Residencia Song...

Luna se había puesto el vestido que había utilizado anoche, pero antes de salir se encontraba tendiendo la casa mientras empezaba a taradear una canción que se le había venido a la mente. Cuando estaba haciendo algo siempre tenía la idea de cantar algo para que el ambiente no fuera tan silencioso.

No creo que vaya a cambiar. 
Quiero llorar. 
No es necesario ser paciente.

— Puedo estar mejor ahora.~— cantó aquello último y siguió taradeando.

— Wow.

Luna se volteó de golpe encontrándose a Victoria en el umbral aplaudiendo.

— Yah... ¿qué hacía allá?— preguntó Luna cubriéndose el rostro.— No debió de haberme oído.

— ¿Pero por qué no?, tienes una hermosa voz.— alagó.— Cantas muy bien, supongo que debes de estar estudiando canto, ¿no es así?

— Y composición...— agregó.

Victoria sonrió.— Sigue cantando, quiero oírte.

— No... no puedo.— dijo avergonzada.— Me da mucha pena cantar delante de la gente... me da como pánico escénico. Es lo único que voy a decir.— tomó sus cosas.

— Bueno, eso no lo hacías cuando no estabas sola.

— Porque no había notado de su presencia. Por favor, no me pida que cante porque no voy a poder controlar mis emociones.

Victoria suspiró con derrota.— Está bien... ¿ya estás lista?

— Sí, gracias por haberme recibido en su casa a pesar de las condiciones en la que me presenté.

— No hay de qué.

— Creo que el taxi que pedí ya debe de estar afuera esperándome.

— Luna, espera.— Victoria le bloqueó el paso.— ¿Podemos hablar mañana después de la clase de literatura?, necesito hablar contigo de algo importante.

El corazón de Luna comenzó a latir.— ¿Algo importante?

— Claro, si tienes tiempo. ¿O estarás ocupada después de clases?

— N-no... tengo tiempo libre, ¿pero no me puede dar una pista?

— Al taxista no le gustará esperarte.— informó.— Me mandas mensaje cuando hayas llegado bien.

— Pero no tengo su número.

— No te preocupes, anoche guardé mi número y el tuyo en los celulares. Espero que no te haya molestado.

— No, para nada.— suspiró.— Entonces, nos vemos mañana y una vez más gracias.

Luna no sabía cómo despedirse de ella. Pero Victoria fue más rápida y se despidió de la menor dándole un beso en la mejilla, Luna quedó estática al sentir los labios de la mayor en la mejilla por unos segundos... eran muy suaves. ¿Qué más seguía? ¿Que le diera un beso en los labios?, eso era lo que Luna deseaba. Victoria se separó lentamente quedando frente a frente con Luna, se encontraban a escasos centímetros de que sus narices rozaran. Pero el sonido del claxon de un taxi las hizo separar.

— Nos vemos mañana, Luna.— dijo Victoria sin mirarla.

Luna asintió vacilante y salió de la habitación.

¿Qué acababa de pasar? ¿A caso Victoria la quería besar?... no, eso era imposible, ella es mujer y ya estaba comprometida. Pero por otro lado se sentía mal por ella. Al momento en que le contó que su prometido no estaba con ella en estos momentos por trabajo, tenía que acostumbrarse a la soledad de su casa... tuvo la suposición de que sus padres deberían de estar viviendo en China... también supuso que se encontraba estresada por las clases que debía preparar los días de la semana. Le gustaría poder hacer algo por verla sonreír. En ese momento una idea apareció por la mente de Luna y sonrió para sus adentros.

Residencia Jung...

— Hablé con el organizador sobre los catálogos y me contó que tienes que ir al centro comercial para probarte el vestido de novia que ya lo tienen preparado y... Jessica, ¿me estás escuchando?

Jessica se encontraba mirando hacia un punto fijo de la sala, en realidad no estaba escuchando a su prometido. Desde que Yuri se había ido, para ella el departamento se había convertido en un enorme silencio.

— ¡Jessica!

— ¿Eh?— Jessica salió de sus pensamientos.

— No me estás escuchando, ¿verdad?

— Perdón...— pasó la mano por su cabello.— Es que no me siento bien, tengo un poco de resaca como para estar pensando en los vestidos y en la boda.

— Te dije que tomaras aspirinas para las náuseas.— Tyler suspiró.— Como te decía, mañana tienes que ir al centro comercial para reunirte con el organizador y probarte el vestido de novia.

— ¿Mañana?— preguntó Jessica con preocupación.— Pero mañana se supone que es la reunión para organizar lo del viaje a Los Ángeles y la inauguración de la tienda de ropa.

— Yo me encargaré de eso.

Krystal venía saliendo de su habitación para ir a la cocina por un poco de agua, se detuvo a medio escalón cuando escuchó la voz de su hermana.

— Tyler, es que me preocupa todo esto, no puedo hacerlo todo yo sola. La boda es en cinco meses y la inauguración será la semana que viene.

— ¿Quieres posponer la reunión para otro día? ¿O contratamos a un guardaespaldas?

— No... ya veré qué es lo que puedo hacer.

En ese momento a Krystal se le ocurrió una idea de poder arreglar cartas al asunto y estaba muy segura que Jessica no le diría que no.

— ¿Por qué no le pides a Yuri unnie que vaya contigo a ver los vestidos y le pides a Tiffany unnie que se haga cargo de la reunión?— Krystal bajaba las escaleras.— Lo lamento, su conversación se escuchaba desde arriba.

Tyler se echó a reír.— ¿Crees que tu hermana te va a hacer caso con esa idea tan absurda?— se burló

— A mí me parece buena idea.— habló Jessica y Krystal sonrió satisfecha.

— ¡¿Qué?!— Tyler quedó en shock.— Jessica, ¿vas a obedecer lo que tu hermana te diga?

— ¿Por qué?, yo no le veo lo malo.— ignoró Krystal.— Yuri unnie es la asistente de Jessica unnie, así que yo no le veo nada malo que dos mujeres vayan al centro comercial juntas, ¿o sí?

Tyler comenzó a sudar frío.— N-no... pero Yuri tiene que quedarse en la empresa por cualquier cosa.

— No hay problema, podemos pedir a Sunny unnie o a Siwon y Hae oppa que pasen los recados a unnie, mientras que Tiffany unnie se encargue de organizar todo para el viaje. Ella siempre es muy puntual con cualquier detalle. ¿Sí, unnie?— preguntó la menor mirando a Jessica.

— Tienes razón, Krystal. Te tomaré la palabra, mañana hablaré con Yuri y más tarde llamaré a Tiffany para ponernos de acuerdo.— dijo Jessica.

— Pero amor...— intentó hablar Tyler.

— Tyler, por favor...— interrumpió la diseñadora.— ... Krystal solamente está tratando de ayudarme con los horarios para que yo me dé el lujo de ir al centro comercial para ver el vestido, está haciendo lo posible por llevarse bien contigo, ¿no es así?— preguntó mirando a su hermanita.

— Sí... y no solo unnie irá por el vestido, pedazo de idiota.— pensó Krystal.— Sí, me estoy dando cuenta que la felicidad de unnie es lo que me importa.

— Así que ya está. Mañana iré por el vestido.— Jessica se ponía de pie.— Iré a la cocina por algo de agua...— dijo alejándose.

Krystal intentó contener su risa al ver a Tyler shockeado pero a la vez molesto, era todo lo que quería ver, molestar a su cuñado sin problema. Krystal estuvo a punto de regresar a su habitación cuando sintió un jalón en el brazo haciendo que se volteara de manera brusca.

— ¿Qué es lo que pretendes?— preguntó Tyler apretando su agarre.— Te advierto que si lo estás haciendo para separarme de Jessica, no lo vas a conseguir.

— Suéltame, me estás lastimando.— exigió Krystal soltándose del agarre.— A unnie no le gustaría verte cómo me tratas. Yo misma le puedo decir.

— Es una lástima que no te crea, en mucho cuidado con lo que estás haciendo, porque no me conoces de lo que soy capaz de hacer.

— ¿Me estás amenazando?

—No, te estoy advirtiendo.— contestó con sarcasmo.— Es muy obvio que te estoy amenazando, mocosa. Si le dices a Jessica, al día siguiente no saldrás viva.

— No sé que intenciones tengas con mi hermana, pero no te vas a salir con la tuya.— Krystal empujó a Tyler para irse corriendo a su habitación.

— La que no se saldrá con la suya, serás tú.— musitó Tyler.

Residencia Kwon...

— ¿Qué haces aquí?— preguntó Yuri entrando al despacho.

— Lo mismo de siempre.— fue lo que contestó Amber antes de comenzar a tocar el piano.

Yuri sonrió para sus adentros mientras se acercaba para sentarse a un lado de Amber, fue una excelente idea haberle regalado ese piano. Para Amber la música lo había llevado en la sangre desde su niñez, recordaba cuando sus padres le cantaban una canción a ella y a Jackie cuando habían tenido su pésimo día, ahora que ellos la estaban cuidando desde el más allá, su sueño era ser una cantante reconocida para que ellos se sintieran orgullosos de ella gracias a Yuri.

Amo lo que pides y regalas.
Amo tus caricias, tus defensas.
Amo tus instantes y lo eterno.
Te amo en tu cielo y en tu infierno.

Residencia Jung...

Te amo lo que amas, yo te amo.
Te amo por amor sin doble filo.
Te amo y si pudiera no amarte.
Sé que te amaría aún lo mismo.

Krystal estaba en su escritorio intentando componer una canción que le habían dejado de tarea. Pero todas sus ideas se vieron revueltas cuando empezó a recordar los besos que se había dado con Amber... ya extrañaba esos labios que la habían enloquecido desde el primer beso, para ella había sido mágico, dulce, inolvidable... era diferente a los besos que se daban con Kai... ¡Lo había olvidado!, Krystal se tenía que bajar de las nubes, aunque por otro lado se quedó preocupada cuando Amber le había dicho que estaría dispuesta a recuperarla. Pero... ella tenía novio... no, seguía enojada con él por lo que hizo... ha estado recibiendo llamadas de las cuales había ignorado, decidió apagar su celular y se puso de pie para salir al balcón a tomar aire fresco. El cielo se veía muy hermoso, aquel color azul pacífico la hacía sentirse tranquila, por el momento dejaría de pensar en ello... quería pensar acerca de su hermana y su felicidad... últimamente desde que ha estado cerca su asistente... Jessica ha estado a su lado un poco más seguido, aunque dudaba si eso le duraría toda la vida.

Residencia Kwon...

Y amo lo que amas yo te amo.
Te amo por amor a dar lo mío.
Te amo con orgullo de quererte.
Porque para amarte yo he nacido.

Amber terminó de cantar y a la vez dejó de tocar el piano.

— Cada día me sorprendes más.— aplaudió Yuri conmovida.— Estoy segura que tus padres y tu hermana están muy orgullosos de ti.

— ¿Tú crees?— preguntó Amber intentando no llorar.

— Absolutamente.— contestó sonriente.— Pero tengo una pregunta, ¿la canción que acabas de hacer tiene algo que ver con la hermanita Jung o porque se te salió de tu imaginación?— preguntó pícara.

Amber rió.— ¡Yah!

— ¿Qué pasó?— preguntó curiosa.

— Krystal no me olvidó, me lo dijo directamente.— dijo con una sonrisa.— Aclaramos un par de puntos y le dije que yo iba a recuperar su amor.

— Sabes que eso no está fácil, ¿verdad?— dijo Yuri.— Está el idiota ese que te golpeó, ¿es su novio?

— Sí... pero de lo que estoy segura es que Krystal aún siente algo por mí, sino... no me hubiera dicho todo eso.

— ¿Y qué es lo que harás?

— Más adelante lo verás. Por lo pronto, quiero hablar contigo de algo.— dijo seriamente.

— Ah caray... ¿conmigo?— Yuri frunció el ceño.— No me gustó la forma en la que hablaste.

— Lo siento, quise darle un poco de suspenso. ¿Por qué quisiste que nos fuéramos del departamento de Jessica unnie lo más pronto posible? ¿Pelearon?

Yuri tragó duro mientras se ponía de pie.— Claro que no, todo está bien. ¿Por qué lo preguntas?

— Estuviste callada mientras estábamos en el taxi y creí que algo malo había pasado en tu trabajo. ¿Segura que está todo bien?

— Sí, no te preocupes.— dijo sonriéndole.— En unos momentos el almuerzo estará servido, no tardes en bajar.— le dijo antes de salir. Amber sólo frunció el ceño por el extraño comportamiento de la mayor mientras comenzaba a tocar el piano nuevamente.

Yuri se dirigía a la cocina y al llegar comenzó a sentirse mareada, el tan solo pensar en lo que están haciendo Jessica y el frentón ese le revolvía el estómago. ¿Qué estarán haciendo? ¿Estarán hablando sobre la boda? ¿Las invitaciones? ¿Las decoraciones? ¿La luna de miel? ¿Irán a cenar juntos en un lujoso restaurante? ¿O pasarán la noche juntos en hotel?

— ¡Basta Yuri!— se decía la morena.— No sé qué es lo que te sucede... ¡pero no puedes enamorarte de tu jefa que está a punto de casarse! ¡no puedes!

Sevilla, España...

Era casi medianoche en ese país, el evento se había llevado a cabo con éxito. Pero para Yoona no lo había sido. Regresó al hotel sola, saludó al recepcionista para después caminar hacia su habitación. Al ingresar, cerró la puerta y fue hacia su armario para sacar ropa para dormir, antes de irse al baño, regresó al armario para sacar una rana en forma de peluche. Se sentó en el borde de la cama mirando al peluche con una sonrisa.

— ¿Qué tal estamos hoy Seo rana?— le preguntó Yoona.— Hoy fue un día p