Seúl, Corea del Sur

Residencia de Kai...

— Por favor Hyuna, ¿no crees que es demasiado polvo para mí?— suplicó Kai.— Siento que se me resalta las arrugas.

— No, pero si no hubieras ido al baño a lavarte la cara, nada de esto hubiera pasado.— contestó Hyuna dándole otro retoque más.— Tú déjame que soy una experta en demacrar a las personas.

Kai suspiró.— ¿Volvieron a hablar con Krystal?

— No, pero está por llegar en cualquier momento.— contestó Minah.— Salió todo perfecto.

— Menos mal.— dijo el chico con alivio.— ¿Cómo me veo?

— Horrible, bien demacrado y espantoso.

Kai se quejó.— No quiero estar horrible. Ahora Krystal me va a dejar por feo y enfermo.

— ¡Yah, deja de mirarte al espejo a cada rato!— lo regañó Minah.

— Es que tengan piedad. Yo no quiero que Krystal me vea horrible.

— ¿Cómo te quieres ver?— preguntó Hyuna.

— Guapo.

Minah rodó los ojos.— Supuestamente has estado vomitando y vomitando y estás muerto de dolor. Te tienes que ver mal, para eso lo ensayamos una y otra vez. En cuanto Krystal llegue nosotras nos vamos con discreción para que no se llegue a enterar y después nos cuentan cómo les fue. ¿Entendido?

— ¿Al menos me puedo poner loción?

— ¡QUE NO!

En ese momento Tao, Xiumin y Sehun entraron corriendo a la habitación de Kai.

— Ya llegó Krystal, ¿están listos?

Kai se fue corriendo a su cama y se arropó con las sábanas mientras que Hyuna y Minah recogían el maquillaje.

— Recuerden que ustedes tienen que llorar como si estuvieran en un funeral.— indicó Minah por lo que los chicos asintieron.

Minah y Hyuna se escondieron detrás de la puerta mientras que el resto tomaba posiciones.

— Muy bien...— dijo Tao.— Como lo ensayamos. En 5... en 4... en 3... 2... 1... ¡Acción!

Como por arte de magia Krystal había entrado corriendo hacia la habitación de Kai y al momento de hacerlo Tao, Xiumin y Sehun comenzaron a romper en llanto. Minah y Hyuna aprovecharon que Krystal se encontraba de espaldas para salir con discreción de la habitación. Krystal miró a los chicos con extrañeza y después miró a Kai.

— Kai, ¿estás bien?— preguntó Krystal un poco preocupada.

Kai suspiró débilmente.— Krys... qué bueno que estás aquí porque yo sentí que me moría.

Krystal se acercó para sentarse en la orilla de la cama.— ¿Qué pasó?

— Me moría, me puse terriblemente mal...

— Kai estaba muy mal.— habló Sehun.— Tenía, tenía... col... col... col...— Tao le dio un zape en la cabeza para que se callara.

— ¿Qué?— Krystal frunció el ceño.— ¿Qué dijo?

— El doctor dijo que debe de haber sido un pequeño cálculo renal.— explicó Kai.— Pero me inyectó unas medicinas y ya pasó.

— Pero Tao me dijo que se estaba muriendo.— comentó Krystal.

El rubio se puso nervioso.— Es verdad, Kai vomitaba una y otra vez, había sido terrible.— dijo el chico.

— Me estaba muriendo terrible...— Kai fingió tener ascos.— Tengo todavía...— lo volvió a hacer.

— Kai, ¿estás bien?— preguntó Krystal extrañada.

— Kai tiene que tomar mucha agua para que se sienta mejor.— le dijo Xiumin.

— ¿Verdad que me vas a cuidar toda la noche, amor?— preguntó Kai esperanzado.

— Ah... sí, pero antes debo de revisar la receta médica, no soy doctora pero sé cómo lidiar.

Mientras Krystal revisaba las recetas Kai les hizo señas a los chicos para que los dejaran solos.

— Ah, nosotros ya nos vamos Krys.— habló Xiumin nervioso.

— ¿Tan pronto?— preguntó Krystal.

— Es que nuestros pares deben de estar muy preocupados por nosotros.— le dijo Sehun.— Pero te damos las gracias por encargarte de él.

— Recupérate pronto, amigo.— dijo Tao.— Mañana vendré a ver cómo está.

Los tres salieron corriendo de la habitación, Krystal frunció el ceño mientras negaba con la cabeza.

— Cada día menos les entiendo.— musitó ella.

 

Los Ángeles, California, E.U.A.

Hotel...

— Ya llegué, Yuri-ah.— Tiffany entraba a su habitación pero no obtuvo respuesta.— ¿Yuri? ¿En dónde estás?

— En la recámara.~

Tiffany dejó su bolso en el sofá y fue hacia la recámara encontrándose a Yuri en la cama con la pijama puesta mientras comía un bote de helado.

— ¿Qué estás haciendo?

Yuri se encogió de hombros.— Nada, estoy comiendo helado.

— Pero eso no es normal.— Tiffany se acercó para arrebatarle el bote.

— ¡Yah, devuélvemelo!— exigió.

— No hasta que me digas por qué estás así.

— Es que cuando estoy tensa me la paso comiendo demasiado y eso hace que...

— No me refiero a eso.— interrumpió Tiffany.— ¿Pasó algo en la tienda? Porque te ves pálida.

— Yo tampoco sé lo que me pasa.

— Escuché sobre lo que pasó en la tienda.— le informó.— También supe que Tyler se fue muy molesto de la tienda.

Yuri suspiró.— No sé por qué todo me sale mal y hay tanta gente ignorante.

— No todos son así, hiciste bien en golpear a ese sujeto para que no se propasara con Jessica, pero me dio un coraje que Tyler le gritara a Jessica.

— Porque yo tuve la culpa, después de lo que acaba de pasar estoy peor que nunca.

— No me asustes, ¿qué fue lo que hiciste?

Yuri le contó sobre lo que había pasado desde el escándalo que hizo Tyler hasta la parte en donde llevó a Jessica a su habitación.

— ... y me besó.— concluyó Yuri.

Tiffany se sorprendió.— No... ¿te besó?— Yuri asintió con tristeza.— No lo puedo creer.

— ...

— ¿Y a ti te gustó el beso?

Yuri volvió a asentir.— Sí... sí me gustó el beso.— se puso de pie.— Pero yo no puedo enamorarme de ella, Fany. Está comprometida y esa champaña le debió de haberle hecho el efecto, no puedo enamorarme de ella.

— Solo una pregunta más, ¿qué fue lo que sentiste cuando te besó?

Yuri sintió sus mejillas enrojecer.— En un principio no sabía cómo responder cuando me besó y en ese momento sentí la suavidad de sus labios que tal vez me volveré adicta a ellos, todo a mi alrededor había desvanecido y solamente habíamos quedado la señorita y yo.

Tiffany sonrió levemente.— Eso era lo que quería escuchar porque lamento informarte que... ya estás enamorada.

Yuri se cubrió el rostro con las manos mientras se sentaba en la orilla de la cama.— ¿Qué voy a hacer Fany? ¿Esto nunca me había pasado?

— Pero si es muy lindo que estés enamorada de una mujer.

— Sí, pero de una mujer prohibida.— indicó.— ¿No entiendes que está a punto de casarse?

— ¿Y qué es lo que vas a hacer mañana por la tarde regresamos a Seúl?

— Yo creo que debería de renunciar.— contestó la menor.— Sí, es lo que voy a hacer.

— ¿Estás loca? Tú no vas a hacer eso, ¿entiendes? Yo creo que deberías de hablar con Jessica sobre lo que pasó.

— ¿Y qué pasa si no se acuerda de nada?— preguntó preocupada.— Quedaré como una estúpida.

Tiffany suspiró en derrota, ya no sabía qué ideas darle.— ¿Quieres más helado?

— Sí, por favor.— asintió como niña pequeña.

— Llamaré a servicio.

 

Seúl, Corea del Sur...

Residencia de Tyler...

Hara se encontraba sentada en el sofá de brazos cruzados mientras escuchaba estruendosos ruidos. Pues después de haber discutido con Jessica por culpa de Yuri, Tyler había regresado al hotel para recoger sus cosas y tomar el primer vuelo a Corea, regresó hecho una furia a su departamento y en estos momentos se encontraba en la cocina aventando platos. Hara, harta de la situación decidió levantarse para irse a la cocina.

— ¿Quieres dejar de romper todo?— pidió Hara exaspera.— Vas a terminar destruyendo el apartamento. Desde que llegaste a los cinco minutos lo único que has hecho es romper los platos.

— Las odio a las dos, pero más a esa estúpida.— decía Tyler molesto.

— ¿Por quién? ¿Por la tal Yuri?— preguntó burlándose de él.— ¿Ahora qué hizo?

Tyler le comenzó a contar lo sucedido desde su llegada a Los Ángeles.

— Golpeó a uno de los socios de la empresa y para empeorar todo ahí estaba Jessica defendiéndola como siempre. ¡Las odio!— dijo rompiendo otro plato.

— ¡Ya basta Tyler!— No se sabe de dónde sacó Hara tanta fuerza tomó el brazo de Tyler para llevarlo a la sala y sentarlo en el sofá.— Pareces un bebé haciendo berrinches.

— Es que todo está fracasando y tal vez tengas razón. Jessica me va a dejar por su estúpida asistente y nuestro plan se vendrá a la ruina.— comentó dramáticamente.

— Ya cálmate. Yo te dije que pensaras algo mejor y ni eso sabes hacer bien. En 4 meses se llevará a cabo la boda, ya no queda tiempo y ahora sí todo se vendrá a la ruina.

— No pensé que las cosas se fueran a complicar, desde que esa desgraciada llegó a la nada no solo se quiso quedar con el puesto de ser asistente, sino que también se quiere quedar con mi Jessica.

— ¡Ya Tyler!— gritó Hara haciendo que el mayor se quedara mudo.— ¿Quieres que Jessica se aleje de Yuri? Está bien, vamos a hacerlo pero a mi modo.

— ¿Y tú qué sabes? ¿Eres la señorita perfecta o qué?

— ¡Tú te callas!— exigió haciendo que Tyler se encogiera.— Vamos a hacer las cosas como yo las digo si quieres que Jessica se separe de Yuri, ¿entiendes?

Tyler asintió temeroso.

 

Residencia Kwon...

Luego de haber dejado a Krystal en el aeropuerto y que cada quien tomara su vuelo, Amber había llegado a su departamento que para su desgracia Yuri llegaba en 2 días. Se encontraba recostada en el sofá con la cabeza hecho un humo, no podía dejar de pensar en lo que había pasado en el departamento de Krystal... estuvieron a punto de hacer el amor. Sí, así como lo oye jóvenes, a punto de hacer amor, de esas personas que tienen relaciones de manera más afectiva.

— ¿Qué estarás haciendo con ese idiota?— se preguntó Amber llevándose las manos a su cabello.— ¡Ah! ¿Por qué todo es tan frustrante?

En ese momento Amber escuchó que estaban tocando el timbre y corrió a abrir.

— ¿Llegamos tarde a la fiesta?— Key entró como si fuera su casa seguido de Luna, Minho y Jjong.

— ¿Qué hacen aquí?— preguntó Amber confundida.

— En cuanto recibimos tu mensaje de que habías llegado a Corea nos fuimos corriendo hasta acá.— contestó Luna.— Espero que no te moleste.

— Claro que no.

— ¿Y dónde está Krystal?— preguntó Jjong entrando a la cocina.

— ¡No está en la habitación de la llama!— dijo Minho desde el pasillo.

— Yah, ¿en qué momento subiste a mi habitación?— preguntó Amber.— ¿Qué hacen?— Amber miró a Luna y a los chicos revisando todo el departamento.

— Confiesa Liu, ¿dónde tienes a Krystal?— exigió Key.

— Krystal no está aquí.— aclaró Amber.

— ¿No está contigo?— preguntaron al unísono.

— No.

— Pero si en el mensaje decía que ya habías llegado y supusimos que ibas a venir con Krystal.— le dijo Luna.

— Sí, pero no llegamos juntas.

— ¿Qué pasó entonces?— le preguntó Jonghyun.— Si Krys no está aquí, ¿entonces dónde está ella?

— Está con Kai.— contestó con desánimo.

— ¿Con Kai?— volvieron a preguntar al mismo tiempo.

— Ahí está, págame.— le dijo Minho a Key, éste suspiró molesto mientras sacaba su cartera.

— ¿Cómo? ¿Ustedes dos apostaron?— preguntó Amber sorprendida.

— Sí, le aposté a que si Krystal se encontraba con Kai, me tenía que pagar 20 wones y gané.— contestó Minho orgulloso de sí mismo.

Amber suspiró y volvió a sentarse en el sofá. Luna decidió ignorar a los chicos y se tomó asiento al lado de la mayor.

— ¿Estás bien?— preguntó la morena con preocup