[Taeyeon]

Tiffany era la persona más… no se la palabra ¿extraña? No, esa no la definía ¿Loca? Puede ser, la persona más loca que conocía.

Después de conducir su flamante carro, algo que tenía que repetir antes de morir, me quedé aburrida en mi casa. Ya le había tomado costumbre a esa rutina de estar con ella todos los días, aunque sólo fueron tres, tenía la impresión de que llevábamos meses así. Al marcharse no me dijo nada, lo cual quería decir que no nos veríamos más ese día y eso significaba quedarme encerrada en mi casa.

Estaba haciendo el almuerzo cuando recibí una llamada de un viejo amigo.

- ¿Hola? -Pregunté tratando de sostener el teléfono con la oreja y el hombro pues tenía las manos llenas de condimentos.

- ¿Tae? - Respondió un hombre.

- Ella habla ¿con quién hablo?

- ¡Con Leeteuk! ¿Quién más? - Reveló animado.

- Ah, hola Leeteuk.

Estaba concentrada en no rebanarme un dedo con el cuchillo.

- ¿Está desocupada hoy? - Curioseó.

- No ¿por qué?

- Tengo una fiesta ¿vienes?

- Mmm… vale, cuenta conmigo - No tenía nada que hacer y cualquier cosa era mejor que estar dentro de mi casa.

- ¿Paso por ti?

- Sí, sí, ya sabes como es mi mamá.

- Listo, no te preocupes, yo llego a eso de las siete.

- Bueno, pero no me vayas a quedar mal - Le advertí, ya varias veces me había hecho lo mismo.

- No, no, yo paso por ti - Insistió - Entonces nos vemos en un rato - Y colgó.

La idea de ir a una fiesta no me entusiasmaba mucho, pero al menos tendría algo que hacer.

Terminé el almuerzo, lo serví, lave lo que había ocupado y use la computadora para perder el tiempo.

No sé cómo ni cuándo, pero terminé mirando el perfil de Tiffany en Facebook, todas y cada una de las fotos que tenía, leí los comentarios en su muro, comenté su estado y di algunos cuantos likes. Toda la escuela la tenía agregada en Facebook y ella los aceptaba a todos, era como una pequeña súper estrella.

A las siete llegaron por mi Leeteuk y Minah, su novia, de ahí nos fuimos para la dichosa fiesta.

Era en la casa de algún conocido de ellos que además también se encargaba de la venta de alcohol, cigarrillo y drogas, todo para tener la mayor cantidad de ganancias. Recordé que ese día vi a Tiffany usar cocaína y me pregunté qué era lo que se sentía, pero deseché la idea rápidamente, no había consumido antes y no empezaría ahora.

Poco a poco la noche fue avanzando y la verdad no estaba muy acorde con el ambiente. No toda la música me gustaba y mis amigos, Leeteuk entre ellos se perdían para bailar y me dejaban sola, bailé una que otra canción, pero nada que me distrajera lo suficiente.

¡Hasta que me aburrí!

Salí de la casa, me compré unos cigarrillos en el único lugar abierto a esa hora y me senté a fumar en el parque que quedaba enfrente. Afortunadamente no había llovido y pude sentarme en unos de los columpios.

- Hola ¿te molesta si me quedo contigo? - Me preguntó una voz dulce.

Muy diferente a la de Tiffany, que tenía cierto tono reptil, manipulador y arribista. Me giré para ver quién era y no la reconocí.

- Claro - Respondí invitándola al columpio que estaba a mi lado.

- ¡Gracias! - Me sonrió con dulzura - Soy Ailee ¿y tú? - Inició extendiéndome la mano.

- Taeyeon - Respondí recibiendo su gesto.

- Lindo nombre - Comentó.

- Gracias - Dije.

- Te vi hablando con Leeteuk ¿son amigos? - Curioseó.

- Eh… sí, desde hace algunos años ¿y tú?

- Estudiamos en la misma escuela, su novia es mi vecina - Explicó de nuevo frotándose los brazos.

- ¿Tienes frio? Te puedo prestar mi chaqueta - Ya me la estaba quitando.

- ¡No! Te puedes enfermar - Saltó del columpio y empezó a sacudir los brazos.

- Tranquila, no creo que llueva - Repliqué colocando la chaqueta sobre sus hombros.

Eso fue suficiente para que se diera por vencida. Se sentó de nuevo y empezó a mecerse suavemente.

- ¿Qué haces aquí afuera? - Cuestionó. Yo estaba prendiendo el segundo cigarrillo.

- Me aburrí allá adentro - Admití soltando el humo.

- Sí, yo también, vine sola y casi todos están con sus parejas y pues no hay con quien bailar - Comentó sin mirarme.

Daba la impresión de tener… ¿Cuántos? ¿16 años?

- ¿Segura que no tienes frio? - Insistió.

- Segura, la nicotina me mantiene caliente.

Torció el gesto mirando el cigarrillo y luego encogió los hombros.

- Lo peor de todo es que tengo que quedarme hasta que a Minah se le antoje volver porque quedé de dormir en su casa - Soltó de la nada concentrándose en mecerse de nuevo.

- Mmm… puede amanecer antes de que eso pase - Dije apagando el cigarrillo. Su gesto de reproche, aunque no lo admitió, me demostró que le molestaba el humo.

- Lo sé ¡que no daría por estar arrunchada con Cotton! - Exclamó.

- ¿Cotton? - Repetí confundida.

- Sí, mi cachorro se llama Cotton ¿quieres conocerlo? - Ya tenía el celular en la mano.

No respondí. Desbloqueo su celular y me mostró la foto de Cotton.

- Es muy bonito - Me encantaban los perros.

- Si, es muy lindo - Repitió endulzando más la voz.

¿15 años, tal vez? No me atrevía a preguntar por miedo a ofenderla.

De repente, se soltó el aguacero y ambas salimos corriendo del parque en dirección al lugar de la fiesta, pero la puerta estaba cerrada y por el ruido de la música y la lluvia, nadie nos escuchaba, así que nos quedamos en el porche viendo como llovía.

- ¿Quieres tu chaqueta? - Preguntó. Se estaba muriendo del frio.

- No, tranquila, quédatela, ya me mojé, no hay nada que hacer - Respondí.

- ¡Uff! ¡Menos mal! ¡Creo que me va a dar una pulmonía! - Dijo tiritando tratando de calentarse las manos frotando las palmas.

En el porche había un columpio de madera amoblado.

- Sentémonos ahí, con el desmadre que están haciendo allá adentro, no creo que les importe si les mojamos los cojines - Me senté en un extremo y la invité a sentarse a mi lado.

Noté que tenía los labios más morados que antes.

- Ven, yo todavía estoy caliente, te vas a enfermar - La tomé de la mano y la senté a mi lado.

Bajó la cabeza para esconder un sonrojo.

La abracé y empecé a frotar mis manos en sus brazos, estaba muy fría.

- ¿Cuántos años tiene Cotton? - Inquirí buscando conversación.

Me empezaba a sentir muy a gusto con su compañía.

- Acaba de cumplir un año, hace unos días - Contestó soplándose las manos para calentarlas.

Y ya no supe que más preguntarle, no era muy buena haciendo la conversación y ella que era la perfecta para dicha tarea, estaba ocupada buscando calor. De momento me pareció sorprendente estar con alguien como ella, tan diferente de Tiffany. Tan linda, tierna, una niña que hablaba hasta por los codos y que adoraba a su perro como si fuera una parte de ella misma.

Por fin la puerta de la casa se abrió. Leeteuk y Minah salían abrazados.

- ¡Ailee! ¡Dios! ¡Con que aquí estabas! ¡Me tenías asustada! - Exclamó la chica.

Ailee se zafó de mi abrazo y en menos de un segundo estaba de pie contra la baranda de madera del porche.

- Lo siento, desde hace rato estamos aquí, pero por más que tocamos, nadie nos escuchó - Se excusó bajando la cabeza.

- No te preocupes ¡están emparamadas! Le diré a Amber - Supongo que era la dueña de la casa - Que las deje entrar a su habitación para que puedan secarse un poco - Declaró.

Se acercó y nos encamino a ambas dentro de la casa. El cambio de clima era drástico, mientras que afuera hacia un frio terrible, adentro el calor era sofocante.

- ¡Amber! ¡¿Las puedes dejar entrar a tu habitación para que se sequen?! ¡Se quedaron afuera y se mojaron por la lluvia! - Tuvo que gritar para que pudiera escucharla.

- ¡Sí! ¡Llévalas! ¡No hay problema! - Respondió señalando las escaleras.

En medio de empujones por la gran cantidad de gente, logramos llegar a la dichosa habitación.

- Mira, aquí hay unas toallas, puedes ducharte con agua caliente si quieres, no quiero que te enfermes - Declaró la novia de Leeteuk.

Él cuidaba la puerta para que nadie, ebrio, entrara por accidente.

- Este… lo que pasa es que… pues… estoy un poco cansada ¿te molesta si me voy a mi casa? - Preguntó dudando mientras le recibía las toallas.

- Pero quedaste de dormir en mi casa, nadie sabe que estas aquí - Replicó Minah.

Ailee bajó la cabeza.

- No te preocupes, toma, éstas son las llaves de mi casa, te llamaré un taxi, yo me quiero quedar otro rato - Puso las llaves sobre las toallas.

- ¿Segura? Puedo quedarme si quieres - La chica era demasiado comprensiva.

- No, tranquila, voy a llamarte un taxi - Cortó saliendo de la habitación.

Yo ya estaba sentada en la cama sin entender muy bien por qué había terminado allí.

- Toma, tú también estás mojada - Dijo ofreciéndome una de las toallas.

- Gracias - La recibí para secarme el cabello, no me gustaba tenerlo mojado.

- Este… yo… voy a darme una ducha rápida ¿vale? - Comentó sonrojada.

- Claro, no te preocupes, yo me quedo aquí - Y seguía sin entender por qué.

Y la verdad, sí fue rápida en menos de 10 minutos salió a medio vestir cuando yo daba vueltas por la habitación mirando fotos y libros que había por ahí. No comprendía de qué le servía, la ropa también estaba mojada y se le pegaba al cuerpo.

Me descubrí deleitándome con su belleza y de inmediato miré a otro lado ¿Qué diría Tiffany si me viera observando a otra chica? Mi pensamiento se detuvo ahí ¡¿Qué pensaría Tiffany?! ¿Desde cuándo me importaba lo que la porrista pensara? ¿Acaso ella era mi dueña? ¡Por favor! ¡Era una porrista! Era… ¡ERA TIFFANY HWANG! La reina de la escuela… mi amiga con derechos.

La reflexión me dio jaqueca y tuve que llevarme los dedos a las sienes.

- ¿Estás bien? - Preguntó Ailee acercándose mí.

Me sorprendió su olor a fresa ¿Quizá 14 años?

- Sí, sólo fue una punzada en la cabeza - Respondí incapaz de moverme.

Llevó sus manos a mis sienes.

- Mi hermana sufre de migraña, es un problema cada vez que le da uno de sus ataques, no hay quien la aguante - Comentó masajeándolas suavemente con sus dedos.

Me di cuenta que estaba mirando sus labios.

- Yo nunca he sufrido de eso, por fortuna, ni siquiera me he roto un hueso en la vida, lo peor que me ha dado es fiebre y dolor de oído cuando era pequeña - ¿Eso quería decir que tenía unos 16? - ¿Ya te dejó de doler? - Curioseó clavándome la mirada.

- Sí - Pronuncié con un gran esfuerzo.

Del cabello le escurrió una gota en el rostro y por reflejo la sequé con mi pulgar, ella sonrió.

- Estás caliente - Dijo sonriendo y puso su mejilla en mi palma.

Ella, por el contrario, estaba helada. No me di cuenta de lo que había hecho hasta que sentí algo frio en mis labios y justo ahí, estaba ella. La estaba besando, ambas, sorprendidas por lo sucedido, nos alejamos al mismo tiempo y Leeteuk abrió la puerta segundos después.

- Ailee, ya llegó el taxi - Anunció medio cerrando la puerta para que la música no le cortara la voz.

- Vale, gracias - Exclamó.

Estaba sonrojada a más no poder, se le notaba nerviosa y de inmediato salió corriendo de la habitación con la mitad de la ropa en la mano, ni siquiera se despidió. Leeteuk se quedó mirándome.

- ¿Se pelearon?

Lo miré tratando de disimular la ola de emociones que en ese momento caían sobre mí.

- No ¿Por qué? - Intenté relajar la postura.

- Ailee salió corriendo, parecía que…

- Seguro no quería hacer esperar al taxista - Interrumpí - Yo también me tengo ir - Excusé y rápidamente salí de ahí.

Para cuando llegué a la puerta principal, ni Ailee ni el taxi estaban a la vista…

¿Qué tal estuvo este capítulo? Y aquí, surge una coprotagonista que también tendrá mucho que ver en este fic, así que denle mucho amor a “Ailee”… XD Si me convencen y quieren, les subo otro en la tarde, hoy ando con ánimos de adaptar y con tiempo!!!

SALUDOS!!! (OuO)/