[Tiffany]

No, no tenía ni idea de que se me iba a ocurrir decir que habían muerto en un accidente de avión y sí, mereces alguien mejor, estoy consciente de no ser precisamente yo. Ni siquiera intenté seguirla cuando se marchó, que se enojara todo lo que quisiera, estaba en su derecho, al fin y al cabo, parte de eso también era mentira y yo era la peor persona del mundo, pero podíamos dejarlo hasta ahí.

Durante las dos semanas siguientes no me dirigió la palabra ni por accidente, siendo final de curso, con la graduación tan cerca, no pude estar mucho en clase, pues debía preparar todo para la graduación.

- El tema será un velorio - Dije.

Yoona, Lizzy y Taecyeon me miraron confundidos.

- Nos graduaremos, nuestra vida en la escuela se acaba, así que haremos un velorio, ese será el tema - Expliqué.

- ¿Y cómo planeas hacerlo? - Preguntó Lizzy.

- Ideas me sobran-  Corté.

- ¿Crees que les guste? - Intervino Yoona.

- Les encantará…

Era el segundo viernes desde que Taeyeon decidiera ignorarme. Llevaba dos semanas sentándose en otra sección de la cafetería ignorando a todos los que intentaban acercarse, por esos días estaba iniciando el invierno y poco a poco todo se empezaba a teñir de blanco. Nichkhun y Taecyeon, según me enteré, tuvieron una pelea a fuera de la escuela y ambos aparecieron con moretones al día siguientes del inconveniente en las duchas, sin embargo, a ninguno de los dos los sacaron del equipo, Nichkhun no se atrevió a acercarse mucho, puesto que mi mejor amigo procuraba no dejarme sola, aunque estaba protegida, no paraba de desear que Taeyeon también estuviera conmigo.

El último partido de visitante era al día siguiente y tenía planeado llevar a Taeyeon para hablar con ella ¿Y decirle qué? Bueno, una semana después de la discusión, mi cabeza no paraba de maquinar una idea, una que no tenía fundamento y era completamente irrealizable, quería invitarla a la fiesta de graduación. Vale, sin sentido, lo tengo claro. También aprovechaba las reuniones y casi todo mi tiempo libre fuera de las clases para hacerme de unas cuantas escoltas extras, sonrisas por aquí y sonrisas por allá me garantizaban que si Nichkhun intentaba acercarse más de lo recomendable y Taecyeon no estaba, alguien más lo detendría el tiempo suficiente como para que yo hiciera mi retirada.

Esa tarde, por los altavoces, el director nos anunció que el partido se realizaría en nuestro gimnasio, ya que hubo un accidente en la otra escuela y tuvieron que hacer remodelaciones. Habría cámaras de televisión porque era la final y las puertas estarían abiertas para todos los que quisieran asistir, entre más público, mejor.

- Luego nos reunimos y les comento todas las ideas - Dije poniéndome de pie.

Sin más, fui a la mesa donde Taeyeon escuchaba música mientras dibujaba en una libreta, a medida que me acercaba, las conversaciones en la cafetería se hacían cada vez más silenciosas, todos sabían que ella era biual y que yo había terminado con Nichkhun, nuestro “distanciamiento” también fue muy evidente y podía leer en la cara de todos: “entre esas dos hay algo más que una amistad”, sería cierto, si existiera al menos una “amistad”.

Los ignoré.

Al llegar, me senté frente a ella y esperé a que se dignara a quitarse los audífonos.

- ¿Qué quieres? - Preguntó cerrando la libreta.

- Vale, sé que estás enojada, pero…

- ¿Pero qué? - Interrumpió.

Estaba más molesta de lo previsto.

- ¿Te tienes que poner así? Por primera vez dije la verdad ¿Y te enojas? - Repliqué.

- ¿Por primera vez? - Cuestionó levantando una ceja.

- Okey… - Suspiré.

Por el rabillo del ojo noté que Nichkhun estaba a punto de entrar en la cafetería. Taecyeon se había marchado apenas yo dejara la mesa y las arpías estaban muy lejos.

- Quiero que vengas al partido mañana - Pedí.

