cap 35

El Infierno de Taeyeon

 

Florencia, Italia

tiffany fumaba un solitario cigarrillo mientras contemplaba los trozos del vaso de agua roto tae se había enfadado por su culpa.

No era la primera vez que rompía cosas delante de ella. Había destrozado su antiguo teléfono móvil cuando la hija de puta de Kitty la había llamado.

Inspiró hondo, haciendo entrar el aire hasta el fondo de los pulmones antes de soltarlo por la nariz.

No definiría su relación con tae como tormentosa, aunque la verdad era que últimamente estaban discutiendo mucho. Habían discutido sobre el tema de la conferencia en Selinsgrove. Y también en Umbría, cuando ella le había preguntado por su madre.

Y esa noche habían alcanzado un nuevo récord negativo cuando ella la había acusado de pensar que era una zorra. No podía estar más equivocada. Ni siquiera podía pronunciar esa palabra en la misma frase que su nombre.

Pero había perdido los nervios antes de poder explicárselo.

Sus secretos a taeyeon le estaban haciendo daño, lo sabía. Pero no quería hablar de las cosas que la martirizaban hasta haber encontrado una solución. No quería parecer débil ni indecisa O, aún peor, no quería que la compasión de ella se transformara en lástima. Prefería que se enfadara. Lo que no podía soportar era que le perdiera el respeto.

No había encontrado una solución. Todavía no. Se debatía entre dos salidas extremas, pero ambas eran inadmisibles. En esos momentos, le faltaba valor o sabiduría para dar con una alternativa válida para las dos.

taeyeon tenía razón. Si adoptaban un niño, tendría que dejar de fumar. Pero lo había dejado ya una vez, mientras se rehabilitaba. Podía volver a hacerlo.

Pensó en Tom y Diane. Habían pasado de la euforia de saber que iban a ser padres a la desolación de enterarse de que su hijo tenía un defecto que ponía en riesgo su vida. No se podía ni imaginar la impotencia que debían de estar sintiendo. Había conocido una sombra de esa impotencia cuando Paulina...

Se obligó a centrarse en el cigarrillo que tenía en las manos. Esa noche no podía permitirse vagar por esa senda oscura.

Levantó la vista hacia la silueta de Florencia. Contempló la torre del Palazzo Vecchio y los demás edificios iluminados mientras esperaba a que tae se durmiera.

Fue al baño a lavarse los dientes y se desnudó, dejando la ropa tirada en el suelo. Se dio una ducha rápida para quitarse el olor a tabaco de la piel.

Desnuda y con el pelo húmedo, se deslizó entre las sábanas, con cuidado de no tocarla. Un rápido vistazo le había revelado que se había puesto un camisón y que se había tumbado de lado, dándole la espalda.

«Mensaje recibido, cariño.»

Mientras se acostaba, le pareció que ella murmuraba algo, inquieta.

—Lo siento —musitó tiffany.

Al ver que no respondía, apagó la luz y se puso asimismo de espaldas a ella.

Inmediatamente, tae se volvió hacia ella y la abrazó desde atrás.

—Yo también lo siento.

—Prometimos que no volveríamos a irnos a la cama enfadadas.

—No estoy enfadada, tiffany Estoy dolida.

tiffany hizo una mueca de dolor y se aferró al brazo que le rodeaba la cintura.

—Tienes razón sobre Marie Es que quería hacer algo por ella. Y nunca he pensado que seas una zorra. No creo que seas fría ni despiadada. Eres mi amada.

—Entonces necesito que seas más amable conmigo. La verdad, tiffany, estos últimos días a tu lado han sido muy duros. No quiero que nuestro matrimonio sea así.

tiffany se tensó.

—Encontraré la manera de compensarte, Te lo prometo.

—No quiero que me compenses sólo quiero que me cuentes qué te pasa.

—Lo haré, Te lo prometo.

—Cuéntamelo ahora —ordenó ella con firmeza.

—Por favor, taeyeon —susurró tiffany—. Te pido que me des un poco más de tiempo.

— ¿Para que puedas tomar tu importante decisión sin mí?

—No haré nada sin hablarlo antes contigo. ¿Nunca has estado preocupada por algo y has tratado de hallar la mejor solución por tu cuenta? No puedes tomar esta decisión por mí. —Negó con la cabeza—. Sólo te pido que tengas un poco de compasión.

tae la miró a los ojos y no vio ni rastro de falsedad en ellos.

—Te daré un poco más de tiempo, Pero quiero que llames al doctor Townsend.

tiffany abrió la boca para protestar, pero ella la interrumpió:

—No aceptaré una negativa. O me cuentas qué te preocupa o hablaré yo con él. Si no quieres hacerlo por ti, hazlo por nosotras, pero habla con alguien, por favor.

Respirando hondo, ella asintió.

tiffany se despertó cuando estaba a punto de amanecer y salió de la habitación antes de que tae se despertara. Aunque le dolió dejar la calidez de sus brazos, tenía una misión que cumplir. Y cuanto antes obtuviera la información que necesitaba, más cerca estaría de encontrar una solución.

(O eso esperaba.)

Esa tarde tenía una importante reunión con su viejo amigo, el dottore Vitali, director de la Galería de los Uffizi.

tiffany estaba más decidida que nunca a demostrarle a su esposa lo mucho que la amaba. Y a hacerlo en público.

Al salir del hotel, pensó que las calles de Florencia le gustaban especialmente por la mañana temprano, antes de que la ciudad se desperezara.

Se detuvo en la cafetería del Museo Gucci en la Piazza della Signoria a tomar un espresso y un bollo. Los disfrutó sentada en la terraza mientras leía La Nazione, haciendo tiempo hasta que Elena empezara su jornada laboral en el orfanato.

A las diez en punto llamó a la puerta. La mujer se mostró muy sorprendida al verla y más sorprendida aún al enterarse del motivo de su visita.

Le dio las gracias por su interés por Marie y le sugirió que, si quería ayudar a la niña, podía pagar el coste del terapeuta que la visitaba para hacer que recuperase el habla.

Cuando tiffany sacó el tema de la adopción, Elena le dijo que adoptar un niño en Italia no era fácil. Sólo se permitía hacerlo a parejas que llevaran más de tres años casadas. Aunque taeyeon y ella decidieran quedarse con Marie, el gobierno italiano se opondría.

tiffany se marchó con la lección aprendida, tras haber hecho una generosa donación para cubrirlos gastos de la pequeña. Además, insistió en que Elena se pusiera en contacto con ella si surgían nuevas necesidades.

Perdida en sus pensamientos, se sentó en una cafetería cerca de la iglesia de la Santa Croce. En vez de quedarse mirando a las guapas mujeres que pasaban, hizo unas cuantas llamadas, tratando de convencer a las mejores familias de Florencia de que ayudaran al orfanato mediante adopciones o acogidas.

Obtuvo reacciones variadas. Todo el mundo parecía dispuesto a desprenderse de parte de su dinero para ayudar económicamente a la institución, pero ninguna de las parejas estaba interesada en la acogida. La adopción quedaba absolutamente descartada.

Una vez más, tiffny fue consciente del derroche de generosidad de que había sido objeto en su infancia, al darse cuenta de todas las razones a las que Richard y Grace podían haberse aferrado para no adoptarla Por suerte para ella, no lo hicieron.

taeyeon se despertó en la cama vacía de una silenciosa habitación de hotel pero tiffany le había dejado un vaso de agua en la mesilla, junto a una nota:

He ido a hacer unos recados volveré a tiempo para arreglarme para la inauguración de esta noche.

Te quiero.

Y me gusta mi cuerpo cuando está con tu cuerpo, T.

En el dorso, tiffany le había escrito el poema de e.e. s que empezaba con la última frase de su nota.

tae leyó y releyó el poema, preguntándose qué tipo de recados habría ido a hacer.

Tenía que admitir que se sentía un poco culpable tiffany tenía razón. Marie necesitaba una familia que la quisiera y se preocupara por ella. No le extrañaba que ella se sintiera tan atraída por la niña.

Aunque seguía igual de agobiada y angustiada por el peso de las obligaciones académicas, no podía quitarse de encima la sensación de que estaba siendo egoísta al poner su educación por delante del bienestar de una niña.

De todos modos, no le parecía adecuado llevarla lejos de su país, a una casa desconocida, llena de extraños. Especialmente sin saber qué era lo que tanto preocupaba a tiffany.

«Tal vez quiere que tengamos hijos en seguida y se está preparando para plantearme el tema.»

Le dio unas cuantas vueltas al tema, pero luego lo dejó de lado tiffany le había asegurado que entendía su ansiedad respecto al doctorado. No iba a cargarla con más preocupaciones.

Había trabajado tanto para llegar hasta allí... Sus comentarios de la noche anterior sobre

«La taeyeon que conocía» le habían hecho mucho daño. Ella se había pasado la vida tratando de ser compasiva con los demás. Y no creía que ser buena persona obligara a abandonar todos los sueños personales.

Por mucho que quisiera ayudar a Marie, no podía asumir una adopción en ese momento. Tal vez al cabo de un par de años, cuando se conocieran mejor y tae estuviera ya más avanzada en su tesis.

Una vez acabados los cursos de doctorado, podría dedicarse exclusivamente a la preparación del proyecto y a la redacción del texto. Era más fácil combinar la maternidad con la investigación desde casa.

(O eso suponía.)

Seguía preocupada por su esposa No sabía qué demonios secretos la atormentaban, ni por qué se mostraba tan reservada sobre las soluciones que buscaba.

Cogió su iPhone de la mesilla de noche y le envió un mensaje:

T:

He echado de menos despertarme a tu lado esta mañana.

Gracias por la nota y el poema.

Con ganas de que llegue ya la inauguración.

Yo también te quiero.

TAE xx.

Luego, haciendo un esfuerzo para ejercer la caridad, se vistió y pasó el día buscando al mendigo al que le había dado dinero durante su primera visita a Florencia con tiffany.

Buscó y preguntó por todo el centro, pero nadie parecía recordar a ningún hombre que respondiera a esa descripción.

Mientras taeyeon ahogaba sus penas en una limonada helada en el bar Perseo, tiffany estaba acabando su reunión con el dottore Massimo Vitali en los Uffizi. Cuando volvió a la habitación, la encontró vacía, pero el aroma de azahar de la colonia de tae permanecía en el aire.

Tenía muy buenos recuerdos de su anterior visita a Florencia. En la suite del hotel había una pared que le gustaría poder enmarcar o convertir en una capilla. Recordó los primeros tiempos de su relación. Había tenido que esforzarse mucho para ganarse la confianza de taeyeon De pronto, le vino una imagen de cómo sería su vida sin ella: vacía, desnuda, fría.

Tenía que resolver sus problemas en seguida, o la brecha entre ellas crecería y crecería hasta que acabara perdiéndola.

Cogió el teléfono y marcó el número de la consulta del terapeuta. Al no encontrar a nadie, dejó un mensaje largo.

Después abrió el portátil y, tras conectarse a Google, escribió dos palabras: «Owen hwang».

Varias horas después, tae estaba en el cuarto de baño, maquillándose, mientras tiffany se pintaba a su lado.

Cuando ella se rozó con los dedos una zona del cuello, se encogió sin querer. Aunque la señal que le había dejado el mordisco de Kitty ya no era visible, cada vez que se tocaba allí notaba sus dientes.

Una mano cariñosa le acarició la nuca.

—No volverá a hacerte daño nunca más.

tae buscó los ojos de tiffany en el espejo.

—Ojalá pudiera creerlo, pero no puedo quitarme de encima la sensación de que Natalie y ella no han acabado conmigo.

—No se atreverían —insistió tiffany, dándole un beso en la frente.

— ¿Cómo puedes estar tan segura?

Una sombra le cruzó el rostro, pero en seguida la eclipsó con una sonrisa.

—Confía en mí.

—Mi padre me ha llamado antes —dijo tae, resiguiendo el borde de la encimera de mármol con un dedo.

— ¿Qué te ha dicho?

—Tienen previsto casarse el Día del Trabajador. Será una boda íntima. No quieren esperar más Papá está más a gusto en su casa y Diane no quiere mudarse a vivir con él hasta que estén casados.

— ¿Y el bebé?

—No hay novedades. Diane está bastante bien y el niño todo lo bien que cabe esperar. Los controlan a menudo. —tae negó con la cabeza—. Pero papá se siente muy impotente.

—Es normal. Quiere protegerlos y no puede hacer nada.

tae asintió, observando el mármol como si fuera lo más interesante del mundo.

—Siento lo de Marie.

—Yo también. —Se apoyó en el mármol y se miró los pies—, pero al menos he intentado ayudarla.

—Tal vez alguna de las familias con las que has hablado cambien de idea. Si la conocieran, seguro que se enamorarían de ella.

tiffany asintió, moviendo los dedos de los pies.

—No diré que te comprendo, tiffany, porque no sería verdad. Yo no soy adoptada y, por lo tanto, no comparto esa afinidad especial que tienes con los niños del orfanato. Si pudieras esperar a que terminase los cursos de doctorado...

—Tenemos mucho tiempo para hablar de estas cosas, No hay prisa.

tiffany sonrió.

tae sintió alivio y alarma al mismo tiempo.

tiffany se siguió pintando, mientras ella la observaba fascinada.

—Esto me recuerda nuestro primer viaje a Florencia. ¿Te acuerdas de cuando nos estábamos arreglando para ir a los Uffizi? Entonces sólo era tu novia.

tiffany se detuvo.

—Tú nunca has sido sólo mi novia, taeyeon Eras mi amante. Y seguimos siendo amantes.

— ¿Cómo olvidarlo? —Ella señaló hacia el dormitorio, recordando su primera vez juntos—. He sido tan feliz aquí. Y esta noche te acompañaré a los Uffizi como tu esposa y podremos inaugurar la exposición de tus dibujos juntas.

—Son nuestros dibujos. Y te quiero más ahora que entonces. Aunque no hubiera creído que fuese posible.

—Yo también te quiero más ahora. —tae bajó la vista y se quedó mirando sus uñas pintadas de rojo—. Tu amor me ha curado de muchas maneras.

tiffany dejó su maquillaje sobre el mármol.

—No sé por qué te empeñas en ponerte cariñosa mientras me maquillo—Trató de no mancharle la bata de seda, pero fracasó— Ahora vamos a tener que acostarnos.

Ella se echó a reír.

—No podemos, Tenemos que estar en los Uffizi a las siete. Las invitadas de honor no pueden llegar tarde.

—Pero no estaría bien que una de las invitadas de honor estuviera de mal humor toda la noche porque está excitada y frustrada Hemos discutido y lo hemos solucionado me debes el o de reconciliación.

tae alargó la mano para comprobar sus pezones erectos.

—No quiero que estés incómoda, Profesora, pero es que aún tengo que arreglarme. Mira qué pelos llevo.

tiffany se echó hacia atrás para mirarle la rubia melena, manchada en varios puntos muy bien —refunfuñó—. Pues luego no te quejes si te llevo a un rincón oscuro para hacer contigo lo que quiera.

—Cuento con ello, SuperWomen —tae le mordisqueó la oreja antes de liberarse de su abrazo—. Y para que conste, a mí también me gusta mi cuerpo cuando está con el tuyo.

Poco después, tae salió del baño y se dirigió hacia la zona de estar, donde la aguardaba tiffany.

— ¿Qué te parece?

Dejando el libro que había estado leyendo, tiffany se levantó y se quitó las gafas.

Le dio la mano y la hizo dar una vuelta. Su vestido de Valentino era muy femenino. Tenía cuello barco, mangas abombadas, talle ajustado y falda acampanada. La tela era un tafetán rojo intenso.

tae se tiró del dobladillo, que le quedaba por encima de las rodillas.

—Creo que debí comprarme algo negro.

—No—La vista de tiffany se paseó por sus hombros expuestos, sobre el busto y más abajo, hasta llegar a sus piernas largas y bien formadas—El rojo es perfecto.

Siguió bajando la vista hasta llegar a sus zapatos de tacón negros. Eran unos peep toes Prada.

—Me oculta información, señora López No recuerdo haber visto estos zapatos antes.

Ella alzó una ceja.

—No eres la única que tiene secretos, Profesora.

La sonrisa de tiffany se desvaneció de golpe.

Ella se miró los pies.

—Pero puedo organizarte un pase privado, si quieres.

— ¿En un rincón oscuro de los Uffizi?

Cuando sus miradas se cruzaron, tae asintió.

tiffany la besó en la mejilla.

—Estás preciosa, Los invitados no harán caso de Boticelli. Sólo te mirarán a ti.

—Oh, no digas eso, tiffany Ya estoy bastante nerviosa. —Sacudió una imaginaria mota de polvo del vestido de tiffany —Estás muy guapa No tengo oportunidad de verte con un vestido tan apretado muy a menudo.

—Puedo organizarte un pase privado —repitió tiffany, besándole el interior de la muñeca. Cerró los ojos para inhalar su perfume.

—Rosas. —Abrió los ojos bruscamente—Has cambiado de perfume

.

—Sí, Se llama Noble Rose of Afghanistan. Es delicioso, ¿no crees? Y es un producto de comercio justo, que permite el desarrollo económico de Afganistán.

—Sólo tú elegirías el perfume pensando en el comercio justo —susurró Santana, con una penetrante mirada—. ¿Qué he hecho para merecerte?

—Tienes derecho a ser feliz. ¿Por qué no te das permiso para creerlo?

tiffany la miró en silencio antes de tomarla de la mano y llevarla hacia la puerta.

tae sintió que el corazón se le resquebrajaba al darse cuenta de que su amor no la había curado a ella.

—Professora, signora —los saludó Lorenzo, el ayudante del dottore Vitali, cuando llegaron a los Uffizi—. Primero nos reuniremos con los medios durante la inauguración. Luego visitaremos la exposición y, antes de la cena, habrá un cóctel.

tiffany asintió en italiano, sin soltar la mano de tae.

Lorenzo las guió hasta un pasillo donde se había reunido una multitud de unas cien personas.

tae reconoció muchas caras de la conferencia de tiffany de hacía un año y medio. Todos los hombres llevaban esmoquin, excepto los miembros de la prensa. Las mujeres lucían vestidos, muchas de ellas vestidos largos.

tae bajó la vista hacia sus piernas, cohibida.

Pronto estuvieron rodeadas de gente tiffany no paraba de estrechar manos y de intercambiar frases de cortesía, presentando a tae como su hermosa esposa. Ésta no perdía detalle mientras ella hablaba con los invitados en italiano, francés y alemán, desenvolviéndose con comodidad. Pero no la dejó sola ni un momento, rodeándole la cintura con el brazo.

Cuando el dottore Vitali les señaló la puerta de la exposición para que lo siguieran, tae se detuvo en seco.

A menos de quince metros, el profesor Pacciani, con una mujer alta y blanca cogida de su brazo, la estaba mirando fijamente.

tae abrió mucho los ojos.

Por un momento, le había parecido que su acompañante era hyuna, pero al fijarse mejor se había dado cuenta de que la mujer era al menos diez años mayor que hyuna.

tiffany notó que tae se detenía, pero iba distraída escuchando las instrucciones de última hora del dottore Vitali. Cuando se volvió a ver qué pasaba, algo muy parecido a un gruñido salió de su garganta.

—Ah, veo que conoce al profesor Pacciani —le susurró Vitali al oído—. Hemos invitado a los docentes universitarios, tal como nos pidió.

—Bien —dijo tiffany, aunque mentalmente lamentó no haber especificado a quién no había que invitar.

— ¿Vamos? —El dottore Vitali señaló hacia la puerta y las hwang lo siguieron.

tae y tiffany se enfrentaron juntas a la prensa, parpadeando por los flashes de las cámaras mientras Vitali los presentaba tae trató de disimular el nerviosismo, pero ser objeto de tanta atención no era fácil.

El director dio una larga explicación sobre las ilustraciones. Contó que eran copias de las originales de Botticelli de La Divina Comedia de Dante. Que, aunque ocho de las ilustraciones originales se habían perdido, las hwang estaban en posesión de un juego completo de cien ilustraciones.

Mientras recorría a los presentes con la mirada, tae se fijó en una cara. Una mujer rubia con aspecto juvenil y ojos bastante peculiares la miraba fijamente. Su reacción era tan distinta a la del resto de invitados que tae le devolvió la mirada hasta que tiffany le dio un codazo para que prestara atención al anfitrión.

El dottore Vitali contó la historia de las ilustraciones con todo detalle hasta llegar al siglo XIX, cuando volvieron a aparecer misteriosamente.

La galería se sentía muy orgullosa de mostrar unos dibujos que no habían visto la luz pública probablemente desde su creación.

Entre murmullos de aprobación, el público rompió en un espontáneo aplauso mientras Vitali agradecía a las hwang su generosidad.

tiffany soltó la cintura de tae y le tomó la mano para darle ánimos.

Agradecieron los aplausos con sonrisas e inclinaciones de cabeza. Luego, tiffany se acercó al podio y, en italiano, dio las gracias a los Uffizi y a su director.

Volviéndose hacia tae, añadió:

—No puedo dejar de mencionar a mi esposa, taeyeon La hermosa dama que tienen ante ustedes es la razón de que estemos aquí esta noche. De no ser por ella, me habría quedado las ilustraciones sólo para mí. Con sus palabras y sus actos me ha mostrado el significado de la bondad y la caridad.

tae se ruborizó, pero no pudo apartar la vista de los hipnóticos ojos de tiffany.

—El acto de hoy es sólo una pequeña muestra de su trabajo filantrópico. Ayer pasamos el día en el orfanato franciscano, con los niños. Y esta misma mañana, mi esposa ha estado recorriendo las calles del centro para hacer una obra de caridad.

»Los animo a disfrutar de la belleza de las ilustraciones de La Divina Comedia y a celebrar luego en sus corazones la belleza, la caridad y la compasión en la ciudad que Dante tanto amó: Florencia.

Gracias.

Los presentes aplaudieron con una sola excepción. Nadie pareció darse cuenta de la cínica reacción de la mujer rubia al oír a tiffany animar a llevar una vida virtuosa, ni su mirada de desprecio cuando oyó el nombre de Dante.

tiffany volvió al lado de tae y le dio un casto beso en la mejilla antes de hacerla girar para que quedara de cara a la prensa. Posaron para las cámaras antes de cortar la cinta que barraba el paso a las salas de exposición. Entre aplausos, la muestra se declaró inaugurada.

—Por favor. —Vitali señaló hacia la puerta, indicando que las hwang  tenían que ser los primeros en visitar la colección.

En cuanto entraron en la sala, tiffany y tae se quedaron boquiabiertas. Habían hecho reformas.

Las paredes, que solían ser de tonos pálidos, estaban pintadas de un azul intenso, sobre el que las ilustraciones a tinta destacaban mucho más.

Estaban expuestas por orden. La primera era el famoso Mapa del Infierno. Al recorrer la colección, se contemplaba el camino que una alma debía recorrer para pasar del pecado a la redención.

Y, por supuesto, también estaba la inevitable reunión entre Dante y su amada Beatriz.

— ¿Qué te parece? —le preguntó tiffany, mientras cogidas de la mano contemplaban una de sus ilustraciones favoritas, la de Dante y Beatriz en la esfera de Mercurio.

Beatriz llevaba un vestido vaporoso y señalaba hacia arriba, mientras Dante seguía su gesto con la mirada.

—Es precioso. —tae enlazó el meñique con el de ella—. ¿Recuerdas la primera vez que me mostraste esta ilustración? Cuando me invitaste a cenar a tu casa en Toronto.

tiffany se llevó la mano de su esposa a los labios, besándole la palma con reverencia.

— ¿Cómo olvidarlo? Sentí el impulso irrefrenable de enseñártelas. Ni siquiera se las había mostrado a Lucy Algo me dijo que podía confiar en ti.

—Puedes confiar en mí —afirmó ella, mirándola muy solemne.

—Lo sé.

tiffany parecía estar dudando. Por un momento, tae creyó que iba a confesarle sus secretos, pero alguien las interrumpió.

La atractiva mujer rubia se acercó para contemplar la ilustración.

Como si se tratara de un sueño, tae la observó moverse. Su cuerpo parecía deslizarse sin tocar el suelo. Sus pasos eran fluidos y silenciosos. A pesar de que parecía alta, en realidad era varios centímetros más baja que tiffany Y aunque parecía esbelta, el elegante vestido negro ocultaba poderosos sus curvas.

Las hwang se apartaron educadamente, pero antes de que tiffany mirara a los ojos a la recién llegada Sin decir nada, se colocó entre la desconocida y tae, en un movimiento protector.

—Buenas noches —dijo la extraña con acento británico, haciendo una reverencia.

tiffany reconoció el acento de la zona de Oxford.

—Buenas noches —saludó ésta con brusquedad, agarrando a tae de la mano.

Al ver el movimiento ese, la desconocida sonrió disimuladamente.

—Una noche memorable —comentó, señalando a su alrededor.

—Así es —replicó tiffany, sujetando a tae con más fuerza.

Ella le devolvió el apretón, para indicarle que empezaba a hacerle daño.

—Qué generoso por su parte compartir sus ilustraciones. —El tono de la invitada era francamente irónico—. Y qué suerte haberlas comprado de un vendedor secreto y no en el mercado.

Los ojos de la desconocida se desplazaron de tiffany a taeyeon, donde permanecieron unos instantes.

Las aletas de la nariz se le abrieron y la mirada se le suavizó antes de volverse hacia la ilustración.

—Sí, me considero muy afortunada Que pase una buena noche. —Con una brusca inclinación de cabeza, tiffany se alejó sin soltar la mano de la joven.

Ésta estaba muy sorprendida por la actitud de su esposa, pero prefirió no decir nada hasta que llegaron al otro extremo de la galería.

— ¿Quién era esa mujer?

—No tengo ni idea, pero mantente alejada de ella —Claramente agitada, se pasó una mano por la boca.

— ¿Por qué? ¿Qué está pasando? —tae la obligó a detenerse y a mirarla a los ojos.

—No lo sé —respondió ella, y parecía sincera—. Pero hay algo en esa mujer que no me gusta prométeme que te mantendrás alejada de ella.

tae se echó a reír y el sonido de su risa resonó por toda la sala.

—Es un poco rara, pero parece agradable.

—Los pitbulls también son agradables hasta que metes la mano en su jaula. Si ves que se acerca, date la vuelta y aléjate de ella Prométemelo —susurró tiffany.

—De acuerdo, pero no lo entiendo. ¿Os conocéis de antes?

—No lo creo, pero no estoy segura No me ha gustado cómo te miraba. Parecía que quería agujerearte el vestido con los ojos.

—Menos mal que tengo a Mujer maravilla a mi lado para protegerme. —tae le dio un beso decidido— Te prometo evitarla, a ella y a todos las personas guapas de la sala.

— ¿La encuentras guapa? —preguntó ella, malhumorada.

—Sí, pero es una belleza distante, como la de una obra de arte. No como tú. Si me besas, me olvidaré de ella para siempre.

tiffany se inclinó hacia ella y le acarició la mejilla con el dorso de los dedos antes de unir sus labios en un beso.

tae se mordió la parte interna de la mejilla.

—Me has hecho pasar un poco de vergüenza durante la presentación. No me gusta ser el centro de atención.

—Tú eres la auténtica benefactora, Yo sólo soy tu acompañante.

tae se echó a reír, pero esta vez la risa ya no resonó tanto porque la sala se había llenado. La mayoría de los asistentes se mantenían a una distancia respetuosa.

—Eres una acompañante encantadora, Profesora.

—Gracias. —tiffany se inclinó hacia ella para susurrarle al oído—: Siento haberte hecho pasar vergüenza con la presentación. Mi intención era animar a los asistentes a colaborar con el orfanato.

—En ese caso, puedes avergonzarme tanto como quieras. Sólo con que una persona se anime a ayudar, todo esto habrá merecido la pena. Aunque a nadie le gusten las ilustraciones.

— ¿Cómo no les van a gustar? Son exquisitas —afirmó tiffany, mirando a su alrededor.

tae estaba de acuerdo. A lo largo de los siglos, muchos artistas se habían inspirado en la obra de Dante, pero los dibujos de Botticelli siempre habían sido sus favoritos.

Siguieron recorriendo la exposición, deteniéndose ante cada uno tiffany comprobó satisfecha que la extraña parecía haber desaparecido.

Cuando llegaron a la última ilustración, tae se volvió hacia su esposa.

—Una exposición increíble. Han hecho una labor fantástica.

—No hemos terminado. —tiffany trataba de disimular una sonrisa, pero los ojos cafés le brillaban como chocolate caliente.

— ¿Ah, no? —Ella miró a su alrededor, confusa.

Cogiéndola de la mano, tiffany la llevó a la planta de arriba, a la sala Botticelli.

Al entrar allí, tae se quedó inmóvil, como cada vez que veía aquel lugar. Poder contemplar a la vez El nacimiento de Venus y La primavera siempre la dejaba sin aliento.

En aquella sala, tiffany había dado su conferencia durante su primera visita juntas a Florencia.

Había hablado de matrimonio y de familia, cosas que en aquel momento a ella le habían parecido etéreas como un sueño.

Mientras contemplaba La primavera, se sintió feliz. Había algo en aquel cuadro que la reconfortaba. Y nunca era lo mismo una reproducción que el original.

Si cerraba los ojos, sentía el silencio del museo, sólo roto por el eco de pasos lejanos. Si se concentraba, podía oír en su mente la voz de tiffany hablando sobre los cuatro tipos de amor: el amor ual, la amistad, el amor familiar y el amor que se sacrifica.

De repente, abrió los ojos y se sintió atraída por la imagen de Mercurio, en la parte izquierda del cuadro. Lo había visto mil veces, pero en ese momento, la figura la inquietó. Había algo en su apariencia, algo en su rostro que le resultaba extrañamente familiar...

—Desde la última vez que estuvimos aquí, han hecho una nueva adquisición. —La voz de tiffany la sacó de sus pensamientos.

— ¿Dónde está?

Ella la sujetó por el codo y la guió hacia una gran foto en blanco y negro que colgaba en la pared de enfrente de El nacimiento de Venus.

Ella se cubrió la boca con la mano.

— ¿Qué hace eso ahí?

tiffany la empujó hasta que pudo leer la placa que había debajo. Era una foto de tae de perfil, con los ojos cerrados y la larga melena levantada por unas manos femeninas Estaba sonriendo.

La había hecho tiffany en Toronto, la primera vez que ella accedió a posar para ella En la placa leyó lo siguiente:

«Deh, bella donna, che a’ raggi d’amore

ti scaldi, s’i’ vo’ credere a’ sembianti

che soglion esser testimon del core,

vegnati in voglia di trarreti avanti»,

diss’io a lei, «verso questa rivera,

tanto ch’io possa intender che tu canti.

Tu mi fai rimembrar dove e qual era

Proserpina nel tempo che perdette

la madre lei, ed ella primavera».

Dante, Purgatorio 28.045-051

«Ah, hermosa dama, iluminada por rayos de amor. Si tu apariencia fuera una señal de la belleza de tu corazón, te pediría que te acercaras a la orilla de este río —le dije—, para poder oír tu canto.

Me recuerdas cómo Proserpina era cuando su madre la perdió y se convirtió en primavera.»

—Son las palabras que pronuncia Dante cuando ve a Beatriz por primera vez en el Purgatorio. — tiffany le rozó el rostro con los dedos y le dirigió una mirada cargada de sentimientos—. Yo sentí lo mismo. Cuando te vi en Cambridge después de tantos meses, recordé esos versos. Al verte allí, de pie, en la calle, recordé todo lo que había perdido.

Esperaba que me vieras y te acercaras a mí.

tiffany la atrajo hacia su pecho mientras los ojos de tae se llenaban de lágrimas.

—No llores, mi dulce niña. Eres mi Beatriz, mi hojita pegajosa y mi bella esposa.

»Siento haberme portado como una cabrona contigo. Quería disculparme y demostrarte lo importante que eres para mí. Eres mi obra de arte.

tae levantó la vista y la miró a los ojos.

tiffany le secó las lágrimas con los pulgares antes de besarle la frente.

—Eres mi Perséfone. Eres la doncella y yo soy la dragona.

—No hablemos más de monstruos. —Britt le pasó la mano por el vestido, preocupada por si había manchado el vestido con las lágrimas o el maquillaje.

tiffany la abrazó con fuerza y la besó hasta dejarla sin aliento. Cuando la soltó, tae se echó a reír.

—Ya veo que estás disfrutando con la exposición, señora hwang.

—Mucho, pero me gustaría que retiraran la foto —añadió, poniéndose seria—. Aprecio el gesto, pero no quiero estar expuesta a la vista de todo el mundo.

—No lo estás.

tae hehó un vistazo a la foto y volvió a mirar a tiffany.

—Todo el mundo la verá.

—Vitali quería hacernos un regalo, pero no acepté nada. Luego se me ocurrió esto como un obsequio para ti. Él accedió a colgar tu foto aquí durante un rato—Señalando a su alrededor, añadió—: Vitali es un viejo romántico y estuvo encantado de hacer algo especial para nosotras. Accedió a colgar la foto durante exactamente una hora, que es el tiempo que tenemos esta sala para nosotras solas. Los ojos de tae se abrieron como platos.

— ¿Tenemos la sala Botticelli para nosotras solas?

tiffany le dirigió una mirada traviesa y le susurró al oído:

—No sólo eso, También el pasillo.

— ¿Me tomas el pelo?

—No, Nadie puede subir a esta planta hasta dentro de cuarenta y cinco minutos —respondió

tiffany, consultando la hora en su Rolex—, que es cuando tendremos que bajar para la recepción y la cena.

Con un movimiento brusco, tae le agarró los lados de la bufanda que llevaba con las dos manos y tiró de ella para darle un beso largo y apasionado en los labios.

—Parece que te gusta la sorpresa —comentó, cuando ella finalmente la soltó.

—Vamos—tae la agarró de la mano y la llevó hacia la puerta.

— ¿Adónde?

—o de reconciliación, o museístico, o de pasillo... Me da igual la etiqueta que le pongas, pero aprovechemos esta oportunidad.

Riendo, tiffany se encontró siguiendo a una tae muy decidida, que se dirigía hacia el pasillo tan de prisa como le permitían los tacones.

—Me sorprendes, señora hwang.

— ¿Por qué? —preguntó ella, levantando la voz para hacerse oír por encima del ruido de los tacones de las dos.

—Se supone que eres tímida. Se supone que eres la seducida, no la seductora.

La joven se volvió a mirarla con los ojos brillantes.

—Quiero un o contra una pared florentina, Profesora Un o de esos de infarto, que te dejan sin respiración. Acabas de decirme que disponemos de algo que nunca creí que pudiéramos tener: privacidad en un espacio público. ¡Que le den a la timidez!

tiffany se echó a reír a carcajadas, tirando la cabeza hacia atrás.

Luego la guió hasta un rincón oscuro del pasillo, entre dos estatuas de mármol situadas sobre pedestales.

—Esta vez no pararé —susurró tiffany, levantándole el vestido a la altura de los muslos.

—Bien.

—No hay aire acondicionado en esta zona, así que las cosas pueden ponerse un poco calientes—Le acarició el muslo con el dorso de la mano.

—No esperaba menos, Profesora.

tae le rodeó el cuello con los brazos y tiró de ella.

tiffany la levantó mientras ella le rodeaba la cintura con las piernas y la apoyó contra los cristales del pasillo.

Ella se estremeció cuando notó el frescor de los cristales en la espalda.

—Y ahora, dime. ¿Quién es guapa?

—Tú, Sólo tú. —tae le capturó la boca justo cuando ella gruñó.

La besó con determinación, trazándole el contorno de los labios. Cuando tiffany abrió la boca, la lengua de ella se deslizó en su interior con ganas.

Se besaron como si llevaran años separadas, ansiosas.

tiffany le recorrió el muslo arriba y abajo con la mano antes de levantarle la falda del vestido La tafetán suspiró, mostrando su aprobación.

Presionando contra ella, subió los dedos por su muslo hasta llegar a su cadera. Una vez allí, se apartó un poco para mirarla a la cara.

— ¿Dónde están las bragas?

—Me gusta mi cuerpo cuando está con el tuyo, ¿te acuerdas? Las bragas siempre molestan.

tiffany volvió a gruñir y el sonido resonó a lo largo del pasillo.

—Has ido así toda la tarde.

tae le guiñó el ojo.

—No me extraña que aquella mujer te mirara.

—Deja de hablar de otras mujeres —la reprendió ella, tirando de la bufanda.

tiffany cerró los ojos y se inclinó hacia ella para besarla una vez más, acariciándole la lengua con la suya.

tae cambió de postura y los finos tacones de aguja se le engancharon en el vestido de tiffany Tiró de la bufanda hasta quitarla, la dejó caer al suelo y bajando con desesperación los tirantes del vestido de tiffany. Le recorrió el cuello y el valle de sus pechos con los labios antes de deslizar una mano hacia el dobladillo del vestido de tiffany.

Pero tiffany no quería ir tan rápido. Le cogió la mano y volvió a ponérsela en el hombro antes de empezar a acariciarla entre las piernas con delicadeza.

La reacción de tae había sido mejor de lo que esperaba y casi no podía contener la felicidad que sentía.

Ella se movía y se retorcía, gimiéndole al oído.

—No me hagas esperar —le rogó, tirando de ella en vano.

Se movió adelante y atrás varias veces, provocándola, antes de deslizar en su interior sus dedos, llenándola por completo. Con un suspiro de placer, ella se contrajo a su alrededor.

No dijeron ni una palabra. No las necesitaban. tiffany conocía el cuerpo de su esposa tan bien como si fuera el suyo y las dos se movían y respondían a los movimientos de la otra cada vez más deprisa.

Por el pasillo resonaban gemidos apagados y gruñidos de satisfacción, que aumentaron de intensidad hasta que un grupo de estatuas casi se taparon los oídos. Mientras se movían al unísono, la espalda de tae hacía temblar la ventana que tenía detrás.

—Estoy llegando —dijo, aunque la última palabra quedó interrumpida por el o que se apoderó de ella.

tiffany aceleró el ritmo de las embestidas de sus dedos hasta que también se perdió en el éxtasis. tae se aferró a ella como si se estuviera muriendo, abrazándola con fuerza y con la cara enterrada en su cuello.

Permanecieron inmóviles unos momentos.

tiffany soltó el aire en una exhalación larga y relajada.

— ¿Todo bien? —preguntó, besándole la mejilla.

—Fantástico.

Permanecieron abrazadas en silencio mientras el corazón se les calmaba y recuperaban el aliento.

tiffany la dejó en el suelo con delicadeza y le bajó el vestido. Poniéndole las manos en la cintura, apretó cariñosamente.

— ¿Puedes andar? —le preguntó, mirando los caros zapatos con preocupación.

—Sí, aunque tal vez me tambalee un poco.

—Entonces, permíteme. —La tomó en brazos y la llevó al baño más cercano para lavarse.

Ya estando en el Baño las dos se estaban lavando las manos.

—El o contigo siempre es magnífico, porque es más que o. Me temo que vas a tener que arreglarte un poco el pelo y el maquillaje. O todo el mundo sabrá que acabamos de practicar o museístico. —tiffany parecía muy satisfecha de sí misma.

Ella alzó una ceja.

— ¿Tú ya estás lista para volver a la fiesta, Profesora?

—Por supuesto —respondió tiffany, intentado de arreglase el vestido— A mí no me importa que la gente sepa que he disfrutado del o museístico con mi esposa.

—Pues mejor, porque todos se darán cuenta, te lo aseguro.

— ¿Por qué?

—Porque te olvidas de algo. —tae le ofreció la bufanda con un dedo.

tiffany se llevó la mano al cuello, sorprendida, antes de subirse la cremallera del vestido.

—Seductora —murmuró, quitándole la bufanda de la mano.

tae se arregló el pelo frente al espejo.

—Entonces, en una escala del uno a lo trascendente, ¿qué nota le pondrías a este polvo?

—Ha sido de los que hacen que tiemble la tierra y que te descuides la bufanda.

—Pues no lo olvides. —tae se volvió hacia el espejo para pintarse de nuevo los labios

 

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?