[Tiffany]

Para cuando desperté estaba en el hospital, era un lugar que podía distinguir a kilómetros, sino ¿Por qué otra razón me dolería el brazo y tendría algo pegado a la cara? Algo mareada me levanté y me arranqué los tubos que tenía en la nariz, inmediatamente los monitores empezaron a pitar y un par de enfermeras llegaron.

- ¡Cálmese señorita! ¡No debe moverse! - Me ordenó una enfermera acostándome a la fuerza.

- ¡Suéltenme! - Grité desesperada, si había un lugar que odiaba era el hospital, lo aborrecía.

- Por favor, tranquilícese, no puede hacer fuerza, está herida - Dijo la otra tratándome con más delicadeza.

- ¿Cómo que herida? Yo no tengo ninguna herida, Taeyeon es la que está lastimada - Repliqué quedándome quieta.

- Tu amiga está bien, pero tú tenías un corte profundo en la espalda, varios moretones en el estómago y una contusión en el cráneo, ya descartamos una hemorragia, pero de igual manera debes guardar reposo - Explico.

Me tomé unos segundos para calmarme y repasar mentalmente lo sucedido, no recordaba nada de eso.

- Está todo bien, no te preocupes ¿sabes qué día es hoy? - Preguntó revisando el suero.

- ¿Qué? No, no tengo ni idea - Contesté alterándome de nuevo.

- ¿Sabes dónde estás? - Inquirió leyendo el historial médico.

- ¿Cómo lo voy a saber si me acabo de levantar?

- ¿Qué edad tienes? - Continuó sin mirarme.

- 17 años.

- ¿De dónde eres?

- De la capital - Entonces noté el acento extraño de quien me atendía - No estoy en la capital ¿verdad?

- No, no lo estás ¿tienes un número en el cual podamos contactar a tus padres? ¿Algún familiar o tutor?

- Sí, claro ¿Dónde estoy? - No reconocía el acento.

- Escribe el número aquí y me encargaré de que alguien se comunique con ellos - Dijo evitando mi pregunta.

Rápidamente escribí los números en la hoja y se la entregué. Ya estaba a punto de irse.

- ¿Qué paso con la chica que estaba conmigo? - Curioseé con miedo de la respuesta.

- Está bien, está en la habitación de a lado, no te preocupes - Respondió sonriendo.

- ¿Puedo verla? - Pedí endulzando la voz.

La mujer, que luego entendí era una doctora, me miró con ternura.

- No sé si te dejen salir - Dijo entrando de nuevo.

- ¿Quién no me va a dejar salir? ¿Las enfermeras? Dígales que me dejen ir con ella - Repliqué.

La doctora no respondió y se limitó a mirar mi brazo izquierdo, intenté levantarlo para mirar, pero no pude, algo metálico chocó contra la baranda de la cama y al buscarlo descubrí que era: estaba esposada a la cama.

- ¡¿QUÉ DIABLOS ES ESTO?! - Exclamé enojada.

- ¡Cálmate! - Pidió tomándome de los hombros para acostarme.

- ¿Por qué estoy esposada? - Insistí sin dejar de sacudirme.

- ¡Cálmate o tendré que sedarte! - Advirtió.

Bufé y me dejé caer en la almohada fulminándola con la mirada.

- Cuando te encontraron tu amiga estaba en muy mal estado y el otro chico estaba muerto, tú estabas llena de su sangre y el cuchillo tenía tus huellas - Explicó asegurándose de que no me hubiera desacomodado el suero.

- ¡Claro que lo mate! - Revelé sin problema - Él planeaba matarnos a Taeyeon y a mí ¿acaso no vieron como la dejó de golpeada? ¿Creen que me corté la espalda, me hice los moretones y la contusión yo sola? - Reproché.

La doctora se sorprendió por como conté todo sin alterarme, desvié la mirada y noté a dos policías en la puerta.

- No puedo creer que de héroe me conviertan en verdugo - Me quejé.

- Seguro es un malentendido y hacen esto simplemente por protocolo, pero puedo llevarle un mensaje si quieres - Se ofreció todavía con esa mirada dulce que empezaba a molestarme.

- ¿Está despierta?

- Claro que sí, nena - ¿Mena? ¿Acaso me veía como una mocosa?

- Nada, no le diga nada, ya veré cómo llego hasta allá, con o sin camilla - Corté acostándome para darle la espalda a la mujer.

No era la primera vez que mataba a alguien. Bueno, era la primera que lo hacía con mis propias manos.

(…)

Cuando recogí a Taeyeon a dos cuadras de la casa de la señora Park de inmediato noté que estaba muy asustada a pesar de que intentaba ocultarlo, al parecer también estaba enojada porque se dio cuenta de la razón por la cual le di esa prueba.

- ¿Tienes el collar? - Pregunté mientras nos alejábamos de la zona.

- Sí, aquí tienes - Contestó tirándolo a mis piernas.

- ¿Qué tienes? ¿Por qué estas enojada? - Inquirí disminuyendo la velocidad para poderla mirar.

- No me gusta que me utilicen y mucho menos que me manipulen - Contestó.

Sonreí grande, casi me sentía realizada; tenía a mi lado a la primera persona que en tres años no se había limitado a hacer lo que yo decía y que se molestaba en mi cara, me reclamaba, me miraba mal y no simplemente fingía que todo estaba bien. Tenía a mi lado a la primera persona que en tres años le importaba poco estar o no conmigo, una parte de mí se alegraba por su incapacidad para la hipocresía, pero la otra se sentía mal porque la podía perder tan rápido como la tuve.

- ¿Por qué sonríes? - Cuestionó sin bajar la guardia.

- Eres una persona extraña - Confesé doblando a la derecha para tomar la autopista principal y así llegar más rápido a su casa.

- ¿Por qué lo dices? - Insistió sin mirarme.

- Si tanto te molesta lo que hice ¿Por qué no lo dijiste antes? - Curioseé.

- No me había dado cuenta - Contestó entre dientes.

- Bueno ¿y por qué después de darte cuenta sigues aquí conmigo? - Continué.

- Ya está hecho, ya no puedo hacer nada - Cortó.

Noté que no quería seguir hablando así que no la obligue. El silencio incomodo, se apoderó del carro todo el camino hasta su casa, cosa que me disgustaba, estaba feliz por encontrar a alguien que por fin no se comportaba como yo pedía, pero también me molestaba encontrar una persona que no estuviera bajo mi control total.

Eran las once y media de la noche cuando me estacione frente a su casa. Apagué el carro y antes de que pudiera abrir la puerta, me senté sobre ella, mi acto la sorprendió y asustó al mismo tiempo.

- ¿Qué estás haciendo? ¡Bájate! - Ordenó en voz baja.

Al parecer nadie conocía su pequeño secreto.

- ¿Por qué? Por esto hiciste la prueba - Susurré lamiendo su cuello.

Un gemido se escapó de su boca y de inmediato me empujó.

- ¿Qué te pasa? No estoy orgullosa de lo que hice, me manipulaste, no sé cómo, pero lo hiciste y terminé matando a una persona - La culpa la carcomía por dentro.

- No está muerta - Dije.

- ¿Cómo lo sabes?

- Llamé a una ambulancia para que llegara con la policía, desde que le da el ataque tiene más o menos una media hora antes de morir definitivamente, tal vez se le mueran unas cuantas neuronas y quede medio bruta, pero no morirá - Afirmé.

Ella me miró como si yo fuera la peor persona del mundo.

- ¿Qué? Llamé a la ambulancia, pude haberla dejado ahí - Defendí leyendo sus pensamientos.

No respondió.

- Mira, así soy yo, te guste o no y sé que te gusta a pesar de todo, así que deja esa cara y regálame uno de tus deliciosos besos - Pedí endulzando la voz.

Acerqué mi rostro a ella lentamente y noté como, de repente, se perdía de nuevo en mis ojos, dejando que la besara sin problema, segundos después cayó en cuenta de lo que hacíamos y me empujó.

- Déjame bajar - Ordenó deteniéndome de los hombros para que no me acercara.

- Bien - Acordé suspirando.

Me senté de nuevo frente al volante y le quité el seguro a la puerta, por lo que pude ver la creí capaz de saltar la puerta para salir corriendo del carro.

- Nos vemos mañana - Sonreí grande como siempre.

- Como sea - Se limitó a decir antes de darme la espalda para abrir la puerta.

Arranqué y me marché, mi casa no quedaba lejos, pero igual ya estaba tarde y tenía escuela al día siguiente. Para cuando amaneció no tuve mucha prisa, la primera clase del día era con la señora Park y ya sabía de antemano que no asistiría, así que me daría el lujo de llegar tarde.

Llegué a la casa de Taeyeon en menos de veinte minutos y dejé el carro estacionado al frente.

Su madre abrió la puerta apenas escuchó el ronroneo del motor.

- ¿Cómo te va Tiffany? - Saludó acercándose a mí cuando me bajé.

- Bien, señora ¿Taeyeon ya está lista? - Pregunté sonriendo.

- Ya casi, se está vistiendo - Contestó.

Al parecer yo no era la única que estaba sin prisas.

- ¿Puedo pasar?

- Claro, pasa - Invitó haciéndose a un lado de la puerta - Quiero agradecerte por ayudar a Taeyeon con sus tareas y traerla a casa a pesar de ser tan tarde - Dijo cuando yo pasaba a su lado.

- No hay problema - ¿Tareas? ¿No se le ocurrió una mejor excusa?

- Pero también quisiera pedirte que, por favor, en el futuro terminen esas tareas más temprano, ya sabes cómo están de peligrosas las calles estos días y no me gusta que este fuera de la casa después de las diez - Pidió caminando a mi lado.

Oculté el gesto de fastidio, es mejor que se fuera acostumbrando a sus llegadas tarde…

- Sí señora, disculpe, pero eran muchas tareas y empezamos tarde porque yo tenía practica con las porristas - Excusé tratando de quitármela de encima.

- ¿Estas en el equipo de porristas? - Inquirió más interesada todavía.

- Sí señora, soy la capitana - Respondí.

- ¡Qué bien! ¿Crees que Taeyeon pueda entrar al equipo? - Curioseo bajando la voz.

- No creo que ella quiera - Corté alejándome para ir a la habitación de mi dulce amante.

Sólo tenía puestos unos jeans entubados y el sostén, se veía muy y desde mi ángulo.

- Buenos días - Dije acercándome.

Cuando se giró para encararme, le robé un beso. Se quedó fría por unos segundos hasta que reaccionó y corrió a cerrar la puerta.

- ¡No hagas eso! - Ordenó susurrando.

- ¿Por qué? - Pregunté haciéndome la inocente.

- No quiero que se enteren de que soy… bueno, ya sabes - Contestó nerviosa.

Woow… Ya sabía que su ualidad era “top secret”, pero nunca imaginé que ella misma se sintiera avergonzada de ello.

- ¿Te da pena que te gusten las mujeres? - Cuestioné acercándome de nuevo para hablar más bajo.

- Sí… ¡no! No, lo que pasa es que no quiero que nadie se entere - Mintió.

- ¿Segura? - Presioné.

Bajó la cabeza y me dio la espalda.

No me lo podía creer ¿Cómo alguien podía avergonzarse de eso? Es decir, alguien como ella. Yo tenía excusa, debía mantener una imagen ante el círculo y por eso ninguno de ellos podía enterarse, además, tenía novio, si mi amante fuera otro hombre tal vez las cosas se arreglarían con golpes, pero resulta que mi amante es una mujer, el orgullo de Nichkhun sufriría más por eso que por cualquier otra cosa, digo ¿Cómo competir con una mujer? No tiene pechos ni , es como decirle que su pene no sirve para nada y su hombría me da risa. Cosa que pienso en ocasiones…

- ¿Qué haces aquí? - Preguntó después de varios minutos de silencio.

- Te recojo para ir a la escuela - Respondí encogiéndome de hombros.

- ¿Ahora eres mi chofer? - Inquirió a modo de burla.

- Si eso te hace sentir mejor - Acordé dejándome caer sobre su cama.

De nuevo se hizo el silencio, parecía que estaba meditando algo.

- ¿Por qué me manipulaste para que lastimara a la señora Park? A parte de que te haya sacado de su clase - Cuestionó finalmente.

- Eras la única que podía hacerlo en ese momento, la situación se prestó para ello, no lo tomes personal - Revelé restándole importancia.

- ¿No podías ordenarle a “las arpías” que lo hicieran? - Insistió.

- Sí, pero no tenía tiempo de pensar en una excusa para obligarlas a hacer eso y tú tenías que hacer una prueba, así que acostúmbrate a que intente controlarte a mi antojo, así soy yo - Declaré sentándome.

Se puso una playera blanca que tenía las mangas color negro y me miró.

- ¿Por qué me tengo que acostumbrar? - Retó.

- Porque ya eres parte del círculo y allí se hace lo que yo diga - Respondí sonriente.

No se inmutó.

- Te di la oportunidad de rechazar lo que te ofrecía y tú apareciste, no me mires como si yo fuera la mal del cuento, porque puede que lo sea, pero en ese momento no te obligué a nada - Defendí suponiendo lo que pensaba.

- Sabías que no lo iba a rechazar - Replicó.

Al parecer alguien dedicó toda la noche a reconstruir los hechos.

- Digamos que te leí el pensamiento, sabía que aparecerías, pero no sabía y todavía no sé por qué.

No respondió y se concentró en buscar unos calcetines.

- Hay algo que me ocultas ¿Qué es? - Presioné.

- Nada, ya soy parte de tu círculo, ya podemos ser amantes sin que nadie sospeche ¿contenta?

- En parte…

Me miró entre confundida y aterrada.

- No te preocupes, por el momento, no tienes que hacer más pruebas o por lo menos no delante del círculo - Comenté cuando se sentó en la cama para ponerse los tenis.

- ¿A qué te refieres con “por lo menos no delante del círculo”? - Pregunto sin detenerse en su tarea.

- Me refiero a que para mí todavía debes hacer muchas cosas - Revelé para luego besarla.

No se movió ni me respondió al principio, seguramente estaba asustada de que alguien pudiera encontrarnos, luego, cayó en cuenta de que la puerta estaba cerrada y se relajó un poco. Nos besamos por varios minutos hasta que sentí que ella se calentaba más de lo recomendable.

Me separé lentamente y la miré con burla.

- Vamos, no queremos llegar tarde a la escuela - Dije poniéndome de pie.

Me miro muy mal y yo solté la carcajada.

- Deja esa cara, te estoy salvando de algo - Defendí.

- ¿Salvándome de qué? - Preguntó.

Justo en ese momento la puerta se abrió.

- El desayuno está listo - Dijo la señora Kim en la puerta.

Taeyeon se quedó sin color.

- Que pena señora, yo ya desayuné antes en casa - Me excusé para darle tiempo a Taeyeon de que se calmara.

- Bueno, no te preocupes, para la próxima pregunto - Respondió ocultando un poco de enojo.

Me hice a un lado y disimuladamente empujé a Taeyeon para que saliera.

Si bien mi amante había hecho lo que le pedí la noche anterior, me seguía sorprendiendo que fuera capaz de retarme, encararme y exigirme explicaciones al respecto, nadie lo hacía, ni siquiera mi padre, aquello terminaba por confirmarme que había elegido bien…

Veo que les ha sorprendido la locura de nuestra Tiffany, pero les advierto que eso no fue nada comparado a lo que se viene, así que prepárense mental y psicológicamente, porque este fic esta intento!!! 7u7 Y pues para los que quería ya acción, lo siento me fallo, es hasta el siguiente, si puedo les subiré otro, para que no se queden con las ganas de leer un poco de acción Taeny jajaja… XD

SALUDOS!!! (OuO)/