cap 32

El Infierno de Taeyeon

— ¿tiffany? —La voz de tae llegó hasta la terraza.

 

Estaba sentada, taciturna, en un rincón oscuro oyó sus pasos sobre las baldosas y luego fuera, en la terraza, mientras ella se acercaba.

 

— ¿Qué haces? —preguntó tae  al llegar, viendo que tenía un cigarrillo en una mano y una copa en la otra.

 

—Nada —respondió ella, llevándose el cigarrillo a los labios e inhalando lentamente antes de levantar la cara y soltar el humo en dirección al cielo.

 

—Tú no fumas.

 

—Claro que fumo, pero normalmente fumo puros.

 

tae  volvió a mirar el vaso, preocupada.

 

tiffany lo levantó, como brindando con ella.

 

—No te preocupes, Es Coca Cola aunque preferiría que fuera Laphroaig.

 

—No tenemos.

 

—Ya lo sé —refunfuñó ella—. No hay ni gota de alcohol en toda la casa, Sólo vino.

 

—Y sólo blanco, Tú prefieres el tinto. —tae  frunció el cejo— ¿Has estado buscando?

 

—Y si lo he hecho, ¿qué pasa?

 

Ella se mordió el labio inferior.

 

tiffany  dejó el cigarrillo en el cenicero y levantó la mano, acariciándole el labio con el pulgar.

 

—No hagas eso —susurró, liberándole el labio. Volvió a coger el cigarrillo y se volvió de espaldas a ella.

 

El silencio se extendió entre las dos, separándolas cada vez más, hasta que ella dijo:

 

—Buenas noches, tiffany.

 

—Espera. —tiffany  alargó la mano y le agarró el camisón de gasa blanca—. Tengo que preguntarte una cosa ¿Estás sana?

 

— ¿Es noche cerrada y me preguntas si estoy sana?

 

—Respóndeme, por favor —le pidió ella, muy seria.

 

Ella se apartó el pelo de la cara.

 

—Estoy sana, Tengo la tensión baja y suelo tener bajos niveles de hierro, por eso tomo un suplemento.

 

—No lo sabía.

 

—Lo de la tensión baja debe de ser genético, Mi madre también la tenía.

 

—Genético —murmuró tiffany  Dio una nueva calada y expulsó el humo por la nariz como si fuera una dragona.

 

— ¿No te parece un poco raro preguntarme por mi salud mientras estás aquí fumando?

 

—Mejor tabaco que cocaína, taeyeon —respondió secamente— ¿De qué murió tu madre?

 

— ¿Por qué me haces estas preguntas? —Se apartó de ella.

 

—Me contaste que tu madre había muerto mientras estabas con tu padre, pero no sé si tuvo problemas de salud o si fue un accidente. —taeyeon la miraba con cautela.

 

—Estaba borracha y se cayó por la escalera se rompió el cuello —replicó ella, con una mirada cargada de veneno— ¿Ya estás contenta?

 

Se volvió para entrar en el dormitorio, pero tiffany  lo impidió agarrándola del brazo.

 

—taeyeon.

 

— ¡No me toques! —Exclamó, soltándose— Te quiero, pero a veces eres una cabrona, fría como el hielo.

 

tiffany  se levantó de un salto, dejando el vaso y el cigarro en la mesa.

 

—No lo niego.

 

—Hay algo que te preocupa, pero en vez de hablarlo con tu mujer, prefieres discutirlo con una bebida, un cigarrillo y el paisaje de Umbría. Bien. Por mí puedes quedarte aquí toda la noche pero déjame en paz y no me metas en tus pajas mentales.

 

Cuando ya estaba en la puerta del dormitorio, tiffany  replicó:

 

—No son pajas mentales.

 

—Al menos avísame si piensas ponerte a hacer espeleología en mis recuerdos más tristes.

tiffany  trató de no echarse a reír, pero no lo logró.

 

tae  le dirigió una mirada asesina.

 

— ¡No hace gracia!

 

— ¿Espeleología, taeyeon? ¿De verdad? —Su expresión se relajó, pero ella siguió frunciendo el cejo.

 

tiffany  se le acercó.

 

—No me culpes por reír, Tienes un vocabulario envidiable.

 

tae  se resistió cuando ella la abrazó, pero tiffany no hizo caso y la besó el sombrío sabor del humo del tabaco le inundó la boca su beso era suave pero insistente.

 

Poco después, ella se relajó.

 

—Lo siento —susurró ella—. Estoy de mal humor, No he debido pagarlo contigo.

 

—No, no has debido hacerlo. Cuando yo estoy disgustada, te lo cuento. ¡Haz tú lo mismo!

 

tiffany  se apartó y se pasó las manos por el pelo, alborotándoselo aún más.

 

Ella le tiró del codo.

 

—Todo el mundo está de mal humor de vez en cuando, pero no puedes sacar esos temas tan delicados así, de sopetón.

 

—Perdona.

 

—Estás perdonada-tae  se estremeció—Pero me estás asustando. Buscas whisky por la casa y hablas de cocaína. Luego me preguntas cómo murió mi madre. ¿Qué pasa?

 

—No, esta noche no, taeyeon —Se frotó la cara con las manos—. Ya hemos tenido bastantes preocupaciones. Vete a la cama. No soy buena compañía.

 

tiffany volvió a sentarse, con los hombros caídos.

 

tae  miró la puerta del dormitorio y luego lo volvió a mirar a ella Parte de ella quería dejarla sola hasta que se le pasara el mal humor, pero otra parte sabía que estaba disgustada y temía que, si no intervenía, entrase en una espiral de depresión.

 

O algo peor.

 

Se acercó a ella y le enlazó el dedo meñique con el suyo.

 

—Estás disgustada.

 

—Sí —admitió, con desgana.

 

—Antes de que estuviéramos juntas, ¿qué hacías cuando estabas de mal humor?

 

—Bebía, tomaba coca y... —Dejó la frase a medias y empezó a dar golpecitos en el suelo con el pie.

 

— ¿Y?

 

La miró fijamente.

 

—Follaba.

 

— ¿Funcionaba?

 

tiffany  resopló.

 

—Temporalmente, pero los problemas volvían a la mañana siguiente.

 

tae  miró hacia la gran cama con dosel y alzó la barbilla.

 

—Vamos.

 

— ¿Adónde?

 

—A la cama —respondió, tirándole del meñique— A librarnos de tu mal humor. Y, de paso, del mío.

 

tiffany  le dirigió una mirada ardiente, pero en seguida pareció repensarlo.

 

—No es buena idea, No estoy bien. No sé cómo reaccionaría.

 

— ¿Me quieres?

 

tiffany  frunció el cejo.

 

—Por supuesto.

 

— ¿Podrías hacerme daño?

 

—Claro que no, ¿Por quién me tomas?

 

—Te tomo por mi esposa Creo que estás alterada y que tienes que follar para librarte del mal humor. Así que vamos.

 

Ella la miró boquiabierta.

 

Cuando se recuperó de la sorpresa, se volvió muy seria.

 

—Yo no te follo, taeyeon.

 

—No, ¿Preferirías que fuera otra persona para poder hacerlo?

 

Los ojos de tiffany  llamearon.

 

—Claro que no, No sabes lo que estás diciendo.

 

—Oh, sí que lo sé cuándo nos hemos acostado, no me has tocado. Te necesitaba, pero me has dicho que no. —tae abrió los brazos—. ¿No lo entiendes? Yo también lo necesito. Estoy a punto de perder al único hermano que he tenido ayúdame a olvidar. Por favor.

 

tiffany  estaba luchando contra sí misma Se notaba en la necesidad que desprendía su mirada y que irradiaba todo su cuerpo.

 

Sin pensarlo, tae  la rodeó con un brazo y le enredó la otra mano en el pelo. Tiró de ella y la besó apasionadamente.

 

tiffany tardó medio segundo en reaccionar. De repente,tae  descubrió que estaba rodeando la cintura de ella con las piernas y que su esposa había tomado el control del beso. Su lengua, insistente, impaciente, se había apoderado de su boca.

 

—Llévame a la cama —suplicó ella, cuando tiffany  finalmente se retiró para respirar.

 

—No, No vamos a usar la cama.

 

Con una mirada peligrosa, tiffany  la llevó a la habitación.

 

Esta vez, no se molestó en preparar luces ni música antes de arrinconarla contra la pared más cercana la luz que se colaba por la rendija de la puerta del baño era la única que penetraba en la oscuridad de la habitación.

 

tae  se sujetó con más fuerza con los muslos, mientras ella tiraba de la bata para quitársela. La prenda de seda cayó al suelo  tiffany  se llevó dos dedos a la boca para humedecerlos antes de acariciarla entre las piernas.

 

tae  gimió y presionó contra su mano.

 

Las caricias de tiffany  se volvieron más urgentes.

 

— ¿Tienes miedo? —le preguntó, mordisqueándole la oreja.

 

—No. —tae  le enredó los dedos en el pelo, tirando de ella para acercarse a sus labios.

 

tiffany  exploró su boca, recorriéndole los labios con la lengua para introducirla luego en su interior. Bajó las manos hasta sujetarle las nalgas y la acercó a ella.

 

—Mira —jadeó, mientras le recorría el cuello con la lengua.

 

— ¿Qué he de mirar?

 

—A nosotras, En el espejo.

 

tae abrió los ojos y se encontró con el espejo colgado en la pared opuesta del dormitorio.

 

Estaba en una posición perfecta para reflejar la poderosa espalda desnuda de su esposa y la cara de la mujer blanca que quedaba medio oculta por su cuerpo.

 

—Quiero que veas lo que yo veo cuando te corres.

 

tiffany  le recorrió el cuello arriba y abajo con sus besos, antes de rascarle el pecho le sujetó los pechos con las manos y se los adoró con la boca, lamiéndolos, mordisqueándolos, succionándolos.

 

Volvió a deslizar una mano entre sus piernas. Acariciándola con decisión, se metió un pezón rosado en la boca.

 

tae  se esforzó por mantener los ojos abiertos, pero era muy difícil. Su lengua la martirizaba, igual que sus besos hambrientos.

 

Nunca antes había visto qué aspecto tenían cuando estaban juntas el cuerpo de tiffany  era mediana y esbelta; el suyo, un poco más grande y suave su piel también tenía tonalidades distintas: la de tiffany  era más oscura; la de ella, más pálida.

 

tiffany  le prodigaba atenciones con total dedicación. Como si fuera una moribunda dispuesta a llevar a cabo su última misión antes de morir tae  sentía que se derretía por el calor de sus caricias.

 

Su entrega hacía que el resto del mundo desapareciera, como le pasaba siempre en esos momentos sus dedos se frotaban impacientes entre sus piernas.

 

—Te necesito —murmuró ella, apartando un poco la cara para mirarla, antes de volver a aferrarse a su espalda.

 

—Necesito que te corras antes Y mírate en el espejo.

 

tiffany  siguió acariciándola, negándose a acelerar las cosas a pesar de los movimientos desesperados de tae.

 

Sin previo aviso, ella abrió la boca y ahogó un grito, con la vista clavada en el espejo.

 

Sólo entonces, de una sola embestida, tiffany  se clavó en su interior.

 

tae  vio que sus ojos se abrían y se agarró con más fuerza de sus hombros. Vio sus fuertes caderas y su hermoso trasero moviéndose rítmicamente para que sus centros se tocaban, mientras su dedos entraban en su interior una y otra vez.

 

Gimió y cerró los ojos.

 

—Te he dicho que mires —gruñó tiffany, mordisqueándole la oreja.

 

Al abrir los ojos, la vio a ella mirándola fijamente.

 

Se volvió hacia el espejo tiffany  reanudó el ritmo de las embestidas de sus dedos.

tae no pudo contener los gemidos que se escapaban de sus labios. Pero a pesar del esfuerzo que le suponía, no cerró los ojos.

 

—Esto no es follar —susurró élla—. Mírame.

 

taeyeon  desvió la vista hacia sus ojos. El color onice zafiro de sus iris quedaba casi oculto por el onice de sus pupilas dilatadas.

 

—Esto no es follar es muchísimo más.

 

La respiración de tiffany  se alteró mientras seguía embistiéndola, pero con un ritmo irregular.

 

—Siempre. —tae  empezó a jadear, siguiendo el ritmo de su respiración.

 

tiffany  abrió la boca para decir algo, pero en ese momento ella llegó al o y sus palabras quedaron tapadas por un mar de sensaciones. Cerró los ojos mientras la satisfacción la recorría.

 

tiffany  empujó con fuerza una vez más mientras su o se rozaba contra el de Britt y alcanzó el éxtasis, mordiendo la clavícula de tae.

 

Ella tardó unos segundos en recuperar el aliento, con la cara pegada a su cuello.

 

—Increíble —murmuró tiffany, cuando pudo volver a hablar—. ¿Estás bien? —le preguntó, levantando la cabeza.

 

tae  cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, apoyándola en la pared.

 

—Probablemente tenga las piernas arqueadas espera un minuto antes de dejarme en el suelo.

 

— ¿Qué te hace pensar que he acabado contigo? —preguntó tiffany, colocándole el pelo detrás del hombro— Uno —susurró.

 

Cuando tae  se despertó a la mañana siguiente, la cama estaba vacía tiffany se levantaba muchas veces antes que ella, así que no se extrañó demasiado. Pero al ver que tampoco estaba en el baño ni en la terraza, se puso la bata y fue a buscarla.

 

Pero no la encontró por ninguna parte.

 

Las llaves del Mercedes estaban sobre la encimera de la cocina, donde las había dejado la noche anterior, al lado de una botella vacía de Coca Cola. No vio ninguna nota.

 

Se sintió decepcionada la noche anterior había sido muy apasionada. Probablemente la más apasionada desde que habían llegado. Habían hecho el amor contra la pared, sobre la encimera del baño, en el suelo y, finalmente, en la cama. El sol estaba a punto de asomar por el horizonte cuando tiffany por fin se había dado por satisfecha y la había dejado dormir.

 

tae había pensado que se despertarían juntas y que, tal vez, ella se tomaría su tiempo para explorar el cuerpo de su esposa antes de hacerle el amor lenta y plácidamente. Pero no había tenido tanta suerte. La ausencia de tiffany  y de una nota la preocupaban. Ni siquiera le había dejado un vaso de agua ni de zumo junto a la mesilla de noche, como acostumbraba a hacer.

 

« ¿Sería así como se sentían sus otras mujeres después de pasar la noche con ella? Si es que se quedaba a pasar la noche con ellas...»

 

La preocupación se transformó en tristeza mientras subía la escalera a regañadientes para volver a la habitación. Se puso el biquini y cogió las gafas y la pamela para ir a la piscina. Unos largos la mantendrían ocupada.

 

Nadó hasta casi olvidar la conversación con su padre y la evidente preocupación de tiffany  de la noche anterior. Cuando se puso de pie en el lado menos profundo, vio unas zapatillas deportivas a la altura de sus ojos.

 

— ¿No te dije que no quería que nadaras sola?

 

Levantó la cabeza y vio que tiffany  le ofrecía una toalla Iba vestida con ropa de correr y estaba sudada De hecho, tenía la camisa empapada.

 

—Buenos días a ti también. —tae  nadó hasta el borde de la piscina y le arrebató la toalla de las manos.

 

—Buenos días.

 

—No tendría que nadar sola si no te marcharas —murmuró, saliendo del agua.

 

—Ya sabes que me gusta ir a correr por las mañanas.

 

—Ya es casi mediodía. —tae  se envolvió con la toalla y puso los brazos en jarras.

 

tiffany parecía inquieta No la miraba a los ojos y su postura indicaba que no se sentía nada cómoda.

 

Ella se preguntó cómo era posible que, tras una noche de o que la había dejado relajada y ligera como una pluma, ella siguiera tensa como un arco.

 

—Podrías haberme dejado una nota.

 

—Podría —admitió tiffany  lentamente—. No se me ha ocurrido.

 

—Me parece perfecto que vayas a correr, pero dime cuándo piensas volver.

 

tiffany  abrió la boca para protestar, pero pareció pensarlo.

 

—Voy a ducharme, Ayer hice la reserva de hotel para tu padre y le pedí al conserje que les llevara una cesta de fruta. Pasaré el día en el estudio, trabajando. Pero esta noche te llevaré a cenar a Todi.

 

—No.

 

— ¿No? —repitió tiffany, parpadeando.

 

—No, tiffany  No puedes ir a esconderte al estudio después de tratarme con tanta frialdad.

 

No.

 

La expresión de tiffany  cambió.

 

—No pretendía ser fría, taeyeon —dijo en voz baja.

 

Ella se la quedó mirando en silencio.

 

tiffany  se rascó la barbilla.

 

—Tengo muchas cosas en la cabeza.

 

—Eso dijiste anoche, Esperaba que nuestras actividades te hubiesen ayudado.

 

Una sombra oscureció el rostro de tiffany  De pie ante ella, levantó una mano y le acarició la cadena, en especial el colgante en forma de corazón.

 

—Eres preciosa, Podría abrazarte y hacerte el amor todo el día, pero eso no resolvería mis problemas.

 

tae  le apoyo la mano sobre la suya.

 

—Dime que me quieres.

 

tiffany  la miró a los ojos.

 

—Te quiero.

 

Ella suspiró hondo.

 

—Ve a buscar una solución a tus problemas, pero no te olvides de que no estás sola en esta casa No quiero vivir con un fantasma.

 

Los ojos de tiffany  perdieron el brillo. Tras darle un casto beso en los labios, se marchó.

Tal como había anunciado, tiffany  pasó toda la tarde en el estudio, con la puerta cerrada.

tae no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero esperaba que pudiera resolver el problema que la tenía tan preocupada.

 

Se le ocurrían diferentes posibilidades. Tal vez Paulina había vuelto a ponerse en contacto con ella, sacándola de quicio tal vez la noticia de la enfermedad del bebé de Tom y Diane le había hecho replantearse su deseo de tener un hijo. O tal vez se estaba dando cuenta de que la vida de casada no era lo que esperaba. Quizá la perspectiva de pasar el resto de sus días atado a una sola mujer —a ella— le resultaba asfixiante.

 

tae  estaba cada vez más inquieta se veía capaz de enfrentarse a cualquier cosa menos a la frialdad de tiffany  Sabía lo que era ver el desprecio en sus ojos la había echado de su lado antes.

 

Había sobrevivido una vez, pero la idea de tener que volver a pasar por ello era devastadora.

Para dejar de darle vueltas al tema, se sentó ante el ordenador y buscó información sobre el Hospital Infantil de Filadelfia y sobre el síndrome de hipoplasia del ventrículo izquierdo.

 

La página web del hospital le dio esperanzas en ella se describía el caso de varios pacientes que se habían sometido a la operación que tendrían que hacerle a su hermanito. Pero en el testimonio de cada paciente había la advertencia de que ningún especialista podía asegurar cómo sería la evolución de esos niños durante la infancia, la adolescencia o la edad adulta.

 

Rezó pidiendo por su padre, por Diane y también por su hermano. Le pidió a Dios que lo ayudar ay le diera salud.

 

Luego sus pensamientos se volvieron a su esposa Rezó por ella y rezó por su matrimonio.

 

Había pensado que sus actividades uales de la noche anterior la habrían ayudado a sentirse más libre y más dispuesta a hablar con ella. Pero ahora temía que hubieran tenido justo el efecto contrario.

 

Tal vez si tiffany  pensaba que ya se comunicaban con el cuerpo, no viera la necesidad de comunicarse con palabras.

 

Aún preocupada, volvió a buscar información sobre cardiología pediátrica. Leyó todos los artículos que encontró hasta que las letras se le volvieron borrosas y le costó mantener los ojos abiertos.

 

tae  se despertó con la sensación de que alguien la estaba observando.

 

Estaba en la cama, con tiffany  sentada a su lado, rodeándose las rodillas con los brazos y mirándola a través de las gafas.

 

—Es tarde —le dijo—Duerme.

 

Ella entornó los ojos para ver qué hora era en el reloj de la mesilla. La medianoche había quedado atrás.

 

—Me he saltado la cena.

 

—Estabas agotada Anoche te tuve despierta hasta muy tarde.

 

tae  bostezó.

 

—Ven aquí.

 

tiffany  ignoró su mano extendida.

 

—Eh —susurró ella— ¿No vas a darme un beso?

 

 

tiffany  le rozó los labios con los suyos en una caricia que sólo podría definirse como superficial.

 

—No ha sido un gran beso —protestó, frunciendo los labios—Estás ahí, sentada en el borde dela cama como si fueras una gárgola, mirándome amenazadoramente ¿Se puede saber qué es lo que te pasa?

 

—No te estoy mirando amenazadoramente.

 

tae  se sentó y le rodeó los hombros con los brazos.

 

—Entonces, bésame como si te apeteciera, esposa mía, que pareces una gárgola que no me mira amenazadoramente.

 

tiffany  frunció el cejo.

 

— ¿Una gárgola? Eres lo peor para el ego de una mujer, señora hwang.

 

—Eres mucho más guapa que yo, Profesora Pero no me quejo.

 

—No digas tonterías —replicó ella, malhumorada.

 

tae  se echó hacia atrás, gruñendo de frustración.

 

—Te quiero, tiffany, y por eso tengo tanta paciencia contigo, pero no voy a consentir que me apartes de tu vida. O hablas conmigo o me voy de la casa.

tae sintió la fuerza de su mirada antes de mirarla Sus ojos eran dos chocolates brillantes e indignados en la oscuridad casi completa.

 

— ¿Qué?

 

—Me iré a casa de mi padre al menos él hablará conmigo. Podré cuidarlo y cuidar a Diane cuando vuelvan y así hacer algo bueno. Te comportas como si no soportaras mi presencia—Tumbándose en la cama, se quedó mirando el dosel.

 

—Beatriz —dijo ella en un tono de voz que demostraba que estaba sufriendo—Si quieres ver a tu padre, iremos juntas no permitiré que hagas el viaje sola ¡Que el diablo me lleve si dejo que te vayas sin mí!

 

Ella sonrió débilmente.

 

—Ésta es la tiffany  con la que me casé. Pensaba que te había perdido. —Alargó la mano para quitarle las gafas las dejó en la mesilla y luego tiró de ella para que se tumbara.

Ella se acostó de lado, mirándola. Luego, muy lentamente, le buscó los labios en la penumbra.

 

—Por fin—tae  le apoyó la cabeza en el pecho—Cuéntame por qué estás tan seria.

 

—No creo que quieras oírlo ahora mismo.

 

—Te equivocas, Quiero oírlo.

 

—Bien, Dijiste que yo quería que fueras otra persona para poderte follar —dijo bruscamente—No vuelvas a decir algo así.

 

—Lo siento —susurró Britt.

 

—No es verdad. Lo juro ante Dios. Dejé esa vida atrás y no quiero volver a vivir así por nada del mundo.

 

—Y yo no quiero que vuelvas a hacerlo. Sólo pretendía que descargaras tu mal humor conmigo en vez de estar sentada sola en la terraza, dándole vueltas a las cosas.

 

—Te aseguro que no estaba pensando en otras mujeres. —Parecía muy molesta—. Lo que hay entre nosotras es demasiado importante. No quiero que lo devalúes como si fuera una relación barata.

 

Ella se sentó de golpe.

 

—Lo que hicimos anoche no tiene nada de barato. Nos queremos. Las dos habíamos recibido malas noticias. Necesitábamos consolarnos la una a la otra.

 

—Fui muy egoísta.

 

—Fue algo mutuo, ¿no te quedó claro? Yo te deseaba. Te necesitaba. Si tú fuiste egoísta, entonces también lo fui yo.

 

»Pero a mí no me lo pareció. Sí, fue más agresivo y vigoroso de lo que acostumbramos, pero me prometiste que estaba segura contigo. Y me sentí segura.

 

»Me dijiste que seríamos más atrevidas. Lo de anoche fue una de nuestras aventuras. Y, al dar, las dos recibimos.

 

tae  trató de mantenerse seria, pero no pudo. Se le escapó una risita y se tumbó de espaldas.

 

Un segundo después, tiffany  se había tumbado sobre ella y tenían las narices casi pegadas.

—No creo que a san Francisco le hiciera gracia oírte usar su oración aplicada a nuestras prácticas uales —protestó tiffany.

 

—San Francisco creía en el amor y en el matrimonio. Lo entendería. Y, si no, al menos sabemos que permanecería callado.

 

tiffany  cerró los ojos y negó con la cabeza, pero no pudo disimular una sonrisa. Cuando volvió a abrirlos, la miró con ternura.

 

—Podría vivir contigo toda la vida y nunca dejarías de sorprenderme. —La besó.

 

—Me alegro de oírlo, tiffany, porque estamos juntas en esto. Aunque estés de mal humor, no me avergüenzo de lo que hacemos con nuestros cuerpos porque nuestras almas también están involucradas. No quiero que tú te avergüences tampoco.

 

Cuando ella asintió, besándola con reverencia, Britt le devolvió el beso.

 

—Tú siempre dices que en esta cama estoy a salvo. Pues bien, quiero que sepas que, en mi cama, tú eres libre. Todas las cargas del pasado aquí no cuentan.

 

—De acuerdo. —tiffany  le acarició la mejilla.

 

— ¿Vas a contarme ahora por qué estabas tan preocupada anoche?

 

—Aún no. —Una sombra se cernió sobre su rostro—. Necesito un poco más de tiempo.

 

Jugueteó con sus pendientes de diamantes.

 

—Mi corazón es tuyo, Nunca lo dudes.

 

tae  se acomodó entre sus brazos, pero tardó en conciliar el sueño.

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?