Sol y luna

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

Locked Out of Heavens; Bruno Mars

—¿Finn y Rachel estarán bien para esta temporada, no?

—Así es, MinHo.

—Genial- ya me estaban agotando.

—¿Realmente están viéndose la serie? —nuevamente, SeungMin se encontraba fumando en la ventana mientras que JiSung y MinHo estaban sentados en la cama viendo el televisor.

—Si tenemos suerte, podremos terminar la tercera temporada antes de que comience la actividad —explicó JiSung—. Después ya no vale la pena.

—¿Por qué no vale la pena? —cuestionó MinHo.

—Uh- por nada.

Habían pasado parte de la mañana estudiando para el debate del día siguiente, y cuando llegó la hora del almuerzo le habían pedido (o más bien, rogado) a JiSung que tuviera una tarde tranquila antes del gran día. Él había accedido, y no solo porque todos lo sobornaron con su postre, sino porque también se estaba sintiendo bastante cansado.

Chan había estado arrinconado toda la tarde en su cama mientras trabajaba en sus escritos de pasatiempo, lo que parecía desestresarse. ChangBin, por su parte, había estado viendo videos en YouTube desde hace más de dos horas, con sus auriculares tan fuertes que JiSung temió que se quedaría sordo. Y SeungMin, quien seguía a la deriva por su corazón marcado, había dicho que ya no soportaba interactuar con ellos y se marginó en su propia mente.

Así que solo eran JiSung y MinHo contra el mundo.

—At first I was afraid, I was petrified —cantó JiSung junto a la música—. Kept thinking I could never live without you by my side…

—JiSung, ¿Alguna vez te he dicho que cantas bien?

—La verdad es que no.

—Entonces, ¿Por qué sigues haciéndolo?

JiSung, ofendido, tomó una de las almohadas de la cama y se lanzó sobre MinHo para ahogarlo con ella.

—¡Gané la apuesta! —gritó Chan—. ¡Yo dije que al tercer día alguien intentaría matar a MinHo!

MinHo tomó rápidamente de los brazos de JiSung para poder desviarlo de su golpe, pero JiSung era más fuerte que MinHo, por lo que fue sencillo bloquear el golpe con la almohada. Como último recurso el pelinegro usó sus piernas como forma de defensa.

Sin embargo, MinHo terminó botando a JiSung de la cama.

—¡Mierda! —MinHo tendió su mano hacia él—. ¡Lo siento!

Pero JiSung se vengó de igual forma, jalandolo hacia el suelo.

Su tiempo con MinHo había ido mejor de lo que había esperado. Pensó que con la densa situación de la noche anterior las cosas entre ambos se pondría incómoda, pero MinHo parecía ser un buen confidente y actor cuando disuadir emociones se trataba, cosa que a JiSung le ayudaba.

Por alguna razón, decir sus cosas personales a MinHo no le parecía algo complicado. A veces lo miraba y tenía la inminente necesidad de querer contarle un montón de cosas, solamente porque quería; no podía encontrar una respuesta lógica ante ese sentimiento, solamente quería que MinHo lo conociera.

—¿Estás nervioso por mañana?

De vuelta a la cama y horas más tarde, con el sol ya oculto, ambos se encontraban apoyados en el respaldo mientras que MinHo hacía una nueva pulsera con hilos y mostacilla.

—Un poco —confesó JiSung con facilidad—. Pero nos hemos preparado. Además, no somos un país protagónico.

—Tendremos que conversar con gente mañana —reconoció MinHo—. ¿No te asusta?

—¿Te asusta a ti?

—Lo digo porque tú eres un poco más introvertido —se explicó.

—Oh- eh, bueno, no es como si fuera un asocial por completo.

Aunque era parcialmente verdad. JiSung nunca había sido bueno comunicándose con las personas, ni siquiera cuando conoció a Yuna había podido hablarle directamente los primeros minutos; por eso estaba profundamente agradecido con aquellos que iniciaban las conversaciones, porque a JiSung lo pone realmente nervioso e incómodo.

—Para ti supongo que no hay problema —comentó finalmente.

MinHo elevó una ceja junto a una sonrisa socarrona, y JiSung sintió que casi vomitaba su lengua.

—¿Ah, sí? —preguntó MinHo, jocoso—. ¿Por qué lo dices?

Recomponete.

—Eres muy extrovertido —observó—. No pareces tener problemas hablando con la gente- aunque la mayoría del tiempo no lo haces.

—No me interesa realmente hacerlo, pero si es verdad que no se me hace difícil —coincidió—. Solamente tienes que ver los puntos físicos en común.

— “Luces como un chico. Yo luzco como un chico. ¿Seamos amigos?”

—Cuando me refiero a físico no es solamente corporal, rana de tres ojos. Si no sabes de qué hablar con las personas mañana, solamente tienes que comentar algo sobre la actividad- te recomiendo que sea un comentario arribista y con una grosería en la frase para demostrar que bromeas, así entraran en confianza más rápido.

JiSung recordó a la primera conversación pseudo-decente que tuvo con MinHo y sonrió para sus adentros.

—Mano.

El rubio tendió su brazo y dejó que MinHo midiera su muñeca. A estas horas las muñecas de JiSung ya eran decoradas por tres pulseras cada una- y ninguna igual a la otra.

—Saldré con los brazos cubiertos —comentó.

—Así como Chan —apuntó MinHo con su barbilla al australiano, que aún recostado en su almohada y durmiendo plácidamente se le podía ver una trenza de color roja sobresalir de sus rizos—. ¿Puedo hacerte—

—No.

Por otro lado, MinHo se mantenía en su posición junto a JiSung, sintiéndose cada vez más curioso.

El silencio que a veces compartía con JiSung lo usaba para sumergirse netamente en sus pensamientos. Le gustaba mantenerse callado junto a él porque, por alguna razón, se seguía sintiendo acompañado.

Los sentimientos de ambos terminaron por crear una burbuja de intimidad alrededor de la cama, la cual era imposible de invadir; era cálida y con buena música; tenía algunas palabras graciosas y otras emociones flotando en el aire. El tercer día de viaje ambos habían formado su pequeño mundo.

—¿Por qué eres tan fanático de Queen? —MinHo preguntó una hora más tarde, pasada de la media noche. Había estado aburrido y comenzó a dedicarse a revisar las canciones del mp4 de JiSung.

—Es la banda sonora de mi vida —contestó, tomando el aparato de las manos del chico para lanzarlo hacia su propio bolso al otro lado de la habitación. Había acertado—. Mi papá era fanático de Queen. Te conté que fue a verlos al estadio Wembley, ¿No?

—Ajá —contestó el otro, somnoliento.

—Tenemos la función en VHS, y quiso ponerme Brian —contó—. Así de fanático era.

—Yo también le pondré Bono a mi hijo —murmuró.

—Piedad a la mujer que se case contigo.

MinHo se giró sobre su hombro para ver a JiSung a través de la iluminación del televisor. —El nombre es bueno.

—Tal y como mi sistema respiratorio.

Picó el estómago de JiSung en defensa, y el rubio tuvo que tapar su boca para no despertar a los otros de su carcajada.

—¿Tienes pensado casarte? —preguntó MinHo.

—Sonará muy loco- pero Yuna tiene la idea de que nos casaremos y tendremos hijos —confesó, intentando notoriamente no soltar una risa burlesca—. Pero la verdad es que no. No quiero ser como mi padre y tener todo enseguida… Quiero centrarme en mis estudios.

—Nunca has hablado de tu padre —observó MinHo, antes de agregar avergonzadamente—, conmigo- quiero decir. Nunca has hablado de tu padre conmigo.

—No lo hago en realidad —JiSung mencionó con simpleza—. No lo encuentro lógico.

—¿Por qué?

El rubio meditó un poco antes de contestar.

—Bueno- son cosas privadas, ¿No? —razonó suavemente—. Uno no cuenta esas cosas a cualquier persona porque sí.

—Una vez, Yuna me comentó que eras demasiado reservado con tus emociones —recordó MinHo—. No estoy diciendo que te abras conmigo de todas formas- solamente es una observación.

Pero, a diferencia de lo que MinHo esperaba, JiSung asintió en concordancia. —No-sí, tienes razón. Hace un tiempo San me lo comentó y creí que estaba bromeando hasta que me di cuenta que nunca le había mencionado que mi padre había fallecido de cáncer.

—A causa del estrés, ¿No?

—Si, al estómago —asintió levemente—. Él llevaba una vida perfecta- trabajaba de interno en el hospital y gastaba demasiada energía (mis padres son realmente viejos). Nunca demostró su malestar a mamá o a mí, y eso lo consumió por dentro.

Por un momento, MinHo quiso preguntar una cosa completamente fuera del tema a JiSung para poder desviar un poco de la melancolía que el chico estaba generando, sin embargo, al notar las palabras que estaba usando al hablar, notó que estaba abriendo una herida que, para JiSung, seguía sin sacar completamente.

—Cuéntame de él —pidió MinHo, repentinamente—. Nunca me has hablado de él.

MinHo lo vio morder el labio antes de hablar.

—Él… recuerdo que era un hombre genial —contestó—. Era un superhéroe para mí, ¿Sabes?, la visión del niño que tenía con su padre, además de que era interno en el hospital… Lo veía tres veces a la semana (viernes, sábado y domingo), y los otros cuatro días los trabajaba acá en Seúl.

La forma en la que lo relataba era reconfortante para MinHo, como si fuera un pequeño relato de ilusión. MinHo nunca lo había escuchado hablar con tanto amor.

—Médico y fanático de Queen —repitió MinHo.

—Sí y- teníamos una rutina —JiSung se movió para ver a la cara a MinHo, quien pudo notar sus ojos brillosos—. Los domingos íbamos junto a mi madre a misa, y después él y ella preparaban un almuerzo exquisito- más tarde, luego de que él durmiera siesta, ambos veíamos las películas que pasaban en el canal nacional. Finalmente, cenábamos después de verlas y me acostaba antes de regresar a Seúl.

Se quedó en silencio un momento, y MinHo sabía el significado de ello. Escuchó tragar suavemente la pena que JiSung estaba reteniendo y continuó.

—Una semana antes habían promocionado que el domingo siguiente darían Toy Story 2, y yo estaba emocionado por verlo. Esperé toda la semana para poder verlo con papá- y el domingo, ese domingo, mientras me arreglaba para ir a misa, él se descompuso. Mi mamá me pidió que le sacara la corbata- y lo hice, y se lo llevó a Seúl para que lo vieran en urgencias. Yo… yo no podía acompañarlos, así que estuve solo en casa todo el día, con la corbata de mi papá en mi mano.

—Y entonces —JiSung continuó—, cerca de las cuatro, casi cuando iba a empezar la película, vi el auto de mi mamá estacionarse.

MinHo esperó pacientemente a que JiSung continuara, quien con la manga de su jersey de pijama se restregaba los ojos.

—No bajó mi papá, obviamente —él intentó esbozar una sonrisa, pero falló en una mueca—. Eran mis tías -las de Gimhae-, me dijeron que mi papá estaría hasta la noche en el hospital- y yo me enojé, porque pensé que él iba a trabajar y no vería la película conmigo, así que me enojé y grité y lloré porque me había traicionado.

—Después, el lunes, le pregunté de nuevo a mi mamá por qué mi papá no había llegado, que por qué me dejó en la casa mientras ella estaba en Seúl. Seguía enojado, ¿Por qué mi mamá podía ir donde mi papá y yo no?, yo quería verlo porque quería pedirle explicaciones por no ver la tonta película conmigo… Nadie me dijo nada.

—Mis tías me iban a dejar a la escuela toda las mañanas y yo me ponía a llorar en la entrada. Me rehusaba a entrar porque quería que mi papá me fuera a ver- pero igual pasé toda esa semana enojado con él, MinHo —JiSung intentaba respirar calmadamente para no demostrar debilidad en su voz, pero fracasó rotundamente—. No fue hasta ese viernes cuando mi mamá me dijo que había fallecido.

—¿Estás diciéndome que tu mamá nunca te lo dijo? —habló por primera vez MinHo, intentando no elevar el tono de su voz—. ¿Nunca te dijo que él…?

—Me dijo que había fallecido de cáncer recién el año pasado —JiSung tragó—. Falleció hace- ¿Cuánto? ¿Siete años?, y el catorce de enero del año pasado me enteré de la razón… No es como si hubiese creído que él realmente me abandonó durante esa semana, más grande entendí que estaba enfermo pero… nadie me dijo qué era lo que tenía.

—Pero eras un niño-

—Lo sé pero… —la voz del chico ya temblaba y ya no impedía limpiar sus lágrimas—. ¿Por qué? ¿Por qué nadie me respetó?, sé que en mí era lo último que mi mamá tenía que pensar pero- ¿Por qué no me lo dijo? ¿En qué iban a cambiar las cosas?

—No querían que supieras tan joven, tal vez…

—Pero si lo hubiese sabido- MinHo, si lo hubiese sabido tal vez yo no habría hecho el berrinche que hice por no haber visto Toy puto Story 2 con mi papá a quien amaba tanto… Yo solo quería ver la maldita película, y nunca fui empático con mis tías quienes tenían que fingir por mi mientras su cuñado fallecía y tener que ver a mi madre sufrir por la muerte de su marido… fui tan intolerante.

—Si, pero seguías siendo un niño- ellas decidieron no contarte —MinHo consoló mientras estiraba su brazo para acariciar el hombro del otro—. No podían esperar otra reacción de ti.

—Tengo que simplemente dejar esto de lado —negó JiSung enseguida, apartándose para poder mirar al techo—. Por eso nunca hablo de estas cosas- me ponen realmente triste.

MinHo no era bueno consolando a sus amigos- por eso muy pocas veces ellos recurrían a él cuando se hablaba sobre un tema íntimo como lo era con JiSung. La única persona que se había mostrado vulnerable y dolido ante él fue SeungMin, quien por la muerte de su hermano MinHo tuvo que ser un mejor amigo y sostenedor.

—Ven —MinHo replicó su acción que hizo con SeungMin hace tres años atrás con JiSung—. Ven aquí.

—No me tengas pena en estos momentos. Estoy bien —negó JiSung enseguida, secando sus lágrimas con la manga de su jersey—. Son cosas que pasan simplemente.

—Pero lo necesitas —insistió—. Vamos.

Lo estaba esperando con los brazos abiertos, y con vacile JiSung se acercó para abrazar a MinHo. Puso una de sus manos en la cintura del chico mientras que la otra descansaba en su pecho, y MinHo permitió a JiSung ocultar su cabeza en el cuello.

—¿Sabes qué es lo más triste de toda la situación? —susurró JiSung contra el cuello de MinHo.

—¿Qué?

—Ni siquiera pude verlo por última vez —dijo, y MinHo supo que ya estaba llorando—. Él simplemente… se fue- y yo creí que lo volvería a ver. Tuve cinco días de esperanza.

Se mantuvo en silencio el resto del tiempo, escuchando como JiSung respiraba para querer calmarse como también para recuperar aire. MinHo se preguntaba cuánto dolor debía de tener el pecho de JiSung ahora, ya que era asmático, y cuánto pasaría para que se sanara.

Finalmente, el rubio se apartó de él.

—Eres ridículo —murmuró JiSung, viendo a MinHo acomodarse—. No sabía que eras de tacto.

—¿Cómo que no?, vivo abrazando a los chicos —susurró mientras apuntaba a la otra cama—. Otras veces beso su cabeza.

—Eres un ser simple.

—Es mejor que ser un ser complejo.

Se mantuvieron en silencio por otro momento, mirando el televisor. MinHo podía ver cómo los dedos de JiSung bailaban al compás de la canción que la serie presentaba en ese instante bajo las colchas, y fue la primera vez que notó cuán lejos estaban las piernas de JiSung de las de él.

Con timidez se corrió levemente hacia el centro de la cama, creyendo que pasaría desapercibido. Quiso morir de la vergüenza cuando notó que no lo fue.

—Me botarás de la cama —dijo con suavidad el rubio.

—Entonces acércate —contestó, bajo su mismo tono burdo que usualmente usaba para defender sus sentimientos reales.

Y lo hizo. JiSung se acercó a MinHo y su corazón latía como loco. Se sentía culpable de estar así luego de que JiSung se abriera de forma vulnerable con él, pero le fue inevitable sentir la comodidad de tener la frente de JiSung cerca de la suya, y sus brazos tocándose con suavidad.

—More than a woman… —canturreó ligeramente el rubio—-. More than a woman to me…

—¿Cuántos capítulos quedan? —de nuevo, MinHo regresó a su somnolencia—. Tengo sueño.

—Yuna tiene los volúmenes de todas las temporadas —dijo—. Puedo pedirlos y terminamos de ver esta.

MinHo mordió de forma interna ambos labios para evitar sonreír, pero asintió.

Una hora de silencio más tarde, un capítulo más de esa noche; ambos comían de las barritas de cereal energéticas de JiSung.

—Hui de casa una vez —contó MinHo.

JiSung elevó una ceja con sus mejillas llenas—. ¿Ah, sí?

—Discutí con mi papá en la calle y tomé el primer autobús que vi —dijo, antes de soltar una risa sarcástica—. Siempre con salidas dramáticas.

—¿Y qué pasó?

—Nada- como siempre. Tenía catorce años y estuve vagando por cinco horas en Seúl antes de llegar a casa de ChangBin —MinHo se encogió de hombros, sintiendo que no era la gran cosa—. Pasé la noche con él- y luego llegué a desayunar al día siguiente a mi casa.

—Imagino lo que pasó —susurró con voz de pena.

—Sep, solamente me preguntaron cómo me fue —y se le fue inevitable a MinHo no soltar una risa amarga—. ¿Te imaginas? ¿Dejar que tu hijo de catorce vague por una capital y ni siquiera preocuparte por ello?

—¿No comentaste nada al respecto con ellos? —consultó.

MinHo se encogió de hombros mientras seguía comiendo. —No era necesario. Su silencio decía todo.

—Vamos…

—No es fácil conversar este tipo de temas —coincidió a lo antes dicho por JiSung una hora atrás.

—¿Has pensado en iniciar terapia?

—¿Me ves con cara de loco? —burló, pero por la mirada de severidad que tenía terminó carraspeando—. Lo siento- digo, no creo necesitarlo, ¿sabes?, soy lo suficientemente inteligente y maduro como para entender que ellos tienen su propia vida y yo la mía.

—Son tus padres…

—Si, pero MyungDae tiene su propia sala de dentista mientras que SooYoung ha tenido depresión desde que tengo memoria —hizo analogía con el alejamiento de su relación con sus padres—. Y yo solamente tengo una banda, amigos y un futuro desesperanzador.

—¿Planeas hacer algo después de la escuela? ¿Qué te han dicho tus padres?

—Parecen decepcionados de que no quiera hacer algo, pero realmente no me importa —se encogió de hombros con simpleza—. Solamente trabajaré en la granja de los Hwang y esperar a que la muerte me consuma.

—¿Y qué hay de la banda?

Oh, a MinHo no le gustaba pensar mucho en eso. Desde el día uno hubo un tácito acuerdo sobre la banda que nadie sacaba a flote, pero que todos eran conscientes de ello.

—Tiene fecha de vencimiento —contestó con simpleza—. Como todo.

—No seas dramático… —JiSung le miró—. ¿Qué hay de esas bandas que trabajan en las empresas? ¿Por qué no…?

—Porque somos un par de tontos de pueblo —dijo con una honestidad que, para él, era dolorosa—. Ni siquiera tocamos tan bien- solamente.. no sé, es un buen pasatiempo como también es un gran distractor.

—Pero puede ser un gran motivador también, ¿Sabes?

No es como si MinHo no hubiera visto la banda de esa forma antes.

La primera vez que supo que algo extraño iba en la relación de él y de sus padres fue cuando miró detenidamente la relación de HyunJin con los suyos, y luego de Chan y JeongIn con los suyos, y de ChangBin con su padre y de SeungMin con su madre; fue deprimente darse cuenta de que nunca lo habían esperado para cenar o que le habían preguntado cómo estuvo su día, como también nunca cayó en cuenta que su madre siempre había evitado las reuniones de padres y maestros al igual que su padre nunca salía de su consulta odontológica.

Hubo un tiempo en el que él estuvo rencoroso por ello, pero era un rencor explosivo. No sentía que era reconfortante hablar de eso con ellos porque ellos tenían que saberlo, y eso era algo que lo enojaba profundamente. Hasta que por fin entendió que ni gritando ni llorando podría llamar la atención de sus padres que terminó resignándose a ser el chico que era.

Sin embargo, al pasar el tiempo y con la llegada de la banda, MinHo se dio cuenta de la ventaja de que sus padres no estuvieran interesados en él, de cómo podía mantener sus deseables momentos de soledad sin que le cuestionaran por qué como también que no les interesara, para nada, que él no tenía una proyección a futuro.

—¿Cuántas veces has querido desaparecer? —preguntó MinHo repentinamente, una hora más tarde. Aún se preguntaba cómo es que podía mantener los ojos abiertos.

—Varias —JiSung admitió por su parte—. Nunca en serio, es solo que… desde pequeño -o desde la muerte de mi padre, mejor dicho- he tenido que estar involucrado en tantas cosas para ser alguien.

—Presión cliché.

—Lo sé- ¿Recuerdas esa maestra de Estudios Sociales que tuvimos en escuela media?, ella era… genial, era tan culta y extrovertida.

—¿Por qué razón la habían despedido?

—Demasiado comunista —bromeó JiSung.

—Claro…

—Ella siempre decía que no teníamos que esforzarnos para ser alguien porque ya lo éramos —recordó, y MinHo asintió con nostalgia—. Y que la única misión que nosotros teníamos en esta vida era buscar quiénes éramos en realidad.

—Recuerdo que ella tenía un gran trasero…

—Creo que esas fueron las palabras más cercanas que tuve de un consuelo —terminó por admitir, avergonzado—. Fue la primera vez que me di cuenta de que yo… de que yo era alguien- sin embargo, el problema de eso terminó talando en mi cabeza- si yo era alguien, entonces, ¿Quién era?

Parte de sus brazos se tocaban a esa altura de la madrugada, como sus rodillas y frentes ya que ambos estaban concentrados en ver el televisor con mayor comodidad.

—Bueno —MinHo elevó su cabeza para mirarlo—. Eres Han JiSung.

—Pero, ¿Quién es él? —insistió suavemente—. Nunca supe quién era… lo considero más como un… un…

MinHo esperó pacientemente a que JiSung completara la frase, pero pareció retractarse. En cambio, MinHo lo impulsó suavemente.

—¿Un amigo? —completó con alguna idea—. ¿A ti mismo? ¿Una persona erudita?

—No soy erudito —negó JiSung una vez más—. Yo estudio- me mato estudiando para saber lo que sé. Tampoco quiero designarme por una cualidad inexistente.

—No seas modesto —empujó suavemente el otro—. En los exámenes me superaste en algunas asignaturas.

—¿Pero vale algo eso?

Ambos se mantuvieron en silencio un momento, y MinHo notaba como JiSung evadía su mirada en él.

—MinHo.

—¿Si?

—¿Tú te consideras propio?

La pregunta lo pilló desprevenido. A simple vista se veía una pregunta fácil de contestar, pero luego de darle vueltas a una respuesta coherente, solamente le quedó contra preguntar.

—¿Tú te sientes propio?

—Irónicamente, la era moderna a pesar de ser un patrocinador del autocuidado y el reconocimiento de la prioridad individual, el capitalismo lucra con esa venta de idea —contestó—. Todos tus gustos han sido algo que no ha nacido de ti, que goces tus gustos que forman tu existencia ha sido parte de la venta del capitalismo-

—Dejando el anarco-comunismo de lado —interrumpió—. ¿Te sientes propio?

—Tú no me contestaste la pregunta.

—JiSung, consiguete un hobby.

—MinHo, fórmate una personalidad.

Otra hora pasó y otro capítulo vieron. A diferencia de MinHo, JiSung se sabía más canciones de la serie, por lo que lo escuchaba tararear por lo bajo mientras golpeaba ligeramente con su pie la pierna de MinHo.

—Y entonces estaba este calamar gigante que era amarillo —contó MinHo, ensimismado en su silencio que también era su delirio—. Y nos hacía clases- era extraño porque él había jurado que nos mataría a todos antes de fin de año.

—Creo haber visto un anime que trataba de eso —opinó JiSung con somnolencia.

—¿Ves anime?

—Cuando iba a casa de mis tías para las fiestas y el verano, pasaba mis noches leyendo mangas —contó.

—Oh, no… —MinHo ahogó una risa—. Eres patético.

—Te odio.

Cinco timbres a la vez sonaron en la habitación, causando que no solo JiSung y MinHo se asustaron sino que ChangBin se despertara. El chico no pareció notar que los otros dos seguían manteniéndose despiertos, por lo que el dúo vio a ChangBin revisar su celular antes de volver a caer dormido junto a SeungMin.

—¿Qué pasó? —cuestionó JiSung, viendo a MinHo estirarse sobre él para alcanzar su propio celular.

—Nos llegaron los resultados del PCR de COVID —contestó MinHo—. Salí negativo. ¿Reviso el tuyo?

—Por favor.

MinHo comprobó el celular de JiSung que descansaba junto al suyo, y sintió un brusco cierre en su estómago al ver una fotografía de la silueta de Yuna como protector de pantalla.

—También negativo —terminó por decir.

—Genial, no somos peligrosos —dijo con falsa alegría.

Pero, de repente, una idea surgió en la cabeza de MinHo.

—¿Tienes hambre?

—Comimos barritas de cereal hace un rato.

—Si, ¿Pero no quieres algo más contundente?

JiSung, mirándole sin creerle, preguntó. —¿A qué te refieres?

—¿Vamos a comer?

—¿Estás loco? —JiSung se incorporó—. ¿Qué hora es? nos faltan cuatro capítulos para acabar la serie y realmente quiero que veas los últimos dos.

—Solamente será una hora —insistió, sentándose en la cama—. Vamos, tenemos dos horas.

MinHo sintió un choque de adrenalina en su cuerpo, y ante la repentina idea sentía que no tendría problema en convencer y arrastrar a JiSung fuera del dormitorio, pero se sintió aún más contento al ver que JiSung terminó levantándose para abrigarse.

Dejaron una nota sobre la cama (la cual, gracias al sentido del humor de ambos, fue un “puff” sobre el colchón) y, con risas traviesas, salieron con lentitud del dormitorio del hotel.

Eran pasadas las cuatro de la mañana, y ambos eran conscientes de que era una total locura. Sin embargo, MinHo no podía contener las risas del cosquilleo de su estómago, los cuales habían contagiado a JiSung quien lo imitaba.

Sabían que estarían en problemas si salían por la recepción, así que bajando por las escaleras de emergencia se encaminaron hacia la entrada del personal, la cual al ser de madrugada no había nadie rondando.

Tampoco irían tan lejos, solamente esperaban que cerda del lindo hotel y del acomodado barrio estuviera aunque sea algún tipo de tienda abierta, aunque sea un McDonald de 24 horas.

—Nunca he estado en Seúl de noche —fue lo primero que dijo JiSung una vez que llegaron a la calle. Al estar vacía, ambos tenían sus mascarillas guardadas en los bolsillos de sus polerones—. Es tan… lumínico.

—¿Lo dices por las luces? —preguntó, y tras escuchar la carcajada del otro se dio cuenta de lo ridícula que fue su pregunta—. Por supuesto que son por las luces.

Ambos comenzaron a caminar hacia ninguna parte, con el vaho de la madrugada golpeándolo a ambos.

—Podríamos subir a la azotea para ver el amanecer después —dio la idea el rubio con emoción, pero a su pesar, MinHo negó.

—Me dan miedo las alturas.

—¿En serio? —y JiSung se veía realmente sorprendido—. No me lo esperaba…

—Si- ¿Recuerdas el viaje al parque de diversiones de acá cuando íbamos en to grado? —comenzó a contar.

—Claro que lo recuerdo. Yo no fui.

—Una pena- bien, me subí con una chica… uh, ni siquiera recuerdo su nombre, pero nos sentábamos juntos en to grado; y, por alguna extraña razón del universo le pareció buena idea confesarse en la cima de la montaña rusa —relató, sonriendo al escuchar la risa de JiSung—. Si- no sé por qué sucedió eso.

—Era una romántica —intentó defenderla el otro.

—Era una bastarda.

La ciudad estaba vacía, y pocos autos transitaban por ahí. Por alguna razón, MinHo se sentía levemente más en confianza que cuando estaba en la habitación, tal vez era porque no estaban susurrando o porque podía ver con claridad el rostro de JiSung.

La felicidad que sentía en ese instante era impresionante.

MinHo, jactándose de su memoria, tranquilizó al otro cuando le insinuó que quería ir un poco más lejos del hotel. JiSung apostaba que se perderían, pero MinHo le aseguró que no sería así.

—Tres barras de cereal Luxics a que nos perderemos —apostó.

—Tres barras de cereal y tu cheesecake.

JiSung jadeó de la impresión, pero de todas formas apostó.

Y perdió, pero eso fue más adelante.

Minutos caminando entre conversaciones sobre animales y en silencios cómodos, llegaron a un gran parque que quedaba cerca de la avenida principal, en la cual -para sorpresa de ambos- había un par de personas rondando.

—Solamente traje billetes —confesó MinHo.

—Yo igual- y mi celular —JiSung lo sacó del bolsillo—. Está un poco viejo… ¿Crees que lo roben?

—Probablemente te regalen uno por la pena.

JiSung lo empujó divertidamente mientras se encaminaban al parque.

En silencio, ambos contemplaron por un momento la gran fuente de agua colorida, con secuencia de luces de colores fríos a cálidos que, como MinHo podía presenciar, a JiSung le gustaban.

—Gánate ahí —-empujó JiSung a MinHo frente a la fuente, cuando la secuencia de luces de colores cálidos se hacía presente.

—¿Qué? ¿Por qué? —MinHo, aún desentendido, se ganó donde JiSung le había indicado.

—Una fotografía —respondió con obviedad.

—Me gustan más los colores fríos.

—¿En serio? —JiSung se vio levemente sorprendido, ganándose tras la pantalla para colocarse en posición para fotografiar—. ¡Listo!

MinHo se acercó a JiSung para poder ver la foto, y le fue imposible no destacar lo atractivo que era.

—Mira esa pose —se apuntó a si mismo—. Por dios- JiSung, soy hermoso.

—Por un momento sentí escuchar a HyunJin hablar —burló el otro.

—¿Qué hay de ti? Yo te saco una foto.

—No, gracias —sonrió con cordialidad—. No me gustan las fotos- no soy fotogénico.

—Tienes tu habitación llena de fotografías.

—Pero eras pequeño —puso sus ojos en blanco—. Vamos, busquemos algo para comer y-

—¡Ah! —MinHo lo jaló del brazo mientras le quitaba el celular—. ¡Colores fríos! ¡Y como tu corazón es un témpano de hielo te siente bien!

JiSung, resignado, se ganó frente a la fuente de agua y, con la secuencia de luces, haciendo un signo de paz cerca de su rostro esperó a que MinHo sacara la fotografía.

Sin embargo, MinHo parcialmente había olvidado que tenía que hacerlo, porque la sonrisa que JiSung sostenía era igual de abierta como la de aquella fotografía que él tenía con Yuna en su habitación.

El recuerdo le hizo dar una punzada al pelinegro, sintiéndose un más desanimado.

—¿Ya sacaste la fotografía, perdedor? —preguntó JiSUng.

—No eres fotogénico —bromeó MinHo, para deliberadamente colocar su propia fotografía como protector de pantalla de celular—. Ten, un regalo.

—¡MinHo! —Se quejó JiSung al darse cuenta de lo que había hecho—. Por dios- te he visto la cara todos los días de este año, ¿Y ahora tengo que hacerlo también cada vez que vea mi celular?

—Es el precio de ser mi hijo, hijo.

Se apartaron del parque entre bromas y empujones. JiSung volvió a sacar una fotografía a MinHo quien imitaba a una bailarina para colgarse de un poste de luz, y el pelinegro le sacó una al otro junto a una tienda cerrada que tenía en la lata un dibujo de grafiti una ardillara.

—Es igual a ti, Hannie.

—Ni siquiera me gusta el rap- y no me llames Hannie.

No supieron por cuánto tiempo estuvieron vagando en la nocturna de Seúl hasta cuando JiSung finalmente rompió el silencio.

—¡Ahí hay una tienda de convivencia! —apuntó hacia la vereda contraria.

—Pues vamos.

Con el mismo tirón de su estómago MinHo tomó la muñeca de JiSung para hacerlo cruzar la calle; era un acto inocente, casi sin real precedencia de mal intención, pero el pequeño movimiento de la mano de JiSung que hizo que entrelazaran sus dedos lo hizo temblar.

BIEN- ALTO, se gritó mentalmente MinHo, sin saber qué hacer mientras se dejaba guiar por la fría mano de JiSung hacia la tienda. REPASEMOS PREMISAS. RÁPIDO.

Premisa uno: estaba tomándole la mano a JiSung.

Premisa dos: JiSung es un chico.

Conclusión: estaba tomándole la mano a un chico.

Pero si estoy tomándole la mano a un chico, ¿Por qué se sentía tan diferente a cuando lo hice con Dorian?

Con Dorian había sido una bestia en su estómago y en su mente, una vergüenza incomparable que lo empujaba a seguir avanzando con la situación. Con ese chico se habían llevado bien- de maravillas, realmente, pero seguía siendo diferente.

¿Por qué era diferente?

Pero tan pronto como llegaron a la tienda, JiSung lo soltó.

Luego de pedir dos platos de ramyeon, se sentaron en los asientos de la ventana a esperar que el tiempo pasara.

Se mantuvieron en silencio por un momento, ambos en sus pensamientos. Miraban la vacía calle con un aire nostálgico que MInHo no podía explicar su procedencia, pero era consciente que el efecto de haberse tomado de las manos estaba ahí.

¿Somos niños de primaria o qué?, intentó pensar para recomponerse del nerviosismo de su estómago, pero su corazón decía cosas tan opuestas que quería arrancarlo del desespero.

Sin embargo, se le era inadvertido pasar por alto que había sido JiSung quien lo había seguido, que le había tocado con sus manos heladas y que siguió con sus caminos.

Al terminar de comer, en silencio, ambos salieron de la tienda sin realmente saber qué cooperar en la conversación.

¿Él también lo habrá notado?, se preguntó MinHo.

MinHo realmente quería volver a tomar la mano de JiSung, pero no tenía algún tipo de excusa para hacerlo.

La mano de JiSung estaba dentro del bolsillo de su polerón, y MinHo presumió que lo hacía para mantenerla tibia porque JiSung era una persona realmente helada, lo cual lo frustraba más porque, según sus amigos, MinHo era una persona con una temperatura corporal un poco alta comparada con el resto.

Y él podía ayudarlo.

—Noté la diferencia que tiene Seúl con nuestro pueblo es la contaminación lumínica —JiSung terminó rompiendo una vez más el silencio, mirando el cielo.

—¿No que te gustaba la luminosidad de Seúl? —cuestionó con sorna.

—Si, pero mira —JiSung sacó su mano para apuntar hacia el cielo—. Incluso las estrellas más brillantes no logran verse con la luz de la ciudad.

—¿Eso significa que ya no están ahí?

JiSung se encogió de hombros como respuesta. —A veces, cuando no vemos las cosas, nos olvidamos de que están ahí.

—Siento que es una frase muy del estilo Disney.

—Probablemente, pero no recuerdo de dónde —coincidió.

—Imagina llegar a ese punto de tu vida —bromeó MinHo, viendo como JiSung bajaba la mano no la guardó esta vez en el bolsillo—. Identificarte con frases de Disney…

—Son un consuelo, MinHo, todo el mundo busca identificarse en algo —justificó.

—Pero- ¿Por qué? —cuestionó—. ¿Qué tiene de malo no sentirse identificado?

—Te sientes solo —JiSung parecía haber meditado esa discusión antes—. El ser humano es un ser gregario- debe estar en grupo, tanto físico como espiritualmente. Grupos espirituales como lo es la cultura o el sentido de patriotismo son importantes porque sentimos pertenencia en alguna parte.

—Somos más que nuestra cultura y patria.

—Lo sé, y es por eso de que hay gente que encuentra hogar en religiones, en artistas, literatura, orientaciones uales e identificación ual…, ¿Qué sucede con esa persona que no logra identificarse con algo?

La pregunta fue de golpe a MinHo, casi como si fuera una liberación del delirio que ha estado rondando en su cabeza desde hace mucho tiempo. En parte se sentía aliviado por poder entender muy bien su dilema; no obstante, tener la pregunta no significaba tener la respuesta.

—Se sienten solas —termina por concluir MinHo, sintiendo el peso de sus palabras un poco más sentimentales de lo que debería.

Las ganas de tomar la mano de JiSung terminaron por esfumarse, guardando las suyas en los bolsillos de su propio polerón.

Será unilateral, pensó MinHo con tristeza. Si en verdad…, si me llega a gustar él, será unilateral.

MinHo no creía poder encontrar compañía en sus emociones, especialmente cuando estas eran raras.

—Creo que no te conté- la otra vez fui con HyunJin y YiSu al otro pueblo, a la tienda de música de HanSoo —comenzó a contar MinHo un relato burdo sobre su salida, solamente para distraerse de la situación—. La música que hay ahí es genial- ¿Por qué no vamos?

Incluso el uso en plural del sujeto era algo que decepcionó a MinHo. De repente, quería rechazar todo lo relacionado con JiSung.

—Creí que habíamos quedado de acuerdo con que no teníamos los mismos gustos musicales —contestó JiSung, pensativo—. ¿Realmente quieres ir conmigo?

—Si~ —MinHo movió sus ojos divertidamente, fingiendo una mejor compostura, y vio como JiSung presionaba sus labios para evitar soltar una sonrisa. ¿Evitaba realmente hacerlo? ¿Por qué? —Si no, no te invitaría, idiooota.

La pequeña risa que JiSung soltó era igual que una exhalación, lo cual hacía preguntarse a MinHo qué era lo que pasaba por la cabeza de JiSung en ese instante, porque sus ojos poco a poco estaban siendo opacados por sus sonrojadas mejillas.

—¿Solo yo? —preguntó una vez más JiSung, extrañando a MinHo.

Siempre…

—Solo tú.

. . .

Normalmente, los días de semana, los mellizos Hwang eran llevados a la escuela gracias a su padre en la vieja camioneta; llegaban treinta minutos antes del inicio de la jornada y morían de frío en el invierno al no tener donde refugiarse de él, pero de todas formas ese era un medio de transporte más viable que andar en bicicleta por quince kilómetros.

—Llegaremos tarde —dijo Yeji, quien sentada en la rejilla se afirmaba de la cintura de HyunJin con una mano mientras que con la otra revisaba distintos tonos de llamada para su celular.

—¿Bromeas, Sherlock?

—¿Qué opinas de este tono? Se escucha divertido.

Gracias a las lluvias y las nevadas, el padre de los Hwang había perdido parte de sus cultivos, por lo que al no tener verdura para vender en el pueblo, los chicos tenían que irse solos en las mañanas.

—No lo escucharás si te encuentras lejos —opinó HyunJin ante la música, suspirando también de alivio al notar que estaba entrando al pueblo.

—¿Y qué hay de este?

—Hm…, no. Sigue siendo suave.

—Puedo subir el volumen.

—¿Por qué no lo haces como lo hice yo?

—No voy a tener un tono de llamada que diga “YAH, HWANG YEJI, ALGUIEN NECESITA URGENTE DE TU AMOR”.

—Conmigo funciona.

—HyunJin —ella palmeó la espalda de su hermano—. Tus amigos están allá.

A un par de cuadras de la escuela, en una esquina, Felix se encontraba sentado en la cuneta con un abrigo en sus piernas, mientras que de pie junto a él estaba YiSu (de quien HyunJin presumió que era el abrigo); ambos se encontraban mirando a un punto fijo en la distancia.

—Hola —saludó HyunJin, estacionándose frente a ellos—. ¿Qué hacen?

—¿Tú lo habías visto? —consultó la chica, apuntando hacia cierta parte.

—Es como si lo hubiesen regado —murmuró Felix en el suelo, eclipsado por la distancia—. ¿De dónde salen?

—¿Los pondrá Dios en la tierra?

HyunJin sintió nuevamente como Yeji le palmeaba la espalda, y se giró para ver hacia donde todos miraban.

A lo lejos del pueblo, presuntamente cerca del bosque y del puente de besos, se encontraba de forma sobresaliente una antena telefónica.

—¿Cuánto tiempo estuvo ahí sin que nos diéramos cuenta? —fue Yeji la que habló.

—¿Creen que funcione? —cuestionó HyunJin.

—Según mi celular, si —contestó YiSu revisando su aparato. A sus pies, Felix la imitó y le mostró a HyunJin las barras de señal.

—Woah… —HyunJin sonrió—. ¡Somos modernos!

HyunJin sintió como Yeji se bajaba de la bicicleta y movía su mano hacia el grupo. —Me adelanto. Nos vemos en clases.

—¿Qué estamos esperando? —cuestionó ahora el rubio, mirando a sus dos amigos.

En eso, escuchando el jadeo de la silenciosa calle, HyunJin notó como JeongIn corría hacia ellos con su mochila y una bolsa en su mano. Le llamó la atención que apareciera de repente, sobre todo con el ceño fruncido.

—¿Qué sucede? ¿Vas tarde? —burló HyunJin.

—No —contestó tosco. HyunJin asumió que había discutido con sus padres nuevamente.

Sin embargo, su estómago cayó cuando de la bolsa JeongIn sacó un par de zapatillas y se las tendió a Felix. Cuando el australiano se quitó la chaqueta de YiSu de sus piernas, notó las calcetas grises del chico apoyados en la orilla de la cuneta.

—Oh, mierda… —expresó bruscamente HyunJin—. ¿Quién fue? ¿Cómo pasó?

—Nada importante —intentó restarle importancia Felix—. Solo un par de tontos.

—Lo vimos justo cuando lo emboscaron —dijo con brusquedad el menor, ayudando a Felix a levantarse—. Chicos de su clase. No quiere acusarlos.

—Felix…

—Será mucho más problemático si se involucran —suspiró, cambiando su humor a la misma seriedad de JeongIn—. Está bien, en serio- ni siquiera eran mis zapatos favoritos.

—¿Sabes que no respetaré tu voluntad? —amenazó JeongIn—. Los voy a acusar.

Pero la indiferencia de Felix pegaba más duro que la molestia de JeongIn. HyunJin sabía que ninguno era de mostrar emociones negativas, en especial JeongIn a quien conocía mejor; pero la situación era tensa y él tenía que intervenir.

—Vamos, solamente tenemos que hacer algo para recuperar los zapatos de YongBokkie —intentó apaciguar la tensión el rubio.

—Es una escuela, los zapatos no pudieron ir tan lejos —intentó seguir el juego YiSu a HyunJin—. Puedo pedirle a Rena que converse con esos chicos y…

—Realmente no quiero que se involucren —volvió a hablar Felix—. Solamente empeorarán las cosas… ¿No pueden entenderlo?

Los tres se quedaron en silencio, mirando como Felix los miraba enojado. JeongIn se veía como si fuera a contestar algo, pero HyunJin sabía que si abría la boca desataría otra guerra de Troya, por lo que en su improvisación, HyunJin sacó su celular de su mochila.

—¿Qué haces? —susurró YiSu a HyunJin, pero él la ignoró.

Dos segundos después y mostró el contacto de Chan en su pantalla a Felix.

—Si sigues así te acusaremos con Chan —amenazó HyunJin finalmente—. Y sabes cómo reaccionará.

El único rival digno para Chan si no era JeongIn era MinHo, y el último salía con efectos colaterales de la pelea.

Pero Felix, en un arrebato de molestia, alzó una ceja.

—Atrévete.

. . .

—¿Realmente están viendo el final de temporada? —preguntó SeungMin al aire, ordenando el cuello de la camisa blanca sobre su chaleco.

JiSung y MinHo estaban sentados a los pies de la cama, con ChangBin en su espalda. Los tres estaban completamente absortos por el televisor.

—Espera- —MinHo interrumpió el silencio repentinamente—. ¿Por qué Finn la lleva a una estación de tren?

—Oh, dios… —JiSung puso dramáticamente una mano en su pecho, mientras ChangBin lo sacudía por los hombros.

—¿Qué está pasando, JiSung…? —se quejó el otro.

En eso, rompiendo con el ambiente melancólico que los tres habían formado, una canción de Ed Sheeran sonó abruptamente, causando que el trío chitara a petición de que Chan callara su tono de llamada.

Cuando el australiano vio su celular, le llamó la atención en llamante.

—¿HyunJin? —contestó—. ¿Dónde demonios estás? ¿Por qué estás llamando?

Felix tiene que decirte algo —recibió HyunJin la llamada, dejando a Chan desconcertado.

—¿Qué…?

—¿Qué pasa? —preguntó SeungMin, y Chan se le acercó para ponerlo en altavoz.

No- no voy a hablar —se escuchó la voz de Felix al otro lado.

Habla, mierda —dijo sin sutileza JeongIn.

—Lenguaje —corrigió enseguida Chan.

Se escuchó el forcejeo y voces de tres personas, insultos yendo y viniendo, e incluso se escuchó el grito agudo de JeongIn rompiendo el parlante. Se escuchó un golpe seco lo que pareció ser la caída de un celular del cual rápidamente fue recogido.

¡Hola, Chan! —saludó YiSu, sobreponiendo su voz sobre el bullicio de insultos y golpes de fondo—. Quería informarte que le robaron las zapatillas a Felix unos chicos de su salón, y nosotros queremos hacer algo al respecto pero él se niega.

—¡¿Qué?! —Chan y SeungMin exclamaron a la vez. El otro trío ni siquiera les dirigió la cara.

—¿Quién se los quitó, YiSu? —preguntó Chan, repentinamente preocupado.

Sé que eran de sus salones porque Felix lo confirmó, pero ni JeongIn ni yo alcanzamos a ver su rostro —dijo con seriedad—. Dijimos que lo acusaríamos contigo si él no quería hacer algo al respecto y- bueno, aquí estamos. ¿Quieres decirle algo a Chan, Felix?

Escucharon el ruido de un manotazo y el mismo ruido de la caída contra el cemento, como también a HyunJin exclamando “¡Deja de lanzar mi celular!”.

Yo hablaré con él —se escuchó JeongIn. Chan supo enseguida que él estaba enojado—. Chan, dile a Felix que si no acusa con el director Kwon a los chicos que le quitaron los zapatos yo mismo me encargaré de cortarle los pies a los bastardos.

—No puedes hacer eso —recalcó Chan—. Como tampoco intentar convencer a Felix de esta forma violenta- no lo obligues si él no quiere.

¡Pero eso es acoso!

—¡Aquí y en la quebrada del ají lo es! Pero, entre nosotros, sabemos que Felix es reservado con sus cosas- lo mejor que podemos hacer es que él actúe de forma directa.

¿Y nosotros…?

—De forma indirecta —razonó con obviedad.

—Envía el nombre de los bastardos —dio la idea SeungMin—. Los haremos tragar sangre-

¿Qué sangre? Apenas y puedes cortarte las uñas sin llorar —burló HyunJin, uniéndose a la llamada—. Uh- Felix se está yendo- tenemos que irnos. ¿Quieres despedirte de SeungMin, YiSu?

—No.

—Uh- está bien- ¡Suerte en el encuentro de hoy!

HyunJin cortó la llamada repentinamente, dejando a Chan y SeungMin colgados.

—¿Qué acaba de pasar? —Chan preguntó, sin saber si reír o no de la situación.

—YiSu no quiso despedirse de mi —contestó SeungMin, soltando un puchero de forma inconsciente.

—Hombre… —puso su mano en el hombro y lo movió ligeramente como forma de consuelo—. Dense este tiempo. Cuando regreses podrán hablar en paz.

—Fue la mejor relación que tuve.

—Y la única.

—Olvidas a Hana de segundo de escuela media.

Todos olvidamos la escuela media.

—¡Se fue! —gritó MinHo repentinamente—. ¡Realmente se fue!

—Supongo que fue un buen final para la serie —murmuró JiSung, levantándose para desenchufar el televisor.

—¿Qué? ¿Qué sucede con el resto de la serie? —MinHo cuestionó, viendo la acción del muchacho—. ¿Por qué no la veremos?

—Auto cuidado —contestó ChangBin, recostándose sobre la cama.

—¿Pueden, por favor, terminar de vestirse? —pidió SeungMin—. JiSung, creí que tú nos tendrías a todos rectos.

Pero la mueca del rubio y su movimiento de cabeza le hizo a entender a SeungMin que el chico, simplemente, cambiaba radicalmente de prioridades.

—No puedo creerlo —expresó una vez más el pelinegro, arreglando el jersey negro más formal que había tenido en su closet—. ¿Finn canceló su boda para que Rachel pudiera ir a Nueva York? Eso no es una muestra de amor- es una estupidez.

—No creo que tengamos tiempo para ponernos a hablar sobre los sacrificios que conlleva el amor —comentó JiSung, cambiando su modo al clásico líder del grupo—. Bien- ¿Estamos listos?

—Parecemos garzones —observó ChangBin.

—Genial- si no ganamos el debate podremos escupir en sus almuerzos —burló MinHo mientras tomaba sus apuntes—. ¡Al abordaje, muchachos!

Tras llegar a la recepción, notaron que estaba vacío. Los cinco se miraron desentendidos creyendo que habían llegado muy temprano para el encuentro, pero no fue hasta que un trabajador les comentó que se encontraban en el salón del hotel que se dieron cuenta que iban muy, muy tarde.

—¿Qué demonios les tomó tanto tiempo? —preguntó HanSoo en una esquina. Ella se había ofrecido como voluntaria para la organización, así que se encontraba apartada en una mesa del gran salón, del cual estaba atiborrado de estudiantes—. La profesora Ji pensó que no sería necesario despertarlos ya que ustedes podían hacerlo solos- y cometió un error.

—¿Dónde está? —cuestionó JiSung.

—Reunión con los demás maestros —apuntó hacia una esquina, donde se encontraba reunido diversos profesores de las dieciséis escuelas que estaban invitadas a la actividad—. Empezamos con una actividad para conocernos entre las demás escuelas- se organizan por roles y colores; aquí.

Los chicos se inscribieron en la tableta que HanSoo les tendió y le entregó una pequeña pulsera de un color distintivo junto con el rol que designaban en el debate.

—Busquen sus colores. Comenzaremos a las doce —finalizó ella.

SeungMin, tomando el rol como ministro de economía, fue el primero en encontrar su grupo. ChangBin y Chan fueron por sus propios lares como ministro de interior y diplomático respectivamente, dejando a JiSung y MinHo solos.

—¿Tendré que estar contigo? —preguntó MinHo con tono bromista—. Ya sabes, como tu secretario.

JiSung, igual de risueño, sonrió suavemente antes de ganar su vista hacia la gran cantidad de estudiantes que había.

A diferencia del grupo, los demás estudiantes deslumbraban con sus uniformes escolares. Había grupos mixtos como grupos también no; algunos eran ruidosos, otros tenían su cabello tintado de colores de fantasía e incluso MinHo vio a una chica con una gran expansión en su lóbulo. JiSung apuntó a un grupo de estudiantes que vestían chaquetas largas con el logo de su escuela bordados en su pecho.

—A que representan a Reino Unido —apostó JiSung, susurrando en el oído de MinHo.

—Son muy altivos- deben ser Estados Unidos —apuntó MinHo—. O China.

—Giro de trama y serán de Uganda —rio.

—Cruel —empujó el otro suavemente, antes de mirarlo—. ¿Nervioso?

—¿No se nota? —JiSung suspiró, tamborileando sus dedos en el costado de sus pantalones negros—. Será muy ridículo esto…

—Vamos, canta conmigo- And now our bodies are oh so close and tight —susurró.

It never felt so good, it never felts so right —correspondió JiSung, igualmente susurrando.

And we’re glowing like the metal on the edge of a knife; glowing like the metal on the edge of a knife —cantaron ambos antes de que JiSung soltara un suspiro.

 —No sé cómo buscar a mi grupo…

MinHo dio una barrida visual hasta que, de mera casualidad, encontró a un grupo con pulseras anaranjadas. Tomó levemente del brazo a JiSung y lo acercó con lentitud hacia ellos hasta corroborar que eran del grupo de actividad de JiSung.

—Hola —saludó MinHo al grupo, el cual era mixto y uno de ellos llevaba la chaqueta que ambos estuvieron burlándose anteriormente—. ¿Son todos presidentes, no?

Solamente una chica de cabello corto asintió emocionada.

—Genial —MinHo puso su mano en la espalda baja de JiSung y lo empujó levemente hacia adelante—. Él también lo es- lo cuidan por mí, ¿Sí? —y guiñó el ojo de forma descarada.

JiSung le dio una mirada a MinHo antes de asentir en signo de tranquilidad e irse de ahí.

Con poco ánimo MinHo buscó su propio grupo. Miró su pulsera verde que designaba al secretario y buscó a los demás estudiantes que conversaban y buscaban igual que él. Pareció perder la esperanza por un momento hasta que, alejados del gran grupo sentados en unas sillas, vio a un par de chicos en el cual uno de ellos llevaba la misma pulsera que MinHo, por lo que se terminó acercándose.

—Hola —saludó MinHo mientras que, con confianza, se sentó junto a ellos—. ¿También son secretarios?

El chico más cercano a MinHo parecía más amable, quien sonrió y se inclinó ligeramente. Sin embargo, el chico a su lado estaba sentado con las manos en su bolsillo a la nada, junto con el ceño fruncido.

—Soy YeonJun —se presentó el chico, antes de apuntar con su cabeza al chico junto a él—. Y él es SooBin.

—¿También es secretario?

Nah, ministro de economía, pero no quiere ir —explicó con gracia—. Somos de Montenegro, ¿Y tú?

—Rusia —MinHo contestó intentando aguantar la risa—. ¿Qué se supone que tenemos que hacer?

—Hicieron esta actividad para que los estudiantes se conocieran entre ellos —contestó mientras se encogía de hombros—. Aunque no tiene mucho sentido. El grupo se puso a discutir sobre temas raros así que me fui.

—Ah… —MinHo asintió en comprensión—. ¿Y eres de acá?

—Si- y asumo que tú no —sonrió el otro—. Tienes acento divertido, ¿No es así SooBin?

SooBin apartó levemente la mirada de la nada para mirar a YeonJun y asintió ligeramente.

—Escuela de sur de Gangnam —apuntó YeonJun hacia la insignia de su blazer—. ¿De dónde eres?

—Uno de los pueblos de afuera, de la Escuela Saint Kwon —MinHo nunca mencionaba el nombre de su escuela, y no pudo evitar lanzar una pequeña risa.

—¿Fue muy difícil entrar?

Nah, solamente necesitaban personas para poder participar —contó.

—¿Es tu primera vez acá?

Ajá. ¿Tú?

—Vengo desde primer año —contó—. O- bueno, venimos —Aludió hacia SooBin, quien seguía serio.

—¿Y tú, amigo, no quisiste venir? —le preguntó divertidamente MinHo a SooBin, para liberar un poco la tensión que él emanaba.

Pero el chico, lentamente, dobló su cabeza hacia MinHo y le dio una mirada de mala muerte, y masculló: —No me llames así.

MinHo, levemente sorprendido, miró hacia YeonJun esperando alguna justificación por su colega, pero este solamente evitó la mirada de MinHo.

—¿Y cómo estuvo tu cuarentena? —intentó aligerar el ambiente YeonJun—. Nosotros casi sacrificamos a un compañero.

—Si- en mi caso yo era el sacrificado —bromeó MinHo, omitiendo el comportamiento de SooBin—. Perdimos el control remoto y vimos Glee los tres días.

—Oh, a SooBin le gustaba mucho Glee —YeonJun comentó, aunque a MinHo le dio igual esa información—. ¿Hasta donde la vieron? SooBin lloró demasiado con la muerte de Finn.

—YeonJun… —gruñó el otro, pero MinHo lo ignoró.

—¿Finn se muere? —preguntó el pelinegro, dramáticamente afectado.

—¡Oh! Eh- no, no lo hace- dependiendo de la temporada… —murmuró YeonJun, entrando en pánico—. Como sea- ¿Así que eres de pueblo? ¿Cómo son las cosas allá?

MinHo, entrando en personaje, habló un rato con YeonJun sobre su vida en el pueblo mientras que el otro compartía su vida en la ciudad y en la escuela, aunque este seguía con el melodrama de verse afectado por haberse enterado de la muerte de su personaje favorito. A MinHo le seguía llamando la atención el colega de YeonJun, quien tenía una pulsera de distinto color pero parecía demasiado furioso con el entorno.

—Soo —un hombre, quien MinHo presumió que era el maestro de los otros dos chicos, se acercó a SooBin—. Acompáñame un poco, ¿Sí?

—¿Qué pasó? —preguntó YeonJun por SooBin, quien con desinterés se levantó de la silla.

—Solamente quiero hablar con él —respondió el profesor, antes de mirar a MinHo e inclinarse cordialmente—. Un gusto.

—Hola… —correspondió el pelinegro, para luego ver a los otros dos retirarse—. Uh… ¿Y te gusta U2?

—¿Qué? —YeonJun preguntó, desconcertado—. ¿U2?

Seh.

—La verdad es que no los conozco —comentó, y MinHo tuvo que agarrarse su pecho para volver a recuperar el aire—. Prefiero a Bon Jovi.

Ah, no es tan malo.

—Y a Queen —agregó.

Agh…

—¿A ti? —consultó políticamente.

—¿Yo? Bueno, tengo una banda —contó MinHo, sonriendo con orgullo.

Eso pareció emocionar a YeonJun, quien abrió los ojos con impresión. —¡Woah! ¿En serio? ¿Cómo The Rose?

—¡Si! Hacemos covers y tenemos una que otra canción original —dijo, sacudiéndose como cachorro—. Yo soy vocalista. Y mi otro compañero que está perdido en el mar humano es el guitarrista.

Estuvieron conversando un momento sobre el tema de la banda, intentando rellenar un poco el vacío de la actividad que prontamente aburrió a MinHo. Sin embargo, terminó descolocado cuando una muchacha de cabello azul largo y de falda con pantis negras se sentó animosamente junto a YeonJun.

—¡Hola! —saludó ella hacia MinHo—. Lamento lo de antes- ¡Soy Soo!

A MinHo le costó un momento captar lo que la chica estaba diciendo, preguntándose si se había perdido un episodio del aburrido encuentro. No fue hasta que YeonJun sonrió hacia la chica que entendió quién era.

Oh, el chico de antes.

—MinHo —inclinó nuevamente—. Eh…

—Los bastardos de la administración son unos fóbicos de la mierda —dijo ella con carisma, cruzándose de piernas cerca de YeonJun mientras observaba sus uñas con soberbia—. Dime, ¿A quién le afecta esto?

—A nadie, realmente… —dijo MinHo con voz quedada. Nunca he visto a alguien así…

—¿Irás con tu grupo? —consultó YeonJun hacia ella.

—Tengo qué. El profesor dijo que en veinte minutos terminaba y tenemos merienda —dijo con una sonrisa, antes de volver a mirar a MinHo—. Un gusto conocerte, MinHo- y, de nuevo, lamento lo de antes.

—Tranqui…la —afirmó MinHo mientras meneaba su mano.

Con ternura la chica lo imitó y se fue de ellos.

—Eh… —MinHo estaba realmente confundido—. No quiero sonar grosero, pero… ¿Eh?

—Soo —apuntó YeonJun, finalmente sonriendo—. Es volátil en sus buenos días. La administración negó que viniera así.

—¿Por qué? —cuestionó MinHo—. Dijo- hum, ¿No… no parece diferente?

—Woah, si que tienes un problemas de conceptos —reconoció YeonJun—. Adivino… ¿No hay educación ual en tu escuela?

—¿Qué- cómo…? —MinHo se sintió un poco irrespetuoso con todo, en especial con la mirada que YeonJun le dio—. Uh- no, lo siento. En mi pueblo no hay… no hay alguien así.

YeonJun soltó un suspiro antes de volver a sonreír. —Si, tampoco hay muchos en Seúl, pero yo terminé enlazado con una —apuntó.

—Así que… ¿Es tu novi…o…a?

—Novia —corrigió—. Apenas llevamos dos meses.

—Eso es lindo —intentó decir con cordialidad—. ¿Y tú eres…?

YeonJun levantó una ceja ante la pregunta tan invasiva, y MinHo temió por ofenderlo. Es por eso que, en pánico de haberlo ofendido, comenzó a hablar rápidamente.

—No te preocupes- yo… uh… soy- no sé- ¿Chicos y chicas? —intentó explicarse enseguida, creyendo que contando su expediente de besos dejaría de ofender a YeonJun—. Aunque nunca he llegado tan lejos para saber si no lo son- uh… olvida lo que dije.

—Eres… cabeza dura —observó YeonJun, y MinHo decidió tomar el insulto—. ¿No te han enseñado sobre esto?

—O sea, lo básico —intentó decir—. En humanidades nos enseñaron sobre esto… uh, heterouales, biuales, homouales, tranuales…

—¿Y tú dices ser biual?

No es como si MinHo se definiera en eso, probablemente porque aún no caía en cuenta de su significado real y no lo había empleado con sus propios gustos. Sin embargo, si eso describía el haber besado a una chica y a un chico, además de estar sintiéndose raro con otro- ¿Eso lo convertía en biual?

—Eso creo —asintió MinHo.

YeonJun elevó una ceja, pareciendo dejar toda molestia atrás para traer en paso la diversión.

Prefiero que se burle antes de que me propine un golpe.

—¿Por qué dices que crees? —cuestionó YeonJun, antes de darse cuenta de su pregunta—. No- olvídalo, fue invasivo, lo siento.

—No, yo lo siento —se apresuró en disculparse nuevamente—. Hay varias cosas que no entiendo- perdón…

—Bueno, no hay mucha información y representación en la media —aceptó el otro—. Es entendible- creo. No te culpo, yo también me gané un par de golpes cuando conocí a Soo.

—¿Y cómo lo hizo? —preguntó—. Hiciste- quiero decir. ¿Cómo lo hiciste? ¿No te resultó… complejo?

YeonJun se encogió de hombros. —Nunca tuve problemas con las personas del colectivo, realmente. En mi casa no había prejuicios, así que asumo que eso también ayudó.

—¿Colectivo?

—¿No lo has escuchado? ¿LGBT+?

—¿Más? ¿Versión… premium?

—¿Vives en medio de la nada? —YeonJun parecía realmente sorprendido.

Con vergüenza, MinHo se encogió de hombros. —La verdad es que si…, en el pueblo no tenemos internet y lo único que llega es la televisión por cable.

—Oh- así que eres hijo de la televisión nacional —observó. MinHo, nuevamente, asintió avergonzado—. Pero dijiste que habías… uh, habías-algo- con chicos. Tuvo que haber sido difícil para ti.

—Solamente fue raro —confesó, sintiéndose de repente en un colchón de confianza para hablar del tema—. Me agradó y se sentía un poco mejor que besar a la chica con la que estuve.

—¿Ah, sí? —YeonJun elevó la ceja—. Pero uno puede besar a cualquiera… ¿Qué hay de atracción?

—¿Atracción?

—Ya sabes, tener o.

—¡¿o?!

—Avísame si estoy siendo muy invasivo —aclaró enseguida YeonJun—. Solamente…, no sé, si te sientes cómodo puedes no hablarme de ello y cambiar de tema.

—No- es que- no es eso —de repente las orejas de MinHo estaban ardiendo—. Es que- o no- en serio con nadie- ni cerca- oh, bueno, a Rena le toque el pecho en la primera cita.

—Ah…

—Y no fue realmente satisfactorio- ¿O tal vez no era el nivel de satisfacción que esperaba? —se cuestionó—. No sé, ¿Por qué los hombres les tocan el pecho a las mujeres?

—Porque les gusta —se encogió de hombros el chico—. Las mujeres también tocan el pecho de los hombres… solamente que unos están más rellenos que otros.

—Es que fue incómodo —confesó—. Al menos con ella- el chico parecía ser más experimentado, aunque era un poco incómodo ya que era primo de un amigo mío…

—¿Qué te dio por besarle?

—¿A Rena o al chico? —preguntó enseguida MinHo.

De repente, él cayó en cuenta de una alterada situación.

¿YeonJun a quién se refería específicamente? ¿A Rena o a Dorian?

¿Por qué se había impulsado por besar a Rena? ¿Por qué se había impulsado a besar a Dorian?

Con Rena parecía ser lo correcto. Estaba quedándose atrás con las interacciones con las mujeres comparado con sus amigos, además de que todas las relaciones que había visto constaba de un hombre y una mujer.

Sin embargo, Dorian rompió levemente el molde de una forma temeraria. MinHo se había arriesgado a él porque su estómago le decía que debía hacerlo, porque la fluidez de sus interacciones había sido realmente divertida; el chico era atractivo, tenían cosas en común y además era paciente con él.

Supo que estaba mal, pero su mente en vez de recalcar lo incorrecto que era besar un chico fue más por el hecho de que era el primo de Chan con quien lo hacía.

Y ahora…

—Es extraño —y sin filtro, MinHo comenzó a hablar—. ¿Por qué nuestro mundo gira en torno al o?, yo era feliz conversando con el chico y era feliz besándonos porque parecía divertido, ¿Qué se yo?, pero de repente todo se convirtió en besos, y en frotes, y en toqueteos… —un nudo de pánico se posó en la garganta de MinHo—. No fue placentero- para nada.

—¿Y con la chica? —YeonJun cuestionó. MinHo se preguntaba cómo es que el chico no lo golpeaba o detenía al hablar.

—Era… correcto, ¿Sabes?, era lo que debía ser. Debía de estar con ella. Si no estaba con ella sería un patético virgen toda mi vida. Pero cuando estaba con ella pensaba realmente en todo menos en ella.

—¿Tal vez usaste al chico para experimentar? —dio la idea el otro—. Ser hetero curioso…, ¿Quién vino primero?

—La chica.

—Tal vez al no sentir algo por la chica quisiste inconscientemente experimentar con el chico, pero al final no resultó.

La forma tan simple en la cual YeonJun lo decía parecía ser un acto lógico, tan obvio para MinHo que lo complejizaba aún más.

Porque eso no fue obvio.

—¿Te ha gustado alguien alguna vez? —preguntó MinHo al chico, antes de caer en cuenta en lo estúpida que fue su pregunta—. O sea- si, por algo estás con Soo- pero me refiero a que…, bueno, en general.

YeonJun suspiró por la nariz. —¿De qué forma te refieres?

—Es que, no sé… —MinHo temió—. Con Rena el pensamiento de que ella era una chica era constante, y con el otro chico de que era- bueno, un chico también era constante, pero esta otra persona…

—Oh, ¿Hay un tercero?

MinHo se sonrojó tanto que sintió que sus orejas explotarían, y por primera vez tuvo el impulso de saltar para volar al espacio exterior. Se tapó el rostro ante la pregunta y se inclinó hacia adelante con dramatismo para poder gemir en desespero.

—No- o si- no lo sé… —intentó mantener la compostura—. Ni siquiera debería de estar hablando de esto contigo- ¿Cuánto años tienes? ¿Trece?

—Tengo dieciocho.

—Lindo…

—No deberías de estar hablando de esto conmigo —reconoció YeonJun, a la par que MinHo volvía a incorporarse—. ¿No tienes psicóloga o algo?

—Mi psicóloga escolar me pidió brownies de marihuana —intentó bromear penosamente—. E incluso se burló de mi cuando me fui a besar con el chico en su trabajo…

—¿Con el segundo o con el tercero?

—¡Con el segundo- espera! Quiero decir… con el tercero no… él no…

—Oh… —YeonJun elevó sus cejas—. Así que el tercero es un chico también.

—Pero eso no es lo que importa- a él si le importará, claro, pero eso es lo que me asusta.

—¿Qué no te importe cuál es su o o género? —cuestionó, antes de sonreír burlescamente—. Aw, eso es lindo.

—¿Tú crees? —MinHo no encontró rastros de broma en la palabra del otro—. Es que… no sé cómo decirlo- no es como si quisiera acostarme con él o algo por el estilo- quiero decir, tener o, porque ya nos hemos acostado- literalmente, estos días tuve que dormir con él porque no había más camas.

—¡Oh! ¿Y él está aquí? —YeonJun sonrió ampliamente—. ¡Debe de ser un infierno para ti!

—¡Lo es! —lloriqueó.

MinHo no supo en qué momento entró tanto en confianza con YeonJun, pero no le importaba. El chico era de una escuela de Gangnam y él no era más que alguien de un pueblo que estaba a cuarenta y cinco minutos de Seúl- era probable que nunca se lo volvería a topar.

—Pero no me gusta —volvió a aclarar—. Es solo que- nunca me había gustado alguien antes, en serio, nunca sentí esa- esa punzada o jalón de esófago que te hace querer vomitar tus intestinos —se explicó, y se sintió ofendido cuando YeonJun comenzó a reír—. ¡Vamos! ¡No te rías!

—¡Es que es divertido! —expresó él agraciadamente—. Pero tranquilo- entiendo realmente lo que dices.

—¿En serio? —aunque MinHo era escéptico, se le era imposible no sentirse ilusionado—. ¿Es normal, entonces? ¿No me pasa nada raro?

—Por mi experiencia, MinHo, yo simplemente apagué mi cerebro —YeonJun se acercó levemente a él—. También estaba en crisis como tú- aunque si me habían gustado personas antes, ¿Entiendes?, personas en general. Y, entre nosotros, a veces Soo disfruta ser SooBin, como SooBin disfruta ser Soo.

—¿No dijiste que era…?

—Ella todavía no logra encontrar algo con lo cual se siente identificada —explica—. O tal vez si y simplemente tiene miedo de asumirlo- pero, para mí, a mi realmente no me importa.

—¿Cómo no te puede importar? —cuestionó MinHo, levemente sorprendido—. Es decir- ¿cómo…?

—Navegando en internet y hacer test de orientación ual caigo en la categoría de ser biual o panual (no, por favor, no hagas el chiste de los panes) —se interrumpió—. Yo, personalmente, me siento más identificado con lo segundo, pero realmente… no sé, el ser humano está constantemente evolucionado- adquiriendo aprendizajes de su entorno. Hace un año no me imaginaba encontrarme en la situación que estaba ahora- y mírame, realmente Soo me vuelve loco.

—¿Me estás diciendo que en verdad no es el pene el que escoge, sino el corazón? —ratificó.

—No lo sé, hombre, conmigo fue el pene —coincidió con un poco de risas—. Pero contigo…, no lo sé, ¿Tu relación con el tercero cómo es?

Pero antes de que MinHo pudiera contestar la pregunta, una campana manual sonó interrumpiendo el gran bullicio de todos.

—Por favor —un hombre canoso y alto habló a través de un micrófono—. Invitamos a todos los estudiantes que vayan a merendar. En quince minutos nos veremos acá.

YeonJun enseguida se levantó al escuchar eso, y MinHo lo imitó.

—Oye… ¿Sería muy extraño si te pido tu número? —se atrevió a preguntar MinHo con una leve vergüenza.

—Me alagas, pero creo haberte mencionado que me gusta mi novia y…

MinHo puso sus ojos en blanco a la par que escuchaba a YeonJun burlarse de él.

—Es que… todavía tengo muchas dudas y tú pareces conocer del tema…

—Yo no conozco porque no he estudiado esto —aclaró primero el mayor—. Solamente te cuento de mi experiencia.

—Si- lo sé, pero… realmente me gustaría tener a alguien que no me conociera.

YeonJun sonrió ante la frase de MinHo, y terminó asintiendo. Justo cuando cambiaban números tanto Soo como JiSung se aproximaron a él.

—¿Ya me estás engañando? —bromeó Soo, abrazando el brazo de YeonJun.

—¡No! —contestó MinHo en vez de YeonJun, en pánico—. ¡En serio no! ¡Solamente teníamos unos temas en común! ¡Pero nada más!

—Por dios… —JiSung, a su lado, se rio burlescamente—. ¿Es que nunca tendrás una conversación normal con una pareja?

MinHo abrió la boca para replicar algo en base a su vergüenza, pero bajo la mirada de YeonJun terminó por cerrar la boca y suspirar.

—JiSung… Ellos son YeonJun y SooB- Soo —presentó, intentando mantener la compostura—. Y son de Montenegro.

El brillo en los ojos de JiSung hizo temer enseguida a MinHo, porque en su interior sabía lo que el chico estaba planeando.

—¡Un placer! —JiSung se inclinó a la par que agarraba el brazo de MinHo—. Lamento todo lo que dijo MinHo antes- es un poco extrovertido.

YeonJun rio, pero realmente se rio de MinHo, antes de asentir hacia JiSung.

—Si… lo noté.

MinHo, carraspeando con nerviosismo, terminó jalando por su propia cuenta a JiSung fuera del gran salón para buscar al resto de los chicos.

—¿Qué pasó? —JiSung preguntó con diversión—. ¿Dije algo mal?

—No —contestó secamente, antes de soltar un suspiro—. ¿Cómo estuvo tu grupo? ¿Descubriste quién era el chico de chaqueta larga?

—Primer ministro de Inglaterra —canturreó JiSung—. Había una chica de Irlanda del sur, México e Italia… una gran coincidencia.

MinHo soltó el brazo de JiSung para acariciar su espalda. —¿En qué me metí cuando quise ser tu amigo?

JiSung le empujó con la cadera, y MinHo se lo devolvió.

Se sentía acabado.

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja