"Es difícil olvidar a alguien que te dio tantas cosas que recordar."

Anónimo.

Residencia Jung...

— Tyler tiene cáncer de garganta fase uno.

Krystal quedó atónita al escuchar aquellas palabras mientras fruncía el ceño. Parpadeaba un par de veces intentando formular todo.

— Estás jodiendo, ¿verdad?— preguntó riendo con sarcasmo.

— ¿Tú crees que una enfermedad es una broma?— le contestó Jessica.

— Es que... no te la creo. Ese idiota nada más te está chantajeando para que la boda se realice lo más pronto que se pueda. Está haciendo lo posible para que te aleje de mí.

— Soojung, no es ninguna broma, entiende que ahora es cuanto más me necesita.

— ¿Y yo y nuestros amigos qué? Prefieres a él que a nosotros, tan bien que estábamos conviviendo.

— Eso no es verdad.

— ¿Entonces? Me habías dicho que no estabas tan segura de no querer casarte y en tus sentimientos y ahora que "Tyler" está a punto de dejar este mundo ¿te estás arrepintiendo?

— Tyler no tiene a nadie, ya te dije que él me necesita.— Jessica alzó la voz.— Nunca pensé en tu modo reacción. Pensé que al menos tendrías un poco de compasión.

— Claro que la tengo, pero no con un vil mentiroso como él. ¡Abre los ojos, unnie! ¿Qué no te das cuenta de todo lo que él nos ha hecho pasar? ¿A los de la empresa? ¿Qué no te has puesto a pensar en Yuri unnie?

— ¡A Yuri no le importo, ¿de acuerdo?!— gritó haciendo que Krys se quedara atónita.— Aquel día cuando te dije que iba a ir a una cita de negocios fue en realidad para confesarle a Yuri que estaba enamorada de ella. ¿Y sabes qué fue lo que hizo? Nada, huyó de mí y me ha estado evitando durante estos últimos días. Es muy obvio que no siente nada por mí. ¿Tú crees que no me he puesto a pensar en ella?

— ¿Así que piensas adelantar la boda para poder olvidarte de ella? ¿Al menos ya sabe que el inútil está a punto de morirse?

— ...

Krystal rió con ironía.— Entonces lo harás... me había alegrado de que Yuri unnie te pusiera en tu camino desde la muerte de Dongwook oppa.— dijo aquello con la voz entrecortada.— Ahora me entero de que si te casas con Tyler, sería por un capricho y total... serías infeliz, te alejarías de todos incluyéndome. Esperaré comprar mi vestido para tu boda, pero por lo pronto... no me dirijas la palabra.

Jessica cerró los ojos al momento en que su hermana había salido de la cocina. Escuchó la puerta cerrarse de un portazo, lo que significaba que Krystal se había ido muy molesta. Se preguntaba en qué se había equivocado, el por qué todo el mundo estaba en su contra. Su celular comenzó a sonar, rápidamente se secó las lágrimas para contestar.

— ¿Hola?

— Hola amor, soy yo.

— ¿Cómo te sientes?

— Me siento un poco débil pero todo bien.

— En un rato voy para allá.

— Pero tienes trabajo amor y no quiero ser una molestia para ti...

— No, no te preocupes. Lo del trabajo puede esperar.

— ¿Estás bien? Te escucho rara.

— Es que tengo un poco de dolor de garganta, pero ahorita me tomaré una pastilla.

Residencia Park...

Luna abrió los ojos luego de haber escuchado algo vibrar en su mesita de noche. Con algo de pesadez alcanzó el celular para poder contestar y reclamar a la persona que se atrevió a despertarla.

— ¿Qué quieres?— preguntó Luna con fastidio.

— ¿Victoria?

Luna abrió los ojos como platos luego de haber reaccionado y se tapó la boca para no gritar. ¿Cómo no pudo darse cuenta de que había tomado el celular de Victoria? Ahora tenía que contestarle a Nichkhun antes de que se malinterpreten las cosas.

— ¿Hola? ¿Victoria?

Luna volteó a ver a la mayor que no se había despegado de ella toda la noche. Así que Luna quitó con sumo cuidado la mano de Victoria. Victoria le había dado la espalda para seguir durmiendo, a Luna casi se le paraba el corazón y en silencio se levantó de la cama para después salir de la habitación.

— Victoria, ¿estás ahí?

Luna suspiró.— No, no soy Victoria.

— ¿Quién habla?

— Soy Luna.

— Luna, ¿está Victoria contigo?— preguntó preocupado.— Me imagino que ya te habrá contado sobre lo que pasó.

— Sí. Vic... la profesora Song llegó a mi casa llorando y me contó que se pelearon feo. No te preocupes que se quedó toda la noche aquí e hice todo lo posible por tranquilizarla.

Nichkhun suspiró con alivio.— No sabes cuánto te agradezco. Desde anoche me la he pasado llamando y enviándole mensajes. Estaba muy preocupado por ella, yo la amo y a mí no me gusta que estemos peleados.

Luna tragó duro.— ¿Tiene que trabajar hoy?

— No, hoy tengo el día libre. ¿Por qué?

— Escuche, si quiere reconciliarse con la profesora Song, vaya a la universidad hoy después de la clase de literatura... yo la convenceré de que vaya a trabajar.

— No lo sé, ¿y si no me quiere ver?

— Creáme, se la estuvo pasando llorando por usted toda la noche. También lo extraña, ¿sabe? Así que piense en lo que le dije y... trate de impresionarla, es lo que a nosotras las mujeres nos gusta.

— Lo tomaré en cuenta. Muchas gracias por tus consejos.

Luna colgó. Sabía que ayudar a la persona que amaba iba a ser muy doloroso, pero si quería verla feliz... eso era lo que iba a hacer.

— Iré a preparar el desayuno y de paso le doy una repasada a mis apuntes porque me preocupa reprobar.— musitó.

Hospital de Seúl...

Yoona comenzaba a abrir los ojos por los molestos rayos del sol. Por primera vez en su vida había dormido tan bien como un bebé, aunque se sentía un poco adolorida del cuerpo. Lo que le hacía más feliz era que Seohyun se había con ella toda la noche, era la primera vez que se sentía muy segura, más tranquila y todo fue gracias a Seohyun. Estiró su mano para poder posarla en el regazo de Seo pero sintió que la silla se encontraba vacía, esto provocó que Yoona entrara en pánico y se levantara de golpe pero sintió una ligera punzada en el abdomen y se regresó a la cama.

— ¿Será que se habrá ido?— se preguntó Yoona con desánimo.— Claro... se fue con su novio...

En ese momento la puerta se abría y Seohyun venía entrando con una pequeña bandeja.

— Oh, estás despierta.

Yoona la miró.— Creí que te habías ido.

— Fui a recepción para hablar con el doctor y dijo que en un rato te darán de alta. Me topé con la enfermera que te estaba cuidando y yo me ofrecí en llevarte el desayuno, espero que no te haya molestado.— explicó Seo con timidez.

— No, para nada.— aseguró con una sonrisa ligera.

— La enfermera me encargó que te diera esta pomada, me dijo que cuando ya estés en casa te lo tienes que aplicar.— se lo entregó.

— Ah... gracias.

— ¿Te hiciste algo?— le preguntó con preocupación.

— Hace un par de días me caí de la cama.— mintió disimulando su nerviosismo.— Ya sabes que en los hospitales son muy exagerados.

— Mmm está bien.— Seohyun dejó la bandeja sobre el regazo de Yoona.— La enfermera dijo que tienes que comer muy bien para que se te suba un poco la presión y en un rato vendrá el doctor a revisarte.

Yoona asintió y comenzó a comer bajo la mirada atenta de la menor. Por otro lado Seohyun no dejaba de mirar los brazos de Yoona, las marcas se habían tornado de un color verdoso con algunos puntos morados, desde que las había visto durante la noche no había podido ni dormir, ¿se habría provocado ella misma las marcas?

— Umm... Yoona.

Yoona dejó de comer y miró a Seo.— ¿Qué?

— No quiero que te vayas a enojar pero... las marcas que tienes en los brazos, ¿tú misma te los provocaste?

Yoona se tensó al instante pero intentó mantener la calma.— Es que... estaba jugando con Hae oppa, apostamos de que sus dedos me dejarían marca en el brazo y al parecer sí lo hizo.

— Es que no parecen a las de Hae oppa, él no tiene los dedos tan grandes. ¿No te duelen?

— N-no... ¿puedo volver a desayunar?, siento que se me quiere abrir el apetito otra vez.

Seo suspiró rendida.— De acuerdo.

Yuri había regresado a su departamento solamente para tomarse un baño y cambiarse de ropa. Minutos después salió de ahí y llegó al hospital, durante la noche estuvo intentando comunicarse con Tiffany pero la operadora le decía que el celular se encontraba apagado. Intentó llamar a Jessica para avisar que no podría asistir al trabajo, pero la mandaba al buzón... supuso que estaría molesta con ella por haberla evadido durante los últimos días. Pues es que era que estaba inquieta por lo que había pasado entre Jessica y Tyler, Tiffany no se lo quiso decir, sonaba bastante seria. Recibió una llamada de Donghae pidiéndole si podría llevar a Yoona a su departamento, Yuri aceptó. Así que fue al elevador y esperó a que las puertas se abrieran. Las puertas se abrieron y Yuri abrió los ojos como platos al encontrarse a Tiffany totalmente despeinada, los botones de su blusa estaban chuecas, algunas ojeras y el labial recorrido. Después Yuri miró a Taeyeon quien estaba en las mismas condiciones.

— ¿Pero qué chingados?— se quejó Yuri al ver los aspectos de las mayores.— No me digan que estuvieron toda la noche haciendo... haciendo...

— Bueno, ya di que sí tuvimos o en el hospital pero no es para tanto.— contestó Taeyeon recibiendo un codazo por parte de Tiffany.

— ¿No ven que esto es un lugar ajeno? No para hacer sus cochinadas. ¿Qué dirá Seo cuando te vea así?— preguntó mirando a Fany.

— Fue culpa de Taeyeon. Ella me provocó, no dejaba de toquetearme.— la acusó Tiffany.

— ¡Ya! No quiero saber nada. Tuvieron suerte de que nadie las descubriera.

— Taeyeon irá a dejarme a mi departamento para cambiarme. De todas maneras yo le avisaré a Seo, ya sabes... no vaya a ser de malas de que la encuentres a ella y Yoona teniendo ...

— ¡Ya entendí! Solo váyanse antes de que las acuse con cualquier doctor que se me cruce y no vuelvan a entrar aquí.

— Lo hicimos en una bodega, no te preocupes y lo haríamos en todas partes.— anunció Taeyeon antes de irse con Tiffany.— No te preocupes que ya te tocará a ti.— dijo por última vez.

Residencia Park...

Victoria ya se encontraba despierta, lo primero que hizo fue arreglar la cama y después ir al baño a lavarse la cara. Estaba un poco mejor a diferencia de ayer, pero no iba a permitir que llorara de más. Tenía que agradecer a Luna por todo lo que hizo, sobre todo cuando estuvo con ella en sus brazos... se había sentido muy segura al sentir su calidez.

Cuando dices siento, siento que eres todo.
Cuando dices vida, yo estaré contigo.
Tomas de mi mano y por dentro lloro.
Aunque sea mentira, me haces sentir viva.
Aunque sea falso el aire, siento que respiro.

Victoria escuchó una melodiosa voz que provenía desde la cocina. Decidió salir del cuarto para ir a ver. Se detuvo bajo el umbral mirando a Luna que estaba de espaldas cocinando y al mismo tiempo se encontraba cantando. No era la primera vez que la escuchaba cantar.

Mientes tan bien.

Que me sabe a verdad, todo lo que me das,
y ya te estoy amando.

Mientes tan bien.

Que he llegado a imaginar, que mi amor
llenas tu piel y aunque todo es de papel.

Mientes tan bien.

Victoria sintió un leve cosquilleo al ver el perfil de Luna, su cabello, sus ojos, su nariz, sus labios, su cuerpo. Victoria sacudió la cabeza mientras parpadeaba un par de veces, según ella no debería de pensar en ese tipo de cosas. Ya había aclarado las cosas, bueno... era lo que suponía ella.

— ¡Ahh! ¡Ahh!— Victoria se sobresaltó al escuchar el grito de Luna.— ¿Hace cuánto que está aquí parada?— preguntó entrando en pánico.

— Eh... no tiene mucho.

— No escuchó nada, ¿verdad?

— Te oí cantar un poco, eso es todo.— Luna suspiró frustrada mientras dejaba los plato en la mesa.— ¿Qué tiene de malo que te escuche cantar? No lo haces tan mal.

— Pero me da pena y más cuando alguien llega a escucharme a escondidas.— contestó sin mirarla.— Pensé que estaba dormida.

— Ya estaba despierta desde hace un rato cuando te escuché...

— Por favor, no lo repita.— la interrumpió.— Será mejor que desayunemos.

Victori