Ustedes solo imagínense un país corrupto, o con justicia inservible...Si, si, Argentina es válido, pueden usarlo como ejemplo...

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-Señorita Kim Tae Yeon ¿Cómo se declara usted por el crimen de Choi Soo Young?

-Inocente

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Estaba en su habitación de su inmensa casa. Kim Taeyeon estaba recortando pequeñas piezas de papel naranja para adornar su cajita de cartón, donde guardaba sus lápices de colores. Ella tenía una sonrisa tatuada en su rostro, la ventana estaba abierta y los pájaron cantaban suavemente. Una cálida y reconfortante brisa entró y movió en su totalidad las cortinas.

Y casi parecía un hermoso día de verano común para Taeyeon...

Ella intentaba negar la realidad, por eso sonreía, no porque estaba realmente feliz. ¿Quién lo estaría en su situación? Le estaban privando de su libertad, y estaba en su propia casa, pero ni siquiera podía salir a tomar un poco de aire al parque.
Tal vez, solo lo hacía si el policía accedía pero...ella no podía hacer nada sola, tenían control de cada uno de sus movimientos.
Ya extrañaba la bella sonrisa de su novia, Park Hyo Yeon, hacia demasiado tiempo que no la veía; con todo esto de su juicio...realmente creía que estaba en peligro, ellos lo creían. Pero su novia nunca se había mostrado alejada, porque amaba a Taeyeon con cada poro de su piel y de eso no hay duda.

Así que, como último acto, solo tomó una lapicera azul oscuro y papel. Depositó todo en su escritorio, se sentó en la silla frente a este. 
Dió una fuerta inhalación y exhaló fuerte. Hacia como cuatro horas le daba vueltas a una explicación en su cabeza, una excusa creíble a la que ella se pudiera aferrar y que pudiera adoptar como verdadera, también.
Pero, de repente, ya no quería mentir, ella solo necesitaba salir de ahí, escaparse.
¡No le parecía nada justo! Estaba encerrada todo el día, simplemente dibujando o tarareando canciones que recordaba vagamente haber escuchado en la radio.

Y aunque quería creer que no era culpable y que todo esto era injusto...

Ella simplemente no era inocente.

=

Un sobre llegó al buzón de la pequeña casa de Hyoyeon. Ella lo tomó dudosa y lo inspeccionó . ¿Quién podría mandarle esto? ¿Quién escribía cartas hoy en día, de todas formas?
Entró rápidamente por la puerta a su hogar, y se fundió en su sofá lleno de almohadones, se cubrió con una fina manta y rompió el sobre de la carta. Esta, tenía escrita un "¿QUIEN?" en la parte frontal del sobre.

Seúl, Corea.
12 de Octubre del 2014

Querida Hyo Yeon:

Hola, yo sé que sabes muy bien quien soy, porque me conoces lo suficientemente bien. 
Solo quiero explicarte bien que fue lo que pasó y por qué lo hice. Si, excato, como has leído, yo lo hice, yo lo hice, yo lo hice.
Y también sé, que de seguro te sentirás dolida primero, porque confiabas en mi inocencia, y porque sé que me amas y estás decepcionada de mí también. 
Yo solo lo hice por amor.
Suena tonto, suena a excusa barata o algo que podría haber sacado de internet, pero es la pura y mismísima verdad; y debes creerme, tienes que creerme, yo nunca te he mentido, ni siquiera cuando me preguntaste si había matado yo a Sooyoung porque... en esa ocasión, yo no te contesté y tú inmediatamente lo tomaste como un "no" seguro, cuando solo fue un "si" silencioso.

Yo me sentía muy amenazada, por Sooyoung. Yo sabía que era tu amiga, pero no confiaba lo suficientemente en tí, o en tu amor, o en nuestra relación. De repente, ya no pasabas tanto tiempo conmigo y siempre encontrabas un espacio para salir con ella, iban a todo jutnas, y no sé que pasó conmigo, creo que enfermé de celos, y sabes muy bien que eso no tiene cura. Eso se tiene o no, se nace con eso o no, es parte de mi personalidad.

Colapsé cuando, con ojos vidriosos, me dijiste que ella se casaba. Y luego te alejaste a mi habitación a dormir, porque estabas cansada, tú sabias que no iba a seguirte, porque quería que estuvieras bien y descansada para tu trabajo al día siguiente.
pero esta vez no me controlé y te escuché a través de la puerta, y yo pude presenciarlo. Te ví llorando, te ví llorando por ella.

Tal vez debería haber confiado un poco más en tí, pero yo simplemente no pude. Ni siquiera yo me reconocía, no podía controlarme, pero el solo hecho de verte llorar...creo que mi bestia oculta salió a la luz y yo solo quería generarle a ella el mismo dolor que te generó a tí.
Eso tiene sentido ¿Verdad? No me justifica, pero sé que lo tiene.
Es por eso que, cuando tuve la oportunidad, no dudé ni un segundo, porque ella, ella se atrevió a lastimarte, ella entró a tu corazón, y luego clavó una daga en él.
Y no era justo para tí, yo fui testigo de tu divertida personalidad y de tu generosidad interminable. Y, Hyoyeon, tú ,definitivamente, no lo merecías.

Y es así, como llegamos a la peor parte, pero que a la vez es muy necesaria. Tú tienes que saber, con lujo de detalles, como pasó.
Yo deseo que lo leas completo.

Luego de investigarla, yo supe donde vivía, en una zona un poco apartada de la ciudad. Según lo que sé, porque quería alejarse la multitud y el ruido de las calles. Porque quería alejarse de la contaminación que la ciudad significa, de la jungla de pavimento.

Y ¿Sabes? No fue casualidad que tú justamente me hayas propuesto mudarnos lejos.

Así que un día simplemente la seguí. Su hogar era una gran casa blanca llena de ventanas y flroes coloridas. Uh, casi me olvido de que seguro tú ya la conoces...
Parecía una invitación al crimen, no había otra construcción cerca, la tentación me mataba, pero...¿Sabes qué? Ese día no hice nada, nada de nada. Porque ví a lo lejos tu vehículo, no iba a hacer nada mientras estuvieras tú, además de que no me daría tiempo y no quería que presenciaras lo que yo iba a hacer...lo que hice.

¿Qué hacías ahí? Casi como que estabas arruinando mi plan tan calculado...Me escondí detrás de un árbol, y pude verte por entre el vidrio, estabas arreglando tu maquillaje. ¿Por qué? Si te veías bien sin él. Tú nunca te preocupabas por eso conmigo, siempre podías ser natural y actuar como quisieras, pero con ella eras diferente, de repente, todo te importaba.

Y no sabía si eso era bueno o malo.

O ninguno.

En fin, cuando te decidiste a tocar el timbre, yo tuve que acercarme un poco para poder ver de cerca y así fue como caí y advertiste la presencia de algo, pude esconderme para mi suerte y tú nunca te diste cuenta; y fue eso por que tenía hielo en mi pie cuando fuiste a visitarme el día siguiente, yo nunca jugué a una carrera con Sunny esa noche.

Cuando Soo Young abrió la puerta tú solo sonreíste y tímidamente le envolviste en un abrazo, detrás de ella, apareció el que supongo que será su futuro esposo, ví como tus manos se movían nerviosamente detrás de tu espalda y supe que no lo esperabas. Ella solo te sonrío forzadamente, como disculpándose.

¿Por qué ella tendría que disculparse contigo? Nunca lo entendí.

Cuando te fuiste, pude ver una lágrima rodando por tu mejilla, ella intentó detenerte, pero tu hiciste caso omiso a sus llamados, encendiste el motor del vehículo y te fuiste. Una furia me llenó completamente, ella te había echo llorar...otra vez. Así que yo salí de entre las sombras y la enfrenté, ella estaba llorando también. Me pregunté que pasó adentro de esa casa.

"¿Qué le hiciste?"  Le pregunté, mientras apretaba mi puño e intentaba no golpearla repetidas veces en el rostro.

"¿Quién eres?" me contra-preguntó, yo solo sonreí

"Soy su novia...Y tu pesadilla"

No se mi me tomó en serio, o si lo tomó solo como un chiste. Ni siquiera vi su reacción, en parte por la oscuridad y en parte porque me alejé luego de haber dicho eso. 

Al día siguiente mi tobillo dolía por la caída, pero dolía más mi recuerdo de haberte visto llorar. Así que seguí a Soo Young de vuelta, bajo la clara luz del sol, pude ver porque habías caído por ella, era una belleza, quizás lo hubiera notado si la venganza no estuviera tatuada en mis ojos oscuros. Ella se comportaba amable con todo el mundo y le sonreía a todos...pero eso no hacia diferencia para mí, yo solo podía recordarla como la mujer que había producido lágrimas en la mujer que más amaba.

Ella ya había hecho todas sus  compras del día, estaba regresando a su casa por un sendero solitario, el cual estaba rodeado de plantas y ramas de frondosos árboles. Soo Young estaba tarareando una canción japonesa que pude reconcoer porque era una de mis favoritas, hasta pareció bailar en un momento. Yo la seguí cómodamente, escondiéndome entre los altos troncos o cubriéndome con las flores violetas.

Muy a lo lejos pude reconocer su hogar, por suerte aún había mucha distancia.

"Soo Young" llamé, ella se dio media vuelta y casi tropieza con una gruesa raíz, suprimí una risita burlona.

"Ah... Tú de nuevo" Simplemente dijo, no se atrevió a acortar distancia entre nosotras, as qué, yo lo hice.

"Si, yo de nuevo, pero por última vez" 

"¿A qué te refieres?"

"Tú hiciste llorar a mi amada Hyo Yeon" un toque de amargura se reflejó en mi voz y ví que su expresión se alteró cuando me ví sacando un afilado cuchillo. Recién comprado, me había encargado de hacerlo mientras ella elegía frutas.

Debería haber estado agradecida, gasté mi dinero en ella.

Ella se apresuró a correr, pero sabía que no llegaría muy lejor, así que ni atiné a detenerla. Se tropezó cerca con la misma raíz de antes. Yo solo pude pensar que era una completa idiota.
Soo Young tumbada en la tirra ligeramente húmeda me provocó solo un poco de pena, pero no dude ni una vez en colocar el filo de mi cuchillo nuevo cerca de su cuello.

"Esto es solo un malentendido" Intentaba defenderse, como si estuviera entre la vida y la muerte, pero ella ya estaba muerta desde el preciso momento en que grité su nombre.

"Ella lloró por tí. Dos veces. Cuando llegó tu invitación para tu boda, y ayer por la noche cuando intentaste detenerla. Hyo Yeon pudo haberte perdonado. Pero yo no lo haré, nunca. Yo no soy ella"

Mi rodilla derecha se colocó en su lado derecho, y la izquierda en su lado izquierdo, estaba jsuto sobre ella. Ya not enía escapatoria alguna. Su fin, anunciado.

"Yo lo lamento...esa no era mi intención" Una lágrima se deslizó por su mejilla hasta desaparecer absorbida por una hoja debajo suyo.

"Hyo Yeon sufre día a día por tu culpa, te encargas de romper su corazón cada vez más. ¿Y el "lo lamento" me lo dices a mi?"

"¿Y me merezco la muerte por eso?" ella río un poco, pero no porque lo que dijo fue divertido, fue una risilla amarga que encendió la ira más profunda en mi.

"Te mereces la muerte y mucho más" 

"Estoy embarazada" dijo, justo cuando estaba dispuesta a clavar el cuchillo en su corazón, slió con esa noticia para poder defenderse, como último recurso.

"No te creo" Intentando no mirar a sus ojos los cuales estaban fijos en mi.

"¿Quieres saber por qué Hyo Yeon lloraba ayer al salir de mi casa? Voy a tener un bebé, se va a llamar Young Ji...Jung Young Ji"  Yo respiré pesadamente al escuchar esto, mi sed de venganza no cambiaba por el hecho de que tenga un bebé en su vientre, no cambiaba mis recuerdos, ella seguía siendo culpable.

"No, no importa" Le resté importancia y ella parecía sorprendida. No había funcionado conmigo.

"¿Puedes decirme tu nombre?"

"Kim Tae Yeon" Y estaba decepcionada porque tal vez Hyo Yeon no le había dicho nada sobre mí.

