cap 33

El Infierno de Taeyeon

 

Tae no era psicóloga aunque había hecho terapia y estaba familiarizada con el programa de recuperación en doce pasos, trataba de no diagnosticar a los demás, pero en el caso de su esposa no podía evitarlo algo le preocupaba algo lo bastante grave como para llevarla a retomar sus viejas costumbres a la hora de enfrentarse a los problemas.

Sospechaba que lo que le preocupaba estaba relacionado con la enfermedad del bebé de Tom y Diane, pero no estaba segura la correlación de las dos cosas no demostraba que una hubiera causado la otra.

Tal vez hubiera sido casualidad.

El caso era que, al no saber qué le pasaba, no podía ayudarla, Ni consolarla, Era como si un nubarrón negro se hubiera instalado sobre ellas, a pesar de los esfuerzos de tiffany de actuar como si no pasara nada.

Tae sabía que algo pasaba. Y su negativa a compartirlo con ella le hacía daño.

Su estancia en Umbría llegaba a su fin pronto viajarían a Florencia tae  estaba dispuesta a darle todo su amor y su apoyo, pero si cuando llegaran a Cambridge seguía sin confiar en ella, tomaría cartas en el asunto.

El verano anterior, tiffany había colaborado como voluntaria en un orfanato franciscano durante el período en que se mantuvo apartada de tae el personal del orfanato pronto descubrió que no era la voluntaria ideal en vez de obedecer las órdenes que recibía, daba órdenes a todo el mundo no dudaba en alterar el funcionamiento del centro, o exigir cambios en la comida o en las instalaciones Y cuando el personal protestaba diciendo que no había dinero para hacerlo, lo ponía de su bolsillo.

En resumen, el director del orfanato, fra Silvestro, agradecía mucho sus donativos, pero se sintió aliviado cuando los franciscanos de la Santa Croce convencieron a tiffany de que sería más útil haciendo visitas guiadas y dando conferencias sobre la vida de Dante.

El monje se mostró encantado de que tae fuera a ir al orfanato con tiffany en agosto, esperando que moderara el agresivo estilo de caridad que practicaba su esposa.

Cuando las Hwang llegaron, fueron recibidas por el director, su ayudante Elena y unos cuantos niños Éstos, que tenían entre cuatro y ocho años, la llamaron Zia tae y le regalaron un ramo de flores y los dibujos que habían hecho para ella todos estaban pintados con colores vivos y en ellos se veía a niños sonrientes y a una mujer de pelo largo y claro en el centro.

Al principio, tiffany se sintió abrumada Se vio reflejada en los ojos de los niños, especialmente de los más mayores se acordó de la sala de espera del hospital de Sunbury tras la muerte de su madre, cuando trataba de sacar algo de comer de la máquina expendedora no tenía dinero y se había agachado para buscar alguna moneda perdida debajo de la máquina.

Enterró el recuerdo si no se hubiera encontrado con Grace ese día, su vida habría sido muy distinta.

Tae se agachó para saludar a los niños poniéndose a su altura se la veía muy cómoda, riendo y hablando con ellos en italiano.

Tras las presentaciones de rigor, las llevaron a un patio lateral donde las esperaban el resto de los niños, que tenían entre uno y doce años el personal llevaba en brazos a los más pequeños, para que no se perdieran la fiesta.

Tiffany no había podido alquilar animales de granja, pero a cambio contrató los servicios de cuatro ponis y de sus criadores los animales estaba atados en un extremo del patio, rodeados de un montón de excitados niños.

Había globos, juegos y un gran castillo hinchable las mesas estaban llenas de comida y dulces.

A un lado había una gran pirámide de paquetes de regalos.

— ¿Cómo sabrán qué regalo es para cada niño? —se preguntó tiffany en voz alta, echando un vistazo a los paquetes.

Tae miró hacia la pila de regalos.

—Seguro que tienen etiquetas con los nombres.

— ¿Y si no les gusta el regalo que reciben?

—Elena preguntó a cada niño lo que quería y eso es lo que hemos comprado —tae le apretó la mano—. Deja de preocuparte si los niños te ven con el cejo fruncido, se van a asustar.

tiffany hizo una mueca desdeñosa ante las injustas críticas, pero cambió de expresión.

Observó a tae mientras ésta jugaba con los niños, haciendo pompas de jabón o lanzando globos al aire. Un niño pequeño, de ojos y pelo oscuros, se encariñó de ella y pronto tae se lo cargó a la cadera, haciendo equilibrios para evitar un hilillo de baba, mientras se liberaba el pelo de los puños regordetes del pequeño.

tiffany tuvo una revelación tan intensa que le resultó dolorosa.

«tae ha nacido para ser madre. Es amable, generosa y paciente. Tiene todo lo que le faltaba a mi madre biológica, todo lo que Grace tenía en abundancia. Tal vez incluso sería suficiente para compensar mis carencias.»

Para mantener la melancolía a raya, ayudó a subir y bajar a los niños de los ponis tae había acertado: los animales fueron lo más celebrado de la fiesta. Los niños hacían cola para acariciarlos y darles de comer entre paseo y paseo.

Cuando llegó la hora de repartir los regalos, tiffany se colocó tras la pirámide de paquetes, al lado de tae.

Fra Silvestro hizo un pequeño discurso, agradeciendo la generosidad de Zia y Zia hwang.

tiffany y taeyeon —que seguía llevando al pequeño en brazos— inclinaron la cabeza para agradecer los aplausos, antes de empezar a repartir los paquetes.

tiffany no pudo repartir muchos, porque un niño le tiró de los pantalones para llamar su atención.

—Hola —lo saludó tiffany en italiano— ¿Cómo estás?

— ¿Eres tú?

— ¿Si soy quién?

—La mujer maravilla.

tiffany lo miró sorprendida.

— ¿Por qué crees que soy La mujer Maravilla?

—Porque te pareces a ella ¿Puedo ver qué llevas debajo de la camisa? —El niño señaló la camisa cuello V de tiffany.

tiffany sonrió con ironía.

—Hoy no llevo puesto el traje.

—Pero te pareces mucho a ella y llevas una pulsera igual a la de ella .

Pensaba que su pulsera fina eran mucho más elegante que la horrible de la mujer maravilla.

(Aunque tal vez se equivocaba.)

Sin embargo, no tuvo tiempo de ofenderse, porque en cuanto se acomodó la pulsera, el niño ahogó una exclamación. Pronto, un grupo de críos se había reunido a su alrededor.

—Es La mujer Maravilla —susurró el primer niño, señalándolo triunfalmente.

tiffany volvió a acomodarse la pulsera y le alborotó el pelo.

—Me temo que no lo soy. Soy la Zia tiffany de América. Zia taeyeon es mi esposa.

Los niños se volvieron hacia ella, que seguía diciendo nombres en voz alta y repartiendo paquetes envueltos en papel de regalo de vivos colores al darse cuenta de que la estaban mirando, les dirigió una bonita sonrisa.

—Es la novia de la mujer maravilla —afirmó una vocecita.

—Sí —corroboró el primer niño—También la hemos reconocido.

tiffany la examinó con nuevos ojos.

—Pensaba que era más baja —murmuró.

—Tengo un dibujo —dijo otro pequeño—. ¿Ves? —Le mostró la cubierta de un tebeo de la mujer maravilla—. Es ella.

—Se ha cortado el pelo —comentó otro niño, desencantado—. Me gustaba más con el pelo largo.

—Qué me vas a contar —murmuró tiffany.

— ¿Puedes hacer trucos? —preguntó una niña.

— ¿Qué clase de trucos? —Tuvo que hacer un esfuerzo para no echarse a reír.

—No sé: levantar cosas pesadas, ver a través de las paredes, volar...

— ¡Oh, sí, volar! —Los niños empezaron a dar saltos, alborotados.

Miró a su alrededor. Cada vez había más niños rodeándola Suspiró y levantó las manos, pidiéndoles silencio.

Luego se inclinó hacia ellos y susurró:

—Nadie sabe que la mujer maravilla está de vacaciones.

—Yo lo sé —replicó un niño, levantando la mano.

tiffany se echó a reír.

—Sí, vosotros lo sabéis, pero los adultos no mi novia y yo hemos venido a la fiesta, pero necesitamos que nos guardéis el secreto ¿De acuerdo?

Algunos niños la miraron con escepticismo, pero casi todos asintieron.

—Ella tiene regalos para todos. ¿Por qué no vais a saludarla y a recoger el vuestro?

Reaccionando de maneras distintas, los críos empezaron a dispersarse y pronto estuvieron distraídos con otras cosas.

tae, que había oído parte de la conversación, le guiñó un ojo a tiffany.

—Así que SuperWomen, ¿eh?

Ella negó con la cabeza. A lo largo de sus treinta y cinco años de vida la habían llamado muchas cosas, pero hasta ese día nadie la había confundido con la mujer maravilla. Aunque tenía que admitir que tae sería una novia preciosa para la mujer maravilla gay.

Se preguntó si en Florencia habría alguna tienda de disfraces abierta en aquella época del año.

Mientras pensaba en ello (y en alguna otra cosa no apta para menores), notó que alguien la estaba observando al mirar hacia abajo, se encontró con una niña pequeña, rubia la estaba mirando con los dedos metidos en la boca.

tiffany le sonrió.

—Ciao, tesoro.

Ella se quitó los dedos de la boca y alargó los brazos.

Al principio, no entendió lo que quería. La niña levantó un poco más los brazos y los movió de un lado a otro.

—Te está pidiendo que la cojas en brazos, mujer de acero —le aclaró tae.

Cuando tiffany levantó a la niña, ésta sonrió antes de volver a meterse los dedos en la boca.

En ese momento, cruzó una mirada con tae Ella la saludó y le dio unas palmaditas en la espalda antes de seguir repartiendo los regalos.

—Marie no habla.

tiffany se volvió hacia Elena, la eficiente ayudante de fra Silvestro.

Ésta le retiró un mechón de pelo a la niña de la cara, colocándoselo detrás de la oreja.

—Es raro que haya ido a buscarla Normalmente se esconde de los extraños.

— ¿Cuántos años tiene? —preguntó tiffany.

—Tres —respondió Elena, pasándose al inglés—. Pero no ha dicho nada desde que llegó, hace casi un año.

— ¿Por qué no?

—Demasiados traumas.

tiffany miró la cara angelical de la niña y maldijo para sus adentros.

— ¿Volverá a hablar algún día?

—Esperamos que sí, Vivir con una familia le iría muy bien.

Sin darse cuenta, tiffany agarró a la niña con más fuerza.

— ¿Es difícil encontrar familias?

—A veces. —Elena sonrió a la pequeña y le preguntó en italiano si lo estaba pasando bien.

Marie asintió y señaló hacia los ponis.

—Ah, creo que te gustaría dar un paseo en poni ¿Quieres que te lleve?

tiffany negó con la cabeza.

—Yo lo haré.

Llevó a la niña hacia los ponis y le preguntó cuál era su favorito. Ella señaló el más pequeño, uno negro con manchas blancas. Tenía la cola trenzada y atada con una cinta roja. Se llamaba Cioccolato.

Con cuidado, tiffany la sentó sobre la silla y le apoyó la mano en la espalda mientras el dueño sujetaba las riendas y los llevaba a dar una vuelta por el patio.

Marie sonrió y se agarró a la crin del animal con sus diminutos dedos.

Mientras tiffany daba vueltas al patio acompañándola, se dio cuenta de que su vida podía haber sido muy distinta. No era una huérfana Era una mujer con una familia gracias a Grace y a Richard, que le habían abierto sus corazones y las puertas de su casa.

Aunque la oscuridad que se había apoderado de su alma aún no había desaparecido, dio las gracias por la esperanza que había brillado en su vida. Y prometió compartir esa esperanza con otros.

Encontraría la manera.

tae se quedó embobada observando a su esposa mientras ella estaba rodeada de niños y, más tarde, con la niña pequeña. Había algo que la emocionaba al ver una mujer hecha y derecha —además de guapa—explicándoles a un grupo de niños que no era la mujer maravilla.

No había tenido demasiadas oportunidades de ver a tiffany relacionándose con niños. Nunca la acompañaba cuando iba de voluntaria al Hogar Italiano para Huérfanos. La había visto con Jake, claro, pero no demasiadas veces.

Verla tan protectora y dulce con Marie le había llegado al corazón.

La Profesora era intimidante. En ocasiones podía ser fría y estirada. En otras, como cuando la había encontrado fumando en la terraza, la preocupaba. Pero la sorprendente amabilidad y dulzura conque trataba a los niños hizo que se preguntara cómo se comportaría con sus propios hijos. Les alborotaría el pelo y les hablaría de la mujer maravilla Llevaría a su hija en brazos y la trataría como a una princesa.

Al verla sonriendo y charlando con la silenciosa niña, tae se percató de que lo que le había dicho Tammy era cierto: los niños sacan a la luz lo mejor de las personas.

Y ella deseaba darle a tiffany la oportunidad de desarrollar esa parte de su personalidad.

Algún día.

Al final de la larga pero enriquecedora jornada, tae se sentó junto a tiffany en la terraza de su habitación favorita en el Hotel Gallery Art. Tanto la terraza como la habitación estaban llenas de recuerdos para ambas. Era el lugar donde ella le había entregado su idad; el lugar donde tiffany  se había refugiado cuando se sintió a punto de recaer en sus adicciones tras su separación.

tiffany estaba tumbada en el banco tapizado de cojines, con las manos en la nuca, mirando el cielo cuajado de estrellas tae estaba sentada a su lado, bebiendo un vaso de San Pellegrino.

— ¿No prefieres un poco de vino?

—Agua está bien, SuperWomen.

A tiffany se le escapó una sonrisa.

—Ha sido una conversación de lo más interesante. Me habían llamado muchas cosas en la vida, pero nunca la mujer maravilla.

tae le acarició el brazo.

—Porque no se atreven. La verdad es que me gusta imaginarte como la guapa pero empollona profesora de día; y mujer maravilla de noche.

— ¿No te dije que no me llamaras empollona? —tiffany la agarró por la muñeca y tiró de ella hasta que quedó tumbada sobre ella.

El agua estuvo a punto de caerse del vaso, así que se lo quitó de la mano y lo dejó a un lado.

tiffany le acarició la nariz con la suya.

— ¿Quieres que te muestre de qué maravilla estoy hecha?

—Lo estoy deseando —susurró tae.

—Nunca había pensado en ti como en la novia Gay de la mujer maravilla.

Ella puso los ojos en blanco.

—Y yo pensando todo este tiempo que estabas enamorada de Beatriz y ahora resulta que en realidad estabas colada por La novia de la mujer maravilla Voy a tener que cambiar el género de mis lecturas.

—No hará falta. Pero una sesión de juegos de rol de vez en cuando podría ser interesante, señorita.

—Tendremos que dar una fiesta de disfraces por Halloween.

tiffany le resiguió la mandíbula con un dedo.

—No hace falta que esperemos hasta entonces.

Un escalofrío recorrió la espalda de tae al oír su tono de voz.

—Me encantará, ¿Lo has pasado bien en la fiesta?

—Por supuesto —respondió tiffany, volviendo a mirar el cielo.

Ella suspiró y recuperó el vaso. Bebió un sorbo de agua mientras se planteaba cómo sacar el tema.

—Ha pasado algo, ¿verdad?

—Sí.

tae esperó a que se lo explicara, pero no lo hizo. Se levantó para dejar el vaso en la mesa y luego volvió a acercarse a ella Se sentó a su lado y le apoyó un brazo en el vientre.

— ¿Quieres hablar de ello?

tiffany negó con la cabeza.

Ella suspiró decepcionada.

—La lista de cosas que no quieres contarme no para de crecer.

—Que no hable no quiere decir que quiera hacerte daño.

—Pero me hace daño igualmente. —r¿tae resopló, frustrada—. ¿Cómo puedo ser tu compañera sino me cuentas tus cosas?

—tae, te prometo que hablaré contigo. No tomaré ninguna decisión sin consultártelo antes pero necesito... aclararme antes.

— ¿Y no puedes tratar de aclararte hablando conmigo? Soy buena escuchando. Tal vez podría ayudarte.

—Lo sé. Sé que eres buena escuchando. La mejor. Pero a veces una persona necesita tomar decisiones por sí misma.

— ¿Eso es idioma de perras? ¿Es así como decís ahora «No hace falta que llenes tu preciosa cabecita con esas cosas, cariño»?

— ¿Idioma de perras? —tiffany se echó a reír y le besó la palma de la mano—Eres adorable.

tae se apartó y se cruzó de brazos.

—No has elegido el mejor momento para ser condescendiente, tiffany.

Poniéndose de lado, ella le besó la arruga que se le había formado entre las cejas.

—No pretendo ser condescendiente. Eres adorable. —Tras una pausa, la miró intensamente y añadió—: Verte con esos niños, ver lo amable que has sido con ellos y lo cómoda que estabas, me ha hecho darme cuenta de que tienes un gran instinto maternal.

—Ha sido un día muy especial. Tus ponis han tenido mucho éxito.

—Tenías razón, como siempre.

—Entonces, ¿por qué estás tan triste?

—No puedo soportar la idea de dejarlos allí —respondió tiffany, sin poder esconder más su angustia.

tae la observó sorprendida si en el orfanato se había sentido así, lo había disimulado muy bien.

—Los niños están bien tratados. El personal los adora. Están a salvo.

—Pero no deja de ser un orfanato.

—Sí. —tae le apartó un mechón de pelo de la frente y le acarició la cabeza, tratando de calmarla.

—Sé lo que se siente —dijo ella con un hilo de voz—. Cuando mi madre murió, pasé varios meses sin saber dónde iba a acabar. Podría haber ido a parar a un orfanato o a una familia de acogida. O podrían haberme enviado a vivir con los parientes de ella en Nueva York.

»Estaba en una especie de limbo. No sabía si alguien iba a llamar a la puerta y se me iba a llevar, o si Richard y Grace se cansarían de mí.

—Nunca habrían hecho algo así.

—Pero yo no lo sabía. Para mí eran extraños. Además, yo no era una buena candidata para la adopción. Mi propio padre no quiso saber nada de mí, igual que la familia de mi madre. Habrían dejado que una niña de su propia familia se quedara en el orfanato. ¿Entiendes que no quiera saber nada de ellos?

tae le apoyó una mano en la mejilla.

—Lo entiendo, pero no estoy de acuerdo en que no fueras fácil de adoptar. Grace y Richard se encariñaron contigo desde el primer momento.

—Si no me hubieran acogido, ¿adónde habría ido a parar?

—Estas preguntas no te llevan a ninguna parte. Tienes una familia que te quiere y me tienes a mí.

—Lo eres todo para mí, tae tae.

La belleza de sus palabras le llegó al corazón. Se inclinó hacia ella para mostrarle con un beso lo que aquello había significado para ella.

Cuando intentó apartarse, tiffany se lo impidió.

—Podríamos adoptar.

—Pensaba que querías que tuviéramos un hijo antes.

tiffany apartó la vista.

— ¿Qué pasa? ¿Ha cambiado algo? —insistió ella, al notar que volvía a cerrarse.

—Los niños como Marie merecen tener un hogar. ¡Ni siquiera habla! —exclamó muy alterada.

—Podríamos ayudar a Elena a buscarle un hogar. Conoces a mucha gente aquí.

— ¿Qué me dices de nosotras?

— ¿Qué pasa con nosotras?

— ¿Por qué no la adoptamos nosotras?

tae la miró a los ojos y descubrió, asombrada, que hablaba en serio.

—Cariño, no somos buenos candidatas para adoptar una niña tan pequeña.

—Nos queremos y la querríamos a ella. Tenemos una casa con jardín. Hablamos italiano.

—Marie es una niña con necesidades especiales y nosotras seríamos madres primerizas. Me preocupa mucho equivocarme.

tiffany se sentó bruscamente.

— ¿Cómo vas a equivocarte? Eres la bondad y la amabilidad personificadas. Los niños se sienten atraídos por ti.

—No estoy preparada.

—Pero ¿y si tuvieras ayuda? La facultad me debe un año sabático. Fue una de las condiciones que puse cuando dejé Toronto.

tae la miró incrédula.

— ¿Usarías tu año sabático para quedarte en casa conmigo y un crío pequeño?

— ¿Por qué no? Los niños no están despiertos todo el rato. Podríamos turnarnos. Reconoce que tener un par de manos más en la casa haría las cosas más fáciles.

—Ninguna de las dos tiene demasiada idea de cuidar niños.

—Tenemos a Rebecca.

Ella se echó a reír.

—Rebecca es maravillosa, pero es la asistenta, no la niñera. Sus hijos ya son mayores. No creo que quisiera ayudarnos con uno tan pequeño.

—Creo que si hablaras con ella te sorprenderías. De hecho, ella misma se ofreció a ayudarnos si algún día teníamos un bebé.

tae se apartó de ella.

— ¿Ya lo has hablado con Rebecca?

Ella levantó las manos en señal de rendición.

—No, pero antes de casarnos, me dijo un día que esperaba quedarse mucho tiempo con nosotras; el tiempo suficiente como para vernos formar una familia.

tiffany frunció el cejo y calló un momento antes de continuar:

—No soy el enemigo, taeyeon No estoy constantemente buscando maneras de sabotear tu vida académica. Ni tu vida en general.

Ella agachó la cabeza.

—Lo siento, Es que tengo la sensación de que cualquier cosa me hará perder la concentración y no aprobaré.

—Creo que es lo más honesto que has dicho nunca.

tae levantó la cabeza y la miró entornando los ojos.

— ¿Qué quieres decir con eso?

—Pues quiero decir, cariño, que te preocupa fracasar. Aunque haya tanta gente dispuesta a ayudarte para evitarlo. Incluidas Rebecca y yo.

Ella empezó a protestar, pero tiffany la interrumpió:

—Sentir inquietud antes de formar una familia es normal, pero creo que te sentirías insegura igualmente, aunque no hubiéramos hablado de hijos. Y eso tiene más que ver con la imagen que tienes de ti misma que con el programa de estudios.

tae abrió mucho los ojos.

—Yo... No, no es verdad.

—Lo es, Lo sé porque yo me sentía igual cuando estaba en Harvard. Creo que todo el mundo que tiene una acusada conciencia de su propia identidad siente esa preocupación. —Poniéndole la mano en la nuca, la atrajo hacia ella—. Puedes hacerlo, tae Creo en ti.

Ella sintió que se le llenaban los ojos de lágrimas y, casi sin darse cuenta, se encontró entre sus brazos.

tiffany le dijo al oído:

—Me gustaría que Marie viniera a casa con nosotras. De hecho, me gustaría que nos los lleváramos a todos. Pero tus estudios son sólo tuyos. Es algo que vas a tener que hacer a tu manera.

— ¿Por eso no me cuentas lo que te preocupa?

tiffany soltó el aire con fuerza.

—No, Aún sigo dándole vueltas.

—Sin mí.

—Te lo contaré cuando lo tenga más claro. Como te dije en Umbría, no haré nada sin consultártelo antes. Necesito un poco más de tiempo.

tae negó con la cabeza, pero prefirió no volver a discutir con ella.

— ¿Seguirás yendo al Hogar Italiano para Huérfanos?

—Sí, claro. Me necesitan. Les he prometido a los mayores que si aprueban el instituto con sobresaliente de media les pagaré el viaje a Italia.

—Ya estás cambiando la vida de esos chicos. Deberías sentirte orgullosa de ti misma.

Ella esbozó una sonrisa ladeada.

— ¿Estás segura de que no estás preparada para adoptar? La querríamos mucho —insistió, con la mirada cargada de emoción.

tae recordó las imágenes de ese día. Vio a tiffany con Marie y con los demás niños y deseó de todo corazón darle lo que pedía, pero sabía que no sería correcto.

—Lo sé, pero como la queremos, hemos de buscar lo que sea mejor para ella. Y lo mejor para ella es que se quede con una familia de aquí. No con una pareja de americanas recién casadas que aún no tienen las ideas claras. Tendrías que dejar de fumar.

—Eso no supondría ningún problema. — La miró con atención—. Estás preocupada por las drogas, ¿me equivoco?

tae se removió inquieta mientras ella la observaba.

—No parece que confíes mucho en mí.

—Confío totalmente en ti, pero no puedo evitar acordarme de mi madre y de sus numerosas recaídas.

tiffany se soltó de su abrazo.

—Bueno, pues yo no tengo ninguna intención de recaer.

—Bien.

—Tal vez deberíamos hablar de tus recaídas. El mes pasado te enfrentaste a una dificultad y le pediste consejo a jessica.

Los ojos de tae lanzaron chispas.

—No vuelvas a echármelo en cara. Me disculpé, ¿ya lo has olvidado?

—Tienes razón, lo siento —se excusó ella secamente.

— ¿Estamos manteniendo una conversación sincera o sólo estás tratando de manipularme?

tiffany la miró con disgusto.

—Es una conversación sincera siento haber metido a jessica en esto.

tae suspiró.

—Entiendo que es difícil ver a los niños en el orfanato y tener que dejarlos ahí. A mí también me cuesta. Pero si nos lleváramos a Marie ahora, no sería lo mejor para ella.

—Ese orfanato está muy bien, pero no es lo mismo que vivir con una familia.

—Precisamente por eso no debemos adoptarla.

—Ésta no es la taeyeon que conozco. —tiffany se levantó.

—Oh, sí. Sí que lo es.

—La taeyeon que conozco se quitaría el abrigo para dárselo a un pobre.

Ella dio un paso hacia tiffany,con la cara roja de rabia.

—Me quitaría toda la ropa que llevo para dársela a Marie Pero quiero que esté con una familia estable y con experiencia en tratar con niños. Está traumatizada. Llevarla a un lugar desconocido, donde no entiende el idioma, lejos de sus amigos y de todo lo que le resulta familiar no puede ser bueno para ella. Estaríamos haciéndole más daño. Y no pienso consentirlo.

»No me importa que pienses que soy una zorra despiadada, o cualquier otra cosa que se te pase por la cabeza.

Y con una mirada cargada de reproche, entró en la habitación.

— ¡Joder! —gritó tiffany, cogiendo el vaso de agua y arrojándolo lejos.

El cristal se hizo añicos contra el suelo de la terraza.

Desde lejos, le llegó el ruido de la puerta del baño cerrándose de golpe.

Apoyando las manos en la barandilla, se echó hacia adelante y dejó caer la cabeza.

 

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?