Tomó un sorbo de su jugo, no tenía sabor a nada, era lo mismo eso que metal líquido. Apretaba el teléfono móvil entre las manos, sus dedos blancos de tanta presión.
Sus ojos estaban rojos de tanto llorar y de tantas horas frente a la computadora buscando información que le pudiera ser útil. Mínimamente útil. Pero no encontró nada.
La pantalla del pequeño dispositivo se encendió de repente, Tiffany se leía.
- ¿Tiff? -
- Tu voz suena cansada, Soonkyu. ¿Estás durmiendo bien? Vaya, no creo que lo estés haciendo. Pero por favor hazlo. Entiendo que estés preocupada pero necesitas descansar.-
- Te llamo luego -
Había atendido solamente para que le dieran una buena noticia. El pequeño relámpago de esperanza se iba apagando de a poco y dejó un vacío oscuro imposible de iluminar.
Ella no dormía hace un día esperando una llamada, un e-mail, un mensaje, una paloma mensajera que le informara que estaba bien, que solo querían dinero.
No quería perder las esperanzas, sabía que una vez que eso se desvanece ya no queda nada y no creía poder soportarlo .
¿Dónde estás, amor mío?
Era jueves por la tarde, pronto el sol desaparecería y la luna tomaría su lugar.
Había visto programas antes, leído sobre esto, pero ahora que lo vivía, sabía que eso ni se aproximaba a como realmente se siente.
Tomó las fotos que había impreso un mes antes, intentó no apretar el papel para no arruinarlo, pero el nerviosismo se había apoderado de ella.
Abrió la puerta de su hogar y caminó hasta una avenida muy transitada.
- ¿Has visto a esta chica? -
Preguntaba sin cesar, repartía su foto, las pegaba en cualquier espacio vacío.
Pero las respuestas eran negativas, parecía realmente haber desaparecido sin dejar rastro. La tierra la había tragado, y no estaba por ningún lado.
Luego de unas horas se sintió realmente cansada, incapaz de seguir. Volvió a su casa sintiéndose abatida. Derrotada. No había avanzado ni un solo paso, no tenía otra pista, su paradero seguía siendo desconocido.
Su móvil volvió a sonar. Contestó solamente porque era la madre de su novia.
- Mira, te agradezco todo lo que estás haciendo, pero nosotros no lo soportamos más, queremos escapar de los recuerdos. Cada cosa que vemos en esta ciudad nos recuerda a ella. Cerramos el caso, Sunny. Lo más probable es que ella esté mue... -
- Ni te atrevas a pronunciarlo - susurró, entre dientes. Sus ojos llenos de lágrimas al solo imaginarlo.
- Querida, entiendo que es complicado para ti. Lo es para mi, era mi hija -
- Nunca la quisieron -
Cortó la llamada. Arrojó el móvil lejos, muy lejos. Si se rompía, mejor.
Esto le dolía de una forma inpensada. Nunca algo le había dolido así. estaba destruída. No podía seguir, no podía soportarlo . Pero tenía que seguir intentado. Día y noche, incansablemente. Sin parar ni un solo segundo.
Pensó en su cabello marrón, en su encantadora voz, en sus hermosas palabras. No quería que fueran solo un recuerdo lejano.
Los minutos pasaban, las horas se consumían, los días se iban, y las semanas transcurrían. Ni un dato, ninguna persona decía haberla visto. De las miles de personas que viven en la ciudad, ni una sola fue testigo. ¿Cómo era eso posible?
Tiffany la había llamado para eso. Para informarle que ella y su familia habían decidido marcharse, sin mirar atrás, para nunca volver. ¿Actuarían como que Tiffany era hija única y que nunca tuvo una hermana mayor?
Sin importar lo que pasara, Sunny lo sabía todo. Tiffany tenía una hermana mayor, que había desaparecido hacía muchos meses ya. Que podría estar en cualquier parte (el mundo nunca se había visto tan grande para Sunny). Que era su novia, que estaba desesperada.
El sol se ocultó, pensó en la cobardía de mucha gente y de como ella luchaba sola para encontrar a quién amaba.
¿Cómo te están tratando allí, amor mío?
Cae el sol. Se cumplió el octavo mes. Las heridad no sanan con el tiempo, se intensifican, se hacen más grandes, cada segundo parece que tengan menos probabilidad de cerrarse.
Cae el sol. Ya son ocho meses sin Taeyeon, pero Sunny lo siente como mucho más. Los días se consumían, ella no vivía, solo se manejaba robóticamente, quería encontrarla, ansiaba saber de ella.
Cae el sol. Y Sunny sigue sin saber nada.