"Kim Tae Yeon, Yo no sabía que Hyo Yeon tenía novia" Sonrió amargamente "Ella nunca me lo dijo"

"Pero eso no te da derecho a hacerla llorar" apreté mi puño un poco más al recordar "Tú vas a casarte ¡A tener un hijo! Y sin embargo te enredaste con ella...Me da pena tu futuro esposo"

"Jung Kyung Ho es su nombre" Soltó algunas lágrimas más "Si te lo llegas a encontrar, dile que lo lamento ¿Sabes quien es?" 

"No" contesté secamente.

"Este, mira" sacó de su bolso una foto, pero rápidamente me derribó, clavando mi propio cuchillo en mi mano izqueirda. Girté de dolor punzante, mientras que encerraba mi muñeca con mi palma derecha. Observé el artefacto atravesando mi cuerpo. Gemí.

Pude verla a ella tomar su bolso rápido y escapando, saltando torpemente las raíces. Pero yo no estaba dispuesta a dejarle ir tan fácil, ella ya sabía mi nombre, podría denunciarme y sería el fin, de mi vida y de mi relación contigo, Hyo Yeon.

Fue doloroso ver tus lágrimas, pero sacar el cuchillo de mi mano dolió igual. Suena tonto compararlos, pero el punzante dolor que luego me quemaba fue fatal. Y eso aumentó mi enojo, se supone que sería yo quien le lastimara a ella, no ella a mi. Iba a ser venganza por esto también. 

Afortunadamente para mí, y desafortunadamente para ella. Fui más rápida y la tomé del cabello, se golpeó la cabeza con una rama gruesa que estaba allí y quedó mareada por unos segundos, aproveché y volví a estar sobre ella.

"No te escaparas tan rápido Choi Soo Young" Mi respiración estaba agitada por tan súbita acción.

"Fue un gusto conocerte, Kim Tae Yeon...Pero, matarás a Young Ji también, y eso me apena demasiado" comentó, mientras más lágrimas se deslizaban y pude deducir que eran verdaderas. Que ella en serio lamentaba la muerte de su hijo, el cual nunca tuvo ni tendrá la oportunidad de ver la luz del sol.

Clavé el cuchillo, una, dos, tres veces. Ella sonreía, como despidiéndose de la vida. Ni siqueira gritó, se comportó bien conmigo. Dicen que la venganza es mala, dicen que no sirve, pero, Hyo Yeon, yo no podía evitar sentirme bien luego de haberlo hecho. 
Al fin, ya no te vería llorar, fue la opción más rápida y efectiva que encontré. ¿Me vas a juzgar por eso? ¿Vas a juzgar a esta mujer que solo quería tu felicidad, Hyo Yeon?

"El gusto es mío"

Noté como sus párpados se volvían más pesados, y como sus labios volvian a la normalidad. Su respiración cada vez más lenta, hasta que desapareció. Mi cerebro me jugó una mala pasada y hasta pude escuchar llantos de un bebé.
Estaba alucinando, Hyo Yeon.

Mi ira se esfumó, y por primera vez pensé en lo que hice y en  lo decepcionada que estaría mi madre si se enterara. 

Pero, lejos de confesar, arrastré su cuerpo hasta la entrada de su casa. Mis guantes de latex amarillos cubiertos con su roja sangre, casi tocando mi ropa. 
Dejé un rastro rojo mientras la deslizaba, ella era tan liviana que no me costó tanto, la deposité sobre las escaleras y toqué el timbre. Me apresuré a salir corriendo, sintiéndome una ganadora pero también la persona más cruel del universo entero.

Nadie me siguió, pero mientras escapaba escuché un grito masculino, un grito desgarrador, lleno de dolor y sufrimiento.
Adiviné que era Jung Kyung Ho.

Me saqué los guantes y los arrojé en el río que estaba cerca, me sentía sucia. Arrojé el cuchillo también, deseando que desaparezcan y que nunca nadie los encontrara.

Quería convencerme de que era inocente, pero, Hyo Yeon, la palabra "culpable" casi estaba escrita con fibra negra en mi frente.

Por suerte, ninguna gota de sangre aterrizó en mi ropa, y yo parecía normal, mi pulso algo acelerado y mi cabello un poco desordenado, pero normal.

Lo primero que hice fue comprar flores en una tienda enorme, en la cual Soo Young se había parado antes para oler unas fresias. Compré un ramo de rosas blancas, pagué con lo que me quedaba de dinero, el cual no era mucho puesto que había adquirido el cuchillo.
El solo recordar los eventos acontecidos me hacia temblar.

