—Despierta, cariño. —Tiffany pasó el pulgar por las cejas de tae— Tienes que prepararte.

Ella enterró la cara en la almohada y murmuró algo ininteligible.

Tiffany se echó a reír Tenía un aspecto adorable.

—Vamos, ve a la ducha antes de que entre alguno de los vecinos.

—Ve tú primero.

—Yo ya estoy duchada y vestida —Le recorrió la espalda desnuda con la mano, disfrutando del temblor que provocó.

—Me tuviste despierta hasta muy tarde —gruñó ella.

—Si no te levantas, Katherine se enfadará con nosotras.

—Pues no me ducho así puedo dormir un poco más.

Tiffany le dio la vuelta y le hundió la nariz en la clavícula para aspirar su aroma.

—Hueles a o —susurró, sacando la lengua para lamerle la piel—, y a mí.

—Por eso mismo no quiero ducharme el o de reconciliación de ayer fue increíble me gusta recordarlo.

tiffany estuvo a punto de arrancarle la sábana y volver a practicar o salvaje, apasionado (y de los que dejan tu aroma en la otra), pero logró contenerse.

—No puedes dar una conferencia en Oxford oliendo a o.

— ¿Quieres verlo?

tiffany miró la hora luego miró a su esposa.

Y luego se quitó toda la ropa y se rindió al o pre conferencia, un o salvaje, apasionado (aunque rapidito) y del que deja tu aroma en la otra.

Las hwang salieron tarde de la habitación mientras se dirigían apresuradamente hacia el All Souls College, tae le contó a tiffany la historia de Katherine y el viejo Hut.

tiffany se sorprendió bastante había oído hablar del profesor Hutton, pero no lo había conocido personalmente al parecer, era un poco cabrón.

(Uno podría preguntarse si había sido un poco cabrón o mucho, dada la antigua naturaleza de la profesora que emitía el juicio.)

tiffany le estaba muy agradecida a Katherine por haberlas defendido y se lo hizo saber mientras desayunaban en el All Souls College también comentó que esperaba que hyuna no aprovechara la conferencia de taeyeon para crear más problemas.

—Sandeces —dijo la profesora— taeyeon tiene la situación controlada y deberíamos dejar que ella se encargara de todo.

tae sonrió valientemente, aunque sin dejar de juguetear con el colgante de plata que tiffany le había regalado en Selinsgrove.

Al entrar en St. Anne después de desayunar, tiffany le rodeó la cintura con el brazo.

—Estás preciosa, Y lo harás muy bien.

Ella bajó la vista hacia su traje de chaqueta azul marino, del mismo color que los zapatos. A tiffany le habría gustado que llevara zapatos de Prada o de Chanel, pero a ella no le apetecía ir haciendo ostentación de su dinero prefería que la gente se fijara en su trabajo, no en su ropa por eso se había comprado un sencillo conjunto de falda y chaqueta de Ann Taylor y unos zapatos de tacón discreto de Nine West a pesar de todo, al ver cómo vestían algunos de los asistentes, se sintió demasiado arreglada.

Bajo la ropa llevaba el aroma de tiffany y el corsé que ésta le había regalado, lo que la hacía sentirse mucho más segura.

—Voy por un café, ¿Qué quieres que te traiga? —preguntó tiffany con una sonrisa.

—Un botellín de agua, por favor Si no te importa, voy a sentarme.

—Claro, Nos vemos dentro.

tae le devolvió la sonrisa y entró en la sala de conferencias sola.

tiffany intercambió unas cuantas frases de cortesía con algunos colegas antes de llegar a la mesa de las bebidas cuando se hubo servido el café y cogido el botellín de agua, todo el mundo había entrado ya en la sala de conferencias.

O eso creyó.

—Hola, profesora —dijo una seductora voz a su espalda.

Al volverse se encontró con hyuna, cerniéndose sobre ella como un fantasma malevolente.

— ¿Qué quieres? —le espetó, lanzándole una mirada asesina.

—Ayer quería hablar, ¿no? Pues hable.

tiffany miró a su alrededor, preguntándose si sus voces podrían oírse desde el interior de la sala de conferencias.

Ella se acercó más de lo debido y, cerrando los ojos, inhaló con fuerza al volver a abrirlos, le dirigió una mirada hambrienta.

—Huele a o.

—Déjate de jueguecitos conmigo quiero que pares de difundir calumnias.

—No va a poder ser.

—Te demandaré.

Una emoción pasajera cruzó el rostro de hyuna, pero en seguida recobró la sonrisa relajada.

— ¿Por qué? ¿Por contar la verdad?

—No hay nada de cierto en tus difamaciones nadie te acosó en Toronto Y Brittany hace su trabajo sola, como resulta obvio para cualquier persona con dos dedos de frente.

Desde el interior de la sala de conferencias se oyeron unas risas tiffany se volvió hacia allí.

hyuna alzó la voz para recuperar su atención.

—Se olvida de la suspensión administrativa por tirarse a una de sus alumnas esa es una historia interesante. Por no hablar de la profesora Singer. Ella tiene unas cuantas cosas que decir también. Qué lástima que no sacara fotos. Me encantaría tener una.

Levantó una mano para sacudir una imaginaria mota de polvo de las de la chaqueta azul marino de tiffany.

tiffany le sujetó la muñeca y se la apretó con fuerza.

—Estás jugando con fuego.

Ella se acercó aún más, inclinándose hasta que sus bocas estuvieron a escasos centímetros de distancia.

—Eso espero, profesora.

tiffany la soltó, asqueada Dio un paso atrás y se limpió las manos en la chaqueta, como si se hubiera contaminado con una nueva mirada en dirección a la puerta de la sala de conferencias, decidió que la conversación ya había durado demasiado.

—Cierra la boca o haré que tu vida se convierta en un infierno.

—No hace falta que se ponga tan agresiva Poder acabar con esta situación está en sus manos—Señalando hacia su entrepierna, le dirigió una sonrisa de aprobación—Bueno, en realidad, un poco más abajo.

Maldiciendo entre dientes, tiffany se alejó, pero hyuna la siguió.

—Venga a mi hotel y mañana ya no tendrá que preocuparse por mi boca—Apoyándole una mano en el brazo, añadió en un susurro sugestivo—: La conozco sé lo que le gusta y lo que quiere Follaremos toda la noche y luego nuestros caminos se separarán.

tiffany le apartó la mano bruscamente.

—No.

—En ese caso, lo que pase caerá sobre su conciencia.

tiffany dio un paso hacia ella.

—No te acerques a mi esposa, ¿me oyes?

—Me hospedo en el Malmaison antes era una prisión, lo que supongo que le resultará atractivo—Se puso de puntillas para murmurarle al oído—: He traído esposas.

tiffany, que estaba demasiado ocupada librándose de ella, ni siquiera se dio cuenta de que hyuna le había metido algo en el bolsillo de la chaqueta.

hyuna se despidió con una sonrisa sarcástica.

—Es su única oportunidad Venga antes de medianoche.

Y girando sobre sus altísimos tacones, se alejó moviendo las caderas luego, como si acabara de acordarse de algo importante, se detuvo y la miró por encima del hombro.