Final: 50% de la tierra, 50% del espacio

Mr. Brightside; MinSung

Canciones:

Spaceman; The Killers.

Placebo; Stray Kids

—Necesito que tomes una decisión.

A su izquierda, una carpeta de dos hojas donde designaba el contrato de la tienda de música. A su derecha, el número de la oficina académica de la Universidad de Seúl y de la Universidad Artística.

—¿Ahora? —cuestionó MinHo, alzando su mirada para ver a HanSoo—. Recién rendiré mis últimos exámenes.

—Ya tienen los resultados de los exámenes anteriores, los colgarán en la tarde después de tu última prueba —advirtió ella con seriedad, mientras bajaba el volumen de la música de su oficina en la escuela—. Las universidades te buscarán como loco por tu puntaje en el suneung, y algunas carreras tienen admisiones especiales o específicas. Decide luego.

—Lo haré —aseguró MinHo, aunque no se sentía complacido con el plazo—. De todas formas, iré a tu trabajo a la tarde.

—No lo harás. Hoy te libero —dijo, pero antes de que MinHo pudiera sonreír, ella volvió a hablar—: el domingo irás por un par de horas, ¿Está bien?

MinHo, soltando un profundo suspiro, asintió. —No es mi culpa si me encuentro con resaca.

—Idealmente, no debes ir a trabajar con resaca —pidió ella—. Porque si decides trabajar conmigo, RyangYah te querrá ver en tu mejor estado.

Aun rascando nerviosamente su tatuaje, MinHo asintió; guardó ambas cosas en su mochila y, sin más preámbulos, salió de la oficina.

—¿Qué te dijo? —preguntó enseguida JiSung, casi acechándolo cuando apareció en el pasillo.

—Trabajar con ella o estudiar en la universidad —explicó sin ánimo—. No tengo muchas opciones, al parecer.

—Pero tampoco es una decisión complicada, ¿Cierto?

Los ojos de aliento que JiSung poseía contagió con una inexplicable alegría a MinHo, sonriéndole. —Tienes razón-

—Lee MinHo.

—¡Ah!

Junto a ellos, y con una caja, Hana hija-del-diablo miraba con sus mismos ojos pálidos a ambos chicos, con su ceño fruncido y notoriamente cansada.

—¿Qué quieres tú? —cuestionó MinHo a viva voz, colocando a JiSung entre él y la chica para simular un escudo—. ¿No me ibas a dejar en paz?

Sin muchas palabras, Hana empujó la caja hacia el cuerpo de JiSung para que este la sostuviera. —No me busques más, ¿Escuchaste?

—¿Qué? —MinHo vio a Hana pasar de él para perderse por el pasillo principal—. ¡Pero si eres tú quien me busca- bah, ella me escucha cuando quiere!

Girándose para ver qué tenía la caja, el alma de MinHo terminó por caer al suelo.

—Mira —JiSung, con una sonrisa de oreja a oreja, acariciaba a Doongie bajo la barbilla—. Está lindo.

—¿Doongie? —MinHo comprobó el o del gato y los colores. Estaba reconociblemente más grande de la última vez que lo vio, lo que le hizo sentir una mezcla de orgullo y pena—. ¿Por qué me pasó a Doongie?, ¿Qué mierda hago con Doongie?

—Comértelo.

MinHo golpeó a JiSung en el brazo.

—¿Qué hora es? —cuestionó.

JiSung reacomodó la caja para poder ver su reloj. —El examen es en diez minutos, ¿Vamos?

MinHo, colocando sus ojos en blanco, tomó la caja. —Veré si HanSoo me lo cuida por mientras.

La inexistente calma de la semana de exámenes era palpable en el ambiente, más de lo que habían enfrentado tras rendir el suneung.

En el pasillo del llanto, muchos estudiantes repasaban los últimos datos antes de los últimos exámenes generales, empezando con uno de filosofía y prepararse lo más rápido para la historia de Corea. MinHo no tenía mayor problema con ello, pero en toda la semana había dormido en total cerca de ocho horas horas por ayudar a JiSung a estudiar en la sala de su casa a altas horas de la madrugada.

—Voy a repetir, voy a repetir, voy a repetir —murmuraba HyunJin con nerviosismo mientras repasaba una vez más sus apuntes—. Voy a repetir, voy a repetir, voy a repetir.

—Si no hubieses pasado tu año comiéndole la boca a una lesbiana, te habrías concentrado mejor —le dijo ChangBin.

HyunJin cerró su cuaderno y lo golpeó con fuerza en la cabeza.

—Hay algo que se llama ‘Ley de Atracción’ que dice funcionar para estas cosas —comentó Chan, mirando el techo de la escuela completamente cedido y resignado a su rendimiento en los exámenes—. Solo tienes que hacer las afirmaciones en presente perfecto y traer el buen augurio. O poder jugar con un cuarzo.

—¿Cuántos cuarzos tienes metido en el culo? —le preguntó SeungMin.

—Cerca de quince. Tampoco creo que lo logre.

Cuando MinHo y JiSung se acercó al grupo, Felix tacleó enseguida a JiSung para poder ser interrogado con preguntas del examen, dejando a MinHo en la vanguardia del pasillo.

—Mira que te ves linda con falda —apuntó MinHo cuando vio a YiSu levantarse del suelo del pasillo—. ¿No tienes frío?

—Me puse una para uso práctico —contestó ella, levantándola ligeramente para ver la tinta negra en su muslo—. No estoy preparada. No estudié nada para filosofía. Estuve más preocupada para mi electivo y para química- ¡Química, MinHo!, ¡¿De qué mierda me servirá química en mi carrera?!

—Que la fuerza te acompañe, pequeña padawan —la bendijo falsamente.

MinHo no podía evitar sentirse lejano de todo lo que estaba pasando. Se sentía construido en un espacio surreal donde no se adecuaba a su propia existencia- o, tal vez, él simplemente no creyó que ese momento llegaría.

—¡Bien, escuchen! —el director Kwon apareció a mitad del pasillo del llanto, llamando la atención de todos los estudiantes—. ¡Como las veces anteriores, salones están ordenados por el orden de su ID, así que vayan a dónde les corresponde!

Como Felix y JiSung tenían ID consecutivos, ambos se separaron primeros junto a SeungMin. MinHo, por su parte, se encaminó junto a Chan y ChangBin hacia los primeros salones, perdiendo a HyunJin por el camino.

MinHo podía notar el obvio nerviosismo, incluso de Chan, quien mordía compulsivamente su labio mientras le entregaba miradas de reojos a ambos. Los sentaron por orden de ID y entregaron los facsímiles, MinHo rellenó sus datos personales correspondientes y, resignado al nombre de su futuro, empezó su examen.

Su mente estaba en automático, como todas las veces que rendía un examen. Sus respuestas eran casi impulsivas, y el ansia de querer escapar de eso le hizo terminar el examen en veintiocho minutos.

¿Qué era lo que podría decir ahora?, ¿Qué podía contar ahora?, su mente estaba atrapada en un torbellino de desinterés y nostalgia exótica que lo mantenía con una extraña sensación en el estómago. Faltaba el examen de historia de Corea y terminaría con toda su vida escolar.

Doce años a la basura.

Se sentó frente a su casillero y comenzó a revisar la revista informativa de las carreras de la Universidad de Seúl. HanSoo había sido práctica y le había marcado con banderitas aquellas que eran del interés de MinHo, que se centraba en su buena memoria para el área científico como también la música.

¿Podía él verse en la universidad?, era un lugar sumamente complicado de entrar y, cuando estabas, era competitivo. Había compañeros que habían llorado al saber que no tendrían oportunidad en ir, e incluso ChaeWon se había suicidado tras rendir el suneung. MinHo no vivía con esa presión, pero se sentía culpable en ser un maricón sonriente mientras el resto se lanzaba desde la torre más alta como forma de escapatoria.

No puedo basar mi decisión en las situaciones de los demás, se regañó, aunque pensar en JiSung, y en que toda su preparación no serviría más que en aplazar su ingreso universitario hasta dentro de un año más, dejaba a MinHo con un mal sabor de nota.

Si que me ama, pensó, porque en su lugar probablemente MinHo lo habría odiado con todo su corazón a causa de los celos y la envidia.

Colocando música en su reproductor, MinHo se perdió en la idea con Still Breathing de Mayday Parade, sintiéndose mucho más dramático que antes.

Me habría gustado haber sacado esta canción, pensó MinHo, revisando la malla del departamento de música de la Universidad Artística, comprobando la versatilidad y el perfil de egresados.

¿Ir a un lugar nuevo y sentirse ordinario, o quedarse en la comodidad de donde era conocido?, y aunque la idea de quedarse era tentadora, MinHo no podría seguir con la banda (o creía, mejor dicho, por el mero hecho de que ChangBin la mataba cada vez que tenía la oportunidad). La vivencia de su experiencia en el Busking no solo había destrozado su autoestima como artista sino de alguien de que ha vivido de la música desde la infancia y de repente fue derrotada por un mero accidente.

Tal vez es mejor irme, concluyó.

Cambiando de Mayday Parade a The Cab, sintiendo el anhelo que la superficial canción Living Louder le entregaba, observó cómo poco a poco, desde los setenta minutos después de que el examen iniciara, los estudiantes iban saliendo de sus aulas para prepararse al último examen.

—Oye —levantándose rápidamente del suelo cuando JiSung volvió a aparecer a su lado, le mostró el cuadernillo de la Universidad Artística—. ¿Qué opinas?

—La escuela de música de la Universidad Nacional de Artes… —leyó el encabezado JiSung, asintiendo—. Bueno- sí.

—¡Ni siquiera lo has leído!

—Se te es fácil todo, ¿En serio pedirás mi opinión para esto? —le cuestionó JiSung, aunque terminó por tomar el cuadernillo.

—Por supuesto —dijo con obviedad—. No es como si no tomara en cuenta tu linda opinión…, ¿Por qué pones esa cara?

JiSung cambió su rostro fruncido a uno relajado, a causa del pánico. —Uh- perdón, es solo que- bueno- ¿Has leído?, yo no sabía- mierda, ¿Alguien más sabía?

—Parece que tienes un ataque de asma.

—¡T-trabaja con conservatorios de yankeelandia y Francia!, en la escuela de música tienen un departamento vocal, instrumental, de composición y de orquesta- ¡Oh!, ¡Puedes perfeccionarte con la guitarra si es que vas a los de cuerda, o hacerlo con el piano!

—No toco el piano hace décadas.

—En Julio comienzan las aplicaciones de la escuela de música —mostró—. Oh, esto es bueno, ¿Viste los requisitos? —JiSung esbozó una sonrisa, emocionado—. Tienes un buen currículum, ¡¿Quién no querría a un músico que estuvo en la actividad de la ONU?!, además, te hiciste viral con las interpretaciones, ¿Eso no cuenta?, y ni hablar de tus calificaciones-

—Sé que estás excitado, pero estamos en la escuela —interrumpió MinHo, quitándole el cuadernillo—, así que baja tus hormonas.

—Es solo que- no es una mala oportunidad, y es algo que te gusta mucho —aclaró, palmeando el brazo del otro—. Puedes hacerlo.

—Hablando de hacer… —MinHo lo empujó sutilmente con la cadera—. ¿No tienes la llave del club?, aún falta para que acabe el examen y…

—Tenemos que estudiar —detuvo JiSung, sacando su cuaderno de su mochila—. Esto no acaba hasta que yo lo diga.

—Top diez cosas que podrías decir si es que quisieras ir al club-

—Sufre en silencio.

—¿Y por qué quieres estudiar, de todas formas? —MinHo preguntó al aire—. Daremos el examen en una hora más. No te entrará nada en la cabeza.

—No quiero perder la fe.

I close my eyes, and see you before me, think I would die if you were to ignore me —cantó MinHo I touch myself de Dininyls, mientras empujaba con su cadera a JiSung—. A fool could see just how much I adore you. I’d get down on my knees, I’d do anything for you-

—¿Qué mierda estás cantando? —cuestionó Felix, apareciendo repentinamente.

—Le hago una serenata porque no quiere acostarse conmigo —acusó MinHo, y JiSung solo pudo taparse el rostro para reprimir su sonrojo.

—Idiota.

—¿Sigues con la búsqueda universitaria? —preguntó Felix de nuevo, tomando los cuadernillos para revisarlos—. Oh, y tienes un contrato de trabajo. Las oportunidades te llueven.

—Es tan difícil decidir —comentó.

Boo hoo —Felix se apoyó sarcásticamente sobre el hombro de MinHo mientras JiSung reía de fondo—. El pobre Lee Know no sabe qué decidir. Problemas primermundistas.

—Me caías mejor cuando no sabías coreano —murmuró el chico, molesto.

Poco a poco el resto del grupo apareció, cada uno expresando sus propias opiniones referentes al examen con insultos y amenazas de suicidio de por medio. HyunJin lagrimeó un poco perdiendo toda esperanza en la humanidad, y Chan intentó contenerlo un poco antes de que se abalanzara en medio de su catarsis para dejarlo en el suelo solo porque sí.

—Ah- mierda.

Escondiéndose detrás de SeungMin, JiSung se agachó. El grupo se mantuvo en un no-sutil silencio al presenciar a Yuna caminar con su paso firme y cabeza alta, sumida en una conversación con RyuJin, completamente ignorante de su entorno.

—¿Cuándo hablarás con ella? —le preguntó MinHo, una vez que ella estuviese lo suficientemente lejos.

—Nunca, espero.

—Yo hablé con ella. Es tu turno.

—No quiero.

—Tiene tus cosas —le recordó SeungMin—. Estás obligado a hablar con ella.

Bufando, JiSung se rascó su cabello. —Probablemente me golpeará o algo así. Ni siquiera estoy en mi derecho.

—Sufre en silencio.

Pero su comportamiento seguía arrematado a la defensiva de sus acciones, porque JiSung giraba compulsivamente su cabeza hacia el final del pasillo por si llegaba a toparse con la chica.

La campana sonó y el director anunció el último examen, por lo que cada uno regresó a su respectivo salón para rendir Historia de Corea.

MinHo no pudo creer que su último examen escolar, lo que le hacía validar como estudiante, se acabara después de veinte minutos.

Entonces- terminé la escuela.

No se sentía particularmente nuevo, ni cómodo. No había una gran grieta en el techo que le presentara el mundo de los adultos o algo que le hiciera tomar una decisión para estudiar.

Él simplemente había acabado, y se sentía ordinario con eso.

En su malsonante voluntad, y sin saber qué hacer, regreso a su estado inicial de recostarse frente a su casillero, esperando a que alguno de sus amigos terminara el examen para poder vaciar su casillero.

Escuchando Desire de U2, siguió hojeando los cuadernillos tal como antes, ocupándose más en dejar su mirada enfocar un objeto externo para permitir su mente volar en una situación completamente diferente a la que tenía que enfrentar.

Probablemente su promedio fue excelente entre todos los exámenes, y no sería hasta en unas horas en las que tendría los resultados de los cinco días de práctica como puntaje total del Examen Nacional. Podría postular a lo que quisiera, y tenía una larga variedad de ello.

Sí que tengo ventaja sobre el resto, meditó, leyendo las mallas curriculares de la Universidad de Seúl. Podría dedicarme a la farmacología o a la medicina, si es que tengo buenas calificaciones en el área científica.

Apareciéndose para sentarse junto a él, JeongIn también escuchaba música y se encerró en su mundo con intenciones de querer dibujar, pero cuando MinHo le mostró tanto los folios como la carpeta de contrato, JeongIn apuntó a la misma Universidad de Seúl.

—Podría meterme al departamento de las ciencias matemáticas —comentó MinHo a JeongIn, ganándose forzosamente en el regazo del chico mientras el otro lo ignoraba—. Me gustan las matemáticas- ¿Qué mierda haces con un título de ciencias de las matemáticas?

Como JeongIn no le hablaba, MinHo prefirió jugar un bingo en solitario con sus opciones universitarias, o al menos esperando el tiempo suficiente como para que alguno de sus amigos saliera.

JiSung, por su parte, cuando terminó de rellenar el último círculo en la hoja de respuesta, sintió no solo el peso del mundo alivianarse en sus hombros pero casi cayó dormido. Tuvo que tomarse un momento en recomponerse sobre la mesa para poder adecuar todos sus intestinos en su lugar de origen antes de levantarse y entregar su examen.

Lo hizo. Había terminado la semana de exámenes sin importar si había tenido victoria o no. Él pudo acabar con ese momento antes de que las calificaciones acabaran con él.

Era, finalmente, libre.

Tenía una repentina emoción apoderándose de él, congelándose en un momento fuera de la puerta de su salón para poder replantearse y asumir su buena realidad de que todo era verdad, él había acabado con la escuela y podía largarse del pueblo cuando quisiera.

—Al fin… —sintiéndose ridículo, JiSung suspiró de alivio mientras se tapaba el rostro.

Entonces, una punzada se apoderó en su estómago. Alguien lo observaba.

Bajo su sonrisa y entre sus dedos, JiSung pudo divisar a Yuna que lo observaba desde la puerta de dos salones más abajo, pareciendo curiosa y detenida por la reacción que él tuvo.

Oh…, tragó con dureza. Yuna…

Con torpeza, él alzó la mano para agitar su mano, y ella, con el mismo deje, le correspondió.

Llegó el momento.

Emprendiendo su paso hacia ella, JiSung rezó para que Yuna saliera corriendo en dirección opuesta para poder evitarlo, pero ella dio unos pasos también acercándose a él, alejándose de la puerta para no llamar la atención.

—Hola —saludó él, con su voz temblando.

Ella intentó esbozar una sonrisa, pero solamente mostró una mueca.

—¿Te fue bien? —preguntó de nuevo, y ella asintió—. ¿En todos…?

—Sí…, me había preparado —respondió, escondiendo un mechón de cabello negro tras su oreja—. ¿Y a ti?, ¿Cómo lo hiciste?

—La señorita Ji me mandaba material para estudiar —contó, y de repente cayó en cuenta de que Yuna no sabía ni la mitad de las cosas que hizo él durante su estadía en Gimhae—. Eh- mis tías la amenazaron y me dio material.

—¿Cómo lo hiciste con el resto de tus calificaciones? —consultó.

—Me replicaron las calificaciones del segundo trimestre al tercero, y como tampoco eran bajas… —replicó con suavidad, intentando sostener su mirada con la de Yuna—. ¿Cómo estás tú?, ¿Cómo has estado?

Con la omisión del comportamiento de Yuna que mostrara una defensa por las evitaciones de JiSung, él asumió que ella estuvo igual de desesperada en no querer enfrentarlo durante esa semana.

—Bien. Trabajé con el Centro de Estudiantes en algunas cosas y ahora Min KwangSu está organizando la fiesta de mañana —comentó—. Ah- y MinGi hará un after después de ella, para que vayas con los chicos…

—Sí, claro…

Silencio. ¿Qué debía decir JiSung en esa situación, supuestamente?

—Yo…, yo te debo una disculpa —comenzó.

Yuna, sosteniendo en él su mirada por un momento, asintió. —No lo haces, ya lo hiciste-

—No, eso fue un momento dramático. Yo realmente te debo una disculpa por lo que te hice —siguió, tomando el suficiente aire para poder soltar todo en el mismo suspiro—. A la hora de engañarte no te prioricé, y eso estuvo incorrecto. Eras parte de la relación inicial, tú tuviste que ser mi prioridad-

—Y no lo fui porque lo querías más a él —interrumpió. JiSung la conocía, y podía notar los esfuerzos de querer mantener la tranquilidad aún cuando su entonación presentaba remordimiento—. Está bien, lo entiendo.

—No debí engañarte —repitió, moviendo sus manos para hacer énfasis—. Perdóname.

El silencio de ella fue tortuoso, en especial porque con sus grandes ojos cafés miraban a los de JiSung, siendo un canal mucho más viable para poder expresar con veracidad cómo eran sus sentimientos en ese instante.

—Yo nunca tuve que preferir a otro chico antes que a ti —dijo ella con voz quedada, mostrando sus ojos aguarse—. Fui hipócrita y egoísta. Yo siempre te quise a ti…

—Lo sé…

—Y- tú no estando acá…, estos últimos tres meses me hizo notar que fue mi karma —continuó—. Por un momento creí que estuviste vengándote de mí ya que- já, fue el mismo chico. Pero después- después de ver a MinHo, verlo afectado, y después pidiéndome disculpas por lo que pasó, realmente noté que te había perdido. Nunca quise hacerle frente a la realidad, aún cuando tú estabas acá.

»Yo lo sabía, lo supe cuando te escapaste con ChaeWon al cerro porque necesitabas huir de todo esto- necesitabas huir de mí. Y de repente, te veo viendo a MinHo… ¿Cómo pude reprimirte de tantas cosas?, ¿Por qué nunca me dijiste que te hacía sufrir?

—Porque no lo hacías —explicó JiSung, fácilmente contagiado por la emotividad de la chica—. Esos últimos meses no fuiste tú quien me trato mal-

—¡Estabas conmigo porque te aterraba tu mamá!, ¡Tú me veías y pensabas en cómo ella te haría daño si es que no estabas conmigo!

—Era más que eso, Yuna, mucho más —con desespero, él la tomó de los hombros para poder calmarla—. Te veía y pensaba en lo que merecías, y cómo lo que yo te hacía era algo que claramente no te merecías. Somos jóvenes y era normal no estar enfrascada en una relación, gustándote más personas porque…, mierda, eso pasa en una relación normal, ¿No?, una relación de personas inmaduras.

—Pero esto no tenía que terminar así…, no era como debía ser. Tuvimos que haber… Debimos…

—Sí, pero ya no resultó —concluyó JiSung, presionando un poco en los hombros de Yuna. Ella, por su parte, alzó sus manos para tomar a JiSung de las manos—. Eres alguien fantástica, solamente que no eras para mí.

—Yo te amaba, JiSung.

—Y si pudiste amar tanto al chico equivocado, imagina cómo lo harás con el chico correcto.

Yuna, manteniendo su boca cerrada mientras sostenía su mirada en JiSung, terminó por soltarse y dar un paso hacia atrás.

—Tengo tus cosas de tu casillero —dijo, dándose media vuelta—. Enseguida te las paso. Yo te busco.

JiSung no pudo encontrar lógica a la ruptura de ambos, y ambos estaban en su derecho de no ceder el perdón al otro por el daño que se habían hecho.

Tal vez era más favorable dejar las cosas como estaban.

Felix, apareciendo por la puerta del salón, salió cuan verde como manzana, manifestando su catastrófico rendimiento en el examen.

—Tras esto, ni siquiera creo que me den la nacionalidad —admitió Felix, abrazando a JiSung por los hombros—. ¿Qué le diré a los chicos?, no soy tan coreano para quedarme.

Disfrutando del dramatismo de su amigo, JiSung también lo abrazó y se encaminaron en busca de alguien, encontrándose frente al casillero de MinHo a él, JeongIn y Chan en el suelo, conversando.

—Saqué más puntos en el departamento de química —escuchó a MinHo mencionar—. Puedo estudiar química.

—¿Qué sabes tú de química? —le preguntó Chan.

—Somos químicamente dependientes, desde que estamos en nuestra madre hasta la expulsión de CO2, somos una compleja fábrica química que-

—Vale, sí sabes. Cállate —cortó.

Ubicándose junto a ellos, Yuna se asomó por el grupo para entregarle la caja a JiSung, ignorando al resto por completo.

—Hable con ella —le contó a MinHo, mientras Felix tomaba la caja para revisarla—. Estamos bien- creo.

—¿Cómo crees? —le miró.

JiSung se encogió de hombros. —¿Cómo terminarías con alguien que, tras engañarla por siete meses, terminan encarándose?

—No lo sé, déjame engañarte y te explico.

Soltando un suspiro, JiSung revolvió su cabello para poder hurgar también en su propia caja, casi olvidando todo lo que había dejado ahí hace meses atrás.

—¿Por qué sacaron las cosas de mi casillero? —preguntó.

—Yo qué sé, Yuna quiso hacerlo —contestó MinHo, sacando de su bolsillo un paquete de chicles para ofrecer al grupo—. ¿Te lo llevarás?

Revisando en su interior, JiSung no podía encontrar nada rescatable ahí. Tenía muchos cuadernos y textos de estudio, como guías y hojas con ejercicios matemáticos, químicos y biológicos que le hacían sentir enfermo al no recordar nada de lo que estaba puesto ahí.

—Ay, mira —Felix sacó unas hojas de cuaderno, rasgadas y dobladas—. Son nuestras conversaciones.

JiSung sacó de la caja una bolsa de nailon con un rollo de hilo y una pulsera a medio hacer, recordando que había forzado tener ese pasatiempo.

—Siempre fui un fracaso en esto —contó, entregándole la bolsa a MinHo—. ¿Cómo pudiste hacer un gorro?

—Con práctica —comentó con orgullo.

—Oh, una barra de cereal —tomó Chan la comida, para continuamente darle una mascada—. Está vencida.

De repente, una idea repentina se posó en la cabeza de JiSung. Se levantó del suelo y subió por el pasillo hasta llegar a aquel cuyo memorial se había sacado, y porque presuntamente ese día los casilleros se vaciaban y no había nadie que quien pudiera reclamar sus cosas, la puerta de la taquilla de ChaeWon se encontraba media abierta.

Se notaba vacío, aunque un par de papeles y envoltorios se encontraban revoloteando por el mueble al ser suciedad. Encontró un viejo moño de cabello y una pañoleta abandonada, como también una pequeña pulsera olvidada en el suelo. JiSung la sacó y no se demoró en colocársela.

Traidora, ni siquiera la usó, pensó con gracia.

MinHo podía ver desde su puesto la melancolía que JiSung cargaba, moviéndose de un lado a otro con una nube negra sobre él que parecía estar arraigada con fuerza a su propia alma. Era una imagen entretenida porque eso significaba que, ante cualquier cosa que JiSung tuviese que enfrentar, su reacción sería parcialmente la misma.

Cuando JiSung se sentó a su lado y le mostró la pulsera, MinHo no pudo hacer más que sonreír.

—Oh, mierda —una vez más, desde su casillero, ChangBin se tapó una nariz mientras sacaba con su otra mano un paquete de galletas podridas—. Olvidé esto.

—¿Saben lo ofendido que me siento cuando los veo sacar mis regalos de sus casilleros? —comentó Felix en voz alta—. Siento que no me tienen aprecio.

—Echaré de menos tu comida mohosa —murmuró Chan con melancolía.

—Aun queda días para tu viaje. No llores —calló MinHo.

Para MinHo, la limpieza de taquillas fue simple; como la mayor parte del espacio lo ocupaba el estuche de Cessi, él solamente la sacó junto con un par de textos de estudio y un cuaderno que se dedicaba a usar para apuntar ciertas cosas.

—¡Oh! —apareciendo de la nada, Lily le robó el material de estudio de las manos, guardándolo enseguida en su mochila—. Voy a necesitar todo esto.

—No tiene mucho escrito —advirtió MinHo.

—¡No importa!, necesitaré toda la ayuda posible porque el siguiente año estaré sola —comentó, entregándole un sonoro beso en la mejilla.

MinHo, actuando una fuerte arcada, terminó de botar lo que faltaba de su taquilla en el basurero que ChangBin había traído para botar la comida que Felix había preparado.

—Uh, el sticker de JeongInnie quedará acá —apuntó hacia la puerta de la taquilla—. JeongIn, ¿Me harás un nuevo sticker?

Pero JeongIn no le prestaba atención.

—Les juro que le daré un beso a cada uno si es que apruebo este examen —comentó HyunJin mientras aparecía entre ellos—. No puede ser que haya tenido que recurrir al llanto con el maestro- ¡Al llanto!, espero, aunque sea haber sacado un 60 sobre 100.

—Si hubieses estudiado… —murmuró SeungMin.

—¿Disculpa?, estaba más ocupado trabajando en la maldita presentación de mañana. No puedo prestar atención a dos cosas a la vez —se defendió.

Nunca has podido prestar atención a dos cosas a la vez.

HyunJin le entregó una mala mirada, pero SeungMin lanzó una fuerte carcajada mientras palmeaba con ánimo su espalda.

Encaminándose hacia ellos, YiSu llevaba dos grandes sacos de tela envuelta en bolsas de basura junto con un gran bolso donde llevaba sus cosas del taller. —Esto es trágicamente triste. Tengo pena.

—No tienes por qué —HyunJin, quitándole una bolsa, la acomodó junto a JeongIn y se sentó sobre ella, simulando un sofá—. Este lugar fue horrible. Lo único que agradeceré de la escuela fueron los últimos dos meses donde no nos tiraron agua ni nos atacaron.

—Yo tampoco agradeceré algo —opinó Felix, abrazando sus rodillas—. Es difícil no estar solo aquí.

—¿Se acuerdan de esa vez en la que me crucificaron para una clase de educación física solo porque me vieron salir de la iglesia? —recordó SeungMin, ofendido—. ¡¿Con qué fin?!

—¿Por qué no me acuerdo de eso? —preguntó JiSung.

—¿Recuerdas, aunque sea, algo de tu vida escolar, sin contar las clases?

JiSung frunció el ceño un poco, antes de negó.

—Me lo esperaba —concluyó SeungMin.

—El año pasado me bajaron los pantalones cuando aparecí en la ‘Lista Negra’ de los de tercero —murmuró MinHo por debajo, imitando a Felix—. Nunca me sentí humillado.

—Es una forma de actuar demasiado infantil —opinó YiSu—. ¿Cuál es el fin de bajar los pantalones a alguien?

—Creo que no hay que ser pesimistas con el recuerdo de la escuela —intervino Chan, al notar el cambio de energía en el grupo—. Existe buenos recuerdos- buenos momentos que se tuvo en colectivo, ¿O no?, ¿Qué hay del campamento?

—Me saqué la mierda —dijo HyunJin.

—Yo igual —apuntó Felix.

—Me humillaron públicamente —recordó MinHo.

—¿La actividad de la ONU?

—Me enrolle con la exnovia de San —farfulló ChangBin.

—Perdimos porque revivimos la Unión Soviética —comentó SeungMin con orgullo.

—¿Y la obra de teatro?

—Ni siquiera pude estar presente —susurró JiSung con pena.

Chan, resignado, puso sus ojos en blanco. —Okey, ignórenme.

En eso, temerosamente, apareció frente a ellos Min KwangSu, quien intercalaba sus miradas entre SeungMin y el resto de los chicos.

—Hola…

Un silencio se formó en torno a él, y MinHo pudo visualizar cómo YiSu estiraba un poco su falda hacia abajo mientras desviaba su mirada en son de no mostrarse interesada.

—Uh- necesito la lista de canciones para la presentación de mañana… —pidió.

—¿La lista de canciones? —Lily sacó su libreta, rasgó una hoja y se la entregó.

—Eh- aquí hay solo cuatro-

Ninguno le contestó. KwangSu, con nerviosismo, se inclinó ligeramente antes de caminar hacia el lado contrario.

MinHo desvió su mirada para verse las uñas, pero recibió una sutil patada por parte de SeungMin en su costado; le miró para preguntarle qué sucedía, y el otro hizo un sutil gesto con su cabeza que le hizo caer en cuenta enseguida.

—Te echaré la culpa —constató MinHo, antes de levantarse.

Con cuidado de no ser notado, trotó hacia KwangSu y, en un rápido movimiento, tomó los costados de sus pantalones para bajarlos y, con regalo, darle una patada en el trasero, provocando que cayera de cara al suelo.

Mientras que el pasillo del llanto reía, y otros se dedicaban en poder ayudar al chico humillado, MinHo trotó de vuelta entre las carcajadas crueles de sus amigos.

—Eso no se hace —regañó YiSu a SeungMin y MinHo—. Esto no es un trueque de humillación.

—Está bien —con afecto, SeungMin la rodeó con su brazo—. Tómalo como un acto vandálico porque somos matones.

—Matones —repitió ella, aunque no hizo presión en su disgusto.

—¡Ah, tengo información para la banda! —cortó Lily el rollo, pareciendo activar su memoria de forma drástica.

MinHo, ChangBin, Felix y HyunJin se reunieron con ella, esperando pacientemente a que hurgara en su gran libreta, con papeles y post-it saltando de un lado a otro, hasta finalmente caer en una fecha.

—Tras la viralización de My Universe, hay un bar donde quieren que toquen —empezó ella, sin levantar la mirada de la agenda—. Dije que tienen veintiuno, aunque nadie les crea. Tocarán en unos días más y deben de confirmarme para que confirmen para que toquen en unos días.

MinHo ni siquiera se molestó por la clásica reacción de ChangBin, quien solamente se tapó el rostro para poder gritar ahí.

—¿Estás demente? —le preguntó él, mientras Felix zarandeaba a HyunJin de la emoción.

Lily, sin mostrar remordimiento o culpa, asintió. —Así que, ¿Digo que sí?

—Si así va a ser lo que queda de vida, al menos anuncia con anticipación —pidió HyunJin, pero la chica cambió su semblante a uno de extrema seriedad, causando que el chico saltara—. ¿Activé un comando asesino?

—Si van a estar serios con la banda, ahora que no hay escuela, tienen que ser serios —empezó ella, haciendo énfasis en su mirada para hacer contacto visual con los cuatro chicos—. No tienen a SeungMin. Son solo ustedes cuatro. Ustedes son una banda. La banda tiene un fin.

—¿Dinero?

—Éxito —rectificó—. Yo me encargaré del contacto. Ustedes de la música.

—Querida, no tienes por qué desangrarte por nosotros —cortó MinHo—. Ni siquiera hemos decidido si-

—¡Sí! —cortaron HyunJin y Felix a la vez.

—Tengamos una meta de un año —propuso Felix.

—YongBokkie no tiene idea de cuándo será legal ir a su país, y ni ChangBin ni yo tenemos planes de largarnos de acá —dijo HyunJin con un sentido de obviedad—. No sé si MinHo-

—Puedo hacer presentaciones. Soy el vocalista —le interrumpió sin modestia, pasando una mano por su pelo con orgullo—. No funcionan sin mí.

El grupo estuvo ahí, cerca de hora y media en el pasillo junto al resto de los estudiantes de su generación que se dispersaban entre el pasillo, el patio y la cafetería. Los recuerdos eran para MinHo, francamente, inverosímiles y melosos, por lo que carreaba conversaciones de temas ridículos mientras limitaba en su mente la mayor cantidad de tiempo que podía respecto a su decisión en su futuro.

En algún momento tuvieron que ensayar para la graduación del día siguiente, de lo cual nadie se tomó en serio. El clima de ese final de febrero era helado, y los rayos de sol no acompañaban en su calidez; si corrían con suerte, el día siguiente llovería.

—¿Es necesario presentarnos mañana? —cuestionó HyunJin, cansado—. Creo que no podré sobrevivir hasta la noche. Lo único que quiero hacer es dormir.

—A la tarde ensayaremos —ordenó MinHo—. Mañana será una gran presentación porque será nuestra fiesta, ¿Vale?, así que…

Repentinamente, varios chicos comenzaron a correr por el pasillo, llamando la atención del grupo.

—Uy, colgaron las calificaciones —observó HyunJin, subiéndose a la espalda de Chan—. ¡Vamos, vamos, vamos!

—Dame un momento- creo que me voy a desmayar —se detuvo JiSung en su andar, haciendo a MinHo lanzar una carcajada.

—¿Por qué tanto drama?, ¿No te sientes seguro con tu rendimiento? —le preguntó MinHo, tomándolo del brazo para que avanzara.

—¡No, MinHo!, ¡No me siento seguro!

—Está bien, ya pasaste por lo peor.

—No- una cosa es que tu madre te intente matar, y otra cosa es fallar en un examen.

—¿En serio para ti ambos casos son iguales?

—Las madres pueden matarte cuando quieren, pero solo fallas una vez el examen —concluyó.

MinHo, sin saber qué decir al respecto, tomó aire y, con fuerza, empezó a arrastrar a JiSung por el pasillo.

—¡No, MinHo!

—¡No puedes quedarte con la duda! —masculló.

—¡Sí puedo!

Cambiando de posición, MinHo se ganó en la espalda de JiSung y comenzó a empujarlo con más fuerza todavía. —Hijo de perra, me haces hacer fuerza con mis muñecas adoloridas.

JiSung no pudo poner resistencia constante, y terminó cediendo al empuje de MinHo para llevarlo al gran tablero de calificaciones, donde un montón de alumnos se encontraban ansiosos buscando sus nombres en él.

Tras ver sus propias calificaciones, MinHo no pudo encontrar mucha sorpresa en ellos. La idea de seguir teniendo oportunidades al alcance de su mano lo hacía sentir mucho más confundido; en especial cuando su promedio total era más alto de lo que hubiese esperado.

—Superaste a los jodidos suicidas del salón avanzado —comentó alguien sobre su oreja, palmeándole la espalda.

—En serio eres el promedio más alto —Chan comentó, asombrado—. No encuentro a otro que tenga…, que tenga…

—Bueno, era obvio —MinHo nunca se había sentido orgulloso de sus propias calificaciones, pero al ver el 99 como promedio genérico junto con la suma de los resultados de los Exámenes Nacionales, no pudo evitar lanzar una carcajada.

—Bájate de la nube —burló.

Le era imposible no sentirse contento, en especial por haber superado a la mayoría del salón avanzado, y pensando en cuán orgullosa podría poner a su madre luego de tanto tiempo de insistencia.

MinHo giró su cabeza hacia JiSung para verificar si veía lo mismo que él, pero JiSung mantenía sus ojos tan abiertos y su boca tan cerrada que entró en pánico.

—¿No te dio una arritmia? —preguntó MinHo.

—Está mal contado —contestó JiSung, apuntando sobre la cabeza de alguien donde estaba su nombre—. No pude tener esos puntajes. El promedio de mis calificaciones lo esperaba, pero los puntajes…

—Hombre, ¿De qué mierda hablas? —MinHo tuvo todas las intenciones de abrazarlo—. ¡Son fantásticos!

—No- porque he estado dos meses trabajando a distancia con material que me mandaba la profesora Ji- es ilógico —le explicó, intercalando su mirada entre MinHo y el tablero de puntajes—. Yo no tuve la misma preparación, así que era esperable que no tuviera un buen rendimiento- de hecho se lo comenté a mis tías y ellas lo asumieron. Yo también lo asumí. No tiene coherencia que me haya ido bien en las asignaturas humanistas porque me especialicé toda mi vida con lo científico y-

—Estás mal de la cabeza —observó el otro, riendo incrédulamente—. Yo no me lo explico. ¿No quieres celebrar tus calificaciones?

—Creo que no tengo pulso.

Lanzó una fuerte carcajada sobre su cabeza y ambos se apartaron del gran tumulto de gente, encaminándose de nuevo hacia la banda, que comentaban sus propias calificaciones.

—Y pasé —HyunJin, sin parecer creerlo, miró a cada uno de sus amigos antes de abrazar a JeongIn por la cabeza—. Podré graduarme. Hoy es un buen día para creer en Dios.

—No hables estupideces —insultó JeongIn.

—¡Felicítame porque puedo graduarme!

—No.

—Eres tan cruel conmigo.

—Entonces, ¿Podemos ir a dormir? —preguntó ChangBin—. Me fue como la mierda en los exámenes. Mi padre me asesinará cuando se entere.

—¿Y durmiendo evitarás el inminente sufrimiento que tu padre te producirá? —le miró SeungMin, hablando con entonación filosófica.

—Cierra la boca, niño lerdo.

—¿Desde cuándo ‘lerdo’ es un insulto?

—Desde ahora, lerdo.

Acordando un ensayo nocturno, la banda se separó hacia sus respectivos hogares, celebrando individualmente el final de la escuela.

—¿Quieres comer ahora o más tarde? —preguntó MinHo al llegar a casa, cargando la caja con las cosas del casillero de JiSung. El otro, lanzando un prominente bostezo, negó—. Eso no es respuesta.

JiSung se sacó sus zapatillas con sus talones y entró a la casa, encaminándose con la caja donde Doongie se encontraba hacia el patio, saludó a SooYoung y le mostró el felino.

—¿Qué demonios hacemos con el gato? —preguntó MinHo, uniéndose a ellos.

—Yo puedo llevármelo —dijo JiSung, antes de hacer una mueca—. Pero no podría hacerlo ahora. Tal vez cuando regrese para la despedida de Chan y JeongIn.

—¿Vendrás a despedirte de ellos?

—Sí. Tengo pensado hacer algo, pero debo conversarlo con mis tías antes —contestó.

MinHo, no queriendo saber cuál es el loco plan que JiSung tenía en su cabeza, lo dejó pasar.

Como la tarde seguía siendo parcialmente larga, ambos se recostaron en cada extremo del sofá para ver una película, aunque la repentina baja de adrenalina por el día, junto con el estrés esfumándose repentinamente, no hizo que solo ellos se quedaran dormidos y despertasen al día siguiente.

Esa mañana, el perfecto día de graduación junto con la fiesta, MinHo casi golpeó su cabeza con el lavabo cuando recordó que nunca le firmó una respuesta a HanSoo, y la idea de dejar su materia pendiente le hacía un fuerte nudo en el estómago.

JiSung lucía emocionado con la idea de MinHo estudiando música, y a él también le gustaba; la teoría de perfeccionar algo en lo que él era bueno para ser aún más bueno era motivante, tanto que incluso podía verse en aquellas clases esporádicas junto a rostros desconocidos para compartir información; sin embargo, la práctica parecía ser otra, porque sus manos seguían doliendo.

Tras no poseer uniformes la escuela, todos los estudiantes de tercer año se presentaron con una camisa blanca y con un pantalón o falda (respectivamente) de color negra para entregar formalidad. Cuando MinHo y JiSung ingresaron al patio, junto con los fuertes vientos del frío invernal, rieron a carcajadas al ver un escenario lleno de estudiantes que lucían como pingüinos, monjas o camareros.

Sus amigos se encontraban en un rincón, juzgando con la mirada a todo aquel que parecía conmovido o melancólico en la previa de la ceremonia. Un grupo ruidoso proclamaba amor eterno a su amistad mientras que un trío de chicas hacía planes a futuro como si su propio destino acabaría tras entregar los diplomas.

—Esto es demasiado dramático para mi sistema —opinó ChangBin con asco, viendo al resto—. Quiero largarme.

—En el nombre del señor, no puedes irte —bromeó HyunJin, alzando una mano mientras se abotonaba su camisa hasta el cuello—. Nuestro señor Jesucristo requiere de tu presencia en esta ceremonia.

ChangBin mantuvo su mirada en HyunJin antes de golpearlo en el estómago.

Los asientos de los estudiantes se encontraban separados por sus propios salones, y metros atrás, dividido por una correa de seda, se encontraban llegando las familias de los graduados en distintas posturas, con arreglos florares o con grandes cámaras en mano para poder captar ese momento.

—Esto es tan ridículo —concordó MinHo con ChangBin—. Es solo una graduación, ¿Por qué tanto llanto?

—Sinceramente creí que serías tú el que lloraría —comentó SeungMin a su lado.

—¿Estás de joda?, Felix se ve más al borde que yo —apuntó, viendo a Felix hablar emocionadamente con JiSung y YiSu de un tema que no podían escuchar.

—Al final, ¿Hiciste lo que tenías que hacer con HanSoo? —preguntó.

MinHo negó. —Me quedé dormido ayer. Ni siquiera me acordé de que tenía que darle una respuesta.

—¿Y tú respuesta es?

De nuevo, él se encogió de hombros. —A JiSung le gusta la idea de que yo vaya a la Universidad Nacional de Artes, pero también encuentro interesante la Universidad de Seúl.

—Pronto te empezarán a contactar por tus puntajes —se involucró Chan en la conversación, y MinHo lanzó un quejido lastimero—. ¿Por qué lloras?, ¿Sabes a cuántos les gustaría estar en tus zapatos?

—Dudo que alguien quisiera estarlo —opinó.

—‘Boo hoo. Soy demasiado listo y no sé a qué universidad de élite ir’ —imitó SeungMin a MinHo con un exagerado acento de campo—. ‘¿Qué haré?, ¿Qué haré?’

—Bueno, ustedes en mí lugar, ¿Qué harían? —les preguntó—. No es como si quisiera decepcionar a alguien y- si no tomo una decisión, me mandaran al Servicio Militar.

—Te recordaba como alguien que no le importaba decepcionar a alguien —comentó SeungMin.

—Sí —concordó Chan, antes de mirar a MinHo—. Además, yo siempre pensé que tu decisión era obvia.

MinHo detuvo su cabeza para mirar a su amigo. —¿Obvia?, ¿En qué parte de la historia la decisión te pareció obvia?

—De que te acomplejes por la universidad, pero no el tener que quedarte a trabajar con HanSoo.

Obvio.

Oh, no —SeungMin miró a MinHo, ofendido—. ¿Estás de joda?, ¿Con todas las oportunidades que tienes, tú te quedarás en este tonto pueblo?

—Yo no pertenezco a la élite, cariño —bromeó MinHo, queriendo encaminarse hacia donde se encontraba la psicóloga—. Yo soy una estrella de rock.

Su epifanía no podía tener ese nombre porque era como el amor. Era obvio porque siempre estuvo ahí, y MinHo solamente le rondaba dramatismo alrededor de todo el asunto porque él era, ni más ni menos, que el protagonista.

La breve conversación que tuvo con HanSoo hizo que la organización de los asientos se retrasara por su culpa, saltando entre los alumnos para ubicarse en su lugar designado y, esperara pacientemente a que todo eso terminara.

La entrega de diplomas era rápida y eficiente gracias a la gran cantidad de estudiantes que asistían, yendo en orden de los salones y de la lista de sus apellidos para ser presentados, entregar y regresar a sus asientos.

Desde el público que MinHo podía percibir el nerviosismo de JiSung. Con una ojeada no-sutil notó que la madre de él no se encontraba en el público, y tampoco sus tías; a él le concernía que JiSung había solicitado explícitamente que ellas no asistieran, pero aún así a MinHo le entristecía notar que JiSung no tenía a nadie quien pudiera alentarlo o felicitarlo.

Pura mierda, pensó. Lo haré yo.

Pero antes de que pudiera alzar la voz, una pequeña y chillona voz retumbó entre las personas cuando ya había pasado la entrega de JiSung.

—¡Hannie! —el chillido de KyuBok hizo a varios asistentes reír—. ¡Hannie!, ¡Hannie!

MinHo pudo ver el rostro de JiSung acalorarse, y con una avergonzada sonrisa alentó hacia el público mientras sacudía su mano con el diploma.

Otros estudiantes recibían aplausos cuando pasaban adelante, y otros tenían un silencio fuerte. MinHo veía a cada uno de ellos sin recordar ni su nombre ni haberle parecido parte de su vida al haber estudiado en la misma escuela desde su infancia. Eso parecía estar bien para él.

Cuando fue su turno de recibir el diploma, desde el escenario, MinHo pensó que tal vez el tiempo pasaba, y que eso era aterrador.

Yuna se alzó en nombre de los estudiantes para dar un discurso tanto conmovedor como cliché, criticando que hasta su propia redacción basura podría ser más contemporánea que las palabras que la chica expresaba, tocando temas tan repetidos como el temor del futuro o hablar en memoria de aquella chica que se había suicidado meses atrás; no obstante, eso no evitó que desde su grupo de amigos como el resto de los estudiantes vitorearan su presencia con gran alegoría, como si fuese la real persona que siempre intentó ser.

Pura mierda, pensó de nuevo.

Después de la ceremonia, para su sorpresa, el grupo se sacó fotografías en memoria de la situación. MinHo pudo divisar cómo JiSung era robado por San, YeoSang y MinGi sin mostrar alguna molestia y disfrutar de sus amigos de la escuela media, mientras que MinHo compartía fotografías con JeongIn y Chan frente a la madre y abuela de ellos.

Pero de repente, Lia también quería una fotografía de recuerdo. MinHo no creía que su relación fuera tan íntima como para considerarla permanente dentro de su vida después de ese momento, pero se permitió dejar la amargura de lado y permitir esa foto de ella sobre su espalda mientras la madre de la chica burlaba tras la cámara.

¿Qué era de especial ese momento?, podía divisar una escena de cómo SeungMin atrapaba a YiSu con la guardia baja para entregarle un beso a mitad de una fotografía frente a sus madres. Pudo ver también a HyunJin y Yeji tomarse de las manos frente al escenario y posar de la misma forma que lo hicieron en sus fotografías de infancia ante la escuela, donde mostraba su crecimiento de hermanos. Chan se mostraba ligeramente emocional, por lo que no soltaba a JeongIn en ninguna de las cosas que él hacía.

—¿No quieres una fotografía también? —SooYoung se acercó a MinHo para preguntarle, mientras MyungDae preparaba la cámara para sacarse una selfie con ellos tres.

Nah —negó MinHo con desinterés, posando en la foto de su padre—. Ya me las enviarán.

De nuevo, en la distancia, podía ver a JiSung limpiarse con el dorso de su manga mientras cargaba a KyuBok y hablaba con sus tías, notoriamente sorprendido por la llegada de ellas.

—¿Vamos a saludar? —propuso MyungDae, con SooYoung asintiendo enseguida.

—¿Qué?, no-

Pero antes de que pudiera seguir negando, su madre lo tomó de la mano y lo empujó con fuerza hacia ellas, con MyungDae llamando la atención con un fuerte saludo que hizo que ambas mujeres se asustaran.

Dios- esto es vergonzoso.

—No nos hemos presentado —dijo MyungDae, inclinándose ante ellas junto a SooYoung—. Soy Lee MyungDae y ella es Lee SooYoung. Somos los padres de MinHo.

—Ah- un placer —se inclinaron HeaJung y KiungMi a la vez. MinHo pudo ver el rostro de pánico y vergüenza en JiSung—. HeaJung y KiungMi. Tías de JiSung. ¿Él no los ha molestado mucho esta semana?

—Oh, no, no, no. Es un chico tranquilo —negó SooYoung rápidamente—. Le gustaba ayudarme a plantar, o dormía después de los exámenes. Su presencia ni siquiera se hizo notar dentro de la casa.

MinHo aguantó una carcajada mientras JiSung se tapaba el rostro.

—¿Viajaron desde la mañana? —preguntó MyungDae.

—Nos quedamos en un hostal en Seúl. No queríamos dejar a Hannie solo en esta fecha tan especial —contestó ella, girándose para ver a su sobrino.

—Y que lo digas. De pequeño MinHo siempre pidió que no lo acompañásemos este día —contó SooYoung—. Pero siempre después pedirán que uno los acompañe. Somos sus padres, después de todo.

—KiungMi siempre dice que, mientras uno tenga la oportunidad de no hacer sentir solo a la otra persona, hay que tomarla —dijo HeaJung, con KiungMi moviéndose sutilmente a su lado.

MinHo, nervioso por la situación, terminó jalando a JiSung de la manga para que captara la señal.

—I-iremos con el resto de los chicos —se excusó JiSung enseguida, dejando a KyuBok en el suelo—. Probablemente estaremos con ellos- por el tema de la banda.

—Si quieren pueden almorzar en nuestra casa —ofreció MyungDae.

—No —interrumpió MinHo.

—Oh- de camino para acá encontramos un restaurante en la carretera demasiado atrayente, podríamos ir ahí —ofreció KiungMi.

—No, por favor —pidió JiSung.

—¿Por qué no quieres que las conozcamos? —preguntó SooYoung a MinHo, palmeando sutilmente su espalda—. Es normal que se conozca a la familia de tu pare-

—Sí- no, no, no, no —cortó definitivamente MinHo. Si ellos querían conversar el tema, prefería que fuera lejos del alcance de los dos jóvenes—. Con JiSung nos vamos. Bye.

Antes de que JiSung pudiera despedirse, MinHo ya lo había arrastrado lejos de ahí.

—¿Por qué me haces pasar por estas cosas? —le preguntó JiSung a MinHo, sonrojado hasta las orejas.

—¿Por qué me haces pasar por esto? —MinHo le golpeó en el brazo—. Dijiste que estarías solo. No me preparé mentalmente para que mis padres conocieran a tus tías. ¿Qué pensarán ellas?, ¿Qué pensarán ellos?

—¿Qué crees que van a pensar?, tus padres ya creen que estamos juntos —dijo JiSung, antes de mirarlo de nuevo—. ¿Cierto?

—¿Y yo qué sé?, no les he preguntado —farfullo—. Y tus tías tampoco.

—¿Qué?, mis tías si saben- creo —intentó hacer memoria—. ¿Cómo te presentaste ante ellas?

—Uh- como un amigo.

—¡¿Qué?!

—¿Qué les pasa? —ChangBin les preguntó, quien iba junto a Lily.

—MinHo se presentó ante mis tías como un amigo —acusó JiSung—. ¡Y yo les había dicho que era mi novio!

—¿Siguen juntos? —cuestionó Lily—. MinHo nos dijo que ustedes habían terminado. Pensé que eran buenos amigos.

—No- Lily…

Pero antes de que MinHo pudiera callarla, JiSung picó las costillas del otro, haciéndolo graznar. El único método de defensa que MinHo tenía en ese momento era correr, pero JiSung no se quedó atrás, jurando internamente en golpearlo hasta la muerte por decir calumnias sobre su relación.

Tampoco tenían mucho tiempo que perder, y si las tías de JiSung se encontraban en el pueblo, eso significaba que el chico tendría que irse con ellas. Por eso, en una idea totalmente negligente y estúpida, MinHo ofreció pasar de su tarde con los chicos para poder encerrarse en aquel viejo club que volvía a su función como almacén de deportes.

No era sencillo negarlo, en especial cuando JiSung también se encontraba en la cúspide de su adrenalina.

La ventana seguía siendo corrediza, y la montaña de gastadas colchonetas seguía intacta. Fue sencillo caer sobre ella y besarse a lo loco, como los adolescentes desatados que, biológicamente, seguían siendo.

—Uh- decepciónate —interrumpió MinHo el beso, afirmando a JiSung de las piernas por tenerlo arriba suyo—. Al final me quedaré acá.

JiSung, quien se encontraba más preocupado en desabotonar la camisa de MinHo, se detuvo. —¿Qué?

—No te voy a engañar, la idea de irme a estudiar artes o matemáticas era tentadora —admitió, tomando la mano de JiSung para besarla—. Pero seguía proyectándome con la banda, ¿Sabes?, era obvio.

—Entonces, más que quedarte a trabajar por HanSoo, te quedarás por la banda —corroboró.

MinHo, coincidiendo con las palabras, asintió mientras sobaba los muslos del otro. —Perdón.

Pareció pensarlo un momento, porque sus dedos seguían congelados. MinHo creyó que JiSung se había molestado ante la idea, hasta que se encogió de hombros y siguió desnudando a MinHo.

—Vale. Pero la distancia será una mierda —continuó, bajando su rostro para besar el cuello de MinHo.

—Ha habido peores historias.

—No me olvides cuando seas famoso.

Ni aunque quisiera, quiso contestar, pero JiSung ya estaba usando sus labios.

Pasaron su tarde ahí, entre momentos incómodos y complicidad que los hacía reventar en carcajadas de tanto en tanto. Sus mentes se encontraban difusas por la embriaguez de estar juntos, tocándose una vez más como si fuera la primera vez.

Para MinHo, con JiSung todo parecerá como si fuera la primera vez.

Su burbuja se reventó en algún punto, cuando la banda los necesitó y YiSu parecía querer llorar por el estrés del vestuario del grupo. Habían acordado con el comité tocar un momento específico para también disfrutar de la noche, aunque ninguno de ellos tuviera una gran intención de querer hacerlo.

—No entiendo por qué ustedes están en la cena —comentó MinHo en la mesa, sirviéndose comida mientras veía a JeongIn y Lily comer desde sus propios platos.

—Lily extorsionó a KwangSu —contó JeongIn, degustando de la carne—. Oh, esto está delicioso.

—Me gusta como se ven todos —suspiró YiSu de orgullo, viendo al resto del gimnasio cómo los estudiantes de su generación comían de la cena—. Están tan lindos…, preciosos…

—Lo dices solo porque tú le hiciste los trajes —contrapuso SeungMin con gracia.

—¡Por supuesto!, ¿Por qué colaborar con el mal de la venta de trajes de galas que solamente alimenta un sistema de superficialidad cuando podemos cooperar con el arte local?

—¿Y tú por qué sigues vestida de monja? —le preguntó HyunJin.

La chica hizo un mohín. —No alcancé a hacerme un vestido.

Tal vez la noche pasó un poco rápido para MinHo, más de lo que hubiese deseado. Terminó de comer y enseguida se subieron para presentarse, cantando una lista de canciones repetitivas que seguían poniéndole los pelos de punta.

El nerviosismo poco a poco se iba dejando atrás, aunque amaba el escenario como la primera vez. Escuchaba el vitoreo del público como llamados de amor para seguir haciendo lo que le apasionaba, y aunque no pudiese mostrar su brillo máximo con su compañera Cessi sobre él, podía enfocarse en su canto y gritar con el corazón las letras de las canciones que empezaron a formar parte de su propio himno como humano.

U2 era protagonista para MinHo, quien no los soltaba como parte de su infancia. Taylor Swift tomó un rol con un popurrí de goce cuya existencia solo apareció para molestar a ChangBin. Cantando a Hong JinYoung o a Yang HeeEun, como a Shin SeungHun o Lee SeungGi. No pudo dejar atrás grupos como TWICE cuyo arreglo fue por ChangBin y solicitado por un emocionado Felix, quien correspondía con su bajo cantando en voz baja como signo de goce.

HyunJin hacía retumbar la batería como si nunca la hubiese tocado, poco a poco empapándose de su propio sudor a causa de los reflectores y la fuerza. MinHo giraba para comprobar su estado, y de tanto en tanto mantenía su presencia escénica de forma fuerte que él no dudaría en que, si es que alguien los veía, siempre chequeaban a HyunJin.

Recibió también el fuerte grito del público cuando las notas de My Universe sonaron, con MinHo sintiéndose receloso ante la oportunidad de poder cantarla y lo glorioso que era su reinterpretación de la canción.

¿Podría aplazar un momento como ese?, MinHo sentía que desgarraba sus cuerdas vocales al alcanzar las notas de Spaceman de The Killers, pero parecía ser el disfrute que él quería.

Un disfrute que él necesitaba.

. . .

—¿Le robaste el auto a tu madre?

Marzo, JiSung había llegado la noche anterior, y en un rato, Chan y JeongIn se iban.

—Técnicamente, no se lo robé —corrigió, secándose el cabello con una toalla mientras se sentaba en la cama de MinHo, aunque una sonrisa traviesa bailaba en sus labios—. Solamente…, la extorsioné para que me lo diera. Así puedo venderlo.

—¿Y qué mierda harás con el dinero? —cuestionó, tomando a Doongie del suelo para poder hacerle cariño.

—Varias opciones, pero me dijeron que si lo vendo por piezas ganaré más —contó—. Mis tías dijeron que seguiré en tratamiento hasta que la psiquiatra o la psicóloga me de el alta, y- entre nosotros, no creo que sea en poco tiempo —murmuró con remordimiento—. Bueno- venderé el auto por piezas y me iré a Seúl. Me recomendaron vivir sobre los mercados porque es más barato, y asistiré a una escuela preparativa para rendir el suneung.

—¿Y te alcanzará el dinero? —MinHo cuestionó con sorpresa—. ¿Qué mierda?

—Ni yo sé, hombre, pero prefiero rezar a que sí —farfulló.

MinHo, nerviosamente movió sus pulgares. —Vale, espero que puedas hacerlo.

El plan de JiSung había sido sencillo, pero su aspecto de sonrisa era fácilmente corrompido por el reflejo doloroso que sus ojos mostraban. Con el auto y él, JiSung podría irse con SeungMin esa tarde a Seúl hacia la residencia donde la Universidad de Chung-Ang haría las clases intensivas para rendir el examen de ingreso a la carrera de ciencias económicas.

Cuando JiSung terminó de vestirse, se encaminaron hacia la casa de Chan y JeongIn, donde podía escucharse los gritos de desespero de la madre Ann con la abuela Yang al tener una mudanza tan grande.

—¿JeongIn está tranquilo? —le preguntó MinHo a Chan cuando entró, viéndolo jugar Uno con ChangBin y Lily en la cocina.

—No —pero Chan ya no se veía preocupado con el tema—. Pero no espera nada, realmente.

SeungMin y YiSu ayudaban a subir las maletas y guardar las cosas de la abuela Yang, mientras que Felix y Olivia jugaban con los cuarzos de la abuela Yang para poder calmar a la madre Ann.

Llegando junto a él y JiSung, HyunJin era el que parecía más afectado por la mudanza. Se mantenía sereno junto a la puerta, mirando a JeongIn jugar Uno, pareciendo vacilante si ir o no ir con él.

—¡Ya, ya, ya! —alentó la madre Ann, guardando las cartas de Uno en su cartera—. ¡Despídanse que vamos tarde!, ¡Despídanse que vamos tarde!

—¿Qué?, ¿Ahora? —Chan, perdido, miró al resto del grupo—. Pero-

—Lo siento, vamos tarde —insistió Ann, ansiosa de querer irse de ahí—. ¡JeongIn, tus cosas!

JeongIn cargaba con culpa. Cualquiera que era capaz de leerlo se le era fácil reconocer ese sentimiento en su rostro, viendo a cada uno de sus amigos al borde del llanto.

No voy a llorar. No voy a llorar. No voy a llorar, se dijo MinHo, mirando hacia el techo.

La situación fue en cámara lenta, aún cuando el tiempo pasó rápido. Sintió un golpe en la espalda y vio a Lily lagrimear sobre el hombro de JeongIn. SeungMin, quien también era un alma sensible, forzaba su risa al abrazar a Chan como cachorro atropellado. Felix no se esmeraba en soltar a JeongIn, y lo sostenía por los hombros mientras el menor se seguía abrazando del resto, con una fuerza tan asfixiante que incluso YiSu reclamó en que lo soltara porque también quería darle un poco de su recuerdo.

—Demasiado contacto físico —comentó JeongIn con nerviosismo—. Esto es demasiado.

—¡Pero despídete de mí, aunque sea! —le encaró HyunJin, completamente dolido.

Mientras veía a JeongIn largarse al baño con HyunJin, también vio a Chan despedirse de JiSung, susurrándole un par de cosas al oído que hizo al muchacho soltar más lágrimas de lo que debía.

Entonces, Chan se giró hacia MinHo.

—Y te largas —observó MinHo—. Maldito bastardo.

—Así es como lo pide la vida —contestó Chan con su clásico aire filosófico, haciendo hartar a MinHo.

—Eres irritante.

Pero Chan no cayó en su juego, solamente lo jaló del brazo para darle un fuerte abrazo fraternal, susurrándole también un par de cosas al oído antes de separarse.

Cuando JeongIn terminó de despedirse de HyunJin, fue el turno tanto de JiSung como de MinHo en hacerlo, mostrando a un JeongIn mucho más débil que antes. MinHo podía esperar esa ruptura de rutina dentro de la cabeza del menor, quien podía seguir sin asumir lo que sucedía.

La abuela Yang se despidió con el agradable regalo de un cuarzo a cada uno de los presentes, y la madre Ann pidió que todos salieran para cerrar la casa. El grupo vio cómo la familia subía hacia su auto y, con un último movimiento de manos, el auto se fue.

Solamente quedaban ocho.

Sentados en la cuneta, pareciendo haber perdido el rumbo por un momento, se quedaron en silencio durante un largo tramo de la tarde, con algunas palabras que intentaron aliviar el aire de la esperada huida.

—JeongIn se me confesó —rompió el ambiente HyunJin, haciendo que todos los miraran.

—¡¿Qué?!

—Se me confesó, me abrazó, y se fue —explicó, aunque en su garganta había un fuerte nudo de impacto—. Él realmente…, realmente hizo eso.

—Yo lo sabía —comentó Lily, abrazando sus rodillas—. Era obvio.

—¿Por qué para ti era obvio?

—Porque me lo dijo —contó.

—Todo este tiempo creí que ustedes dos eran novios.

—No puedes estar de novio con alguien que también le gustan los niños —murmuró ella.

MinHo estaba tan adentrado en la melancolía que ni siquiera se sorprendió por eso.

—Yo iré por mi bolso —informó SeungMin, levantándose de la cuneta junto a YiSu antes de mirar a JiSung—. Pásame a buscar.

—Vale —accedió en un hilo de voz.

Vio cómo YiSu le tendía su mano a SeungMin, y él entrelazaba sus dedos con una fuerza atractiva que parecía contener todo el amor que sentía hacia ella en esa acción.

Con JiSung terminaron por retirarse también, dejando a Felix, ChangBin, HyunJin y Lily pegados en la acera hasta cuando las estrellas aparecieran. Se regresaron a casa de MinHo en silencio y subieron a su dormitorio para simplemente pegar sus miradas en el techo con conversaciones tan banales que no estarían cerca de ser recordadas.

—¿Puedo consultarte algo?

—Dime —accedió JiSung.

—El auto de tu madre- ¿Tiene reproductor por CD o por bluetooth?

—CD, es viejito.

Levantándose de la cama, MinHo se encaminó hacia su computadora y colocar un disco virgen en el aparato. —Te grabaré un par de canciones.

—Okey.

—Estarás obligado a escucharlas.

JiSung, pegando su rostro a la almohada, sonrió. —Okey.

Trabajando en lo suyo, sintió a JiSung moverse alrededor del dormitorio y la casa en busca de Doongie, colocando al felino en aquella maleta que había comprado exclusivamente para él junto con una botella de agua para poder hidratarlo. MinHo terminó de grabar el CD cuando JiSung estaba despidiéndose de los padres de MinHo.

—Infórmale a MinHo cuando llegues, que es tu primera vez viajando solo —pidió SooYoung mientras abrazaba al chico.

—Sí, sí lo haré —afirmó JiSung, sintiéndose cálido por la repentina preocupación.

Aunque los padres de MinHo no daban el sutil espacio para despedirse, MinHo encaminó a JiSung hacia la entrada de la casa para poder abrazarlo igualmente.

—De nuevo, estás obligado a escuchar las canciones —repitió MinHo, entregándole el CD a JiSung.

—Eres tan insistente- dime que contiene algo de Queen —pidió.

—¿Por qué crees que grabaría una canción con algo de Queen?

JiSung puso sus ojos exageradamente en blanco, y MinHo rio ante su expresión, robándole un beso.

—Te amo —susurró JiSung—. Gracias.

—Ja —MinHo le robó otro beso—. No agradezcas actos humanitarios, querubín.

—Bueno, menos lamentos y más agradecimientos —suspiró.

Dándole otro beso más, siendo consciente de que no sería el último, JiSung se echó su mochila al hombro y tomó la caja de Doongie para subirse al auto. Al estar en el piloto, despidió una vez más a JiSung y, conociéndose en querer quedarse, encendió el motor y se fue.

JiSung pasó a buscar a SeungMin a su casa, quien por la mezcla de emociones no sabía si el chico iba a lanzar una carcajada psicótica o un llanto, pero cuando hicieron contacto visual ninguno pudo evitar en pegar un grito adrenalínico antes de que JiSung presionara el acelerador.

—¿Tienes algo de música? —consultó SeungMin, bajando la ventanilla del copiloto para poder expulsar el humo de su cigarro.

—MinHo me pasó un CD —apuntó hacia su bolso—. Sácalo.

Y, repentinamente, SeungMin lanzó una carcajada.

‘Lista de canciones que usa Lee Know para amarte’ —leyó el rayado del CD, burlándose ampliamente de JiSung—. ¡Es un puto cursi!

—¡Cállate!, tú eres igual de peor —defendió JiSung—. ¿U olvidas cuando fimos a la mierda de la ONU?, ¿Dónde lloraste todas las noches porque te habían dicho ‘te amo’?

—Si no me acuerdo, no pasó —se ofendió, colocando el CD en el reproductor.

El auto demoró un momento en leer el disco, y hasta JiSung pensó que no fue más que una barata broma por parte de MinHo. Empero, desde los parlantes podía escucharse un suave sonido de bulla, de movimiento de sillas y palabras inaudibles que sonaban a charlas.

Entonces, la batería de HyunJin empezó.

—¿Esto…? —la guitarra de ChangBin sonaba con suavidad, con las cuerdas imitando la melodía de un sintetizador que ninguno tenía—. Estás de joda.

—Oh… —SeungMin, pareciendo chocar con un recuerdo, lanzó una risa—. Sí, me acuerdo de esto.

—¿Qué es esto?

La suave voz de MinHo resonó en el parlante, y JiSung sintió toda la felicidad posarse en su estómago.

—Tal vez le pidió a Lily las grabaciones de los ensayos —dijo—. MinHo hizo que en un día tocaran canciones específicas. Tal parece que para esto fue.

No era de esperarse que la banda interpretara a U2, pero la voz de MinHo modificando la línea vocal de With or Without You para hacerla sonar tal como su propia garganta podía permitirla, con una suavidad perfecta para el gusto de JiSung.

Antes de darse cuenta, unas lágrimas se resbalaron en sus mejillas.

—¡Dios! —SeungMin saltó en su asiento tras verlo, tirando el cigarro por la ventana para sacar su celular de su bolsillo—. Esto tengo que grabarlo.

—Cállate, idiota —insultó.

Pero JiSung no podía evitarlo. El agradecimiento y el alivio estaba tan acoplado en su sistema que era un goce de seguir viviendo.

Mientras tanto, en el pueblo, cuando MinHo vio el auto de JiSung perderse por la calle, él se regresó a su dormitorio para seguir con su mente pegado en el techo, pensando en que había perdido y ganado la mitad de su vida a la misma vez.

No le encontraba coherencia a ninguno de sus pensamientos en ese instante, y la amargura de distintos hechos parecían opacar la melancolía que cargaba.

Más a la noche, el grupo lo invitó a pasar de largo en casa de Felix, donde jugaron juegos de mesa y bebieron alcohol. Cantaron a coro con un karaoke dirigido por HyunJin; YiSu preparó un trago para todos; Felix ganó en el monopolio, y ChangBin cuidó de Lily cuando el sueño acabó con ella.

Quedaban seis, y al final quedarían dos, pero las idas no serían a corto plazo.

—De todas formas, tenemos que crecer —recordó las palabras que Chan le había susurrado en despedida—, el tiempo pasa…, y eso está bien, MinHo, solamente tienes que ser optimista.

Fin

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja