Universidad...

— Oppa.— Krystal caminó hacia Jonghyun quien venía saliendo del vestíbulo.— ¿Has visto a Amber?, es que no la he visto toda la mañana.

— ¿Y ese milagro que preguntas por ella?— preguntó Jjong pícaramente.— ¿No será que estás detrás de ella?

— Claro que no. No te hagas ilusiones.— contestó ella cruzada de brazos.— Luna unnie está en clase y necesito la compañía de alguien. ¿Sabes dónde está?

— Sí, acabo de estar con ella en las canchas de basquetbol, hay una posibilidad de que se nos una al equipo. Es realmente buena pasando el balón y las posiciones... aunque le falta algo de puntería para hacer canasta.

— Ya me lo imagino...— musitó con melancolía.— ¿Y a dónde ibas?

— Iré a un aula vacío para esperar a Taeyeon noona, olvidé mi tarea para la clase de composición y si no la traigo el profesor me va a quemar vivo.

— Suerte con ello.— comentó antes de irse.

 

Seohyun iba caminando hacia la sala de maestros y al ingresar se encontró con Kyuhyun quien estaba leyendo un libro, éste levantó la mirada encontrándose con la belleza de Seo, así que dejó el libro sobre la mesa y se acercó hacia ella sacando una rosa de su bolsillo.

— Para ti.

Seohyun rió levemente.— Oppa, ya me diste tantas rosas que mi departamento hasta ya parece un jardín.— bromeó.

— Es como lo dice en la carta acerca de las 12 rosas, supongo que voy por la tercera.— comentó.— Seohyun, en serio me gustas mucho y me gustaría, claro... si me lo permites, que me dieras la oportunidad de salir contigo.

— Oppa yo...

— Sé que alguien te dejó con el corazón roto porque el muy estúpido no supo cómo valorarte. Créeme que yo no soy ese tipo de hombres.

Seo se mordió el labio inferior.— Si supiera que ese alguien era una chica la que me dejó con el corazón roto.— pensó ella.— A la que tengo que olvidar.

— No te quedes sin hablar, Seo.— suplicó el chico.— Me pones más nervioso cuando no dices nada al respecto.

Seo lo miró fijamente mientras sonreía.— Lo sé oppa... has sido muy gentil conmigo. Saldré contigo con la condición de que me dejes enviarme rosas, esa es una. La segunda, es que será mejor que pienses en otra cosa para que puedas conquistarme... pero tampoco quiero que exageres porque a mí no me gustan los detalles caros. Eso te lo dejo como tarea.— comentó antes de irse a sentar y comenzar a leer un libro.

Kyuhyun estaba en shock mientras permanecía de pie pero al mismo tiempo un pequeña sonrisa se formaba en el rostro, por fin lo estaba consiguiendo... ahora el siguiente paso es poder conquistarla y pedirle ser su novia. ¿Pero cómo lo haría?

 

Krystal caminó hacia las canchas de basquetbol y al ingresar ahí estaba Amber quien se encontraba de espaldas, pues estaba intentando meter el balón al aro de la canasta. Intentaba una y otra vez pero no había resultado. Krystal rió ligeramente al ver lo frustrada que estaba la tomboy, se veía tierna. La razón por la cual la menor estaba buscando a Amber como loca... no lo negaba, necesitaba verla para poder sentirla de cerca nuevamente. Pero no sabía cómo acercarse a ella, se sentía como si fuera una adolescente enamorada de su primer amor.

— Yah, Soojung. Deja de ser tan tímida, solamente es Amber... pero es que... es que me hace sentir nerviosa como la primera vez en que la conocí.— se decía Krystal.— Está bien. Aquí voy.— dijo a punto de caminar hacia ella pero se detuvo en seco cuando Minah caminaba hacia Amber y lo que molestó a Krys era que la chica se encontraba vestida con su uniforme de porrista.— Pero qué carajos...— Krystal corrió a esconderse detrás de las gradas.

 

— Hola Amber.— saludó Minah con una sonrisa coqueta.

Amber se volteó.— ¿Tú?— preguntó sorprendida.— Ah... ¿cómo dices que te llamas?

— Minah... Bang Minah. Veo que estamos en la misma universidad...

— Eh... sí.— dijo un poco nerviosa.— Oye, no sé qué es lo que quieres pero yo me tengo que ir porque tengo clase y no quiero llegar tarde.— estuvo a punto de irse.

— Oye, ¿por qué tanta prisa?— Minah tomó su muñeca.— Aún no suena la campana, así que tenemos todo el tiempo libre necesario. ¿Te gusta mi uniforme de porrista?

— Se ve bien... en ti. ¿Eres porrista de la escuela?

— También soy capitana.— informó.— Escucha, me gustaría disculparme por lo que pasó anoche en el bar... fue malo de mi parte haberme comportado como caprichosa.

— Aunque no lo creas, admito te comportaste como niña caprichosa.

Minah rodó los ojos.— Como sea... me gustaría ser tu amiga, claro... si tú me lo permites.

Amber sonrió.— Claro...

 

Krystal miraba entre las gradas cómo Minah abrazaba a Amber con efusividad mientras ésta le correspondía, aquello no le gustó mucho. ¿Qué plan estaba tramando Minah?, apretó los dientes con fuerza al ver a Minah dándole a Amber un beso en la mejilla y ésta ni siquiera se inmutó en moverse de ahí.

— Te romperás el labio si sigues mordiéndotelos.

Krystal se sobresaltó.— Oppa, me asustaste.

Minho rió apenado.— Lo siento, no quise asustarte. Te vi que estabas aquí espiando a Amber y quise unirme.

— Pero... no estaba espiándola.— dijo intentando no sonrojarse.— Es que se me cayó un arete al suelo y lo estoy buscando.

— Es lo que me dicen todo el mundo sobre el arete y terminan mintiendo.— Krystal lo fulminó con la mirada.— ¿Qué estamos viendo? ¿Esa no es Minah?— preguntó mirando.— Oh supongo que a Minah le gusta Amber y por eso se le quiere irse encima.

— Cállate.— Krystal apretó los puños.— Sabes que esa estúpida no pierde el tiempo de hacer el papel de la playgirl.

— ¿Lo dices por Amber o lo dices por Minah?

— ¡Por las dos! ¡Ambas son estúpidas!— sintió una opresión en el pecho.— No le digas a Amber que estuve aquí, por favor.

— ¿Estás bien?— preguntó preocupado al ver los ojos de Krystal aguarse.

— Sí...— bajó la vista.— Promete que no le vas a decir a Amber que estuve aquí.

— Sí, te lo prometo...

— Gracias oppa. Me voy...— Krystal tomó su bolso y salió lo más rápido que pudo.

 

Centro comercial...

— Hola Jessica.— la saludó el organizador de bodas.— Le pedí el favor a Tyler de que vinieras conmigo a la boutique para ver lo del vestido.

— Lo sé oppa.— dijo Jessica con un suspiro.— No me quedaba de otra, pero mira el lado positivo, no es tan malo como parece.

— Para mí lo es, por su culpa arruinó mi día libre. De no ser por ti la quien iba a venir hubiera renunciado y a ver cómo carajos conseguían otro organizador de bodas.— en ese momento su vista se fijo en Yuri.— Hola... ¿quién es ella?— le preguntó a Jessica.

— Oh, ella es Yuri Kwon, mi asistente. Le pedí que viniera para darnos su opinión sobre el vestido.— los presentó.— Yuri, él es Lee Eunhyuk, no solo es el organizador de bodas, también es mi amigo.

— Mucho gusto.— dijo el chico tendiéndole la mano a Yuri a lo que ésta se la estrechó.— No sabía que mi amiga ya tenía asistente, te ves mucho más bonita en persona.

— ¿En serio?— preguntó Yuri con asombro.

— Yo creo que me agradas más que el frentón ese, pero bueno... ya sabemos por qué Jessica lo escogió a él.

— ¡Yah! ¿Vamos a entrar a la boutique o me vas a recriminar?— dijo Jessica comenzando a desesperarse.

— Bueno ya. Vamos a entrar antes de que te pongas como ogro.— dijo Eunhyuk antes de ingresar a la tienda.

 

Universidad...

— Aquí está tu tarea, Jjong.— dijo Taeyeon entregándoselo.— Que sea la última vez que se te olvide la tarea en tu habitación.

— ¿Estás segura de que viene todo?— preguntó Jonghyun comenzando a revisarlos.— Si me castigan dile a Jaejoong que no podré venir al trabajo.

— No seas exagerado, todo está en perfecto orden, así estaban cuando entré a tu habitación por ellas.

— Está bien, confiaré en ti. Gracias por traerlos, ahora sí ya te puedes ir.

— Qué bueno porque siento mucha tensión de estar aquí. Te veo más tarde, bueno... si es que sales vivo.

— Adiós noona.

Taeyeon salió del salón con cautela, miró por ambos lados de los pasillo y por fortuna no había nadie. Durante 7 años ha estado trabajando en el Bar SM como cantante, ha sido reconocida no solo en las redes sociales, sino a su potencial en el canto. Ha tenido que pasar las consecuencias con gente loca o como ella los llama sus "fans". Es por eso que a Taeyeon nunca le ha gustado exponerse en público. Sus pensamientos fueron esfumados al ver a Seohyun saliendo de la sala de maestros. En ese instante la reconoció y caminó hacia ella.

— Seohyun.

La aludida se giró sobre sus talones para encontrarse con la cantante.

— Taeyeon, hola.— la saludó con una sonrisa.

— ¿Qué haces aquí?

— Aquí trabajo como profesora de música.— contestó con el ceño fruncido.— ¿Qué haces tú aquí?

— Oh, venía saliendo del aula a dejarle algo a mi hermano Jonghyun.

— ¿Jonghyun? ¿Kim Jonghyun?— hizo memoria.— Oh, el chico que nos atendió esa noche en el bar, él es uno de mis mejores estudiantes. Se ve que es un buen chico.

— Y lo es.

— ¿Por qué nunca te habré visto?

— No lo sé, quizás porque nunca me aparezco en lugares públicos.— Taeyeon se rascó la nuca con nerviosismo.— ¿Y cómo está tu amiga?... Umm, Tiffany. Así se llama, ¿no?

Seohyun sonrió.— Unnie ya está bien, ayer sufrió una resaca pero ya está mucho mejor.

— Ah qué bueno... me alegra escucharlo. ¿Y dónde está ella?

— Tiffany unnie no se encuentra aquí, está en su trabajo.

— ¿En serio? ¿Y en qué trabaja?— preguntó curiosa.

— Es diseñadora de modas, trabaja en Blanc & Enclare, una de las empresas más conocidas de Seúl.

— Así que es ella quien diseña la ropa que últimamente está muy de moda.

— No solo ella, también hay reconocidos diseñadores quienes hacen su trabajo y Jessica unnie.

En ese momento se escuchó el sonido del timbre de la campana, lo que significaba para Taeyeon que ya se tenía que ir.

— Ah, ya me tengo que ir.— dijo Taeyeon apresuradamente.— Me alegró volverte a ver, Seohyun.

— Espera.— pidió Seohyun y Taeyeon comenzó a desesperarse, tenía que salir lo más rápido que podía.— Aquí tienes.— dijo tendiéndole un trozo de papel.

— ¿Y esto?

— Es mi número de teléfono por si se te ofrece algo y no me refiero a lo relacionado conmigo.—  dijo pícaramente.— Suerte con Tiffany unnie.— comentó antes de irse.

— ¿Qué?— Taeyeon quiso preguntarle algo a Seohyun pero ésta ya había desaparecido. Miró el número telefónico que venía anotado en el trozo de papel.— Tal vez no sea mala idea ir a esa empresa para echarle un vistazo.— musitó con una sonrisa y salió de la escuela para ir en camino a B&E.

 

— De acuerdo, chicos. Pueden retirarse.— anunció Victoria.— No olviden traer su tarea para la siguiente sesión.

Conforme los estudiantes iban saliendo, Luna guardaba sus cosas en su bolso. Key ya la estaba esperando afuera.

— Señorita Park, ¿podría hablar con usted unos minutos?

Luna frunció el ceño.— Claro...

Cuando el salón ya se encontraba vacío, Victoria cerró la puerta y caminó hacia su escritorio.

— Toma asiento, por favor.

Luna obedeció.— ¿Pasa algo?

— No, pero recuerda que ayer dije que quería hablar contigo después de clases.

— Oh... claro, ¿y de qué quiere hablar?

— ¿Todavía quieres aprender el idioma chino?

Luna bajó la mirada.— Sé que había dicho que estaría ocupada con tareas y proyectos por ser mi último año.— aclaró.— Pero aún me interesa mucho en aprender el idioma.

Victoria sonrió.— Anoche estuve pensando en algo, tenía pensado que después de la escuela fuéramos a mi casa para que darte clases de chino mandarín y de ahí te ayude con tus tareas y proyectos.

— No lo sé... ¿por qué hace todo esto?— preguntó un poco tímida.— Debe de tener mejores cosas que hacer como revisar tareas y trabajos de sus estudiantes, no ayudar a una chica de 23 años como si estuviera a punto de reprobar las materias.

— Oye, no digas eso. Lo hago porque te entusiasma mucho aprender nuevas cosas, ¿entiendes?, y no quiero que te sientas presionada con la universidad, pero si no quieres, yo lo voy a entender y no te voy a forzar a nada.

Luna lo pensó por un momento, tal vez no sería mala idea ir a casa de Victoria todas las tardes, no solo para aprender un nuevo idioma, sino que así la tendría a su lado por muchas horas admirando su belleza...

— Está bien... acepto.— contestó Luna entusiasmo.

— ¿De verdad?

— Claro.

— Nos vemos mañana en el estacionamiento de la escuela y de ahí nos vamos a mi casa para empezar, ¿de acuerdo?

— De acuerdo.

— Puedes retirarte, Luna.

— Gracias Victoria.— Luna tomó su bolso y se puso de pie caminando hasta la puerta.

— ¡Luna!

La menor se detuvo en el umbral de la puerta y se giró.

— ¿Sí?

— Una vez más... gracias por lo del pastel, me sirvió mucho.

Luna sonrió.— No hay de qué, si quiere más pastel yo le puedo decir a mi madre que le prepare uno.— comentó antes de salir del aula muy sonriente.

Luna nunca pensó que se sentiría tan feliz, vería a Victoria todos los días después de la escuela.

— ¿Y esa sonrisa?~

Luna se giró de golpe encontrándose con Key.— Si sigues dándome sustos como estos, te voy asesinar Kim Kibum.— amenazó la menor.

— ¿De qué hablaban tú y la profesora Song?— preguntó el chico.

—De nada que te importe.— contestó Luna con resoplo.

Ambos comenzaron a caminar por los pasillos.

— Yah, ¿así es como me pagas después de que te esperara afuera del salón?— preguntó ofendido.— Anda, dime.

— Está bien, pero no quiero que les digas a los demás, ¿de acuerdo?

— De acuerdo.

— La profesora Song me ayudará a que aprenda chino mandarín. Es lo único que te puedo decir.

— ¿C