cap 58

El Infierno de Taeyeon
 

—tiffany, ¿te llegan mis mensajes? Es la tercera vez que te llamo y me salta el buzón de voz.

»Esta mañana te he dejado un mensaje sobre la muñeca hay letras grabadas en la parte de debajo de su vestido una “O” y una “t” No sé lo que significan ¿Te dicen algo? ¿Cómo sabías que estaban ahí? Nunca me había fijado.

»Siento que tengas que quedarte más días, pero lo entiendo espero que la reunión con tu tía vaya bien.

»Estoy en la biblioteca, acabando el último trabajo aquí no podemos usar el teléfono. Mándame un mensaje y saldré otra vez para que podamos hablar. Te quiero. Y te echo de menos.

tae colgó con un gruñido en los mensajes que le había dejado, a tiffany se la oía cada vez más triste y melancólica Aunque sonara extraño, entre las gestiones de ella y el empujón final de ella para acabar los trabajos a tiempo, no habían logrado hablar desde que tiffany se marchó a Nueva York.

Empezaba a preocuparse.

Al menos, cuando acabara aquel trabajo habría entregado todas las tareas de ese semestre. Y podría empezar las vacaciones de Navidad junto a tiffany.

Volvió a su sitio y empezó a teclear con entusiasmo.

— ¿Qué opinión te merece Giuseppe Pacciani de Florencia? —preguntó Lucia Barini, catedrática del Departamento de Italiano de la Universidad de Columbia, mirando a tiffany, que estaba sentada frente al escritorio.

—No muy buena. Sé que ha publicado algunos artículos además de su libro, pero nada relevante en mi opinión. ¿Por qué lo preguntas?

—Uno de los profesores va a jubilarse y él es uno de los candidatos a cubrir su puesto.

Ella alzó las cejas.

— ¿Ah, sí?

—Sin embargo, una estudiante ha presentado quejas contra él. Las acusaciones son serias y se remontan a la época en que fue alumna suya en Florencia. ¿La conoces? Es una tal hyuna.

Tiffany hizo una mueca.

—Sí, la conozco.

—Me llegó algo de lo que sucedió en Toronto. Me dijeron que fue ella la que inició los rumores y que es la principal responsable de que taeyeon y tú ya no estéis allí.

—taeyeon fue admitida en Harvard. Íbamos a casarnos y yo prefería vivir aquí —replicó ella sin entonación.

Lucia sonrió.

—Por supuesto. Cuando Jeremy me pidió que aceptara a hyuna, no tenía ni idea de que iba a ser una alumna tan problemática. Si lo hubiera sospechado, no lo habría hecho.

Recibimos muchas solicitudes y podemos elegir a estudiantes mejores que ella.

Tiffany permaneció sentada, inmóvil como una estatua.

Lucia se quitó las gafas.

—Me he dado cuenta de que hyuna es francamente conflictiva. Los líos la siguen allá donde va tuvo problemas con Pacciani en Florencia; tuvo problemas en Toronto y, al parecer, tuvo problemas con Katherine Picton en Oxford este verano. Katherine me llamó desde allí para decirme que deberíamos enseñar buenos modales a nuestros alumnos antes de dejarlos salir de país, ya que, al parecer, montó un escándalo. —El tono de Lucia era muy serio—. No suelo recibir llamadas de ese tipo, y de Katherine menos.

»Y para acabarlo de arreglar, me encuentro con que nadie quiere formar parte del comité para examinarla. Todos los profesores tienen miedo de ser acusados de acoso.

—Hacen bien en tener miedo —dijo ella con una mirada incisiva.

—Sí, yo pienso lo mismo. Y ahora me encuentro ante una incómoda disyuntiva: o bien la examino personalmente, arriesgándome a ofender a Katherine, o la invito a irse a otra universidad—Lanzó las gafas sobre la mesa— ¿Supongo que no tendrás ninguna sugerencia?

tiffany se dio cuenta de que en ese momento tenía la carrera académica de hyuna en sus manos.

Podía contarle a Lucia con todo lujo de detalles lo que había sucedido, tanto en Toronto como en Oxford, para que se hiciera una idea de hasta dónde estaba dispuesta a llegar la joven cuando decidía seducir a alguien. Con esa información, a la catedrática no le costaría tomar una decisión.

tiffany jugueteó con las gafas que tenía en el bolsillo. Sabía lo que tae (y san Francisco) le susurrarían al oído si estuvieran allí.

Si sacaba a la luz todo aquello, también saldría a la luz su intimidad y la de taeyeon No quería alimentar los rumores. Quería que cuando su esposa entrara e n una sala de conferencias, la vieran como lo que era, no como parte de un escándalo.

Lucia era una amiga, pero no tenían tanta confianza. No le apetecía recordar todos los encuentros que había tenido con hyuna a lo largo de su vida, ni los esfuerzos de ésta por hacer quedar mal a tae Por su mujer y por proteger su reputación, decidió probar otra táctica.

—Dejando las cuestiones personales a un lado, tengo que decir que el trabajo que hizo hyuna mientras era mi alumna no pasaba de mediocre.

—A mí me ha dado la misma impresión. Si a eso le añades su actitud... —Lucia se encogió de hombros—. Es un riesgo que no merece la pena.

—Aunque no dudo de que haya algo de verdad en sus acusaciones sobre Pacciani. Lo he visto en acción.

—Ésa es otra complicación—La mujer señaló una carpeta que tenía abierta en el escritorio—.La acusación de hyuna es de cosas que tuvieron lugar en el pasado, pero he oído que Pacciani sigue acostándose con alumnas y de que ésa sería la causa de que desee marcharse de Florencia. No quiero ese tipo de comportamientos en mi departamento por varias razones, entre ellas, porque no me gustan las demandas judiciales.

—Sí—tiffany daba golpecitos en el suelo con el pie sin darse cuenta.

Lucia guardó las gafas en la funda y luego ésta en el bolso.

—Pero ya basta de hablar de mis problemas. Te llevo a comer. He reservado mesa en el restaurante Del Posto—Se levantó—. Hemos de ponernos al día. ¿Es verdad que taeyeon le dijo a Don Wodehouse que la pregunta que le hacía no era relevante para su tesis?

tiffany se echó a reír a carcajadas.

—No, no es verdad al menos, no del todo.

Salió del despacho detrás de Lucia, mientras le contaba orgullosa la conferencia de su esposa y cómo había respondido las preguntas de los asistentes, entre los que se encontraba el profesor Wodehouse, del Magdalen College.

— ¡Maldita sea! —tiffany maldijo mirando su iPhone, que parecía estar muerto.

Como si tuviera el poder de la resurrección, lo sacudió y apretó el botón de encendido varias veces. Cuando estaba a punto de lanzarlo sobre Central Park, se acordó de que la noche anterior se había olvidado de cargar la batería.

—tae debe de estar muy preocupada —murmuró, mientras se dirigía a pie a la oficina de Michael Wasserstein el señor Wasserstein estaba jubilado, pero había sido el abogado de Owen desde que redactó su contrato prematrimonial en 1961, y accedió a reunirse con tiffany en su antiguo bufete.

Miró la hora. Tenía el tiempo justo de llamar a tae desde una cabina antes de la reunión localizó una en Columbus Circle, introdujo la tarjeta de crédito y marcó su número. Tras varios tonos de llamada, le saltó el contestador automático. Otra vez.

— ¡Vaya! —murmuró.

(También otra vez.)

—taeyeon, por el amor de Dios, contesta de una jodida vez. Voy a tener que comprarte un busca.

(Suspiro hondo.)

»Lo siento. He sido una maleducada. Por favor, ¿podrías responder al teléfono? Te estoy llamando desde una cabina porque ayer me olvidé de cargar el móvil y ahora está muerto. Cuando vuelva a la habitación, lo cargaré.

(Breve pausa.)

»Aunque ahora que lo pienso, no sé si traje el cargador. Al parecer no me acuerdo de nada. ¿Ves lo que pasa cuando estoy lejos de ti? Es raro que no esté en la calle, pidiendo como un sin techo.

»Voy de camino a reunirme con el abogado de mi padre. Parece que hay cosas que quiere contarme, pero no por escrito— (Nueva pausa, ésta más larga) —Ojalá estuvieras aquí.

»Te quiero. Llámame cuando recibas este mensaje.

tiffany colgó el teléfono y siguió andando, con la cabeza puesta en la reunión que estaba a punto de tener.

— ¿Qué tal? ¿Cómo va todo, Luce? —le preguntó esa noche taeyeon a su amiga por teléfono.

—Bien —respondió ella, aunque su entusiasmo habitual había desaparecido.

— ¿Qué te pasa?

tae oyó que una puerta se abría y se cerraba.

—Voy al dormitorio para que Aaron no me oiga.

— ¿Por qué? ¿Pasa algo malo?

—Sí. No. No lo sé.

Lucy sonaba exasperada.

— ¿Puedo ayudarte?

— ¿Puedes dejarme embarazada? Si es así, te compro un billete para el próximo vuelo a Filadelfia. Y me encargaré de que te canonicen por haber hecho un milagro.

—Luce —la reprendió tae suavemente.

— ¿Qué me está pasando? —Ésta se puso a llorar.

A tae se le encogió el corazón al oír sus sollozos. Sus lágrimas eran los gritos desgarradores del alma de una mujer que deseaba desesperadamente ser madre.

—Luce, cariño, lo siento mucho. —Los ojos se le llenaron de lágrimas mientras la escuchaba llorar, sin saber cómo consolarla.

Cuando el llanto de Lucy se calmó, ésta volvió a hablar.

—Hemos ido al médico. El problema no es de Aaron. El problema soy yo. No ovulo. Así que van a tener que ponerme inyecciones de hormonas para ver si mis ovarios vuelven a ponerse en marcha. Y, si no...

Sorbió por la nariz de nuevo.

—Lo siento, Luce ¿Y esas inyecciones de hormonas te preocupan? —preguntó tae, insegura.

—Sí, la verdad. ¡Maldita sea! No sé por qué mi cuerpo tiene que negarse a cooperar justamente ahora. Para una vez que le pido algo importante, me falla. No lo entiendo.

— ¿Qué dice Aaron?

Lucy se echó a reír.

—No es lo que dice, es lo que no dice. No deja de repetirme que no pasa nada, que todo se arreglará. Preferiría que admitiera que está enfadado y decepcionado.

— ¿Estás segura de que lo está?

—Claro. ¿Cómo no va a estarlo? Yo lo estoy.

—Seguro que está disgustado porque te ve disgustada.

—Eso no me ayuda.

—Pues habla con él.

— ¿Para qué? ¿Para poder dar vueltas sobre mí fracaso? No, gracias.

—Lucy, esto no es una competición. Además, por lo que dices, tienes opciones. No te rindas.

Su cuñada no respondió.

— ¿Quieres venir de visita? —le propuso tae.

—No. Tengo mucho trabajo, pero vendréis a casa en Navidad, ¿no?

—Sí, claro. Llegaremos la semana que viene si no hay novedad. Si Diane se pone de parto antes, adelantaríamos el viaje.

— ¿Sabes algo de ellos?

—Hablamos por teléfono cada domingo y Diane me envía emails de vez en cuando. De momento todo va bien, pero están muy preocupados por el parto. El bebé tiene que nacer en el Hospital Infantil, es decir que tendrán que ir hasta Filadelfia cuando llegue el momento. O mudarse a un hotel cuando se acerque la fecha.

— ¿Para cuándo está previsto?

—El veintitrés de diciembre.

Lucy permaneció en silencio.

tae oyó que una puerta se abría y oyó la voz de Aaron.

—tae, tengo que colgar —dijo en voz baja—. Te llamo luego, ¿vale?

—Claro. Te quiero, Lucy No pierdas la esperanza.

—Es lo único que me queda. —Sorbiendo por la nariz una vez más, colgó.

tae colgó a su vez el teléfono del despacho antes de elevar una larga oración por su amiga.

—Esto es ridículo. —tae dejó el móvil bruscamente sobre la encimera de la cocina la tarde siguiente.

— ¿Qué pasa? —Rebecca entró con un montón de paños de cocina que acababa de recoger del cuartito de la colada.

—tiffany No ha habido manera de ponerme en contacto con ella desde que se marchó. La llamo una y otra vez y siempre me salta el contestador—Apoyó la cabeza en las manos—Encontré el cargador de su teléfono arriba. Tendrá que comprarse otro. O llamarme desde el hotel. Pero parece que está fuera de allí todo el rato.

—Quitaron casi todas las cabinas de las calles de Nueva York. No le será fácil encontrar una. —Rebecca dobló los paños y los guardó en un cajón.

tae tamborileó sobre la encimera de mármol, fulminando el teléfono con la mirada.

—Tenía que haber ido con ella.

— ¿Por qué no la acompañaste?

—Tenía que entregar unos trabajos. De hecho, aún me queda uno por acabar, pero no puedo concentrarme. Estoy preocupada.

—Seguro que estará bien. Aunque no es normal en ella dejarse algo. —Rebecca señaló hacia el cable del teléfono—Normalmente suele ser muy... puntillosa.

tae sonrió con ironía.

—Es una manera muy educada de decirlo.

Miró la pila de correo que Rebecca había dejado en la mesa de la cocina y se fijó en que tiffany había recibido una carta de JetBlue, la aerolínea.

Enderezó la espalda.

— ¿Crees que podría volar a Nueva York esta misma noche? —tae abrió su ordenador portátil.

—No será barato, pero puedes intentarlo —respondió Rebecca, con una sonrisa comprensiva—tiffany sólo lleva dos días fuera.

—Se me han hecho eternos —murmuró ella.

Rebecca se echó a reír, asintiendo con la cabeza.

—Eso es porque todavía sois recién casadas.

tae buscó la página web de JetBlue y empezó a teclear rápidamente.

—Es carísimo —se lamentó, mientras consultaba varias páginas.

—Considéralo un regalo de Navidad adelantado.

—Es verdad que no suelo gastar mucho tiffany siempre insiste para que me compre más cosas—se justificó.

—Se alegrará de que hayas comprado el billete cuando te vea —la animó Rebecca.

Mirando hacia la escalera, añadió—: Si quieres, puedo empezar a hacer la maleta mientras tú lo compras. Tendrás que salir inmediatamente, si no quieres quedarte atrapada en el tráfico de la hora punta.

tae levantó un brazo y abrazó a Rebecca.

—Gracias, Le daré una sorpresa.

—Probablemente lo estará pasando peor que tú —comentó la mujer, dirigiéndose hacia la escalera.

Dos horas más tarde, tae estaba en el aeropuerto Logan, esperando que saliera el último vuelo en dirección al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York. Le dejó un mensaje a tiffany en la recepción del hotel, avisándola de que llegaría esa misma noche. Aprovechó para encargar agua mineral con gas, fresas y trufas.

Mientras Rebecca acababa de preparar su equipaje de mano, ella había entrado corriendo en la habitación. El taxi ya estaba de camino. Todo había sido tan apresurado que sólo había cogido el maquillaje y el cepillo de dientes, dejando todos sus otros objetos personales.

Se había llevado el portátil y el material para trabajar (que eran más importantes que cualquier objeto personal, ya que tenía que acabar aún un trabajo). Había localizado el bolso justo a tiempo de recibir al taxi, que llegaba en ese momento.

Su esposa se iba a llevar una buena sorpresa.

tiffany le pidió al taxista que la esperara. Habían aparcado a cierta distancia de la casa que le interesaba, para no llamar demasiado la atención.

Fue caminando por la calle lentamente, fijándose en los números de las casas. Era un barrio residencial en Staten Island, lleno de casitas antiguas.

En ese momento, la vio.

La vivienda en sí no tenía nada de particular. Era blanca y pequeña, con un garaje adosado y un corto acceso asfaltado. Estaba construida en una parcela muy reducida. Sólo una diminuta franja de césped la separaba de la acera.

Un Mercedes negro de aspecto nuevo estaba aparcado delante.

tiffany se detuvo a dos casas de distancia.

Para su sorpresa, la puerta se abrió en ese preciso instante y un hombre de pelo cano salió de ella.

No lo vio bien, porque se volvió en seguida, animando a una anciana a que lo siguiera. Cuando ésta hubo acabado de cerrar la puerta con llave, el hombre la cogió del brazo y la ayudó a bajar los escalones, cosa que ella hizo con dificultad.

tiffany se acercó.

La anciana debía de ser dura de oído, porque el hombre levantaba la voz para hablarle, pero no parecía enfadado. Oyó algo sobre la visita a un médico y sobre la fiesta de cumpleaños de Joey.

La mujer vio a tiffany y se detuvo, mirándola fijamente.

Ella le devolvió la mirada desde la acera de enfrente. Era el momento. Aquélla era su oportunidad de hablar con ella; de revelar su identidad y exigir respuestas.

El hombre la miró también y en seguida volvió a tirar del brazo de la anciana, dirigiéndose hacia el coche.

La mujer apartó la vista de tiffany y, obedientemente, siguió a su acompañante hasta el Mercedes. Él abrió la puerta y esperó con paciencia a que ella se acomodara.

El hombre parecía haberse olvidado de la presencia de tiffany Cerró la puerta, se dirigió al asiento del conductor, puso el vehículo en marcha y se alejó.

 

tiffany se quedó observándolo hasta que dobló la esquina y desapareció de la vista.

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?