No puedes avanzar a zancadas

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

I want to break free; Queen

Tw

—Si mides desde ese poste de allá y ese poste de allá, podrán ver que esta escuela es más grande que nuestro pueblo —dijo Chan—. Lo cual es, realmente, penoso, ¿No es así?

Por un lado, JiSung y MinHo se encontraban discutiendo sobre algún tema que ponía los nervios de punta a SeungMin; y, por otro lado, ChangBin no parecía nada pudoroso con las muestras de afecto en público con su nueva novia.

Sin embargo, llegando apresuradamente, Felix apareció en el campo de visión de Chan con un pequeño pote de helado.

—Espero que te guste —dijo el australiano mientras se sentaba junto a él—. Solo había de vainilla.

Y Chan, palmeando su espalda con cariño, asintió. —Tú eres mi persona favorita.

Felix correspondió a la sonrisa.

—¿Por qué sigues diciendo que los capibaras son excelentes aliados contra la guerra de los canguros? —preguntó JiSung a MinHo—. Un canguro puede derrotar a un capibara.

—No, porque los capibaras son animales súper amables, por lo que servirán de distracción —MinHo explicó, extasiado—. Mira, hice los cálculos: Un Lee tiene que pelear con un canguro, pero los canguros le ganan a las personas, entonces- ¿Qué hacer?, ponemos una columna gigantesca de capibaras para que distraigan a los canguros con su ternura, y así, los Lee pueden romperle el cuello a los canguros.

—Son cincuenta millones de canguros y cincuenta y un millón de Lee en Corea —insistió JiSung—, seguirían en desventaja.

—Podríamos aliarnos con los Kim y así crear una super sociedad contra los canguros —molestó el chico mientras codeaba a SeungMin sugerentemente—. ¿Qué dices?

—La única forma en la que nuestros apellidos estén juntos en la misma hoja, será en el archivo de defunción de delitos con dolo —murmuró SeungMin entre dientes.

—¿Qué quiere decir eso? —susurró MinHo a JiSung.

—Creo que te amenazó de muerte.

La idea había sido simple: aparte de rendir el suneung (o el CSAT) en noviembre, todos los estudiantes de tercer año rendían en febrero el Examen Nacional, el cuál verificaba tu posición en el ranking escolar a nivel nacional y daba luz verde para que pudieras graduarte.

Al ser una escuela pública de pueblo, la administración siempre vela para que los estudiantes puedan terminar su educación secundaria, evitando a toda cosa a que desistan; por eso, cada cierta cantidad de tiempo, organizan prácticas y ensayos de los exámenes nacionales para que, así, los estudiantes estén más preparados y puedan egresar con un buen ranking.

Sin embargo, como todo estudiante corriente, ninguno estaba muy interesado en rendirlo; y como una de las grandes ferias universitarias en Seúl realizó su actividad el mismo día que el ensayo del examen, muchos estudiantes escaparon para poder ir a la feria.

—Bien, hagamos un repaso —anunció Chan, llamando la atención del grupo—. ¿Qué universidades nos faltan?

—Baekseok —anunció SeungMin, viendo su lista—, Daejeon y Chosun.

—¿Y la que quedaba al lado del aula Sinchon? —consultó Felix.

—Era de mujeres.

—¿Era de mujeres? —se sorprendió, antes de revisar la pequeña mochila que le habían dado de regalo—. Mierda- que amables.

Sería mentira si se dijera que MinHo estuvo interesado en alguna de las universidades o escuelas técnicas que había en la feria, porque no hubo caminata más larga y aburrida que ver a JiSung consultar casi todas las mallas curriculares de casi todas las carreras de todas las universidades que estaban presentes.

—¿No quieres hablar con HanSoo sobre tu problema vocacional? —le había preguntado él.

—Necesito tener todos los planes posibles —había respondido—. De la A a la Z.

—¿Por qué no lo haces con números?, son más infinitos.

—Quiero ir al politécnico —anunció Felix, levantándose del suelo.

—Tengo una pregunta —alzó su mano SeungMin, imitando a Felix—. ¿Alguien de aquí, realmente, está interesado en ir a la universidad?

—Dan dulces gratis —se excusó Chan.

—A mi me dieron un lápiz en la Universidad de Seúl —contó MinHo, mostrando el bolígrafo con la inscripción—, y la mierda ni siquiera escribe.

El ambiente se irrumpió por un asqueroso chasquido de labios, con Somi agarrando firmemente los hombros de ChangBin mientras lo miraba con detención.

—Iré a ver la Universidad Ewha —anunció ella, dando otro fuerte beso en los labios de él antes de subirse su mascarilla—. ¡No me eches de menos!

El grupo se mantuvo en silencio, y giraron su cabeza para ver al chico, con su gorro desordenado, su rostro sonrojado y sus labios hinchados.

—¿Estás bien? —consultó Chan.

—Necesito ir al baño —murmuró, largándose de ahí.

Volvieron a hacer su ruta, con universidades usando los salones de la escuela sede que estaban visitando para poder hacer sus exposiciones de carreras, mostrar mallas académicas y futuros campos laborales. Como era de esperarse, tanto la Universidad de Seúl como la Universidad Yonsei habían estado repleta de estudiantes, y la Universidad de Corea no tenía más que una larga fila de ansiosos estudiantes queriendo hacer sus preguntas.

—¿Por qué no vamos a ver alguna que entregue un programa musical? —consultó JiSung a MinHo—. Así al menos pierdes tu tiempo en algo.

Nah, prefiero seguir diciendo que quiero estudiar obstetricia —negó él, relajado—. Me gusta el rostro que pone la gente cuando lo digo.

—Se lo decías con tanta convicción que hasta a mí me convencías.

—Supongo que debería ver opciones en la carrera de actuación…

Pero la cabeza de JiSung ya se había ido. MinHo se había dado cuenta que, a pesar de que el chico se esforzaba por mantener el buen ánimo y humor, su mente se perdía constantemente mientras revisaba el bolso regalado por una de las universidades llenas de cartolas con mallas académicas y requisitos de aceptación de todas las universidades y carreras posibles.

—Podríamos comprar dardos —habló MinHo, trayendo a JiSung de regreso a la tierra—. Pegas todas estas hojas en tu habitación, lanzamos los dardos con los ojos vendados, y a lo que acertemos será lo que estudiarás.

—Con la suerte que corremos- es más probable que el dardo me llegue a la garganta —dijo con sorna, mirándolo—. Aunque eso no sería tan malo.

—Creo que ya te has calentado mucho la cabeza por hoy —opinó, girando su mochila de su espalda para poder abrirla—. Guarda. Piensa en otra cosa.

—¡Oh!, iba a ver un curso al mediodía sobre estrategias de entrevistas para las universidades —dijo, guardando las cosas en la mochila—. Y alguien iba impartir un taller de redacción…

—Por dios, eres un aburrido —reconoció con horror—. ¿No hay otra actividad menos educativa o profesional?

—No sé, a ver… —murmuró, sacando de la cangurera una hoja doblada donde estaba la programación de ese día—. ¡Oh!, habrá un conversatorio sobre el mundo del entretenimiento en una hora más, ¿Qué te parece?

—¿Ir a denunciar el abuso de las compañías de entretenimiento y alegar por privar la industria de la música y la actuación? —MinHo puso los ojos en blanco—. Eso es taaaaaan tú.

JiSung lo empujó con su brazo mientras reía.

—¿Nos acompañan? —consultó JiSung a SeungMin y a Chan.

—Acompañaré a Felix con la universidad que quiere ir —respondió Chan.

—Los acompaño, Chan- ni de chiste me quedo con ellos solos —murmuró SeungMin, tomando a los otros dos del brazo para encaminarse por la escuela.

Ambos chicos quedaron en silencio por un corto periodo de tiempo, hasta perder de vista a sus tres amigos que entraron a la gran escuela.

—Entonces… —MinHo habló, moviendo juguetonamente un pie en el suelo—. ¿Quieres buscar un armario para besuquearnos?

—¿Alguna vez te mencioné que soy claustrofóbico? —consultó con inocencia, retomando el paso hacia el lado contrario donde los otros chicos se habían ido.

—¿En serio? —MinHo no sabía eso.

Seh, muy cerrados y pequeños- me ponen de los nervios —admitió—. ¿Y si buscamos un salón vacío?

—Quién soy yo para negarme.

MinHo y JiSung se habían sorprendido cuan grande había sido la escuela sede para la feria universitaria; tenía cerca de cuatro pisos y un gran patio exterior en el techo de uno de los edificios, además de diversos locales de comida y un gran campus polideportivo que hacía burla al humilde gimnasio escolar.

—No podemos exigir mucho —comentó JiSung, siguiendo con la conversación—. Nosotros estudiamos gratis.

—Sí, pero JiSung- esta escuela es una secundaria.

—La nuestra también.

—No-, nuestra escuela tiene una reja más baja que ChangBin que separa la secundaria de la escuela media y la primaria —corrigió—. Esto es corrupción.

—Tal vez es un lavado de dinero —opinó, ambos ingresando a uno de los pasillos más alejados del centro de atención; se veía como el ala vieja de la escuela, aunque mucho más limpia y mejor tratada—. No me explico por qué tiene que ser tan grande.

—Compensar complejos del sostenedor —burló.

—Su pene debe de ser microscópico en ese caso- oh, la puerta está abierta.

Los dos, sonriendo traviesamente, ingresaron al salón vacío y, antes de que ambos pudieran sacarse las mascarillas, quedaron asombrados por lo equiparado se que se encontraba el aula, con ventiladores, radiadores, un televisor y una pizarra electrónica.

—Esto es genial —admitió MinHo, viendo los asientos vacíos de los estudiantes como se encontraban pulcros y ordenados—. ¿Quién diría que la gente paga por educarse?, esto es realmente una mierda.

—Nunca creí que escucharía salir de tu boca algo pro-social —comentó con gracia JiSung, observando la pizarra—. ¿Podremos escribir algo?

JiSung puso su dedo en la pizarra, pero esta no funcionó, haciendo que soltara un puchero. —No entiendo cómo funciona esto.

MinHo, sonriendo mientras guardaba su mascarilla en el bolsillo trasero, se encaminó hacia JiSung para tomarlo del brazo y girarlo. —Boo.

Le gustaba besar a JiSung. Eso era un hecho.

Desde que se habían besado por primera vez, una semana atrás, MinHo podía decir que se sentía el hombre más afortunado en ese momento.

No era como besar a Rena. Tampoco era como besar a Dorian.

 Besar a JiSung equivalía a no pensar en nadie más que en ellos dos, en lo delicioso que el chico olía, y en cómo le gustaba que el otro lo abrazara por la cintura o acariciara su mejilla antes de introducir su lengua con lentitud.

Por otro lado, la parte favorita de JiSung de besar a MinHo era poder entregarse finalmente a la merced de sus sentimientos, y dejar que el otro lo dominara por completo.

MinHo era realmente activo- le gustaba dar el primer paso, le gustaba acariciar y le gustaba sonreír; en cambio, JiSung era más lento- su corazón se alzaba cada vez que MinHo se inclinaba sobre él, y prefería mantener sus ojos cerrados mientras lo sentía a que estar constantemente recordando que él tenía que llevar la delantera.

Besar a MinHo significaba que era imposible para la mente de JiSung que, al menos una vez, tuviera que comparar a Yuna con él. Había diferencias- obvias diferencias; empero, JiSung no se sentía incómodo con nada de lo que pasaba.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —consultó MinHo sobre sus labios.

—No.

—¿Por qué sigues usando camisetas de manga larga?, ya está haciendo calor —comentó—. No es que no me guste verte con estas- es solo que empezarás a sudar y será asqueroso.

—Las mañanas siguen heladas —respondió JiSung, separándose ligeramente para verlo a la cara—. No puedo agarrar un resfriado.

Aw, ¿El pequeño no puede resfriarse? —burló—. ¿No te has estado tomado tus vitaminas últimamente?

JiSung puso sus ojos en blanco antes de jalar a MinHo del cuello de su playera para acercarlo y besarlo, haciendo que con la fuerza ambos retrocedieran unos pasos hasta que JiSung chocó con la mesa del maestro.

Las sensaciones de los besos hacían un torbellino en el estómago de MinHo, y cada vez que tocaba JiSung en alguna parte se sentía como un lugar nuevo e inseguro- ¿Estaría bien si lo tomaba por los hombros?, ¿O si pasaba sus dedos por su columna?, ¿O si se aferraba a su pequeña cintura para poder atraerlo?

A veces, JiSung tomaba los brazos de MinHo y lo acomodaba donde quería- acción que hacía derretir al pelinegro.

Y a JiSung, aunque nunca lo admitiría, le encantaba cuando MinHo se apartaba levemente del beso para mirarlo e, irresistiblemente, le besaba alguna parte del rostro.

—¿Tu mejilla cabrá en mi boca?

—Ni te atrevas.

Tarde. MinHo ya le había mordido parte del rostro, haciendo que JiSung lo golpeara suavemente en el abdomen mientras reía.

Sin embargo, lo que encantaba a ambos en esos momentos de soledad, era cuando se detenían por un momento para ver al otro.

Todo lo que me estuve perdiendo, pensó MinHo, piñizcando ligeramente las mejillas de JiSung para burlarse de él. ¿Cuándo habría empezado esto, si hubiese sido más valiente?

—Dame un momento —JiSung interrumpió el beso, para poder apoyar su frente en el hombro de MinHo—. Se me ha olvidado usar el inhalador en las noches, por lo que…, bueno…, he fallado un poco.

—¿Tomaste tus antialérgicos?

—No he podido —se explicó, sorbiendo su nariz—. Como me producen sueño, puedo tomarlo en las noches y…, durante el día el efecto va pasando.

Para MinHo, fue un poco gracioso ver a JiSung recuperando el aire, antes de asentir y volver a abalanzarse sobre el otro, pero el chico dio un paso hacia atrás.

—¿Qué? —preguntó JiSung, extrañado.

—¿Qué onda contigo?, tomas aires y vuelves a atacar —dijo con gracia; apuntó el pecho de JiSung y este miró hacia el dedo, haciendo que el pelinegro lo subiera con rapidez para golpear la nariz de JiSung y reír—. Cumpliste con tu dosis diaria.

—Eres cruel —le empujó JiSung, antes de que MinHo lo imitara mil veces más burlesco—. Hm, va a empezar el conversatorio —anunció JiSung, viendo su reloj de muñeca—. ¿Vamos?, ¿O prefieres quedarte acá?

—Supongo que los demás se preocuparán si no aparecemos.

—Que falsa forma de decir que tenemos que ir —burló juguetonamente, separándose de él—. Vamos.

Aunque su trayecto hacia el conversatorio fue un poco más largo de lo que esperaban.

—¿Me prometes que me avisarás cuando llegues? —habló Somi con la voz más infantil que cabía en su rango, mientras tomaba las mejillas de ChangBin y las presionaba con fuerza—. ¿Promesa?

—Promesa —contestó ChangBin, bajo el mismo tono infantil de ella—. Tú llega bien a casa, ¿Promesa?

—Promesa.

No era secreto para nadie que el grupo se estaba muriendo de la grima.

—Uh, ya tenemos que subir al autobús —anunció Chan, llamando la atención de ChangBin- quien lo ignoraba por completo por besar a Somi—. Uh, ¿Oigan?

—Yo me encargo —SeungMin irrumpió, remangando sus mangas—. Tengo experiencia.

Y, sin sutileza, SeungMin tomó del gorro del polerón a ChangBin y lo jaló hacia atrás, guiándolo con fuerza hacia el autobús.

—¡Te amo! —exclamó ella, despidiéndose.

—¡Yo también te amo!

—¡JiSung!

MinHo sintió como una fuerte punzada en su columna vertebral lo golpeó, urgiéndose cuando vio a Yuna abrirse paso en el grupo para sonreírle a su novio.

—¿Nos vamos juntos? —preguntó ella—. Quiero mostrarte unas escuelas que vi.

—Uh- okey —asintió, dejándose tomar la mano para poder ser guiado hacia el otro autobús de la escuela.

No negaría que se sentía incómodo y hasta un poco mal por ser desplazado, pero no podía exigir demasiado.

Después de que los cinco se instalaran en sus asientos en el autobús, todos miraron con detención a ChangBin, quien se despedía a través de la ventana de Somi lanzándole besos y dibujando corazones con el vaho de su aliento en el vidrio.

—Esto es asqueroso —murmuró SeungMin, cruzando el pasillo del autobús para sentarse sobe las piernas de Felix y Chan—. No lo soporto.

—Ahora sabes lo que vivíamos —comentó MinHo a SeungMin, mirándolo sobre los asientos.

—¡Por favor! ¡Nosotros no éramos así de tontos! —se defendió.

—Profanaron mi escritorio para las vacaciones de invierno —recordó Chan.

—Y la camioneta de HyunJin cuando fuimos al Busking —mencionó MinHo.

Pero Felix, con cariño, abrazó a SeungMin por los hombros. —No te preocupes- es lindo saber que el amor aún no está muerto.

ChangBin comenzó con sus brazos a hacer diversas formas de corazones, los cuales eran correspondidos por Somi.

—Por favor, que el amor vuelva a ser tabú —sentenció SeungMin.

Cincuenta minutos después, luego de que SeungMin se rehusara en volver a su asiento y Felix quisiera vomitar porque se mareaba con los transportes, llegaron sanos y salvos al pueblo con el resto de los estudiantes de la escuela.

No fue sorpresa para ninguno que, tras llegar al club, encontrarse con JeongIn, HyunJin y YiSu en la montaña de colchonetas, empapados.

—¿Qué nos trajeron? —preguntó enseguida HyunJin.

—Tu virilidad —burló ChangBin.

A diferencia de JeongIn, quien estaba encerrado en su mundo con su croquera, HyunJin se encontraba ovillando la lana del chaleco que YiSu estaba desarmando.

—Eso es muy machista de tu parte, necesitas deconstruir esa masculinidad tóxica que tienes —le recriminó HyunJin, antes de ver a YiSu—. ¿Lo dije bien?

Ella ni siquiera lo miró.

—¿Cómo estuvo el examen? —consultó Chan, sentándose con ellos mientras el resto se esparcía por el club.

MinHo pudo notar como la tensión entre JeongIn y Chan había disminuido los últimos días, aunque el orgullo de uno y la dolencia del otro había impedido que ambos se comunicaran (hasta donde Chan le había contado).

—Genial- hice llorar al profesor de Literatura por mi ensayo —dijo con orgullo.

—¿Eso es bueno o malo? —susurró Felix a JiSung.

—No lo sé, no le rompamos la ilusión.

—Y el examen de Matemáticas y Ciencias exactas fueron cortos —siguió contando—, así que me dio tiempo y fui al salón de JeongIn para pasar el rato.

—¿El maestro no te dijo nada? —consultó SeungMin.

—Solo cuando boté a Lily de la silla.

—Ni siquiera voy a comentar algo al respecto.

—¿Nos trajeron algo? —preguntó ahora JeongIn, levantando la mirada de su croquera.

Felix, con amabilidad, sacó de su mochila una pequeña bolsa con un montón de bolígrafos con insignias de las distintas universidades que visitaron y con pequeñas pastillas de caramelo.

—Gracias —dijo, hurgando en la bolsa y tomando un caramelo.

—Así que funcionó la estafa de las universidades —comentó HyunJin con recelo—. Y ustedes simplemente caen.

—Vamos- no es una total estafa —dijo Chan.

—Oh, si lo es —dijo ChangBin—. La corrupción de la educación superior produce que no solo los estudiantes se maten para tener un puesto ahí y mantenerse, sino que cobran una millonada para poder regalarle a los futuros aspirantes esos lápices y caramelos.

Instintivamente, los ocho giraron su cabeza hacia JiSung, quien sonrió mostrando sus dientes.

—¿Acaso alguno de nosotros tiene estima de ir? —preguntó al aire HyunJin, notoriamente molesto—. El único que tiene oportunidad es JiSung- y es hasta donde sabemos.

—¿Por qué te tomas tan personal esto? —consultó SeungMin, abrazando a YiSu por la espalda para apoyar su barbilla en la cabeza de ella—. Ir a ferias universitarias no es la gran cosa.

—¿Nadie ve el problema de esto? —suspiró frustrado—. Ni los maestros nos tiene fe.

Nadie podía entender el mal humor repentino de HyunJin, dejando el ambiente con un silencio incómodo.

—Uh, como muchos de nuestro año fueron a la feria, juntaron a todos los que se quedaron en una sola aula —explicó YiSu, aún desarmando el chaleco—. El maestro de ciencias exactas tiró unos comentarios de mal gusto- eso es todo.

—Fueron ofensivos —le dijo HyunJin.

—Solo dijo la verdad —respondió, ligeramente deprimida—. La escuela la hicieron diferente a las otras escuelas del país porque no querían que nosotros desistiéramos de ella- pero no importa cuánto rendimiento tengamos acá; el porcentaje de los que van a entrar a la universidad será muy poco.

—Yuna sigue teniendo contacto con Park DoWoon- el ex presidente del centro de estudiantes —contó JiSung—, y- como era de esperarse, quedó en el n°72 en la lista de espera en una universidad técnica.

—No tienes que enojarte por eso —consuela con insensibilidad MinHo hacia HyunJin—, lo que dijo no es mentira- y míranos, ninguno de nosotros salvo JiSung va a entrar a una universidad.

—Y eso que ni siquiera tengo un puesto —colaboró—, puedo esforzarme ahora- pero si para el CSAT tengo un mal puntaje, no entraré a nada.

—¿Se supone que eso consuela? —preguntó ChangBin.

—Es solo para decir que- bueno, no hay que enojarse por algo real.

JiSung no mencionaría la depresión que había en el salón avanzado.

—De todas formas- ninguno se irá —MinHo volvió a levantar el ánimo—. No debes de deprimirte- seremos eternos.

Seremos eternos —repitió Chan con mofa, sonriéndole—. ¿A qué te refieres?

—Que es mejor que nos empecemos a llevar bien entre todos porque, por como son las cosas, no saldremos nunca de acá.

MinHo sabía que la banda tenía fecha de vencimiento, pero la amistad entre todos era algo que anhelaba que perdurara para siempre.

. . .

Varios días después, la rutina continuó.

—Entrenador~ —llamó alguien del equipo de baloncesto al hombre, que con su bigote bien formado y su gorra de beisbol lo miró—. ¿Tendremos vacaciones de verano?

—¿Vacaciones de verano? —el hombre falseó una sorpresa, colocando una mano en su pecho—. Oh, no lo sé, Park- ¿Cuándo es el torneo de verano?

—Uh- ¿Verano?

—¡¿Y a qué conclusión llegas con tu pregunta?!

—Que… ¿Qué no?

—¡Exacto!

El resto del equipo de baloncesto lanzó un fuerte quejido, haciendo que el entrenador castigara con cardio alrededor del gimnasio.

—Hermoso- no podré ir a la playa —alegó MinGi en voz baja—. No me entrené todo un año como para dejarme guardado.

—¿No estás en una relación? —le preguntó JiSung.

—El plan de noventa meses que me hizo San dice que tengo que estar en una relación con Yeji en el mes veintiuno —explicó, antes de hacer cálculos con sus dedos—. Y aún me faltan…, siete meses para poder lograrlo.

—Creí que habías abandonado el plan- luego de lo que pasó en el cine con ella —comentó YeoSang.

—Pasamos todo el día juntos, ¿Cómo es que no lo notaste?

—Eres idiota con o sin ella alrededor.

JiSung era lo más parecido a un muñeco en ese momento, por lo que no quiso intervenir más en la conversación.

A pesar de que la última semana dentro de la vida de JiSung habían sido lo más cercano a unas vacaciones emocionales, eso no disminuía el hecho que el nivel de estrés por el cual estaba pasando había aumentado considerablemente.

Se sentía muy tonto agradecerle a MinHo mentalmente porque lo tratara como un ser humano: dándole su espacio, respetando su cansancio y no interviniendo cuando no lo necesitaba presente; era un gran consuelo saber que el chico era bastante paciente y tolerante. Sin embargo, esa amabilidad lo único que hacía era cargar la cruz en la espalda de JiSung. Consideraba que no merecía ese actuar tan amable cuando él se encontraba haciendo algo imperdonable: engañar.

Engañar a Yuna era algo que a JiSung se le había escapado de sus manos, aunque no negaría que fue intencionado. Sabía en lo que se estaba metiendo cuando se confesó y acepto ese pacto silencioso en su relación con MinHo, por lo que decidir que iba a terminar su relación con Yuna era lo correcto y sano para todos; claro, al terminar él no podría estar a la vista de todos con MinHo, pero al menos su consciencia estaría limpia con saber que estaba haciendo lo correcto.

Sin embargo, él era un cobarde.

Un gran cobarde.

Ver a Yuna todas las mañanas, sonriéndole y dándole un beso de buenos días era una puñalada a su corazón; tener que repetir las mismas palabras constantemente no solamente eran agotador sino eran pesadas, porque cargaban con ello un sentimiento falso y hueco, el cual ella creía que eran verdaderas.

¿Acaso así se sentía ella cuando a ella le gustaba MinHo?, se preguntaba cuando la duda surgía.

Empero, la idea de terminar con ella era algo que le daba vuelta su estómago, porque no importaba si la relación de ambos era la que terminaba- el temor se encontraba cuando la cosa fuera real.

Su madre.

Él le había mentido a su madre muchas veces- más de lo que podía caber en una relación sana: en su escuela media, le decía a su madre que se quedaba estudiando en la biblioteca cuando en realidad se iba a perder en el bosque con San, YeoSang y MinGi; para el segundo trimestre de su segundo año le hizo creer a ella que se encontraba con esos mismos chicos y con Yuna, cuando en realidad estaba metido en un garaje pasando el rato con un grupo de chicos que usualmente los padres aconsejaban que no se involucraban; incluso había adquirido la habilidad de llegar borracho a casa sin hacerlo notar.

Pero su madre tenía prioridades, y el estado y vida de JiSung no era tan importante como lo eran las relaciones de él. Y si ella se enteraba que JiSung había terminado no solo la única relación que ha tenido sino el único aseguramiento de que él era un chico normal y ordinario, capaz de ser amado, entonces derrumbaría todo el futuro que se había construido alrededor de él.

Y JiSung lo entendía- mierda, él podía entender el miedo que su madre tenía por si él quedaba solo; pero JiSung iba a cumplir dieciocho ese año, recién iba en su último año de escuela y todavía no estaba seguro de qué carrera estudiar. ¿Por qué era tan difícil para ella entender que algo tan banal para su vida profesional, como lo era una relación romántica, no afectaría en el futuro de él?

Porque si no puedes mantener una relación, no puedes mantener nada de tu círculo.”

Sabía que eso no especificaba que era una relación romántica, porque a él se le era difícil formar lazos. Estaba tan centrado en su mundo que creer que la persona a su lado sentía igual que él era a veces difícil de entender en su cabeza- pero existían, y su fiasco relación de amistad con San, YeoSang y MinGi solamente había demostrado cuán pésima persona era.

Pero luego, entraba MinHo en escena.

Y todo lo que conllevaba a su persona había hecho a JiSung entender que, sin importar quién era él en realidad, el sentimiento le hacía sentir vivo. Todo lo que conllevaba a la existencia de MinHo hacía a JiSung recordar que era un ser humano también.

—¿Pasarás al club? —casi como rutina, San consultó a JiSung mientras terminaban de cambiarse en los camerinos.

—Sí- me pidieron que les enseñara un par de cosas —contestó JiSung, colocando su gran camiseta de algodón y buscando sus calcetines en el casillero- no estaban, los habían robado—. ¿Quieren unirse? —bromeó.

YeoSang fingió una arcada, y San lo miró con mala cara. El único con humor parecía ser MinGi, a quien JiSung no lo querría tener cerca del grupo.

—Nos vemos —se apresuró en salir de ahí.

Desde el pasillo podía escuchar Somebody That I Used to Know de Gotye, cantada por la fina y potente voz de MinHo mientras que ChangBin y Felix tocaban en sus guitarras- y JiSung reconoció a Cessi también estar presente.

Se asomó por el ventanal y se sentó en el marco, mirando como Lily veía a través de la cámara con un rostro serio y a Chan sonriendo emocionado- pareciendo todo un hombre orgulloso.

But you didn’t have to cut me off… —cantó MinHo, acompañado por el ala de su interpretación—, make out like it never happened and that we were nothing, and I don’t even need your love, but you treat me like a stranger, and that feels so rough.

JiSung tuvo que morder sus mejillas para poder suprimir la sonrisa que estaba asomándose por sus labios, sintiendo una extraña mezcla de vergüenza ajena y orgullo al ver a MinHo tan apasionado por su música.

Ese era el camino que JiSung estaba eligiendo.

—¡Salió genial, porque ustedes son fantásticos! —expresó Lily cuando el grupo terminó de tocar—. MinHo, ¿Puedo sacarte una foto con tu guitarra?, aunque tiene que ser en el pasillo para poder sacarte una foto con tu guitarra.

—Uh- okey —asintió, sin soltar a Cessi—. Aunque luzco como un vago.

—Tranquilo- siempre luces como uno.

Cuando Lily y MinHo salieron del aula, JeongIn se acercó a JiSung. —Necesito que me ayudes con un problema de bioquímica.

—Claro, ¿Qué no entiendes?

—Bioquímica.

La tranquilidad del club era algo que JiSung no podía pagar. Se sentía tan seguro y acompañado en ese lugar que, incluso las distracciones de las conversaciones toscas y francas que tenía con JeongIn podía aligerar el día.

—¿Por qué vamos a seguir posteando cosas en la cuenta de Instagram si nos odian ahí? —consultó ChangBin, sentándose en la montaña de colchonetas.

—Primero- no los odian —corrigió Chan—. Y el 15% de los comentarios negativos que hay ahí son de tu padre.

—Yo opino que es una buena idea —comentó Felix, un poco apartado—. Es novedoso, y nos ayudará a ganar público. Sería genial que antes de fin de año pudiéramos tocar en algún Busking.

—¿Sabes que también sería genial? —preguntó el guitarrista, levantando su playera para mostrar todo su abdomen rayado con insultos—. Que nos dejaran de molestar.

—Venganza —dijo HyunJin

—No- HyunJin, no nos vamos a vengar —intervino enseguida Chan, girando la baqueta en sus manos—. Si lo hacemos, probablemente nos matarán.

Nah, el homicidio es ilegal-

—HyunJin-

—Apoyo con la sed de venganza —dijo ChangBin—. Injusto que hayamos pasado los últimos tres años con idiotas lanzándonos agua y encerrándonos en los baños- ¡Incluso se meten con JeongIn, quien no tiene nada que ver acá!

—La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena —atajó enseguida Chan al grupo, mirándolos a todos—. No pueden caer a su mismo nivel.

—Es que estoy harto —discutió—, chicos del salón de Felix le lanzan comentarios xenofóbicos- algunos se burlan de JeongIn por su condición, se han burlado de HyunJin más veces de lo que él puede contar, y ellos no se aburren de nosotros dos- ¡Sin contar que tenemos que dejar la puta aula con llave por miedo a que les hagan algo a nuestras cosas!

—Tampoco hay que llamar mucho la atención —intentó calmar Chan—, además, ninguno salió herido.

—Lo dices porque no estuviste acá —bufó HyunJin—. No sé si lo recuerdas- pero cuando le quitaron las zapatillas a Felix, JeongIn, YiSu y yo caímos a un puto río por culpa de ellos- ¡A JeongIn aún le duele sostener cosas con su mano y Kanggie ni siquiera puede caminar bien!

—¿Y que harán? —preguntó Felix, intentando no sonar molesto—. Porque a ellos no los van a expulsar- y cualquier cosa que hagan hará que ellos se enojen más con nosotros.

—JiSung —le llamó ChangBin, quien alzó su cabeza del texto de JeongIn simulando que no había escuchado la discusión—, ¿Qué podemos hacer para que nos dejen de molestar?

JiSung, incómodo, se urgió en sí mientras miraba a los demás.

—Apenas puedo contener a San, YeoSang y MinGi —contestó, apenado—, y el resto del equipo apenas me respeta- ya saben, por el tema de haberles quitado el aula y esas cosas.

—¿A qué se debe la convocatoria de senado? —consultó MinHo, entrando de nuevo al aula con Lily.

—HyunJin- ¿Me acompañas? —preguntó la chica, viendo la cámara.

—No- estamos discutiendo —respondió, antes de lanzar un profundo suspiro desde su pecho—. ¿Por qué no podemos ser como las chicas?, más civilizados…

—Eso es mentira —intervino JeongIn, presionando su mano sobre su muñeca que había estado lastimada, notoriamente incómodo—. Como hombres y mujeres vivimos bajo nuestras mismas leyes de género- mientras el hombre humilla a sus compañeros en público para hacerse sentir superior, las mujeres se dedican a hablar mal de otras para hacerlas inferior.

—Es verdad, los baños de mujeres están lleno de rayados obscenos en el baño de mujeres —contó Lily.

—¿Entonces qué?, ¿Abrimos un Club de la Pelea? —dijo ChangBin, molesto—. Yo ya estoy cansado.

—Todos los estamos —terminó hablando Chan, alzando su voz—. Lo único que podemos hacer es tener una conversación con todas esas personas que nos molestan y pedir que nos dejen en paz- no podemos rebajarnos a su nivel y pelear de vuelta.

—¿Qué no viste en biología la Ley del Más Fuerte? —le preguntó MinHo, tomando el mango de Cessi—. Lo más lógico que podemos hacer es ir y partirles la cabeza con nuestras cosas.

—¿Viste de nuevo Scott Pilgrim , MinHo?

—¿Cómo lo supiste?

—Miren- tirarnos a guerra con alguien solo hará que nos quiten el club, nos suspendan, y nos metamos en más problemas —volvió a hablar Chan.

Pero la ácida risa de JeongIn llamó la atención del chico.

—No se puede esperar más de ti —insultó el menor, mirándolo—. Tú nunca quieres actuar.

JiSung notó enseguida como Chan cambiaba su postura pasiva a una enojada, girándose para ver a JeongIn con más claridad.

—¡Bueno! ¡Alguien tiene que pensar con la cabeza! ¡¿No?! —explotó.

No hubo paciencia en ellos.

—¡Tú no piensas! ¡Solamente intentas que todo lo que pasa no te perjudique más! —le gritó JeongIn de vuelta, levantándose de las colchonetas. JiSung intentó tomarlo del brazo, pero el otro se zafó enseguida—. ¡No te importa cuánto sufren los demás! ¡Tú siempre te mantienes al margen porque eres un cobarde que no quiere enfrentar sus emociones!

—¡Tú eres el descarrilado que quiere ir a todas partes sin medir las consecuencias! ¡Actúas como un puto niño de cinco años!

—Chan —intervino enseguida ChangBin, pero fue ignorado.

—¡Yo si quiero hacer algo! —exclamó el menor.

—¡Y como todas las cosas que haces, salen mal!

—Chan- para —advirtió de nuevo ChangBin, con HyunJin levantándose de su asiento.

—¡No! ¡Si él quiere gritar, que lo hagamos! —terminó por desatarse Chan, enfrentando a JeongIn. JiSung podía notar como Chan se encontraba realmente frustrado y enojado, soltando todas las cosas que se había guardado—. ¡Él es perfectamente capaz de hacerlo! ¡¿No?! ¡Como un chico normal!

—¡Yo soy perfectamente normal! ¡El tonto cobarde que no es capaz de defender a su propia madre! —el grito de JeongIn era más elevado, logrando que rápidamente el chico se abrazara a si mismo mientras soltaba lágrimas de desesperación. Él también se había contenido—. ¡Tú eres el tonto acá!

—¡¿Ah, sí?! ¡¿Y por qué tú si tienes certificado médico y yo no?!

—¡Mierda, Chan! —gritó enseguida ChangBin, ganándose entre él y JeongIn para impedir que el menor se abalanzara sobre el mayo.

El grupo se colocó en alerta; JeongIn tuvo la intención de atacar a Chan, pero el sobre esfuerzo que hacía para contenerse lo descomponía aún más, haciendo que su respiración se acelerara y llorara descontroladamente.

—¡Te odio! ¡Te odio! ¡Te odio! —chilló él, apartando con facilidad a ChangBin para poder enfrentar el rostro de Chan—. ¡Eres el peor! ¡Te odio! ¡Te odio!

JiSung vio a HyunJin tomar a JeongIn de los hombros para poder sacarlo de ahí, quien seguía gritándole a Chan con todo el poder de su garganta.

El aula se sumió en silencio total, nadie se atrevía a decir alguna palabra de lo sucedido, especialmente cuando Chan se sentó en su escritorio en silencio.

—No —detuvo enseguida ChangBin a Lily, quien preocupada iba a salir del aula—. Es mejor que estén solos.

—Es una situación privada, así que les daré privacidad —respondió ella con amabilidad—, nos vemos mañana.

Y, luego de que la chica cerrara la puerta, ChangBin explotó.

—¡¿Qué mierda te pasa?!

—No necesitamos esto —intervino enseguida Felix, tomando a ChangBin del brazo—. Fue mucho- por favor, no sigamos peleando.

—Fuiste un bastardo con JeongIn —le dijo MinHo a Chan sin ápices de piedad en sus palabras—. No tienes por qué traer sus problemas en casa acá.

—No creo que haya estado demás —opinó JiSung con suavidad—. Pero no fue la forma.

—Cállense —pidió Chan, pasando sus manos por su rostro—. Por favor…, cállense. Y déjenme solo.

Felix pareció tener intención de querer acercarse a Chan, pero esta vez fue ChangBin quien lo jaló, haciéndole caso a la petición del mayor saliendo todos del aula.

—Iré a ver cómo está JeongInnie —anunció ChangBin.

—Está con HyunJin- no sé si sea necesario —contestó MinHo—, ¿Qué tal si…- no sé, ¿Buscamos a HanSoo?

—Voy yo- tú te quedas con Chan —dijo JiSung—. O lo vigilas- no sé, pero no lo dejes solo.

MinHo se ganó de puntas para ver en las ventanas superiores del salón, y asintió. —Vale, me parece bien.

Cuando HanSoo encontró a JeongIn y HyunJin en uno de los salones de clases, tardaron diez minutos en poder tranquilizar al chico; HyunJin se había ofrecido en llevar al menor a casa, pero el chico se negó y prefirió que Felix y ChangBin lo acompañaran, dejando a HyunJin entristecido igualmente.

—No me gusta que piense que él es una molestia —había comentado con molestia HyunJin a JiSung y MinHo—. Nos conocemos toda la vida- mierda, incluso cuando entré a la escuela él pasó un mes entero sin apartarse de mi lado.

—Creo que es normal que se sienta así —intentó justificarlo JiSung, sintiendo lástima—. Especialmente si su relación ha sido así- tal vez cree que te hartarás de él.

—Jamás me hartaría de él- puede que Chan sea su hermano de forma legal, pero JeongIn es el hermano menor que nunca tuve —dijo, abrazando sus rodillas—. No me gusta que esté así.

—Mira el lado bueno —intentó animar MinHo, palmeando su hombro—. Ya se desquitó, lo que significa que no explotará hasta dentro de un año más y-

—MinHo, realmente no ayudas.

. . .

El nudo en el nerviosismo de JiSung era potente- se sentía incapacitado de poder moverse o de poder expresar algo correctamente; temía flagelar en el peor momento y dejarse caer, o rendirse y dar marcha atrás todo.

¿Cuándo era el momento indicado para terminar con alguien?

¿Era realmente necesario hacerlo?

Claro que es necesario, pensó JiSung, agotado. Ya no puedo seguir con esto.

Era lo más sano para todos, porque él se sentía como si perdiera un año de vida cada día que pasaba en esa relación.

Era martes- un día después de la gran pelea de Chan y JeongIn. Las cosas habían estado tensas en el grupo, especialmente porque ninguno de los dos hermanos se dirigía la mirada; JiSung se preguntaba cómo había sido la situación en casa para ambos, y en qué quedaría el final de su pelea.

Durante todo ese día, preocuparse por Chan y JeongIn había sido un buen distractor- claro, lo había deprimido, pero había tenido su cabeza ocupada, logrando en no pensar en Yuna.

Le dolía. Le lastimaba ver a la chica con ilusión esa mañana en la escuela mientras murmuraba cosas lindas sobre sus labios a su vez que JiSung pensaba en romperle el corazón.

Los diez meses de relación habían sido marcados para JiSung, aún cuando los primeros tres meses los pusieron en la prueba de MinHo de la cual Yuna terminó ganando y JiSung perdiendo. La ironía de aquello lo hacía reír con crueldad, especialmente cuando ella había sido sincera con JiSung.

¿Tal vez él debía de serlo también?

“¿Eres imbécil? Ni de chiste le cuentas”

En algo tienes razón.

Por eso, después de su entrenamiento el martes por la tarde, JiSung se encaminó hacia la casa de Yuna, donde, como todas las semanas anteriores, ella lo esperaba para que pasar tiempo juntos.

Terminar con ella en su propia casa. Soy un bastardo.

Al ser día laboral, el padre de la chica no estaba en casa y fue el hermano menor de Yuna quien le abrió la puerta.

—Hola —saludó el púber, chupando un helado e ignorándolo para regresar al televisor—. Está en su habitación.

—Gracias… —se inclinó JiSung, sacando sus zapatillas para ponerse las pantuflas del hogar—. ¿Cómo te encuentras?

—Bien.

—¿Esta semana estuvo bien? —preguntó cordial.

El chico se encogió de hombros, sentándose en el sofá. —Igual que siempre.

Ah…, niños…, pensó JiSung con sarcasmo, antes de subir al segundo piso.

La puerta de la habitación de Yuna se encontraba abierta, y JiSung la pudo ver sobre su cama realizando tarea. Estaba tan concentrada mordiendo su lapicera y revisando su texto que no notó la presencia de él entrando a la habitación.

—Hola… —saludó JiSung con suavidad.

Ella, alzó su mirada con sorpresa y sus ojos brillaron de felicidad. —¡Hola! —sonrió ampliamente—. No creí que vendrías- no me dijiste.

—Siempre vengo —murmuró él, sonriendo también mientras se sentaba a los pies de la cama—. ¿Tarea?

—Historia de Corea —explicó ella, fingiendo cansancio—. No entiendo nada.

—¿De qué periodo hablamos?

—Siglo XIX.

—Es el más fácil.

—Para ti —burló, dejando el texto de lado para poder ir hacia JiSung, sentarse en su regazo y besarle en los labios—. Te eché de menos.

JiSung, sin poder formular alguna palabra, presionó sus labios mientras la tomaba por la cintura.

La chica se mantuvo ahí por un rato, jugando con el cabello de JiSung mientras le relataba su día. Ella hablaba con total naturalidad que lo hacía sentir culpable.

Vamos, se animó a si mismo. No la dejes esperando.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó ella ahora—. Noté que te mojaron en el tercer receso- lo siento.

—Si, aunque no me molesta —afirmó, antes de palmear el muslo de ella con cariño—. De hecho…, venía a hablar contigo sobre algo.

Ella, obediente, lo miró. —Dime, cariño.

JiSung tomó aire antes de empezar.

—Yo…, últimamente no me he sentido cómodo —dijo, manteniendo su mirada en su mano—. Sé que tuve que habértelo dicho antes, pero…, la relación ya no me tiene cómodo.

—La relación- ¿Nuestra? —ella preguntó, sin dejar de hacer cariño en el cabello de JiSung—. ¿Quieres que hagamos algo? ¿Es porque no podemos tener o?, ya te dije que no tengo problemas con-

—No- no es eso —vaya, JiSung se había olvidado de ese detalle—. Yuna…, creo que han pasado cosas entre nosotros que no puedo pasar por alto- ¿Sabes?

—Alto —finalmente, Yuna se detuvo—. ¿Esto es por lo del beso con MinHo?, JiSung, ya te dije que-

—Lo sé, sé lo que me dijiste —interrumpió—, pero no- no puedo decir que es inevitable sentirme mal al respecto.

“Mentiroso.”

El silencio entre ambos se prolongó, tanto que JiSung se preguntó por qué. Elevó con lentitud su mirada hacia Yuna, quien mantenía también su mirada en la mano de JiSung sobre su muslo.

—¿Desde hace cuánto que te estás sintiendo así? —preguntó ella, débil.

—Supongo que- desde el día del partido y las vacunas —dijo—. Cuando el rumor corrió.

—No he hablado con MinHo desde ese entonces —afirmó—. No hemos hablado- en serio no me gusta.

—Sí, pero- —JiSung se trabó a si mismo, sin saber cómo formular todo eso—, no puedo entenderlo.

—Vamos- si puedes —insistió ella—. Antes lo entendiste, y ahora- ahora, ¿Por qué cambió ahora?

—Porque no lo soporto.

Yuna elevó una mano hacia su boca para poder esconder un sollozo, bajándose con rapidez de las piernas de JiSung para poder pasear por la habitación.

—Por favor —ella pidió, sacando la mano de su boca para hablar con claridad—. Sé que no he sido buena novia, JiSung, pero por favor- por favor perdóname.

—En serio estás perdonada —realmente, ni siquiera me interesa—, pero- te pido que me entiendas a mí, ¿Sí?

—Pero te amo.

JiSung aún no perdía su rasgo de humanidad, por lo que la culpa y el dolor de verla así le hacía querer retractarse, pero no podía estar con alguien con quien no tenía ningún sentimiento de por medio.

—Lo sé —JiSung, aún en calma, se levantó de la cama para poder acercarse a ella, pero Yuna dio un paso atrás—. Por favor- yo te entendí, Yuna. Ahora tú entiéndeme.

—Es que no puedo —respondió—. No- yo…, lárgate de acá.

—Yuna-

—¡Vete!

—En serio lo siento.

Rápidamente, JiSung tomó su bolso y se fue de la habitación de Yuna. Se despidió rápidamente del hermano menor de la chica y, tomando sus zapatillas con su mano, se fue de la casa.

Sin embargo, no se sentía bien. Estaba aterrado. Muerto de miedo por lo que sucedería después.

Me van a matar, pensó JiSung con temor. Me van a matar.

Se encaminó hacia su casa y saludó a su madre- no se atrevió a verla a la cara. Ella, sin mucho interés, le preguntó sobre su día; la tentación de contarle en ese instante era grande, pero las ganas de vomitar a causa del pánico lo estaban comiendo vivo, por lo que al subir al segundo piso abrió la llave del lavabo y vomitó con fuerza en el inodoro, sintiendo el ahogo de no poder respirar profundo.

Pero lo hice, se dijo, jalando de la palanca del retrete para lavar sus dientes. Lo hice. Terminé con ella. Terminé con ella. Terminé con-

Su cepillo de dientes cayó en el lavabo. Sus manos temblaban con brusquedad.

Se aferró a los lados del lavabo y tomó aire, esperando que eso lo calmara; empero, podía sentir como cada vez estaba más lejos su tranquilidad.

Y, con temor, elevó su cabeza para poder verse en el espejo.

¿Cómo puedo gustarle a MinHo?, ¿Cómo Yuna pudo querer algo como esto?

Estaba horrendo.

No, cálmate- se abofeteó JiSung. No pienses en eso. Ya terminaste con Yuna. Debes estar tranquilo.

Pero no podía hacerlo, porque su verdadero temor se encontraba en el piso de abajo.

Para poder distraerse un poco de la ansiedad, intentó recordar las canciones de su mp4 mientras caminaba hacia su habitación; inhaló el corticoide de emergencia que su doctor le había recetado meses atrás y, distrayendo su mente, comenzó a estudiar para el CSAT.

Y esa noche pudo haber pasado invicto. Sin mirar a su madre salvo para la cena y poder regresar al día siguiente a la escuela con la cabeza en alto.

Lástima que la suerte no estaba de su lado.

—JiSung.

El chico no se había percatado de la presencia de su madre en la habitación, solamente la pudo sentir cuando ella puso suavemente su mano en el hombro de él.

—Mamá —respondió él, sacando los tapones de sus oídos—. ¿Qué sucede?

SunHee, con calma, se sentó en la cama del chico mientras daba un repaso por la habitación, hasta detenerse en los cuadros y, sonriendo, tomó la fotografía que tenía él con su padre.

—¿Lo echas de menos? —comenzó ella.

JiSung, desconcertado, la miró. —Algunas veces.

—Yo igual —admitió su madre, levantando su mirada para verlo—. Cuando te veo, puedo verlo a él.

—¿Me parezco?

—No tanto- eres más parecido a mi papá —dijo, dejando el cuadro en la cama para jugar con su anillo de matrimonio—. Pero a veces, cuando te veo estudiar o sonreír- o cuando me cuentas algo con convicción…, puedo verlo en ti.

Podía sentir la melancolía en sus palabras, y el sentimiento de saber que una parte de su padre vivía en él lo ponía feliz.

—Lo echo de menos, JiSung —siguió ella—, pasé… cerca de treinta años de mi vida con él antes de que tu nacieras- treinta y ocho, para ser exacta.

—Se conocieron en la escuela —afirmó.

—En esta misma escuela —sonrió—, cuando lo vi supe que era el hombre con el cual quería pasar el resto de mi vida…, y sé que cuando él me vio pensó lo mismo.

Y lo logró, pensó JiSung. Pasó el resto de su vida con ella.

—La… la sensación de que el primer amor sea el amor de tu vida es preciosa —acepta ella—, porque sientes que todo encaja en tu vida- porque ese es el rol del amor en tu vida, un compañero que estará a tu lado siempre.

Lo decía con tanta calidez que JiSung giró su cuerpo entero hacia ella para prestarle atención.

—Y tenerte…, tenerte fue un milagro para los dos —continuó—, por lo que siempre deseamos que tuvieras lo que tuvimos…, un gran amor que te acompañará por el resto de tu vida.

De repente, JiSung supo hacia dónde iba todo.

No…

—Y tú…, nos fallas.

Su madre estaba llorando. Realmente llorando.

—Mamá-

Cállate.

—¿Por qué terminaste con ella? —preguntó, sin dejar de mirarlo—. ¿Por qué lo hiciste? ¿Sabes- sabes cuán difícil es encontrar el amor, JiSung?

—No era sano —dijo, intentando mantener la calma a pesar de que cada rincón de su cuerpo exclamaba que huyera de ahí. Cállate—. No me sentía bien- mamá, me estaba consumiendo desde adentro, no podía soportarlo.

—Así funciona el amor, JiSung —expresó con seriedad, secando sus lágrimas con la manga de su camisa—. ¿O acaso- acaso yo estuve siempre feliz con tu papá? Claro que no- ambos éramos personas distintas, y tuvimos que vivir en una relación a distancia tan grande que- JiSung, yo lloraba todas las noches creyendo que no podía más con él, pero mi rol como mujer en esa relación era mantenerlo contento.

—Mamá-

Cállate.

—Y Yuna hizo todo eso por ti —rompió—, y tú único trabajo era corresponderle- y no lo hiciste, JiSung, ¿Sabes lo vergonzoso que fue escuchar al padre de ella, llamarme y decirme que tú le habías roto el corazón? ¡Eso no es amor, JiSung!

—Tienes razón, no era amor —con nerviosismo, JiSung comenzó a rascar su mejilla. Cállate.—. Por eso tenía que terminar con ella- mamá, tengo diecisiete años, no puedo estar en una sola relación toda mi vida.

—¿Es tan difícil entender que el amor real es difícil de encontrar? —expresó con suavidad, cerrando sus ojos para no querer desbordarse nuevamente—. Nadie te entregará lo que ella te dio- ella te amaba de verdad, JiSung, por quien eras- y tú la dejas ir.

—¡Porque ya no podía soportarlo! —repitió, perdiendo la paciencia—. ¡No podía seguir ahí! ¡Estaba matándome de todo-

—JiSung-

—¡La escuela me tiene estresado, el examen, el equipo, la carrera que quiero entrar, todo me estresa y una relación no debería por qué estresarme también! —gritó. ¡CÁLLATE! —. ¡No voy a pasar toda mi vida con ella! ¡Yo solo quería relajarme un poco antes de entrar a la universidad!

—¿Relajarte? —preguntó, y JiSung pudo detectar en su tono un peligroso sentido bufón—. ¿Cómo? ¿Acostándote con más chicas?, ¿Convirtiéndote en un delincuente como tus amigos? JiSung, por favor…, seamos realistas.

—¡¿Qué quieres decir con eso?!

—Eres complejo, ya te lo dije, cielo. Eres difícil de amar…, incluso a mí me cuesta amarte algunas veces.

—¿Por qué? —cuestionó, enojado. ¡CÁLLATE! —. ¿Por qué es tan difícil amarme? ¿No que me parecía a papá o al abuelo? ¿Por qué cuesta tanto?

—Siempre has sido diferente, JiSung —y él vio como ella giró con lentitud su anillo de matrimonio—. Nunca pusiste de tu parte en ser normal.

—¡¿En qué soy diferente?! —preguntó, levantándose del asiento. ¡CÁLLATE!

Y su madre, imitándolo, también se levantó.

SunHee se veía mucho más grande en ese momento.

—JiSung —siguió ella con calma, girando el anillo de matrimonio—. Eres tan… difícil…

—Mamá.

¡CÁLLATE!

—Hice todo lo que pude para terminar de criarte bien —dijo, volviendo a lagrimear—. Y tú…, tú no puedes cumplir un deseo mío…, ¿Por qué?

—Mamá —habló JiSung—. Cállate.

Y la pena en la mirada de la mujer se esfumó, trayendo consigo una peligrosa lentitud de unos ojos sin alma.

El estómago de JiSung cayó enseguida cuando se percató de lo que dijo.

—Mamá —repitió, antes de dar un paso adelante—. Perdón, no quise faltarte-

Una bofetada con la mano del anillo.

—¡¿Quién demonios te crees para tratarme así?! —gritó.

Otro golpe.

—¡Yo no te crie así! ¡¿Por qué no puedes tratarme como es debido?! ¡Yo te di todo y tú no me correspondes en nada!

Otro golpe.

—¡¿Por qué eres tan… malo?! ¡Eres igual a tu abuelo! ¡Tu padre estaría decepcionado de saber en lo que te convertiste! ¡En un maldito egocéntrico que no piensa en los demás!

“Tuviste que haberte callado.”

El fuerte ardor en la mejilla de JiSung y la brusquedad del golpe le dio a entender que su madre había girado el anillo de matrimonio a propósito, por lo que el ardor no había sido solamente de la bofetada.

—Mamá —JiSung llamó una vez más—. Perdóname.

Su madre detuvo su mano alzada, y mantuvo su fuerte mirada en los ojos de JiSung por un largo periodo que lo hizo olvidar respirar. Finalmente, ella pareció replantear la situación, bajando su mano con cuidado mientras se secaba furiosamente sus lágrimas.

—Sabes a donde ir —fue lo único que dijo, antes de irse de la habitación.

Sus pies se movieron solos, al igual que la pequeña gota que caía de su mejilla que era más tibia que sus lágrimas. Se encaminó hacia la habitación de su madre, abrió la puerta corrediza del closet y se sentó en su interior, antes de cerrarla.

Lo sabía. Sabía que esto pasaría. No tuve que haberlo hecho. No tuve por qué…

“Te lo mereces.”

Me lo merezco.

Eres un fracaso.”

Lo soy.

“¿Por qué demonios sigues llorando? Eres un hombre.”

No lo soy. Déjame solo.

“No eres fuerte. Nunca lo fuiste.”

Déjame.

“JiSung. Realmente eres una mala persona. ¿Por qué haces llorar a tu mamá?”

Yo no quería…

“Le gritaste. Le dijiste que se callara. ¿Quién le hace eso a su madre?”

Por favor, déjame…

“Te ahogas en un vaso de agua. Todo esto es un problema tan superficial…”

Lo sé.

“Y lloras- sabes que hay gente peor. Hay personas que le gustaría tener un tercio de lo que tienes tú.”

Lo sé.

“Y aún así lloras por algo tan banal…, ¿Qué son un par de golpes?”

Basta.

“Un par de gritos.”

Por favor.

“Un par de encierros.”

Ya.

“Menos comida.”

En serio.

“Menos vista.”

Déjame…

“Menos vida.”

Quiero morir.

“Egoísta.”

Quiero morir.

Quiero morir.

Quiero-

—Mamá.

Su voz no salía. Sus pulmones hacían más presión.

Le faltaba el aire.

—Mamá —llamó una vez más.

“No puedes salir. Si sales, ella te matará.”

Me estoy muriendo.

“¿No es lo que querías?”

—Mamá —siguió llamando.

El polvo de los abrigos lo estaba ahogando. El encierro lo estaba aterrando. Sus pulmones parecían estar llenándose cada vez más de un peso indescriptible que lo hacía sentir menos y menos consciente.

Antes de notarlo, su respiración era veloz.

—¡Mamá! —volvió a llamar, esta vez anhelando gritar—. ¡Mamá! ¡Por favor, ven!

La puerta nunca estuvo cerrada.

Es solo un ataque de pánico. Es un ataque de pánico.

—¡Mamá! ¡Por favor!

Estarás bien. Estarás bien.

—¡Mamá!

Cállate.

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja