El amor es todo lo que termina valiendo

Mr. Brightside; MinSung

Canción:

Under Pressure; Queen & David Bowie

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Sentía su cuerpo ahogarse, con sus brazos amarrados por la misma arena hasta que poco a poco este lo enterraba vivo bajo la ferocidad del océano.

Sus huesos estaban empapados, y de repente estaban secos. No sentía ningún tipo de flujo dentro de sí. Ningún tipo de calor que le diera indicio que era humano.

Solamente estaba ahí, encerrado en la propia oscuridad de su mente, sintiendo cómo poco a poco la humanidad abandonaba su cuerpo para convertirse en algo que ni él mismo podía conceptuar; que ni él mismo podía conocer.

Las hebras de su sistema nervioso se convirtieron en canaletas de llamas, y su cerebro se convirtió en una explosión de fuegos artificiales. El potente rugido de las llamaradas era inestable para su sanidad mental, y los gritos de desespero que podía presumir eran el constante recordatorio de la indulgencia que tenía consigo.

Estaban llorando. Todos.

Y de repente, un ruido en la ventana lo despertó.

La sensación de la reconexión con la tierra fue tangible para JiSung, manteniéndose por un momento sentado en la orilla de la cama antes de captar que él había despertado, y que aquello que sentía se hizo presente solamente porque estaba dormido. No porque lo estaba carcomiendo vivo.

Ni siquiera se encontraba en una pesadilla. Había estado soñando un recuerdo con una mezcla de fantasía y ordinariez; nada en donde el terror podía hacerse presente. No obstante, estaba sudado, temblaba y su mente giraba de la misma forma que la última vez que se emborrachó.

El ruido en la ventana se hizo presente nuevamente, asegurando a JiSung de que no fue producto de su imaginación, como un inestable cable a tierra.

Se levantó con cuidado, sumido en la oscuridad. La luz más próxima era esa que se encontraba apagada en su escritorio, causando que su corto tramo hacia la ventana fuera terrorífico para su columna.

Abrió la cortina de golpe, y los ojos divertidos de MinHo lo estaban observando desde el otro lado del cristal.

—¿Qué mier…?

Rápidamente, JiSung destrabó su ventana para poder correrla; tenía un grito atrapado en su garganta.

—Sorpresa, ricura —saludó el pelinegro, notoriamente muerto de frío.

Tardó un poco en reaccionar, ya que su mente aún no funcionaba correctamente. Los ojos de JiSung estaban puestos en el cabello húmedo de MinHo y en los hombros de su parca, los cuales estaban decorados por una fina capa de hielo.

—¿Qué haces— ¿Por qué estás aquí? ¿Qué hora es? —JiSung tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no gritar en el pánico, porque todo estaba pasando repentinamente rápido.

En un intento de entrar, MinHo traspilló un poco al ingresar a la habitación, alcanzando a sujetarse en JiSung quien viceversa lo afirmó de los hombros para que no cayera. Notó que la ropa de MinHo se encontraba efectivamente húmeda, y se preguntó cuál fue la razón por la que él había llegado a mitad de la noche con una tormenta azotando al pueblo.

(Aun cuando no había ruido de gotas afuera).

—Son pasada de las cinco —susurró igualmente, que con la luz que ingresaba desde la calle JiSung pudo presenciar una sonrisa en sus labios—. Y antes de que me cuestiones- sí, mi mamá sabe que estoy acá, aunque no me dio mucho tiempo para quedarme.

—Pero qué mierda, MinHo, ¿Qué sucede? —como MinHo no le estaba contestando, JiSung empezó a preocuparse—. ¿MinHo?

—¿No te has dado cuenta de que está nevando? —con una gran sonrisa burlesca, MinHo se apartó del camino de JiSung hacia la ventana para que este pudiera ver.

JiSung recordaba como hace un par de días también había nevado en el pueblo. Las tardes enteras pasadas en la biblioteca estudiando para el gran debate había consumido parte de la diversión del clima invernal, por lo que para cuando la nieve estuvo lo suficientemente gruesa, Chan lo convenció de darse un respiro para disfrutar del clima.

Inicialmente JiSung se había encontrado reacio a la idea, brindando la oportunidad para el equipo de ir a jugar mientras él seguía con la investigación, pero el estrés acumulado de los días evitó la paciencia que usualmente se tuvo para la intensidad de JiSung y, entre insultos y pataletas, Chan terminó cargando al rubio hacia el bosque donde el resto del grupo se encontraba.

Bajo esa consigna, JiSung no creyó que el clima continuaba.

Como seguía un tanto mareado de su pesadilla, JiSung se aproximó hacia el marco casi a tientas. Inclinó su cuerpo peligrosamente hacia afuera y pudo sentir el doloroso cosquilleo del frío en su nariz, en donde un copo de nieve particular se posó en la punta como evidencia fáctica de los dichos de MinHo. Miró el techo de las demás casas y al pavimento de la calle, en el que había una cantidad de nieve de la cual JiSung dudaba que se hubiese podido formar en solo una noche.

—Alto, tigre —MinHo apresuró de tomarlo de la cintura, dándole a entender al otro que se había inclinado demasiado hacia afuera—. ¿Intentas matarte o qué?

—¿Por qué estás aquí? —volvió a preguntar JiSung, girando para sentarse en el marco de ella—. Mi madre nos matará si sabe que estás aquí.

—Y por eso no se va a enterar —dijo con su tono clásico de personaje, que por primera vez causó que el estómago de JiSung diera un vuelco.

De repente, JiSung se sintió vulnerable. Un poco tímido y nervioso. ¿Tal vez todo era efecto de que lo encontrara tan temprano y salido del sueño, que lo hacía sentir más expuesto? ¿O era gracias al constante pensamiento que JiSung ha estado dedicándole a MinHo durante esos últimos días?

Él es culpable de haber evitado esa confrontación emocional. Quería ser temple de su sentimentalismo, pero por naturaleza él era una persona radical.

Quería a Yuna, eso era un hecho al ser novio de ella; sin embargo, MinHo movía las cejas de una forma particular que lo dejaba un poco cautivado.

Aunque, en realidad, JiSung solamente podía convencerse de que ese era un triste efecto de resignación por haber encontrado a alguien que lo ayudaría con la misma intensidad que lo ayudaría a él.

De forma platónica, por supuesto.

—¿En serio tu mamá dejó que vinieras? —corroboró una vez más con torpeza, aún desorientado—. Todavía no entiendo a qué vienes…

—Te vengo a buscar —contestó con la misma voz de obviedad que él usaba para explicar las cosas que JiSung no entendía—, quiero que vayamos a ver la nieve al bosque.

Un espontáneo nudo se presentó en la garganta de JiSung, que causó que le costara formular palabras.

—¿Dónde está el resto? —se atrevió a preguntar.

—En su séptimo sueño, por supuesto —razonó—. ¿Seguirás preguntando?

—No entiendo por qué viniste- digo, ¿Quieres ir solo conmigo?

—Si~ —los ojos de MinHo bailaron divertidamente, como si JiSung estuviese contando un chiste—. Si no, habría ido a buscar a los otros, idiooota.

La punzada de inseguridad que atormentaba a JiSung cada vez que veía a MinHo desapareció levemente, como también la esperanza florecer de su estómago.

—¿Solo yo? —corroboró una vez más, temiendo hartar a MinHo.

Pero MinHo sonrió.

—Solo tú, JiSung.

Y de repente, un ruido en la ventana lo despertó.

JiSung abrió una vez más sus ojos y todo el terror que sintió tras abrirlos por primera vez ya no estaba, porque eso no había sido más que un sueño lúcido muy real pero que lamentablemente no pertenecía a su misma realidad.

El golpe en la ventana se intensificó, y tal como en el escenario de su mundo onírico estaba lo suficientemente oscuro pero notorio de que era de madrugada.

Se levantó de su cama y tanteó su camino hasta la ventana, notando una leve punzada de dolor antes de notar que su labio sangraba. Y tras correr la cortina en vez de encontrarse con los divertidos ojos de MInHo, se encontró con su picabuey imaginario.

—Estoy perdiendo la cabeza… —murmuró, apoyándose finalmente en su escritorio con derrota—. Estoy… completamente loco.

. . .

—¿Sería muy irrespetuoso de mi parte si me pongo a fumar ahora? —consultó con descaro MinHo, soltando a su vez un bostezo.

—Fumar desde tan temprana edad trae una adicción a la nicotina —contestó la profesora Ji sin despegar su vista de la tabla de horarios que estaba verificando por séptima vez desde que se encontró con MinHo fuera de la escuela—. En especial si eres tan joven. Puede reducir habilidades motoras, afectar tu memoria e incluso causar cáncer.

—¿En serio? —HanSoo, quien apoyada en la reja peatonal se encontraba fumando con elegancia, miró con impresión a la profesora Ji—. Tal vez será por eso que mi terapeuta insiste en que lo deje.

—¿Vas a terapia siendo psicóloga? —MinHo cuestionó con impresión a la mujer.

—Si supieras la mierda que he escuchado tú también querrías ir.

—Señorita Min… —la profesora Ji se vio sorprendida—. ¿Podría cuidar su lenguaje con los alumnos, por favor?

—Perdón.

Nuevamente MinHo bostezó, sentado en la cuenta con su brazo apoyado en su rodilla mientras que él abrazaba su bolso de viaje. Eran casi las nueve de la mañana y hace diez minutos que él había llegado a la escuela, y ya estaba arrepintiéndose del viaje.

Los chicos habían abandonado su casa cerca de la una de la madrugada. El grupo en general. Como no iban a poder celebrar el cumpleaños de JeongIn, los siete (más un JiSung fugitivo) se reunieron en casa de MinHo para poder celebrarlo a media noche.

A su espalda se encontraba SeungMin y YiSu; ella había negado todas las peticiones por parte de la profesora Ji para que ingresara a clases solo para poder despedirse de su novio. MinHo deseaba con todo su interior que la chica hubiese hecho caso, porque ahora su bilis subía y bajaba tentativamente al escuchar los chasquidos de labio cada vez que compartían un beso.

—Recuérdame hacer una clase de salud ual cuando regresemos —comentó al aire HanSoo, calando—. Y tener un seguimiento de todas las parejas de la escuela.

—¿Por qué? —cuestionó.

—Porque me regañan si alguien queda embarazada —suspiró la mujer—. ¿Sabes el método anticonceptivo que ellos usan?

—¡Señorita Min!

—Lo siento.

Pero MinHo hizo una señalética con sus dedos para contestarle a la psicóloga.

—¡Llegó Bang! —aplaudió la profesora Ji al ver salir de la escuela a Chan, quien junto a su bolso de viaje también traía un tupper en su mano.

—Buenos días —saludó él cordialmente antes de sentarse junto a MinHo en la cuneta—. Felix nos hizo brownies.

—Yongbokkie es un amor —sonrió MinHo con su mejor ánimo, abriendo su bolso para que Chan guardase el tupper ahí—. ¿Sabes algo de ChangBin y JiSung?

—No, incluso me topé con Yuna y me preguntó si ya los había visto —contó mientras se sacaba su mascarilla para guardarla en el bolsillo de su chaqueta—. ¿Y SeungMin…?

—Olvídate de ellos.

Estuvieron esperando otros tres minutos más en sumo silencio hasta que, esporádicamente, MinHo vio a JiSung doblar la esquina de la escuela en una carrera; antes de poder abrir la boca el atlético se juntó con ellos con su rostro completamente sonrojado y jadeando de cansancio.

—Por amor al cristo, Han, ¿Qué sucedió? —la profesora Ji preguntó con preocupación, en especial cuando lo vio sacar del bolsillo de su chaqueta su inhalador para jalar de él—. ¿Han?

—Estoy bien —aseguró JiSung, dejando caer su bolso para tomar aire—. Estoy muy bien.

—¿Guardas tu inhalador en tu bolsillo? —SeungMin interrumpió su beso para hablarle a JiSung en tono burlón—. Ja, que nerd.

Y seguidamente, doblando la esquina, ChangBin apareció en el mismo estado que JiSung.

—¡¿En serio se vinieron corriendo?!

—Fue una carrera —contestó JiSung.

ChangBin, silbando al respirar, elevó su pulgar.

—Bueno, tienen un minuto para recomponerse —HanSoo miró su reloj de muñeca antes de tomar su propio bolso del suelo y cruzarlo por su pecho—. Profesora Ji, ¿Vamos?

—Bien, están los cinco —tachó la otra mujer la lista de los presentes—. Muy bien, chicos, vamos a la estación de autobuses- señorita Kang, por favor, regrese a la escuela.

—¡En seguida! —saltó ella, entregando el bolso de SeungMin a él antes de darle un corto beso en los labios—. Que te vaya excelente.

—Cuídate —MinHo escuchó a SeungMin murmurar con su cabeza en el cuello de la chica.

MinHo se incorporó junto a Chan y esperaron a que ChangBin y JiSung terminaran de recomponerse. Iba a comentar algún tipo de chiste por la situación cuando unas palabras parecieron romper con el silencio.

—Te amo —besó YiSu por última vez los labios de SeungMin antes de sonreír abiertamente.

El resto de los chicos no fueron sutiles ante tal revelación, quienes se quedaron congelados un momento para esperar ansioso la respuesta de SeungMin.

—Uh… —y con torpeza, SeungMin palmeó tres veces la cabeza de la chica—. Gracias.

Ouch.

La pareja era cursi por destino, tanto que asqueaba a MinHo, pero eso no quitaba el hecho de que a MinHo realmente le caía bien YiSu y que ver su rostro poco a poco bajar de una sonrisa esperanzadora a una que ocultaba su decepción lo puso un poco triste.

—Nos vemos, YiSu —Chan, intentando opacar un poco el aire incómodo, se acercó a ella para palmear las manos con ella.

—Buena suerte —intentó recomponerse rápidamente, chocando palmas con el resto del equipo—. ¡Les irá genial!

—La suerte es de mediocres —burló MinHo.

—Hijo de perra.

Los cinco chicos comenzaron a seguir el paso a las dos maestras en sumo silencio; nadie se atrevía a decir algo al respecto, o al menos hablar con SeungMin. El chico se veía bastante consternado.

Junto a MinHo iba JiSung, quien se veía igual de incómodo ante la situación. MinHo no tuvo otra mejor idea que empujarlo sutilmente para llamar su atención, y para cuando este lo vio, entornar sus ojos entre JiSung y SeungMin dando a entender su intención.

Sin embargo, JiSung negó.

Nuevamente, MinHo lo empujó. Y JiSung volvió a negar.

—Es tú amigo —susurró JiSung, intentando no llamar la atención de SeungMin.

—Tú sabes de relaciones.

—Pero el amigo de él eres tú.

—Y el que le vendió el alma al diablo aquí también eres tú.

Pero ambos callaron abruptamente tras el chiteo de Chan.

El camino hacia la estación de buses fue en silencio, solamente hablaba la profesora Ji quien contaba una vez más el itinerario de llegada. MinHo no estaba interesado en eso realmente, había tenido una maña noche y lo único que quería hacer era tomar desayuno y dormir una siesta.

Con sus mascarillas quirúrgicas puestas, el grupo de siete subió al autobús rural que iba en dirección a Seúl. Como había varios trabajadores a esa hora o personas que iban de trámite, solamente la profesora Ji pudo sentarse, mientras que el resto del grupo se agrupó al fondo del transporte para mayor comodidad.

—Hombre —MinHo llamó la atención de SeungMin mientras desenredaba sus auriculares—. Buscando nuevas canciones adivina con qué disco me topé.

—Dime.

—All the Young Dudes, de Mott the Hoople —y le entregó un auricular—. ¿Recuerdas cómo pasaste días escuchando este disco?

—Por supuesto que lo recuerdo —contestó mientras esbozaba una sonrisa—. Años que no los escuchaba. Creí que tu madre había vendido el disco.

—Yo igual, y cuando le pregunté a mi padre por qué no lo había hecho, él se ofendió por considerar que esta “obra maestra” debía de venderse —contó, soltando un fuerte suspiro sarcástico—. Por dios, él es tan intenso con la música.

—¿Bromeas? —burló, elevando igualmente sus cejas de forma sarcástica.

—Si- llega a ser tan estresante —MinHo continuó quejándose mientras er sonaba de fondo—. No para de contar. Su actitud se basa en la música que escucha y su humor depende de qué canción salió de forma aleatoria… no sé cómo mi madre lo soporta.

—De repente siento que tengo mucho en común con ella —divagó.

Pero MinHo notó que SeungMin no había recuperado por completo su buen ánimo, por lo que siguió reproduciendo el álbum favorito de su amigo.

Divagando en sus pensamientos, MinHo se puso a observar a las personas con las que iba. Había una abuela de un aspecto muy rural que llevaba una gallina en su regazo y a un hombre dormido profundamente inclinado hacia el pasillo (SeungMin y MinHo apostaron el tiempo en que demoraría en caer); en una parada fuera de un pueblo se subió un granjero tan apestoso que al grupo le costó mantener la compostura y no reír; y una mujer de falda y cabello largo se subió a predicar la palabra del señor católico.

—¿En serio consideras que las alianzas son primordiales? —MinHo escuchó a Chan consultar a JiSung, quien como él y SeungMin, JiSung y ChangBin estaban compartiendo un reproductor mientras hablaban con Chan, que estaba sentado junto a HanSoo—. La premisa del debate no parece entregarnos esa opción.

MinHo coincidió con Chan.

—La premisa del debate habla acerca de cómo Reino Unido está declarando la guerra a Estados Unidos y a China —explicó JiSung, casi como si fuera un plan maquiavélico—; si algo aprendimos de las clases de Historia es que si eres sobre potencia deberás aliarte con algunos de estos dos bandos.

—¿No quedamos de acuerdo que haríamos alianza con el Reino Unido? —preguntó ChangBin.

—Si- pero hay que tener un As bajo la manga —y la traviesa sonrisa que JiSung les dio a los chicos fue tan tétrica que MinHo se cuestionó realmente qué estaba pasando por su cabeza—. Anoche tuve una epifanía, así que tendremos que ponernos a trabajar una vez que lleguemos.

La verdad es que él esperaba ese tipo de intensidad por parte de JiSung referente a la actividad.

Las últimas semanas desde que les habían designado el país y la premisa del debate habían estado trabajando todas las tardes. Las horas en la biblioteca tanto de la escuela como de la municipalidad pasaron a ser sus lugares recurrentes, como también fue la casa de JiSung.

(MinHo pudo notar cómo la madre de JiSung rondaba como buitre alrededor de él cuando todos estaban en su habitación, como también observaba los drásticos cambios de conducta de JiSung cuando ella no estaba presente).

A diferencia de lo que MinHo pronosticaba, el proceso de información y elaboración de argumentos fue realmente agradable. Claro, hubo situaciones específicas en los que ChangBin y JiSung se lanzaban los libros por la cabeza gracias a la falta de concordancia, o Chan insinuando que iba a degollar a los cuatro, e incluso MinHo se había contagiado del aire del estrés para tacharlos a todos de monos inservibles; pero la elaboración del trabajo en equipo de los cinco chicos ayudó a que enfriaran sus cabezas de forma eficiente.

Llegaron al terminal de la cadena de autobuses rurales y todos bajaron. Usaron el tren subterráneo para seguir trasladándose y, en menos de treinta minutos, llegaron al distrito de Jongno-gu.

La actividad se iba a llevar a cabo en el mismo hotel donde los chicos se hospedarían, por cuestiones de protocolo sanitario. A MinHo le agradaba eso porque eso significaba que no iban a trasladarse los otros días hacia el otro lado de la ciudad, como su madre le había comentado luego de la reunión.

—Creí que habría más estudiantes —comentó Chan al notar como solo ellos y una escuela femenina con uniforme se encontraba en la recepción. El grupo esperaba a que ellas terminaran de hacerle la prueba de COVID para poder pasar.

—Por temas de aforo la administración de la actividad prefirió que los estudiantes llegaran durante el día de ayer y el de hoy —explicó la profesora Ji—. Este era el horario de nuestra llegada.

Haciéndose la prueba de COVID en la recepción del hotel, tanto MinHo como ChangBin chillaron al igual que la primera vez que se lo habían hecho, causando que las niñas de uniforme rieran agraciadas de ellos.

—Ella es linda —apuntó ChangBin esporádicamente hacia una de ellas—. Ella también es linda. Y ella. Y ella. Y ella…

—¿Seremos los únicos sin uniformes? —preguntó SeungMin a la profesora Ji.

—Si, en retrospectiva. La escuela no tiene uniformes —contestó ella, sin despegar la vista de su ficha—. Bien, iré a anunciar que llegamos.

HanSoo guio al grupo hacia un sector un poco más desolado de la recepción del hotel, para no impedir el paso.

—¿Están emocionados? —preguntó ella a los chicos, mirando lo que MinHo presumió sería el sector de fumadores.

MinHo posó su mirada de forma automática en JiSung, quien a pesar de no poder apreciar su rostro completo a causa de la mascarilla, sus ojos estaban mucho más abiertos, mirando hacia todo los lados de la recepción como si se tratara de una pequeña ardilla.

—Ella también es linda —continuó ChangBin, apuntando—. ¿Creen que tendremos oportunidad para hablar con ellas?

—Vienes a estudiar, no a ser rechazado —se burló SeungMin.

El otro grupo femenino murmuraba risas y conversaciones que llamó la atención de los chicos, e incluso una saludó deliberadamente al grupo, del cual ChangBin regresó el saludo.

—¿No que querían hacer un plan de alianza? —HanSoo cuestionó con diversión—. Podrían empezar con eso.

—¿A qué se refiere? —cuestionó Chan.

—Adolescentes encerrados en un hotel sin posibilidad de salir —apuntó ella—. No estoy diciendo que mantengan relaciones uales porque eso está prohibido (—si es que se enteran. —¡No!), pero pueden entablar amistad con cualquier grupo de forma externa de esta actividad.

—¿Y eso en qué nos ayuda? —preguntó ahora MinHo.

—¿No piensas?, son todos débiles. Si les agradan a unos chicos probablemente van a querer formar una alianza con ustedes sin importar el país que sean.

—¡Les dije! —JiSung canturreó con felicidad—. Una buena estrategia.

—Pero, ¿Cómo haremos eso si estaremos encerrados hasta el jueves, genio? —MinHo le miró.

—Ya encontrarán la oportunidad —palmeó HanSoo los hombros de los chicos—. Ahora, disfruten de estos pequeños días libres para descansar de su arduo trabajo.

Arduo, MinHo aseguraba haber perdido cinco kilos ese último mes.

—Bien, chicos, aquí está la llave de su habitación —anunció la profesora Ji mientras le entregaba a JiSung la llave—. Les darán tres comidas fijas al día -desayuno, almuerzo, cena—, pero podrán pedir servicio a la habitación si es que tienen hambre. Ahora, sé que no pueden echarse para atrás con esto pero necesito corroborar una vez más, ¿Están seguros de que podrán pasar tres días, los cinco, encerrados?

—Cuando empezó a rondar el virus nosotros justo fuimos a Seúl —contó Chan—. Pasamos catorce días encerrados en la granja de un amigo- fue una experiencia terapéutica.

—O experiencia religiosa —murmuró SeungMin.

—O experiencia psiquiátrica —continuó MinHo.

—La habitación que nos tocó tiene solamente tres camas —siguió informando la profesora Ji, haciendo una mueca de desagrado—. La de la señorita HanSoo y la mía también tiene tres camas; si no tiene problema uno puede venir a dormir con nosotras- o podemos conseguir algún tipo de colchón para que puedan dormir con mayor comodidad.

—¿Solamente tres camas?

—No creo que haya problema con eso —interrumpió Chan, notando la molestia de JiSung—. Pero, ¿Por qué…?

—Le especifiqué al director en la reunión que fuera de cuatro —continuó JiSung, frunciendo el ceño—. Una litera, una cama individual y una cama matrimonial.

—Las habitaciones de cuatro eran mucho más caras —excusó la profesora Ji—. Podemos hablar con la administración, aunque ya están todas las habitaciones tomadas…

—Está bien, nos organizaremos para dormir —insiste Chan, mirando al resto del grupo—. ¿O hay algún problema?

—No, no… —Negaron los otros tres. JiSung simplemente bufó por lo bajo.

No era la primera vez que veía a JiSung molesto, pero si nunca lo había visto tan de cerca.

Su habitación se encontraba en el séptimo piso del hotel, lo cual era un lujo tanto el ascensor como los pasillos (aunque Chan no pudo apreciar eso ya que gracias a su fobia a los ascensores él fue por las escaleras). La profesora Ji y HanSoo estaría en el piso décimo junto a los demás maestros y tutores que asistían a la actividad, lo cual para el traumado cerebro de MinHo asumió que era una buena noticia.

—Bueno, pudo haber sido peor —intentó MinHo ser ver el lado bueno cuando JiSung abrió la puerta de la habitación—. Pudieron darnos el sótano.

—Porque son buenas personas no lo hicieron —murmuró JiSung con sarcasmo—. Esto es irrespetuoso.

—Pero tiene un baño —apuntó ChangBin.

—Y un televisor frente a una cama —imitó SeungMin.

 —Realmente la municipalidad no debería costear nuestro viaje —explicó Chan, sacando de su bolso una botella de desinfectante para comenzar a esparcirlo en los chicos—. No deberíamos ser tan exigentes.

—Solamente costean el hotel- ¡Tuvimos que llegar por nosotros mismos hasta acá! Esto es discriminatorio.

—¿Te irás a quejar? —le preguntó MinHo.

—¡Si!

Pero Chan y MinHo lo agarraron antes de que JiSung pudiera salir de la habitación.

—Lo mejor que podemos hacer es estudiar y organizar las camas —intentó calmarlo Chan—. ¿Qué dicen? ¿Piedra, papel o tijeras?

Eran tres camas individuales, una que estaba frente al televisor cerca del ventanal, otro ubicado en el medio de la habitación y la otra ubicada cerca del baño; finalmente MinHo y ChangBin ganaron la cama del televisor, SeungMin y JiSung la cama del medio y, para el bienestar de todos, Chan dormía solo.

—¿Alguien sabe el número de servicio de la habitación? —consultó MinHo, recostado en su cama mientras veía el televisor—. ¡Oh! ¡Tiene Netflix!

—Yo traje barras de cereal —anunció JiSung, dejando el mal ánimo de lado para aproximarse hacia su bolso de viaje, sacar una bolsa de tela y verter una gran cantidad de barras de cereal de diversos sabores.

—Trajiste lo suficiente como para sobrevivir una guerra —se burló SeungMin sentado a su lado en la cama, aproximándose para tomar una—. Hm, marca Luxics. Nunca he escuchado de ellas.

—Son muy deliciosas y cumplen su función de dar energías. No tengo problema si quieren comer alguna…

—No nos vamos a robar la merienda de Hannie —defendió MinHo a la par que JiSung le pedía que no le llamara así. Recordando repentinamente él también se aproximó hacia su bolso—. Recordé que Yongbokkie nos regaló brownies.

—Oh, ¿Felix hizo brownies? —ChangBin sonrió.

Los cinco se reunieron en la cama de MInHo y ChangBin para empezar a comer. Eran de tamaños pequeños y estaban bañadas en chocolate, y estaban tan deliciosas que en la primera hora de estadía ya se habían comido casi todos.

—Gracias Felix por este día más de vida —se persignó MinHo mientras metía un brownie a al boca.

—Oh, trae una nota de buena suerte —observó SeungMin la tapa del tupper que llevaba el adhesivo de una tarjeta—. Es tan lindo ese chico.

—Deberíamos llevarle algo de acá —opinó Chan—. Y a JeongInnie, por supuesto a JeongInnie.

—¿Qué le podemos llevar de Seúl? ¿Una paloma? —consultó con sarcasmo MinHo.

—Recuerdo que JeongIn dijo que quería una figurita de PSY que bailara —meditó JiSung.

—¿No había mencionado JeongIn que quería un nuevo set de lego? —agregó ChangBin.

—Uh- JiSung —SeungMin interrumpió la conversación, hablando por lo bajo hacia el chico—. ¿Qué es lo que cosecha la amiga de Yeji?

—¿Perdón? —cuestionó al otro sin entender, ingiriendo un pedazo más de brownie.

—La tarjeta dice “buena suerte, chicos. Preparé esto junto con la cosecha de la amiga de Yeji, así que no se coman todos de golpe” —leyó el chico, atrayendo la atención de los otros—. ¿De golpe? ¿No comerlos de golpe?

MinHo vio a JiSung palidecer y mirar el tupper.

—Marihuana.

Oh…

. . .

MinHo despertó esa tarde, sin saber realmente cómo.

Como recuerdo de cuando durmió en casa de Felix, su pie estaba cerca de la cara de JiSung (quien, por una particular razón, estaba desnudo en la parte superior). En la otra cama estaba SeungMin extendido como estrella de mar sobre su cama mirando el techo, mientras que Chan lo imitaba estando en el suelo; y el ruido de la cadena del baño le dio a entender a MinHo que era ChangBin el que estaba adentro.

Notó que estaba golpeando la puerta, y se preguntó desde hace cuánto rato que lo estaban haciendo. Se levantó de su cama con mucho cuidado de no despertar a JiSung y no tropezar con Chan y, luego de colocarse su mascarilla, abrió la puerta.

—¡Siguen vivos! —exclamó HanSoo, con su mascarilla también puesta. Miró sobre el hombro de MinHo y frunció el ceño—. ¿Qué demonios pasó?

—¿Puedes mantener un secreto? —preguntó. MinHo se sorprendió por la rasposa voz que él tenía.

—Seguro.

—Sin querer comimos brownies de marihuanas y… y creo que fallecimos.

HanSoo mantuvo su mirada en el chico antes de volver a dar una barrida visual en la habitación. La cadena del baño volvió a sonar y MinHo presumió que ChangBin parecía estar muriéndose allí adentro.

—¿Todavía te quedan?

—¿De mi respuesta dependerá el castigo?

—Dame uno y no diré nada.

Y MinHo obedeció enseguida, entregando un pedazo del dulce hacia la profesora que todavía quedaba en un tupper. Ella comenzó a comerlo de inmediato bajo su mascarilla.

—Hm, está delicioso —murmuró con la boca llena—. Como sea- le informaron a la profesora Ji que no habían recibido ni el desayuno ni el almuerzo, así que se preocupó. Avisen al hotel que están despiertos para que les traigan la cena.

—Vale —asintió—. Entonces- nos vemos.

—Si vuelven a drogarse me veré en la responsabilidad de acusarlos.

—Okey~

MinHo cerró nuevamente la puerta antes de apoyarse en ella y soltar un prominente suspiro; al mismo instante en que ChangBin salía del baño.

—¿Qué mierda pasó? —preguntó ChangBin, completamente ido.

—Bailé con conejos en un campo, y una ardilla me mordió la rodilla —contestó MinHo con voz quedada, caminando hacia la cama de Chan para sacar el cobertor y dejarlo sobre JiSung—. ¿Cuál será el afán de sacarse la ropa?

—¿Y yo qué sé? —ChangBin se acomodó en la cama de SeungMin, sentándose a su lado para pasar su mano frente al rostro del chico—. ¿Estás vivo?

—Me arrancaron el corazón —murmur SeungMin—. Me lo arrancaron porque ya no lo siento.

—Parece vivo para mi.

—¿Por qué está eso en el televisor? —consultó el chico, sentándose con lentitud en la cama para apuntar la pantalla—. Oh, tengo mucha hambre.

Por alguna razón que todos desconocían, el televisor estaba encendido y estaba transmitiendo un capítulo de la primera temporada de Glee, el octavo episodio, específicamente.

—No lo sé… —murmuró ChangBin, levantándose de la cama—. Busquemos el control.

Pero ni bajo las camas o tras los respaldos había señal del aparato, lo cual fue peor. No lo encontraron en el baño ni fuera de la ventana, tampoco estaba en el pasillo del hotel o en los bolsos de los chicos. Apenas llevaban dos horas conscientes en esa habitación y ya los iban a regañar.

—Será un problema para los nosotros del futuro —se resignó finalmente MinHo, recostandose en su cama—. ¿Pedimos la cena?

—¿Por qué está sonando Defying Gravity? —JiSung preguntó, con un tono de voz mucho más grave de lo que MinHo estaba acostumbrado. A él le pareció gracioso que el rubio ni siquiera sacó la cabeza del cobertor para hablar—. ¿Qué pusieron…? Oh…

—Buenos días —saludó MinHo con diversión, marcando el número de llamado del citófono para pedir en recepción—. Eh- ¿Hola? ¿Nos gustaría pedir la cena?

Fue parcialmente incómodo recibir la cena por parte de dos mujeres que estaban cubiertas con mascarillas y protectores de plástico en su rostro, ya que se sentía como una especie de alienígena en cuarentena. Pero el pensamiento se fue de su mente al ver la mesa carrito con comida.

—Esto es glorioso —Chan comentó con la boca llena, rellenando su pote de fideos con las diversas carnes que había—. En serio glorioso- ni siquiera me molesta ver Glee si como esto.

La mesa se encontraba entre la cama de MinHo y SeungMin, con MinHo comiendo de su lado mientras que frente a él estaban juntados ChangBin, SeungMin y Chan.

—¿En serio veremos la serie entera? —cuestionó SeungMin, comiendo solamente fideos (al ser vegetariano).

—A mi me gusta —se resignó ChangBin.

—Ja, que gay —burló MinHo.

—¿Dónde están mis Luxics? -murmuró JiSung aún bajo el cobertor. MinHo se estiró sobre él para hablarle.

—Luxics —repitió MinHo—. ¿Qué mierda es eso?

—Las barras de cereal…

—¿No cenarás? —deliberadamente, MinHo tomó el cobertor desde la cabeza de JiSung y lo destapó—. Come de la cena, idiota.

—No como carne.

—Puedes comerte mi pedazo de cheesecake —ofreció Chan, pasando una mano por su rostro con pereza—. Realmente no tengo hambre de dulce…, siento que voy a vomitar.

—¿Cheesecake? —finalmente, JiSung se resignó con su vida y se incorporó junto a MinHo, observando la comida—. Nunca he probado uno.

—¿No? —ChangBin cuestionó con sorpresa—. La pastelería del pueblo vende mucho- ¿Acaso nunca has comido ahí?

—Tengo el sueño lúcido de que fuimos ahí una vez —murmuró SeungMin con su cabeza apoyada en la mesa, con pocas ganas de comer—. Con YiSu…

—No- sé que hay y que venden, pero nunca los he probado —se explicó JiSung, arropandose hasta su cabeza con el cobertor.

—La dueña te regala uno cuando estás de cumpleaños —siguió recordando—. O al menos hasta que cumples diez años.

—Mi mamá me hizo llevar una vida lacto-ovo vegetariana cuando era pequeño —contó, rompiendo los palillos de madera para sacar un poco de fideos—. Aunque después de eso he comido poco lácteos- creo que agarré un asco a esos productos.

MinHo cayó en cuenta en algo con esa frase, pero decidió pasarlo por alto creyendo que estaba equivocado.

Aunque MinHo no se equivocaba en la mayoría del tiempo.

—O tu madre te hizo odiarlos —concluyó MinHo, aproximándose hacia JiSung para quitar su pote con fideos para ponerle un plato de cheesecake frente a él—. Vamos, come.

—El postre no va primero —le dice JiSung.

—Estás en los huesos —y con atrevimiento, MinHo tocó con sus dedos las costillas del chico que sobresalen levemente. Al caer en cuenta de lo que hizo produjo que sus orejas se sonrojaron, pero siguió adelante—. Vamos, come.

—Espera… —Y con pereza, Chan fue hacia su bolso para sacar su celular y grabar—. Esto tiene que quedar registrado.

JiSung elevó una ceja. —¿Registrado qué cosa?

—Tu primera experiencia comiéndose un cheesecake —explicó—. ¿O acaso tu mamá tampoco grabó tus primeras veces?

—No recuerdo haberla visto mientras tenía o con Yuna… —murmuró para MinHo, causando que el chico se atragantara con sus palillos antes de explotar en risa.

Una vez que MinHo pareció calmado, JiSung tomó el tenedor de plástico que iba acompañado con el postre y, bajo la burlesca risa de ChangBin y los falsos comentarios maternales de Chan, partió una punta pequeña del cheesecake y comió.

Continuamente, sacó un pedazo más grande y lo ingirió.

—¿Estaba rico? —preguntó MinHo con su clásico tono burlesco, aunque le pareciera realmente adorable ver como JiSung, en su inocencia, asentía—. ¿No que el postre no iba primero?

—Cállate y come de tus fideos —apuntó JiSung con la boca llena.

MinHo soltó una leve risa antes de enfocar la vista en sus amigos, los cuales mientras SeungMin obviaba por completo la situación y miraba con depresión su plato de comida, ChangBin mantenía una sonrisa que MinHo conocía por ser cómplice de alguna acción, y Chan lo miraba de reojo a ambos.

Oh.

Nuevamente, las orejas de MInHo se sonrojaron y, como podría hacerlo siempre, comenzó a comerse sus emociones.

Conversaron sobre el debate levemente, afinando algunas cosas que JiSung seguía haciendo rondar en su cabeza. A MinHo le sorprendía lo mediático que podía ser el otro cuando se lo proponía, e incluso era divertido ver su mirada cambiar cuando explicaba puntos sueltos de la investigación comparado con cuando volvía a comer de su postre.

—¿Veremos Glee todo el tiempo en el que estaremos acá? —por primera vez SeungMin se unió en la conversación, luego de haber pasado treinta minutos lamentándose—. Ni siquiera sé de qué trata.

—YiSu una vez me mostró una de sus canciones —comentó MinHo—. ¿No te los enseñó, SeungMin?

Pero el chico solo bufó en respuesta.

Cerca de dos o tres horas más tarde, luego de que le comentaran a JiSung que existía más sabores de ese postre y que su meta era comer todo los que podía, el grupo se esparció por el resto de la habitación mientras revisaban sus propios celulares, aprovechando un poco de la señal de la capital para conectarse un poco.

—¿Dormirás acá? —preguntó MinHo a JiSung, quien estaba ubicado junto a él con su clásica camiseta de algodón extragrande.

—ChangBin se ve cómodo ahí —contestó JiSung, apuntando sobre su cabeza cómo SeungMin y ChangBin se encontraban viendo un video en YouTube.

—¡Oh, MinHo! —le llamó Chan desde su propia cama más alejada—. ¡Tu peleador favorito acaba de pasar a la siguiente ronda en la competencia internacional!

—¡Ese es mi hombre! —exclamó el otro.

—No sabía que te gustaban los deportes —comentó JiSung.

—Soy una caja de pandora —sonrió—. Es peleador de las Artes Marciales Mixtas- incluso mi nombre se inspiró en el suyo.

—¿Inspirar? —Chan rio—. ¡Literalmente lo copiaste!

—Oh, ¿Es el gay? —apuntó JiSung, preguntando.

—Que esté con un hombre no significa que él sea gay —defendió MinHo—. Dame tu mano.

JiSung soltó su celular para tenderla, y de la muñeca MinHo midió la pulsera que se encontraba haciendo. Aún faltaban centímetros.

—Bien, entonces… ¿La chica le canta al chico porque le rompió el corazón? —consultó MinHo mientras apuntaba el televisor.

—Algo así —asintió JiSung, volviendo a usar su celular.

—Pero él es adorable.

—Si, pero le rompió el corazón de todas formas.

—Aunque canta bien.

—Tienes razón, una pena que haya m— oh, me gusta esta parte —se interrumpió JiSung, antes de cerrar dramáticamente sus ojos y poner una mano en su pecho—. Know you’ll never see… what you done to me…

—¿De quién es la canción?

—Cállate que estoy cantando- And here’s all your lies, you can look me in the eyes with the sad, sad look that you wear so well…

—¿En la serie cantan algo de U2?

—Hm… creo que no.

—Pura mierda —musitó—. Dame tu mano.

. . .

—¿Juguemos a dos mentiras y una verdad? —propuso ChangBin al día siguiente, mientras intentaba evitar escuchar las canciones de Britney Spears coreaba en la serie.

—Vale- empieza tú —accedió SeungMin, dejando la ceniza de cigarro en un cenicero de papel que habían hecho.

—A los tres años hice un castillo de arena en el cuerpo de mi hermana y una medusa la pico. Debajo de la cama hay una tabla rota. Gasté todo el shampoo del baño.

—Opto por la primera —Chan dijo, que estaba sentado en la cama de MinHo mientras veía el televisor—. Es demasiado específica.

—Opino igual —dijo MinHo, que a diferencia de SeungMin que estaba sentado en la ventana, la fobia a las alturas que él sufría lo hacía mantenerse sentado junto al marco.

—Yo digo que es la tercera —suspiró SeungMin—. Por eso estás nervioso.

—¿Por qué ChangBin estaría nervioso de—

—¡¿Por qué no avisaron que el shampoo se acabó?! —Exclamó JiSung desde el interior del baño.

SeungMin sonrió. —He ganado.

—Tú turno.

—Me caí de los juegos infantiles del parque por culpa de una paloma. MinHo una vez me cantó el discurso que Kim NamJoon hizo en la ONU mientras dormía. Y una vez MinHo hizo el rap de uno de los tontos de Stray Kids de la canción Maze of Memories.

—¿Por qué dos de tres son sobre mí? —cuestionó MinHo mirando hacia arriba.

—Nunca es mal momento para humillarte.

—Entonces digo que es la primera.

—No… —Chan meditó—. No hay palomas en el pueblo.

—¡¿Estás de joda?!

Estuvieron en su momento de juego, el cual JiSung se les unió cuando salió de la ducha.

Era su segundo día de cuarentena y no era mentira decir que todos deseaban querer salir, así que se esforzaban por llevar el encierro de forma llevadera.

—With a taste of your lips I’m on a ride… —cantaron JiSung y Chan mientras veían el programa—. You are toxic, I’m slipping’ under.

—Britney Spears es la reina del marxismo —suspiró ChangBin—. No tengo duda de eso.

—Ella es hija de la comercialización y de Disney —MinHo opinó, ya siguiendo con su creación de pulseras de hilo encerado—. Ella es de todo menos marxista.

—Hay que romper el sistema desde adentro.

—Eres ridículo- no cuando te lavaron el cerebro de esa forma.

—¿Temes que Britney Spears lidere la dictadura del proletariado?

—¡Nunca entiendo cuando hablas de Marx!

—Yo si —interrumpió JiSung su canto—. O sea, no eso- quiero decir, sé porque no te gustan las humanidades.

MinHo rodó los ojos ante la clarificación. —A ver, ¿Por qué no me gustan?

—Porque las ciencias sociales no son ciencias fácticas —explicó JiSung, pareciendo estar orgulloso de sí mismo, comiendo un pedazo de cheesecake que había encargado momentos atrás—. Tu consideras las cosas obvias porque son comprobadas- o, no sé, no sé que es para ti lo obvio. Pero las humanidades son abstractas, no hay una regla que rija todas de las cuales puedas concluir con la misma fórmula.

—Woah… —Chan asintió en concordancia de JiSung—. Tiene un punto, tiene un buen punto.

—Cierra la boca, canguro demente.

—Gracias, gracias —halagó JiSung sin humildad.

MinHo soltó un bufido de desagrado. —Yo cuidé ese pedazo de cheesecake mientras te bañabas, pero parece que ya no somos tan amigos.

—Llorón.

ChangBin rio de la burla, pero lentamente se cayó al ver que SeungMin no participaba en el bullying contra MinHo.

—¿Pasa algo? —consultó—. ¿SeungMin?

—Nah —restó importancia SeungMin, botando finalmente el cigarro. Era el cuarto en esa tarde—. ¿Por qué pasaría algo?

—Porque te fumaste la mitad de tu cajetilla —observó MinHo desde el suelo, revisando como solamente estaba el encendedor y un par de cigarros sueltos en su interior.

MinHo conocía a SeungMin, por supuesto, y sabía que no era de querer enfrentar las cosas cuando él no daba el primer paso, pero se le veía tan nervioso que constantemente jugaba con su pulsera a juego.

—¿Te parece que es momento de hablarlo? —opinó Chan—. Puedes hablarlo con MinHo y nosotros nos haremos los sordos.

—Si —coincidió JiSung, antes de apuntar al televisor—. Oh- es el capítulo donde Finn encuentra a Jesús en una tostada.

ChangBin también se apartó de ellos para sentarse en la cama para ver el televisor, dejando a MinHo y a SeungMin en lo más próximo que podía considerarse “intimidad”.

—Uh… —MinHo miró su pulsera a medio hacer en su mano y se la tendió a SeungMin—. ¿Quieres intentar?

—¿Qué tal si YiSu termina conmigo cuando regresemos? —soltó la pregunta finalmente.

Por supuesto…

Si, MinHo tenía unas inmensas ganas de burlarse de SeungMin, e incluso hacerle preguntas que él encontraba bajo la lógica porque no había sentido en la pregunta, pero como siempre, se esforzó en poder entenderlo.

 —¿Por qué crees que lo harás? —preguntó.

—Bueno… —SeungMin empezó a jugar con las tiras de su jeans roto—. Ella… ella me dijo que me amaba, ¿Sabes?

—Si, estuvimos todos ahí.

—Y yo le di las gracias…

—Lo sé, lo vimos todo.

El castaño soltó un potente suspiro. —¿Puede que lo haga?

—Nah —respondió MinHo—. Probablemente estará enojada por la humillación que tuvo que pasar frente a sus amigos, pero… si, no creo que lo haga.

—Si, tienes razón…

—Pero, ¿La quieres tú?

SeungMin se silenció por un momento, antes de asentir constantemente. —Si, la quiero- me gusta mucho y… realmente es fantástica…

—Vale…

—Es divertido hablar con ella porque… no sé, es todo fluido. Congeniamos tan bien…

No te mueras de la grima, se dijo a sí mismo MinHo, queriendo mantener la compostura.

Pero, para su sorpresa, la vergüenza que pudo haber sentido del palabrerío de SeungMin no fue más que una acción reconfortante, como si lo estuvieran jalando de los pies hacia la tierra.

—¿Y la amas? —preguntó MinHo—. En las películas muestran que las parejas se dicen que se aman luego de tener o por primera vez y esas cosas…

—Si, pero no hemos tenido todavía.

MinHo se giró bruscamente para verlo—. ¿Perdón?

—¿Qué?

—La semana pasada me pidieron comprar condones en la farmacia porque les daba vergüenza —recordó MinHo con rencor.

—¿Eh? Ah- si, fue solo una apuesta.

Por primera vez MinHo lo miró, molesto. —¡¿Qué?!

—¿Ves? ¿Cómo no amarla si es cómplice? —suspiró con dramatismo SeungMin—. No creo poder seguir con esto- es la primera persona que dice que me ama.

—Y por tu personalidad.

—¡Y por mi personalidad! —asintió, sorprendido—. Sé que es normal para una relación pero… ¿Y si eso cambia las cosas?

—¿Por qué cambiaría las cosas? —MinHo cuestionó con duda—. Solamente…, no sé, dan un paso más de su relación.

SeungMin se encogió de hombros. —No sé, creo que… ¿Puede que ella deje de hacerlo cuando se de cuenta de que no soy lo suficiente?

—¿Suficiente para ella? —no quería sonar cruel, pero MinHo quiso reír—. ¿Cómo?

El otro se encogió de hombros sin poder dar respuesta, antes de sacudir su cabello con su mano bruscamente. —Olvídalo, estoy siendo dramático- probablemente ella ni siquiera está pensando en esto.

Era mentira.

—Puedes preguntarle a JiSung, ya que él tiene más experiencia —opinó MinHo finalmente, levantándose—. Pero- sea como sea, no están casándose ni nada… Es amor, SeungMin, y si quieres decirlo de vuelta solo hazlo.

—¿Desde cuándo te has vuelto tan romántico? —burló.

—Desde que me involucré en un triángulo amoroso —bromeó, apuntando hacia la cama de JiSung donde terminó uniéndose.

—¿Todo bien? —preguntó Chan.

—Si, pero recuérdame nunca tener pareja —comentó, recostandose sobre la espalda de ChangBin—. Una pérdida de tiempo.

Todos sintieron como JiSung tosió de forma espontánea, con un ruido tan perturbante que pensaron que saldría algo más de su boca. El chico apartó su plato de cheesecake hacia un lado mientras que con la otra se tapaba, antes de volver a respirar con normalidad.

—¿Qué te pasó? —preguntó ChangBin, comenzando a reír.

La respuesta vendría once horas más tarde, pasada las tres de la mañana.

MinHo se despertó no solo por el televisor encendido o por el vacío junto a él, sino por el agua del lavabo proveniente del baño que corría constantemente. Inicialmente había asumido que algo había caído mal al estómago de JiSung durante la cena, pero al sentir sobre el ruido del agua una arcada y la cadena del inodoro sonar, se preocupó.

Chan dormía solo y en silencio, con su clásico sueño pesado y violento que porducía que saltara de vez en cuando, y en la cama junto a ellos ChangBin y SeungMin parecían estar profundamente dormidos, sin mostrar señales de ser despertados.

Se levantó de la cama con cuidado y, con sus pies descalzos porque detestaba dormir con calcetines, se encaminó con cuidado hacia el baño, donde golpeó suavemente la puerta para no despertar al resto.

—¿JiSung? —MinHo susurró—. ¿Te encuentras bien?

Escuchó cómo tiraban por última vez la cadena y como cerraban el agua del lavabo; golpeó suavemente una vez más antes de sentir cómo le quitaban el pasador a la puerta.

—Si… —JiSung contestó mientras abría la puerta—. Creo que algo me cayó mal…

Al abrirla completamente MinHo vislumbra cómo los ojos del otro estaban acuosos y su rostro profundamente pálido, sus ojeras estaban cada vez más marcadas y el intento de esbozar una sonrisa produjo escalofríos en el pelinegro.

—¿No tienes fiebre? —MinHo preguntó enseguida, colocando su mano en la frente del chico para comprobar su temperatura—. Estás helado- ¿Por qué siempre estás helado?

—Creo que es por la fatiga —contestó suavemente el otro, haciendo un amago por apartarse—. Pero no te preocupes.

Pero a MInHo se le fue inevitable no hacerlo.

JiSung se aproximó al lavabo para enjuagar su boca, pareciendo intentar ignorar la pesada mirada que MinHo tenía en él.

—Cheesecake —soltó de repente el chico, llamando la atención de JiSung.

—¿Disculpa?

Y MinHo se sintió un completo idiota. ¿Cómo no lo notó antes?

—Es imposible de que tu madre te haya hecho llevar una dieta ovo-lacto vegetariana —cayó en cuenta MinHo—. Nos mentiste.

—¿Por qué dices eso? —JiSung levantó levemente su cabeza mientras lo miraba con su ceño fruncido—. No lo hice.

—Eres vegano.

JiSung soltó una leve risa, probablemente agraciado por el dramatismo con el cual MInHo lo había dicho- pero no le importaba, porque MinHo sabía que estaba en lo correcto.

—Lo dices como si fuera un trastorno o algo así —burló JiSung.

—Es que- tú… tú puedes…

—Soy vegetariano —ratificó el chico, secando su rostro con la toalla—. Me gusta los brownies de Felix y los batidos de chocolate.

—Entonces fuiste vegano —dijo—. No has estado comiendo más que fideos y tus barras de cereal mafiosas, pero también has estado comiendo cheesecake, y el cheesecake es un pastel de queso-

—Revolucionario.

—Y jamás te he visto consumir lácteos —apuntó MinHo—. Bebes bebidas energéticas y comes ensaladas de frutas- nunca te he visto beber leche y créeme que he pasado las noches suficientes contigo como para notar que- bueno, eres vegano.

—¿Eres consciente de que ser vegano no tiene nada de malo? —JiSung alzó una ceja, sin saber hacia el punto que MinHo quería llegar—. ¿Habría algún problema con eso?

—No porque- una vez lo vimos en clase de biología, sobre las dietas y esas cosas —MinHo apuntó las costillas de JiSung, quien las palmeó rápidamente—. Eres muy flaco- y por naturaleza, no por la rara dieta que haces ahora. Dijiste que tu padre fue médico, ¿No?, y dijiste que tu madre te impuso la vida ovo-lácteo vegetariana para que te cuidaras- pero no, te metió en el veganismo luego de que tu padre falleciera, y entonces te dio anemia y tuviste que dejarlo- estoy en lo correcto, ¿No?

MinHo no había entendido en ese momento por qué de repente la epifanía era preocupante, pero sabía que era importante. Vio a JiSung abrir los ojos con sorpresa antes de, con pena, esbozar una burda sonrisa.

—¿Qué comes que adivinas?

—¿Qué comes tú? —MinHo frunció el ceño—. ¿Cómo es que te alimentas? ¿Al menos consumes vitaminas?

—Me conmueve que te preocupes, pero tengo todo bajo control —JiSung suspiró mientras palmeaba el hombro de MinHo—. No es necesario que te preocupes demás por esta cosa, ¿Vale?, hay gente en la escuela que es vegana y no pareces querer estar arriba de ellos.

—Porque el que me importa aquí eres tú.

JiSung presionó sus labios ante la confesión de MinHo quien, por su parte, se puso rotundamente nervioso.

—Quie-quie-quiero decir —comenzó a tartamudear el chico—. Yo- los chicos de la escuela no son relevantes- tú eres mi amigo- estás vomitando a las tres de la mañana, idiota.

—No he dicho nada —se defendió el rubio—. Pero- uh, si, soy vegano.

—¡Ajá!

—¡Shush! ¿Quieres despertar a los otros, acaso? —chitó JiSung, jalándolo del brazo antes de soltar un suspiro—. Pero… Yo he intentado dejarlo, ¿Sabes?, es un poco complicado porque mi mamá siempre fue insistente con ese tipo de dieta- y cuando me detectaron la anemia ella estaba tan molesta-

—¿Molesta? —interrumpió MinHo, sorprendido—. ¿Se molestó porque su tonta dieta estaba perjudicando tu salud?

—No es una tonta dieta- es un estilo de vida.

—Ya, idiota, pero tú usas chalecos y bufandas de lanas —razonó MinHo—. No eres tan respetuoso con la vida animal, ¿Sabes?

JiSung suspiró ante lo dicho, pero no pareció querer hablar del tema. MinHo igualmente se sintió culpable por haberlo abordado en un momento sensible.

—¿Vamos a dormir? —ofreció MinHo, finalmente—. O ver Glee…

—Podemos verla —coincidió JiSung—. ¿Pero podrías…?

—¿Mantener el secreto? —completó.

MinHo vio como con vergüenza el otro asentía, y él no pudo evitar soltar otro suspiro.

—Vale.

—¿Cómo concluiste que me hicieron vegano?

—No soportaste ingerir ni lácteos ni huevo- y el vegetarianismo ovo lácteo no lo excluye realmente, JiSung —concluyó MinHo, abriendo la puerta del baño—. Era obvio, JiSung.

—Mierda- ¿Juguemos a dos mentiras y una verdad?

—Está bien.

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Comments

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Missanion
#1
Chapter 11: Estos chicos me estresan.
Missanion
#2
Chapter 10: Bueno. Primero, Lo positivo es que Mingi y San si quieren a Jisung peeeero,en lugar de enojarse también con Yuna sólo lo hacen con Minho? ?o sea...es la chica la que se le esta insinuando todo el tiempo pero es la culpa de Minho quien la rechaza absolutamente todo el tiempo? ?
Segundo, la verdad es que Jisung es bastante egoísta y particular. Sólo piensa en él mismo y no valora o no le interesa el cariño que recibe. No se preocupa por mantener sus amistades, creo que los cambiaría a todos por un 10 en sus exámenes. Así de egoísta me parece.
Missanion
#3
Chapter 9: La mamá de Jisung tiene problemas mentales.
Minho me dio mucha ternura en éste capítulo!!! Jisung no estaba ni cerca de tener una erección en absoluto. En eso estaban iguales los dos,se concentraban más en sus acciones que en el momento y no lo disfrutaban. Minho por ser su primera fez y por los nervios y Jisung creo que el realidad nunca disfruta nada relacionado con su noviazgo,; se engaña así mismo.
También me di cuenta que Yuna si se preocupa a su manera por Jisung, pero sigo pensando que no lo quiere del todo y que esta con el para experimentar.
Missanion
#4
Chapter 8: Bueno,al parecer los chicos si quieren a Jisung. Pensé que no les importaba pero Mingi, San y Yeosan parecen celosos de sus constantes interacciones con el grupo de Minho ;eso o simplemente no toleran al grupo de Minho y por ende no toleran ser rechazados por ellos.
Creo que Chan le dijo a Minho algo de lo que Changbin y creo hasta Félix ya se dieron cuenta. Pero claramente para él no es fácil de aceptar. Creo que ellos 3 no van a tener mayor problema si el llega a aceptarlo o comentar algo de eso a los chicos. Por Seungmin no sé, Jeongin y Hyunjin tampoco creo que lo juzguen.
Missanion
#5
Chapter 7: Awwwww, escuchan música del mismo auricular. ❤
Al verdad pensé que Jisung le iba a decir que se quede a dormir porque ya era muy tarde o que Minho se aauto- invitaría a dormir para pasar más tiempo con él. Pero no,se volvió solito a la madrugada, aunque seguramente su casa no quedaba para nada lejos ,si en 10 minutos y a paso tranquilo llegó a la casa de Jisung.
Missanion
#6
Chapter 6: Sii! Al fin estuvieron libres de las otras pestes. Por lo que dijo Hyunjin, ya me cae mal Yeji. Es la típica adolescente mimada, egoísta y que quiere ser rebelde y no hace más que estupideces.
Amo las conversaciones de Chan y Changbin, no entiendo mucho de lo que hablan pero las amo Jaja.
Missanion
#7
Chapter 5: Todo el grupo de Minho es genial. Son chicos muy buenos.
No me esperaba esa charla de "eres gay? No soy gay"en absoluto jajaja sobre todo el diálogo de Minho 😂 yo sé que él es el dueño de ese pene mágico que hará a Jisung cambiar de opinion jajajaja
Missanion
#8
Chapter 4: En realidad pienso que Minho debería aceptar ir al curso avanzado. Tiene una mentalidad muy básica y cerrada. Hacer eso le puede abrir otras puertas y tener más oportunidades académicas y laborales en el futuro pero bueno,es un adolescente de pueblo y su madre no le exige absolutamente nada,su padre obviamente no sabe de esto. Me gustaría que acepte,si ya se aburre y frustra en demasía con los contenidos que da ahora porque le resultan fáciles en exceso,imagínense a futuro.
Jisung en este capítulo en verdad da pena y hasta ganas de enojarse. Sabe que no puede fumar por el asma severo que tiene y aún así va como perrito detrás de sus "amigos" a quienes parece no importarle en absoluto su salud ni bienestar. Fumar marihuana en la escuela,en serio??? Qué tienen en la cabeza?? Claramente aire. Su novia me cae cada vez peor. Los chicos parecen ser sólo cabezas huecos y bravucones en potencia. Hasta el momento no han dañado físicamente a los chicos (si,les lanzan latas y creo que hasta piedras pero no fueron a los golpes mano a mano o una golpiza en grupo a uno solo)pero sí los acosan cuando tienen oportunidad y eso esta muy mal. Peeeeero a Jisung, teniendo conocimiento de esto,parece no importarle, así que es él quien tiene que cambiar de actitud y ponerle un alto a sus amigos,si no ,no tiene sentido.
Missanion
#9
Chapter 3: Owww, me.encantó su interacción con Felix. Jisung en verdad necesita nuevos amigos,los que tiene ahora no califican para ese título. Creo que se llevaría mucho mejor con los amigos de Minho.
Missanion
#10
Chapter 2: Primero, de dónde sacan que Minho anda hormonal con Yuna? ? De verdad hay cosas que no entiendo. Si se sabe que el anda solo o con sus amigos,nunca intentó interactuar con Yuna...entonces,por qué arrojarle agua y decirle que "le baje a sus hormonas" con Yuna? Juro que la voy a odiar si ella anda esparciendo falsos rumores de que el gusta de ella o le tiene ganas. Es ella la que lo busca y no puede evitar darle el 100% de su atención cada vez que lo ve.
Segundo, Changbin le hizo una buena pregunta a Minho. Por Qué le interesa y afecta tanto lo que Jisung piense o sienta por él? Es para que se ponga a meditar y encontrar una respuesta Jaja. Anquee con eso de que la sonrisa de Han le parece bonita y quiere verla más seguido ya tengo mi respuesta jaja