Capítulo 48 (Un día como hoy)

Friends with Benefits (Taeny)

[Tiffany]

Al verme despierta, Taeyeon se dio media vuelta y se marchó, quise detenerla, arrancarme la línea de suero y correr tras ella, pero su expresión me detuvo, tal vez fuera difícil para mí entenderlo y sin embargo, en alguna parte de mi cerebro sabía que la había lastimado tan adentro que probablemente no la volvería a ver. Ailee permaneció inmóvil en medio de la habitación, cuando Taeyeon se marchó, ella sólo la observó, al menos reconocía su parte de la culpa.

- ¿No harás nada? - Preguntó en voz baja.

Sonreí internamente al captar un poco de miedo en su voz. Me encogí de hombros y desvié la mirada hacia la ventana, luego arrastré el suero hasta la cama y me senté en el borde. Ailee se sentó en el sofá que había frente a la cama.

- Cuando Taeyeon y yo íbamos atadas en el maletero de la camioneta de Nichkhun, pude escucharlo hablar con Wooyoung y decirle que se desharía de nosotras - Dije sin mirarla, no hubo respuesta - Sabía que aprovecharía para ponerse en contacto contigo, aunque tampoco me molesté en pensar cómo lo haría - Agregué.

- ¿Atadas? - Repitió ella con sorpresa.

Su tono captó mi atención.

- ¿No sabes lo que pasó? - Inquirí mientras subía los pies a la cama.

- Sólo sabía que estabas en coma, hasta el momento no se me ocurrió preguntar por qué.

Suspiré, no tenía intención de quedarme charlando con la ex de mi novia, habían pasado varios meses desde que la despedí en el aeropuerto con la idea de nunca revelarle a Taeyeon que estaba viva, casi nunca descubrían mis mentiras, pero esta se me había salido de las manos.

- Bueno, pues Nichkhun se volvió… - Lo medité por unos segundos - Más bien, dio rienda suelta a su locura - Expliqué

Ailee no comprendió del todo.

- Después de que te fuiste, pasaron muchas cosas, Taeyeon y yo nos hicimos novias delante de toda la escuela y Nichkhun no soportó la “humillación” - Revelé con la esperanza de transmitirle un poco de dolor.

“Novias”, pude ver en sus ojos que esa palabra le molesto.

- ¿Humillación?

- Pasaron muchas cosas - Corté - Lo importante de la historia es que el idiota nos secuestró y casi nos mata - Solté con odio.

Ailee se quedó paralizada.

- Esperaba otro tipo de respuesta - Susurró.

- Suena extraño cuando usas la palabra “secuestro” en primera persona - Reflexioné

Ese fue el último día que vi a Ailee, ella se marchó minutos más tarde al notar que no planeaba contarle toda la historia.

[…]

Dos años después…

Cuando me dieron de alta, por razones que no quiero profundizar, hice las paces con mi padre, incluso decidimos hacer terapia, en ocasiones pensaba que ese golpe me había afectado más de lo normal, a veces miraba mi vida en retrospectiva y me parecía algo lejano y ajeno. No tardé mucho en encontrar una universidad para estudiar una carrera que daba la impresión de estar hecha para mí y no al contrario: psiquiatría. En ese nuevo mundo resulté siendo alguien normal, bueno, tal vez un poco más arriba de lo normal, prácticamente vivía devorando libros, más por gusto propio que por obligación, tenía unas notas excepcionalmente altas y sin mucho esfuerzo, tenía una beca del 100%, sin embargo prefería mantener un perfil bajo.

Como el equipo de porristas de mi escuela era tan reconocido, yo también lo era y en varias ocasiones fui acosada por la cuadrilla de la universidad para unirme a ellas, eso incluyó invitaciones de fraternidades y clubes, pero nada parecía captar mi atención. Una vez medité entrar en una fraternidad, así que fui a la entrevista y a varias fiestas a las que me invitaron, fue un completo desastre, no por mi culpa, ellas estaban encantadas conmigo, pero yo no las toleraba, a la media hora me empezó a doler la cabeza y dos horas más tarde no soporté tanta estupidez junta, creo que merezco ser vanidosa en este punto: casi toda la conversación se trató de mi belleza y cómo la mantenía, pero la atención no paraba allí, muchos chicos y chicas, de semestres más altos o de otras carreras me coqueteaban, me enviaban regalos o recados.

“Tanta atención me asquea”, ese era el pensamiento que me hacía dudar de mi cordura.

17,520 horas después de la última vez que pensé en Taeyeon, era de noche y estaba en un bar cerca de la universidad tomándome unas cervezas con un chico de una fraternidad que últimamente insistía mucho, estudiaba Administración de Empresas e iba en 5to semestre.

- Siempre he querido tener un negocio propio como estos, un bar acogedor, mesas de billar, una barra, algo sencillo como para pasar el rato - Decía.

Yo lo miraba, pero en realidad no le estaba prestando atención y él parecía no notarlo.

- ¿Alguna vez te han dicho que tienes unos ojos muy bonitos? - Estiró su mano para acariciarme la mejilla. Sí, me lo han dicho muchas veces y sólo una persona lo dijo desde el corazón.

Le sonreí.

- Siempre te veo sola por la universidad, eres hermosa y sin embargo, no tienes novio, ni novia, te la pasas estudiando y sin embargo no tienes la apariencia de un ratón de biblioteca, me han dicho que eres la mejor de tu clase, pero que vas a fiestas, bailas y bebes, pero nunca estás acompañada, tampoco pareces necesitarlo, eres todo un misterio para mí - Declaró.

Por el tono de su voz supe que este chico gustaba de mí más que los demás.

- Es bueno mantener a todos en suspenso y luego sorprenderlos - Respondí sonriéndole.

- ¿Y si yo quisiera sorprenderte a ti? - Insinuó acercándose un poco más.

Estaba sentado a mi lado con uno de sus brazos en mi espalda y el otro en mi mejilla, seguía acariciándola.

- Podrías intentarlo - Bebí un poco de mi cerveza.

- ¿Cuántos han fallado en el intento? - Preguntó bajando la voz.

- Todos - Y lo miré.

Ambas manos regresaron a la mesa.

- Discúlpame por lo que hice, pero no pude con la curiosidad y le pedí a un amigo que estudia informática que averiguara sobre ti - Confesó con los ojos clavados en su jarra.

- Puedo imaginar lo que encontró - Solté como para no quedarse callada.

Entonces empezó a contarme sobre los artículos que había de eventos deportivos, concursos de porristas, mi padre y su gran cargo en una multinacional, la muerte de mi madre, la muerte de mi hermana, mi secuestro, mi estándar de notas en la escuela, etc. Me pregunté si entre toda la investigación encontró el video del último partido que tuvo el equipo de basquetbol antes de la graduación, ese mismo que Nichkhun había puesto cuando nos secuestró a Taeyeon y a mí. Recordé que mientras veía el video, no podía evitar pensar en lo atractivo que era Nichkhun, sobre todo cuando hacía dúo con Wooyoung y ambos lograban anotar tres puntos, también pensé en lo fuerte que yo gritaba con ese uniforme de porrista para celebrar una anotación y por supuesto, no olvidé que quien grabó el video se ubicó de manera tal que justo detrás de mí se veía Taeyeon quien estaba aburrida por el partido, pero esperándome a la distancia ¿Habría visto cómo terminó ese juego? ¿En serio? ¿Dos años llevaba sin verla? Volví a hacer cuentas.

- ¿Y por qué no te quieres unir a ninguna fraternidad? - El chico no se daba por vencido y ya no podía recordar su nombre ¿Alex? ¿Jackson? ¿Gray?

- Todos las buscan por popularidad, yo no la necesito - Mi orgullo respondió por inercia.

Ya no estaba prestando atención.

- Eso era en la escuela ¿Y aquí?

- Esto sólo es una escuela más grande, todos se comportan igual - Expliqué.

- ¿Qué tengo que hacer para que me des una oportunidad? - De nuevo me acaricio la mejilla.

Y pensar que alguna vez le dije algo similar a Taeyeon…

Lo miré en silencio por unos cuantos segundos. Ojalá su nombre fuera Gray, ese nombre me gustaba, tenía los ojos cafés oscuro, casi negros, era bastante atractivo, sobre todo su rostro, cuyas facciones parecían esculpidas en piedra. Varias chicas nos observaban atentas, incluso había notado que la mesera que nos traía las cervezas sólo lo miraba a él para pedir la orden ¿Y si me fuera a la cama con él? No parecía un engreído vanidoso, incluso tenía un pequeño corte en la barbilla producto de una apresurada afeitada, su colonia era de Hugo Boss y procuraba no usar más de la necesaria, un poco olía bien, demasiado apestaría, el cabello lo llevaba corto aunque se notaba que llevaba un tiempo sin cortarlo. Algo en la forma cómo me miraba me daba ternura, tal vez era ese ligero brillo de esperanza que intentaba ocultar bajo un semblante serio, confesó haber hecho que uno de sus amigos me investigara ¿lo habría hecho para fingir honestidad o simplemente lo era? Llevaba un traje, tal vez Armani perfectamente inmaculado, se había quitado la corbata, era roja oscuro, combinaba bien con el traje, el pantalón estaba perfectamente planchado con la línea en el centro y sus zapatos estaban lustrados. Su celular era touch de última generación y solía usarlo con audífonos, no parecía el tipo de chico que aprende a lustrar sus zapatos prestando el servicio militar, estaba segura que los hábitos venían de casa.

- Sigamos hablando - Invité con una sonrisa.

Me esforcé un poco más en mostrarme interesada, lo cierto era que me atraía, así que seguí analizándolo. Si los hábitos eran de familia, entonces debía tener una madre muy cariñosa y seguramente, un padre trabajador. Sabía que vivía en el campus, así que no había nadie que le planchara la ropa o le lustrara los zapatos, su madre probablemente trabajaba en casa o sólo medio tiempo, el nudo de la corbata era de los más complicados y los hombres tendían a hacer los más sencillos, por lo tanto fue ella quien le enseño, eso significaba que si sus abuelos seguían vivos, debían ser unas personas más o menos estrictas. Imaginé una cena navideña y yo como la novia oficial: la madre encantada conmigo, el padre feliz de ver a su hijo con una chica tan bonita y tan “juiciosa”, sus abuelos harían preguntas sobre mi familia, como apellidos y algo de historia, si tenía un hermano, probablemente pasaría la noche haciendo chistes sobre él tratando de ponerlo en ridículo, si tenía una hermana, intentaría saber si mis intenciones eran sinceras o sólo soy una zorra detrás del rostro de un ángel, si su veredicto era bueno, entonces yo habría hecho un buen trabajo como cuñada, si era malo, seguramente su novio la dejó por otra y vería su frustración reflejada en mí. Sin embargo, no parecía ser un niñato mimado que todo se lo pagan sus padres, habíamos hablado por celular un par de ocasiones, en alguna de ellas me había dicho que debía volver al trabajo y que me llamaría más tarde, el traje no parecía tener más de dos meses, así que seguramente se lo habría comprado él mismo, al igual que la colonia y la corbata. Tenía buen gusto para elegir trajes, así que muy probablemente tendría una hermana, tal vez mayor. Su físico demostraba que no era alguien de vicios, en todo lo que llevábamos de cita sólo había bebido dos cervezas, tampoco fumaba y seguramente tampoco consumía ningún tipo de droga. Sabía que practicaba futbol porque lo había visto en varias ocasiones acompañado de varios chicos del equipo de la universidad, era buen jugador, las porristas corrían tras él.

- ¿Te gustaría comer algo? - Preguntó.

- ¿Cocinarás para mí? - Inquirí.

Parecía sorprendido.

- ¿Cómo supiste que planeaba cocinarte algo?

Casi me sonrojo.

- Lo adiviné - Mentí.

Me clavó una mirada casi inquisitiva.

- Llevas toda la noche analizándome ¿verdad?

Vale, parecía tener buenas habilidades para leer a las personas, entonces había escogido bien su carrera.

- Más o menos - Admití escondiendo el rostro tras mi vaso de cerveza.

- ¿Y qué has descifrado?

- No es necesario que hagamos esto…

- ¿Qué hay de malo?

- A la gente le suele molestar que los “descifre” así como así.

Se carcajeó.

- A mí no, parte de lo que estoy estudiando incluye leer a las personas y saber cómo me ven ellos a mí - Explicó.

- ¿De eso se trata? ¿Saber cómo te “ven” las personas?

- En parte, también quiero saber si te he dado una buena impresión o sólo sigues aquí porque eres muy educada.

Me mordí el labio.

- Vale ¿qué quieres saber? - Dije finalmente.

- Todo lo que esté pasando por tu cabeza.

- Eso es mucho, sé más específico.

- Bien ¿qué crees haber adivinado sobre mí?

¿Qué creía? Bueno, pues a la lista hay que agregarle una gran confianza en sí mismo.

- Tu madre te enseñó a tener buenos hábitos, como planchar tu ropa o lustrar los zapatos, seguramente también te enseñó a hacer ese nudo de corbata tan complicado - Solté, sus ojos se abrieron de la sorpresa - Estoy segura que pagaste por la libreta militar, por el traje que llevas y la colonia que usas no pareces el tipo de chico que se vería obligado a prestar el servicio militar - Sonrió - Sabes elegir un buen traje y una corbata a juego, así que debes tener una hermana probablemente mayor - Levantó una ceja - Haces bastante deporte, no fumas y bebes poco, eres bueno en el futbol y las porristas corres tras de ti, tal vez seas un delantero - Pensé en qué más podría deducir - No tienes mascotas, ni aquí ni en casa de tus padres - Finalicé y bebí un poco de mi cerveza.

Hubo silencio por varios segundos.

- Vaya - Dijo.

Sí, es bastante molesto saber que puedes demostrar tanto con tan poco.

- Sinceramente, esperaba algo menos preciso - Admitió.

Solté una sonrisilla nerviosa para darle el gusto de pensar que me apenaba saber tanto.

- No hiciste que ningún chico de informática averiguara sobre mí ¿verdad?

Me reí.

- Eso significa que tengo razón.

- Eso no es una pregunta.

- No pensaba hacer ninguna.

Bebió de su cerveza.

- Pues tienes razón en todo - Declaró finalmente - Sólo una cosa - Le miré atenta - No soy adinerado, tuve que esforzarme mucho en un trabajo para conseguir el dinero y comprar la libreta militar, así como en el que tengo ahora para comprar este traje - Explicó.

Eso confirmaba mi teoría.

- Entonces ¿quieres comer?

No me hice la de rogar y con la intención de dejar de pensar en Taeyeon, acepté. En la habitación que arrendaba en el campus vivían otros dos chicos compañeros del equipo de futbol, pero no estaban en la ciudad. Cocinó pasta a la carbonara con un toque de queso que quedó deliciosa, al final de la noche tuvimos o, también era bueno en eso, lo hacía todo de manera que los dos disfrutáramos, sin que se lo pidiera, sacó un condón, como un buen chico responsable, lo hicimos tres veces y estuvo muy bien.

- Tengo que irme, nos vemos luego ¿vale? - Eran las once de la noche y yo buscaba mi ropa por toda la habitación.

- Es tarde, te puedes quedar - Sugirió.

- No puedo - Mentí.

- No quieres - Corrigió.

Suspiré.

- No es tu culpa - Dije sentándome en el borde de la cama, él también se sentó y me rodeó con los brazos mientras besaba mis hombros - Todo ha estado muy bien, la cita, la comida, el o…

- ¿Pero…? - Preguntó entre besos.

- Yo… no soy lo que aparento, sé que suena trillado, pero es verdad - Declaré.

- ¿Eres un agente secreto? - Inquirió.

Me reí sin ganas.

- No es eso…

- No eres lesbiana, así que no me pongas esa excusa - Replicó.

- Simplemente esta no es una buena noche para mí - Expliqué.

- Acabas de decir que todo estuvo bien… - No paraba de besarme.

- Tú, sí - Aclaré.

Se detuvo y me tomó del mentón para hacer que lo mirara, era extremadamente delicado.

- Tengo algunos asuntos que… - ¿Desde cuándo se me enredaba tanto la lengua? - Hay alguien más ¿vale?

Se sorprendió.

- Quiero decir, no está aquí precisamente, no en la universidad - Corregí - Ni en mi vida - Agregué susurrando - Pero… está metido en la cabeza y todavía no estoy preparada para seguir adelante.

Me miró atentamente por unos cuantos segundos y luego me besó.

- Bien, haz lo que tengas que hacer y llámame si lo deseas - Declaró.

Tuve una punzada de culpabilidad.

- No te enojes - Pedí.

- No estoy enojado, pero no puedo seguir insistiéndote si tu cabeza está en otra parte, con otra persona.

¿Podía existir alguien así? Y yo pensando en Taeyeon…

- Gracias por entender - Dije.

Me observó mientras me vestía, se puso un pantalón y una camisa para acompañarme hasta la puerta del edificio.

- ¿Estás segura de querer irte sola? Es tarde - Me recordó.

- No te preocupes, mi edificio queda a unas pocas cuadras, no me toparé con ningún asesino loco - Me burlé, pero no le hizo gracia - Está nevando, caminaré rápido.

Nos despedimos con un beso y me fui.

Era invierno, finales de invierno, igual que cuando conocí a Taeyeon ¿Era por eso que esa noche estaba recordándola tanto? Anduve por el campus de la universidad sin rumbo alguno, sólo dando vueltas entre los edificios de las facultades, las fraternidades y los campos de juego ¿Qué sería de la vida de Taeyeon? ¿Estaría estudiando? ¿Qué carrera? ¿Tendría pareja? ¿Viviría en el campus de su universidad como yo o en su casa con su familia? ¿Seguiría en contacto con Ailee? ¿Se acordaría de mí o también me había olvidado como yo a ella? Realmente, nunca tuve la intención de enamorarme, sólo quería un juego, una amante, algo diferente a lo de siempre, pero pasó todo lo contrario, porque lo permití e incluso, lo promoví. Cuando desperté del coma pude notar, con mucha más claridad, todo lo que Taeyeon había cambiado por mi culpa y no me parecía justo ¿Habría vuelto a ser la misma ante mi ausencia? ¿Tan retraída estaba del mundo que podía calcular, sin problema, la cantidad de minutos que habían pasado desde aquel día en el hospital? Exactamente 1, 051,200 minutos. Por la parte del campus que iba atravesando en ese momento, frente al edificio de una fraternidad de hombres, había un pequeño kiosko de mármol con algunas enredaderas, bajo su techo había dos bancas y decidí sentarme allí para que la nieve que caía no me cubriera, incliné la cabeza hacia atrás y pude ver el tejido de las ramas.

- Quiero saber de ti - Susurré a la soledad sintiendo como un par de lágrimas caían por mis mejillas.

El pecho se me comprimió y sentí un ardor en la garganta que me indicó que había más lágrimas haciendo fila en mis ojos. Sin pensarlo, saqué mi celular y escribí un mensaje:

¿Acaso estás pensando en mí? Llevas todo el día metida en mi cabeza.

Atte: TF

Y le di enviar al número que todavía estaba grabado con su nombre, no sabía si todavía lo conservaba o habría cambiado de número, pero como fuera, ya me había desahogado un poco. Empezaba a quedarme dormida cuando el celular vibró en mi mano.

Este mismo día hace tres años me pediste que fuéramos amigas con derechos en tu casa después de explicarme matemáticas.

Atte: TY

Creo que leí el mensaje unas treinta veces antes de despegar los ojos de la pantalla y reaccionar ¿Había sido ese día? Más lágrimas cayeron por mi rostro y pronto no pude detenerlas, estaba en shock. Después de tanto tiempo sin pensarla ni saber nada de ella ¿seguía queriéndola? Caí en cuenta que la hora del mensaje era media hora después de que yo enviara el mío ¿Todo eso tardó pensando en qué responderme? El frio empezaba a afectarme y decidí regresar a mi apartamento como le había prometido a… ¿Gray? Por el momento estaba sola, mi compañera estaba fuera del país con sus familiares, así que podía darme el lujo de llegar a la madrugada sin molestar a nadie, el campus estaba medio solitario todavía, pues las clases empezaban hasta dentro de una semana y sólo unos pocos nos quedábamos.

Mientras caminaba, pensé en la relación que tenía con algunas personas. El primero fue mi padre, las terapias eran cada tres semanas con una psicóloga recomendada por una amiga de la secre… la novia de mi padre, obviamente ella desconocía las razones reales y mi padre le hizo firmar a la psicóloga un contrato de silencio, nadie podía saber lo que realmente había pasado, papá se veía feliz y después de mucha insistencia, los convencí de mudarse a la casa, yo no estaría la mayoría del año y eso les daría privacidad, sobre todo por el hijo que planeaban tener, se supone que no sabía nada, pero no soy tonta, la primera frase de… Narsha fue: “este lugar es perfecto para criar tanto hijos como queramos”. De Nana y Lizzy sabía poco, pero hasta la última vez que hablé con Lizzy, me comento que había roto con Nana porque le fue infiel con otra chica y que, además, se iba a Australia a estudiar, lo supe por un correo que me envió, donde también me agradecía por haber estado en su vida y me deseaba lo mejor, al parecer todos maduramos después de la graduación. Con Taecyeon hablaba mucho y nunca había perdido el contacto con él, estudiaba Ciencias Políticas en la misma universidad que yo y estaba dentro de una fraternidad ascendiendo rápidamente, él era la única persona con quien se me había visto rondando por el campus, pero cuando nos preguntaban si éramos novios ambos respondíamos lo mismo: somos como hermanos.

Prendí la luz de la habitación y puse algo de música a bajo volumen mientras entraba al baño para calentarme en una tina con agua caliente, a medida que entraba en el agua podía notar cómo se descongelaba una delgada capa de hielo que cubría mi piel.

Ya más relajada, tomé el celular y escribí un nuevo mensaje:

TF: Quiero saber que ha sido de tu vida todo este tiempo.

No puse el atentamente, era obvio. A los dos minutos mi celular vibró.

TY: ¿Por qué quieres saber?

Lo pensé por un momento, intenté imaginar su expresión, pero sólo la encontraba con esa mirada fría que mostraba cuando me dejó en el hospital después de verme despierta.

TF: Ha pasado mucho tiempo…

Escribí y le di enviar, en el mini componente empezó a sonar una canción que siempre me hacía recordar nuestra primera vez en el gimnasio, le subí un poco el volumen con el control remoto.

TY: Sólo han pasado dos años.

Sonaba cortante, pero ¿Quién no? Después de tantas cosas…

TF: ¿Quieres hablar o sólo andarás con rodeos para que me quede sin saldo?

Algunas cosas simplemente no cambiaban y mi orgullo era una de esas, si ella no quería hablar yo no le rogaría, así me muriera por dentro.

TY: Creo que ya es hora de hablar.

Capté, de inmediato, el doble significado de esa frase.

TF: Entonces ¿qué hay de tu vida?

Fue lo único que me atreví a preguntar. Me estaba quedando dormida dentro del agua tibia cuando el vibrar del celular hizo que se me resbalara de las manos y cayera al piso, tuve un mini infarto al ver cómo la batería salía disparada hasta la puerta del baño, nerviosa con la idea de nunca saber cuál fue su respuesta, salí de la bañera, medio me sequé con la toalla y volví a poner la batería dentro del aparato, los segundos de espera mientras se encendía me parecieron eternos, finalmente, la pantalla mostró el menú y con dedos temblorosos abrí los mensajes.

TY: No tengo mucho saldo, paso mañana por la tarde a tu casa y hablamos.

Estuve a punto de desmayarme de la emoción.

 

Era obvio que no iban a estar juntas luego… luego, pero a mí se me hizo una exageración dejar pasar dos años, pero ¿Qué podíamos esperar de este par? XD

Por cierto, no vi muchos comentarios, espero y sea porque lo subí muy temprano, eh… (¬_¬)

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
czankx #1
Chapter 53: Oh my god!! I've read a lot of Taeny stories and this was beyond no doubt the best! I know it's just an adaptation but any stories became more interesting when the characters became Taeny.. Damn, this wasn't your typical "Friends with Benefits" the entire stpry was a roller coaster, I admit Tiffany's life is so crazy they're all young and I can't believe how Tiffany can achieve those things in her young mind.. This story mad me skip a few hours of sleep and skip works hahaha, how I wish there's another story of the original author and then be adapted to Taeny again, I wanted to read it
yoonalim__ #2
Chapter 6: lo siento, no leí la escena caliente jeje
yoonalim__ #3
Chapter 5: la locura de tiffany esta mas alla de los limites!!!
yoonalim__ #4
Chapter 4: ¿Quieres seguir a Taeyeon?
yoonalim__ #5
Chapter 3: Me pregunto qué prueba inicial le dará a Taeyeon.
yoonalim__ #6
Chapter 2: Todavía estoy un poco confundido por la historia!!!
yoonalim__ #7
Chapter 1: Así que esta es idea de Tiffany, entonces, ¿quién se enamorará primero?
Camilanga
#8
Chapter 53: Me terminé el fanfic en 1 día y medio osea hasta ahora el mejor fanfic taeny que leí
Skyth06
#9
Chapter 53: Joder épico es genial!!