Taeyeon levantó una ceja, no era un gesto de sorpresa, más bien me ordenaba que siguiera hablando, blanqueé los ojos. Nichkhun acababa de cruzar la puerta y me buscaba con la mirada escoltado por otros tres tipos del equipo.

- Quiero hablar contigo después del partido ¿puedes?

- No tengo que venir para hacerlo.

- Pero así sabré que estarás y no me dejarás plantada.

Bufó. Nichkhun me había localizado, se acercaba a paso firme y expresión molesta por la compañía, pude sentir como mi corazón se aceleraba.

- Todavía le tienes miedo ¿no? - Bajó la voz.

Asentí torciendo la boca, me odiaba por sentirlo.

A pocos metros de mí, Taecyeon apareció y le cerró el paso, aproveché para irme como si no me hubiera enterado de nada, no escuché que pasara algo más en la cafetería. Un minuto más tarde, sonó el timbre.

Durante las clases que siguieron, Taeyeon me lanzó varias miradas, pero no logré interpretarlas.

[…]

Al día siguiente, la escuela era una locura. Las cámaras de televisión llegaron desde temprano, todas las chicas estaban tan arregladas como si fuera su matrimonio. En cambio, mis porristas, estaban tranquilas, estábamos acostumbradas a las cámaras y la atención, la única presión era realizar bien nuestra rutina, aunque no fuimos a ningún campeonato ese año porque de común acuerdo decidimos no hacerlo, siempre debíamos mostrar nuestros mejores bailes, al fin y al cabo, éramos las pentacampeonas. El equipo de basquetbol estaba tensionado, los roces entre Nichkhun y Taecyeon tenían al grupo dividido, el entrenador no sabía qué hacer y hubo un momento en que me llamó para hablar en privado.

- ¿Sí, entrenador? Me dijeron que me necesitaba - Dije medio asomando la cabeza por la puerta.

- Señorita Hwang, pase por favor - Pidió desde su escritorio.

Ya calculando la siguiente conversación, suspiré. Entré y cerré la puerta.

- Por favor, tome asiento - No quitaba la mirada de la pantalla del computador. Me senté en silencio - Mire, señorita Hwang, realmente no me interesa lo que haya pasado entre usted, el señor Horvejkul y el señor Ok…

- ¿Entonces qué quiere? - Interrumpí de mala gana, su tono me había molestado.

- Pero… - Me observó con paciencia - Cuando eso afecta a mi equipo, se vuelve mi problema - Completó entrelazando los dedos sobre la mesa.

Levanté una ceja para que siguiera hablando.

- ¿Y bien? ¿Qué sucedió y cómo lo arreglamos? - Preguntó.

Fruncí los labios.

- Creo, entrenador, que eso no es de su incumbencia - Respondí enderezándome en la silla.

- Tengo a mi mejor defensa y al capitán de mi equipo discutiendo y dividiendo MI EQUIPO, si a usted se le antojo armar una pelea entre ambos se vuelve de mi incumbencia - Replicó.

Procuré no inmutarme.

- No me interesa si pierden el campeonato, así que cuide su lenguaje conmigo - Me puse de pie lentamente.

- No, cuide el suyo, le recuerdo que sólo es una alumna y…

- ¿Y qué? Ni siquiera intente amenazarme que con lo que pago en esta escuela puedo hacer que lo despidan con una llamada - Amenacé.

Sonaba patética, pero a veces funcionaba. Me fulminó con la mirada.

- Está arruinando años de trabajo - Siseó.

- Yo no hice nada, Nichkhun es el que se volvió loco - Solté molesta.

Capté su atención al instante.

- Le voy a preguntar algo y quiero que sea completamente honesta conmigo ¿de acuerdo? - Se recargó en su silla y se llevó las manos al estómago sin descruzar los dedos.

- Supongo…

Se tomó unos segundos.

- Aunque no lo parezca, soy muy observador, sobre todo con mi equipo y sus más cercanos, no quisiera que alguno terminara en drogas o esteroides - Inició - Al día siguiente de la pelea entre Horvejkul y Ok, no sólo ellos tenían heridas por toda la cara, sino que usted también - Tragué saliva, pero procuré no demostrar nada en la expresión - Siendo Horvejkul su novio y según he notado, ya no, asumo que él la golpeó y Ok intentó defenderla ¿o me equivoco?

Me controlé para no bufar ¿Quién diría que el tipo fuera tan observador? Me sorprendió que no llegara a la conclusión de que Taecyeon y yo teníamos algo, Nichkhun lo descubrió y tratando de detener la pelea terminé golpeada.

- Su silencio me lo confirma, puede marcharse - De nuevo se concentró en la pantalla del computador.

No me moví.

- ¿Qué piensa hacer? - Pregunté.

- Creo, señorita Hwang, que eso no es de su incumbencia - Contestó.

Blanqueé los ojos. Vale, supuse que ese juego lo podíamos jugar dos.

Durante el receso, busqué a Taecyeon, casi con desespero, para buscar una solución. Sin embargo, después de perder casi todo el tiempo buscándolo, me di cuenta que me estaba evitando, finalmente, logré localizarlo en las gradas del campo.

- ¡Llevo todo el receso buscándote! - Reclamé subiendo las gradas.

No respondió.

- ¿Pasa algo? - Pregunté llegando a su altura.

Levantó la mirada y pude captar la rabia en sus ojos, por un rápido segundo pensé que Nichkhun había inventado algo para manipularlo, luego recordé lo poco manipulable que era.

- ¿Por qué me miras así? - Me crucé de brazos y fruncí los labios.

Sea lo que fuera, no sería mi culpa.

- No me interesa hablar contigo - Cortó poniéndose de pie.

Alcanzó a dar cinco zancadas, antes de poder alcanzarlo.

- ¡Espera! - Lo agarré del brazo.

Cuando se giró una sombra enorme me cubrió, a veces mi ego era tan grande, que se me olvidaba lo bajita que era.

- ¿Para qué? - Cuestionó.

Sonaba herido.

- Vale ¿qué hice? - Pregunté suspirando.

- Ni siquiera te importa - Reclamó.

Estaba sorprendida de la manera cómo me hablaba, últimamente sólo pensaba que lo tenía como una escolta y un juguete más, era como si hubiera olvidado que era mi mejor amigo antes de conocer a Taeyeon. No había caído en cuenta de la manera tan terrible como lo trataba este último año.

- Claro que me importa - Sin querer, endulcé la voz.

Se sacudió mi agarre como a un zancudo.

- ¡No te hagas la inocente! - Se quejó alejándose unos cuantos pasos.

Tuve que tomarme un momento, estaba tan mal acostumbrada a manipularlos a todos de una manera extrema este último año que ya ni recordaba cómo debía comportarme con quienes eran mis verdaderos amigos. Tal vez por eso Taeyeon estaba tan enojada, pero en ese momento, el problema no era Taeyeon sino Taecyeon.

- Okey, lo lamento, dime qué hice - Pedí controlando mi voz.

Al final, debía manipularme a mí misma para no comportarme como yo misma. Suspiró por paciencia sin dejar de fulminarme con la mirada.

- Nunca he creído que seas una bruja, lo sabes ¿no?

No me sorprendió, la mentira era estúpida, a veces me aterraba lo crédulos que sonaban los demás cuando yo les decía que la cocinera de la cafetería estaba hechizada o que el dinero lo había conseguido por medio de un pacto con un demonio, era curioso que ninguno se preguntara si era realmente cierto. Claro, estaban los efectos de sonido, la droga en el vino, mi peculiar forma de ser y de convencer a las personas, pero incluso así todo era demasiado inverosímil, era claro que las dos únicas personas que sabían la verdad, una porque yo le había contado y la otra porque no era ningún tonto, me seguían la corriente, tal vez, hasta se reían conmigo.

- Todo tu show me parecía estúpido, pero prefería no decir nada para no bajarte de esa nube en la que te subiste tú solita hace meses - Agregó.

La voz se le endurecía cada vez más, a mi ego le molestaba que le hablaran de esa forma aunque tuvieran toda la razón. Recordé que Taecyeon se volvió mi amigo precisamente por esa capacidad de decirme las cosas sin que le importara mi reacción, él me ponía los pies en la tierra cuando creía que podía volar. Estaba a punto de decirle que tenía razón en decírmelo cuando caí en cuenta de todo lo que estaba detrás de eso, si él sabía cómo Taeyeon que no era ninguna bruja, debió parecerle extraño el asunto del trance cuando hice las fotos ográficas para sacar dinero fácil.

Inconscientemente, desvié la mirada.

- ¿Ya sabes de qué hablo? - Cuestionó.

- No exactamente - Susurré.

Sinceramente, nunca fui religiosa, pero en ese momento, deseé serlo. Si había una persona en mi vida que quisiera y por la que me preocupara, aparte de Taeyeon, era Taecyeon. Con todo lo que incluía, sus delirios de Don Juan, ese político que llevaba dentro, un manipulador no tan pulido, pero tampoco tan tonto, era lo que más me gustaba de él. Desde que lo conocí me había caído bien, no tenía miedo de ponerme en mi lugar, de darme la espalda y dejarme sola con mis pataletas, también estuvo conmigo cuando lo necesité y no fui capaz de pedirlo en voz alta. Fue el primero y él único en saber de mi relación con Taeyeon y me puso a mí por encima de Nichkhun, aunque a él lo conociera de tiempo atrás.

- ¿Y bien? - Presionó.

Ni siquiera estaba intentando pensar en lo que le había hecho, podían ser muchas cosas. Negué con la cabeza, no quería que saliera de mi boca.

- Las fotos - Siseó.

Era increíble cómo podía lastimar a las personas que más quería con tanta facilidad, era ridículo cómo lo hacía sin darme cuenta a pesar de lo obvio que era.

Me senté en las gradas, incapaz de sostenerle la mirada.

- Nunca pensaste que me enteraría ¿verdad?

Volví a negar en silencio, me daba asco.

Se sentó a mi lado y prendió un cigarrillo.

- Tengo un primo gay, me vio en una página o que visita con frecuencia, he quedado con una deuda de por vida gracias a ti - Se quejó.

Después, soltó el humo.

- No me creerás si digo que lo lamento - Excusé.

- Al menos podrías intentarlo…

- No siquiera deberías hablarme.

Me puse de pie para marcharme, pero me detuvo tomando mi brazo.

- No hemos terminado de hablar - Reclamó.

Sacudí su agarre y crucé los brazos.

- ¿Tanto te cuesta decir que lo lamentas? - Preguntó dándole otra calada a su cigarrillo.

Pude sentir algo de presión en el pecho, era increíble lo cínica que podía llegar a ser.

- ¿Lo lamentas o no? - Presionó poniéndose de pie también.

“No”, pensé. Intentaba mostrarle a Taeyeon lo que podía hacer, algo tenía que estar mal conmigo porque no me sentía mal por lo que había hecho sino porque me descubrieron.

Negué con un breve movimiento de cabeza y me marché.

Al final de las clases inició el partido, cientos de personas decidieron asistir. Las porristas vendíamos accesorios del equipo para recaudar más dinero para la graduación, poco a poco el gimnasio se fue llenando hasta alcanzar toda su capacidad y entonces, empezó el juego.

Al principio, fue muy difícil para el equipo jugar juntos, la mitad estaba con Taecyeon, la otra mitad con Nichkhun, incluyendo los de la banca y yo, como capitana, debía coordinar cada celebración de una anotación aunque me costara el orgullo. Mi ex novio anotaba y yo saltaba de felicidad para la docena de cámaras que seguían nuestros movimientos. Taeyeon estaba unas cuantas gradas arriba detrás de la cuadrilla, cuando todos se ponían de pie para corear con nosotros una canción de victoria ella se mantenía en su lugar sin inmutarse, a veces pensaba que la había convertido en una estatua de mármol o tal vez algo más duro.

A medida que el juego avanzaba, los chicos parecían comprender eso del trabajo en equipo y anotaban cada vez más puntos, el entrenador permanecía en silencio en su sitio con una expresión de no saber muy bien qué hacer ni qué esperar, sólo se ponía de pie cuando había alguna falta y debía dar alguna instrucción. Me di cuenta que estaba tan acostumbrada a celebrar las anotaciones de Nichkhun que no me sentía incómoda haciéndolo, hasta que se le ocurrió lanzarme un beso y gritar frente a una cámara que me amaba, si Taecyeon y él no siguieran distantes, como era obvio, pensaría que fue su idea ese circo de tipo romántico, el público estalló en aplausos y casi pude escuchar cómo las cámaras hacían un primer plano de mi expresión, estuve a punto de sonreír por cortesía, pero mi subconsciente me engañó y terminé girándome para analizar la reacción de Taeyeon, apenas mis ojos se cruzaron con los suyos, se puso de pie y empezó a esquivar personas para llegar a la salida sin mucha prisa, sentí la imperiosa necesidad de correr tras ella, pero el sonido del contador de puntos captó mi atención junto con los gritos y celebraciones del público, volví la mirada al juego justo a tiempo para ver como mi ex novio celebraba una anotación de tres puntos que le daba la ventaja al equipo. Corrió hacia mí, yo di un paso hacia atrás por puro reflejo, pero Lizzy y Nana se hicieron detrás para evitar que escapara, claro, ellas no sabían que Nichkhun me había golpeado y muy seguramente por culpa de Wooyoung, ahora eran cómplices de su patético intento de reconquista. El pelinegro me alcanzó con cuatro zancadas y me dio un beso en toda la boca al tiempo que me rodeaba con sus largos brazos, el público se volvió loco, no podía escuchar ni mis propios pensamientos, su lengua intentó abrirse paso en mi boca y sentí como la rabia subía por mi espalda, sacando fuerzas de no sé dónde, lo empujé y lo abofeteé, la cachetada hizo eco en el gimnasio lleno de personas estupefactas por lo que acababa de pasar, de nuevo las cámaras se enfocaban sólo en nosotros.

- Mi amor… - Susurró fingiendo que se sorprendía.

Por el rabillo del ojo vi que Taeyeon seguía avanzando entre el público.

- Ni siquiera intentes hacerte el inocente - Repliqué.

Apretó la mandíbula.

- Todo el mundo nos está mirando - Dijo bajando más la voz.

- ¡Pues que todos se den cuenta que eres un idiota golpea mujeres! - Exclamé subiendo la voz.

Hubo sorpresa general.

- ¿Qué estás diciendo? - Siseó.

Taecyeon apareció en medio de los dos.

- Hay que seguir jugando - Le recordó poniéndole una mano en el pecho.

Traducción: Un paso en falso y no respondo.

- Fuera de mi camino - Ordenó quitándose el brazo y empujándolo a un lado.

Mi amigo se puso de pie dispuesto a golpearlo, pero otros dos del equipo lo detuvieron. Di varios pasos atrás con los brazos abiertos para alejar a Nana y Lizzy cuando los demás jugadores se acercaron para detenerlos. Pronto hubo una enorme revuelta en la cancha y muchos padres que estaban en el público intervinieron para detener a sus hijos que estaban a punto de matarse unos a otros, en medio del desorden, desaparecí y alcancé a Taeyeon en el estacionamiento.

- ¡Espera! - Corrí hacia ella y le cerré el paso.

Levantó una ceja.

- No lo planeé - Jadeé tratando de recuperar el aliento.

- Lo sé…

- ¿Entonces por qué te vas?

- Por un momento pensé que te venderías a las cámaras para no quedar mal.

¡Woow! Fue como una cachetada ¿Esa era la imagen que tenía de mí?

- Auch… - Solté con una risa nerviosa.

- No me vas a negar que lo pensaste - Comentó medio sonriendo.

- Vale, la idea cruzó por mi mente - Admití levantando los hombros.

De repente, me sentía más tranquila. Hubo un silencio que, por primera vez, no sentí incómodo. El sol ya se había ocultado y en el cielo sólo quedaban suaves visos de colores lilas. Me mordí el labio cuando sentí la necesidad de decirle lo que tanto había planeado decirle.

