- ¿No te da miedo? - pregunta, con sus ojos bien abiertos al notar nuestra cercanía, sin embargo, no se aleja. 

- No - coloco mi mano en su cintura y la atraigo más cerca, nuestras narices casi tocándose. Mis dedos se ajustan a su cuerpo, pero sus brazos siguen a sus costados. ¿Tiene miedo? No, no es una pregunta, ella tiene miedo. 

- Siempre admiré que fueras valiente, pero...- le miré fijamente y ella desvió la mirada, como si estuviera avergonzada de lo que iba a decir, y si iba a lastimarme, preferiría que no lo dijera. - Pero no así - 

- No sirve el miedo - comenté, tomando su mejilla y trazando círculos en ella, pequeños pero iban creciendo a medida que uno terminaba. Logré que, de a poco, ella conectara sus ojos con los míos.

- No, pero igualmente lo tengo - respondió, yo solo asentí, le entendía completamente, pero no dejaría que viviera guiada por el miedo. Era mi misión.

- ¿Cómo...Cómo fue que te enamoraste de ...- su voz se apagó, estaba vacilando, cada vez más desde que la conversación había comenzado hace solo algunos segundos.

- ¿De tí? - solo asintió con su cabeza y yo cerré mis ojos, recordando. Desde cuando jugabamos a construír castillos de arena en la playa hasta cuando cantamos juntas en el gran escenario. Explicarle...me llevaría esta vida y la siguiente. 

- Si, de mi - y sé que está apurándome, al no recibir mi respuesta inmediata. Me separé de ella y jalé su mano, la llevé hasta un banco de madera, ella se sentó en el extremo derecho, confundida. Yo me senté justo en el otro extremo, apartada, para que el pudor no llegue ahora.

- Al principio, pensé que era solo una atracción temporal, pero...mientras el tiempo pasó, lo supe. Nos conocemos desde siempre, y sabemos lo que queremos las dos - suspiré y continué - Tal vez fue tu transición, de niña a mujer, y solo así pude dejar de verte como mi pequeña hermanita, a quien siempre protegí, y comencé a apreciarte como la adulta en la que inevitablemente te convertiste - 

Ella me mira con ojos bien abiertos, de nuevo, yo me pongo de pie y camino hasta estar frente a ella, sin embargo, ella no despega su mirada de mí y ni parpadea; está comenzando a inquietarme, no me había dado cuenta de lo que estaba haciendo; confesandome a mi propia hermana. Sin embargo, echarse atrás es de cobardes, y aunque lo fuera y decidiera irme, ya no había vuelta atrás, lo dicho, dicho está, y no puedo cambiar mis palabras.

- Jessica - comienza, y parece como que quiere decir todo y nada a la vez, como si las palabras llegaran a la punta de su lengua y murieran allí. 

- No... - No, no puedo encontrar palabras, no puedo saber su reacción, no puedo hacer nada tampoco en este momento. No puedo.

- ¿Cómo pasó esto? - preguntó, yo solo pude confundirme, ¿A qué se refería con eso? ¿Acaso se lo tomó como un chiste?

- ¿A qué te refieres? -

- Siempre fuimos como mejores amigas, amarnos...no sería tan extraño, no sería un gran cambio. Pasar de hermanas a amantes, sería algo casi normal. ¿Cómo fue que pasó? Las hermanas normales no se aman de esta manera. Si se piensa de esa forma está mal. ¿Acaso quieres probarme en el amor? -

- Quiero yo... - me ruboricé al caer en la cuenta de lo que estaba pensando... - Yo... quiero probarte de todas formas - el color de sus mejillas aumentó también - Yo... no lo había pensado de esa forma antes - 

- ¿Está mal? - ahora lucía más como un pequeño cachorro indefenso y vulnerable - ¿Está mal que yo ... no me oponga? ¿Está mal que yo ... me sienta feliz si me dices esto? ¿Está mal si permito que me pruebes de todas las formas? -  

- No está mal - sonreí de lado y ella cerró sus ojos.

- Eres perfecta -

- Eres perfecta para mí -

Una lágrima rodó por su mejilla, y yo solo ví como hacia su recorrido desde sus ojos hasta su barbilla. 

- Estoy contigo ¿De acuerdo? - ella rompió el silencio, y no terminé de entender del todo bien sus palabras. - Estaré contigo, al menos por ahora, aprenderé a sentir de la forma en la que tu sientes, aprenderé; quiero amarte correctamente -

Se puso de pie y me acerqué aún más a ella, coloqué mi mano en su cintura y así volvimos a la posición inicial. No había muchas opciones, solo algo podía hacer ahora...

- Sooyeon - murmuró, tan bajo que solo pude escucharla porque estaba lo suficientemente cerca.

- Uhmm...-

- Sabes que... si haces esto ... no hay vuelta atrás -

- Sabes que ... si lo hago, ya no serás mi hermana. Serás mi mujer, y solo mía -

Dejó de respirar por cinco segundos. Ni yo me esperaba esas palabras, pero solo salieron de mi boca como un impulso, no podía detenerlas aunque quisiera. No había forma, no hay forma de detener lo que está pasando. Coloqué un dedo mío en sus labios, remarqué el contorno con él. Siempre los había deseado y visto desde lejos, pero ahora, que están tan cerca, no puedo creerlo, sigue pareciendo una ilusión, o el sueño del cual no quiero despertarme a la mañana.

Parece irreal, muy irreal.

Entonces sus labios se juntan con los míos, mandando una señal, diciéndome que es real, que ella está aquí y que tiene su mano en mi mejilla en este momento. Nos movemos lento, con delicadeza. Y realmente no quiero que acabe, porque eso significaría romper nuestra burbuja, salir de esta ilusión del amor. Porque cuando este día termine, cuando el sol se esconda, volveremos a ser las perfectas hermanas, las idols más reconocidas de Corea. Pero la Luna todavía no llegó y todavía tenemos toda la noche para ser nosotras mismas y amarnos....

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¿Por qué escribo JungSis? Oh Dios, no lo sé.
Supongo que esto comenzó luego de que ví unas fotos de su nuevo Photo Shoot.

Les regalo un pequeño Drabble.
Les aviso que estoy preparando un SunYeon y un ... ¿MinKyul? Si, creo que MinKyul, ya verán :D

Son tan tiernas*u*