¡Joder! —La doctora Rubio dio una serie de instrucciones que el equipo se apresuró a cumplir.

— ¿Qué pasa? —tiffany  agarró la mano de tae con más fuerza.

La mujer la señaló con la cabeza, sin mirarla.

—Sacad a la esposa de aquí.

— ¿Cómo? —tiffany  se puso de pie de un salto—. ¿Qué está pasando?

—He dicho que la saquéis de aquí —le gritó la doctora Rubio a una de las enfermeras—. Y que baje el cirujano de guardia. Inmediatamente.

Ésta se la llevó hacia la puerta.

— ¿Qué está pasando? ¡Díganme que está pasando! —exclamó con impotencia.

Nadie le respondió.

La enfermera le tiró del brazo.

tiffany  volvió a mirar a tae  Tenía los ojos cerrados, la cara muy pálida, el cuerpo inmóvil.

Parecía que estuviera muerta.

— ¿Se pondrá bien?

La enfermera la llevó hasta la sala de espera de la zona quirúrgica.

—Alguien saldrá pronto a hablar con usted. —Asintiendo con la cabeza para darle ánimos, volvió al quirófano.

Ella se dejó caer en una silla, con la mente funcionándole a toda velocidad. No encontraba respuestas. Habían estado preparándose para hacer la cesárea cuando de pronto...

Se quitó la mascarilla de la cara.

Sintió que el pánico le recorría las venas. Sólo veía el rostro de tae y sus brazos extendidos, como si estuviera en una cruz.

tiffany soñó que iba caminando por el bosque de detrás de la casa de Selinsgrove había recorrido ese camino mil veces. Podía recorrerlo de noche sin perderse, pero era de día.

Al acercarse al bosque, oyó que una voz lo llamaba. Se volvió y vio a Grace llamándola desde el porche.

—Vuelve.

Ella negó con la cabeza y señaló hacia el huerto de manzanos.

—Tengo que ir a buscarla La he perdido.

—No la has perdido —replicó Grace, con una sonrisa paciente.

—Sí. Se ha ido. —El corazón de tiffany  se aceleró

—No, no se ha ido. Vuelve a casa.

—Luego volveré, pero tengo que encontrarla. —tiffany  examinó los árboles antes de entrar en el bosque por si la veía, pero no había ni rastro de ella.

Aceleró el paso hasta echarse a correr. Las ramas se rompían tras arañarle la cara o la ropa.

Al llegar al claro se dejó caer de rodillas y apoyó las manos en el suelo. Examinó el claro rápidamente y soltó un grito angustiada al darse cuenta de que taeyeon no estaba allí.