Tiempo de calidad en verano

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

Animal; Neon Tree

 

—Mi plan sigue de pie.

—Y el mío igual.

JiSung y MinHo no se miraron, solo mantenían sus ojos en la puerta de la casa de Felix junto con una bolsa de frituras cargadas por MinHo y por una bolsa de ramyeon cargada por JiSung.

—Hay excusa para todo —continuó JiSung.

—Sí- ¿Qué excusa das para explicar que te estaba comiendo la boca, eh? —MinHo preguntó con sarcasmo—. Insisto- dejemos las cosas como están y nos hacemos los idiotas.

—No sabemos si va a decir algo, ¿Qué pasa si dice algo? —insistió—. Puede que ya le haya contado a SeungMin y a los chicos.

—No creo que sea así- bueno, tal vez le contó a SeungMin —terminó por admitir por lo bajo, igualmente aterrado—. ¿Y si nos vamos del pueblo y comenzamos una nueva vida en Alaska?

—Parte de mi dinero se me fue en esto —respondió mostrando la bolsa de ramyeon.

MinHo soltó un suspiro exasperante, mirando a JiSung. —¿Qué hacemos?

—No tengo idea —continuó el otro—. En serio, MinHo- no me atrevo a entrar.

—Es que- no debería de por qué ser raro, ¿Cierto? —cuestionó, sintiendo el terror posarse en su estómago.

—No tiene por qué —coincidió—. Pero no podemos dejarla con la idea- sigue siendo riesgoso.

—Tal vez ni siquiera vio bien.

—Por favor, MinHo, ni tú te la crees.

—Intento buscar alguna excusa fácil, JiSung, pero si quieres mantener esa veracidad que tienes es mejor quedarnos callados —terminó por contestar MinHo de mala gana mientras tocaba el timbre de la casa de Felix—. Aclarar solo empeorará las cosas.

—No será peor-

—Ni siquiera tienes con qué justificarte —interrumpió—, así que- mejor mantén tus zapatillas a manos por si tenemos que escapar de acá.

JiSung chistó en desacuerdo, pero no dijo más a causa de que HyunJin abría la puerta desinteresadamente y tomaba las bolsas de MinHo y JiSung. —¿Qué les tomó tanto tiempo?

—Había fila —se excusaron ambos.

Tanto JiSung como MinHo se encontraban nerviosos. Entraron a la casa con cuidado sin querer levantar sospechas y dejaron sus zapatillas en la entrada un poco más accesible comparada con el resto del grupo, y miraron en dirección a la sala en busca de algún signo fuera de lo ordinario.

Nadie parecía interesado en ellos.

Cerca del televisor se encontraba Chan y MinYu discutiendo sobre la película para ver, mientras que el resto estaba esparcido entre los sofás y el suelo conversando sobre cualquier otra cosa que no era sobre la relación de JiSung y MinHo.

Tal vez los dos solamente estaban siendo perseguidos.

Sin embargo, ambos se sintieron tensos al ver a YiSu sentada en el regazo de SeungMin mientras hablaba con tranquilidad con Lily, quien al ver a los dos chicos llegar, bajó rápidamente la mirada hacia la otra chica para seguir con la conversación.

Y por su parte, MinHo temió por la reacción de SeungMin al verlos, pero el chico ni siquiera se veía interesado en ellos.

—¿Y qué veremos? —preguntó ChangBin, haciéndose espacio a su lado para que uno de los dos chicos tomara asiento. JiSung prefirió sentarse junto a él mientras que MinHo tomaba uno de los asientos individuales junto a JeongIn.

Mother —respondió Chan, mientras MinYu arreglaba el audio y los subtítulos en la pantalla—. Y luego haremos un drinking game con Titanic.

—¿Cuál sería el juego?

—Beber cada vez que HyunJin llora.

—Disculpa —se defendió el nombrado—. Ustedes saben que esa película me pone triste. Considero que es un maltrato hacia mí hacer esto.

Aw, vamos —MinYu le consoló con una sonrisa socarrona—. Si te portas bien tal vez todos estaremos dormidos a medianoche.

Mentira. Y fue la noche más estresante para MinHo y JiSung.

Más allá del control de alcohol que MinHo debió tener porque no quería admitir nada a causa del estado de inhibición (aunque JiSung no tenía problema, porque MinHo sabía de primera fuente que el chico era más un desnudista en potencia a que un delator), ver como esa chica que él la encontraba con parecido de conejo bebía y bebía como si no hubiera un mañana, manteniéndola en un estado de risueña y pereza que hacía creer a los otros dos que- efectivamente, delataría algo.

—¿Crees que a estas alturas ya le dijo algo a SeungMin? —preguntó MinHo a JiSung en las escaleras de la casa, mientras el resto se encontraba limpiando la sala de estar, ChangBin dormía profundamente en uno de los sofás individuales, y otros estaban en la cocina preparando una comida de madrugada.

—Espero que no —JiSung, sintiéndose un poco divertido mientras ocultaba sus brazos dentro de su gran playera para dejar las mangas sueltas—. Aunque no se ve tan distinta.

—No tengo idea de cómo saldremos de esta —terminó por expresar MinHo, viendo a JiSung apoyarse en la pared.

—¿Y si lo decimos? —JiSung dio la idea, aunque no se veía tan convencido de ella—. Es mejor que se enteren por nosotros a que por ella.

MinHo meditó un poco la opción, pero la sola idea le hacía enfermarse del estómago.

—¿Te sientes listo? —consultó el pelinegro.

JiSung, en su estado, negó con cuidado la cabeza. —¿Tú?

—Yo… —MinHo se relamió sus labios—. Yo ni siquiera sé qué soy.

JiSung esbozó una suave sonrisa antes de sacar los brazos de la manga de su playera. —Está bien.

—¿No estás molesto?

—No- o no contigo —admitió—. ¿Tú?

De nuevo, MinHo negó. —No creo que sea enojo.

En la sala sonó un fuerte estruendo y dos gritos, haciendo que MinHo y JiSung se acercaran enseguida; sin embargo (junto al resto del grupo que salía de la cocina), subieron a los muebles más cercanos al notar la gran araña detenida en medio de la sala.

—¡Mierda! —maldijo Lily mientras saltaba de la mesa de café a uno de los sofás, a su vez que Felix la imitaba y se tapaba los ojos—. ¡Es grande! ¡Muy grande!

—Eso dijo tu mamá anoche —susurró MinHo en el oído de JiSung, y el otro solo le golpeó en el abdomen.

Pero la araña era grande- gigantesca, y no se movía.

—¿Quién la mata? —cuestionó HyunJin arrastrando palabras, subiéndose en el asiento individual donde ChangBin dormía profundamente, inerte del resto—. No puedo matarla- yo me libro.

—Creo que puedo —anunció MinYu, tomando una de sus botellas de vidrio con fruta fermentada para acercarse a ella—. Una vez mi papá mató una araña con alcohol, no sé si servirá o-

La araña se movió ligeramente.

—¡No! ¡No puedo! —chilló, corriendo para sentarse sobre HyunJin.

—Son todos unos cobardes —levantó YiSu risueña de uno de los sofás, igual de tomada que el resto—. Las arañas son amigables- solamente le das el poder de temer si es que tú temes-

—Mátala luego —interrumpió SeungMin.

—¿Y si en vez de matarla, la liberas? —preguntó Chan, traspillando al bajarse del mueble (igual de temeroso)—, no creo que sea justo como nosotros siendo animal de dos pies podamos ejercer fuerza en-

—Hagan su mierda luego —interrumpió de nuevo SeungMin.

Chan tomó la única servilleta que quedaba viva del desastre de la mesa y la limpió de las frituras, mientras que YiSu tomaba un vaso de vidrio; todos quedaron expectantes a que ella tapara la araña con él, sin embargo, un fallo de cálculos y un retardo en su pensar, YiSu terminó aplastando la araña con el fondo.

Antes de notarlo, más de cien arañas pequeñas salieron del interior de ella.

—¡Estaba embarazada! ¡Estaba embarazada! —chillaron ambos, pisoteando el suelo para matar las arañas mientras Felix y Lily gritaban de horror; HyunJin y MinYu se levantaron sobre ChangBin para poder pisotearlas, mientras que SeungMin, MinHo, JiSung y JeongIn se acoplaban más en el sofá para evitar ser tocados por ellas.

Repentinamente, ChangBin cayó de rostro hacia la mesa.

—¡Mierda! —apuntó JeongIn a ChangBin sin soltar su agarre en SeungMin—. ¡Está intoxicado!

Y fue así, para el primer día de vacaciones, todos terminaron en su madrugada en la urgencia del Centro de Salud del pueblo esperando a que el padre de ChangBin llegara.

. . .

—¿Estás bien?

Tal y como fuera un deja vú, MinHo miró a HanSoo de reojo.

—¿Por qué lo dices?

La mujer, sin despegar la mirada de su revista, se encogió de hombros. —Te notas raro.

—¿Sabes que no es ético psicoanalizar a las personas contra su voluntad? —MinHo le cuestionó.

—No te estoy “psicoanalizando” —se excusó—, solamente digo- bueno, mezclaste el género hip hop con música religiosa, y una señora me preguntó por qué recién se estaba enterando de que Queen Wasabi era cristiana.

MinHo, apartando finalmente la vista de la pulsera que trenzaba, suspiró con fuerza. —Nada- en serio.

—Vale —asintió, dejando la revista en el mesón para dirigirse a atender a unos chicos que estaban en las estanterías—, pero si hay algo que te atormente, sabes que puedes hablar conmigo.

No es como si MinHo no quisiera hablar del tema, sino que él simplemente no sabía cómo; sentía que había cosas ridículas apoderándose de su cabeza que lo hacían estresarse de forma irracional; sin embargo, eso no quitaba el hecho de que solamente se sentía atascado en un péndulo de incomprensión.

Vamos, ella es psicóloga, por supuesto que debe saber qué hacer, pensó.

Le había consultado a YeonJun sobre el tema- sobre la exposición y el repentino miedo que estaba sintiendo; sin embargo, el chico no sabía cómo ayudarlo con ello más que con palabras de aliento y calma.

El problema no era que YiSu supiera. El problema era el qué pasará ahora.

El día anterior se había sometido en una discusión con JiSung tan pronto como YiSu había cerrado la puerta. Mientras JiSung estaba en pro de poder hablar con la chica y explicar algún tipo de historia lógica que no los hiciera ver tan homoual, MinHo estaba en pro de dejar la situación como estaba y enfrentar la muerte como se viniera de frente.

Porque si YiSu sabía, SeungMin sabría.

Y si SeungMin sabía, todo el grupo sabría.

Y si el grupo supiera, MinHo estaría acabado.

Sin embargo, esa noche cuando todos se juntaron en casa de Felix, YiSu no pareció mencionar el tema a nadie- en especial a SeungMin, quien mantenía su misma actitud sarcástica y calmada con MinHo como lo hacía siempre.

Esa mañana, despidiéndose fríamente de JiSung de la sala de urgencias, ninguno de los dos consideró que sería una idea genial seguir con la pelea si no podrían llegar a ningún acuerdo.

JiSung se mostraba aterrado, y MinHo no tenía la fortaleza suficiente como para sostenerlo en ese momento.

MinHo dejó la caja un momento y se encaminó hacia HanSoo, despidiendo al par de chicos con la mano.

—Estoy metido en un problema —admitió enseguida él a la mujer—. Y es un problema de…, uh, esos.

—¿Cuál sería esos problemas? —consultó ella.

—Uh- con JiSung nos descuidamos y YiSu nos vio —resumió, rascando con impaciencia su tatuaje del cuello—. Y- bueno…, estamos aterrados.

Ah~, ¿En qué quedaron ambos con ella?

—Bueno- JiSung, dijo que la enfrentáramos y le mintiéramos, pero yo no…, no quiero enfrentarla —confesó con vergüenza, bajando un poco la voz con miedo de que alguien más los escuchara—. No sé cómo…, no sabemos cómo va a reaccionar, y me da miedo que se enoje- o nos tache de fenómenos o…, o algo así.

—¿Vieron a su amiga después de eso? —preguntó.

—Sí- ayer en la noche nos juntamos en casa de YongBokkie —mencionó, apuntando hacia el mesón de la caja registradora como una bebida energética descansaba ahí—, YiSu no pareció mencionárselo a SeungMin- o eso creemos, ya que actuó como si nada hubiese pasado- pero…, uh, no te voy a mentir, estoy aterrado.

HanSoo pareció meditar un poco las palabras de MinHo porque no contestó enseguida, pero cuando pareció suficiente, le dio una sonrisa de aliento mientras acariciaba el brazo de él con cariño.

—La clave es hablar —aconsejó ella—. Crees que lo que haces (estar con un chico) es muy arriesgado- y lo es, considerando en el lugar donde viven. No muchos chicos acá parecen ser tolerantes con otras disidencias.

—No- claro que no —coincidió MinHo—. Se burlan de HyunJin por su pelo- ¡Por su pelo, HanSoo!, y YongBokkie es mucho de tacto, pero otros chicos consideran que él es demasiado gay como para tocar de esa forma, por lo que siempre que estamos en la escuela se limita y es demasiado triste- ¡E ilógico!, he visto los groseros que son con el otro y consideran raro que Felix abrace a alguien.

—Bueno- está bajo el sesgo del extranjero —razonó ella—, no encontrarán normal lo que él hace aún cuando hace lo mismo que el resto- en especial cuando se proviene de un país muy liberal.

MinHo, mordiendo su labio, le dio la razón también. —Y- mira, yo conozco a mis amigos, sé que si ellos se enteran será todo raro- y extraño- y- ¡AGH!, Chan dijo que no tenía ningún problema conque me gustara JiSung, pero SeungMin dijo que uno no podía ser así en ese pueblo y esperaba que yo no lo fuera- mierda, ellos incluso usan la palabra gay como insulto y yo-, no lo sé, ¿Me siento ofendido?, no debería porque ni siquiera sé si soy gay y- mierda, esto también es perjudicial para JiSung- ¡HanSoo!, ¡Lo convencí de estar con su novia para que así él no tuviera problemas con su madre! ¡Está con Yuna y conmigo!, si la madre de JiSung se entera él estará muerto y-

—Bien —interrumpió HanSoo enseguida, notando que MinHo se encontraba desbordándose en medio de la tienda—. Sígueme.

MinHo, sintiéndose como un cachorro perdido, la siguió obedientemente hacia la caja; ella sacó un billete de ahí y se lo tendió a MinHo. —Esto lo descontaré de tu pago, pero- mira, ve a la tienda de dulces y compra lo que quieras para ti, después regresas y hablaremos, ¿Okey?

El chico, intentando recomponerse, asintió en silencio antes de tomar el billete y salir de la tienda. Se sentía tan fracasado por haberse mostrado vulnerable de esa forma en una situación donde no debía, pero creía que había tanto en juego que no podía calmarse.

Al llegar a la tienda, compró caramelos tanto para él como algo para JiSung -creyendo que eso lo desestresaría también-, y revisó su celular para debatir si mandarle o no un mensaje, considerando que el chico se encontraba en entrenamiento en ese momento no le prestaría atención.

Una vez que regresó, se sentó en la caja registradora y comenzó a comer una paleta mientras continuaba con el proceso de su pulsera.

—No necesito que me hagas terapia ahora —dijo enseguida MinHo, al ver como HanSoo ordenaba a dos de sus trabajadoras que se desviaran por la tienda mientras ella se sentaba junto a él en el mesón—. Tampoco tengo dinero para pagarte por ello.

—Hablaremos lo que estimes necesario —avisó ella—. No puedo influir en tu vida personal, MinHo, porque eres tanto mi trabajador como mi estudiante.

MinHo asintió con lentitud, mirando a la gente ver en los estantes los discos que le interesaban mientras que en los parlantes sonaba Crown de Tomorrow X Together.

—¿Crees que sea buena idea hablar con YiSu? —MinHo preguntó, agitando su rodilla bruscamente—. Realmente le tengo cariño, nunca he tenido amigos aparte del grupo y- bueno, ¿Qué pasa si ella no le dice a nadie pero nos rechaza?, nos trate de fenómenos o…, o lo que sea que seamos.

—Vas a encontrar muchas personas que te considerarán como un fenómeno —admitió HanSoo—. Algunos te echarán de sus locales, te pedirán que no te acerques a ellos, te considerarán como un enfermo y, en los momentos más bajos, te van a golpear.

Mierda, ¿Cómo demonios salté todo eso?, se preguntó MinHo mientras un nudo se le formaba en la garganta. ¿Por qué metí a JiSung en todo esto?, SeungMin tenía razón- no tenía que…

—Pero —interrumpió HanSoo los pensamientos de MinHo—, también encontrarás a personas que te apoyarán y te querrán igual, independiente de lo que seas. Así son las familias.

—JiSung tiene dos tías —contó MinHo, intentando disuadir la pena—. Me contó su historia- amigas cercanas para todos hasta que decidieron formar una familia. Los abuelos de JiSung rechazaron a su hija y a su novia y cortaron comunicación con ellas, y la mamá de JiSung siempre ha dicho que la familia es lo más importante, por lo que también fue en contra de sus padres por ellas, aunque- bueno, ella no esté de acuerdo con ellas.

—¿Cómo de acuerdo?

—JiSung dijo que ella también es homofóbica, pero dice que se los debe a ellas durante el proceso de luto del papá de JiSung porque la ayudaron —continuó, antes de soltar un suspiro—. Los abuelos de JiSung le dieron la espalda y su mamá no las acepta- HanSoo, incluso tienen un hijo. No porque seas familia te van a aceptar.

—¿Has hablado con tus padres sobre esto?

MinHo, un poco perdido con la pregunta, la miró. —¿Disculpa?, ¿Por qué tendría qué?

HanSoo también se vio sorprendida con la respuesta. —Bueno…, naturalmente, en este proceso de la “vivencia del clóset”, los chicos están aterrados de comentárselo a sus padres ya que son las personas quien les importa más su opinión.

—Mis padres no cuentan, HanSoo, a ellos no les importará lo que diga —dijo el chico con recelo—. Incluso- si ellos llegan a repudiarme por eso, sería casi uno de los pocos momentos que han demostrado preocupación por mí.

—¿No dijiste que te habían castigado por escabullirte de casas en las noches?

—Les importa que me escabulla de noche, pero no les importa que avise y llegue a la hora que se me cante- no les importa que fume, que salga a cualquier parte, no les interesa como voy en la escuela y mucho menos si comí o si tengo algún tipo de problema —escupió con vehemencia—. Entiendo que ellos consideren más importante la depresión de mi mamá porque- bueno, es depresión y está saliendo de ella, pero eso no significa que tengan que ser negligente conmigo.

La mujer se mantuvo un momento en silencio tras haber escuchado a MinHo, pareciendo captar cada una de las palabras del chico.

—Para ser alguien negligido por sus padres, no eres la impresión de un adolescente normal con ese antecedente —reconoció HanSoo—. ¿Por qué crees tú que sucede eso?

—¿Hm?, ¿Cómo se supone que tendría que ser? —MinHo masticó la paleta y sintió suerte tras saber que había un chicle de uva escondido en ella—. Ellos tienen su propia vida- y yo la mía. No soy un niño como para exigir algo tan tonto a ellos.

—¿Consideras algo tonto la atención? —preguntó—. Eres vocalista de una banda, ¿No crees que eso suplante esa falta de atención de tus padres junto con la de las demás personas, pero aún sigue sin ser suficiente?

—Por favor- no necesito nada de ellos —se cruzó de brazos—. La mierda que yo sea no tiene que ver con ellos, y a ellos tampoco les va a importar porque- si no hubiesen querido a un hijo desviado, tendrían que haberse preocupado de él en primer lugar.

HanSoo asintió con lentitud ante las palabras de MinHo nuevamente, y después de haber atendido a un cliente, ella continuó.

—MinHo —llamó ella con cuidado—, se puede ver que le tienes rencor a tus padres por ello.

—¿Y eso qué tiene que ver con mi situación de que posiblemente, al regresar a la escuela, alguien me golpeará? —preguntó a la defensiva.

—Que- tal vez estarías un poco más tranquilo sabiendo la opinión de ellos- independiente de si sea buena o mala —opinó.

—¿Por qué lo dices?, a ellos claramente no les interesará.

—Te preocupa lo que dirán tus amigos de ti y JiSung, ¿No? —MinHo asintió—. No invalido tu conexión y amistad con ellos- incluso, encuentro totalmente razonable y válido que los consideres tu familia, sin embargo, tu relación con tus padres te afecta porque reniegas el actuar de ellos con opiniones que tú ni siquiera sabes cuales son.

—¿Qué?, ¿Crees que soy tan infantil como para pensar que algún día ellos me tratarán de forma diferente?

—No lo sé, MinHo, ¿Crees eso de ti?

Bien- MinHo sintió por primera vez la presión de pena en su pecho y la sencillez de largarse a llorar en cualquier momento. Nunca creyó que algo así le afectaría tanto.

Mentira. No me afecta. No me afecta. No me afecta…

—Si me disculpas… —MinHo tomó la bolsa de dulces mientras se levantaba de su asiento—, iré a llorar a tu oficina.

MinHo sentía que todo se perdería en cualquier momento.

Maldita YiSu, ¿Por qué no tuviste que buscar a tu tonto novio en otro momento?, ¿O no aprendiste a tocar antes de entrar?

De repente, dentro de la oficina de HanSoo donde evitaba llorar porque sentía que alguien lo juzgaría por ello, Pocket of the sunshine de Natasha Bedingfield empezó a sonar de su celular.

—¿Aló? —saludó MinHo sin ver quien lo llamaba de la otra línea.

Oye- necesito que me hagas un favor —la voz de SeungMin sonó ignorante al otro lado—. De regreso, ¿Podrías ir a buscar unas cosas a la sastrería y venir a dejarlas a mi casa?

—¿Uh?, eh, vale —dijo, revisando la hora en su celular—. Aunque salgo a las dos.

Si, no te preocupes. Gracias.

El resto de su día de trabajo se basó en la ignorar sus emociones y continuar manteniendo el sentido humorístico del cual había aprendido que a los clientes les encantaba, bajo opiniones de recomendaciones y críticas absurdas a otras canciones que hacía divertir a las personas.

Después de recibir su paga, sacó la bicicleta del estacionamiento de la galería y comenzó a pedalear hasta su propio pueblo mientras escuchaba música, sintiendo el calor del primer día de vacaciones golpearlo en la frente.

Tras llegar a la sastrería, estacionó su bicicleta e, intentando no mostrarse tan cansado, entró a la tienda.

No fue hasta que abrió la puerta que recordó el lugar donde se encontraba.

—No tenemos problemas en agrandar las mangas, pero eso sería un precio aparte —comentó YiSu, sola en el local, hacia un señor de mediana edad que parecía cotizar una camisa—. Pero puede escoger los gemelos que usted quiera.

Con nerviosismo e intimidado, MinHo alzó la mano para saludar a la chica; YiSu hizo un ademán con la mano para que le diera un momento, y mientras ella continuaba atendiendo al hombre, MinHo perdió el tiempo observando las diversas camisas y prendas que la sastrería vendía.

Cuando el hombre se fue de allí, MinHo se acercó a ella.

—Hola… —saludó, evitando mirarla a los ojos—. SeungMin me dijo que viniera a recoger algo.

—Si, enseguida —dijo ella, perdiéndose detrás de una cortina y saliendo un momento después junto con un pequeño carro de feria, cruzando el mesón para entregárselo a MinHo—. Aquí tienes.

—Uh- gracias…

Presionando fuertemente el carrito en su mano, se giró para poder salir de la tienda, pero una fuerte punzada en su estómago le hizo querer evitar eso.

—YiSu… —se giró con temor para hablarle, pero cuando la mirada decayó en él, sintió su boca seca y sus manos temblar—. Yo…, uh…

YiSu estaba ahí, mirándolo tanto expectante como paciente, aunque MinHo terminó acobardándose y girando una vez más para salir de ahí.

—Es lindo verte feliz —terminó por completar YiSu, pareciendo tan serena como siempre.

Eso fue suficiente como para que una explosión de tranquilidad se expandiera por el cuerpo de MinHo, yendo hacia la chica que extendía sus brazos hacia él para poder abrazarla durante un momento.

Finalmente, MinHo se largó de ahí.

Sosteniendo su bicicleta con una mano y con la otra el carrito de feria, MinHo llegó a casa de SeungMin; estacionó su vehículo fuera y, golpeando un par de veces en el portal de su puerta, se preparó para lo peor.

Aunque cuando vio a la madre de SeungMin, supo que no había nada peor que eso.

—Oh —saludó ella con la clásica mirada que SeungMin había heredado de ella—. Pensé que era de la pastelería- encargué unas tartas y aún no llegan.

—No cuente con ello- mi papá pidió una vez para cenar y llegaron de desayuno —respondió MinHo mientras se sacaba sus zapatillas y entraba con el carro—. ¿SeungMin?

—En la habitación.

La mujer regresó a su estado para sentarse en el televisor y continuar con su tejido. MinHo pudo notar que ella estaba haciendo una manta.

MinHo caminó con tranquilidad junto al carro por la única planta que la casa tenía hasta llegar a la habitación de SeungMin, que hasta hace tres años fue una habitación compartida, y ahora no era más que una cama echa y una cama desnuda, junto con un montón de ropa esparcida en todas partes a la par de un desorden de material de estudios y literatura diversa esparcida desde la cama vacía hasta el suelo.

—¿En qué estás? —saludó MinHo.

—Ropa —respondió el otro sin mucho interés, tomando una prenda para doblarla a la perfección y dejarla sobre la cama de él—. Una amiga de mi mamá me ofreció vender parte de mi ropa en el mercado de los miércoles; la jefa de YiSu me prestó su carro de feria para el traslado.

—Genial —comentó, tomando una de las prendas del suelo del cual notó enseguida que era de SeungMin—. ¿Me regalas algo?

—Saca lo que quieras.

A pesar de que SeungMin había dejado total libertad de elección, MinHo se sentía un poco incómodo por las prendas.

—El montón de allá es ropa mía —apuntó hacia una montaña que estaba sobre la cama sin uso que estaba a un lado de la habitación—. Y esta era la de mi hermano- la de este lado es la que me queda pequeña y la otra es la que- bueno, tengo que seleccionar si escoger y no.

—¿Y esta? —preguntó hacia otra montaña en el suelo.

—Ropa hecha por YiSu —contestó—. Dijo que estaba bien si quería venderla, pero no tengo el corazón.

MinHo podía asumir la pasividad de la actitud de SeungMin, en especial por su propia sensibilidad que estaba en un umbral un poco más elevado a lo que estaba acostumbrado; SeungMin, al ser de naturaleza reservada, hacía que en consecuencia fuera evitativo, por lo que enfrentar cosas que siguen siendo una cicatriz en la vida de él lo hacía mantener el semblante mucho más bajo.

En silencio, MinHo comenzó a separar las prendas de SeungMin para vender mientras que el otro ordenaba su propio armario. El único ruido emitido en la habitación era el sonido de la madera del suelo que rechinaba a cada paso que se daba, y a los resortes gastados del colchón en desuso que parecía no faltarle mucho tiempo para ser deshecho.

—¿Almorzaste? —rompió SeungMin el hielo, con el armario parcialmente ordenado con la ropa.

—Comí un par de dulces en la tienda —contestó MinHo, guardando parte de la ropa doblada en el carro de feria.

—¿Quieres almorzar acá?

Comprobó la hora en su celular antes de contestar. JiSung ya tuvo que haber salido del entrenamiento, pero no le había mandado un mensaje.

—Está bien —aceptó MinHo.

—Iré por la comida.

—Agrégale pulpo.

—No cocinamos pulpo.

—Si no hay pulpo para comer, ¿Por qué demonios me ofreces almuerzo? —bromeó, haciendo que SeungMin chistara de la gracia antes de salir de la habitación.

Al no saber muy bien qué hacer en ese momento, MinHo comenzó a ordenar el resto del desorden de SeungMin, copilando los libros en un rincón para que hubiese más espacio en la habitación y coleccionando el material de estudio sobre el escritorio para que el chico tuviera las cosas más organizadas.

Sin embargo, fue un folio que le llamó la atención.

No era secreto dentro del grupo que JiSung se encontraba fotocopiando ilegalmente el material que el Salón Avanzado preparaba para el resto de los chicos, ya que todos tenían sus debilidades específicas en algunas áreas de estudio. Empero, el folio que SeungMin guardaba no era del área de estudio que la escuela impartía.

MinHo no tuvo que meditarlo mucho para comprender que su mejor amigo rendiría el suneung.

 No es como si fuera algo extraño- no, claro que no; es completamente normal que SeungMin tuviera ese tipo de estima de vida y que no lo comentara- por supuesto.

¿Qué demonios?

Tal vez era por lo susceptible que se encontraba que sintió ese hecho mucho más personal de lo que debería, pero al saber cuál era el contexto que SeungMin estaba viviendo ese-específico-momento significaba que MinHo no podía preguntarle sobre el tema.

Además, si SeungMin sabía lo de él y JiSung, parecía que realmente lo estaba ocultando.

MinHo terminó de ordenar el material de estudio y continuó guardando la ropa dentro del carro.

Una vez que SeungMin regresó con la comida en una bandeja, ambos comieron sobre la cama del chico mientras conversaban sobre trivialidades irrelevantes, despejando así a SeungMin de la tristeza del aniversario de la muerte de su hermano mayor y de las incertidumbres de MinHo.

Después de haber terminado con el orden de la habitación de SeungMin, MinHo lo acompañó a dejar la ropa del chico donde la amiga de su madre, y él terminó llevándose un par de prendas de SeungMin a su casa.

Cuando MinHo tocó su cama, cayó profundamente dormido.

Tres horas después, su cabeza quiso estallar cuando Pocket of the sunshine sonó de repente.

—¿Aló? —preguntó enseguida, con su voz tan roca y saliva seca en su mejilla.

Hola…

JiSung. Y en la otra línea él sonaba bastante apenado.

—Hola… —correspondió MinHo, incorporándose con lentitud en la cama. Su cuerpo estaba caliente y estaba sudado; había olvidado abrir la ventana—. ¿Qué sucede?

¿Puedo ir a tu casa? —preguntó JiSung—. ¿O tienes algo que hacer?

Nah… —MinHo se estiró, intentando no sonar extraño—. Dame diez minutos para bañarme.

Okey.

Y tan puntual como siempre, cuando MinHo estaba terminando de vestirse, JiSung ya había golpeado la puerta de la casa.

MinHo bajó descalzo las escaleras mientras se secaba su cabello con una toalla blanca y sucia, y evitando mirar a las personas en la sala de espera de la oficina de su padre, abrió la puerta.

—Hey —saludó JiSung, sonriendo—. ¿Por qué tu toalla está sucia?

—¿Uh?, ah… —MinHo quitó la toalla de su cabeza para verla—. Creo que es por la tintura.

—¿Qué tintura? —cuestionó, sacándose sus zapatos. MinHo notó que JiSung llevaba una gran playera con el logo de Queen y con unos shorts igual de anchos.

—La de pelo —contestó—. Normalmente las dos primeras lavadas después de retocar el negro mancha todo- deberías ver el baño, es como el ataque de lal tinta de un calamar gigante.

—Alto- —JiSung se detuvo verbalmente mientras subía las escaleras a la habitación de MinHo—. ¿De pelo?, ¿No eres pelinegro natural?

MinHo lo miró sobre su hombro. —¿No lo sabías?

Tras llegar a la habitación de MinHo, él cerró la puerta y se tentó a colocar seguro, pero era consciente de que sus padres ni siquiera se molestarían en entrar.

—¿Cómo estuvo el trabajo? —preguntó JiSung, sentándose en la cama de MinHo mientras que el otro iba hacia la bolsa de dulces para tendérselo—. Oh…

—Bien- confundí los estantes y una señora preguntó si Queen Wasabi era cristiana —contó, haciendo reír ligeramente a JiSung—. Creo que es una buena estrategia de marketing- ¿No crees?

—Lo creo.

—¿Y tu entrenamiento?

—Genial. Nos dieron libre mañana y tenemos el primer partido de la temporada el miércoles, y el otro el sábado.

—¿Se hará acá?

—No- nos llevarán a los otros pueblos a jugar.

Y entonces, silencio.

—¿JiSung? —MinHo le llamó, sentándose a una distancia prudente del otro—. ¿Estamos peleados?

A MinHo le habría encantado ver a JiSung sacar su manual de inteligencia emocional del bolsillo y explicar que este tipo de situaciones eran esperables y que no había que temer; sin embargo, su mente se colocó en alerta cuando lo vio encogerse de hombros.

—No creo que valga la pena estar peleados —contestó—. ¿Qué te dio esa impresión?

—Hemos estados fríos con el otro desde anoche —explicó, sintiéndose tímido—. No quiero creer que lo que pasó con YiSu nos haya puesto en conflicto con el otro…

—Ninguno de los dos sabía qué hacer —admitió JiSung.

—SeungMin me pidió que fuera al trabajo de YiSu a buscar algo y- ella no se veía diferente a que otros días —contó, y JiSung les prestó atención a sus palabras—. Pero…, había algo, ¿Sabes?, no sé si era pena o lástima o qué sé yo, pero me miró y m-me dijo que por esta razón yo me veía tan feliz- y-  y luego me di-o un abrazo y…, no lo sé, ¿Tal vez no se lo dijo a nadie y no todo es tan malo como lo parece?

JiSung, manteniendo un momento su mirada en MinHo, terminó por asentir en comprensión antes de bajar la mirada. —¿Eso crees?

—Sí porque- después fui a casa de SeungMin para ayudarlo con su mierda (me traje un par de prendas también) y él ni siquiera lo mencionó y- bueno, está raro porque es el aniversario de lo de su hermano, pero- créeme —MinHo rascó su tatuaje en nerviosismo—, él habría comentado algo al respecto.

JiSung, sacando de la bolsa dos paquetes de galletas de arroz y le tendió uno a MinHo, quien lo aceptó. —Perdón- no tuve que haberte dejado hacer eso solo.

—Creo que fue fácil porque estaba solo —admitió—. Así que…, uh…, creo que- ¿Podemos estar tranquilos?

—Sí- o sea… —JiSung pasó ansiosamente una mano por su pelo mientras parecía recomponerse—. Si, tienes razón.

—Tengo miedo —terminó por admitir MinHo, sintiéndose un fracaso por no poder contener correctamente a JiSung—. Lo siento- no debería de…

—Yo tengo más normalizado esto —JiSung interrumpió enseguida, dejando el paquete sobre la cama para poder acercarse ligeramente a MinHo. Sus rodillas podían tocarse—. Mis tías y todo eso- entiendo que para ti sea mucho más complicado- y está bien, ¿Vale?, yo te contengo.

MinHo seguía sensible, pero no quería llorar, por lo que esbozó una pequeña sonrisa mientras asentía. —Gracias.

JiSung se acercó un poco más a MinHo y guio la nuca del chico para que descansara en su hombro, dejando al pelinegro oculto en el cuello del castaño durante un momento.

MinHo se sentía bien.

. . .

Días después, para las dos de la tarde de finales de Julio, MinHo terminó su turno con algo de dinero en el bolsillo y con un temple acabado a causa del sol.

Él había considerado buena idea viajar en bicicleta desde su trabajo hasta su casa porque así podría generar algo de fibra en su cuerpo, pero creía que era mejor opción empezar a ejercitarse durante el invierno porque apostaba que le saldría un lunar en la frente por culpa del sol.

Pasada de las dos treinta, MinHo se estacionó por la entrada del gimnasio de la escuela y, navegando en su celular, esperó a que el entrenamiento se acabara.

A las dos y cuarenta, MinHo sintió un peso en la parte de atrás de la bicicleta.

—No siento mis piernas —expresó JiSung con un suspiro de letanía—. ¿Qué hacemos hoy?

—Almorzamos en mi casa —respondió MinHo, comenzando a andar hacia su casa—. Y- no sé, no tengo idea de qué hacer.

—¿Te molesta si estudio?

Nah, haz lo que quieras.

Y para las tres treinta de la tarde, MinHo se encontraba practicando con Cessi los arreglos que Chan y ChangBin habían hecho, mientras que JiSung estudiaba de su manual de estudio para sus exámenes.

Y pasada de las ocho treinta, cuando el sol se ocultaba en el bosque del pueblo, JiSung y MinHo llegaron a casa de ChangBin, donde él junto a un SeungMin melancólico y a HyunJin quien no podía separarse de MinYu, comenzaron con la elaboración del guion para la obra.

—Tendremos, aunque sea siete personajes con diálogos —mostró ChangBin—. ¿Sabes lo que eso significa?

—Que probablemente las audiciones serán un fracaso —concluyó JiSung—. ¿Quién querría participar en esto?

—Tal vez con un poco de buena difusión —opinó MinYu—. ¿No hay chicos de la escuela media que le gustarían participar en esto?

—A esa edad lo único que quieren ser es ser geniales —respondió ChangBin de mala gana—. Y todos fallan. Si no, míranos a nosotros.

—Éramos geniales —dijo HyunJin.

—Nos merecemos el bullying —contestó SeungMin con su rostro pegado a la mesa del comedor de ChangBin.

—Entonces- ¿Están haciendo una obra que terminará siendo interpretada por nosotros? —interrumpió MinHo—. Porque si nadie quiere hacer audición para su ridícula blasfemia yankee, nosotros tendremos que rellenar espacio.

—Y es una tragedia para ti, ¿No? —ChangBin se burló—. Di que quieres ser nuestro protagonista y listo, no tienes por qué ser modesto.

—Para tú información, gremlin de metro sesenta y siete, yo no seré partícipe de esto —contestó con solemnidad—. Pero pueden preguntarle al príncipe encantador si quiere participar.

HyunJin, moviendo su cabello con vanidad, asintió. —Necesitan de mi foco para poder ser exitosos.

—Nos merecemos el bullying —repitió SeungMin.

. . .

Los días se convirtieron en semanas, y cuando el partido terminó, el equipo visitante había ganado trece puntos sobre el equipo local, haciendo que el entrenador Connor gritara de euforia por la alegría.

—¡Si seguimos así llegaremos a las finales! —alentó él hacia el resto del equipo cuando subieron al autobús para regresar—. ¡Podemos hacerlo!

—¿Por qué no aspira a las finales? —cuestionó San para si mismo.

Sin embargo, fue ignorado porque JiSung sacó rápidamente una bolsa de plástico de su bolso y vomitó un poco en ella.

—Eres asqueroso —le miró el chico.

—Fue muy abrupto —se excusó JiSung, antes de vomitar silenciosamente un poco más ahí y cerrar la bolsa para recostarse sobre la butaca—. ¿Tienes algo para beber?

—Tengo mentas y coca cola —respondió, sacando la botella para tendérsela a JiSung, quien bebió y se enjuagó un poco la boca con ella—. Si sigues vomitando después de cada partido te acusaré con el entrenador Connor.

—Por favor, no —pidió sin mucho interés. Ya era demasiado ir con HanSoo como para tener a otro adulto sobre él—. Es solo que no estoy acostumbrado.

—Una vez, cuando fuimos al parque de diversiones en Seúl, me subí tanto a la montaña rusa que vomité mi desayuno del día anterior —contó MinGi a través de las butacas—. Pude reconocerlo porque ese día había comido tomates, y en el vómito vi un poco de-

—¿Puedes callarte? —interrumpió YeoSang mientras lo bajaba de golpe a la butaca—. Eres asqueroso.

El celular de JiSung vibró con un mensaje de MinHo anunciando que acompañaría a SeungMin en su casa, lo que dejaba a JiSung con la tarde libre para estudiar.

Sin embargo, viendo a San a su lado, sintió un poco de culpa.

—¿Quieren hacer algo? —ofreció JiSung después de mucho tiempo.

—¿No irás a casa de él? —cuestionó San.

JiSung se encogió de hombros, pero YeoSang lo leyó al instante.

—Él está ocupado, ¿No?, por eso quieres salir con nosotros- bastardo.

—También quiero pasar tiempo con ustedes —dijo.

—No sean tan cerrados —MinGi lo defendió sobre su cabeza—. Él puede tener sus propios amigos.

—Son tan desagradables —expresaron San y YeoSang.

—Nadie dijo que tendría que caerles bien —defendió JiSung—. Además- ustedes los atacaban.

—Pero ahora no —excusó San enseguida—. Son el resto del equipo. No podemos intervenir en ello.

—¿Por qué no intentan llevarse mejor con ellos? —preguntó él con inocencia—. Digo- MinGi hace un esfuerzo para hacerlo.

—MinGi hace ese esfuerzo porque es un caliente que quiere joder a Yeji —dijo YeoSang—. Y yo no me quiero joder a nadie de ese grupo. Eso es gay.

—¿Bromeas, Sherlock?

—Podríamos ir al bosque —ofreció San, terminando por ignorar lo que los otros decían—. Hace tiempo que no vamos allí.

A veces a JiSung le costaba salir de su casa de forma tan esporádico- no estaba acostumbrado; su madre siempre había apremiado sus salidas, por lo que tener la libertad de querer ir a cualquier parte sin pedir permiso a su madre con un largo discurso argumentativo era raro para él.

Sin embargo, JiSung no se quejaba.

Después de su salida con sus amigos, JiSung volvió a casa agotado. Bebió un poco de té verde y, aunque sentía que su estómago reclamaba por algo de comida, JiSung lo complació con comer un poco kimbap que quedaba del almuerzo.

Su estudio nocturno fue tranquilo, especialmente porque MinHo no había estado rondando por su cabeza hasta que sintió los sorpresivos nudillos en su ventana.

—Hola… —saludó JiSung tras abrir la ventana, siendo recibido por un corto beso en los labios mientras que MinHo se encaminaba para recostarse en la cama.

—Hey, ¿Cómo te fue? —consultó, sacando enseguida una pulsera a medio hacer de su bolsillo. JiSung notó enseguida de que el chico estaba raro.

—Uh, ganamos —contó—. Después fui con los chicos al bosque y estuvimos jugando ahí un rato- ah, me caí de un árbol y me raspé acá —y levantó su brazo para mostrar una herida en la parte baja de su brazo, cerca de la axila—. ¿El tuyo?

—Ugh, se ve feo —observó MinHo, antes de seguir con su trenzado—. Bien- le pedí al marido de HanSoo que me hiciera un vinilo de unas canciones que me gustan, así que se me fue parte de mi sueldo del día en eso.

—Ni siquiera tienes toca discos.

—Lo sé, pero es para colección —guiñó—. Qué más…, ah- con SeungMin fuimos a una piscina pública de otro pueblo y un niño le bajó el traje de baño, fue glorioso. Y…, uh… ¡Ah!, si, mi abuelo se rompió la cadera y ahora está yendo a Seúl con mis padres para operarlo.

—¡¿Qué?!

JiSung nunca pensó que tendría que ayudar a MinHo a mudarse de casa unos días después.

Según lo que él le había contado, los padres de MinHo se sometieron en una discusión con la abuela ya que la mamá de él quería irse a vivir a la casa de sus padres para cuidar del abuelo, sin embargo, la abuela no aceptó el nicho ya que decía que una mujer tenía que estar en donde estuviera su hogar, y después de gritos por acá y por allá, el mismo MinHo propuso la idea de irse a vivir a la casa de su abuela para que su abuelo estuviera donde sus padres.

MinHo no parecía afectado con el cambio, lo cual aterraba más a JiSung.

—Sigo diciendo que es más eficaz que yo me vaya a su casa —se escuchó la cansada voz de SooYoung en la primera planta—. Si mi papá se viene a vivir acá, tendrá que vivir en el segundo piso a causa de las escaleras.

—Si no quieres tener a tu padre viviendo contigo tú me lo dices y me lo llevo de nuevo para la casa —sonó la amenazante voz de la abuela Goo decir con molestia.

—¿Por qué no me entiendes?, no te estoy negando eso- puedo irme a vivir con usted-

—Y no molestar a tu marido- claro, como si esta casa no hubiese salido base a tu esfuerzo también.

—No meta a MyungDae en esto, mamá.

—¿Qué quieres hacer con los discos? —preguntó SeungMin sobre la discusión, quien también ayudaba en la mudanza.

—Llevármelos —contestó con obviedad MinHo—. Con lo loco que está ese hombre, probablemente los quemará en honor a la guerra.

—¡No es cierto! —gritó el abuelo MoonRyu desde la habitación de los padres de MinHo.

—Tendré que dejar mi computador atrás —expresó MinHo con falsa letanía, acariciando el aparato que tenía mucho polvo—. Nunca te olvidaré, Windows XP.

—¿Qué hay de los posters? —preguntó JiSung, terminando de arreglar la cama y vaciar la mesa de noche.

—Ah~ —MinHo se acercó y se apoyó en él mientras miraba su muro—. Serán una gran pérdida. Supongo que guardarlos.

—Das demasiadas indicaciones pero no ayudas con nada —denunció SeungMin.

—Es verdad —coincidió JiSung, apartándose del chico—. Eres un vago.

—Y un estafador.

—¿Por qué tenemos que venir a ayudarte?

—Yo ahora podría estar durmiendo.

—¿Por qué siempre me hacen bullying? —lamentó al aire—. Yo solo muestro amor y-

—Colabora —le interrumpieron los dos.

Sin embargo, el sonido de Shoot Me de Day6 comenzó a sonar.

—¿Aló? —y el semblante de SeungMin cambió por uno más animado—. Hola, ¿Cómo estás?..., yo estoy ayudando a MinHo a mudarse…, ah, sí, no te conté.

—Hombre, hombre, hombre —le llamó la atención MinHo a SeungMin—. ¿Te pago por hablar con tu novia o qué?

SeungMin elevó el dedo del medio antes de salir del dormitorio.

MinHo se hincó en la montaña de CDs y, en una caja de carga de verduras cedida por HyunJin, comenzó a guardar todos los discos usados y de colección.

—¿Cómo te sientes con todo esto? —consultó JiSung, despegando los posters para enrollarlos—. No creo que sea fácil.

—Para tu sorpresa, realmente no me importa —contestó—. Es lo mejor para todos- además, me gustan los gatos, vivir con mi abuela no será nada del otro mundo.

—Aunque sea lo mejor para todos no significa que tú estés bien con todo —recordó JiSung—. Dime, ¿Qué opinas de esto?

—Que es una mierda porque la casa de mi abuela queda lejos —admitió—. Tendré que levantarme más temprano para ir a la escuela, y no queda de paso a tu casa.

Por más de que a JiSung le hubiese gustado agregar algo más, la postura desinteresada que MinHo estaba teniendo en ese mismo instante era bastante impredecible, por lo que prefirió seguir guardando las cosas del chico.

—¿Sabes cuál es la mayor pérdida? —rompió el silencio de nuevo el pelinegro—. El estéreo. No puedo llevármelo.

—¿No dijiste que tu abuela tenía uno?

—Sí, pero no es lo mismo.

Una vez que SeungMin regresó, terminaron de empacar las cosas para poder dejarlo en el carrito de supermercado que HyunJin había robado y trasladarlo hacia la casa de los abuelos de MinHo, donde, efectivamente, eran casas de las primeras construidas en el pueblo, por lo que quedaban en la periferia tanto de la alameda como el centro de todo.

MinHo le presentó a JiSung su abuela, y él no pudo encontrarla más que una mujer joven y tranquila, fanática de tigres y que anhelaba tener su hogar en silencio.

Una vez que terminaron de arreglar la habitación de invitados que MinHo usaría (que era mucho más pequeña que el dormitorio de MinHo al contar con solo una cama, una mesa de noche y un armario), cenaron los cuatro en tranquilidad antes de que SeungMin y JiSung regresaran a sus hogares.

—¿Tienes miedo? —preguntó SeungMin repentinamente, sabiendo que JiSung lo entendería.

El castaño, mirando al otro, asintió. —Ni siquiera sé para qué inscribirme.

—En Septiembre tienes que notificarte e inscribirte —recordó SeungMin—. Mi mamá no me tiene mucha fe, así que- tengo un poco de miedo. Me siento agobiado.

—Yo igual —admitió—. Aunque- al contrario, me tienen demasiada y…, no sé, ¿Cuántas son las probabilidades de fracasar?

—Cincuenta, cincuenta —respondió automáticamente—. Aunque no sé qué sería fracasar.

—¿Reprobar?

—Más específico.

—Ni siquiera sé qué quiero hacer con mi vida.

—¿No querías ser médico?

—Sí y- bueno, es genial —murmuró—. Pero…, no sé, estos últimos meses he salido tanto de mi zona de confort que- ¿Por qué no estudiar otra cosa?, de todas formas, mi mamá no puede hacer nada si ya tenemos un dinero destinado para mis estudios.

—¿No sabes si la señorita Ji puede ayudarte con ello?, deberías preguntarle para estar más seguro —opinó.

—Eso digo contigo- tú no deberías tener esto en secreto si te sientes agobiado.

—Se los diré si apruebo.

—¿Y a YiSu?

—Ella es distinta… —dijo—. Si no se lo decía lo sabría de todas maneras- mi mamá la ama.

—¿Planeas seguir con ella si quedas en alguna universidad?

—No tenemos conectividad por nada —mencionó con obviedad—. Además- ella no parece tener problema con ir a otro pueblo a estudiar. Creo que está dando por sentado que seguiremos juntos hasta que alguno se aburra del otro.

JiSung rio ligeramente ante eso, asintiendo en comprensión.

—¿Qué hay de Yuna y tú?, hasta donde sabía, ella no era muy pro conque te fueras de acá.

—Quiere casarse mientras esté estudiando, quiere que después regrese y formemos una familia acá —contó, sintiendo una corriente de miedo—. Y me lo comenta teniendo diecisiete.

—Terrorífico.

—Ni te imaginas- pero…, no sé, supongo que podrá hacerse funcionar —dijo por lo bajo, antes de agregar—. Aunque realmente no sería una molestia si ella decidiera terminar.

Ambos se mantuvieron en un cómodo silencio hasta llegar a casa de SeungMin, donde se despidieron chocando sus manos y dejando a JiSung con el pensamiento del futuro de su relación con MinHo.

. . .

Cerca de la quincena de agosto, a las dos treinta de la tarde, MinHo esperó a JiSung fuera del gimnasio de la escuela.

A las tres treinta, ambos habían almorzado en el nuevo hogar de MinHo comida de la abuela, haciendo a JiSung llorar por un instante de lo glorioso que era comer comida casera, produciendo que MinHo riera.

Quince para las cuatro, ambos se instalaron en la cama del chico, con MinHo practicando de nuevo los arreglos en Cessi mientras que JiSung estudiaba.

Para cuando fueron las seis de la tarde, JiSung se estiró en su lugar mientras guardaba todo su material en su bolso.

—Detesto todo esto —expresó JiSung mientras se recostaba junto a MinHo, quien pasó de practicar con Cessi a volver a hacer pulseras—. Maldito examen. Quiero quemar Corea.

—No lo hagas- es el único lugar donde vivo yo —respondió MinHo a su lado.

—No me importa. Lo nuestro fue lindo mientras duró.

MinHo dejó la pulsera a medio hacer en su mesa de noche y se recostó sobre JiSung para molestarlo, haciendo que el otro se quejara en voz baja.

—Hace calor~ —expresó JiSung bajo MinHo, metiendo sus manos bajo la playera del chico para molestarlo y sonriendo por la risa del pelinegro—. Venganza.

—Sabes que soy cosquilloso —se defendió MinHo, ubicándose con mayor comodidad sobre JiSung para poner su mano en la boca de JiSung—. ¿Qué tal si te pongo pegamento en la boca y así no hablas?, me harías un favor.

JiSung puso sus ojos en blanco y MinHo rio, corriendo su mano de la boca del otro para ahuecar su mejilla y acariciar con su pulgar sus labios.

No obstante, en un pequeño y elegante movimiento, JiSung mordió el pulgar de MinHo.

MinHo no entendió por qué eso pareció gustarle tanto, por lo que se inclinó sobre JiSung para poder besarlo.

En momentos como esos, MinHo se preguntaba por qué no podían mantenerse así, especialmente cuando rodaron en la cama para hacerlo quedar abajo, y mientras él acariciaba el torso de JiSung por bajo de su ropa, la mano de JiSung bajó ligeramente hacia la cintura de sus pantalones cortos.

Oh, dios. Oh, dios. Oh, dios.

—¿Puedo tocarte por debajo? —susurró JiSung sobre los labios de MinHo.

Él, sabiendo a lo que se refería y bastante confundido, asintió.

Sin embargo, cuando los dedos comenzaron a bajar por su piel, MinHo le pegó un manotazo, haciéndolo sacar la mano al instante.

—Perdón —se disculpó enseguida MinHo—. No quise- uh, prosigue.

Pero cuando JiSung volvió a hacerlo, MinHo lo golpeó una vez más.

—Sabes que no me voy a molestar si me dices que no, ¿Cierto? —le miró JiSung.

—Sí, lo sé, es solo que…, uh… —MinHo intentó rascar su tatuaje en el cuello—. ¿Es raro?, ¿Invasivo?

MinHo esperaba a que JiSung no lo malinterpretara- especialmente cuando este se dejó caer al lado de MinHo.

—¿Quieres hablar de ello? —JiSung preguntó.

Y entonces, MinHo se sintió como si tuviera mucho que decir.

—No te voy a mentir con decir que no he estado en esta situación antes- en las dos posiciones —explicó—, pero…, uh, nunca me hizo sentir cómodo y- no sé si era por la persona o era por el hecho en si.

JiSung se urgió, y MinHo pudo notar la incomodidad de un pensamiento invasivo.

—No quiero decir que seas tú —agregó enseguida—, créeme- me has sacado erecciones, así que siéntete halagado.

—No sé si eso sea razón de halago.

—Shush- no obstante, no sé por qué eso me hace sentir incómodo- no, no incómodo, sino consciente-, estoy pensando en todo y a la vez nada y- no lo sé, no siento…, uh…, ¿No siento que tenga sentido tener o?

El castaño no pareció ocultar su sorpresa, y eso MinHo lo pudo notar y se sintió mal al creer que había hecho a JiSung sentirse mal.

—Quieres decir que-, ¿El o no te llama la atención?

—Es que- no lo sé —MinHo se incorporó en la cama—, me gusta mucho estar contigo, y creí que había cosas que eran suficientes pero- no sé, escuchar a HyunJin sobre cómo MinYu lo deja seco o que a estas alturas yo soy el único virgen del grupo…, es normal tener o a esta edad, ¿No?, entonces- ¿Por qué yo no lo encuentro normal?

—¿Sabes que no hay edad para tener o, cierto? —JiSung lo imitó, encogiéndose en si mismo para tener mayor comodidad—. Uno lo tiene cuando está preparado y-

—Siempre dicen eso, ¿Sabes? —interrumpió—. Siempre lo dicen, pero- si es cuando estás preparado, ¿Por qué demonios todo el mundo habla de o?, y es en todas partes- en todos lados hay alguien hablando de ello, o haciendo una insinuación, o algo así y-

Pero MinHo se interrumpió a sí mismo para rascar su cabeza, intentando no mostrarse consternado.

—Desde hace tiempo me he sentido mal por no poder ser normal —admitió finalmente—. Mi mundo no gira en torno a ello, ¿Por qué el del resto sí?, además- ¿Por qué estamos hablando de este tema ahora?, ¿No crees que vamos muy rápido?

—¿Sabes?, nunca estará de más hablar sobre estas cosas —comenzó JiSung, mirándolo directamente—. Creo que cualquier instancia que hay para informar cosas que nos afectan de verdad sirven, pero- ¿Crees que vamos rápido?

—No lo sé —se encogió de hombros—. No quiero comparar, pero- con Dorian (el primo de los chicos) nos conocimos una semana antes de atracarnos con el otro, y a él le gustaba…, bueno, sobajearse y cosas así. Yo lo hacía porque parecía gustarle a él, pero- a mí no…, no me gustaba.

—¿Se lo mencionaste?

—¿Cómo mencionas algo como eso en ese momento?, y- cuando lo hice, él creyó que yo me estaba refiriendo a él como un depredador o algo así… —contó, suspirando—. Vaya- sí que terminamos mal.

Repentinamente, JiSung volvió a recostarse. —Tengo que admitirte algo.

MinHo, sin saber, indicó que prosiguiera.

—No se me para.

Bien- MinHo no quería reírse, pero había sido tan esporádico que le fue inevitable reír de incredulidad. —¿Qué?

—No me preguntes por qué- no sé cuándo pasó, pero… —JiSung se urgió con incomodidad—, hace meses atrás, Yuna quería hacerlo y- bueno, empezamos y…, y no pude.

—¿No pudiste qué? —consultó.

—Todo. Nunca se me paró. Nunca me vine. Nunca sentí el deseo ual de querer acostarme con ella- y no me habría llamado la atención si no hubiese sido un idiota precoz y que se le paraba con cada respiración, pero…. —JiSung se encogió de hombros, bastante avergonzado—. No puedo. Creí que, si al menos yo no podía, podía consentirte.

—Yo no quiero que me consientas —le dijo MinHo—. Yo quiero tocarte sin que termine con nosotros acostándonos.

JiSung se mantuvo en silencio un momento, pareciendo meditar los dichos de MinHo mientras acariciaba la rodilla del otro con cariño. —¿Qué quieres hacer, específicamente?

Esa fue la primera vez que MinHo se planteó a JiSung como una persona que también incurría en el deseo ual, pero que tenía sus propias perspectivas que tal vez podían converger con las de MinHo.

—Voy a sacarme la playera —anunció, tomando desde su espalda la ropa para sacarla sobre su cabeza.

No es como si MinHo se sintiera avergonzado de su cuerpo; no era de mucho músculo y sus hombros eran bastantes delgados a causa de su hiperlexia; además, él sabía que JiSung lo había visto en ese estado.

—¿Quieres que toque? —preguntó de nuevo JiSung, aunque esta vez su tono de voz era mucho más bajo.

—Yo también quiero tocarte —dijo.

—Yo… —JiSung tomó la parte de debajo de su camiseta—, yo no quiero sacármela.

—Pero ¿Puedo tocarte por debajo?

—Soy muy huesudo…

—¿Has visto estos hombros? —se apuntó a si mismo—. Alguien puede tropezar conmigo y perder su ojo a causa de esto —dijo mientras tocaba la punta de su propio hombro—. Además- uh, eres suave.

—¿Suave?

—Todas las pieles son suaves, y eso es por el cabello- pero me gusta la tuya.

MinHo vio a JiSung morder su labio, antes estirar con lentitud su brazo hacia el pecho del otro. Sin embargo, MinHo no tenía mucha paciencia, por lo que tomó del brazo de JiSung para que lo tocará más mientras lo besaba.

Sabían que sería el único avance que tendrían durante las vacaciones, pero ninguno parecía tener problemas con ello.

De repente, un maullido rompió el ambiente.

Asomándose por la ventana, el hijo del gato del abuelo MoonRyu: Soonie, los miraba atentamente.

—¿Eres alérgico a los gatos? —preguntó MinHo a JiSung, ambos mirando al felino observarlos.

—Mi madre dice que si, pero no hay efecto cuando los acaricio —contestó él, estirando su mano hacia la ventana para poder acariciarlo por la barbilla.

Y mientras JiSung acariciaba a Soonie, MinHo ocultó su rostro en el cuello de él para darle un par de besos tranquilos.

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja