Al día siguiente...

Empresa B&E...

— Tyler los quiere invitar a ti y a Seo a una cena que se llevará a cabo en mi departamento el día de mañana.— decía Jessica.

— ¿Y eso?— preguntó Tiffany con la ceja alzada.— Todavía no es tu despedida de soltera. Falta mucho todavía.

— No, pero quiere anunciar en dónde nos casaremos y todo lo demás, así que no puedes faltar.

— Está bien. Me iba a aburrir un viernes por la noche en el departamento. Cuenta con eso.— dijo con una sonrisa.

— ¿Hay alguna novedad?— preguntó un poco esperanzada.

— Por el momento no.— contestó revisando su agenda. Jessica suspiró con tristeza.— ¿Por qué, hubo algo?

Jessica negó.— No, por nada. Puedes retirarte, Tiffany.

 

Universidad...

Amber iba entrando a la institución, fue a su casillero para guardar su patineta. De pronto,  escuchó un grito y algunas risas al fondo del pasillo. Cerró el casillero y fue corriendo hacia los pasillos, encontrándose a un chico siendo rodeado por otros cinco contra los casilleros.

— ¡Déjame ir, Tao!— exigió el chico asustado.

— ¿Prometes que a la próxima cumplirás con todos tus deberes?— preguntó el rubio tomándolo de la camisa.

— S-sí... t-te lo prometo... pero suéltame.

— Oye, te dijo que lo sueltes.— Tao y sus amigos miraron a Amber quien había salido de su escondite.— Más te vale que lo hagas si no quieres que te parta la cara.— amenazó.

Tao lanzó una carcajada.— ¿Qué? ¿Crees que una machorra como tú pueda ganarme?— resopló.— Vámonos muchachos, ésta ya nos arruinó la diversión.

Tao soltó la camisa del chico tirándolo al suelo y se fueron de ahí. Amber los miró con semblante serio mientras se iban y caminó hacia el chico.

— ¿Estás bien?— le tendió la mano.

El chico miró hacia arriba y no dudó en tomarla de la mano.—Sí, gracias.— se levantó.

— Esos chicos son muy malos, ¿por qué dejaste que te manipularan?

— Así ha sido siempre, ya estoy acostumbrado a las amenazas y a los golpes.— comentó tomando sus cosas.

— ¿Te golpean? ¿Y por qué no hablas con el director para que los suspendan?

— No siempre me golpean, algunas patadas en las costillas ya es suficiente. Tú no conoces a esos chicos, son los más populares y bravucones de toda la escuela, su jefe del grupo... ni se diga.

Amber suspiró con resignación.— Al menos ten cuidado y no dejes que esos idiotas te intimiden. Me llamo Amber Liu.

— Henry Lau. Creí que eras un chico, hasta pienso que eres guapa.

— Gracias, debo de ser la envidia de muchos.— bromeó y ambos comenzaron a caminar por el pasillo.— ¿Eres nuevo en la escuela?

— Nah... llevo estudiando por tres años en esta escuela debido a mi carrera, estudio música y canto, también soy violinista de una orquesta. ¿Qué hay de ti?

— Estudio composición y canto.

— Creo que tenemos algo en común...

— Oye me tengo que ir. Tengo clases y no quiero estar en problemas con el profesor. Espero poder volverte a ver y muchas gracias por lo de hoy.

— No hay de qué, si esos sujetos vuelven a molestarte, yo seré capaz de dejarlos sin dientes.

Henry rió mientras se iba a su aula.

 

Yuri salía del taxi luego de haber pagado y se fue caminando hacia el edificio de Blanc & Enclare. Esta vez no se iba a quedar esperando de brazos cruzados, si la "dichosa" CEO se negaba a recibirla, sería capaz de tirarle hasta la puerta o aunque se la llevara la policía, ella hablaría con la CEO frente a frente.

— Buen día, ¿la ayudo en...?

Yuri ignoró a Sunny y siguió con su camino hacia el elevador hasta llegar al tercer piso en donde se encontraba la oficina.

— Wow, ¿a dónde crees que vas?— Tiffany la tomó del brazo para que dejara de caminar.

— Oh, Tiffany...

— ¿Por qué te fuiste de aquí?— le preguntó con preocupación.— Te estábamos esperando.

Yuri frunció el ceño.— ¿A mí? ¿Para qué?

— No seas babo (tonta). Te estábamos esperando para la entrevista y te fuiste. Jessica...

— Jessica nada.— la interrumpió.— A mí no me van a ver la cara de estúpida y vengo a dar mi lugar como me merezco.

— ¿De qué hablas?— preguntó confundida.— Es que no me dejaste terminar, lo que pasó fue...

— Te agradezco por tu ayuda, Tiffany, pero esto es asunto mío.

Tiffany se resignó.— Está bien, quédate esperando, pero no digas que no te dije.— dijo yéndose.

Yuri ignoró el comentario de la mayor mientras se cruzaba de brazos y tomaba asiento. Y comenzó esperar.

 

Universidad...

Seohyun venía entrando la sala de maestros. Se acercó a su escritorio, dejó su bolso a un lado cuando algo le llamó la atención... en su escritorio sobre su libro había otra rosa, era similar a la que había recibido el otro día, además de la rosa también había una nota escrita a mano. Seo tomó la nota y luego la rosa para después comenzar a leer el primero.

"¿Alguna vez escuchaste la frase "Son doce rosas que hablarán por ti."? Sé que te había regalado uno el día de ayer, pero quise regalarte algo que fuera más hermoso que tú y encontré estas rosas, pero ni ellas se comparan contigo.

Atte: Cho Kyuhyun."

Seohyun sonrió para sus adentros mientras sentía sus mejillas arder. Se sentó en su silla mientras leía una y otra vez la nota.

— Buenos días.— dijo Victoria entrando con un par de bolsas.— ¿Y esa rosa? ¿Quién te la dio?

— Adivina...

— No me digas que el pequeño Kyu se atreverá a conquistarte.— dijo con asombro.

— Todo parece indicar que sí.— contestó.— Peero...— interrumpió.— ... Tengo que estar segura de mis sentimientos, no quiero cometer el mismo error.

— Vas a ver que no te vas a arrepentir.

— Lo haré... ¿y qué son todas estas bolsas?— preguntó curiosa.

— Pasé al centro comercial por los vestidos de novia que le había encargado a mi diseñador.

— Oh... olvidaba que te casas. Felicitaciones.

— Gracias.

— ¿Y cuándo se piensan casar?

— Aún falta mucho, se podría decir que dentro de seis meses. Pero como Khun se encuentra trabajando en E.U.A., tuve que hacer las compras yo sola.

— ¿Y no lo extrañas?

Victoria suspiró con desánimo.— No te puedo negar que me he sentido sola en su ausencia, pero de lo que sí estoy segura es el gran amor que siente por mí.

 

La clase había terminado y todos los estudiantes comenzaban a irse.

— ¿Vienes con nosotros?— preguntó Luna.— Tomando sus cosas.

Krystal miró de reojo a Amber quien estaba guardando sus cosas y volvió a mirar a Luna.

— No, adelántense ustedes que enseguida los alcanzo.

— Amber unnie, ¿nos esperas en las gradas verdes?

— Claro, Luna.— contestó la tomboy.

Luna asintió mientras salía del aula, lo que nos deja a Amber y a Krystal solas en el aula. La segunda no sabía cómo acercarse a la primera, después de haberla insultado de una manera no tan grata, se sentía como la mala del cuento. Se acercó a Amber de manera cautela mientras que la mayor estaba de espaldas cerrando su mochila.

— Umm... ¿Amber?—La aludida volteó sorprendida quedando con Krystal frente a frente.— Así es como te llamas, ¿no?

— En efecto.— contestó sonriendo.— Aunque ni siquiera sé cómo te llamas.

Krystal negó con la cabeza.— Eso no importa.

— ¿Y ese milagro que te me acercaras?— preguntó con una sonrisa tonta.— No pensé que también podía atraer a brujas.

— ¡Yah!— Krystal la golpeó en el brazo.— No soy una bruja y déjame hablar que esto es serio.

Amber se frotó en la zona donde fue golpeada.— Está bien. No pensé que fueras a tener la mano pesada.

Krystal rodó los ojos.— Escucha, yo... quiero pedirte disculpas por mi comportamiento y en la forma en la que traté. No era mi intención...

— Yo ya te perdoné desde hace mucho.— asumió.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué qué?

— ¿Por qué no estás molesta? Siempre estás de buen humor o a veces lo tomas como broma.

Amber se encogió de hombros.— Siempre tienes que conocer muy bien a la gente antes de juzgarlas por su apariencia.

— Entonces, ¿todo está bien entre nosotras?

— Claro.

Krystal sonrió.— Gracias. 

— Pero...— interrumpió.— ... hay algo que sigo sin entender.

— ¿Qué?

Amber sonrió con ternura al ver la confusión de la menor.— En tus ojos. Sigo insistiendo en dónde los he visto.

Krystal rió con nerviosismo mientras bajaba la vista para que Amber no notara su sonrojo. Amber la tomó del mentón con delicadeza y ahí fue donde su mirada conectó con la de la menor, había una comunicación visual entre ambas chicas, como si una intentara decirle a la otra algo. Amber levantó su mano libre para tomar un mechón de Krystal y colocarlo detrás de su oreja, mientras que la menor suspiraba al sentir aquel roce.

— ¿Amor?

Ambas rompieron el contacto visual del golpe mientras se separaban y Krystal se volteó para encontrarse con la persona menos esperada parado en el marco de la puerta.

— Kai...

 

Empresa B&E...

Tyler venía saliendo del elevador y se paró en seco al encontrarse con Yuri esperando afuera de la oficina cruzada de brazos, cosa que lo molestó. Se suponía que ya la había convencido de no volver a la empresa. Intentó tranquilizarse y cuando lo hizo, se acercó a ella.

— Señorita, regresó.— dijo Tyler con amabilidad.— Creí que ya no volvería.

Yuri se puso de pie.— Eso mismo pensé yo. Pero me di cuenta que no debo de quedarme con los brazos cruzados y por eso estoy aquí para hablar con la tal Jessica. Así que me va a recibir, ¿sí o no?

— Lamento decirle esto, pero es una pena que Jessica no la pueda atender en estos momentos. Está muy ocupada.

Esto molestó mucho a Yuri.— Esto es el colmo, ayer estuve esperando todo el día y llevo aquí más de dos hora.

Tyler se enfrentó.— Pues usted tiene la culpa ya que quiere perder su tiempo.

— No, señor. Usted está en un error. ¡No voy a seguir perdiendo mi tiempo fíjese!— Yuri caminando hacia la puerta.

 

Jessica estaba en su oficina mirando el paisaje que le ofrecía el enorme ventanal, siempre hacía ese tipo de cosas cuando estaba sola, ya que eso le transpiraba la tranquilad y la ayudaba a desconectarse con todo lo que estaba a su alrededor. Para su suerte era un día bonito, ya que se encontraba algo soleado

— ¡No voy a seguir perdiendo mi tiempo fíjese!

— ¡Señorita, no puede entrar!— se escuchó la voz de Tyler.

— ¡Por supuesto que sí puedo!— gritó Yuri entrando a la oficina de Jessica.— Tengo que hablar con usted, señora.

Jessica frunció el ceño y se giró por completo para darle una mirada fría a la persona que se atrevió a invadir su privacidad. Al momento de hacerlo, a Yuri casi se le caía la quijada al reconocer a Jessica, quería que la tierra se la tragara al no darse cuenta de que la chica era la CEO, la dueña de la empresa.

— Es usted...— musitó con una sonrisa ligera.

— ¿Usted?— preguntó Jessica con asombro.

 

Universidad...

— Kai... ¿qué haces aquí?— preguntó Krystal un poco aturdida por la situación.

— Luna me dijo que seguías en el aula y decidí venir por ti.— dijo Kai entrando al aula.— Pero veo que no estás sola.— dijo refiriéndose a Amber.

— ¿Quién eres tú?— preguntó Amber cruzada de brazos.

Kai miró a su novia.—¿La conoces?— preguntó ignorando la pregunta de la tomboy.

Krystal comenzó a ponerse nerviosa.— Ella es...

— Amber Liu.— interrumpió la rubia tendiendo su mano hacia el moreno.— Soy una amiga suya. ¿Y tú quién eres?

— ¿Yo? Me llamo Kai... su novio.— presumió