- ¿Y bien? ¿Qué me quieres decir que requiere mi presencia en este partido? - Preguntó de la nada.

Tuve que controlarme para demostrar la sorpresa ¿Acaso me leía el pensamiento? Sonreí de medio lado al recordar que yo siempre hacía lo mismo y ella me miraba aterrada.

- Quiero que vayas al baile de graduación conmigo - Respondí.

Los ojos se le abrieron como platos, que bien se sentía generar una reacción de esas en ella.

- ¿Qué? - Aparentemente, fue lo único que pudo pronunciar.

- Que no me importa lo que todos digan, lo que Nichkhun haga o lo que cualquiera piense, quiero ir al baile de graduación contigo, quiero… estar contigo… - Repetí.

Curiosamente, no me sentía asustada. El corazón me latía a mil por hora porque era la primera vez que decía la verdad sin guardarme nada ni analizar nada.

- ¿Qué te hace pensar que quiero ir al baile contigo? - Inquirió.

Alguien se había vuelto experta en regresarme a la tierra a patadas, tampoco supe qué decir.

- Lo siento, no quise sonar grosera - Se me acercó, pero yo me alejé.

- No te preocupes, lo dejaste claro - Estaba luchando con las lágrimas que amenazaban por salir - Quedó claro hace 15 días en mi casa, discúlpame por ser tan idiota - No era capaz de mirarla a los ojos.

Sin más, me giré para irme. Casi podía escuchar como mi cerebro hacía cortocircuito, mi ego no podía prever esa respuesta, tuve que cubrirme la boca para no llorar y el aire apenas y me llegaba a los pulmones, era impresionante cuan miserable me podía sentir por su culpa, aunque me lo merecía, no dejaba de doler. Medio zombi regresé al gimnasio, Nana y Lizzy estaban en la puerta con la boca abierta: habían escuchado todo.

- Pudiste… - Inició Nana.

- ¡Ni siquiera se atrevan a comentar el tema! - Interrumpí entrando al gimnasio.

Nadie notó mi presencia, pues todos estaban discutiendo, el juego había sido cancelado y el equipo de mi escuela fue descalificado por todo el desorden que se armó. Logré ubicar a Taecyeon al otro lado del gimnasio en la parte más alta de las gradas, estaba custodiado por dos oficiales de policía y tenía la cara toda golpeada mientras sostenía una bolsa de hielo en su boca. Nichkhun, estaba en la esquina contraria y por lo que vi no estaba en mejores condiciones. Debía atravesar la cancha para llegar con mi amigo y tuve que abrirme paso a codazos, todo el mundo discutía, los árbitros del partido, los aficionados, los estudiantes, los policías, los padres, era una locura.

Finalmente, logré llegar con Taecyeon.

- ¡Idiota! - Reclamé y uno de los policías me sujetó. - ¡Se supone que estabas enfadado conmigo! ¡¿Por qué te metes en semejante problema por mí?! - Espeté tratando de liberarme.

- Por favor suéltela, no me hará nada - Le pidió al oficial.

Los dos tipos se miraron entre ellos y terminaron por restarle importancia a mi presencia.

- No se pongan muy cariñosos - Dijo uno de ellos.

Taecyeon soltó la risa, pero se detuvo al instante al sentir que el abdomen le dolía. En menos de un segundo estuve a su lado con los ojos llorosos.

- Eres un idiota - Repetí abrazándolo.

- Sé que no lloras por mí - Comentó pasando uno de sus brazos por mis hombros.

- No tenías que hacer esto por mí, no lo merezco - Sollocé.

Tenía razón, no lloraba por él, pero ambas cosas se habían juntado y sólo quería desahogarme.

Me acarició el cabello.

- Somos mejores amigos ¿recuerdas? - Susurró tratando de calmarme.

- No merezco que me digas eso - Apenas y podía hablar con todas las lágrimas que derramaba.

- Creo que sabía a lo que me atenía cuando empezaste con esa tontería del círculo - Confesó.

- ¿A qué te refieres?

- Sabía que no pretendías nada bueno y cuando apareció Taeyeon parecías concentrada en sorprenderla, me presté para eso…

- No me justifica…

- Todavía no dices que lo lamentas - Me recordó separándome de él para mirarme a los ojos.

Me mordí el labio.

- No lo dirás ¿verdad?

- Lo lamento… - Susurré bajando la mirada - Soy una basura de persona y en esta ocasión no puedo sentirme orgullosa de eso - Las lágrimas me tenían desesperada.

- Vale, esa disculpa me sirve, ya luego me ayudaras a sobornar a mi primo - Volvió a abrazarme - Ahora dime ¿por qué lloras?

Su pregunta intensificó mis lágrimas.

- Vi que Taeyeon salió del gimnasio antes que todo empezara…

- Soy demasiado egoísta para darme cuenta de todo el mal que le he hecho.

- ¿Puedes ser más específica?

- Ailee no está muerta, sólo tuvo que irse del país - Revelé.

Se quedó paralizado sin razón. Asustada, lo solté para mirarlo, tenía los ojos fijos en alguien detrás de mí: Wooyoung.

- ¿Dijiste lo que creo que acabas de decir? - Cuestionó.

- No sé qué escuchaste - Excusé limpiándome las lágrimas.

El tipo se marchó sin más, ya no había nada que pudiera hacer. A Wooyoung le gustaba Ailee, no había método alguno para sacarle de la cabeza lo que yo dije tan claramente. Al final, tuvieron que llevarse a medio equipo de basquetbol para la comisaría junto con otras 20 personas que destruyeron elementos de la escuela. Una cachetada, mi cachetada, fue la que termino por hacer estallar una disputa, a veces me sorprendía lo que podían desencadenar mis acciones cuando decidía no ejercer control alguno sobre ellas.

Los ojos me ardían cuando logré llegar a mi auto, nuevas ganas de llorar me invadieron cuando recordé lo que había pasado con Taeyeon y mi frustrado intento de invitarla al baile, se me nubló la vista y se me cayeron las llaves, cuando me incliné para recogerlas, otra mano lo hizo y me las entregó.

- Quiero que me repitas lo que dijiste antes - Demandó Taeyeon.

Mi cerebro se desconectó por un segundo.

- Pensé que te habías ido - Respondí.

Medio sonrió, mis nervios eran evidentes.

- ¿Desde cuándo eres tan sensible? - Preguntó.

- Desde que se me ocurrió que así sería mejor persona para…

- ¿Para qué? - Interrumpió.

- Para ti.

La sonrisa desapareció.

- ¿Qué te hace pensar que quiero que lo hagas? - Inquirió.

El tono de su voz no fue tan brusco como la vez anterior, pero la pregunta sí lo era.

Suspiré molesta.

- Si te vas a dedicar a ofenderme, te puedes ir, ya me quedó suficientemente claro - Repliqué desactivando la alarma del carro.

- No intento ofenderte - Aclaró.

Chasqueé la lengua y le di la espalda para abrir el auto, de repente, una de sus manos rodeó mi cintura mientras la otra hacía mi cabello a un lado, su aliento en mi cuello me dejó paralizada.

- No quiero que cambies - Susurró.

Lentamente, me giré para mirarla, estaba tan cerca que mis pulmones se embriagaron rápidamente con su perfume ¿En qué momento llegué a este punto de sumisión? Sentía que este cachorro asustado no era yo misma, pero no me disgustaba serlo con ella.

- Quiero que repitas lo que me dijiste - Insistió.

Entendí que no se refería a la invitación sino a lo otro, lo otro que no fue fácil de confesar.

- Dije que… - Tuve que darme fuerza de voluntad - No me importa el resto del mundo… - Me mordí el labio inferior - Sólo quiero estar contigo… - Solté cerrando los ojos con fuerza.

Sentí su mano en mi mentón haciendo que subiera el rostro.

- Mírame Tiffany - Pidió.

Con reservas, accedí y entonces, sonrió.

- Yo también quiero estar contigo - Declaró y luego juntó sus labios con los míos.

Aquí arranca el maratón para el final de esta loquísima historia, aquí tiene un poco de Taeny tierno, más al rato les subo el siguiente capítulo… (n.n)/