempre positiva, su sonrisa, su creatividad. Toda, ella,ìntegra. La extrañaba tanto que ya no podía más e iba a explotar de venganza, odio y furia.

 

Debía terminar esto rápido. Debía hacerlo antes de que Jesse subiera a su hogar y para eso faltaban unos...treinta minutos. No había tiempo para arrepentirse ni para pensarlo de nuevo; era una decisión que había tomado cuando decidió mantener una relación fingida con Jesse, seis meses atrás. Había tenido mucho tiempo. No podía tener ese bebé con ese hombre, ni casarse con ese hombre. Ya no podía siquiera mirar a ese hombre. 

 

Juntó todas sus pastillas contra la migraña y se sirvió un vaso entero de whiskey. El líquido transparente nunca le había gustado, pero sería más efectivo que el agua en la tarea de matarla. Le quedaban catorce pastillas, deseó que fueran suficientes para matarla (y, si no lo eran, la mezcla, el cóctel mortal de fármacos y alcohol la mataría.)

 

Las tomó de a una. Suavemente. Delicadamente. Dulcemente. Lentamente. Como saboreando la muerte, disfrutando los últimos minutos de su vida. El Whiskey le quemaba el estómago (¿lo sentiría Taeyeon también? — Que importaba.) y las pastillas parecían revolverse entre sus jugos gástricos. 

 

Sintió una oleada de disgusto, nauceas intensas. Más permaneció con la boca cerrada y no hizo nada para impedir su muerte. No planeaba morir ahogada; nunca planeó una forma. Lo único que le interesaba era fallecer. Y listo. En su último segundo, no pensó ni en Jesse, ni en Taeyeon. Pensó en Yuri y en lo poco que le faltaba para verla, encontrarsela de nuevo.

 

 

 

_____________

a/n: ¿es muy oscuro esto?

puede ser, que sé yo jaja

en la versión original Yoona se suicidaba con cianuro de potasio,

y en la alternativa tenía el baby de Jesse, pero ya pos este mejor.

dejen sus comentarios, por favor, diganme su opiniòn.

gracias por leer.

 

 

 

 

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
DollySweet
#1
Chapter 71: Mi jeti feeling ...
jessjung_dew
#2
Chapter 71: esto fue triste........ aunque mucho de lo que dices es verdad........ Jessica trse gano una guerra que no busco con todos esos "sones" tratando de desaparecerla pero ella no se ha dfueejado , ja es mas sigue adelante y mas fuerte que nunca. Yo siento mucho orgullo de tenerla como bias, porque a pesar de todo, ella nunca ha bajado la cabeza. XD
gbrujndl #3
Chapter 70: YuraxMinah, YunaxHyejeong, MinaxSeolhyun, Jeti, SoyeonxQri, Moon HyunaxTiffany, Jungli
DollySweet
#4
Chapter 70: Que tiernas estaré esperando el jungli ♥
Y con las couples cualquiera donde este sica!☆
DollySweet
#5
Chapter 68: No pues! ! Así nada mas? TT. TT
TaeSeoSica
#6
Chapter 68: ¿Puede haber una segunda parte?;;;;
L_ight_ #7
Chapter 68: Pero si está genial. El sentimiento me llegó.
Just_Vicky-Jung
#8
Chapter 68: La verdad es que fue corto, pero... rayos! Casi se me sale una lagrimilla traviesa... T.T
NamiTK
#9
Chapter 68: Me ha deprimido :(
DollySweet
#10
Chapter 67: Ese yoonyul! :D ya para que buscar que se casen de una vez no? ! e.e
Me dio risa tus advertencias ja ja ja