Esta bien, estaba todo más que bien. En su estado perfecto de siempre, muy tranquilo. Cerró los puños y susíró con fuerza, una vez más, la millonésima vez ese día.

La entendía, la entendía verdaderamente, y eso era difícil de entender.

Miraba a Yoona a lo lejos, seguía siendo tan increíblemente hermosa como el día anterior, o como el mes pasado. Su sonrisa era deslumbrante y su fijura exhuberante. Y le fue tan difícil imaginar que en algún tiempo, fue suya. No por muchos meses, ni siquiera era algo especial.
Pero fue suya.

Los recuerdos de los últimos días estaban distorsionados, como si alguien se hubiera metido en su memoria y ahora estuvieran todos mezclados. Pero ella estaba bien, se sentía tranquila. Comprendía que era un descargo.

Pero le ofendió el hecho de que Yoona tal vez ni siquiera lo había pensado dos veces.

Seohyun pasó la mano por su cabello mientras un grupo de señores vestidos de negro la observaba con ojos llenos de desprecio, ellos escuchaban a la castaña con oídos abiertos. Y ahí iba otra oportunidad de trabajo. Se reconfortaba pensando que el salario no era tan bueno, después de todo. Pero volvió a desesperarse cuando recordó que necesitaba urgentemente un trabajo para poder seguir pagando el alquiler de su pequeño apartamento en el cual apenas cabían sus cosas.

Pero Yoona era feliz con eso ¿Verdad?

Solo le interesaba ver una sonrisa en el rostro de la castaña. Si, ya habían terminado, y casi todas las ex-novias le desean el mal a las personas que fueron sus parejas, pero Seohyun no podía, simplemente no podía.

Y eso era malo ¿Verdad?

Y era peor si Yoona hablaba mentiras sobre ella, su boca llena de maldad creaba rumores, pero estaba bien para Seohyun, porque entendió que no era necesario gastar su tiempo en hacer que la castaña cambiara de parecer. Eran acusaciones sin fundamento. Y si intentaba convencer a todo el mundo que Im era una mentirosa, sabía que eran horas perdidas. Simplemente eso.

Y ella ni siquiera sabía por qué se encontraba en esta incómoda situación.

Sin pensarlo se acercó a Yoona, que ya estaba caminando derecho a la estación de ferrocarriles, y justo ahí habían tenido su primer beso, pero recordarlo en ese momento no servía de nada.

-Repíteme ¿Por qué me haces esto?- preguntó Seohyun, su voz no sonaba a reproche, más bien como aburrida.

-Yo...Terminamos-

Seohyun alzó una ceja, claro que habían terminado, eso lo sabía muy bien y su memoria se encargaba de reproducir buenos momentos juntas -No me ofenden-

-¿Qué?-

-No me ofenden las cosas que dices, porque aun qué las repitas siempre no volveré contigo-

-P-pero...-

-Mentir e insultarme siempre que estés enojada. Ya entendí, tu estabas bien y yo mal. Solo quiero que me dejes sola y no vuelvas a hablar de mí...nunca más-

-Y-yo...-

-Estoy realmente enterada de las cosas malas que hice,  no necesito que vengas y lo exageres tanto-

-Ya no hay solución para el lío en el que estas-

-Es tan triste y tan aburrido, simplemente quiero que te alejes-

Y con esa frase en mente, Seohyun se alejó rápidamente, tomando la correa de su bolso y cruzándolo por su torso. Y fue justo en ese momento en el cual recordó que tal vez el haber terminado con Yoona no era tan malo, después de todo, había terminado con ella por siempre mantener esa actitud de niña caprichosa y mocosa inmadura.

Y ahora estaba todo más tranquilo que antes.