Los Ángeles, California, E.U.A.

Después del incidente en el lago, Amber y Krystal tuvieron que nadar para poder llegar hasta la orilla y salir. Luego de haberlo hecho, ambas se fueron corriendo hacia el departamento de Krystal antes de que les agarrara el resfriado. Durante el camino ambas no dejaban de reírse, parecían como si fueran una pareja de adolescentes dándose a la fuga de la casa de sus padres. Al llegar a la residencia, tomaron el ascensor y al llegar a su piso, Krystal sacó las llaves para poder abrir la puerta. Entraron la rápidamente y Krystal cerró la puerta por detrás.

— Iré por unas toallas y a preparar algo de té caliente.— decía Krystal corriendo a su habitación.

Por otro lado, Amber ya sentía que la ropa le comenzaba a estorba que decidió quitarse la camisa quedando solamente en sostén deportivo. Krystal bajaba con dos toallas y al momento de levantar la mirada se detuvo en seco y quedó con la boca ligeramente abierta al ver el torso desnudo de Amber, era la primera vez que veía a la tomboy en esas... condiciones. Pero hubo algo que llamó la atención a Krystal y es que Amber tenía muchos tatuajes en todo su brazo derecho.

— Aa-aquí tienes...— Krystal le tendió la toalla sin mirarla.

Amber sonrió con ternura ante la reacción de la pequeña y comenzó a secarse la cara. Krystal intentaba secarse pero el temblor que recorría por su cuerpo se lo impedía, o era por el frío o era porque no dejaba de ver el cuerpo semi desnudo de Amber.

— ¿Estás bien?— preguntó Amber con preocupación.— Estás temblando.

Krys levantó la mirada.— Tengo un poco de frío y se me entumecieron las manos.— contestó la menor.

— Déjame ayudarte.

Amber tomó la toalla de Krystal y comenzó a secarle el rostro con delicadeza, las mejillas de la castaña enrojecieron mientras intentaba no sonreír. Amber siempre se ha preocupado por los demás, pero sobre todo se comportaba de una manera tan... dulce con ella. Amber dejó de secarle el rostro cuando se dio cuenta que Krystal la estaba mirando fijamente a los ojos, mostraban un brillo especial que nunca antes había visto.

La tomboy no podía dejar de negar que cuando la conoció hace 10 años, era casi toda una adolescente y ahora que pasaron 10 años volviéndola a encontrar de la manera menos esperada se haya convertido en una mujer que seguía teniendo los mismos defectos... seguía siendo desesperada... seguía siendo una princesa... seguía siendo la más tierna. Ya no aguantaba más la situación y comenzó a acercarse a Krystal, pero para su mala suerte ésta había reaccionado y se alejó de ella.

— Iré... iré a mi habitación a... ponerme algo de ropa cómoda... en el baño de aquí hay... hay una bata por si quieres dejar que tu ropa se... seque y no te dé un resfriado.— titubeaba Krystal.

Amber no tuvo la oportunidad de decir algo ya que Krystal se había ido con torpeza a su habitación. Suspiró con desánimo mientras caminaba hacia el baño, pero antes de encerrarse se detuvo en seco y se le ocurrió en ese momento una idea de la cual no se va a arrepentir, amplió sus labios y se encerró en el baño.

Por otro lado, Krystal se había encerrado en su habitación mordiéndose el labio inferior mientras sentía los latidos de su corazón.

— Vamos Krys...— le dijo su consciencia.— Todavía estás a tiempo para remediar todo.

Krystal negó con la cabeza.— Lo sé pero quiero dejar en claro que ella ya es de mi pasado, pero no puedo porque cada vez que estoy cerca siento las ganas de abalanzarme hacia ella y besarla.— se decía a sí misma.

— ¿Entonces qué prefieres hacer? Es tu última oportunidad para poder estar con ella sin molestarlas y decirle lo que todavía sientes. Escucha a tu corazón porque si no lo aprovechas, entonces sí la vas a perder para siempre.

Krystal se agarró la cabeza y suspiró frustrada.— Ah... ¿otoke? (¿qué hago?)

 

Tiffany venía al pasillo con dos vasos con agua a la mano, le entregó uno a Yuri.

— Gracias.— dijo Yuri con desánimo.

— No puedo creer que hayas pasado por todo eso desde la muerte de tu novia.— dijo Tiffany luego de haber escuchado la historia de Yuri.

La morena asintió.— Lo sé, fue muy difícil tener que atravesar todo yo sola. Nunca tuve la oportunidad de enamorarme nuevamente por temor de ser rechazada por alguien, sabes bien que cuando todos tenemos un pasado oscuro y se lo cuentas a alguien que te gusta terminará odiando a esa persona por el resto de su vida.

— Pero dale las gracias a Dios porque sigues aquí viva y dispuesta a seguir adelante con tu vida, tienes a alguien quien ya te necesita mucho y es Amber.

Yuri sonrió débilmente.— Sí... ella fue el motivo por el cual no me quité la vida, créeme que si algo malo le pasa, ahora sí te juro que me mato.

— No digas eso, Yuri. Ahora también me tienes a mí para cualquier cosa. Seohyun, aunque no esté presente aquí también la tienes a ella, a Donghae y a Siwon oppa, a Krystal quien ya está sintiendo cariño por ti, cosa que Jessica no lo ha hecho porque siempre se la pasa al lado del idiota ese. Jiyeon está muy orgullosa de ti por todo lo que estás haciendo para sacar adelante.

Yuri se acercó para abrazarla.— Te agradezco mucho por haberme escuchado, Fany-ah.— Tiffany solamente sonreía mientras acariciaba el cabello de la menor.

— Excelente actuación.

Tiffany y Yuri escucharon unos aplausos y se separaron con rapidez.

— No, no se preocupen. Continúen.

— ¿Qué es lo que quiere señor Tyler?— preguntó Yuri seriamente mientras Tiffany apretaba los labios.— ¿Necesita algo?

— Sí, que a estas horas del trabajo no se permiten relaciones lésbicos, por dios.

— Y si así lo fuera, ¿qué?— preguntó nuevamente Yuri intentando contener la rabia.— ¿Resulta que va a juzgar por algo que no es inapropiado?

— ¿Por qué no vas a tirar tu veneno hacia el otro lado?— preguntó Tiffany molesta.— Yuri no tiene por qué obedecer tus órdenes, ella es la asistente de Jessica, de tu prometida de la cual no te hace caso.

Tyler comenzó a reírse.— Por favor, Tiffany. No empieces con tus discursos, ¿o qué? ¿ya se te olvidó que en tu pasado fuiste utilizada solamente para una apuesta?

Tiffany no pudo contener su rabia y estuvo a punto de abalanzarse hacia él para poder estrangularlo, de no ser porque Yuri la sostuvo de la cintura.

— ¡El quien va a ser utilizado vas a ser tú!— le gritó a la cara.— ¡Y no tienes por qué estar contándole a todo el mundo sobre mi pasado! ¡¿Tú qué sabes, eh?!

— ¿Qué está pasando aquí?— Jessica apareció.— Sus gritos se escuchan desde la tienda.

Tiffany se soltó del agarre de Yuri.— No pasa nada, Jess... nosotras ya estábamos por regresar a trabajar.— Tiffany tomó el brazo de Yuri y comenzaron a alejarse muy molestas.

— ¿Me puedes explicar qué fue lo que pasó?— exigió Jessica.— ¿Por qué Tiffany se fue muy molesta?

— Yo no hice nada.— contestó Tyler frunciendo el ceño como si nada hubiese pasado.— Ya sabes que está en sus días...

— No quiero tener problemas con la prensa por ti, ¿entiendes?— advirtió lanzándole una mirada fría antes de irse.

Tyler solamente rió con malicia mientras se encogía de hombros.

 

Seúl, Corea del Sur

Residencia de Kai...

— No te muevas que harás que se te arruine el maquillaje.— advirtió Hyuna por milésima vez.

— Es que yo no puedo verme así, ¿qué va a decir Krystal cuando me encuentre así?, esta vez sí va a terminar conmigo por ser feo.— se quejó Kai.

— Aish, eres más insoportable que Minah.— le colocó un poco de pintura al rostro de Kai. En ese momento iban entrando Minah y los chicos a la habitación de Kai.

— ¿Cómo va todo?— les preguntó Minah.

— Bien, pero de no ser porque este idiota se está moviendo ya hubiera terminado pronto.— fue lo que contestó Hyuna.

— Por Dios, amigo.— dijo Tao poniendo cara de asco.— Sí que te ves horrible.

— ¡Déjame ver!— dijo corriendo por un espejo pero Minah se lo impidió.

— ¿Quieres calmarte?— preguntó la chica sentándolo en la cama.— Tú aceptaste mi plan y no te puedes echar para atrás. Tienes que destacar tus dotes como actor.

— Sí, pero nunca pensé que este plan llegaría tan lejos.— resopló.— Como sea, ¿ya tienen las recetas médicas?

— Aquí están.— dijo Xiumin mostrándolos.— Son 100% hechos por el doctor a puño y letra.

— Perfecto, ¿qué más sigue?

— Fase 2: La llamada de emergencia a la novia traidora.— le informó Minah.

— No es traidora.— la defendió Kai.

— ¿Ah sí?— lo retó.— Mira cómo se te ven los cuernos.

Kai apretó los dientes.— No estás segura de lo que estás diciendo.

— Claro que estoy segura. Tiene una cara de zorra que cualquiera no lo aguanta.

— La cara de zorra la tienes tú.

— ¡Ya basta los dos!— exigió Tao.— Parecen niños peleando por un juguete.— suspiró.— Kai, tu celular.— Kai le entregó el móvil.

— Oh, yo quiero hacer el papel de la tragedia.— se ofreció Sehun.— Yo la actúo como nadie.

— No, tú siempre sobreactúas la tragedia.— le dijo el rubio.— Es mejor que yo hable.

Tao colocó su celular al oído esperando con paciencia mientras el resto se acercó a él para poder escuchar la conversación.

"El número que usted marcó se encuentra fuera del área de servicio."

Tao puso su cara de espanto luego de haber escuchado a la operadora.

— ¿Qué pasó?— le preguntó Minah.

— Está fuera del área de servicio...— fue lo que contestó el chico.

— ¡Oh Zeus!— exclamó Sehun mirando hacia el techo mientras el resto lo miraba con extrañeza.— ¡Cómo sufro!

 

Los Ángeles, California, E.U.A.

Ya era de noche en dicha ciudad, Krystal había permanecido encerrada en su habitación, se había tomado una ducha y se puso una blusa de tirantes y unos shorts que dejaban ver sus piernas. Se preguntaba si ya se había ido Amber, aunque en realidad no quería que se fuera. Para matar la curiosidad decidió salirse de su cama y acercarse a la puerta.

— Amber, ¿ya te cambiaste?— la llamó Krystal en un tono alto, pero no obtuvo respuesta.— Espero no verla cómo Dios la trajo al mundo...— musitó.— Amber, ¿sigues ahí?

— Aquí estoy, Krystal.— La menor suspiró con alivio.— Ya me puse la bata que me dijiste, gracias. ¿Y tú?

Krystal se miró desde los pies hasta la cabeza y corrió por una bata.— Sí, me estoy poniendo la bata.

— ¿No tardarás? Es que estoy intentando cocinar algo, pero tengo problemas con encender la estufa.

Krystal abrió los ojos como platos, si esa "estúpida" como le dice ella usa la estufa a su manera, será capaz de incendiar su departamento y terminar con sus vidas.

— Espérame un segundo, por favor.— habló Krystal.— No quiero que hagas una estupidez, ¿entendiste?

— Sí, pero no te tardes.

Se escucharon pasos alejarse. Krystal tomó su celular que se había encontrado apagado, pues no lo había encendido desde se había ido a reunirse con Sulli. Lo encendió por única ocasión por si recibía alguna llamada de emergencia de parte de su hermana. Salió de su habitación hasta llegar a la sala.

— Omo...— Krystal se detuvo en seco al ver la sala a oscuras siendo alumbrada solamente por algunas velas y eso no era todo, se impresionó al ver la cena preparada en el suelo acompañado con algunos cojines.— ¿Amber?— preguntó Krystal por si había alguna señal.— ¿Dónde estás?— pero no obtuvo respuesta.— ¡Yah, stupid!

Amber venía saliendo de la cocina con dos vasos de refrescos a la mano.— Estoy aquí, princesa.

— ¿Qué es esto? ¿Por qué está oscuro todo?

Amber dejó los dos vasos en el suelo y se acercó a ella.— Esto es una sorpresa que siempre quise hacer cuando estuvimos a solas en mi departamento, ¿lo recuerdas?

Krystal recordó que hace 10 años cuando estaban empezando a salir y Amber la había invitado a su departamento para cenar y ver una película. Sonrió cuando recordó el desastre que habían hecho en la cocina para preparar la cena que sus padres terminaron por castigar a Amber.

— Sí... ¿pero cómo hiciste para conseguir todo?

Amber se rascó la nuca con nerviosismo.— Espero que no te molestes pero mientras estabas encerrada en tu habitación tomé algunas velas que estaban en el baño, también pedí algo de comida a domicilio, espero todavía te guste la carne asada, no encontré el vino tinto, así que también pedí algo de refresco. Todo lo que hago es complacer a mi princesa.

Krystal se había quedado sin palabras... tal vez tenía razón, tenía que aprovechar por lo menos una vez en estar con Amber y confesarle de una vez lo que aún siente por ella, porque de lo contrario, entonces ahora sí la perdería para siempre o también habría una posibilidad de irse a los brazos de Minah, cosa que no se lo iba a permitir.

— ¿Cenamos?— preguntó tendiéndole mano hacia Krystal.

Krystal sonrió y se la estrechó.— Sí.

 

Hotel...

Ya faltaba unos cuantos minutos para que la inauguración de la tienda B&E. Jessica estaba en su habitación terminando de arreglarse. Era la primera vez que se encontraba muy nerviosa en eventos como estos. En otras ocasiones en las que ha hecho inauguraciones se sentía confiada y plena de sí misma y ahora todo era diferente.

— ¿Ya te enteraste de la relación de tu asistente y de tu amiga?— habló Tyler mirándose al espejo para arreglar su corbata.

Jessica frunció el ceño.— ¿Por qué lo dices?— se colocaba los aretes.

— Porque hace rato, antes de que los gritos fueran presentes en el pasillo, las encontré muy abrazadas.— aquello hizo que Jessica apretara los puños sin que Tyler la llegara a ver.— Amor, tú bien sabes que en el trabajo lo laboral y lo amoroso no concuerdan con nada.

— Y mira quién lo dice... resulta que me voy a casarme con la persona quien es el subjefe de la empresa.— pensó Jessica con sarcasmo.— ¿Y tú cómo sabes que están en una relación? Tiffany ya me lo hubiera dicho.

— Ya te dije que las vi abrazadas, tu bien sabes que la moda de hoy son las relaciones de gays y todo eso...— hace un gesto desagrado.

— Ellas no son novias.— Jessica intentó contener su ira.— Viste mal y solamente estaban platicando de un mal día...

— No lo sé, tal vez entre estas dos debe de haber algo más que ese abrazo. Yo sé lo que te digo, amor.— se dio la vuelta para mirarla.— Te veo en el auto, amor.— dijo antes de salir.

Al escuchar la puerta cerrarse, Jessica comenzó a sentir una leve opresión el pecho que no le dejaba en paz. Se preguntaba si Tiffany estaría enamorada de Yuri, porque de ser así... Jessica sacudió la cabeza para salir de sus pensamientos.

— Ellas no son pareja...— musitó Jessica cerrando los ojos.— No lo son...

 

— Ya te dije que no iré a la inauguración y punto final.— comentó Yuri saliendo del baño mientras se secaba el cabello, pues se había dado una ducha.

— ¿Por qué no?— preguntó Tiffany mirando su silueta en el espejo.

— Porque no soportaré ni un minuto más al lado de ese idiota patán, cada vez está más insoportable y más cuando presuma a los periodistas que se va a casar con la señorita Jessica.

Entonces Tiffany sonrió pícaramente.— Eso significa que sí estás celosa.

— Ya te dije que no estoy celosa, me refiero que si estoy a su lado durante la inauguración, soy capaz de matarlo con mis propias manos.

— A mí también, pero ese no es la solución, lo único que conseguirás es que te echen de la empresa. ¿Eso quieres?

Yuri se sintió encogida.— No... solo quiero que este día se termine para que todo vuelva a la normalidad.

— Entonces ve a la inauguración, traigo un vestido que te quedará más que y.— dijo corriendo por su maleta.— Cuando lleguemos, todos se quedarán asombrados y más si sorprendes a Jessica.

— ¿Cuántas veces te tengo que yo no tengo nada que ver con ella?

— Lo sé, lo dices porque Jessica es una mujer prohibida.

Yuri resopló.— Solo dame el vestido.

 

Krystal y Amber se encontraban cenando en el suelo acompañado de un silencio pacífico, las velas alumbrando la sala y unas cuantas sonrisas.

— Quiero brindar.— habló Amber levantando su vaso.

Krystal sonrió imitando la acción de la mayor.— ¿Y por quién vamos a brindar?

— Por ti, salud.

Krystal sintió sus mejillas enrojecer mientras chocaba su vaso con la de ella y bebía un poco de su refresco sin despegar su mirada con la de Amber.

— Qué bueno que viniste...— confesó Krystal.— Me da gusto estar contigo.

Amber sonrió.— Por fin podemos hablar tranquilas, aquí nadie nos va a molestar.

— Me gustaría que... solo por curiosidad, que me contaras un poco de ti sobre tu vida. ¿Cómo están tus padres y Jackie?

— Es una larga historia.— contestó con desánimo.— Solo te puedo decir que fallecieron en un accidente y me quedé sola.

Krystal abrió los ojos, estaba sorprendida.— ¿Mu-murieron?

— Sí...— se le formó un nudo en la garganta.— Fuimos a un viaje, estábamos en la carretera yo estaba en el auto durmiendo... los frenos no reaccionaron y el auto cayó a una barranca, yo no sabía lo que estaba pasando e intenté salir del auto como pude, tenía la pierna lastimada y algunas costillas rotas. Quise sacar a Jackie y después a mis padres, pero...— cerró los ojos con fuerza.— ... el auto explotó y quedé completamente destrozada porque había perdido todo.

— ¿Hace... cuánto tiempo pasó eso?— preguntó Krystal con la voz entrecortada.

— Todo eso pasó cuando tenía 15 años. Quise ir a Seúl para buscarte, pero yo estaba acabada y era por eso decidí enviarte la carta a tu destino, sea como sea. Años después conocí a Yuri unnie, pero eso ya es otra historia.

Krystal sintió sus ojos arder y se acercó para tomar el rostro de Amber con sus dos manos.— Amber mírame.

La mayor levantó la mirada, sus ojos ya se encontraban rojos e hinchados, ¿en qué momento había empezado a llorar?

— No fuiste la única quien sufrió perdiendo a su familia, yo perdí el doble y ahora me arrepiento de no haber estado contigo en todo momento, de no ser porque me enamoré como tonta de Myungsoo y haya olvidado todo... no estarías sufriendo.

— No, princesa. No llores.— Amber utilizó sus pulgares para secar las lágrimas de Krystal.— ¿A qué te refieres con que tú también perdiste el doble?

— Antes de que Jessica unnie se olvidara de su cariño por mí, yo también perdí a mis padres cuando tenía 16 años, ellos murieron en un accidente aéreo durante un viaje. Dos años después murió Dongwook oppa.

— ¿Y quién era él?

— Él era el prometido de Jessica unnie, se iba a casar con él pero cuando le dieron la noticia de que oppa había fallecido, unnie le dio depresión que fue distanciándose poco a poco de mí.

— ¿Y cómo fue que Tyler se comprometió con ella?

— Oppa y Tyler eran amigos e iban juntos en la misma universidad que unnie, por eso.

Amber suspiró.— Somos dos personas que están solas en el mundo por haber perdido a seres queridos.

Krystal asintió en acuerdo.— Sí, pero dicen que la vida tiene que seguir.— dijo rendida.— Pero mejor cambiemos de tema antes de que el asunto se ponga peor.

— Está bien, me toca preguntar. ¿Cómo te ha ido en tu vida amorosa?

Krystal la miró incrédula.— ¿Me lo estás preguntando por mi relación actual o por mi relación pasada?

— Se puede decir que ambas cosas, Henry me contó que conociste a Myungsoo y que después lo descubriste siéndote infiel en tu casa.

— Sí... cosa que no se lo voy a perdonar nunca.

— ¿Con él lograste que te olvidaras de mí?

— Cuando lo conocí, se podría decir que sí... porque no sabía en cuánto tiempo tenía que esperar a que vinieras a Seúl, pero créeme que yo no sabía lo que te había pasado.

Amber asintió comprendiendo aquello.— ¿Y con Kai?

Y te vas sin hablar y yo voy tras de ti.
Pero escapas como agua del río.

— Con él... me ayudó a que yo superara mi ruptura con Myungsoo. Todo iba de maravilla hasta que...

— Hasta que...— la incitó.

— Hasta que reapareciste de la nada...— contestó bajando levemente la mirada.— Me siento muy confundida porque cuando te veo, vuelvo a sentir emociones mezcladas. Quiero alejarme de ti y no puedo.

Y no estás y yo estoy sin saber dónde ir.
Si me voy o me quedo contigo.

— ¿Y qué pasó con Minah?— preguntó curiosa.

— Oye, ya me hiciste demasiadas preguntas. Se suponía que ya era mi turno.— se quejó Krystal empujándola levemente.

Amber rió.— Está bien, pregúntame lo que quieras que no muerdo.— bromeó.

Krystal rodó los ojos.— ¿Te gusta Minah?

— ¿A qué viene tu pregunta?

— Solo respóndeme, ¿te gusta Minah?

Solo dime, dime, dime, dime...
Si te quiero o te olvido.

— No te puedo negar que es muy bonita.— Krystal se sintió una ligera opresión en el pecho.— Pero...— pausó.— ... no me gusta, ¿y sabes por qué?— preguntó comenzando a gatear hacia Krystal.

La menor tragó duro mientr