Señor sálvame, la mala suerte es mi bebé

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

Don’t blame me; Taylor Swift

—Extraño a HyunJin.

—Yo también.

—La última vez que lo vieron fue el sábado —SeungMin alegó mientras revisaba su casillero.

—No tuvimos nuestro almuerzo de domingo ayer —Expresó con letanía ChangBin, apoyado incómodamente en el hombro de SeungMin para molestarlo.

—Tuve que pasar todo el día con mis abuelos —Y MinHo, por su parte, se encontraba por el otro lado de SeungMin apoyado, jugando con la puerta del casillero mientras la meneaba con lentitud—. Nunca he odiado tanto a los japoneses como ahora.

—Si tanto lo echan de menos, ¿Por qué no van a verlo? —SeungMin preguntó con desagrado—. Creo que está en la cafetería con YiSu, JeongIn y Felix.

—No lo quiero tanto como para moverme de acá.

SeungMin se sacudió fuertemente para que los dos chicos dejaran de apoyarse en él. ChangBin, con hastío, terminó cruzando el pasillo hacia la otra ala de casilleros para poder guardar sus propios textos ahí, sin embargo, con un asqueroso grito llamó la atención no solo de sus amigos sino sonando sobre el comunicado que el director Kwon daba a través de los alto parlantes.

—¡¿Qué?! —Preguntaron los otros dos acercándose a él.

Del interior ChangBin sacó un tupper con un feo color verdoso emergiendo de él.

—¿Qué demonios es eso? —Preguntó SeungMin alterado, aproximándose lo más rápido posible hacia uno de los basureros para poder arrastrarlo hacia su amigo.

—Galletas de Felix —Contesta ChangBin con asco—. Se me olvidó comerlas cuando me las dio- no es que tuvieran malas o algo así, es solo que las hizo a las tres de la mañana y confundió el azúcar con la sal-

MinHo y SeungMin fruncieron su rostro ante tal moción mirando la pena ChangBin, botando el tupper en el basurero.

—¿Cómo se te olvida?

—No tengo idea.

ChangBin, acomodando su guitarra acústica dentro del casillero, siguió sacando comida en descomposición, desde pastelillos hasta almuerzos completos que él mismo había pasado por alto por haber estado estudiando para los exámenes las últimas semanas previas a las vacaciones.

—Esa manzana se ve buena —Toma SeungMin uno de los estantes superiores la roja y brillante fruta—. ¿Por qué no te la comes ahora?

—¿Crees que será buena idea comer una manzana que ha estado encerrada en la humedad de mi casillero desde quien sabe cuándo? —ChangBin le cuestiona.

MinHo y SeungMin compartieron una mirada antes de que el castaño se la lanzara al pelinegro.

—Dos almuerzos a que no te la comes toda —Apostó SeungMin.

—Tres y tu reproductor de música —Eleva MinHo.

—¿Qué? ¡No!

—Una lástima.

Y el chico, con su mano tatuada, le dio un gran mordisco a la manzana, que a primera instancia no parecía saber fuera de lo normal hasta que se dio cuenta que su interior estaba opaco, blando y apestoso.

—Oh…

Los otros dos comenzaron a reír estrepitosamente mientras MinHo escupía el pedazo de manzana dentro del basurero, con dramáticas arcadas y escupitajos que atraían la atención de los demás estudiantes.

Yei —Canturreó SeungMin—. No perderé mi reproductor.

—¿Fue el que te regalaron para navidad? —Le preguntó ChangBin.

Seh —Asiente mientras sacaba el reproductor mp4 de su bolsillo, donde aún tenía el plástico protector en la pantalla—. Fue merecido, lo canjeé por mis calificaciones y mis padres estuvieron de acuerdo, así que-

Pero fue bruscamente interrumpido por un gran baño de hielo y agua helada sobre su cabeza, tal como ChangBin y MinHo recibían el propio por parte del equipo de baloncesto.

—¡Feliz año nuevo! —Exclamó uno mientras lanzaba hacia la cabeza de ChangBin el vaso de poliestireno.

Sin embargo, más que enfurecerse o enrabiarse, los tres suspiraron con una nostálgica letanía.

—Me ilusioné, ¿Saben? —Confesó ChangBin mientras sacaba una toalla gris de su casillero. La toalla estaba tan dura y mal oliente que prefirió lanzarla a la basura—. Ahora que JiSung iba a estar en el equipo de baloncesto…

—¿Creías que nos defendería de esos simios? —Le cuestionó con burla SeungMin, viendo con pena su reproductor—. Agh, iré a la cocina a preguntar por arroz.

Con mal humor SeungMin se alejó de los chicos, dando pisotones hacia el final del pasillo para poder ingresar a la cafetería.

—¿En serio esto va a continuar? —Expresó el otro chico mientras sacaba su bufanda para estrujar el agua—. Cada día este tonto lugar parece una película yankee.

—Podríamos hacer una lista de cosas clichés e ir tachando según lo que ocurre en la trama —Opina MinHo mientras se sacaba su clásica casaca negra para ventilarla.

—Oh, genial, empezaré con el acoso —Exclama con sarcasmo.

MinHo le dio una patada en el trasero ante tal burla, para ser rápidamente interrumpido por una chica.

Dos, realmente: Shin MinYu y Kang YiSu.

—¿MinHo? ¿Puedes acompañarme? —La voz de MinYu era un poquito más baja de lo usual, y bajo la curiosa mirada de YiSu parecía temblar—. ¿Ahora?

—Uh, claro —Asiente él torpemente, mirando con duda también a YiSu quien se encogió de hombros en respuesta—. Nos vemos al rato, ChangBin.

—Nos vemos.

El trío caminó entre el bullicio e hiperquinética juventud que disfrutaba del frío de enero. El tercer trimestre era emocionante por lo corto e intenso que era, como la gran cantidad de actividades que traía consigo. MinHo podía observar, pasando por el pasillo de tercer año, que los estudiantes parecían expresar su nerviosismo por las últimas semanas de clases, y de cómo el presidente del Centro de Estudiantes Park DoWoon era tragado por sus propios delegados ante quejas y expectación por parte suya.

—Pasar por acá me pone ansiosa —Comenta YiSu con un poco de diversión al notar que MinYu no les estaba dirigiendo la palabra, quien caminaba con seguridad dándoles la espalda.

—Feromonas del fin de la escuela —Explica MinHo, apuntando a un chico del salón avanzado de tercero que parecía estar al borde del llanto—. Si sigues viéndolo a él probablemente te lances de lo más alto de la iglesia.

—Ay, que horror —Expresó—. ¿Qué harás tú cuando salgamos de la escuela?

—No sé —Contestó con sinceridad—. Seguiré con la música o conseguiré trabajo en la granja de HyunJin, no me importa realmente- ¿Y tú?

—Cuando cumpla los dieciocho entraré a trabajar en la sastrería —Contesta formando una sonrisa, antes de referirse a MinYu—. ¿Y tú, MinYu?

Pero ella no contestó, y siguió caminando tan tercamente hasta que los guio hacia la meta inicial: el patio de la escuela.

Como usualmente llovía y el frío era tan intenso que calaba los huesos, el patio de la escuela pasaba vacío o con poco uso; en ese instante se encontraban un par de estudiantes que juegan futbol o parejas anhelantes de calentura que consideran el espacio ideal para llevar a cabo sus actividades.

YiSu y MinHo compartieron una mirada extraña mientras tiritaban de frio; la chica por su usual vestimenta en falda mientras que MinHo castañeaba sus dientes a causa del agua que le había empapado momentos atrás.

—Toma —Cedió la muchacha su bufanda gris, colocándola alrededor del cuello de MinHo—. La necesitas más que yo.

—G-g-gra-ci-cias.

—¿Por qué nos sacas con este frío? —Cuestionó YiSu a MinYu, subiendo el cuello de su chaqueta.

—Necesitaba hablar con ustedes sin levantar sospecha —Comienza a hablar MinYu de manera nerviosa, incapacitada de ver a los otros dos a los ojos.

—Porque no es sospechoso hablar en el patio con tres grados bajo cero —Dijo con sarcasmo MinHo.

—Lo que pasó en la fiesta de HyunJin…

Ah…

MinHo no se lo había comentado a alguien. No recordaba si eso había sucedido de verdad o había sido efecto de la borrachera, como tampoco le había tomado el peso a la situación; pero no fue hasta el recuerdo de la conversación siguiente que tuvo con Dorian esa noche que- sep, la situación había sido muy real.

—¿Tú la viste? —Preguntó MinHo deliberadamente hacia YiSu.

—¿Las viste tú también? —Cuestionó con la misma insensibilidad la otra chica.

—¡Solo quería aclarar algo! —Chilló repentinamente MinYu, desbordando de su nerviosismo—. ¿Se lo han contado a alguien?

—No —Responden en simultáneo.

MinHo se sintió mal por el rostro tal aliviado que ella puso tras escuchar esa respuesta.

—Gracias, señor…

—Uh, ¿Pero tú y Kaede son lesbianas? —Consulta MinHo. YiSu carraspeó estrepitosamente luego de que él hiciera la pregunta—. ¿Qué?

—¡¿Qué?! ¡No lo somos! —Como un reactivador, el nerviosismo y paranoia de MinYu apareció drásticamente, mirando con furia a MinHo—. ¡¿Por qué preguntas esas cosas?!

—¡Perdón! —Se disculpó enseguida él—. Yo- lo siento, creí que…

—Ella no lo es —Aclara enseguida MinYu—. No anden diciendo esas cosas. Kaede no es lesbiana.

—Está bien —YiSu intentó tomarla del brazo, pero MinYu se apartó sutilmente—. No le diremos a nadie lo que vimos. Tranquila.

—Estoy entregando mi vida a ustedes —Suelta repentinamente ella, con un tono de voz desesperanzador, dejando a MinHo por un momento helado—. Por favor, les ruego que no lo comenten.

Ella se había inclinado hacia ellos, con sus rodillas temblando. YiSu le dio una mirada rápida a MinHo antes de tomar a la chica por los hombros y bajar su cabeza a la altura de ella. —Está bien, MinYu, te prometemos que no se lo diremos a alguien.

Nuevamente, YiSu carraspeó haciendo que MinHo asintiera en concordancia. —S-si, MinYu, no lo comentaremos.

—Varios se besaron esa noche, y bebimos mucho —Le consuela—. No creo que alguien hable sobre eso- además de que nadie las vio.

Estuvieron por un momento en silencio, con MinYu sin atreverse de levantar su cabeza. Desde el fondo de su pecho MinHo sintió una repentina pena, empatizando con ella; se sentía extrañamente culpable, e incluso se arrepentía de haber entrado a esa habitación en ese momento aún cuando él no tenía idea de lo que sucedía.

—Vale —Finalmente, MinYu levantó su cabeza. Sus ojos estaban un poco acuosos y su nariz roja, pero MinHo decidió culpar al frío—. Vale, en serio muchas gracias.

—Somos amigas —Le sonríe YiSu mientras le palmeaba su brazo—. Puedes confiar en mí.

—Uh- nosotros no somos amigos- pero no te preocupes, soy tú cómplice para lo que quieras —Ratifica enseguida MinHo volviendo torpemente a su carácter de bufón, logrando que MinYu soltara una sonrisa.

—Gracias —Repitió, mirando por un momento los ojos de MinHo antes de inclinar nuevamente su cabeza—. Me retiro.

MinYu caminó hacia el interior de la escuela dejando a YiSu y MinHo en el frío, en silencio por un momento sin saber realmente qué decir en esa situación.

—No sabía que las habías visto —Soltó MinHo, rompiendo el hielo.

—No las vi —Clarifica ella—. Antes de que nos fuéramos escuché a Kaede y MinYu discutir- hablaban de que las habías visto besarse.

Ajá.

—Así que supongo que fue por eso —Concluye, lacónica—. No puedo creerlo- se ve tan triste. Tuvo que haber pasado todas estas vacaciones perturbándose.

—Tienes razón… —Murmuró a la lejanía él, sintiéndose ido—. Pero- digo, ¿Es realmente malo lo que hizo?

YiSu giró su cabeza tan fuerte que sus coletas volaron de forma extrema. —¿Disculpa?

—Era pregunta retórica —Aclaró con rapidez, viendo por primera vez el enojo de la muchacha—. Era retórica, no es como si realmente hiciera algo malo.

—La culpa ha de carcomerla —Supone—. La veo siempre en misa con sus padres. SeungMin presume que sus padres están locos porque evitan sentarse con los padres de Kaede.

MinHo soltó un suspiro por la nariz tras escuchar esa información, y terminó asintiendo en comprensión.

La campana que iniciaba la primera clase sonó, y MinHo fue a encaminar a YiSu hacia su propio salón.

. . .

Para el primer día de clases de JiSung había sido lo suficientemente bombardeado como para dejarlo congelado por un buen momento durante la hora del almuerzo.

Una de las ventajas que tenía esa clase eran las horas de estudio autónomo para la CSAT, lo cual JiSung agradecía desde el fondo de su corazón porque no esperaba tener que soportar seis horas académicas más estudio intenso para el examen. Su rutina de estudio de pomodoro había dado el tiempo suficiente para comer un poco antes de que fuera la hora del almuerzo para aprovechar ese tiempo en la biblioteca, pero estaba en un estado de shock tan grande que tendría que aplazar su estudio un poco más adelante.

La profesora Ji había sido un sol con él. Le había explicado con detención las reglas del salón avanzado y lo inscribió en los electivos que rendiría en el examen para la CSAT más el lenguaje extranjero aparte del inglés (que a pesar aprender ruso era tentador, terminó desviándose por el castellano). Ella le había explicado la planificación de sus horas de estudio, rutinas y todo lo necesario para mantenerlo equilibrado.

A pesar de que ella era buena, paciente y agradable, si había mostrado su desagrado cuando JiSung le pidió (o le rogó, mas bien) que no le comentara a su madre que se había cambiado de electivo. Él no quería ser muy explícito la razón de su mentira, por lo que la profesora Ji no tuvo el panorama completo del acontecimiento causando que ella le reprendiera por mentirle a su madre- e incluso le había ofrecido en ir con la nueva psicóloga de la escuela, pero si JiSung antes de las vacaciones tenía problemas para organizar sus estudios, novia, amistades y tiempo de llanto, con una psicóloga todo sería más caótico.

Pero ahí estaba él, mirando la planilla de actividades de ese trimestre para el salón avanzado mientras sentía cómo un picabuey rondaba por su cabeza divertidamente.

—¿Desde qué hora estás acá? —Consultó divertidamente Chan mientras se sentaba junto a JiSung con su bandeja del almuerzo.

—Me estoy enraizando —Contestó él mientras se estiraba perezosamente para tomar el plato de frutas que Chan traía para él, sin apartar la mirada de la planilla.

—¿Tan mal fue tu primer día? —ChangBin pregunta sentándose frente a ambos, comenzando a comer su postre primero.

—Mucha información, realmente —Confiesa—. Aunque estoy emocionado.

—Oye, no quiero sonar desagradable con tocar el tema… —Chan se acomoda para ver el rostro de JiSung—. Pero- bueno, es por el tema de la banda.

Los ojos de JiSung se abrieron en realización. —¡Por supuesto! La profesora Ji me entregó la llave.

Colocando y hurgando su mochila sobre la mesa buscó la pequeña llave atada a un hilo de lana rojo como referente para que esta no se perdiera; una vez que lo encontró, la llave tenía escrito con plumón 143 en su cabeza. —Es en el ala vieja, la antigua sala de música.

—Oh, que nostálgico —Suspira ChangBin mientras se aproximaba en tomar la llave—. La última vez que estuvimos ahí fue hace un año.

—¿Los de baloncesto no te dijeron nada? —Consulta Chan, preocupado.

Bueno, esa tarde sería la primera vez que JiSung se enfrentaría con el equipo de baloncesto, y era consciente que cuando ellos se enteraran que su viejo almacén de deporte sería desplazado para el antiguo uso de la banda estarían realmente molestos. Pero JiSung no quería pensar en eso ahora.

—Digamos que es fortuito —Intenta justificarse él—. Y el entrenador Connor no parecía molesto.

—Bueno, con los chicos ya organizamos el tema de antemano —Continúa Chan—, no creímos que sería productivo estar solamente los noventa minutos destinadas para los clubes en la escuela, así que estaremos el tiempo destinado a los clubes y luego pasar a casa de MinHo para ensayar.

—Si así les acomoda —Se encoge de hombros JiSung—. Yo realmente no quiero que sea inoportuno o ineficaz para ustedes.

—Tranquilo —Interrumpió ChangBin—. Si algo bueno que podemos sacar de esos noventa minutos es que no tendremos a MinHo exigiendo que toquemos U2.

Rápidamente el tema de conversación cambió a uno más contingente, con ChangBin criticando la última noticia controversial mientras que Chan y JiSung opinaba a favor de ello.

A JiSung le gustaba pasar tiempo con Chan y ChangBin. Yuna siempre decía que la mayoría de las veces que JiSung abría la boca era para discutir algo, y ahora JiSung había encontrado dos personas parecidas a él que no temían pelear sobre distintos temas; era realmente un alivio saber que rasgos de su personalidad discutidora no era algo que repelía a los demás.

Pelear…

Se sintió repentinamente tonto ante tal nueva realización, pero decidió mantener al margen de su mente esa obvia idea hasta que tuviera más información del tema. Pero si podía, él querría llevar a Chan y ChangBin consigo a Seúl para la actividad de la ONU.

Los minutos pasaron y HyunJin se les unió enseguida; JiSung se apartó por un momento del exhaustivo debate para prestar atención el alegórico hecho que le había sucedido a HyunJin en la mañana. Seguidamente se les unió Felix con SeungMin y, finalmente, JeongIn y MinHo, quien el último llevaba un rostro de mala muerte.

—¿Y ese milagro que vienes con nosotros? —Consulta HyunJin con sorna, apuntando a MinHo.

Por su parte, el pelinegro le levantó el dedo del medio antes de ocultar su cabeza entre sus brazos. Era un hecho igualmente que no se había sacado los auriculares para escucharlo.

A JiSung siempre le causó curiosidad ese rasgo de la personalidad de MinHo. Él era un chico extrovertido, eso lo podía apreciar, o tal vez estaba equivocado y en realidad el chico era un poco más asocial de lo que creía- tenía una personalidad explosiva, aún con desconocidos JiSung podía apreciar, pero tal vez era la gente en general que afectaba las energías de MinHo.

Esa situación de MinHo desanimaba a JiSung, ya que él estaba emocionado por contarle su primer día. Sin embargo, esa decepción fue compensada cuando su ánimo se renovó con JeongIn, con quienes se sumaron en una superflua y entretenida conversación.

Pese a, SeungMin se le unió a la conversación y, por estar junto a JeongIn, este comenzó a bromear con él, agarrándolo del cuello para darle un meloso abrazo que terminó quebrándose por un grito de menor. —¡Estás mojado!

—¡¿Aún?!

—¿Cómo que aún? —Preguntó JiSung repentinamente, mirando a SeungMin a través de JeongIn.

—Nos mojaron en la mañana —Explica él mientras se palmeaba el pecho de su chaqueta para comprobar la humedad—. Lo dejé en el calefactor toda la mañana.

—No te vaya a dar una neumonía —Advierte Chan desde el otro lado—. Sácatelo.

—Está bien —Le resta importancia SeungMin—. Me lo sacaré en el club.

—¿Todavía siguen mojándolos? —Volvió a preguntar JiSung, ignorando la modestia de SeungMin—. ¡Les dije que pararan de hacerlo! —Expresó molesto, recordando esa tarde del festival donde los chicos hacían una prueba de audio y JiSung espantó a los tontos de su equipo de baloncesto—. Iré a hablar con ellos.

—¡No! —JeongIn y Chan tomaron a JiSung de las mangas para volver a sentarlo.

—No es realmente importante, en serio —Intenta de nuevo restarle la importancia SeungMin, cosa que enojó más a JiSung—. No te molestes por eso.

JiSung bufó, pero era una persona terca, por lo que se levantó rápidamente de su asiento para ir directamente a la mesa donde él presumía que había empapado a sus amigos.

A la mesa de sus otros amigos.

—¿No que iban a dejar de molestarlos? —Es lo primero que espeta JiSung al llegar con ellos. Yuna, que estaba conversando con MinGi, se vio realmente desconcertada por el enojo que él estaba proyectando hacia San, MinGi y YeoSang.

—O sea, no te prometí nada —Contesta con desinterés San sin apartar la vista de Chaeyereong, quien se veía un tanto incómoda—. Pero sea lo que sea que haya pasado, no fui yo.

—Ustedes tres están siempre en la camada que los acosan a ellos —Apunta JiSung hacia el grupo de la mesa, quienes observaban al chico desde su ubicación notoriamente curiosos; incluso MinHo había levantado la cabeza de la mesa—. ¿Ni siquiera tienen piedad por ser invierno?

—¿Esperas que les tiremos cafés? —Bromea YeoSang.

—Eres un puto psicópata.

—¡Estoy jugando! —Saltó ofendido, levantándose para enfrentarlo directamente—. No seas tan dramático. Si los del equipo no te quieren hacer caso entonces no tienes con quién pelear.

—Podrían empezar ustedes —JiSung le dio una mirada a MinGi—. ¿Cómo MinGi puede dejar de hacerlo solo por Yeji y ustedes no pueden hacerlo por mí?

MinGi se sonrojó hasta las orejas, mientras que Yeji seguía con su conversación con RyuJin pareciendo ignorar lo dicho.

—Porque tú no tienes nada que ver con ellos —Contesta San—. Es entre ellos y nosotros.

—Por una estúpido almacén de baloncesto —Pone los ojos en blanco él—. ¿Cuántas veces les he dicho que esa estúpida pelea es infantil?

—A ti nunca te pareció concernir eso —YeoSang seguía a la defensiva—. ¿Por qué ahora te da de super héroe? ¿Por tus amiguitos y todo eso?

—No creí que tuviera que estar constantemente diciéndoles que dejaran de molestarlos solo porque era estúpido —JiSung sin querer empezó a elevar la voz, causando que el murmullo de las chicas de la mesa comenzara a apagarse—. Ahora si quieren tirar en contra de alguien pueden hacerlo conmigo, porque les he quitado el maldito almacén para que volviera a ser la vieja sala de música.

—¡Hermano! —San saltó—. ¡¿Por qué?! ¡¿Dónde mierda dejaremos las cosas?!

—Eso es algo que debe alegarse ante el director Kwon, no conmigo. Incluso el entrenador Connor estuvo a favor.

—¿Sabes que eso te afecta a ti, o no? Ya que estás en el equipo… —YeoSang espetó con recelo—. Deja de ser tan infantil.

—Dejen ustedes de serlo —Insistió JiSung—. Vamos, ¿No pueden ser normales y dejar de molestar a las personas?

—Opino… —Yuna, con lentitud, se levantó de su asiento para acercarse a los tres chicos, poniendo una mano en el hombro de JiSung y YeoSang—, deberían conversar este tema en privado, ¿Sí?

Por primera vez JiSung notó que si había elevado la voz, y que los tres habían estado llamando la atención de los curiosos que miraban en la cafetería. La mesa de los chicos de la banda estaba igual de pie, atentos ante cualquier punto en el que ellos pudieran intervenir, cosa que pareció hastiar a YeoSang y San. Sobre todo a San.

—Vale —Accedió JiSung, mirando a los otros dos—, vamos a otro lado.

San masculló algo entre dientes que JiSung no escuchó, pero no le importó. Se acercó con rapidez hacia la mesa de la banda para poder tomar su mochila y largarse de ahí, enfurecido como para querer hablarles o mirarlos.

No era la primera vez que lo estaban metiendo en ese tipo de problemas, en especial San. ¿Qué se creía él para ser así? Siempre se había involucrado demás en cosas de la vida personal de JiSung; en un principio había sido efectivo, como conversar con su madre para pedirle permiso para salir o cosas así, sin embargo, esto fue escalando hasta en ir a buscarlo a su propia casa cuando los evitaba como involucrarse en su relación con Yuna y en el extraño triangulo insoluble que habían formado con MinHo.

¡Ah, por la mierda!

Los tres salieron de la cafetería a paso apresurado y, en mando suyo, se dirigieron hacia el ala vieja de la escuela donde usualmente se llevaban a cabo las actividades de los clubs. Podía ver en los pasillos cómo algunos líderes empezaban con la organización de sus salones, recordándose a si que debía de pedir útiles de aseo para poder limpiar el viejo salón de música.

—¿Se puede saber cuál es tú problema? —Comienza YeoSang al instante—. ¿Por qué de repente te juntas con esos idiotas?

—¿Es por lo de MinHo? —San puso los ojos en blanco cuando lo dijo—. ¿Quieres sacar provecho de él? ¿Qué mierda te pasa?

—¿Por qué creen que quiero sacar provecho de ellos? —Consulta con enojo JiSung.

—Porque de la nada quieres juntarte con ellos ¡Siempre los hemos molestado!

—No, ustedes los han molestado —Corrige JiSung las palabras de San.

—¡Claro! ¡Porque mientras nosotros hacíamos el “acoso” (como tú le llamas) tú jugabas al superhéroe con ellos! —Ratifica San. YeoSang pareció finalmente dar un paso al lado—. Admítelo, tú nunca estuviste interesado en ellos.

Era verdad. JiSung nunca se aprendió los nombres de ellos hasta esa tarde en la que acompañó a MinHo a dejar las compras a su garaje.

—¿No crees en la posibilidad de que te estén usando simplemente? —Opina YeoSang.

—¿Usando de qué? —JiSung cuestionó—. Soy tan inútil como una rama.

—¡Para atacarnos!

—¡No se crean tan importante, por Dios! —Exclamó—. Son chicos realmente agradables. Demasiado. No es problema de ustedes si me siento más cómodo con ellos que con ustedes.

JiSung era ignorante del peso de sus palabras, y no lo pudo entender por un momento. No entendía por qué en ese momento San y YeoSang se mantuvieron en silencio ante sus dichos mientras palidecían con lentitud, mientras que una expresión sombría y de decepción se asomaban por sus rostros.

—Vamos —Soltó San, con más rabia en su tono que nunca—, ¿Desperdiciarás todos estos años? ¡Somos amigos, hijo de puta! ¡Mejores amigos!

—¡¿Cuándo los hemos sido?!

—¡Desde segundo de la escuela media! —Explotó San—. ¡Todos esos imbéciles son cómplices de su amigo que quiere robarte la novia! ¡Y tú no eres más que un idiota!

JiSung abrió la boca, y la cerró. Estaba enojado, furioso, pero si hablaba ahora probablemente diría aún más estupideces, por lo que solamente se limitó a negar.

—Váyanse a la mierda —Murmuró mientras se restregaba los ojos—. Son insufribles.

—El insufrible egoísta eres tú —San se le acercó—. Eres un puto narcisista que no ve más allá de su nariz. Ojalá que Yuna te termine por el idiota.

YeoSang, quien se había mantenido en silencio todo ese tramo, fue el primero en poner una cansada marcha de regreso a la cafetería, mientras que San le siguió el paso de cerca. JiSung, por su parte, solamente se limitó a apoyarse en los marcos de las ventanas cerradas de un salón para poder inhalar y exhalar con profundidad.

Estos son problemas que no necesito, pensó. No necesito esto. No necesito personas reales.

Repasó de nuevo las injustas palabras que les había lanzado a San y YeoSang y sintió el remordimiento al instante, pero no se arrepentiría, no daría el brazo a torcer. Él no necesitaba desconcentrarse en ese tipo de cosas cuando tenía una meta fija.

. . .

—Bestial lo de JiSung —Opinó Felix mientras caminaba con MinHo hacia el salón del pelinegro—. ¿Crees que esté todo bien?

—Son unos idiotas ellos, así que no sé —Se encoge de hombros él—. ¿Alguna vez te ha hablado de ellos?

Felix negó. —Había veces que, mientras tomábamos desayuno en el aula, ellos lo iban a buscar, pero muy pocas veces accedía a irse con ellos.

—Son tan desagradables que su amigo no los tolera —Se burla MinHo, pero Felix no rio—. ¿Qué?

—Creo que el problema es otra cosa —Comentó él, pensante—. Cuando iba con JiSung en el mismo salón él pocas veces miraba su alrededor, y nunca se dio cuenta que éramos del mismo salón hasta que nos conocimos realmente —Explica—. ¿Desde hace cuánto que JiSung será así?

—¿Así cómo?

—Cerrado.

MinHo abrió la boca para contestar algo, pero la cerró cuando supo que realmente no tenía nada que decir, por lo que se limitó a encogerse. —No sé, tú lo conoces mejor que yo.

—Bueno, pero concluyo que solamente ellos están sentidos porque JiSung los aplazó- por, eso, creo yo, porque es cerrado.

La idea pareció realmente coherente en la cabeza de MinHo, pero quiso evitar el tema.

 —Como sea, olvidándonos del novio llavero, ¿Cómo te encuentras? ¿Te siguen molestando?

Felix ladeó su cabeza. —No tanto. Ya no se les hace divertido burlarse de mi acento cuando leo en literatura.

—Eso es un avance.

—Aunque si me siguen lanzando papel en historia.

MinHo suspiró. —Por supuesto…

Pero pasando por la puerta de una oficina en particular terminó llamando la atención de MinHo, quien se detuvo abruptamente para devolverse y ver a través de la ventanilla.

—¿Qué pasa? —Preguntó Felix, curioso.

—¿Desde cuándo hay psicóloga? —Cuestionó, con un fuerte nudo en su estómago.

—Ni idea —Felix también se asomó por la ventanilla—. ¡Oh!, ¡Es muy joven!

—Debes estar de joda…

Sin respeto alguno MinHo abrió la puerta de la oficina, mostrando a Min HanSoo saltar del susto mientras vertía su taza de té en el florero cercano. —¡Ay! ¡Tonto! ¡No me asustes de esa forma!

—¿Qué haces acá? —Cuestionó enseguida MinHo a la mujer.

—MinHo… —Felix lo zarandeó levemente de la manga del brazo—. Así no se tratan a los adultos.

—Ay, no te preocupes, él no tiene respeto por nadie —Le resta importancia HanSoo mientras se levantaba para apoyarse en su escritorio, mirando con una sonrisa sarcástica a MinHo—. ¿Cómo estás, MinHo? ¿Necesitas que Noona te guíe?

—Y una mierda, ¿Cómo es que…?

—¿Crees que vivo de la tienda de música? —Cuestionó con sorna, antes de fijarse en Felix e inclinarse levemente—. Un gusto, soy Min HanSoo, psicóloga de la escuela.

—U-un gusto —Correspondió Felix, contestando un poco torpe—. Soy Lee Felix, del salón 1.

—¿Ese tonto es un sin respeto con todo el mundo? —Consulta.

Felix movió ligeramente su cabeza. —Uh, parece que sí.

—Soy dueña de la tienda de música de otro pueblo —Explica ella, al notar la mirada perdida de Felix—. MinHo fue con un chico durante las vacaciones de invierno a trabajar y-

—¡Ya! ¡Felix! —MinHo gritó enseguida al saber hacia dónde iba la conversación—. ¿Por qué no vamos a clase?

Felix, desconcertado, asintió y siguió a MinHo por el resto del pasillo.

—¿Cuándo se refería un chico, era a Dorian? —Consulta con inocencia.

MinHo, asumiendo la inocencia de Felix, asintió con confianza aún sin querer mirarlo a la cara.

Luego de separarse por sus propios caminos y se acercó a su propio salón no le fue sorpresa encontrarse con Yuna en su soledad, ni siquiera cuando ella le dio una incómoda sonrisa.

—Hola —Le saludo ella, casi como si fuera un susurro—. ¿Cómo estás?

—Me encuentro bien, ¿Y tus vacaciones? —Contesta MinHo con cortesía.

—Bien, igual… —Murmuró a su vez que se agarraba su cabello para observarlo—. ¿Has sabido de JiSung?

Nah, ¿Qué demonios fue lo que pasó?

MinHo había estado tan perdido en sus pensamientos con su música que no había entendido la disputa que JiSung había tenido con sus amigos.

—Mojaron a SeungMin en la mañana, parece —Respondió—. O eso fue lo que comentó MinGi, realmente tampoco sé.

Ah~ —Asintió en comprensión—, si, cierto, nos mojaron en la mañana.

—¿A ti igual?

Seh, pero no lo consideraba como algo por lo cuál él tenía que pelear —Se encogió de hombros.

El aire de ambos era levemente incómodo. MinHo no podía evitar sentirse un poco intoxicado por el cuidadoso trato que Yuna estaba expresando- contradiciendo su naturaleza.

—¿San te golpeó por lo que pasó en la biblioteca? —Rompió el silencio la pelinegra, aún más precavida que antes.

MinHo quiso mentir a primera instancia, luego pensó en ignorarlo; a pesar de que lo que había detonado la pelea fue un hecho que hizo Yuna, realmente MinHo y San no tenían una buena relación. Sin embargo, replanteándoselo, no podía omitirlo.

—Si —Dijo finalmente—. Creo que tenemos que hablar de eso, ¿No? —Supone.

—La verdad es que no creo —Confesó—. Es decir- San es el que está loco, ¿No?, mi relación con JiSung es una cosa y mi relación contigo es… otra cosa.

Incluso él pudo percibir lo embarazoso que había sonado eso, aunque se limitó a asentir en concordancia.

La extrañeza en ese momento era tan grande que ni los chistes malos de MinHo podía salvarlo, por lo que terminó cediendo a tener una conversación banal con ella para pasar el rato. Empero, aún con la suave voz de la chica y su inclinación mansa, la sensación de MinHo de que JiSung probablemente seguía sin saber la causa de la pelea lo estaba alertando, por lo que se propuso internamente el ir directamente esa noche a su casa a confesarle todo lo que había pasado los últimos meses; el bochornoso plan, el enamoramiento de Yuna y el cómo él había sido un idiota por no contarle todo desde un principio.

Se sentaron juntos en clase, al fondo. La clase de matemática era algo que parecía acomplejar a Yuna por lo que MinHo la ayudó desinteresadamente, y regresando a su personaje ella comenzó a bromear de la misma forma que lo hacía.

Yuna seguía siendo una chica linda y atractiva, e incluso a veces se le olvidaba que ella tenía sentimientos por él. Si MinHo nunca lo hubiera supuesto ni SeungMin confirmado, habría sido completamente iluso a ella.

 Setenta minutos después, la campana que daba finalizada a la jornada académica e iniciaba la hora extracurricular dio inicio.

Normalmente MinHo se iba a esa hora, cuando la jornada académica terminaba, pero su ruta se cambió en dirección hacia el ala vieja de la escuela, hacia la vieja sala de música. Se encontró con Felix y HyunJin de camino hacia allá, en el que HyunJin se veía emocionado por volver a tocar en el almacén de baloncesto contándole a su vez a Felix los recuerdos y experiencias que habían vivido allí junto a su antiguo maestro de música.

Quedarse en la hora de los clubes en la escuela era otra sensación para él, en el que los estudiantes y maestros bajaban un poco la guardia y donde todos paseaban con calidez y diversión para hacer cosas que estaban a sus gustos.

—Supongo que tendré que traerme la batería de práctica que tengo en casa —Comentó HyunJin al aire mientras se encaminaban—. Aunque no creo que me presten la camioneta luego de lo que pasó para navidad.

—Diles a tus padres que lo superen —Bromeó MinHo—. ¿Quién no ha intoxicado una casa antes?

HyunJin le empujó levemente a su vez que MinHo soltaba una carcajada.

Una vez que los tres llegaron al viejo salón de música, no les sorprendió ver tras desplegar la puerta como el viejo almacén de baloncesto tenía todo un equipo de material para el específico entrenamiento físico de los chicos que estaban en el equipo.

—¡Piensa rápido! —Gritó JeongIn mientras lanzaba un balón desinflado hacia HyunJin.

Él, quien no se encontraba prestando atención, recibió el golpe de balón de lleno en la cara. El grupo completo rio en carcajadas, en especial cuando HyunJin lanzó sus cosas hacia un lado para ir en persecución en JeongIn por toda el aula.

Chan, apaciguando su risa mientras limpiaba con su mano el antiguo escritorio de profesor, no pudo evitar soltar un suspiro. —Tiempo que no estábamos acá.

—Tendremos que sacar todo esto para tener buena acústica —Comentó MinHo mientras iba hacia una de las esquinas, donde una montaña de colchonetas se encontraba reposando. Él, con su descaro, saltó sobre ellas para recostarse—; aunque podríamos dejar estas.

—Tenemos que regresar todo al entrenador Connor —Dice ChangBin, desfundando la guitarra con la que había cargado todo el día—. ¿No creen que se moleste?

—No pareció perturbado hoy cuando tuve educación física con él- ¡Ah, HyunJin! —Se quejó JeongIn mientras HyunJin lo tomaba de los costados para levantarlo con intenciones de dejarlo de cabeza—. ¡Detente!

—Además, no le habría cedido a JiSung la llave —Razona SeungMin.

—Hablando de JiSung- ¿Dónde está?

—¡Aquí estoy!

Asomándose por la puerta y cargando una caja de plástico con útiles de aseo, JiSung apareció con su traje de deportes mientras jadeaba por el cansancio de la carrera. A tropezones el chico se aproximó hacia el escritorio del profesor para dejar la pesada caja y soltar un suspiro.

¡Fiu! Creí que caería —Jadeó él.

—¿Por qué no nos pediste ayuda? —Cuestionó Chan mientras revisaba la caja. El resto del grupo se acercó para imitarlos.

—No me dio el tiempo —Contestó con velocidad—. Lamento no poder ayudarlos, tengo que irme a entrenar- uh, Chan, tú tienes la llave, más tarde iré a tu casa a buscarla.

—Iremos donde MinHo después.

—¡Ah, genial! Entonces me pasaré por ahí después del entrenamiento. Dejen las cosas en la secretaría y no se olviden de cerrar con llave. ¡Adiós!

Y cuán rápido llegó, rápido se fue. A pesar de que ya estuvo en entrenamientos de práctica antes, esta vez JiSung se encontraría en una práctica real para competencias reales (aunque por novato las probabilidades de entrar a la cancha eran bajas, JiSung tenía que igualarse con sus compañeros).

—Supongo que el bastardo nos dejó la carga —Bromeó MinHo mientras bajaba de las colchonetas—. Bueno, ¿Puedo poner música?

—¡No! —Le gritaron los otros seis.

. . .

La limpieza había sido un poco tediosa, pero entretenida. En un momento botaron todas las colchonetas que se encontraban y sin querer derrumbaron la montaña de viejos aros de baloncesto causando un fuerte estrago; pero todo valió la pena cuando pudieron ventilar un poco de su espacio.

Cuando pasó el tiempo estimado para ellos todos se dirigieron a la casa de MinHo en manada, interactuando con normalidad hasta llegar al viejo garaje donde cada chico de la banda se puso en su lugar para comenzar con un ensayo exprés tocando Adrienne de The Calling.

Decir que MinHo no estaba nervioso era una vil mentira, y el metrónomo lo delataba. A pesar de que en esa canción él no tenía que tocar a Cessi, su voz se iba adelantado en comparación con lo que tocaban Felix y ChangBin. El resto por supuesto que lo notó, pero no parecieron querer comentar algo al respecto y dejarlo todo en manos a la calma del pelinegro.

Pero el ambiente de nerviosismo se fracturó cuando una lata de bebida rompió con el ruido golpeando la puerta del garaje.

—Esto es un mal chiste —Expresó SeungMin, saliendo de su libro de fantasía para ver al grupo—. Y ustedes son basura.

—Gracias —Comentaron los cuatro.

—Iré por algo de beber —Anunció MinHo, saliendo del micrófono para entrar a su casa.

En particular ese día su padre tenía un poco más de pacientes que los otros días, por lo que tuvo que inclinarse con cordialidad a la gente que esperaba en el pasillo en dirección al sótano cuando pasó hacia la cocina; sacó una gran botella de té del cual quedaba la mitad del contenido, y cuando volvió a pasar por la fila vio el rostro conocido de San apoyado en la pared de su casa.

No es como si MinHo nunca viera a chicos de la escuela en su casa, era obvio que su intimidad se vería un poco expuesta cuando la oficina médica de su padre estaba en el sótano, pero eso no quitaba el hecho de que le irritaba saber que los chicos de baloncesto tenían problemas con sus dientes, en especial San en particular, quien MinHo se había encargado de rompérselo.

—El querido Sana Sana tiene dolores dentales —Se burló MinHo mientras regresaba al garaje—. Su dientecito le duele.

—Tuviste que volarle la paleta —Dijo ChangBin—. El premolar cualquiera se lo puede sacar.

—No sean violentistas —Calma Chan cuando escuchó al resto asentir a lo dicho—. No sean como ellos.

—Eres un hipócrita, comunista —Canturreó el pelinegro.

—¡Que no soy comunista!

Siguieron con la conversación y el ensayo, practicando la última canción que ChangBin había escrito (y dándose cuenta de que sonaba bestialmente mal) hasta que JiSung llegó.

MinHo, intentando no desconcentrarse a causa de su nerviosismo, quiso ignorar por completo la historia de su entrenamiento que JiSung le contaba a JeongIn, e incluso le costó concentrarse en el cambio de acordes de su guitarra cuando Chan le preguntó sobre la discusión que había tenido con YeoSang y San; sin embargo, como JiSung por naturaleza era un chico reservado, se limitó a respuestas cerradas.

Sin embargo, la calma del momento se estropeó cuando SooYoung se asomó por el umbral del garaje.

—MinHo —Le llamó ella, con una voz tan suave pero lo suficientemente retumbante como para hacer a HyunJin y Felix dejar de tocar—. ¿Puedes venir?

—¿No puede ser en un rato? —Preguntó.

—No —Espetó, entregando una última mirada hacia el resto de los chicos—. Y dile que se retiren.

—¿Qué?

—¡¿Qué te toma tanto tiempo?! —Escuchó a su padre MyungDae elevar la voz desde el interior de la casa.

Avergonzado y sorprendido, MinHo le entregó una mirada a su grupo antes de dejar a Cessi en su podio y seguir a su madre al interior de la casa.

El pasillo, comparado a como estaba antes, se encontraba vacío. Era cerca de las siete de la tarde por lo que era obvio que su padre había terminado con todas sus sesiones, por lo que se preguntó qué era lo necesario como para que ellos necesitaran de su presencia.

—¿Qué pasa? —Preguntó de nuevo MinHo, mirando a MyungDae sentado en el sofá y a su madre parada detrás de él.

SooYoung cruzó sus brazos sobre su pecho e inhaló pesadamente.

—¿Qué has estado haciendo las últimas semanas? —Preguntó ella, sin ápices de la naturalidad de su voz que siempre usaba.

—¿Hm? —MinHo se rascó su tatuaje del cuello, desentendido—, nada- me parece. He estado con los chicos, ¿Por qué?

—¿Nos dices la verdad? —Indagó MyungDae.

—Bueno-si —Se encogió de hombros—. No tengo por qué mentirles.

—Entonces, ¿Por qué mierda lo estás haciendo ahora? —Y, finalmente, la rabia que SooYoung pareció contener se desvió cuando elevó un poco su voz—. MinHo.

—¿Qué? ¡No les estoy mintiendo! —Elevó también la voz MinHo—. ¡No he hecho nada del otro mundo! ¡He ido al otro pueblo con el primo de Chan!

—¡¿Y qué más?!

—¡¿Que qué más?! ¡Pues nada!

—¿Y nos puedes explicar por qué mierda te vieron vagar a las cuatro de la mañana en la calle? —Fue su padre el que soltó la bomba, con tanta rabia acumulada en su voz que MinHo sintió un real temor cruzar por su espina dorsal.

¿Cuatro de la mañana?, se cuestionó desentendido.

Pero con las miradas que sus padres le entregaban MinHo entendió a lo que se referían.

—Mierda…

—¡¿Qué quieres decir con eso?! —SooYoung exclamó—. ¡¿Entonces es verdad?!

—¡¿Quién mierda les dijo eso?! —Cuestionó MinHo.

—¡Es verdad, MyungDae! ¡Él ha estado saliendo a escondidas!

—¡No lo he estado haciendo!

—MinHo, ¿Por qué sales? —MyungDae cuestionó con fuerza—. ¿Estás metidos en drogas? ¿Qué demonios has estado haciendo?

—¡Estudiando!

Su madre soltó una amarga risa. —¡¿En serio crees que me lo voy a tragar?!

—¡Pero si es verdad! —Chilló—. ¡He estado estudiando! ¡No he estado haciendo nada malo!

—¡¿Por qué no nos contaste que estabas “estudiando” a las cuatro de la mañana?!

—¡¿Alguna vez realmente les ha importado lo que he estado haciendo?!

—¡Por supuesto que sí, MinHo! —Exclamó MyungDae, finalmente levantándose del sofá—. ¡No nos cambies el tema! ¡¿Sabes lo peligroso que es vaguear por esa hora en la calle?! ¡¿Estás demente?!

—¡No es la gran cosa!

—¡¿Cómo no es la gran cosa, por el amor de Dios?! —Gritó SooYoung—. ¡¿Cómo puedes ser tan irresponsable?!

—¡El irresponsable no he sido solo yo, ¿Saben?! —Lanzó MinHo con una peligrosa sorna—. ¡¿Por qué nunca se preocuparon que su hijo no solo estuvo una noche, sino semanas paseando?!

El horrible silencio que se formó en la casa fue alarmante, tanto que la tensión ni siquiera se rompió cuando uno de los platillos de la batería de HyunJin cayó al suelo. Los rostros de sorpresa que MyungDae y SooYoung estaban presentando ante la última revelación de MinHo hizo que el chico se arrepintiera al instante de sus palabras porque- claro, sus padres no sabían eso.

—¿Estás jodiendo? —MyungDae cuestionó, furioso—. ¿Semanas?

Y MinHo no podía ceder, por lo que con su orgullo no flageló y asintió con seguridad.

—MyungDae, han sido semanas… —SooYoung se tapó el rostro con sus manos mientras se sentaba en el sofá—. Semanas… Somos unos padres asquerosos.

—¿Recién se dan cuenta de eso? —Desafió MinHo.

—¿De qué estás hablando? —MyungDae expresó—. ¿Recién? ¡¿Por qué dices eso?!

—¡Porque nunca se han preocupado por mí!

—¡¿Cómo que no?! —Gritó su madre—. ¡Siempre nos preocupamos por ti!

—¡Pues su forma de demostrarlo es asquerosa!

—No me importa que nos encuentres malos, tú no sabes lo que sacrificamos por ti —MyungDae interrumpió. El hombre que tenía la misma nariz que MinHo tomó aire antes de continuar, pareciendo calmar sus nervios—. Pero estás castigado.

—¡¿Qué?!

—¿Creías que saldría de esto sin algún castigo?

—Los chicos se van del garaje —Castiga SooYoung—. No me importa cuánto cariño les tengamos- ellos se largan.

—Y nada de libertades —Agrega MyungDae—. De la casa a la escuela y de la escuela a la casa, y te quitaremos tu guitarra.

—¡Vamos! ¡¿Están de joda?! —Gritó MinHo—. ¡Ni siquiera iba a inyectarme droga! ¡Iba a estudiar!

—¡No nos importa qué mierda hacías, MinHo! ¡¿Es que no puedes tomarle el peso la seriedad del asunto?! —Su madre estaba abatida—. ¡Vete a tu habitación y ni se te ocurra salir de ahí!

Él abrió su boca para querer replicar, pero la pesada mirada que MyungDae le dio lo hizo callar, para finalmente aguantar con ferocidad el grito que quería lanzarles.

—Como si les hubiera importado —Terminó mascullando él mientras caminaba con pisotones hacia la escalera—. ¡Como si les hubiera importado una vez!

La rabia y el rencor dentro de su corazón por la soledad de sus padres estaba palpando en su piel, dejándolo tan vulnerable que quería explotar en llanto.

Con un portazo cerró la puerta de su habitación y, en vez de ahogar su pena con la música al máximo volumen, prefirió intoxicarse con el silencio.

. . .

—¿Qué mierda sucedió? —Masculló esta vez HyunJin completamente desentendido, cargando a tropezones el bombo de la batería.

—La pregunta es en qué mierda estuvo MinHo metido como para que peleara de esa manera —Contestó SeungMin, cargando su guitarra acústica más el amplificador de ChangBin.

Cuando habían escuchado el primer grito de SooYoung supieron que algo iba mal, y cuando escucharon el castigo del pelinegro todos tomaron sus cosas para arrancar lo más pronto posible de allí.

Al final de la caravana en dirección a casa de ChangBin para dejar los instrumentos iba JiSung, quien cargaba un amplificador con una mano y la caja de la batería con la otra. Su corazón pesaba tanto por la culpa que sentía que no podía hablar sobre lo sucedido.

—¿Cuánto tiempo creen que dure el castigo? —Preguntó ChangBin.

—Dependiendo de lo que hizo —Respondió Felix—. ¿Qué creen que hizo?

—Bueno, dijeron que estuvo vagando en la noche —Apuntó SeungMin—. ¿Y estudiando…?

JiSung no veía al grupo porque encontraba más interesante el suelo, pero supuso que todos les habían dado miradas de reojo cuando hicieron calzar las circunstancias.

Desde que lo había conocido MinHo le ha estado secundando, desde ayudarlo con el estudio hasta su ingreso al salón avanzado, le hizo un lugar en su grupo de amigos y lo trató como a uno. MinHo había sido tan atento con él que lo aterraba.

—¿Tendremos que conversar con la tía? —Propuso JeongIn, omitiendo por completo lo dicho anteriormente.

—No creo que sea lo indicado, o al menos esta semana —Opinó Chan, siguiéndole la corriente—. Aunque… bueno, admito que me da un poco de pena la situación.

—Es la primera vez que castigan a MinHo, ¿Qué se supone que haremos sin el vocalista? —Preguntó Felix—. Lo bueno es que no tenemos ninguna presentación…

—¿Qué sucede si sus padres lo obligan a salirse? —La incertidumbre también contagió a HyunJin, quien miraba a Chan en busca de respuestas.

—¿Acabar con la banda, tal vez? No sé si sea bueno reemplazarlo —Terminó concluyendo con letanía.

La idea de que MinHo estuviera fuera de la banda dejó congelado a JiSung.

“¿Quién es el culpable de todo esto?”

Cierra la boca.

Vamos, ¿En serio me lo dirás a mí?, eres una basura.”

Cállate.

“Llorón. Tan egoísta como siempre.”

No soy egoísta.

“¿Y qué significa ese sentimiento que está apareciendo en tu estómago? ¿Ese que dice que si pierdes a MinHo probablemente pierdas al grupo?”

No lo voy a hacer.

“Estas solo, basura. Estás solo por tu culpa~”

¡Vale, ya!

—Tengo que regresar —Anunció JiSung repentinamente, llamando la atención del grupo—. O sea- se me quedó mi bolso de deportes.

—¿Tu bolso…?

Pero ChangBin fue cargado repentinamente con el amplificador mientras que JeongIn tomaba la caja. Acto seguido JiSung comenzó a correr de regreso a casa de MinHo.

—¿Omitiremos por completo el hecho de que si traía su bolso? —Comentó al aire HyunJin.

Hasta el momento MinHo era la persona más parecida a él que conocía; tal vez tenían otros gustos y especialidades, pero algo de lo que JiSung aprendió todas esas noches que MinHo se sacrificó para ir a su casa a estudiar es que, independiente de la música, ambos seguían siendo igual de adolescentes que necesitaban contención cuando la furia estaba en ellos.

MinHo no lo dejó solo, y JiSung no haría lo mismo.

Cuando llegó a casa de MinHo, JiSung se preguntó cómo mierda lo haría para llegar donde él.

La puerta del garaje estaba cerrada, por lo que no había forma de entrar silenciosamente. Si iba por la puerta principal lo más seguro es que los padres del chico lo mandarían a la mierda. La única manera en la que él podía llegar a MinHo era…

Oh, ¿Bromeas?

Miró hacia el segundo piso de la casa y, rebuscando en sus memorias más inútiles, recordó según el paisaje que tenía desde la habitación de MinHo. En silencio comenzó a rodear la casa sin llamar la atención de los vecinos hasta que, en la parte trasera del jardín abierto, divisó la ventana que él presumió que era la de MinHo.

Bien, ahora… ¿Cómo mierda lo hacemos?

A diferencia de las enredaderas que él tenía, la casa de MinHo solamente tenía latas y cañerías externas para la lluvia que se veían realmente endebles como para soportar el peso de JiSung. Vio las rejas sobresalientes de la ventana de la cocina que podía servir de soporte, por lo que la escaló hasta topar al entretecho, que rezando por no caer se balanceó para que, con la fuerza de sus brazos, poder subir; se mantuvo a cuatro patas en el entretecho repasando su plan, intentando en no pensar en la inevitable muerte que le vendría si es que perdía el equilibrio, o si los padres de MinHo lo escuchaban.

Con sus pies apoyados en las canaletas de metal, JiSung se estiró sobre el entretecho hasta alcanzar con victoria el marco de la ventana cerrada de MinHo; subió sus pies con lentitud evitando temblar demasiado fuerte y, sutilmente, golpeó el vidrio con sus nudillos.

En ese momento JiSung pensó cuán ridículo él se veía en ese momento; temblando como gelatina sobre el entretecho de la casa de un chico. Si su madre se enteraba probablemente lo mandaría a una correccional en Seúl, pero no tenía por qué ser tan pesimista.

Volvió a golpear el vidrio, esta vez un poco más fuerte; y al terminar su acción por primera vez se cuestionó si es que, efectivamente golpeaba la ventana de MinHo o en realidad era la de sus padres.

Si hubiese sido la segunda opción habría sido una historia entretenida de contar.

Sin embargo, cuando la persiana se corrió y mostró a MinHo con un rostro tan tosco que JiSung nunca había visto antes, suspiró de alivio.

Genial…

El fuerte rostro del chico cambió drásticamente a uno de sorpresa y enojo, abriendo rápidamente la ventana.

—¡¿Qué mierda?! —Le susurró MinHo, viendo por el marco si es que alguien lo veía—. ¡Entra!

Pero como JiSung temblaba, MinHo tuvo que tomarlo de los brazos y guiarlo hacia la habitación, evitando chocar con el computador de MinHo y no perder el equilibrio cuando esquivó el escritorio.

—Oh Dios, eso fue terrorífico —Comentó JiSung con el mismo sentido del humor que el otro—. Nunca más subiré por la ventana.

—¿Qué estás haciendo acá? —MinHo no sabía si la situación era hilarante o lo enfurecía—. No quiero sonar grosero, pero no quiero verte.

—Lo sé, sé que no quieres verme —Susurra JiSung—. Pero no podía dejarte solo. Sé que estás triste.

—No estoy triste- solamente- ellos- ¡Agh! —Expresó sin elevar la voz—. Estoy bien, en serio.

—Te creo —Soltó con sarcasmo—. En serio —Imitó.

MinHo iba a replicar, pero terminó lamiendo sus labios con su lengua antes de soltar un impaciente suspiro.

—Es solo que… Me da rabia, ¿Sabes? —Confesó—. Ni siquiera quisieron escucharme.

Tampoco lo quisiste hacer tú, pensó JiSung.

—Está bien. Ellos estaban preocupados —Consuela.

—Pero- mierda, ¿Cuándo les ha importado dónde he estado? He estado en un pueblo aparte toda la semana y ellos nunca me preguntaron- nunca me preguntaron dónde estuve, o ha dónde iba tan temprano…

MinHo retrocedió hasta dejarse caer en la cama, presionando con aún más fuerza sus labios para evitar sollozar. JiSung, por su parte, dejó sus cosas en el suelo mientras se apresuraba en sentarse a su lado.

—No es como si me afectara, ¿Sabes? —MinHo sorbió su mucosidad—. Yo solo digo- eso es todo. No pueden sacar la tarjeta de padres responsables cada vez que se les da la gana.

La verdad es que estando ahí, con MinHo mostrándose de forma vulnerable, JiSung se cuestionó finalmente si eso había sido una buena idea. Había sido radical, claro está, pero la verdad es que su corazón había insistido en que estuviera ahí y JiSung solamente parecía arrepentirse.

—De todas formas ellos te aman —Intentó consolarlo JiSung con palabras que le gustaría que le dijeran a él—. Perfectamente pudieron haber sido desinteresados- pero no, fueron padres normales que se preocuparon porque tú desaparecías en las noches.

MinHo no contestó por eso y JiSung temió porque el otro se hubiera enojado, pero cuando levantó finalmente su cabeza del suelo vio como MinHo estaba lagrimeando.

Oh.

Con incomodidad, JiSung estiró su brazo hacia el hombro del chico para sobajearlo torpemente. Esa acción pareció causarle gracia a MinHo porque soltó una débil risa.

—Eres patético consolando —Suspiró MinHo.

—Oh, cállate.

Subiendo su mano por la nuca de MinHo terminó atrayéndolo hacia él para apoyar la frente del pelinegro en el hombro de JiSung, y acariciar los cabellos de su nuca con suavidad para calmarlo.

—Lo lamento —Susurró JiSung—. Sacrificaste la banda por mí.

—Está bien —Susurró igualmente el otro, colocando suavemente su mano en la cintura del otro para poder agarrarse de algo—. Para eso están los amigos, ¿No?

Un leve calor empezó a brotar desde el estómago de JiSung, un calor particular que lo acompañó con una ola de nerviosismo e intimidad. El lugar donde MinHo tenía puesta su mano parecía ser un toque tan natural que JiSung quiso un poco más, por lo que puso su otro brazo alrededor de los hombros de MinHo para que así el otro le diera un abrazo por completo.

No…, no…, no…

“Eres patético”, expresó la voz en su cabeza con una particular burla. “Eres tan penoso, patético e inútil que esta simple muestra amistosa te vuelve loco.”

No es el momento, se recriminó. Él está sufriendo, está triste.

Pero su estómago seguía batiendo mientras que su corazón se alzaba.

 

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja