capitulo 7

El Infierno de Taeyeon

Taeyeon dejó la bicicleta cerca de casa de los Clark-Hwang, un edificio grande y blanco, y se dirigió al porche. Nunca llamaba a la puerta antes de entrar, así que subió el escalón de un salto y abrió la puerta mosquitera. La escena que se encontró la dejó helada la mesa auxiliar del salón estaba hecha añicos y había manchas de sangre en la alfombra las sillas y los cojines estaban tirados por el suelo y Lucy y Aarón estaban abrazados en el sofá. Lucy estaba llorando.

— ¿Qué ha pasado? —preguntó taeyeon, con los ojos como platos.

—Tiffany —respondió Aarón.

— ¿tiffany? ¿Está herida?

— ¡Ella está bien! —respondió Lucy, riendo histéricamente—. Hace menos de veinticuatro horas que está en casa y ya se ha peleado con mi padre a empujones, ha hecho llorar a mi madre dos veces y ha enviado a Scott al hospital — Aarón, muy serio, siguió acariciando la espalda de su novia para tranquilizarla.

Taeyeon ahogó un grito — ¿Por qué?

— ¿Quién sabe? Es imposible saber qué le pasa por la cabeza. Ha discutido con papá y cuando mamá se ha interpuesto entre ellos, la ha empujado. Scott le ha dicho que la mataría si volvía a ponerle un dedo encima, y tiffany le ha dado un puñetazo y le ha roto la nariz—taeyeon bajó la vista hacia la mesita. Vio que había trozos de cristal clavados en la alfombra, junto a la sangre, restos de tazas de café rotas y galletas desmenuzadas.

— ¿Y qué ha pasado aquí? —preguntó, señalando la macabra escena.

—Scott se ha caído sobre la mesa por culpa de un empujón de tiffany Papá y Scott están en el hospital. Mamá se ha encerrado en su habitación y yo voy a pasar la noche en casa de Aarón.

Dicho esto, Lucy se levantó y arrastró a su novio hacia la puerta de la calle taeyeon seguía inmóvil en el sitio —Tal vez debería ir a hablar con tu madre.

—No pienso quedarme aquí ni un minuto más. Mi familia está rota. —Con estas palabras, su amiga se marchó taeyeon se acercó a la escalera, pero entonces oyó un ruido que venía de la cocina, por lo que se dirigió a esa parte de la casa. La puerta trasera estaba abierta y vio que había alguien sentado en el porche, llevándose una botella de cerveza a los labios. Tenía una abundante mata de pelo negro, que brillaba a la luz del atardecer la reconoció por las fotos que tenía Lucy.

Sin pensarlo dos veces, salió de la casa y se sentó cerca de ella, en una tumbona de jardín, abrazándose las rodillas y apoyando la barbilla en ellas.

Tiffany la ignoró.

Taeyeon la examinó a conciencia, grabándose su imagen a fuego en la memoria. En persona era todavía más guapa. Tenía los ojos marrones inyectados en sangre, pero aun así resultaban impresionantes y contrastaban vivamente con sus cejas oscuras. Resiguió el ángulo de sus pómulos, de su nariz, noble y recta, y de su mandíbula y vio un hoyuelo.

Finalmente, clavó la vista en sus labios, observando la forma y grosor del labio inferior antes de darse cuenta de los moratones tenía sangre en la mano derecha y un cardenal en la mejilla izquierda. El puño de Scott la había alcanzado, pero sorprendentemente, Santana no había perdido el conocimiento.

—Llegas tarde para la sesión de las seis. Ha acabado hace media hora —Su voz era suave, casi tan agradable como sus rasgos. Por un instante, taeyeon pensó cómo sería oír esa voz pronunciando su nombre se estremeció.

—Aquí hay una manta —le ofreció ella, señalando una manta de lana a cuadros escoceses que tenía junto a la cadera. Sin levantar la vista, dio unos golpecitos a la prenda.

Taeyeon la miró con desconfianza. Cuando se convenció de que ya no era peligrosa, se acercó y se sentó en un taburete, aunque todavía manteniendo cierta distancia. Se preguntó si sería rápida corriendo. Y luego se preguntó si ella podría correr más rápido si la persiguiera Santana le dio la manta.

—Gracias —murmuró taeyeon, cubriéndose los hombros con ella la miró de reojo. Era bastante alta y se le veía encogida en la silla Adirondack de jardín. La cazadora de cuero negro hacía que su pelo se viera más negro. La llevaba desabrochada y taeyeon vio sus voluminosos pechos cubiertos por la ceñida camiseta, de color negro, igual que los vaqueros. Tenía las piernas pequeñas pero trabajadas se dio cuenta de que estaba más alta y fuerte que en las antiguas fotos de su hermana.

Quería decir algo, pero no se atrevía. Quería preguntarle por qué había actuado de un modo tan violento con la familia más agradable que conocía. Pero era demasiado tímida y, además, estaba un poco asustada. Así que, en vez de eso, le preguntó si tenía un abridor tiffany frunció el cejo, pero llevándose la mano al bolsillo trasero del pantalón, sacó uno y se lo ofreció ella le dio las gracias y se quedó inmóvil ella se volvió hacia la caja de cervezas medio vacía que tenía a la espalda, cogió una botella y se la ofreció.

—Permíteme —le dijo, sonriendo al mirarla por fin a la cara taeyeon le devolvió el abridor y ella destapó la cerveza con facilidad, brindando después haciendo entrechocar las botellas—. ¡Salud! Ella bebió para no hacerle un feo, tratando de no atragantarse cuando aquella bebida con sabor a cebada le llegó a la boca. Sin darse cuenta, ronroneó.

— ¿Habías probado la cerveza alguna vez? —le preguntó ella sonriendo taeyeon negó con la cabeza.

—Pues me alegro de haber sido la primera —Ella se ruborizó y ocultó la cara bajo su mata de pelo color caoba.

— ¿Qué haces aquí? —tiffany la miraba con curiosidad taeyeon tardó unos segundos en responder, buscando una manera delicada de decirlo.

—Estaba invitada a cenar. «Esperaba conocerte al fin.» Ella se echó a reír.

—Pues me temo que he estropeado la velada. Bien, señorita Ojos onices, añada eso a mi cuenta.    

— ¿Puedo preguntarte qué ha pasado? —taeyeon lo preguntó en voz muy baja, casi en un susurro, para que no se le notara el temblor.

— ¿Puedo preguntarte por qué todavía no has salido corriendo? —contraatacó ella, mirándola fijamente con sus ojos marrones ella volvió a agachar la cabeza. Esperaba que, si se mostraba sumisa, se le pasaría el enfado. Sabía que estar allí con tiffany después de lo que había pasado era una tontería. Estaba borracha y, si se ponía violenta, taeyeon no tenía a nadie cerca a quien pedir ayuda.

Era un buen momento para marcharse inesperadamente, ella alargó el brazo y le apartó el pelo de la cara, colocándoselo detrás del hombro. Le acarició el cabello con los dedos durante unos momentos antes de soltárselo taeyeon notó una especie de conexión entre los dedos de tiffany y su pelo y volvió a ronronear con los ojos cerrados, olvidándose de lo que le había preguntado.

—Hueles a vainilla —comentó ella, cambiando de postura para verla mejor.

—Es el champú —tiffany se acabó la cerveza y abrió otra inmediatamente, bebiendo un buen trago antes de volverse hacia taeyeon otra vez.

—No sé cómo ha pasado.

—Te quieren mucho. Se pasan el día hablando de ti.

—La hija pródiga. O un demonio, tal vez. El demonio tiffany —dijo, riendo amargamente antes de acabarse la nueva cerveza de un trago y abrir otra.

—Estaban tan contentos de que volvieras a casa... Por eso tu madre me invitó a cenar.

—No es mi madre. Y tal vez Grace te invitase porque sabía que necesitaba a un ángel de pelo rubio que velara por mí —Se inclinó hacia ella y le apoyó la mano en la mejilla taeyeon ahogó una exclamación. Levantó la vista, sorprendida por su contacto, y quedó prisionera de sus ojos marrones, que también la estaban mirando con sorpresa tiffany, claramente ebria, le acarició la mejilla ruborizada con el pulgar y pareció dudar, como si no comprendiera de dónde salía el calor que desprendía la cara de la recién llegada cuando apartó la mano, taeyeon sintió ganas de llorar ya la echaba de menos dejando la botella en el suelo, ella se levantó.

—El sol se está poniendo. ¿Quieres venir a dar un paseo? —Ella se mordió el labio sabía que no debería acompañarla pero era tiffany, la de la fotografía, y sabía que ésa sería seguramente su única oportunidad de estar con ella después de lo que había pasado, dudaba que volviera de visita nunca más. O, por lo menos, durante una buena temporada dejó la manta en el porche y la siguió—Tráete la manta —le indicó ella taeyeon la enrolló y se la puso bajo el brazo Santana le cogió la otra mano.

Ella ahogó un grito al notar un cosquilleo que le empezaba en la yema de los dedos y le subía por el brazo. Tras superar la curva del hombro, se lanzó en picado hacia su corazón, haciendo que éste le latiera mucho más de prisa tiffany le rozó la cabeza con la suya — ¿No habías ido nunca de la mano de una chica? —Cuando ella negó con la cabeza, ella se echó a reír suavemente—. Pues me alegro de ser la primera —se adentraron lentamente en el bosque y pronto dejaron de ver la casa de los Clark-hwang.

A taeyeon le gustaba la manera en que su mano encajaba con la suya, la sujetaba con delicadeza pero con decisión y, de vez en cuando, le apretaba los dedos como si quisiera recordarle que seguía allí taeyeon pensó que tal vez ir de la mano con alguien era siempre así, aunque no tenía experiencia y no podía comparar sólo había entrado en ese bosque una o dos veces anteriormente y siempre con Lucy si algo iba mal, probablemente se perdería, pero apartó esos pensamientos de su mente y se concentró en la agradable sensación de ser llevada de la mano por la fuerte y cálida de la enigmática tiffany—Antes pasaba mucho tiempo aquí —comentó ella—. Es muy tranquilo.

Un poco más lejos hay un huerto de manzanos abandonado. ¿Te lo ha enseñado Lucy?—taeyeon  negó con la cabeza tiffany la miró muy seria—Estás muy callada. Puedes hablar conmigo. Te prometo que no te morderé —dijo, con una de sus sonrisas características, una sonrisa que taeyeon había visto en las fotos de Lucy.

— ¿Por qué has venido a casa? Ella ignoró su pregunta y siguió andando, pero le agarró la mano con más fuerza ella le devolvió el apretón para demostrarle que no estaba asustada. Aunque en realidad sí lo estaba.

—No quería venir a casa. No en este estado. Perdí algo y llevo semanas borracha —Su honestidad la sorprendió.

—Pero si has perdido algo, puedes recuperarlo.

—No lo he perdido para siempre —replicó ella, entornando los ojos luego aceleró el paso y taeyeon tuvo que esforzarse para seguirle el ritmo.

—He venido a buscar dinero estoy desesperada y sí, estoy bien jodida también —dijo, estremeciéndose—. Ya estaba jodida antes de liarme a hostias con todo el mundo. Antes de que llegaras.

—Lo siento mucho—encogiéndose de hombros, tiffany tiró de ella hacia la izquierda.

—Ya casi hemos llegado— A través de una zona de vegetación menos tupida, entraron en un pequeño claro cubierto de hierba y salpicado de flores silvestres, malas hierbas y algún tocón de árbol. El silencio era tan intenso que casi podía oírse. En un extremo del claro había varios manzanos viejos y de aspecto abandonado —Aquí es —anunció ella, señalando con el brazo a su alrededor—Esto es el Paraíso—Guiándola hasta una gran roca que inexplicablemente había caído en medio de aquel campo, tiffany la sujetó por la cintura y la sentó en ella. Luego trepó y se sentó a su lado taeyeon se estremeció. La roca estaba fría a la débil luz del atardecer y el frío se coló con facilidad a través de la fina tela de sus vaqueros tiffany se quitó la cazadora y se la colocó sobre los hombros —Pillarás una pulmonía y te morirás —le advirtió distraídamente, rodeándole los hombros con el brazo y acercándola a ella el calor corporal que irradiaba la calentó inmediatamente taeyeon inspiró hondo y suspiró, maravillándose de lo bien que encajaba bajo su brazo como si hubiera sido creada para estar allí.

—Eres Beatriz.

— ¿Beatriz?

—La Beatriz de Dante—ella se ruborizó.

—No sé quién es.

Tiffany se echó a reír y taeyeon sintió su cálido aliento en la mejilla antes de que le acariciara la oreja con la nariz — ¿No te han contado eso? ¿No te han dicho que la hija pródiga está escribiendo un libro sobre Dante y Beatriz? Al ver que no respondía, la besó suavemente en la cabeza—Dante era un poeta y Beatriz era su musa. La conoció cuando ella era muy joven y la amó a distancia toda la vida. Beatriz fue su guía en el Paraíso —taeyeon la escuchaba con los ojos cerrados, aspirando el aroma de su cuerpo. Olía a almizcle, a sudor y a cerveza, pero no hizo caso de eso y se centró en el aroma que era únicamente suyo tiffany tenía un olor muy peligroso —Hay un cuadro de un pintor llamado Holiday te pareces mucho a su Beatriz —añadió ella y, cogiéndole la mano, se llevó sus pálidos dedos a los labios, besándoselos con veneración.

—Tu familia te quiere. Deberías hacer las paces con ellos. —taeyeon no sabía de dónde habían salido aquellas palabras tiffany se limitó a abrazarla con más fuerza

—No son mi familia. No la de verdad. Además, es demasiado tarde, Beatriz —ella se sobresaltó al oírla llamarla así. Realmente había bebido demasiado. Pero ni siquiera entonces apartó la cabeza que descansaba en su hombro. Poco después, tiffany llamó su atención acariciándole el brazo—No has cenado— taeyeon negó con la cabeza.

—No.

— ¿Quieres que te dé de cenar? A regañadientes, levantó la vista para mirarla ella sonrió y, bajando de la roca, se acercó a uno de los pocos manzanos que sobrevivían. Estudió los frutos y escogió el más grande y rojo que encontró. Luego cogió otro más pequeño y se lo guardó en el bolsillo mientras regresaba a su lado—Beatriz —dijo, ofreciéndole la manzana.

Ella se la quedó mirando, hipnotizada, como si se tratara de un tesoro tiffany se echó a reír y la movió delante de sus ojos, como habría hecho un niño con un azucarillo delante de un poni taeyeon cogió la manzana y se la llevó a la boca, mordiéndola con decisión ella observó cómo lo hacía; observó cómo tragaba. Luego volvió a su lado en la roca y la abrazó de nuevo, aparentemente satisfecha manteniéndole la cabeza apretada contra su hombro con delicadeza, se sacó la otra manzana del bolsillo y se la comió se quedaron allí quietas mientras el sol se ponía cuando el claro estuvo a punto de quedar envuelto en sombras, tiffany extendió la manta sobre la hierba —Ven, Beatriz —la invitó, tendiéndole la mano taeyeon sabía que era una locura sentarse con ella en la manta, pero lo hizo igualmente estaba enamorada de tiffany desde la primera vez que Lucy le enseñó una foto suya. Sin poder resistirse, había robado esa foto. Y ahora que la tenía ante ella en persona, en carne y hueso, no podía hacer otra cosa que darle la mano — ¿Alguna vez te has tumbado en el suelo al lado de una chica para mirar las estrellas? —preguntó ella, tirando de ella hasta que estuvo tumbada a su lado.

—No— tiffany entrelazó los dedos con los suyos y las colocó encima de su corazón. Su latido firme y regular la tranquilizó.

—Eres hermosa, Beatriz. Como un ángel de ojos lindos —taeyeon se volvió para mirarla y sonrió.

—Pues yo creo que tú eres hermosa —dijo tímidamente, acariciándole la mandíbula y maravillándose de la sensación ella sonrió a su vez y cerró los ojos ella le resiguió los rasgos de la cara con los dedos durante un buen rato, hasta que el brazo se le empezó a dormir.

—Gracias —dijo ella, abriendo los ojos ella sonrió y le apretó la mano, sintiendo que el corazón de tiffany se aceleraba— ¿Te han besado alguna vez? Ruborizándose intensamente, taeyeon negó con la cabeza—Pues me alegra de ser la primera —Incorporándose un poco y apoyándose en un brazo, se inclinó sobre ella con una sonrisa en los labios y los ojos brillantes.

Ella cerró los ojos justo antes de que sus labios se encontraran estaba flotando los labios de tiffany eran cálidos y acogedores y se posaron sobre los suyos con cuidado, como si tuviera miedo de lastimarla insegura y recelosa, taeyeon permaneció quieta, con la boca cerrada tiffany le acarició la mejilla con el pulgar, mientras su boca se movía delicadamente sobre la de ella el beso no fue lo que taeyeon esperaba se había imaginado que sería un beso descuidado, algo violento. Se había imaginado que sus besos serían desesperados, urgentes, que sus dedos buscarían partes de su cuerpo que no estaba lista para dejarle tocar pero tiffany dejó las manos donde las tenía, una acariciándole la parte baja de la espalda y la otra la mejilla. Fue un beso tierno y dulce, el tipo de beso que taeyeon se imaginaba que un amante le daría a su amada después de una larga ausencia la estaba besando como si la conociera, como si le perteneciera. Era un beso apasionado, lleno de emoción, como si cada fibra de su ser se hubiera fundido y extendido sobre sus labios para poder transmitírselas a ella. Su corazón dio un brinco ante esa idea. Nunca se habría imaginado que un primer beso pudiera ser así cuando la presión de los labios de tiffany disminuyó, sintió ganas de llorar era consciente de que nadie volvería a besarla así nunca más. Ninguna mujer podría estar nunca a su altura. Nunca ella suspiró hondo y la besó en la frente antes de apartarse—Abre los ojos.

Al hacerlo, taeyeon se encontró con un par de ojos marrones excepcionalmente oscuros y llenos de sentimiento, aunque no fue capaz de descifrar sus emociones tiffany sonrió y la besó en la frente una vez más antes de tumbarse y mirar las estrellas— ¿En qué piensas? —preguntó ella, cambiando de postura y acurrucándose a su lado, muy cerca de ella pero sin llegar a tocarla.

—Pensaba en lo mucho que te he esperado esperaba y esperaba y nunca llegabas —respondió ella con una sonrisa melancólica.

—Lo siento, tiffany.

—Pero ahora estás aquí Apparuit iam beatitudo vestra.

—No sé qué significa —contestó tímidamente.

—Significa «ahora aparece tu bendición», aunque debería ser «mi bendición», porque soy yo la que recibe la bendición de tu presencia. —tiffany la abrazó. Pasándole un brazo por detrás, la sujetó por la cintura, abriendo los dedos—. Durante lo que me quede de vida soñaré con tu voz susurrando mi nombre taeyeon sonrió en la oscuridad— ¿Te has quedado dormida alguna vez entre los brazos de un chica, Beatriz? Ella negó con la cabeza—Pues me alegro de ser la primera —Cambió de postura para que le apoyara la cabeza en el pecho, cerca del corazón. Su delicado cuerpo encajaba a la perfección a su lado—. Como la costilla de Adán —murmuró tiffany contra su pelo.

— ¿Tienes que marcharte? —susurró taeyeon, acariciándole el pecho con dedos vacilantes.

—Sí, pero no esta noche.

— ¿Volverás? —Su voz era casi un gemido ella suspiró profundamente.

—Mañana seré expulsada del Paraíso, Beatriz nuestra única esperanza es que tú me encuentres. Búscame en el Infierno la volvió delicadamente, tumbándola en el suelo. Luego colocó una mano a cada lado de su cuerpo y se cernió sobre ella. Con los ojos muy abiertos, la miró con nostalgia, intensamente, como si pudiera ver dentro de su alma.

Y entonces, la besó.   

 

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?