[Tiffany]

Ahí estaba, casi desnuda sobre los lavamanos del baño, dispuesta a tener o, más caliente que un sartén con aceite, pero estaba sola. Me tomó un minuto calmar la lujuria, cerrar los ojos y respirar lentamente para regresar a la normalidad. Ya con la lujuria controlada, me cubrió la ira, ya estaba vestida y sólo veía mi reflejo en el espejo. Juro que los ojos se me pusieron negros y que un aura negra me rodeaba ¡Lo juro! Pero también me calmé, porque quien se deja llevar por las emociones fuertes, pierde el control, de nuevo cerré los ojos, respiré lentamente y regresé a la normalidad. Obvio las cosas no se iban a quedar así. OBVIO Taeyeon caería ante mí, como siempre. Arreglé mi cabello, mi ropa, modelé un poco para mí misma y salí.

Mi ausencia fue evidente en la mesa, sólo Wooyoung y Ailee hablaban, los demás estaban callados mirando a diferentes direcciones.

- Ailee, fíjate que en una semana realizaremos un baile para que el equipo de basquetbol obtenga la mitad de los fondos para los viajes que deben realizar durante el campeonato - Comenté quitando a Wooyoung y sentándome al lado de ella.

Taeyeon me fulminó con la mirada.

- Aja… ¿Y? - Preguntó ella.

Algo en el tono que uso me sorprendió, pero le resté importancia.

- ¿Qué tan buena eres en decoración? - Inquirí sonriéndole.

- Muy buena - Admitió sin modestia.

Lizzy me fulminó con la mirada, así que ahora todos se ponían de dignos conmigo.

- Perfecto, quiero que ayudes a Lizzy con toda la decoración, el tema es una mascarada de Venecia - Dije.

- ¿Quieres que la ayude? - Repitió levantando una ceja.

Y ahí me di cuenta de la persona que tenía en frente. Miré a los demás, ninguno pareció notarlo.

- Sí, espero que no te moleste - Insistí presionándola, quería saber hasta dónde podía llegar.

- Para nada - De inmediato bajó la cabeza, pero a mí no me engañaba.

Contenta con la respuesta, le di toda mi atención a Nichkhun. Nana y Lizzy hablaban entre ellas y Ailee con Wooyoung. Taeyeon quedó sola en la mitad de la mesa. Con mi plan sólo había un problema: la nueva tenía el mismo horario que mi amante y yo. Bueno, no un problema, más bien una molestia.

- Deberías venir esta tarde a mi casa para darte todas las ideas de la fiesta - Le comenté a Ailee.

Taeyeon que jugaba con su celular, levantó la vista de inmediato.

- Pues… no sé - Clavó la mirada en su comida, meditándolo.

- ¡No! - Exclamó la pelinegra.

Toda la mesa dirigió su atención a Taeyeon.

- No, yo tengo que pasar esta tarde, dijiste que me ayudarías con lo de matemáticas, no voy a dejar que te distraigas con esas boberías de la fiesta cuando yo debo pasar el examen para recuperar las notas perdidas, hazle una lista escrita o mándale un mensaje - Escupió.

Apreté los labios para ocultar una risa, tal vez aprendió uno que otro truco, pero nunca sería igual a mí, ella seguía siendo el ratón y yo una linda minina hambrienta.

- Okey, como digas, soy toda tuya esta tarde, cálmate, no perderás matemáticas, yo me encargo de eso - Respondí y la pelinegra captó el doble sentido de inmediato. Me hizo un gesto de sonrisa forzada y miró hacia otro lado.

De nuevo se hizo el silencio ¿Desde cuándo mi mesa era tan callada? No me tomó mucho tiempo entender el por qué. Todos notaban en Ailee algo que los enmudecía, algo que no entendían y que yo me encargaría de que no entendieran nunca.

- Tienes un cuerpo muy bonito, tenemos una vacante en el equipo de porristas ¿quieres entrar? - Me animé a preguntarle.

Nana y Lizzy abrieron los ojos como si esperaran que les echara gotas.

- ¿Que si quiero qué? - Repitió sorprendida.

- Ser parte de MI equipo de porristas - Las arpías captaron la indirecta y se calmaron.

Ailee las miró por unos segundos, seguramente, notando su reacción.

- ¿Estás segura que puedo entrar? ¿No habrá ningún problema? - Curioseó bajando la voz como si no quisiera que el dúo dinámico la escuchara.

- Yo soy la capitana, yo elijo quien entra y quien sale ¿has estado en una cuadrilla antes? - Inquirí. Aquel era un dato importante.

- ¡Claro! - saltó.

Mi amante, porque todavía lo era, levantó una ceja y la regresó a su lugar en menos de un segundo.

- Perfecto, las audiciones son mañana, muéstranos tus mejores saltos y veremos si quedas o no - Declaré.

La nueva no dejaba de sonreír, me pregunté si de verdad era así de inocente con todo o simplemente quería ser inocente.

En clase, Taeyeon me ignoró olímpicamente, todo el tiempo se la pasó hablando con Ailee como una cotorra, creo que por primera vez extrañé no tener a las arpías cerca, pero sobreviví.

Estábamos en clase de sociales y el tema era los diferentes métodos de tortura usados durante la inquisición: la dama de hierro, el potro, cama de estiramiento, el garrote, el taburete de Judas, pinzas para arrancar uñas de las manos y los pies, la santa trinidad y muchas más, por un momento me imaginé a Ailee en todas y cada una de las fantásticas maquinas que mencionó la profesora, pero luego me ocuparía de la nueva. Sabía que no me causaría mayores problemas, todavía, así que procuraría encargarme de Taeyeon y sus delirios de rebelión.

Después de clases, a las cuatro pasé a la casa de Taeyeon para recogerla, sin muchas ganas de entrar, toqué la bocina un par de veces para llamar su atención, ella se asomó por la ventana.

- ¿Ya ni siquiera te dignas a tocar? - Preguntó.

- No tengo tiempo para tus caprichos, vámonos - Ordené.

Cerró la ventana y minutos después salió con su mochila para estudiar ¿Hablaba en serio? Al parecer era más ingenua de lo que creía. No hablamos mucho en todo el camino a mi casa, ella miraba hacia otro lado al parecer pensando en la nueva, ya que sonreía de vez en cuando y yo no iba a rogarle por atención, ya me daría toda la atención que quisiera más tarde.

Dejé el carro en la cochera y entramos.

- ¿Quieres algo de comer? - Curioseé invitándola a la cocina.

- ¿Por qué siempre que vengo me ofreces comida? - Inquirió sentándose frente a la barra.

- ¿Lo hago? - Fingí hacerme la inocente.

- ¿Me vas a dar comida con droga o algo así? - Cuestionó.

La mire tan mal como pude.

- No seas ridícula, si te revelé mi secreto es porque no pienso usarlo en ti - Repliqué con las manos en la cintura.

Lo meditó por unos segundos.

- ¿Quieres o no algo de comer? - Insistí.

- ¿Qué tienes? - Preguntó estirándose para tratar de ver dentro del refrigerador.

- No sé, de todo, si no hay, pido domicilio, es lo de menos - Respondí encogiéndome de hombros.

- ¿Tienes manzanas?

- Claro, son tus favoritas - Saqué una y se lo pase.

Para mí saqué un pedazo de pizza de la noche anterior y lo puse en el microondas.

La cotidianidad de la situación me molestó un poco, pero no lo demostré.

- ¿Comenzamos? - Le invité.

Ella le dio un mordisco a la fruta mientras sacaba el cuaderno de matemáticas y dos lápices, me pasó uno y me enseño la libreta en la página del tema que no entendía.

- ¿Funciones lineales? - Pregunté aterrada.

¿No podía preguntarme algo más complicado?

Oculté el suspiro y leí las fórmulas, el truco era ese, todo se podía resolver siempre y cuando siguieras las formulas, no era una genio, pero porque no se me daba la gana serlo. En pocos minutos entendí lo que tenía que hacer y se lo expliqué paso a paso, al principio le costó un poco, pero ya luego le fue cogiendo el ritmo hasta que comprendió el tema a la perfección. Corrección, todos podíamos ser unos genios en matemáticas, lo que pasa es que no se nos daba la gana serlo. Cansada de tantos números, me estiré en la silla como si fuera un gato recién levantado.

- ¿Algo más que no entiendas? - Inquirí abriendo de nuevo el refrigerador.

Saqué una jarra de limonada y la serví para las dos.

- No, eso es todo - Contestó guardando todo.

Se echó la mochila al hombro y se puso de pie ¿Pensaba irse? La dejé caminar hasta la puerta y luego me interpuse en su camino.

- ¿Para dónde crees que vas? - Pregunté recargándome contra la puerta.

- Para mi casa - Respondió manteniendo la calma.

- Tú me debes algo - Le recordé.

- Yo no te debo nada - Defendió.

- Yo creo que sí - Insistí.

Me acerqué para besarla, pero me empujó contra la puerta.

- Entiende Tiffany, esto se acabó - Declaró.

- No se acaba hasta que yo lo decida, creo que ya te lo había dejado claro - Dije en tono amenazador.

Mi semblante la hizo retroceder un paso, el único que necesitaba.

- Tú y yo somos amantes y sé que no te arrepientes, así que olvidemos lo que pasó hoy en el baño y pasemos una tarde agradable ¿te parece? - Sugerí caminando hacia ella y ella caminando lejos de mí.

- ¿Por qué no llamas a tu novio? - Preguntó levantando una ceja.

- ¿Celosa? Pero si soy toda tuya, te lo dije hoy - Comenté.

- Por favor Tiffany, nunca dejarías a Nichkhun por mí - Se quejó.

No, ahora ya no lo haría.

- Es que somos amantes, no pareja - Aclaré.

- Entonces no eres toda mía - Insistió.

- En la cama lo soy - Corté.

La besé antes de darle tiempo de defenderse, mi acción la hizo caer en el sofá y yo me senté sobre ella. Al principio no respondió mi beso e intentó alejarme, pero para su gran desgracia, tenía bastante fuerza para retenerla, finalmente cedió. Cuando dejó de usar la fuerza, metí mis manos por debajo de su blusa, desabroché su sostén y con un rápido movimiento le quité su blusa y el sostén. Ni siquiera pudo resistirse. Continué con mi trabajo, no tenía tiempo para deleitarme con mi poder sobre ella. Tomé sus pechos y los acaricié, lamí sus pezones y los mordí suavemente, pasé mi lengua entre ellos y subí por su clavícula hasta alcanzar su cuello y morderlo suavemente.

Se tensionó un momento y cayó rendida, aquel era su punto débil, después de ahí ya no tenía que esforzarme en nada. Me detuve y la miré, si algo no podía evitar ella, era perderse en mis ojos y yo, para su gran desgracia, lo sabía. Yo sabía todo de ella y ella muy poco de mí, por eso no importaba cuanto aprendiera de mí, seguía siendo la aprendiz.

No soportó la quietud y me besó de nuevo, me tomó por la cintura y me acostó en el sofá para luego acomodarse sobre mí. En menos de nada me desvistió y claro está, yo la desvestí a ella, le noté ciertos achaques de control cuando me tomó por las muñecas y me obligó a poner los brazos sobre mi cabeza sosteniéndolas con su mano. Pronto no lo soportó y metió sus dedos entre mis piernas, curve mi espalda y por una fracción de segundo analicé su expresión, le fascinaba verme excitada, era como si algo dentro de ella se prendiera, disfrutaba con cada uno de mis movimientos y se concentraba en lo que hacía con la intención de calentarme más y más, pero yo no quería disfrutar sola. Con algo de dificultad liberé mis manos, tomé uno de sus brazos y la acosté a mi lado, mientras ella acariciaba mi clítoris, yo jugaba con sus pezones y poco a poco fui bajando hasta ubicar mis dedos en su punto de placer máximo, nos siguió una orquesta de nuestros propios gemidos, los de ella más bajos que los míos. El cuerpo nos empezó a temblar, los dedos se quedaban quietos por centésimas de segundo, los latigazos en la espalda anunciaron una cercana explosión, el sudor nos perló la piel y de repente, un corrientoso por todo el cuerpo nos hizo gritar con más fuerza, tuve que quedarme quieta por un momento para recobrar la conciencia y el aliento.

Taeyeon parecía apenas estar empezando, pues no dejó de besarme y acariciarme ni un segundo, empezó a morder mi hombro bajando hasta mis pechos, luego mi abdomen y de ahí a la cadera, se detuvo por un momento y continuó por la parte interior de mis piernas, pasando su lengua y mordiendo de vez en cuando. Todavía no me reponía del o cuando sentí su lengua dentro de mí, el gemido salió por sí solo y en menos de nada todas las células de mi cuerpo se alborotaron. Al principio no supe cómo reaccionar ¿o oral? Eso era nuevo en ella, ya luego dejé de razonar porque la excitación no me dejaba pensar en nada más. No tardé mucho en llegar y tuve que hacer un esfuerzo para no derramarme en su cara.

¡Bendita sea mi Taeyeon! Ahora sí, completamente muerta, cerré los ojos. Ella se acostó a mi lado y se me quedó mirando mientras acariciaba mi abdomen.

Disimuladamente dejé escapar el líquido que mi centro había acumulado a causa del o.

- ¿Cómo puedes hacer esto? - Preguntó.

¡Por favor! Apenas y podía respirar ¿y ella quería hablar?

- No es justo - Se quejó cuando vio que no le respondí usando el tono de “te estoy hablando”.

- Deja las cosas por la paz - Pedí sin moverme ni abrir los ojos.

- No quiero - Replicó.

Bien, aparentemente no se dignaría a dejar el tema hasta ahí. Suspiré por paciencia cuando supe que no podría disfrutar mi momento para regresar a la normalidad.

- ¿Qué quieres saber exactamente? - Inquirí girándome.

- ¿Por qué te esmeras en someterme? - Cuestionó.

- Nadie te puso un arma en la cabeza - Encogí los hombros.

- Ambas sabemos que no necesitas un arma - Cortó.

La miré directo a los ojos, sabía a la perfección que lo único que había en los míos era una profunda y venenosa ira, pero ella no lo notaría ¿Y en los suyos? Confusión, se notaba a kilómetros, no entendía cómo podía terminar, literalmente, entre mis piernas cuando se había determinado a ya no hacerlo.

- Soy bruja - Contesté.

- También sabemos que eso es mentira - Insistió.

- ¿Qué quieres que te diga? Simplemente sé usar mis encantos - Dije finalmente ya medio fastidiada por su estúpido interrogatorio.

- ¿Te parece justo? ¿No crees que tengo derecho a tener amigos? ¿Amigas? ¿Pareja? ¿Por qué yo no puedo estar con otra persona? - Replicó.

- Porque no se me da… ¡LA GANA DE QUE TENGAS A ALGUIEN! - Dije descontrolada.

Yo no actuaba así, por un momento pensé que daría media vuelta y se marcharía, pero no lo hizo. Se quedó mirándome, sin dejar de acariciarme el abdomen.

- No eres mi dueña - Dijo con tranquilidad.

- No me gusta que estés con nadie más, no me gusta que mires a Ailee como me mirabas a mí, no me gusta que le hables, no me gusta que estés detrás de ella ni de nadie, eres mía hasta que a mí se me dé la regalada gana ¿entendido? - Declaré.

¡Vamos Tiffany! ¿Desde cuándo tan descuidada? No estaba pensando con la cabeza en ese momento. Taeyeon levantó una ceja y me dio varios segundos para calmarme antes de decir algo.

- He ahí el problema, yo no soy de tu propiedad, si me buscaste fue porque era diferente a los demás, porque no era “tu propiedad” ¿lo olvidaste? - Recordó.

Bufé.

- Por eso mismo no quiero perderte - Susurré y luego la besé con ternura para distraerla.

Aceptó el gesto y me abrazó.

- No te voy a dejar, somos amigas ¿no?

- Con derechos - Aclaré.

- Si, con derechos - Acordó.

- ¿No te alejaras de mi para irte con Ailee? - Curioseé poniendo cara de cachorro.

- No lo haré - Mintió besando mi frente.

¿Me creía así de ingenua? Pero lo dejé pasar, como dije, ella siempre seria el aprendiz. Puse mi cabeza en su pecho y la abracé por la cintura para quedarme dormida.

Aquí termina la parte uno del maratón, mañana continua con otros tres capítulos (tal vez), así que espero lo disfrutaran, déjenme sus comentarios… (^u^)

NOS VEMOS MAÑANA!!! (°w°)/