JiSung, por su parte, quiere saber qué es el amor

Mr. Brightside; MinSung

Tw- homofobia, bifobia.

Canción:

Africa; Toto

Desde el fondo del salón, ubicado cómodamente en la pared mientras estiraba sus piernas en el vacío asiento a su lado, MinHo podía ver a Yuna girarse sobre su hombre para poder darles miradas de muerte hacia su dirección.

MinHo se había comprado un reproductor mp4. Después de su trabajo el domingo, pasó por una tienda y vació todos sus bolsillos en ese momento para adquirir un nuevo aparato negro donde podía crear listas de reproducciones y podía guardar más de mil canciones. MinHo nunca se había sentido tan dichoso.

Él lo estaba estrenando en ese momento, usando la música como colchón inflable de su brusca caída emocional. Escuchaba canciones que eran de lo más alejados del estilo que tocaría la banda, desde un suave bossa nova que ni siquiera podía entender la letra a un chino psicodélico que le hacía creer que estaba drogado auditivamente. Mantener su cabeza ocupada con ese tipo de música le permitía perder su tiempo en otras cosas como rayar las esquinas de su texto de estudio o forzar una escritura de su lápiz de tinta sobre las talladuras viejas de la mesa donde dibujaba caricaturas de si mismo o chistes vulgares de otros chicos del salón como me tiro a la madre de San todas las noches o Jeon se come la mierda de su hermana.

Estaba en su momento, por supuesto, en especial cuando la rabia, tristeza y desconcierto estaba inundando sus venas para hacerlo recorrer por todo su cuerpo, todo a través de la velocidad de la luz; emitiendo así, un aura impotente que se acoplaba a su molido rostro de color violeta y a los antecedentes de pelea que él tenía, haciéndolo finalmente aumentar puntos de cliché en lo cliché que él era.

Sin embargo, mientras todos evitaban verlo a la cara (incluso el maestro), Yuna seguía manteniendo sus ojos de enojo en él.

¿Y esta qué?, se preguntó MinHo, levantándole el dedo del medio para insultarla.

Yuna lo imitó, y con un dibujo rápido sobre su cuaderno MinHo leyó el escrito ‘cabeza de asno’. Ella lo estaba insultando también.

Él rayó rápidamente su cuaderno y lo apuntó hacia ella. ‘¿No te has visto al espejo acaso, idiota?’

Ella cambió la hoja de su cuaderno. ‘Estás muerto, idiota.’

Bien, eso podría significar varias cosas. Empero, trabajando bajo el contexto y la pésima relación que los dos terminaron teniendo, MinHo concluyó todo bajo un ala.

Vamos, imbécil, ni siquiera me he metido en tu relación, masculló él en su mente, aunque rio ante eso. Aunque si lo hago, en realidad, y frente a tus narices~

La canción psicodélica china cambió abruptamente por un heavy metal de nombre de algún diablo, haciéndolo lanzar un grito de sorpresa por el repentino chirrido de auto y una fuerte entonación sobre el Do sostenido.

—Lee… —la maestra de química se veía cansada de él—. ¿Necesita algo más?

—No- disculpe —se recompuso enseguida—. Prosiga.

—Trabajos en pareja —designó ella, lo que hizo a MinHo lamentarse enseguida de haber abierto la boca—. Signos naturales de procesos químicos junto a sus compuestos. Los que terminen de hacer la actividad en lo que queda la clase tendrán una bonificación para el siguiente examen.

Genial, como MinHo no estaba demasiado interesado en el trabajo pero sí en la bonificación (podía darse el lujo de no contestar el examen completo), buscó en su limpio texto de estudio la página designada por la maestra y, cambiando la canción, se dispuso a trabajar.

Unas palmadas en sus piernas le llamaron la atención.

—Trabajamos juntos —ordenó Yuna, indicando a MinHo a que desocupara el asiento vacío.

—No —respondió—. ¿Por qué?

Sin paciencia, Yuna bajó de golpe las piernas de MinHo y se ubicó en el lugar. Como los asientos eran dobles, quedaron mucho más cerca de lo que ambos preferían.

—¿No puedes hacer otra cosa aparte de meter en problemas a JiSung? —le cuestionó enseguida ella en voz baja.

MinHo, haciéndose el desentendido, escribió en su cuaderno en silencio. —No sé de qué hablas.

—No seas idiota. Expulsaron a JiSung del salón avanzado por culpa de tu grupo.

—Pensé que nadie te desagradaba —comentó MinHo con acidez.

—Ustedes pasaron la línea de lo que era moralmente correcto —dijo entre dientes—. Sabían el problema que meterían a JiSung con todo esto. ¿Por qué le aceptaron los folios del salón?, ¿Por qué no lo detuvieron?

—Porque JiSung es un chico grande para saber que sus acciones tienen consecuencias —dijo—. Y, aunque se lo pidieran, él no lo habría permitido.

—Incluso se metió en esa pelea por Felix-, mierda, MinHo, ¿No notas que ya de por si está estresado?, y ustedes no hacen más que molestarlo.

Bufando, MinHo puso sus ojos en blanco mientras sentía como sus hombros se endurecían. —¿Crees que no soy consciente de eso?

—No. Por algo lo siguen molestando de esa forma —cuando ella notó que había elevado la voz, se acercó más a MinHo—. ¿No tienes sentimientos?

—Yuna- soy demasiado consciente de que JiSung está estresado y que nosotros no hemos hecho más que avivar la llama —admitió, intentando no sonar tal culpable como se estaba sintiendo en ese momento por todas las cosas que ella le estaba sacando en cara—. Pero no puedes exigirnos que no hagamos algo al respecto cuando todo esto sucede. Si JiSung quiere involucrarse-

—¿Por qué quieren involucrarlo, en primer lugar? —interrumpió, dejando a MinHo con las palabras en su garganta—. ¿No puedes dejar de ver tu ombligo por un minuto?, su madre no me dejó ni verlo ni hablarle durante toda la semana que estuvo suspendido, y hoy cuando pasó a buscarme estaba tan agotado…, ¿A ti, como su amigo o chico enam- como sea, no te preocupa?

—Por supuesto que me preocupa.

—Entonces demuéstralo. Dejen de meterlo en problemas. Él no tiene el estilo de vida que ustedes tienen- especialmente que en un mes rendirá el suneung, ¿Sí?

Él, desde el fondo de su estómago, le fue imposible no sacar una risa sarcásticamente ácida que dejó a Yuna descolocada en la mitad de la discusión, colocándose recta y cruzando sus piernas como un gran signo de desafío.

—¿Qué te pasa? —preguntó ella.

—Hace un año tú querías terminar con él porque no te daba atención, y ahora parece que realmente te importa que esté bien —dijo, sonriendo sarcásticamente mientras palmeaba su cabeza—. Eres preciosa, Yuna, tuviste una evolución de personaje.

Ella palmeó con furia la mano de MinHo. No podía creer que el otro no estuviera tomándoselo en serio.

—Involucrándolo en tus cosas no hará que él- no hará que él se enamore de ti —susurró lo último, haciendo a MinHo poner sus ojos en blanco—. Para de ser tan arrastrado.

—¿Me lo dices a mí?, aprendí de la mejor.

—Mierda- eres realmente insufrible —masculló, aún más enojada.

Sin embargo, todas las palabras que Yuna había expresado quedaron caladas profundamente en la psiquis de MinHo, haciéndole caer en cuenta no solo para él sino tanto para JiSung como para SeungMin que:

  1. El suneung era en un mes más.
  2. Han sucedido un montón de cosas que no deberían de ser distractores.
  3. MinHo no estaba siendo una buena persona.

La semana de suspensión se había basado en un MinHo rodar por la cama o hacer aseo en la casa mientras intentaba mantener de flote a Felix y recibía mensajes de JiSung cada cinco horas cuando tenía descansos de estudio. Él no había pensado en cómo la semana de suspensión no fue solo un hecho totalmente evitable, sino que era una gran grieta en el tiempo.

¿Por qué la existencia de una persona debía de configurarse bajo el resultado de su pasado con su entorno presente?, MinHo no era muy filosófico para entender ese tipo de conceptos tan abstractos y terrenales a la vez, pero podía encontrar la respuesta de aquello de una forma que JiSung le había enseñado hace casi un año atrás.

Tesis más antítesis es igual a una nueva tesis.

Dialéctica.

Su furia con SeungMin estaba tan fresca como la sangre dentro de su cuerpo, pero sus sentimientos por JiSung iban poco a poco apagándose dentro de la gran ilusa llama del amor.

¿Así se habrá sentido mi padre después de tantas cosas?, se preguntó MinHo. ¿A él también le habrán dicho que es una molestia para SooYoung?

MinHo podría confirmar que algo había cambiado dentro de JiSung durante el campamento. No sabía si era positivo o negativo, pero él se veía más rencoroso- enojado, casi explosivo con el mundo desde una perspectiva en la que un extrovertido puede expresarse. No era hablador. Podía verse. Podía percibirse. MinHo era capaz de leer cómo JiSung estaba adentrándose en algo que él no encontraba nombre.

E iba a llegar un momento, el cual él no podría precisar ni cuando ni qué sería, pero habría un momento donde la grieta de la semana de suspensión saldría a la luz, y eso lo afectará de sobremanera.

—¿Puedes callarte un momento? —interpuso MinHo, terminando de hacer su trabajo. Rasgó la hoja de su cuaderno y se la pasó a Yuna—. Pone tu feo nombre junto al mío y entrega la mierda. Me debes una puta bebida energética, ¿Vale?

—Te voy a despellejar vivo —masculló Yuna, escribiendo su nombre en la parte superior de la hoja.

—Y yo te sacaré el útero con un gancho.

. . .

—Maricón forastero.

—Maricón forastero.

—Maricón forastero.

—Maricón forastero.

A veces JiSung se cuestionaba cómo es que las personas a su alrededor era tan viciadas con el acoso, como también se preguntaba si es que alguien pagaba por molestar a otro y quería postular en ese trabajo.

—¿Tienes una falla neuronal que tienes la necesidad de repetir las cosas en voz alta para poder entender lo que dices o qué mierda? —se giró abruptamente JiSung a encarar al chico que, de puro morbo, había cambiado de asiento para sentarse tras Felix y JiSung.

El chico, mirando desconcertado a JiSung, giró su cabeza. —No entendí…

JiSung cerró su texto y rápidamente aleteó para golpear al chico, pero este terminó huyendo despavorido.

—Vale… —Felix lo tomó de la manga para girarlo—. Está bien, no es la gran cosa.

—Si no quieres tomarlo por ti, lo tomaré por mí —respondió, dejando el libro de mala gana sobre la mesa doble para abrirlo en la página que estaba estudiando—. ¿Un idiota repitiendo cosas en mi oreja por una hora?, es estresante, hombre.

Felix esbozó una sonrisa ante eso, aunque fue apagada rápidamente para volver a seguir con su trabajo.

Solamente había pasado cerca de cuatro horas de su regreso y JiSung se encontraba totalmente sorprendido por la paciencia que Felix poseía en ese momento.

No solo algunos alumnos de clases se enfrentaban a él directamente, sino que hubo una situación con el primer maestro del día que hizo a Felix darle a entender que no estaba de acuerdo con sus prácticas morales, dejando al chico totalmente callado. JiSung estaba atragantado.

¿Cómo mierda todas estas personas actúan de esa forma?, se preguntaba, incapaz de entender o querer hacerlo con la otra perspectiva. ¡Son gente normal, pedazos de basura!

—Oye —una chica que, aunque tenía un semblante amable y su sonrisa demostraba todo lo contario, se acercó a Felix con sorna—. Tengo una duda, dicen que te gusta vestirte de mujer, ¿Es eso cierto?

Felix ni siquiera pudo abrir la boca para responder cuando JiSung intervino.

—Ándate de acá, Helga Pataki —ordenó JiSung, mientras apuntaba su propia entre ceja.

—Felix, ¿Cómo es chupársela a un hombre?

—Pregúntale a tu padre.

—¿Has estado en una orgía?

—Seguramente con tu hermana.

—Dicen que a los gays les gustan los niños pequeños, ¿Acaso tú-

—¡Basta ya! —rugió JiSung una vez más.

El salón quedó en silencio. El maestro de turno dejó de escribir en la pizarra ante el grito.

—Han —le llamó la atención—. ¿Quiere una reprimenda?

—¡Están haciendo preguntas mierdas a Felix, profesor! —acusó, harto—. ¡¿No va a hacer nada?!

—JiSung, basta… —Felix murmuró por lo bajo.

—¡No!, ¡Nada de eso! —gritó de nuevo—. ¡Maduren de una puta vez!

—Han, segunda advertencia —intervino el maestro—. A la tercera llamaré a su tutor.

No podía usar a su madre en su contra.

Frustrado, JiSung se incorporó en su asiento mientras empezaba a rascar su labio nuevamente, furioso.

Aunque el salón rompió el silencio por distintos murmullos, y una que otra risa, al menos el resto del bloque de clase nadie se acercó a hacer una pregunta directa a Felix.

Cuando sonó la campana para el receso, Felix se negó de salir de su asiento. —Felix…

—JiSung —la voz de él tornó una fuerte seriedad—. En serio. Detén eso de defenderme- no es necesario ya.

—¿Cómo que no? —dijo, molesto—. Te acosan. No voy a dejar que lo hagan.

—Pero es mí problme-

—Bueno- ¡A la mierda eso! —exclamó—. No soy tan inhumano como para dejarte solo o no hacer nada al respecto- ¡Tengo que defenderte porque eres mi amigo!

Amigo. Amistad. Agradecer.

No se formó un clima emocional en torno a ellos por lo abrupto que fue la secuencia de sucesos, pero en ese momento repentino para JiSung él podía considerarlo una marca clave que le hizo desbordarse de aquello.

Felix, sentado a su lado, en los primeros asientos del aula dándole la espalda al resto del mundo, lo miraba con sus ojos grandes y cafés lleno del mismo dolor que se había apoderado de él desde que había pasado la tragedia.

Haberlo visto en pánico, ansioso, temeroso y sensible de toda la situación hizo a JiSung no solamente empatizar con él desde su propio sujeto, sino que también pensó en MinHo y pensó en sus propias tías.

¿Defenderlo de aquello que era el mal era lo que hacía a JiSung ser amigo de Felix?, ¿Eso podía convertirlo en un buen amigo?

—Creo que esta es la primera vez que te refieres a mí como tu amigo… —murmuró Felix, antes de negar—. No…, no es necesario. JiSung, por mi culpa te fuiste del salón y-

—Ah- no, no fue tu culpa. Fue mi irresponsabilidad —apresuró en decir, levantándose del asiento—. De todas formas, lo que pasó, pasó y-

—Pero, JiSung…

Bien, no es como si JiSung se hubiese tomado la noticia con tanta calma- no en especial cuando estuvo más de un arco de su vida intentando entrar al condenado lugar. No obstante, podía llorar sobre la leche derramada y maldecir a todo el mundo, como también podía seguir avanzando en sus convicciones y cumplir su meta.

Eso era evolución de personaje, ¿No?

—Vamos a comer algo —alentó JiSung a que Felix se levantara del asiento para que saliera—. Seguro que debe haber algo rico- Es temporada de manzanas, ¿No?

Felix, aún atontado y tímido por las bruscas reacciones de JiSung, le continuó bajo una conversación creada por el castaño, intentando mantener la mente del otro despejado.

JiSung pensaba que iba a estar con él, convencido de su relación mientras veían a Chan y MinHo acercándose a ellos.

Además, según dice el anime, no hay nada más poderoso que el poder de la amistad.

—Hey —le llamó MinHo, relamiendo sus labios—. ¿Me acompañas?

O tal vez era el poder de la calentura.

Dejando a Felix con Chan, JiSung siguió los pasos apresurados de MinHo hacia el ala vieja de la escuela, específicamente el club de la banda.

—Uh… —MinHo, tanteando en sus bolsillos, apuntó el cerrojo—. Abre.

JiSung, poniendo sus ojos en blanco, abrió la puerta del salón y la cerró con llave en el interior (de los errores se aprende). Cuando meramente se giró para encarar a MinHo, este habló drásticamente.

—Quiero terminar contigo.

Él, quedándose colgado un extenso momento del silencio en el cual pudo jurar escuchar a un cuervo hablar, formuló:

—Mierda-, ¿Pues qué pregunté?

—Solo bromeo —se apresuró a decir MinHo, aunque agregó—: bueno, no es broma si tu quieres-

—MinHo, no quiero terminar contigo.

—¿Ni después de todo lo que pasó?

—¿Cómo es que con lo que pasó influyó en nuestra relación?

—Bueno- pues lo que te contaré a continuación hará que quieras terminar contigo.

Sentándose en las colchonetas, JiSung escuchó atentamente todo lo que MinHo le relataba. Hablando desde la discusión que había tenido con HyunJin y ChangBin el día de la suspensión, su abuela perdiéndose, y la pelea que tuvo el día anterior con SeungMin donde, inherentemente, la relación de los dos se vio expuesta ante él.

Cuando terminó de hablar, MinHo ya había tomado asiento junto a JiSung, esperando pacientemente a que este procesara toda la información de la cual fue bombardeado bruscamente.

—Entonces… —MinHo retomó el hilo—. ¿Qué opinas?

JiSung se mantuvo en silencio durante un largo tramo ansioso, pensando y repensando alguna de las cosas que MinHo había formulado hasta al fin llegar a la conclusión.

—Sí, quiero terminar contigo.

MinHo lanzó un fuerte suspiro mientras se recostaba en las colchonetas, pareciendo igual de indeciso y enfrascado como él.

—Así que, SeungMin sabe —concluyó JiSung—. Sabe y no le pareció.

—Más que no parecerse…

—Y te comportaste como un absoluto idiota con él —siguió.

—Oye —MinHo lo miró—, él también lo hizo. ¿Por qué no dices nada contra eso?

 —No tengo mucho derecho a hacerlo.

Una vez más, el chico bufó mientras doblaba una pierna, notablemente molesto. —¿No se han hablado? —preguntó JiSung.

—¿Qué voy a querer hablar con ese imbécil? —masculló—. Ojalá lo atropelle una vaca.

—Deberían darse un tiempo antes de retomar el tema —aconsejó—. Ya que están con el enojo a flor de piel.

—¡No estoy enojado!, ¡Y seguramente a él no le importa mucho!

Por supuesto que ninguno de los dos escuchaba los gritos de rabia de SeungMin en el taller de diseño y costura mientras que YiSu seguía cosiendo en su máquina de coser.

JiSung, con afecto, estiró su mano para acariciar con afecto el muslo del chico en un signo de consuelo. —Es solo cuestión de tiempo.

—Hablando de tiempo… —MinHo murmuró en lo alto, incorporándose de nuevo—. ¿Cómo fue regresar al salón avanzado?

No es como si la pregunta hubiese atrapado de sorpresa al otro, pero no creían que hablarían de eso enseguida, y como JiSung aún no había formado una opinión o todavía no podía apreciar todo su escenario (o, en el peor de los casos, le daba exactamente igual), se encogió.

—Los maestros me dejaron estudiar lo que quería, y no me aparto de Felix, así que no todo es tan malo —intentó decir sin sonar tan borde por la idea.

—Pero, sigues enojado, ¿No?

—¿Realmente importa eso ya? —cuestionó, rascándose sus labios—. El remordimiento no me va a hacer regresar al salón.

—Con todo lo que te esforzaste en entrar ahí…, realmente lo siento, JiSung, no tuve que meterte en este problema.

—¿Así te refieres el ayudar a alguien con sus calificaciones?, realmente no me importa si es por una buena causa.

Mentira, JiSung decía eso pero sentía que tenía todo el odio canalizado no hacia el grupo sino hacia el mundo. Una parte de JiSung sabía que eso era lo correcto, era lo propio de una persona porque a él le salía natural- ayudar a alguien cuando tenía un problema, y si él tenía las herramientas para hacerlo, ¿Quién sería JiSung para negar esa ayuda? Empero, su parte lógica-racional; o su parte fea; o su parte real, renegaban y se culpabilizaba a si mismo por la inmadurez y estúpido sentimiento de altruista que le causó todo eso.

¿Cómo podía explicarlo sin sonar tan avaricioso, cruel o egoísta?

Realmente no le importaba que lo hubiesen expulsado por una buena causa, pero el sentimiento estaba ahí, existía en su consciencia y le hacía sentir mucha rabia.

—JiSung…

—No quiero hablar de eso —cortó—. Es una pérdida de tiempo.

—Creo que estaría bien que lo hicieras —opinó—, ya sabes, hablar…

—ChaeWon me entregó material de estudio del salón para estas últimas semanas. Es todo lo que necesito.

Un pesado silencio se mantuvo en ellos, pareciendo que ni JiSung ni MinHo se atrevían a hablarse.

—¿Cómo lo tomó tu mamá? —preguntó MinHo esta vez, tomando la mano de JiSung cuando lo escuchó bufar—. Vamos…, por favor, JiSung, háblame.

—Es que no quiero hablar sobre eso —admitió, encogiendo una de sus piernas para abrazarlas, pero permitiendo que MinHo le acariciara su mano—. Ni siquiera sé cómo decirlo sin sonar como un verdadero bastardo. Y mi madre…

De forma floja, MinHo hizo presión en su mano. JiSung sintió que estaba rendido.

Ya nada puede ser peor comparado con la vez que me dio un ataque de asma, ¿No?, pensó. Tal vez nada puede ser peor que eso, o tal vez me encuentro viviendo en ese peor.

—¿Recuerdas una vez que te dije que ella era como una bestia que me observaba desde las montañas?

—Sí…

—Es…, sigue siendo eso —no sabía cómo admitirlo—. Ella me mira y…, es todo muy asfixiante…, es como si- no sé, nunca hubiese escuchado un silencio tan ruidoso.

Pero JiSung no quería mantenerse débil en ese instante- no, estaba tan cansado que solamente quería seguir con el transcurso de su vida prohibiendo todos sus sentidos funcionar en su entorno.

—Como sea-, ¿Podemos cambiar de tema? —pidió JiSung—. Han sido muchas emociones en un solo día…

—Y eso que recién es la hora de almuerzo… —concordó, jugando con sus dedos en la mano de JiSung.

De repente, recordó cómo una vez, en las colinas durante sus vacaciones de verano, MinHo le había admitido cuánto había querido tomar su mano esa noche de febrero en Seúl. Verlo jugaron con sus dedos le hacía sentir que estaba con un niño tímido a su lado.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —con suavidad, JiSung puso sus piernas sobre las de MinHo y se acercó a él—. ¿Qué quieres para tu cumpleaños?

—¿Cumpleaños? —MinHo parecía que no estaba al tanto de esa fecha, especialmente cuando tras la cercanía, sus ojos bajaron para ver la boca de JiSung—. Eh- nada, supongo. A ti, a lo mejor.

—¿A mí? —sonrió.

—Sí… —la mano libre de MinHo bajó por la espalda de JiSung para acercarlo a él—. Una hora al día, durante siete días…

Era una petición demasiado difícil para JiSung realizar, pero sacrificando una hora de sueño podría complacerlo.

—Vale… —asintió JiSung—. ¿Algo más?

Nah-, tuve que sacrificar mi sueldo para comprarme un nuevo reproductor —contó, y JiSung pudo notarlo más animado—. A prueba de agua y es un mp4, así que mis fantásticas listas de música pueden ser creadas desde ahí mismo.

JiSung rio ligeramente, recordando los dos CDs que tenía de MinHo en su casa.

—Genial…, ¿Y no quieres otra cosa?

Fue de esperar que MinHo lo besara en ese instante, aunque JiSung estuviese un poco incómodo porque el rostro del pelinegro seguía moreteado y presuntamente dolía, especialmente porque MinHo lo besaba de forma suave.

—¿Te duele mucho? —susurró el castaño.

—Un poco… —admitió.

Con cariño, JiSung apartó sus labios de MinHo para poder besarlo en el cuello con suavidad, haciendo que el otro lo estirara para darle más espacio.

—¿Sería muy sospechoso si te dejo una marca? —preguntó.

MinHo mugió. —Me preguntarán de dónde salió.

—Sigues con tu cuerpo moreteado.

—Entonces- aprovecha la brecha.

JiSung le había echado tanto de menos. Tanto que no creyó que sería posible aguantar tanto sin él, tal vez por la dependencia emocional que no quería generar o porque simplemente necesitaba un respiro de toda la situación en su casa.

Síndrome de la Cenicienta, en donde no amas a la persona sino amas la libertad que te entrega.

¿Podía ser eso?, ¿JiSung amaba la libertad de MinHo pero no lo amaba a él?, era difícil pensarlo de esa manera, sobre todo porque el chico le había enseñado la existencia de más cosas que podían traerlo a la tierra.

—Parece que me extrañaste —bromeó MinHo después de un rato, minutos a que el receso del almuerzo terminara. Se encontraba recostado sobre las colchonetas con parte de su pelo y ropa desordenada.

—¿Qué te dio esa idea? —preguntó el otro, levantando un poco su camiseta para ver la horrible marca que MinHo le había dejado en la cintura—. ¿Por qué mierda me marcaste ahí?

—¿Por qué lloras?, nunca te sacas la ropa —apuntó.

JiSung bufó mientras terminaba de arreglarse y ordenarse el pelo. —Y- por supuesto que te extrañé, idiota.

—¿En serio?, nunca me mensajeaste.

—Te mandé memes.

—El día en que el internet me haga llegar al o, créeme que serás reemplazado.

El castaño le golpeó suavemente el estómago a la par que MinHo reía, incorporándose igualmente.

—Mira el lado bueno —continuó MinHo—. Al menos no se nos será tan difícil cuando vayas a Seúl.

De repente, él sintió como todas las palabras se atragantaban en su boca, sintiendo una ola de vergüenza y calor golpearle abruptamente mientras su rostro se sonrojaba.

—¿Eh? —desentendido, JiSung le miró—. ¿Cuándo yo…?, te refieres- ¿Quieres seguir con esto cuando yo me vaya?

MinHo le miró, confundido. —¿Tú no…?

—No- no, al contrario —se apresuró en decir, sintiendo más grima por si mismo al sentir su lengua trabarse—. Es decir- es solo que- bueno, ah…, no pensé que tú lo tenías en consideración- de hecho, no pensé nada, o sea, si me lo planteé, pero no…, ah, mierda, cada día me parezco más a ti, ¿No te parece?

—La verdad es que sí, y estoy sorprendido —admitió, pestañeando—. ¿Seré yo el racional de la relación ahora?, alguien tiene que equilibrar las cosas.

Él asintió, atontado, y escuchando la campana sonar de fondo. —Eres un tonto, pero- uh, sí, ¿Hasta cuándo quieres seguir con esta relación?

MinHo, bajando de la montaña de colchonetas, se encogió de hombros. —No lo sé, hombre, ¿Hasta que te aburras de mí o yo me aburra de ti? —él no parecía tan consternado como JiSung—. Así es como funciona las cosas, ¿No te parece?

—Pero- ¿Y la distancia?

Pero el otro seguía sin ver el problema. —Mira- sabes que soy el último para entender las relaciones, ¿No?, pero de lo que me han enseñado…, supongo que, si hay un vínculo de por medio, y los dos somos conscientes de que ese vínculo existe, no hay mucho problema, ¿O sí?

JiSung, quedándose una vez más sin palabras, asintió con torpeza.

—Uh- MinHo…

MinHo, deteniéndose al salir del salón, le miró. —¿Qué sucede?

Pero la boca del otro quedó seca, y el nudo tan ansioso de su estómago le hizo activar todas las alarmas de peligro. —Eh- bájate el pelo un poco- sí, ahí tras la oreja, se ve una marca.

En el otro salón, después de que SeungMin terminase de despotricar contra MinHo, YiSu finalmente terminó de coser un vestido naranjo que una de sus clientas le había encargado.

—¡¿Qué clase de persona te dice eso?! —terminó por exclamar el chico, recostado en las bolsas donde guardaban los retazos de tela—. Hay problemas mucho más grandes que su estúpido pene- ¡Y me dice que tengo un problema con las relaciones!, él es el que está fijado en un estúpido capricho solo porque-

—¿Puedes cambiar el argumento? —interrumpió YiSu, colocando el vestido en el maniquí—. Se ha vuelto repetitivo- uh, le falta un poco. Pásame los alfileres, por favor.

SeungMin, de mala gana, se estiró hacia la mesa y se lo tendió a la chica.

—Gracias, amor.

—Además me lo ocultó por- ¿Cuánto?, ¿Un mes?, ¿Dos meses?

—Creo que están juntos desde abril —corrigió.

—¡¿Desde abril?!

YiSu, luego de terminar de ubicar los alfileres en los costados de la cintura del maniquí, soltó un suspiro. —¿Por qué no te calmas un poco y piensas las cosas con un poco de seriedad?, por lo que me cuentas, tú también le dijiste cosas feas.

—No voy a negar que sí lo hice —admitió, incorporándose en las bolsas—. Es solo que- ¡Agh!, él es tan insensible- ¿Cómo puede tratarme de esa forma?, nos conocemos de pequeños, ¿Por qué no confió en mí?

—Porque tú nunca le diste el espacio- o alguna mierda así —opinó, girándose para ver al chico—. ¿Tú qué crees?, ¿Qué tirándose mierda solucionarían las cosas?

—Él me dijo cosas para la mierda también…

—Te has portado mal con él, y él contigo —observó, antes de chasquear sus dedos sarcásticamente—. Idea revolucionaria: hablar el tema con tranquilidad.

SeungMin la miró en silencio y puso sus ojos en blanco. —Para ti siempre ha sido esa la solución: hablar.

—¿Qué otra solución propones, entonces? —desafió, acercándose hacia sus cosas para reparar en el otro vestido que hacía: uno lila de faja negra, pedido por una compañera de salón—. Puedes amenazarlo y pedirle que peleen afuera.

—No voy a pelear a golpes con él- no cuando estoy a punto de perder un diente y quedé bizco por cuatro días… —murmuró lo último, sobándose la cara.

—Hablando de tu cosa…, ¿Cómo está Felix? —preguntó—. Y JeongIn- obvio con JeongIn. A mi a penas me dirigió la mirada.

—Se ha estado ocultando en su salón de clases porque no quiere ni verte a ti ni a HyunJin —explicó, tomando asiento junto a ella—. O eso es lo que dice Lily- intenté verlo antes de pasar para acá pero él ya no estaba.

—Tal vez Chan lo acompañó.

—Creo que se fugó.

—Idea tentadora, también.

Soltando un profundo suspiro, SeungMin se restregó uno de sus ojos. —Todo está para la mierda. ChangBin está furioso por alguna razón que no tengo idea y quiere mandar a la mierda a la banda.

—Pero solamente tienen que buscar un lugar, ¿No? —ella apuntó el espacio de su taller—. Puedo cederles una hora tres veces a la semana, pero-

—No- el problema es que ChangBin sí tiene un punto —explicó—, porque él dice que no vale la pena seguir si no tenemos una meta- y es verdad, no la hay. Digo- la banda ya no puede contar conmigo porque si me va bien en el suneung me iré a la universidad y-

—Pero eso será en febrero.

—¿Y qué haremos en este tramo?, no podemos tampoco hacer algo, ¿Qué pasa si Felix dice irse también del pueblo por todo lo que pasó?, ¿O ChangBin se aburrió?, MinHo ni siquiera sabe qué hacer con su vida, ¿Qué tal si rinde también el examen y se va?, es mejor dejar morir esto.

Pareciendo tomar en consideración la idea, YiSu se encogió de hombros en signo de comprensión. —¿Te parece bien?, creo que podrían hablarlo antes de dar por sentado que todo se acabó.

—¿Por qué tu solución para todo es hablar? —preguntó en voz alta.

—No es una solución, es solo un canal, y es porque mi madre siempre me crio con eso —respondió, aunque le entregaba una sonrisa—. Vamos- ve a clases y distráete un poco.

SeungMin, agotado de la situación, tomó a la chica de la mano para arrastrarla suavemente hacia la puerta con él. —¿No quieres acompañarme?

Nah —sonrió ella, dejando un beso en la boca del chico—. Los maestros me atraparán y me exigirán entrar al aula, y todavía tengo vestidos que diseñar.

—Puedes venir conmigo y…

Pero sus palabras quedaron en el aire, porque al ver al otro lado del pasillo, observó a MinHo salir del aula del club, sonrojado y peinando su cabello hacia abajo.

MinHo lo notó enseguida, por supuesto, haciendo que ambos tuvieran un intenso contacto visual que terminó en el destello por parte de SeungMin cuando vio a JiSung también salir del aula.

—Oh… —JiSung soltó de repente en voz baja, pareciendo haber hecho una travesura—. Mierda.

Rápidamente, YiSu arrastró a SeungMin de regreso al aula y cerró la puerta, dejando a la otra pareja afuera.

—Es un imbécil —masculló MinHo con enojo—. Y desagradable. Maldito bastardo.

—Está bien para ti —dijo JiSung, arrastrándolo para salir del pasillo—. Solamente- no busques pelea.

Desde la perspectiva de Felix, quien se mantenía sentado en el pasillo junto a Chan a la espera de que los maestros llegaran al aula, se sentía totalmente desenfrenado y observado.

Su madre decía que era valiente al querer enfrentar la escuela, siendo que ella le ofreció un cambio esporádico hacia alguna otra en Seúl, pero Felix no quería ser un gasto tanto en transporte hacia la ciudad como en una escuela con grandes mensualidades comparado con los clásicos precios a cero que tenía la de este pueblo.

De hecho, él ya no quería ser una molestia para su madre, pero pareciera que todo confabulaba en su contra para que ella tuviera que estar haciéndose cargo de un montón de cosas realmente innecesarias.

A su lado derecho, se encontraba Chan. Ambos habían almorzado solos ese día porque ChangBin no aparecía por ningún lado, JeongIn se negaba de salir del aula, MinHo y JiSung quién sabía dónde estaban, y el resto prefería estar comiéndole la boca a sus respectivas novias.

Aunque era algo que presuntamente podría pasar en un día normal, Felix se sentía completamente mal.

—¿Todo es mi culpa? —se atrevió a preguntar Felix a Chan, dejando al otro con la comida a medio camino. La campana ya había sonado, pero Felix no se atrevía a tocar el salón sin JiSung.

—¿Por qué crees eso? —preguntó Chan de forma condescendiente—. Estas cosas pasan…

—Es que- siento que no todos están de acuerdo con mi…, conmigo —mencionó con vergüenza—. ¿Hice mal?, ¿Crees que tengo que hablar con ellos?

—Felix- ChangBin está más trastocado por la banda que por cualquier otra cosa, si te sirve de consuelo —le dijo—. Me comentó que a su padre le parecía la idea de que ya dejara la cosa de lado si es que no tenía un futuro con ello. Es una reacción normal.

—Pero HyunJin y SeungMin…, incluso JeongIn…

—Estás exigiendo mucho para algo que sucedió recién esta mañana —palmeando su hombro, Chan sonrió en signo de aliento—. Solo dales un tiempo, ¿Sí?, ya veras que todo seguirá igual.

Para lo tragicómico de la situación, el grupo se separó.

No voluntariamente, claro está, pero la pelea de SeungMin y MinHo jamás fue mencionada, pero fue raro ver a los dos chicos con el resto- especialmente sin terminar en conversaciones pasivo-agresivas que hacían que nadie pasara por alto.

El aula dejó de usarse, pero los instrumentos base seguían ahí. Ni MinHo ni JiSung habían pasado el tiempo suficiente con HyunJin para saber qué haría él con la batería, pero según lo que MinHo escuchaba de lo que Chan escuchaba de lo que ChangBin oía de lo que SeungMin decía, tenía pensado dejarlo ahí hasta que la escuela los obligara a dejarlos.

No había que agregar que Lily se encontraba perdiendo los estribos de toda la situación.

Días después, luego de que se quedaran sin lugar de ensayo de banda y, por ende, desamparados, JiSung entró con rapidez hacia la biblioteca, donde el pequeño grupo de tutorías se encontraba en su espera.

—Muy bien —lideró JiSung, dejando su pesada mochila en una mesa—. Nos separaremos en grupos según el año y harán algunos ejercicios. Los de segundo de escuela media (como tienen presentación oral) se acercarán a mí para que los interrogue. Los de tercero tengo un cuestionario hecho por mí que puede servirles. Y los de primer año pueden trabajar en las tareas que les dejaron hoy y, después de interrogar, me las mostrarán —ordenó, antes de aplaudir—. Muy bien- fantástico, ¿Alguno tiene una duda?

—Yo, oppa —indicó la chica que siempre llevaba un cintillo fluorescente—. ¿Por qué tiene una cabeza de caballo?

Bien, pueeeeeede que los últimos días para JiSung hayan sido un poco caóticos como estresantes, y al tener el tiempo tan acotado entre estudiar, asistir a clases, acompañar a Felix, mantener dos relaciones felices, realizar tutorías y llorar, su humor no ha sido el mejor en este último tiempo. Es por eso de que, bajo una inherente broma de Chan que MinHo se tomó muy personal, obligaron a JiSung a andar con una máscara de la cabeza de un cabello por todas partes para poder aligerar su humor.

Y fue así, como los últimos dos días, JiSung ha estado haciendo el ridículo- aunque en realidad él ni siquiera tenía noción de ello, solamente existía ignorando al resto del mundo que los miraba.

—Si esto los desconcentra, significa que puede desconcentrarlos cualquier cosa —discutió JiSung, apuntando al cuaderno de uno de los chicos—. Vamos, trabajen en lo suyo.

No se diría que la tensión en el grupo había disminuido; al contrario, la gran disputa secreta que MinHo y SeungMin tenían había hecho que poco a poco el grupo se separara, y aunque había que convencer a Felix de que aquello no era su culpa, era casi imposible sacarle ese pensamiento de la cabeza.

—Oppa, ¿Quién es él? —volvió a preguntar la misma chica.

—Ah- él… —a su lado, Felix se encontraba divagando en su propio mundo, pareciendo querer ignorar al resto—. Él es nuestro nuevo alumno. Me hará compañía, ¿Alguna otra duda?

—Yo con una de las preguntas del examen… —alzó la mano un chico.

Felix tomó asiento junto a la silla habitual de JiSung mientras que este, aún dentro de la cabeza de caballo, explicaba con seriedad al menor y lo regañaba cuando este se reía.

Al regresar a su asiento, JiSung comenzó a estudiar con sus propias tarjetas de práctica donde tenía algunas fórmulas aprendidas mientras abría uno de los folios de práctica que ChaeWon le había regalado.

Como JiSung se encontraba tan sumido en su pensamiento de estudio, no veía cómo alguno de los chicos del grupo le entregaban ciertas miradas a Felix que le hacían sentir incómodo, especial porque uno lo apuntó indiscriminadamente mientras conversaba con el otro.

Eso lo puso ansioso enseguida.

—Uh…, JiSung…

El brusco movimiento de la cabeza lo hizo ahogar una risa, especialmente cuando giró el hocico hacia Felix. —¿Qué sucede?

—No- uh…, creo que me voy…

—¿Por qué?, ¿No querías copiarme la tarea?

Pero el abrupto silencio le hizo ser coherente a JiSung, girando una vez más bruscamente hacia el grupo de estudio. —¿Necesitan algo?

—No, nada… —respondió uno.

Aunque JiSung sabía lidiar con ese tipo de cosas.

—Creo que es muy incómodo que no podamos referirnos al otro, si saben a lo que me refiero —comenzó, poniendo una mano en el hombro de Felix—. Vamos, te presentaré a los chicos. ChaeWon los bautizó con nombres fáciles para que fueran recordables.

—¿Qué tiene de malo nuestros nombres? —preguntó alguien.

—Este grupo —indicó, apuntando al grupo de tres chicos y una chica que era de primer año—, se llama Norte, Sur, Este y Oeste. Este otro grupo de segundo de la escuela media los apodamos el Canicas, la Gorra y la Falda-

—¿Por qué? —preguntó Felix.

—Porque tiene la misma fiebre de falda que YiSu- como sea, este grupo de tercero de escuela media los nombramos por colores: la del cintillo es Rosa, el otro chico es Rojo, este chico es Amarillo y esa muchacha es Azul. Este es mi pequeño grupo. Grupo- refiéranse a mi amigo como YongBokkie Hyung, y merece el mismo respeto que yo, ¿Okey?

JiSung era consciente cuán fácil era intimidar a una persona menor, especialmente en la jerarquía de edades que rodeaba su cultura. Sin embargo, hacer las cosas de forma más íntimas- ser capaz de reconocer al otro y hacer que este destaque del resto, era una buena forma no solo de amenazar sino de poner en evidencia el comportamiento de ellos. Tal vez de esta forma, como solamente eran niños entre doce y quince años, podían aprender un poco sobre el respeto.

—¿Desde hace cuánto les haces clases? —consultó Felix con curiosidad, bastante asombrado de que JiSung tuviera a todo el grupo trabajando.

—Uh- no me acuerdo —admitió—. ¿Tal vez antes de las vacaciones de verano?, era catastrófico porque tenía entrenamiento de baloncesto…, ahora que no estoy en el equipo, tengo el tiempo suficiente para entregar a este grupo.

—Es genial- asombroso, en verdad —halagó Felix—. Debes ser un buen maestro.

Meh, he tenido mis fallas. Pero me gusta, en especial cuando te dan una segunda oportunidad.

Felix no podía ver a JiSung sonreír bajo la máscara de caballo, pero sí logró ver como los menores dejaron de hablar de él.

Por otro lado, en el pasillo del salón viejo, MinHo se refugiaba en el taller de su buena amiga mientras que el ridículo novio de esta iba a prepararle el almuerzo, como lo hacía por horario.

Knock, knock —MinHo golpeó la puerta del taller de YiSu, con timidez—. ¿Puedo pasar?

Por la pelea con SeungMin, MinHo no se había atrevido a hablar con YiSu, creyendo que ella también lo mandaría al demonio o algo así.

En el interior estaba ella con KwangSu y algunas chicas del taller- incluso Rena, quien había tintado su cabello a un azul eléctrico y seguía manteniendo una dudosa relación con su novio y con ChangBin.

—Hola —saludó YiSu, aunque no le prestó demasiada atención ya que estaba midiendo la tela con un papel mantequilla base para un vestido—. ¿Adivina quién me pidió un vestido?, la chica cuyo novio era su primo y le cocinó su tortuga —contó divertida—. Creo que irá con él como cita a la fiesta de graduación

—Icónico… —murmuró MinHo, aun sintiéndose tímido.

Ella, aún distraída en su trabajo, hizo a MinHo mirar la producción de las demás chicas. Algunas le daban miradas de reojos mientras que otras (Rena, específicamente) le levantaban el dedo del medio si se le quedaba mirando por mucho tiempo.

—¿Estamos peleados también? —preguntó el chico de nuevo, atreviéndose a ser un poco más sincero.

YiSu emitió un sonido de negación.

—Entonces- ¿Por qué no me hablas?

—Por respeto a SeungMin, en realidad —dijo, antes de girarse por completo a MinHo—. ¿Hablamos afuera?

MinHo vio a KwangSu levantar su cabeza de las bolsas de los retazos de tela y los vio salir del aula, haciendo al pelinegro sentirse aún más incómodo pensando que el chico, al alabar a SeungMin, le iría con el chisme.

—Lo siento mucho —se disculpó YiSu tan pronto como la puerta del taller fue cerrada—. No quería ignorarte, es solo que- bueno, me dejan en una situación difícil.

—No- sí, entiendo…

—Además… —ella se abrazó a si misma—. Las cosas que le dijiste tampoco fueron muy amables.

Evitó poner los ojos en blanco. No quería hablar con alguien quien estaba tomando partido por SeungMin; quería hablar con su amiga.

—¿Puedo…, uh, preguntarte sobre eso? —MinHo jugó con sus pies—. No te voy a pedir a que me ayudes a “conciliarme con él” porque- no tengo ninguna intención de hacerlo con eses bastardo, ¿Okey?, y- no me mires de esa forma que te ves fea.

—Pero ustedes se quieren… —murmuró.

—Quererse es para niños. Yo quiero saber si nosotros estamos bien.

—Por supuesto que estamos bien —dijo—. Pero…, no olvides que amo a SeungMin, MinHo, y que él es prioridad mía…

—Obvio que lo sé, estúpida, no es como si me pondría del lado tuyo si es que peleas con JiSung —esta vez, MinHo sí puso sus ojos en blanco, pero al menos sentía un poco de alivio al saber que YiSu no estaba en su contra—. Es solo que…, ¿SeungMin ha tenido pensado decirle a los chicos sobre JiSung y yo?, no lo he visto acercarse a Felix, por lo que no sé si él está bien o…

—No se acerca a Felix porque tú estás con él, y él no quiere acercarse a ti —explicó, y eso pareció tener sentido en la cabeza de MinHo—. ¿No quieres hacer las paces con SeungMin?

—No hasta que él se disculpe primero —negó.

YiSu, soltando un fuerte suspiro, se encogió de hombros y esbozó una sonrisa. —Lo conoces, sabes cuán orgulloso es.

MinHo no esperaba sacar una resolución de esa conversación, pero al menos se calmaba al saber que no había problemas con ella.

Un murmullo les llamó la atención. Ambos giraron sus cabezas para ver hacia el otro lado del pasillo cómo SeungMin y ChangBin se encontraban conversando mientras miraban la cerrada puerta del club.

—Hey —le llamó ChangBin a MinHo—. ¿Tienes la llave?

Él, guardando ilusamente las manos en sus bolsillos traseros, negó. —JiSung las tiene, ¿Qué pasó?

—Queremos sacar los instrumentos —dijo ChangBin, por supuesto, porque SeungMin no le estaba dirigiendo la palabra.

—Ah… —MinHo se encaminó hacia ellos, mientras YiSu huía de la situación hacia su propio taller—. ¿Encontraron un lugar para ensayar?

—Ah- no… —ChangBin, un tanto apenado, rascó la parte de atrás de su nuca—. Quiero sacar mis cosas ya…, no tiene sentido seguir teniéndolas ahí.

—¿Qué? —él pareció no creerlo—. ¿La banda ya murió?

—No quiero decir que murió- pero, ¿Para qué tener las cosas ahí? —dijo, pareciendo no darle importancia—. Va a empezar a llover y habrá una gotera.

—Supongo que podemos dejar las cosas en tu casa por mientras, como en el verano —opinó—. ¿Qué te parece?

ChangBin hizo una mueca, y negó. —No creo- a mi viejo ya no le gusta la idea de la banda…, ya sabes, pérdida de tiempo y todo eso.

—¿Tachaste el padres sobreprotectores por el futuro de sus hijos de la lista de clichés?

—Por supuesto.

MinHo ni siquiera se refirió a SeungMin en toda la conversación, y viceversa, haciendo a ChangBin extrañar.

—¿Se pelearon de verdad? —preguntó sin escrúpulos, mirando a ambos—. ¿En serio?

Ninguno respondió. Estaban lo suficientemente enojados como para querer hacerlo.

—Okey —ChangBin, pareciendo totalmente relajado con la idea de que los otros dos no se dirigieran la palabra, se encogió de hombros—. Si alguno ve a JiSung, díganle que me entregue la llave para sacar mis cosas.

—Menciónaselo a MinHo —habló SeungMin con recelo, girándose para irse—. Ya que él pasa tiempo con JiSung.

Como MinHo tenía la sensibilidad a flor de piel, le fue fácil tomar a SeungMin de su polerón para querer golpearlo, pero antes de que SeungMin le quisiera dar también un golpe, ChangBin los separó enseguida con la gran fuerza que él tenía.

—Vale- se ve que están mal —observó, aunque seguía sin estar impresionado. Con descaro, empujó a los dos chicos a lados opuestos del pasillo—. Vayan a terapia de pareja o algo así.

SeungMin pasó por el lado de MinHo, ya que llevaba la comida de YiSu en mano. Lo ignoró olímpicamente y, con un brusco movimiento, entró al taller de diseño y costura.

—¿Qué demonios les pasó a ambos? —cuestionó ChangBin, luego de que MinHo le indicara que lo acompañase donde JiSung—. La última vez que se pelearon fue hace años.

—Son mierdas raras —se excusó, antes de lanzar una risa sardónica—. De hecho- hay una canción de Taylor Swift que lo explica.

El encuentro entre ChangBin y Felix había sido esperablemente incómodo, tal vez porque presuntamente no se habían dirigido la palabra desde hace días o porque ChangBin simplemente no había querido acercarse a él. Eso a MinHo lo molestaba, especialmente porque ChangBin era una persona cercana no solo para Felix sino también para él mismo, así que podía sentir el rechazo hacia el otro como hacia si.

Felix se deprimía por eso, tanto que ni siquiera la cabeza de caballo de JiSung podía animarlo.

Durante esa tarde noche, en donde la abuela Goo se encontraba viendo televisión con MinHo mientras él practicaba con el crochet una nueva prenda, se le ocurrió la idea de llamar a Chan y preguntarle directamente sobre el tema, ya que él era el más templado de todas las situaciones. Sin embargo, cuando iban en la mitad de una explicación pseudo lógica, MinHo comprendió que sus amigos simplemente se habían separado.

Y, MinHo no lo negaría, pero eso lo ponía triste.

. . .

—¿Alguna vez has visto la bella interconectarse con la simpatía de una persona? —YeoSang, interpretando a Son, miró a Yeji (interpretando a Tai) con unos exagerados ojos soñadores—. ¿Alguna vez has temido adelantar para saber que no eres más un idiota sin intenciones de contraer una realidad estable?

—Me dedico más a creer que soy la existencia de lo irreal —respondió Tai, tomando la mano de Son para girar bajo de él y moverse hacia un lado del aula—. ¿Puedes observar las amarillentas camelias que sobresalen de la luna?, puede que no sean imaginativas- ¿Qué tanto cuesta para que sean reales?

—Son reales porque los piensas.

—No- son reales porque son irreales.

—¿Por qué has de decir que eres irreal?

—Esto está construido de diversas figuras líricas —Yuna observó el guion, mientras veía el ensayo de una obra con los otros tres líderes—. ¿Creen que sea entendible?

—Yuna, ni siquiera nosotros sabemos qué quisimos decir con todo eso —admitió ChangBin mientras veía el guion—. Pero tiene sentido, ¿No te parece?

—Imagina un mundo donde Jon Snow hubiese sido el rey de los siete reinos —habló Son con voz solemne, exagerando sus movimientos de manos hacia el público—. Si él lo hubiese sido, el final de Juego de Tronos habría tenido mucho más sentido.

—Por supuesto que no —terminó por negar Yuna, cansada—. Pero- ¿Qué importa?, ¿Qué opinas tú, JiSung?

Viendo a su lado, JiSung seguía con la máscara de caballo mientras repetía incesantemente en voz alta conjugaciones de la lengua coreana y en castellano.

—¿Puedo hacer una pregunta? —habló YeoSang hacia los cuatro chicos—. ¿Cuándo haremos la sección musical?, he vocalizado.

—Ah- sí… —Chan tomó la palabra, con un aire un poco incómodo—. Le hemos dado vuelta al asunto y, concluimos que será mejor que no tomes tú el segmento musical y que es mejor que lo haga otra persona- ya sabe, así damos más dramatismo.

—¿Y quién se supone que lo hará?

Fue un silencio de cinco segundos antes de que Yeji notara al fin la respuesta, bufando de aburrimiento. —¿En serio?, HyunJin ni siquiera sabe cantar.

—En una tabla comparativa de YeoSang a MinHo- HyunJin es lo más próximo a tener algo decente —explicó ChangBin.

—Genial —aunque Yeji no se veía realmente animada, tampoco se veía molesta—. ¿Terminamos con el ensayo de hoy?

—Sí —Chan dijo, levantándose también de su asiento—. Intentaremos que el próximo ensayo sea con más extras. Apréndanse sus diálogos.

Mientras los dos chicos salían del aula, los otros cuatro se mantenían en sus asientos pareciendo meditar todo lo que habían visto en el ensayo- o, bueno, tres de ellos en realidad.

—¿A quién mierda se le ocurrió hacer una obra navideña? —se lamentó Yuna.

—A ti, en realidad —admitió ChangBin, quien se veía también con una moral baja—. ¿Por qué…?

—Muchos lamentos y poca acción —Chan intervino, intentando animar al resto—. Vamos- esto será un buen espectáculo, ¿No?, al menos no les han pedido tocar para Navidad.

—Si nos piden tocar para navidad- juro que me lanzo del Puente de los Besos hacia el río —amenazó ChangBin—. Además- ugh, todavía nos faltan sacar cosas del club.

—¿Dónde tienen planeado dejarlas? —consultó Yuna con curiosidad—. No los he oído tocar…

—Ni nosotros sabemos —confesó, antes de dirigirse a Chan—. Mi padre no quiere saber nada de los instrumentos. Me amenazó con raparme la cabeza si la batería volvía a tocar mi casa.

—La granja de HyunJin parece ser una buena idea —opinó el otro.

Pero ChangBin negó, desganado. —No- realmente siento que es hora de dejarlo ir.

—¿Te puedo preguntar algo? —JiSung, rompiendo con su burbuja de estudio, lo miró (o, bueno, el caballo lo miró)—. ¿Por qué tan decepcionado de la vida?

—Insisto- mi padre no quiere que siga perdiendo el tiempo con estas cosas —repitió, antes de chistar con desgano—. Tampoco me propone qué puedo hacer…, creo que me veré encerrado en la granja de los Hwang por el resto de mi vida.

—¿No que te gusta la composición lírica?

—¿Y qué?, ¿Quieres que me vaya a vivir a las calles de Seúl y vender mis letras?

—A Min YoonGi de BTS le funcionó —comentó Yuna.

—Como sea- ¿Vamos?

—Sí- yo tengo que hacer unas planificaciones para las actividades de los chicos de la escuela media —se excusó Yuna, girándose para besar a su novio pero quedándose congelada al ver la cabeza de caballo girar bruscamente hacia ella—. Uh- nos vemos luego, cariño.

La chica salió rápidamente de ahí, haciendo a JiSung bufar. —Esto es penoso.

—Mira el lado bueno —Chan apuntó—. No te has enojado más.

—Oh- sí lo he hecho, el problema es que ustedes no me toman en serio —refunfuñó.

ChangBin, en un lapsus totalmente inadvertido, tomó el gorro del polerón de JiSung y lo subió para tapar la cabeza de caballo, haciéndolo explotar en risa. —Te ves ridículo.

Y aunque Chan intentó mantener la compostura, se le fue imposible no reír también cuando JiSung les levantó el dedo del medio a ambos, haciéndolo reír también al otro chico.

—¿Vamos a mi casa?, JeongIn está con YongBokkie y Lily ahí —propuso Chan.

El tercer chico, apagando su risa, hizo una mueca. —Eh…, no lo sé…

—¿Sabes que YongBok está triste porque ni tú, HyunJin y SeungMin se le acercan? —dijo Chan—. ¿Por qué mantienes tanto la distancia?, lo deprimen.

—Bueno- para mí también es raro —se justificó—. Todo este tiempo pensando que tenía novia y resulta que…, bueno, no tiene.

—¿Y es eso una gran diferencia? —le preguntó JiSung—. El chico ni siquiera está en Corea.

ChangBin rascó incómodamente su cabeza, pareciendo querer formular algo que no sabía cómo decirlo. Finalmente, lo que pareció ser un movimiento de manos y una complicidad eterna, Chan concluyó su actuar.

—Te sientes culpable.

JiSung miró a Chan, desentendido. —¿Eh?

—Se siente culpable porque no le habló los primeros días post regreso —le explicó, antes de sonreír tan fuerte que sus hoyuelos se marcaron—. ¿No es así, Binnie?, ¿Estás tímido porque no sabes cómo enfrentarlo?

—¿Por qué sería eso?, no soy un niño —se justificó ChangBin, pareciendo mantener la compostura—. ¿Saben qué?, me voy.

Pero JiSung, también entendiendo el tímido comportamiento del otro, lo siguió junto a Chan mientras lo molestaban de la forma más infantil posible.

—Vamos a mi casa y habla con YongBokkie —le propuso Chan de nuevo—. O puedes hablar con JeongInnie- ya sabes, él todavía no nos mira a la cara.

—¿Ni siquiera a ti? —preguntó JiSung.

Nah, él sigue sintiendo pena —aunque, a pesar de lo catastrófico de la situación y lo mal que estuvo sintiéndose JeongIn respecto a todo, Chan no parecía tan acomplejado—. Pero va estabilizándose- ya saben, paso a paso.

—¿Y cómo crees que sea con HyunJin y SeungMin? —le cuestionó ChangBin, desviando la bala.

—Uh- SeungMin y MinHo están peleados —contó JiSung, lo que pareció ser lo suficientemente explicativo para Chan para entender el panorama—. Así que SeungMin no se le acerca ya que MinHo no se aparta de Felix… —y yo tampoco lo hago, en realidad, y asumo que SeungMin también está enojado conmigo.

—Y supongo que HyunJinnie hay que preguntarle —Chan terminó encogiéndose de hombros—. Son cosas que pasarán, ¿Saben?, incluso creo que hace bien.

Hacer bien…, JiSung meditó esas palabras, pareciendo ser tan superficialmente ilusorias como a su vez una gran realidad.

Y octubre siguió pasando de la misma forma que los otros días, aunque el rencor o el distanciamiento no era tan grande- bueno, de todos salvo de HyunJin, que más allá de unirse con uno de los chicos, él pasaba todo su tiempo junto a su novia MinYu. JiSung no se explicaba por qué, en realidad, pero según lo que le decía era que solamente la amaba mucho y que quería pasar todo el tiempo del mundo con ella antes de graduarse. Yeji lo molestaba con dependencia emocional y HyunJin la callaba con insultos.

Felix seguía desanimado, y seguía sin hablar. JiSung a veces entraba en desespero porque sentía que no hacía bien su rol de cuidador dentro del aula, pero Felix le contradecía insistiendo que no debía de tener cuidado con él y no molestarse por eso. ¿Así de estresante podía llegar a ser JiSung con sus problemas?, vaya, se sentía mucho más empático por el resto en ese momento.

Pero Felix estaba en su derecho, especialmente cuando la gente seguía viéndolo de reojo. Chan le había dicho que las cosas se olvidarían con el tiempo, pero cuando Jeon terminó por pasar las fotografías a su celular, todos esperaron a que estas siguieran rondando por el resto de la escuela por mero capricho de superioridad- tal como JeongIn una vez lo dijo:

“—Mientras el hombre humilla a sus compañeros en público para hacerse sentir superior, las mujeres se dedican a hablar mal de otras para hacerlas inferior.”

Era desastroso.

Sin embargo, una tarde en la granja de los Hwang, donde JiSung se encontraba con HyunJin y Yeji en la cocina de ellos explicándole algún tipo de fórmula matemática que no entendían, a JiSung se le ocurrió una idea.

—El lunes es el cumpleaños de MinHo —dijo—, ¿Tienes idea de qué regalarle?

—Un gran beso y un gran abrazo —respondió HyunJin con total naturalidad—. Y un cajón de naranjas- le gustan mucho las naranjas. ¿Tú?

—Tenía pensado ir a la tienda que trabaja después de su horario para pedirle a HanSoo que me haga un disco de vinilo a pedido —contó, y de repente se sintió totalmente avergonzado al notar la producción del regalo.

—Cuanto amor —comentó con sarcasmo HyunJin, antes de apuntarlo indiscriminadamente—. ¿Por qué no me das algo así?, un vinilo personalizado con mis openings de animes favoritos.

—Lo tendré en cuenta —apostó, intentando no sonar tan tímido—. Y- bien, ¿Quieres acompañarme?

—Seguro —asintió HyunJin, mientras Yeji se levantaba para buscar algo de comer—. Dame galletas.

—Muérete —espetó la otra.

—También quería ir con Felix… —murmuró JiSung por lo bajo, lo suficientemente tímido como para poder decirlo en voz alta.

HyunJin, tras escucharlo, se detuvo un momento antes de relamer sus labios y asentir. —Okey, genial, no tengo problemas con eso.

Aunque el chico se veía realmente acomplejado.

El plan para JiSung era el siguiente: ir el sábado en la tarde con HyunJin y Felix a la tienda donde HanSoo trabajaba para encargarle el vinilo personalizado y, con un poco de suerte, HyunJin haría las paces con Felix y el otro ya no estaría tan deprimido- ¡Era un plan fantástico!

Sin embargo, en la mente de JiSung también rondaba la petición de MinHo: tenerlo durante esa semana. Claro, era demasiado abstracto, mal pensado e imposible, pero JiSung también quería pasar tiempo con él, así que, organizando bloques y distribuyendo ideas, salió de la escuela el viernes con su mochila cargada de textos de estudios, folios cedidos por ChaeWon y una gran cantidad insana de bebidas energéticas que probablemente lo mandarían parar al hospital (de nuevo).

Bien, pensó JiSung luego de haber organizado todo su material de estudio en su escritorio. Hoy será una buena noche.

Cada parte de su habitación era una estación de estudio- lo cual le hacía didácticamente más fácil poder comprender lo que estudiaba, especialmente cuando hablaba desde su complejidad con las asignaturas del electivo de bioquímica que, tras acostumbrarse al humanismo, lo dificultaba en comprensión tan centrada y cuadrada.

Tenía de música en el fondo lo que lo acompañaba en su noche de soledad. Los discos de las listas que MinHo había hecho era una gran animosidad como también las estaciones de radio nocturnas que presentaban canciones de la infancia de JiSung como Davichi o Lee Hyori. Intentaba tomar cortos descansos entre su agotamiento mental, y se esforzaba para mantenerse despierto lo más que podía.

Sin embargo, con toda su intención, JiSung decidió tomar una pequeña siesta de treinta minutos a las dos de la madrugada bajo la gran cantidad de hojas sueltas que tenía. Apagó la radio. Durmió. Y su alarma del celular sonó media hora después en agonía de su poca batería. JiSung ni siquiera estaba interesado en ella.

Siguió estudiando. Tanto que sentía la real pretensión de sus pestañas quemarse. Se murió de hambre durante un tramo que le hizo sentir tan fatigado, y su garganta dolía por la gran presión de dormir con la boca abierta. Su espalda ardía y su cuello parecía ser atacado constantemente en tablas, por lo que, cuando fue las seis de la mañana, JiSung decidió tomar otra siesta.

Esta vez ajustando la alarma en su estéreo (estéreo con alarma. El mejor regalo que alguna vez JiSung recibió), JiSung volvió a dormir.

El estéreo se encendió a las diez de la mañana, haciendo sonar la radio una canción que JiSung odiaba con su vida.

Whoa meoributeo balkkeutkkaji da saranseurowo —sonó Loveable de Kim JongKook—. Whoa niga naui yeojaraneunge jarangesurowo. Gidarimi jeulgeobgo, ijen gonggimajeo dalkomhae ireohke nereul saranghae.

Por favor, que alguien me dispare en las rodillas, se lamentó JiSung en voz baja

Sin embargo, JiSung sentía que algo estaba fuera de lugar.

Tomó una ducha con tranquilidad notando que su madre no se encontraba en casa, y para desayunar se hizo algo lo suficientemente contundente y a su vez ligero para no morir en el intento, y subió a su habitación con una canción de Rain sonando en el estéreo para poder estudiar un poco más antes de salir con los chicos.

Disociando un momento, observando una de las latas abiertas de bebidas energéticas que tenía, y meditando si sería eficiente colocarle café para mantenerse con energía, cuando la estación de radio comenzó a decir una cosa interesante.

Casi once de la mañana en este día y el tránsito sigue siendo fuerte, tal vez hubo una colisión en una de las avenidas principales de nuestra Seúl que hizo este gran atraso —comentó el locutor con gracia—. Buena forma de empezar la semana.

¿Empezar la semana?, JiSung meditó. ¿Por qué…?

Tuvo que escuchar un poco más la radio para notar lo que había pasado.

Era lunes.

—¡¡¡MIERDA!!!

Casi cayéndose, se aproximó hacia su celular cargando y, tras encenderlo, vio la gran cantidad de mensajes y llamadas perdidas que él había pasado por alto.

No le importó salir de su casa con la ropa en casa que tenía (que era, la mayoría del tiempo, la misma ropa que usaba para salir), y, mientras hacía la fila fuera del pequeño mercado, marcó a MinHo.

Holas —saludó MinHo al otro lado de la línea con su sentido del humor—. ¿Por qué no te he visto?

¿Me puedes ver en el club? —intervino—. En diez minutos estoy allá.

—¿Saltarnos las clases?, caliente.

Y cortó.

Luego de recibir un regaño por parte de la dirección por su retraso, se encaminó hacia el club fingiendo que no era más que un fantasma y, no sorprendiéndose, se encontró con MinHo sentado en el pasillo.

—¿Por qué te ves para la mierda? —preguntó MinHo con burla.

—Lo siento tanto —se apresuró en decir JiSung, abrazándolo del cuello para poder besarlo. MinHo, sorprendido, dio un paso hacia atrás mientras lo tomaba de la cintura para presionarlo más cerca. Al separarse, con un MinHo sonriendo de forma burlesca, JiSung le entregó la bolsa de chocolates que había comprado en el mercado—. Feliz cumpleaños.

Aw —MinHo tomó la bolsa mientras revisaba el interior—. Mira- de todo un poco. Y un paquete grande de un chocolate-naranja. Me conoces tan bien —expresó, dándole un corto beso.

Pero JiSung no sentía que era suficiente con eso, no cuando había tenido todo un regalo en preparación. —Te lo voy a compensar.

—¿Qué?, ¿Por qué? —cuestionó, abrazando la bolsa—. ¿Me los vas a quitar?

—No, pero- te daré algo más. En serio.

MinHo, sonriendo socarronamente, pasó un índice por el pecho de JiSung, subiéndolo y bajándolo lentamente. —Puedes darme algo más ahora…

Él no iba a negar la risa que salió de su garganta. Abrió la puerta del club y se encerraron los dos ahí durante los siguientes noventa minutos completos.

—¿Almorzamos? —preguntó MinHo, mientras chupaba de sus dedos el chocolate derretido, incorporándose en las colchonetas.

El otro, un poco atontado mientras veía el chupetón un poco más debajo de su clavícula que tenía un poco de chocolate, miró a MinHo—. ¿Eh?

—Almuerzo. Lunch. Comida —repitió el otro, tomando asiento en las colchonetas para abrazar a JiSung por la cintura—. Soy el cumpleañero. Tienes que aceptar todos mis mandatos.

—Ya acepté varios —contestó, tocando con su dedo la punta de la nariz del otro—. Y tengo que ir a clases- mierda, dejé a Felix solo.

Nah, porque JeongIn se enteró de una buena noticia.

—¿Qué pasó?

—Su madre estaba viendo escuelas donde podría terminar la educación en Australia y se enteraron que no podía llegar a mitad de año porque no lo convalidarían, así que JeongIn tendrá que hacer su segundo año de escuela allá de nuevo.

—Oh, no…

—No todo es malo. Como ya no tiene motivos para seguir en clases, ha tomado tu lugar en el salón con Felix porque no llegaste.

Bueno, eso parecía ser parte de la suerte de JiSung, quien se sentía aún un poco mal por la resaca de su insomnio y su problema de horario del sueño.

Terminó por contárselo todo a MinHo, quien rio de por medio por la hilarante situación que había generado, aunque también le admitió sus dudas sobre la relación de HyunJin y Felix, ya que dejó plantado a ambos.

—Bueno- HyunJin no pareció tener problemas con Felix esta mañana —observó MinHo—. Incluso- se hablaron. Tal vez dejarlos plantado fue beneficioso para ellos.

—Eso me tranquilizaría. ¿HyunJin no se veía raro?

MinHo se encogió de hombros. —HyunJin es raro.

—Mira quien habla.

Él se acercó de nuevo para besarle, y estuvieron así durante un extenso periodo de tiempo hasta que el estómago de MinHo gruñó pidiendo comida.

—Adelántate —le dijo JiSung, terminando de limpiar chocolate de naranja de la cara de MinHo—. Nos vemos en la tarde.

—Ugh, mis padres están con remordimiento y quiere que vaya a comer con ellos porque parece que su hijo nació —contestó con una falsa mala gana.

JiSung rio ante eso, antes de asentir. —Okey, disfruta tu tiempo de calidad con tus padres.

—¿Te tendré mañana?

—¿No dijiste que era una hora diaria?

Y MinHo sonrió socarronamente antes de salir. —Eres un ángel.

Por un momento, una rápida idea pasó por su cabeza, haciendo tender su mano hacia MinHo. —Oye…, ¿Me prestas tu reproductor?

MinHo lo miró, y JiSung pudo apostar que el otro pensaba en un ‘no te amo lo suficiente como para hacerlo’. —¿Por qué?

—Quiero escuchar música —dijo con simpleza.

—Tienes tu- ugh, celular.

—Sí, pero me gusta tu música —y, abultando sus labios, se humilló—. Ya sabes, tienes una gran variedad de ella, eres demasiado culto y, no lo voy a admitir, pero U2 es realmente genial…

Meditándolo por cerca de treinta segundos, MinHo terminó por soltar un lacónico suspiro mientras sacaba de su bolsillo su reproductor junto a sus auriculares negros y, con notorio vacile, se los entregó a JiSung.

—Le pasa algo y juro que terminamos —amenazó.

Sonriendo, JiSung lo tomó mientras asentía. —Gracias, gracias, gracias…

MinHo salió del aula y, cuarenta segundos después, JiSung se encaminó rápidamente hacia la biblioteca, específicamente al sector donde había dos computadores del año 2000 con Windows XP que existían tranquilamente. Corrió con su suerte de tener a ChaeWon estudiando en una de las mesas, por lo que, en un rápido favor, ella le prestó un cable USB para conectarlo al computador.

—¿Qué vas a hacer? —preguntó con curiosidad la chica, sentándose junto a JiSung—. ¿Descargas ilegales de música?, JiSung, te pueden detener por eso…

—No seas dramática, Chae, hago esto todo el tiempo —le restó importancia, mientras seleccionaba un par de canciones de YouTube para poder descargar el formato de audio—. Y es un regalo de cumpleaños para MinHo.

—Tienes razón- vi a su amigo Chan abrazarlo esta mañana —recordó.

JiSung sonrió ladinamente ante la idea. No tenía noción de cómo el resto del grupo lo habría saludado ya que llegó tarde, ni mucho menos si SeungMin le dirigió una mirada, pero lo consultaría más tarde.

Mientras esperaba a que las canciones se descargaran al reproductor, JiSung comenzó a hacer algo simple con los hilos que estaban regados en el interior de su mochila. ChaeWon le miraba de reojo mientras leía de sus propias tarjetas, pareciendo tener cierto tipo de pensamiento en su mente que le hizo adivinar a JiSung lo que ella quería preguntar.

—¿Por qué no has terminado con Yuna? —consultó ella en voz baja.

Eso lo pilló desprevenido, y la idea de mentir fue tentadora. Sin embargo, pensando en que ambos se habían abierto al otro desde sus pecados más infernales, parecía no ser algo del otro mundo poder ser totalmente sincero.

—Porque…, uh, mi madre está loca —respondió, moviendo temblorosamente sus dedos por el hilo para hacer el trenzado básico que MinHo le enseñó meses atrás—. A ella le fascinó que tuviera novia y- bueno, es de las antiguas, de las que cree que el primer amor es eterno y…, y esas cosas.

—Entonces- ¿Tu mamá se molestará si terminas con Yuna? —ChaeWon pareció entender rápidamente lo dicho—. Tiene sentido- ¿Y ese chico…?

—Estamos bien —interrumpió, intentando no esbozar una sonrisa—. Demasiado.

Aw, te envidio —hizo un puchero ella, apoyándose en el escritorio con su brazo—. ¿Cómo puedes tener dos novios y yo ninguno?

—¿Crees que es una bendición?, intenta mantener a los dos contentos —bufó con gracia—. Aunque Yuna es más exigente…

—Yuna parece simpática, aunque nunca he hablado con ella.

—Lo es, por eso me gustó ella en primer lugar.

—¿No puedes presentarme con alguno de tus amigos? —cuestionó infantilmente—. Estoy cansada de estar soltera.

—No lo sé- el más enamoradizo es HyunJin, pero él ya tiene novia —comentó—. ¿Tal vez ChangBin…?

—Oh, creo haberme besado para él en navidad —comentó, entrecerrando los ojos como pareciendo visualizar el recuerdo—. Sí, él es lindo- oh, Chan también lo es, ¿Por qué no…?

—Si eres indecisa, no podré ayudarte —atajó él, notando hacia donde quería ChaeWon ir.

—MinHo también es lindo…

JiSung sintió como por un momento sus dedos dejaron de funcionar, antes de continuar con su trenzado. —La verdad es que sí, es atractivo.

—No sé si me gusta más él o Chan…

—Intenta con los dos —bromeó—. Ve dónde tienes más suerte.

Nah, MinHo parece ser amigo de Lia, y Lia me aterra —admitió—. Una vez discutió tan fuerte con otra chica que la amenazó con cortar su cabello mientras dormía- no sé si sea una buena rival del amor.

Rio para si, pareciéndole bastante extraña la idea de MinHo y Lia siendo pareja.

—Pero si ella es un amor… —murmuró—. Es agradable. Es mi amiga.

—Sí- pero me aterra —finalmente, ella negó—. Vale, iré por Chan o ChangBin- oh, ¿Qué hay de JeongIn?

La larga conversación duró todo lo que pudo permitirse en las descargas de los audios al reproductor de MinHo, donde JiSung terminó usando el aparato para crear una lista específica en ella.

‘Canciones que Han JiSung usa para recordarte.’

Por dios…, pensó con vergüenza. Esto es realmente penoso.

Sin embargo, parecía ser lo más correcto hacer. No porque fuera lo que alguien con un vínculo romántico se esperaba, sino porque JiSung amaba a MinHo y la forma más correcta entre ambos para poder expresarlos era a través de la música.

El simple pensamiento de amarlo animaba a JiSung, tal vez de una forma que ni con Yuna le había pasado cuando lo había dicho por primera vez porque- claro, la primera vez que se lo dijo fue en signos de correspondencia. Él amó a Yuna porque era su novia. No obstante, entre todas las cosas, él nunca fue capaz de sentir toda la adrenalina y naturalidad en su existencia como lo hacía con MinHo a su lado.

MinHo, por otra parte, era lo que JiSung podía considerar adecuado a él. Incluso el mero pensamiento del alma gemela se posaba de forma tan cursi en su mente que le alegraba- ¿Cómo era posible que una persona tan ordinaria era capaz de alzarlo de esa forma?, supuestamente no funcionaba así la naturaleza humana…

Y si en un momento, tal vez lejano o cercano, ambos decidían terminar…, JiSung creía que podría agradecer el cómo MinHo lo amó de la misma forma.

Al terminar de hacer el trenzado de hilos negros en los que, a diferencia la primera vez, estos podían pasar por ser más decentes, aunque la secuencia se perdía a mitad de camino por lo que formaba un extraño espiral donde JiSung perdía la cuenta de la forma en la que hacía el trenzado. Tal vez podría ser un nuevo estilo de formación de pulseras, pero no podía convencerse en su interior de lo patético que era.

Pero en realidad no importaba, porque sabía que a MinHo le encantaría porque lo hizo él.

Cuando la campana sonó para entrar a las últimas clases del día, él y ChaeWon se dirigieron a sus respectivas clases. JiSung tuvo que soportar las quejas de Felix por haberlo dejado plantado a él y a HyunJin el sábado para la compra, pero también comentándole con cierto ánimo cómo es que ambos habían pasado una tarde agradable. JeongIn también los acompañaba, explicándole lo mismo que MinHo le había informado momentos atrás, y se encontraba sentado irrespetuosamente en una silla adicional ubicada junto a la mesa de Felix, sintiéndose igualmente protector del chico ante todo el mal que el resto del salón emanaba hacia el australiano.

En esos bloques eternos de la hora, JiSung y JeongIn pelearon con el resto. Recibieron amonestaciones por parte de la maestra. Felix pidió que se detuvieran y JiSung escuchó canciones aleatorias del reproductor de MinHo, canciones de artistas que podían transformarse en su nombre.

Finalmente, para el final del largo día, Chan, Lily y MinHo se encontraban esperándolos afuera.

—Creí que ChangBin te acompañaría —comentó JiSung hacia Chan, lo suficientemente bajo como para no desconcentrar a Felix de su conversación con JeongIn, Lily y MinHo—. Ya sabes, por lo que pasó…

—Sí…, no sé cuánto le dure el drama —admitió, aunque no se veía preocupado—. Fue lo mismo que HyunJin, ¿Sabes?, no se encontraban cómodos alrededor de YongBokkie porque habían pensado mal. Supongo que les ayuda a perdonarse.

—Si ChangBin sigue haciéndose de rogar tanto, prometo golpearlo —amenazó.

—Uy, que audaz- ¿Dónde dejaste la cabeza de caballo, JiSungie?, te estás volviendo muy violento.

JiSung rio con sarcasmo, pero Chan le picó las costillas haciéndolo quejarse en voz alta. Lo enamorado no le quitaba lo gruñón.

—¿Vamos a mi casa? —ofreció Chan—. Ya que- bueno, no tenemos nada que hacer.

—¡Oh!, yo nunca he ido a su casa —comentó Lily, abrazando a JeongIn del brazo—. ¿Por qué nunca me has llevado?

—¿Y por qué te llevaría, loca? —cuestionó el otro, intentando zafarse.

Lily rio en voz alta y, pareciendo emocionada, lideró la caravana. JeongIn estiró su brazo libre hacia Felix para que lo liberara, quien intentó hacerlo.

—Yo iré a casa enseguida —avisó MinHo a Chan—. Paso por buscar a mi abuela y luego me voy donde mis padres, así que los encamino.

—Vale —expresó Chan sin mucho problema, siguiendo el paso a los otros.

Okey, JiSung se alentó. Es el momento.

—Necesito mi reproductor… —MinHo, mirando a JiSung, tendió su mano.

—Ah, sí… —JiSung palmeó su mochila antes de sacarlo de su interior. Amarrados al auricular, se encontraba la pulsera que había hecho.

—Aw —MinHo sonrió tras ver la pulsera negra—. ¿La hiciste tú?

JiSung, intentando no sonrojarse en medio del pasillo por temor a que alguien viera los corazones emanar de su cabeza, miró el suelo. —Sí, uh…, no es la gran cosa.

—Me encanta.

¿Cómo podía decir ese tipo de cosas sin sentirse avergonzado?, pensó JiSung, antes de sacar algo más de su mochila. Una hoja de cuaderno doblada.

—¿Y esto…? —MinHo la tomó vacilante, antes de abrir los ojos—. No me digas- ¿Una declaración de amor?, añ, JiSung, no debías…

Él puso sus ojos en blanco, pensando en por qué MinHo le estaba haciendo las cosas tan complicadas.

—Puse una lista de canciones en tu reproductor —dijo JiSung, terminando por cerrar su mochila y arreglarla en su espalda—. La hoja está la explicación de las canciones, ¿Okey?, así que- nos vemos.

Y, huyendo de la situación, JiSung terminó por largarse a su casa.

Su madre lo trató con normalidad durante la tarde- tal vez con frialdad, pero JiSung no sabía discernir de su comportamiento. En un momento Yuna para pasar el rato, donde ambos hablaron sobre temas contingentes que hacían al chico admirar a la muchacha de su mente- aunque su incomodidad se elevó cuando ella quiso regalarle un par de besos antes de irse. Su tarde noche se resumió en seguir con la línea del estudio y, tras dar una segunda ducha y recibir un regaño de su madre luego de que a ella le avisaran que JiSung llegó tarde, le llegó un mensaje a su celular.

Idiota campeón

>> eres un sol, ¿Lo sabes?

>> yo también te amo

Tal vez la cursilería intoxicaba a JiSung, y a veces él encontraba que era demasiado cuando lo mostraban en los medios de comunicación- como si el amor fuera un gran morbo dentro del comercio de lo establecido en las industrias de entretenimiento. Sin embargo, en estos momentos, JiSung podía empatizar con el resto.

. . .

Explicación de por si necesitas comprender las canciones que puse en tu reproductor porque eres muy estúpido

¿Alguna vez te dije que tenía la habilidad de escribir en itálica?, me recomendaron que lo hiciera así para darle un signo más de dramatismo dentro de esto, así que yo hago caso.

Bien, primero que todo, esto solo sirve para EXPLICAR, porque te conozco y sé que me harías preguntas con tu tonta voz “ay, ¿Por qué pusiste esta canción?”, “ay, sabes que no me gusta Queen…” así que, para que te calles un poco y nos ahorremos un momento vergonzoso, aquí va:

Mención especial a Last Christmas de Wham! porque, por alguna razón, fue la única canción que me gustó de la presentación de navidad del año anterior (sin ofender). Y también agrego la canción original de ChangBin Oh porque- bueno, siempre me gusta recordar Seúl y cómo decías que te ponías nervioso por tomarme de la mano, ¿Sabes que a mi me da nervios besarte?

Realmente me gusta Michael Jackson, y entre todas las canciones que podía pensar en ti, creo que Human Nature es la que más signos me da no solo de tu existencia pero de tu esencia. Realmente eres un buen actor para fingir que nada a tu alrededor te afecta, pero lo hace- lo hace y transformas todo lo que te llega en una especie de nueva energía que proyectas para poder ser más soberbio de lo que ya eres, y eso es genial. Sabes tantas cosas y aun así te falta comprender a las personas porque no están en ninguno de tus libros de estudio, pero aun así las conquistas. No eres de esta tierra.

Como no te gusta Queen, creo que fue mi deber colocar Heaven For Everyone aquí, ya sabes, cosas que hacen que te guste. No podía conectar Queen sin pensar en ti, quien le dio una nueva reinterpretación de su música dentro de mi memoria y ahora puedo escucharlos sin la melancolía del duelo, sino con una nostalgia de anhelo sonriente.

Pero como coloco Queen, también me atrevo a colocar de U2 a You are the best thing about me y City of blinding lights¸porque- por alguna razón, son esas canciones que son tuyas; tú existes en esas canciones y escucharlas equivale a oírte hablar de las cosas que amas.

Bien- ninguno de los dos en realidad somos muy fanáticos de Heather Nova, pero London Rain es una canción que no me recordaba a ti- sino a nosotros. Puede catalogarse como en las noches de Seúl donde forzosamente tuvimos que conocernos, o cuando me ayudabas a estudiar el año pasado, o simplemente las veces que me recibes en tu cama para que yo pudiera sentir el confort y el amor de alguien que me quisiera realmente porque, ¿En serio tú me amas?, espero que sí porque, si no, la siguiente canción será muy penosa.

Te preguntarás por qué no he puesto ninguna canción de nuestra madre patria en esto, que tiene mejor simbolismo del lenguaje que otras lenguas del mundo (¿muy difícil para ti entenderlo?), y la respuesta es simple: no se me ocurrió, estás tan corrompido por el imperialismo yankee del occidente que todo lo que se me ocurrió fueron canciones de habla inglesa con cargas históricas tan grandes que probablemente esté ofendiendo a alguien por usar a Roberta Flack en esto.

The First Time ever I saw Your Face, una canción que sinceramente no me dan las manos para poder explicar.

Feliz cumpleaños, MinHo, recuerda que te amo.

 

Like this story? Give it an Upvote!
Thank you!

Comments

You must be logged in to comment
Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja