-Tiffany-ah...me gustas-

Y lo cierto es que Tiffany no sabía que decir.

No quería ser alguien más en la 'lista' de Yuri, porque a Tiffany en serio le gustaba. No quería solo acostarse con Yuri, ni un encuentro de una noche. Quería una relación en serio, algo duradero, eterno si era posible.

-Yuri..tú también me gustas-

Yuri no podía sentirse más feliz ¿Saben el alivio que provoca el sentimiento mutuo? Pues es una especie de relajación interior, el corazón de esa persona solo te pertenece a tí y te dá la tarea de cuidarlo.

-¿Quieres...tú sabes...salir...c-conmigo?

Yuri no entendió el porqué de su nerviosismo, había salido con muchas mujeres antes. Pero...oh ella era especial. Era Tiffany, la que había amado desde el primer día, la que había hechizado su mente y robado su alma.

-No...- Respondió Tiffany con temor.

-¿P-Por qué?- preguntó Yuri, con un gran dolor y sintiendose herida.

-Yo...Yuri, yo necesito una relación estable...no quiero solo o-

-Yo no me refería a solo o-

-Tienes mala reputación Kwon-

-Lo sé, pero te prometo, serás la única en mi mente-

-¿Y en tu corazón?-

-En todas partes Tiffany-ah-

-Es que...simplemente no lo sé...-

-Es mi promesa más sincera-

-Yuri...-

-Por favor, creeme- Rogó con todas sus fuerzas que así sea, porque decía la pura verdad.

-Demuéstralo...-

~Dos semanas después~

Desde ese día, Yuri le dejaba a Tiffany una cajita de color rosa sobre su pupitre. En el, habían diversas cosas. Dulces, poemas, canciónes, cartas...La imaginación de Yuri para sorprender a su amda era inmensa y al parecer interminable. Tiffany sentía que era un poco duta con ella. La castaña había dejado más que claro que sus intenciones eran buenas y sus sentimientos verdaderos.

-¡¡Tiffany-ah!!-

La inconfundible voz de la chica a la que amaba se escuchó por todo el salón. Los alumnos que allí estaban cruzaron miradas, sorprendidos. Yuri había tomado el micrófono que el director usaba especialmente para los anuncios, ahora, toda la escuela estaba escuchando a la castaña.

-Tiffany, Stephanie,Hwang Miyoung...Te amo...por favor...acepta salir conmigo...-

Tiffany pensó que ese fue el acto más tierno que nunca nadie había hecho por ella.

Corrió hacia la oficina del director, como Yuri lo había hecho el día en el que se dió cuenta que era mejor confesarse. No le importó tener permiso o el no tenerlo. Los pasillos se encontraban casi vacíos,  unos pocos curiosos salieron de sus salones luego de escuchar el anuncio de la playgirl más famosa de la escuela, Yuri.

-¡Yuri!- girtó Tiffany, exausta, luego de haber recorrido toda la escuela a tan gran velocidad. Encontró a la castaña sentada en la gran silla que siempre estaba ocupada por el director de la escuela.

-Tiffany-ah...-

Lo cierto, es que Yuri fue interrumpida por los labios de Tiffany, que hicieron camino hacia su boca apenas había puesto un pie en la habitación. Luego de separarse por la falta del oxígeno, juntaron sus frentes.

-Si quiero salir contigo- Respondió la pelirroja.

Y Yuri pensó que era la persona más feliz sobre la faz de la Tierra.