Jessica no sabía cómo hacerlo.
Había pasado muchas noches en vela pensando en excusas, discursos y promesas. Mas ninguna sonaba veraz. A veces lo eran, a veces no tanto, hubo algunas que eran mitad ciertas mitad mentiras.  Jessica sabía que no podía darse el lujo de engañarla una vez más.

Explicarle lo que realmente sucedió no es tan fácil tampoco, quizás resultaba inentendible ante algunos ojos que no sean los suyos. Y, ciertamente, ella no se entendía en ocasiones. No porque Tiffany fuera hermosa (que de hecho, lo era), sino por su admirable personalidad. Siempre sonriendo, siempre brindando ayuda y esperanza. Jessica tendría que haberlo pensado dos veces.

No había forma de decirlo sin sonar cruel. Esta otra persona con la que había dormido no era más que la némesis de Tiffany. Fría y misteriosa, una belleza, sin duda alguna, astuta y voraz. Contagió a Jessica con su lujuria, y cuando cayó en la cuenta de lo que había sucedido, ya era tarde; muy tarde. 

Jessica no conseguía recordar como había comenzado.

Quizás fue cuando una amiga suya le dijo que debería comprar el anillo de compromiso para Tiffany en una joyería muy reconocida. El problema no era el dinero, Jessica tenía a montones, para quedarse y repartir; el problema era que allí trabajaba una mujer de estatura mediana, sedoso cabello castaño y voz angelical. Bajo esa fachada se escondía la verdadera Kim Taeyeon. Esa persona que estaba dispuesta a sacrificar la felicidad de alguien más para placer propio. Ella no lo pensó dos veces antes de seducir a Jessica, pero no se la puede culpar por eso ya que era tarea de alguien más.

Quizás fue por venganza. Jessica no lo cree muy factible, de todos modos. Sí, había tenido sospechas de su novia y cierto empleado nuevo de su empresa; pero aquello no había sido comprobado, así que se encontraba libre de todo cargo. Quiso que sonara creíble, que si se atrevía a pronunciar " Tú me estabas engañando también " fuera desgarrador, convertirse en la víctima, en otras palabras. Lo daba casi por descartado, Tiffany había demostrado fidelidad, superado miles de pruebas, y allí estaba. Tan pura, su aura tan limpia como siempre pero seguía siendo insuficiente para el insaciable espíritu de Jessica. Además, el empleado ni siquiera era apuesto, en absoluto. Por precausión fue despedido (Jessica intentó hacer oídos sordos a las súplicas del hombre, argumentaba que tenía una familia que mantener, aunque, eso no importaba, Tiffany significaba más que unos niños y una esposa.)

(A veces Jessica se reprochaba su propia insensibilidad.)

Ella estaba arrepentida por haberlo hecho, por traicionar la confinza de quien, creía, amaba. Se sentía dolida e incompleta sin su otra mitad. Tiffany había dicho que ellas dos siempre serían una. 

Las lágrimas se acumularon en sus ojos, pero las contuvo. No se suponía que fuera ella quien debería estar llorando. Suspirar fuertemente tampoco daba resultado alguno. en ese momento supo que debía hacer algo urgentemente para el bien de su casi quebrada relación. 

Se dirigó al hogar de Tiffany tan rápido como sus pies se lo permitían. Las luces estaban apagadas, parecía que no había un alma en toda la calle. Tocó la puerta una, dos, tres veces hasta que alguien finalmente la abrió.
Allí estaba. Desarreglada, con zonas oscuras bajo sus ojos y  un mal humor notable. Seguía siendo hermosa, aún así, ante los ojos de Jessica.

— Vine hasta aquí para pedir disculpas, Tiffany —. su lengua parecía trabarse, las sílabas no salían completamente bien de ella. Su nerviosismo la estaba acaparando, y, si no la detenía a tiempo, iba a tomar total control de ella.

La muchacha en frente suyo pareció no reaccionar. Jessica no supo si estaba esperando explicaciones. Si las quería, las pediría, pensó ella. Luego de momentos de silencio incómodo, se decidió a continuar.

— Estoy tan arrepentida por lo que hice, que realmente no creo que alguna vez encuentre las palabras para expresarlo. — dijo. Le dedicó una mirada aguada y miserable. 

Sabía que tenía que romper esos muros de hielo que se habían formado alrededor del corazón de Tiffany. Ya había hecho esto antes, pero ahora parecían más duros, mejor contruídos. Esto realmente estaba afectándola, y Jessica no pudo evitar sentirse culpable por ello.

— Entiendo si no aceptas mis disculpas —. comenzó, tomó la mano de Tiffany entre las suyas y la sintió temblar, sus labios se agitaron suavemente y su mirada expresaba desesperación. Jessica nunca la había visto en este estado antes. — Pero, si me das otra oportunidad, yo te aseguro que seré esa amorosa novia que te mereces, Tiffany. La persona con la que soñabas cuando eras niña, esa puedo ser yo. Quiero hacerte feliz, y arreglar esa grieta que hice en tí al... —. decidió no nombrarlo al considerarlo mala idea, después de todo. — Sinceramente, Tiffany.  ¿Podrías, por favor, perdonarme? 

No dijo nada por unos segundos. Su mirada, sin embargo, se suavizó. En ese momento Jessica supo que había roto su propia muralla. Casi estaba ganado. 

— Lo pensaré —. susurró, luego se adentró a su hogar y cerró la puerta.

Esto hubiera entristecido a Jessica si tan solo no la conociera. Aunque podría ser considerado un fracaso y un rechazo, Jessica sabía que no lo era. Es más, estaba segura que mañana volverían a ser esa pareja tan enamorada que eran.
Se alejó de la entrada. Parecían siglos desde la última vez que había estado allí, y fue porque Tiffany las había descubierto a Taeyeon y a ella de alguna forma, nunca se supo cómo. Ya no importaba de todas formas. Tenía su perdón casi asegurado.

Su celular sonó. Sus ojos brillaron al ver quien era. Verificó que no hubiera nadie a sus espaldas, y una vez que estuvo segura que nadie le seguía. Atendió. No podía esperar para contárselo todo, su éxito en el plan y su próspero futuro con Tiffany.

— Si, ella dijo que lo pensaría pero estoy segura de que me perdonará... No, no, estoy segura, nunca ha podido resistirse a mí... — rió al pensar en cuán vulnerable era frente a ella, era ciertamente verdad. — Ya voy para allá, contigo, no puedo esperar para verte —. sonrió como una estúpida. — De acuerdo, adiós Tae, te amo. — Y luego de recibir un "Yo también" como respuesta, cortó la llamada.

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Creppy, very creppy.