Caminé hasta el cementerio y deposité las flores en la tumba de mi madre, mientras lloraba desconsoladamente.

"Madre, acabo de asesinar a alguien" lloraba y susurraba esto, millones de veces, sentía su mirada amenzadora sobre mí a mis espaldas, pero al voltear, no había nadie, solo muchas flroes de tumbas ajenas siendo testigos de mi confesión.

"Madre, lo siento" No podía calmarme, no paraba de pedir disculpas. Me sentía enferma, sucia.

"Madre fue solo por amor"  grité, como si estuviera juzgándome o regañándome por mis actos, aunque solo era obra de mi imaginación. 

Arrojé las flores, incapaz de seguir siendo juzgada por ella y me alejé corriendo. En mis fosas nasales persistía el suave aroma de Soo Young.

Me dirigí a mi hogar y por suerte no estabas allí, me regañé mentalmente al haberte dado una copia de las llaves. Me dí una ducha para borrar todo el rastro de Soo Young, pero mientras más intentaba, más tatuada en mi parecía.

Ya no tenía escapatoria.

Salí del baño desnuda y me observé en el espejo. 

"Esta muchacha, delgada, bajita y enojada, asesinó a alguien, mató a alguien. Y mató también a un bebé"

El agua goteaba de mis dedos, de mis piernas, de mi cabello, de todo mi cuerpo. 
Si alguien pudiera descubrirme estaría muerta. Literalmente. Perdería tu amor, perdería la libertad, lo perdería todo.

Desperté a la mañana siguiente con un tremendo dolor en mi espalda, me había desmayado la noche anterior y al parecer había quedado tumbada allí. Preparé café y lo tomé alegremente. Por supuesto, luego de unos minutos tranquilidad recordé el fatal crimen que habia cometido.
Me puse ropas coloridas, como si eso pudiera denotar inocencia y caminé hasta tu casaa que por suerte estaba cerca, toqué el timbre y abriste la puerta con una sonrisa de punta a punta. Suspiré en alivio al saber que aún no te habías enterado, auqneu tal vez la noticia no tardaría mucho en llegar hasta tí.

Te abracé, fuertemente, sin soltarte por unos minutos, cerré los ojos y aspiré el aroma cálido de tu piel. No era capaz de soltarte, me sentía indefensa y débil.

Me sentía culpable.

Me invitaste a pasar y yo solo obedecí. 

Comenzamos a ver una película de terror, y justo una muchacha jóven era asesinada. Una punzada de culpa se instaló en mi cuerpo, me estaban persiguiendo. El de allí arriba estaba haciendo que notara mi error.
Tu celular timbró y mi estómago se volvió pesado. Probablemente te avisarían. Y no me equivoqué.
Me excusé para ir al baño, no quería verte reaccionar.

Volví y estabas llorando, desconsoladamente. Estabas mordiendo el almohadon del sofá. llena de tristeza. Tu rostro súbitamente se volvió de un rojo intenso.
Tantos meses le había culpado de ser la causante de tus lágrimas...ahora el que lloraras era mi culpa.

Intenté consolarte, empujé el asunto bien al fondo, hasta pensé en confesar, pero no lo hice. Yo no era valiente, yo no era osada, yo no me atrevía. Me quedé a tu lado, lloraste ahsta quedarte dormida, yo no soportaba verte así. Y me alejé, me fui, al menos hasta que te recompusieras.

Volví unos días después y era la principal sospechosa, y yo no sabía por qué.
Al no comprobarse mi culpabilidad, me dejaron libre, pero un policía me vigila a veces.
El abogado de la familia piensa que en serio fui yo, me tienen bajo la mira.

Yo no voy a pedirte nada, si quieres mostrarle esta carta al juez, hazlo.
Si quieres incendiar mi departamento conmigo adentro, hazlo.
Si quieres declarar, hazlo.
Si quieres romper la carta y fingir nunca haberla leído, hazlo.

Hyo Yeon, yo solo quiero que no te sientas culpable.

Te amo, Hyo Yeon.

Y no, no me arrepiento de lo que hice. Pero Young Ji es la única que me apena y rompe mi corazón.

Sinceramente tuya.

-Tae Yeon