Empresa B&E...

Yuri y Jessica estaban al almorzando en la oficina de ésta última. Aunque no pudieron salir juntas como lo habían planeado debido al trabajo de la empresa, admitieron que esto era mucho mejor ya que disfrutaban la compañía de la otra.

— ¿Qué tal está el emparedado?— preguntó Yuri con la boca llena.

— Yah, no hables así. ¿Quieres ahogarte?— dijo Jessica limpiándole la comisura de sus labios con un pañuelo.

Yuri se pasó el bocado.— Lo siento.— contestó avergonzada.

— El emparedado está delicioso, ¿dónde lo pediste?— preguntó dándole un mordisco.

— Lo pedí en el Starbucks que está cerca del edificio, donde luego compras tu café.

Jessica dejó de masticar y la miró a los ojos, recordó que ese fue el lugar en donde compró el café y a partir de ahí, su vida había cambiado por completo.

Flashback

— Qué irresponsable... Qué malvada...— se maldecía Yuri con la cabeza agachada.—... Qué mala persona es... el mundo debe de estar en mi contra... ¿acaso puede ser peor que esto?

Como si el destino estuviera en su contra, una chica iba corriendo hacia el edificio pero terminó chocando con Yuri haciendo que los documentos de la menor salieran volando y no sólo eso, el café que llevaba la chica en sus manos se había derramado sobre la blusa de Yuri.

— ¡Oh! Mianhae (lo siento).— se disculpaba la chica avergonzada.

Yuri suspiró haciendo caso omiso y se puso de rodillas para recoger los papeles. Hoy no era su mejor día. La chica decidió ayudarla a recoger los papeles que habían caído más lejos, los acopló y se arrodilló frente a Yuri y extendió los documentos.

— Lo siento mucho, no fue mi intención. ¿Estás bien?— preguntó la chica apenada.

Yuri levantó cabeza para fulminarla con la mirada, pero aquella mirada de fuego desapareció al mirar aquellos ojos marrones que la hipnotizaron por completo y no sólo eso, miró desde los pies hasta la cabeza para saber de quién se trataba... Jessica.

— Perdóneme.— dijo Yuri tomando los documentos mientras se ponía de pie.

Jessica la imitó.— No, perdón... es que estaba apurada que no me fijé por dónde caminaba y...— la vista de Jessica se enfocó en la blusa manchada de Yuri.— Ay no... ¿yo te hice esto? En serio lo lamento, te prometo que pagaré la tintorería y...

— No, no, no.— la interrumpió Yuri.— No es necesario, esta blusa es tan vieja como mi aspecto.— bromeó haciendo que Jessica sacara una sonrisa ligera.— Yo lamento lo ocurrido, yo venía distraída y no la había visto.— explicó.— De todas maneras, gracias por ayudarme.

— Las dos veníamos distraídas.— aclaró.

Fin del flashback

— ¿Amor?— Yuri estaba preocupada.— ¿Estás bien?

Jessica había vuelto a la realidad.— ¿Qué?

— Estaba hablando del almuerzo y te quedaste perdida. ¿Todo bien?

Jessica sonrió levemente.— Sí, todo bien. Es solo que... me acordé el día en que te conocí. Que venía saliendo apurada del Starbucks...

Yuri correspondió.— Y yo salí muy molesta de la empresa porque cierta persona no llegaba a que me hiciera la entrevista...

— Y accidentalmente choqué con cierta morena y terminé por derramar el café en su blusa.

— Y de ahí me encontré con una mujer y unos hermosos ojos marrones que jamás había visto. Ahí me di cuenta que mi vida tenía mucho sentido.

— Somos dos personas con una misma tragedia, pero por algo el destino cumplió su misión.—suspiró.— Aunque... después de lo sucedido en Jeju, no hemos vuelto a saber nada de Tyler y me preocupa que esté tramando algo.

Yuri dejó las bolsas en la pequeña mesa y se acercó un poco más.— ¿Qué tienes por esa cabecita? Mientras yo esté aquí, nada te hará daño.— tomó sus manos y los acarició con suavidad.— Somos más fuertes si estamos las dos, así que tú no te preocupes que él no va a poner un pie en esta empresa.

Jessica sonrió levemente.— No sé qué haría sin ti. Tú eres la única que me da tanta tranquilidad... te amo mucho.

— Recuerda esto Jessica... Yo Contigo Tú Conmigo.— se acercó para besarla tiernamente.

 

Universidad...

— ¿Salir?— preguntó Luna luego de un largo silencio.

Victoria asintió tímida.— Sí, salir.

— ¿Salir salir... usted y yo?

— Sí, nosotras.— Victoria soltó su muñeca y se alejó.— Si no quieres, está bien.— suspiró frustrada mientras le daba la espalda.— No sé por qué lo dije, discúlpame.

— N-No, es que yo no...

Victoria la miró.— Ya entendí que no, pero tampoco es necesario que me lo repitas con tanto énfasis.

— No, es decir, que sí...

— ¿Cómo?

Luna se rascó la nuca.— Quiero decir que no... que sí...

— Ya decídete porque me pones más nerviosa.— suplicó la mayor desesperada.

Luna sonrió.— Que sí... sí quiero salir con usted.

— ¿Qué?— preguntó la mayor sorprendida.— ¿De verdad?— Victoria estaba esperanzada, Luna asintió en respuesta y una sonrisa se postró en los labios de la mayor.— Bueno... entonces tenemos que hacer algo diferente para festejar tu cumpleaños.

Luna puso su dedo índice en su barbilla para pensar y comenzó a caminar con lentitud.

— Podría ser después de clases.— contestó Luna.— ¿Pero a dónde podríamos ir?

Victoria se encogió de hombros.— No lo sé, tú tienes que elegir. Tú eres la del cumpleaños.— dijo sonriente.

 

— ¡Oppa!

— ¡Oppa!

— ¡Oppa!

— ¡Oppa!

Minho caminaba con rapidez en los pasillos mientras era perseguido por cierta chica pelinegra que iba cojeando una y otra vez.

— Oppa, ¿te puedes detener, por favor?... No es fácil para mí caminar rápido.— pidió Sulli.

Minho se detuvo en seco. Tenía razón la chica y no debería de exponer mucho la salud de su rodilla. Se volteó con lentitud para mirarla.

— ¿Pasa algo?— preguntó el chico.

Sulli finalmente logró alcanzarlo sin importarle las ligeras punzadas de su rodilla.

— Eso te pregunto yo, ¿por qué me evitas?— le contestó la chica mirándolo fijamente.— Se supone que estaríamos ensayando juntos para lo de la obra y llevas días sin hablarme. ¿Hay algo mal conmigo?

Minho desvió su mirada.— Tengo entrenamiento y no quiero que se me haga tarde.— intentó irse pero Sulli tomó su muñeca.

— ¿Al menos me puedes decir lo que te pasa? Cada vez que intento acercarme, siempre pones un pretexto y te vas.

Minho suspiró y tomó la mano de Sulli para que soltara su muñeca.— No es nada, últimamente he estado ocupado, pero no es nada.— aseguró con una sonrisa ligera.— Me tengo que ir.

— ¡Oppa!— Sulli intentó ir tras él, pero su rodilla ya no estaba en condiciones de seguir.

— Ssul, ¿qué haces aquí?— apareció Krystal detrás de ella.— Tenemos que reunirnos con Jjong oppa para ir al bar.

— Sí, pero mi rodilla me duele y dejé mis medicinas en el casillero.— musitó Sulli emitiendo un quejido.

— Tranquila, yo te ayudo.— Krystal puso el brazo de Sulli alrededor de su cuello mientras que con la suya abrazó la cintura y comenzaron a caminar despacio.

 

— Ya sé.— dijo Luna luego de pensar un rato.— Vamos a ir a un lugar que hace mucho tiempo no voy, pero estoy segura que nos la vamos a pasar bien.

— ¿Ah sí? ¿A dónde?— preguntó Victoria curiosa.

— Yo le diré en cuanto salgamos de aquí.

— Está bien... supongo que tendré que esperar hasta a esa hora.

Luna asintió y miró la hora en su reloj.— ¡Dios! Ya se me hizo tarde y tengo que ir a mi siguiente clase.— tomó sus cosas con torpeza.— Gracias por el pastel, nos vemos en el estacionamiento de la universidad. Le mando un mensaje de texto en cuanto ya haya salido.

— Con cuidado.— una vez que Luna salió y la puerta se cerró, Victoria sonrió con emoción. Parecía una adolescente enamorada a punto de tener su primera cita. En estos momentos sentía una alegría inmensa, pero a la vez sentía nervios. ¿Qué pasaba si la cita salía mal? Victoria negó con la cabeza, ni siquiera sabía hacia dónde irían. Así que se relajó y tomó sus cosas para ir hacia la sala de maestros, necesitaba hacerse un pequeño retoque.

 

Por otro lado...

Seohyun había recogido a Yoona y juntas salieron de la empresa para después emprender su camino hacia el consultorio. Al llegar, una mujer llamada Uee las recibió amablemente y les pidió que tomaran asiento en la sala de espera.

— No sé por qué me siento asustada.— murmuró Yoona jugando con sus manos.— Se ve que no estoy tan acostumbrada en ir a lugares como estos.

Seohyun se rió.— Es solo un consultorio, no un manicomio.

— Tú bien sabes que la psicología estudia el comportamiento de los humano, eso que ni soy psicóloga.

— Solo te hará unas cuantas preguntas y tú las tienes que contestar a la hora que quieras.— contestó tomando su mano.— Yo estaré aquí esperándote.

No habían pasado ni 2 minutos y Yoona comenzaba a desesperarse.

— ¿Por qué tarda tanto?— se quejó ella.

— Calma, debe de estar con algún paciente.— contestó Seo tranquilamente.— Los pacientes suelen tardarse mucho porque no están dispuestos a contestar las preguntas, obviamente el psicólogo tiene que esperar a que ellos estén listos para responder.

— ¿Eso quiere decir que nos quedaremos toda el día aquí esperando?— cuestionó con temor.

La puerta del consultorio se abrió, venía saliendo una mujer de una edad no tan mayor,se veía que estaba un poco nerviosa y a la vez estaba con el cuerpo tembloroso. Yoona tragó duro y miró cómo se retiró.

— Pueden pasar.— dijo Uee.

— Gracias.

Yoona y Seohyun ingresaron al consultorio.  Ahí estaba un hombre de cabello negro y de bata blanca sentado en su escritorio haciendo algunas anotaciones.

— Buenas tardes, ¿en que las puedo ayudar?— preguntó el hombre sin levantar la vista.

Ambas chicas tomaron asiento.— Verá, programaron una cita para mí de parte de Jessica Jung.— contestó Yoona.

— ¿Jessica? ¿Mi prima Jessica?— Yonghwa levantó su cabeza y al instante su mirada se había enfocado en Seohyun quien no tardó mucho en reconocer.— ¿Seohyun?

Seo sonrió.— Pensé que no te acordarías de mí, oppa.

Yonghwa se puso de pie y la menor hizo lo mismo. Yoona no entendía qué estaba pasando aquí, ¿por qué ese tipo estaba hablando con su novia como si lo conociera toda la vida? Lo que más indignó a la modelo fue cómo Seo y Yonghwa se abrazaban, esto no iba a ser nada bueno.

 

Universidad...

Amber y Taemin estaban guardando algunas cajas en la cajuela del auto de Key, habían comprado todo lo que necesitarían para la fiesta de Luna.

— ¿Y la cumpleañera?— les preguntó Key.

— Está en su clase de baile y ya no debe de tardar en salir.— contestó Amber.

— ¿Están seguros que Luna no se va a molestar si le hacemos una fiesta en el bar de Jonghyun?— preguntó Taemin cargando una caja.— Ella misma dijo que este año no quería fiesta.

— Se dará cuenta de todo el esfuerzo que hicimos y nos agradecerá.— dijo Key.— Tenemos que apurarnos, Jjong ya nos está esperando allá.

— En eso estamos.— se quejó Amber.— Pero cierta "mujer" no nos está ayudando en nada. Luna tiene razón, pareces más diva que Madonna.

— ¡Yah!

— ¿Y las chicas dónde fueron?— preguntó Taemin curioso.

— Tuvieron que ir directo al departamento de Sulli porque de nuevo tuvo molestias con la rodilla.— contestó Amber.

— ¿Y está bien?— preguntó ahora preocupado.

— Sí, Krystal dijo que no es nada grave. Aunque me pregunto que fue lo que le causó para que le doliera la rodilla si no hizo nada.— Taemin suspiró aliviado.

— ¿Y dónde está Minho?— volvió a quejarse Key.— Tampoco tu hermano está aquí para que nos ayude. Se supone que él es el novio de Luna y debería de estar consintiéndola.

— Ya dije que mi hermano no va a poder venir porque está ocupado, tiene tareas escolares por entregar y el tiempo no le rinde.— lo defendió Taemin.

— Minho está en su entrenamiento de soccer, pero me dijo que en un rato nos alcanza en el bar.— le dijo Amber.

— Apúrense.— dijo Key.

— ¡EN ESO ESTAMOS CARA DE DIVA!— gritaron Amber y Taemin al unísono.

 

Consultorio Jung...

Yonghwa y Seohyun se separaron mientras sonreían.

— ¿Cómo has estado?— preguntó Yonghwa sonriente.— Hace mucho tiempo que no sabía nada de ti.

Seo sonrió tímida.— Muy bien, lo mismo de siempre, mucho trabajo y debes en cuando estoy con las unnies.

— ¿Y qué es de tu vida? Porque recuerdo que en una ocasión me dijiste que querías ser cantante.

— Sí, pero ya no y decidí mejor enfocarme en la educación. De todas maneras amo mi empleo porque soy profesora de música.

— ¿En serio? Eso es genial. ¿Y cómo ha estado Jessica? ¿Qué tal estuvo la boda en Jeju?

Seo se sintió cómoda.— Umm... Jessica unnie ya no se casó con él.— Yonghwa la miró sorprendida.— Y no me preguntes nada porque es una larga historia y a mí no me corresponde decírtelo.

— Diablos, eso no lo sabía. Como he estado ocupado en el consultorio ya no me he podido contactar ni con Jessica, ni con Krystal, ni con Nicole. ¿Pero ella está bien?

— No te preocupes, unnie está más que bien.

Ambos seguían hablando cuando un carraspeo en su garganta llamó su atención. Yoona traía la cara de pocos amigos mientras se cruzaba de brazos.

— Oh, lo siento mucho.— Yonghwa volvió a sentarse.— Por unos minutos me fui. ¿La que viene contigo es tu hermana?

Yoona se ofendió y tomó la mano de Seohyun con posesión para que éste se diera cuenta.

— Soy su novia.— recalcó la modelo.

— No me dijiste que tienes novia, Seo.— dijo Yonghwa sorprendido.

Seohyun se sonrojó.— Hay muchas cosas que no estás enterado, pero en algún momento te lo diré. Por lo pronto, estamos aquí porque mi novia requiere una atención psicológica y esto fue porque tu prima lo pidió.

— Muy bien, ¿y cómo se llama la paciente?

— ¿Qué no me conoce este idiota?— pensó Yoona.— Soy Im Yoona.— le dio una sonrisa torcida.

Yonghwa abrió los ojos como platos.— ¿La modelo de Asia?

— Vaya, al menos lo sabes...— murmuró irritada.— Exactamente soy yo.

— Mucho gusto, Jung Yonghwa y yo seré tu psicólogo. Siento mucho lo que pasó con la muerte de tu mánager y por todo lo que tuviste que pasar. Tu asistente me comentó que querías una cita porque trabajas con mi prima en la empresa, estaremos trabajando por cada sesión... si gustas podemos trabajar cada 8 días. Yo te haré algunas preguntas y tú me las tienes que contestar, ¿de acuerdo?

Yoona rodó los ojos.— Como sea.

— Yo estaré afuera esperándote.— dijo Seo.— Tómate el tiempo que sea necesario.— le dio un beso en la mejilla, pero Yoona tomó su rostro y le estampó un beso pero en los labios, quería marcar su territorio propio. Yonghwa estaba sorprendido que no decía nada.

— Lo haré Hyunnie, tú no te preocupes.— contestó Yoona sonriente mientras le quitaba los restos de labial a su novia.

Seohyun estaba sonrojada como un tomate y a la vez aturdida por lo del beso. Se puso de pie y con torpeza caminó hasta la puerta.

— Bueno, después de la... bochornosa despedida.— habló Yonghwa una vez que Seo se había retirado.— ¿Podrías irte a recostar, por favor? Yo haré algunas anotaciones mientras respondes.

Yoona hizo un puchero mientras se recostaba en el sofá enorme, esta sesión sería muy pero muy larga para ella.

 

Una hora después...

Estacionamiento...

Al terminar las clases, Luna se había tardado en salir de la universidad ya que se había tomado una ducha en los vestidores. El profesor Yunho les había puesto una coreografía pesadísima que hizo sudar a más de a uno, Luna no quería ponerse la ropa con el sudor... sería asqueroso que Victoria se diera cuenta, prefería tardarse a que apestara. Tomó sus cosas y salió corriendo de la universidad.

Al llegar al estacionamiento, ahí estaba Victoria con unos lentes de sol, estaba recargada en su auto mirando su celular. Aún no se acercaba a ella y ya se sentía nerviosa, era la primera vez que pasaría todo el día con ella en un lugar que no fuera ni en la escuela ni en la casa. Esto ya no era algo entre profesora y alumna, supuso que no había nada malo que dos mujeres estuvieran juntas. Luna sacudió la cabeza dejando los pensamientos a un lado, este era un día especial para ella y no quería que algo tan estúpido se lo arruinara. Luna dio un respiro hondo y se acercó a ella.

— Ya estoy aquí.— dijo Luna.— Siento mucho el retraso.