cap 21
El Infierno de TaeyeonJulio de 2011 Italia
tae y tiffany se despidieron de Katherine, de jessica y de Oxford unos días después de la conferencia.
Las últimas palabras que tae intercambió con su amiga fueron especialmente incómodas.
Conociéndola, ella se dio cuenta de que algo iba mal, pero cuando le preguntó qué pasaba, ella murmuró algo sobre ansiedad por la tesis.
Cuando le dio un abrazo de despedida, la estrechó con un poco más de fuerza de lo habitual y durante un poco más de tiempo cuando tae le dijo que seguirían en contacto, ella asintió en silencio.
Ella disculpó su actitud pensando que sentía nostalgia de su antigua amistad.
Mientras tanto, tiffany distrajo a Katherine para darles un poco de intimidad no la alegró ver a jessica tan incómoda, mientras trataba de parecer feliz y despreocupada para no entristecer a taeyeon.
Ellas dos viajaron a Roma, donde celebraron el cumpleaños de tiffany el día diecisiete de julio, con una visita especial a los Museos Vaticanos sin embargo, hubo una sorprendente ausencia de o museístico.
(Ni siquiera tiffany se sintió inclinada a rendirse a la tentación dentro del Vaticano.)
Pasaron varios días en Asís, donde rezaron y encendieron velas en la cripta de San Francisco.
Aunque tiffany y tae no se contaron sus plegarias, ambas supusieron que rezaban la una por la otra, por su matrimonio y por el don de un bebé.
tae, además, rezó pidiendo fuerza y sabiduría Santana pidió bondad y valor.
Ambas rezaron por Luce y Aaron, pidiéndole a Dios que bendijera su unión con un hijo.
A finales de julio llegaron por fin a su casa de Todi, un pueblo de Umbría la casa, situada cerca de un huerto de frutales, tenía una piscina cercada, rodeada en un extremo por arbustos de lavanda.
Las flores perfumaban el aire tae colocó unas cuantas entre las sábanas de la cama.
Cuando se despertó al día siguiente, tiffany se había ido. No se extrañó. El sol ya estaba alto y sus rayos entraban por el balcón. Alargó la mano y notó que las sábanas estaban frías. Sobre la almohada, que olía a colonia Chanel mezclada con lavanda, encontró una nota:
Buenos días, querida:
Dormías tan plácidamente que no he querido despertarte.
He ido a buscar unas cuantas cosas al mercado de Todi.
Llámame al móvil si necesitas algo.
Te quiero, tiffany
Posdata: eres arrebatadora
taeyeon sonrió era una nota sencilla, muy parecida a muchas otras que tiffany le había escrito.
Pero en un rincón, casi como una ocurrencia de última hora, había dibujado a lápiz su perfil mientras dormía bajo el dibujo había escrito: Mi Beatriz.
No sabía que tuviera talento para el dibujo, aunque su habilidad en otras disciplinas ya dejaba adivinar una multiplicidad de habilidades manuales. El esbozo era bastante bueno. Lo conservaría. Tal vez lo enmarcaría.
Sonriendo, bajó los pies descalzos al suelo y se dirigió hacia el armario. No le apetecía vestirse, así que se puso una de las camisas de tiffany, abrochándose un par de botones antes de rebuscar en los cajones unos calcetines.
Desde el piso de abajo, le llegó la voz de él. Bajó la escalera con entusiasmo y entró en la cocina.
—Hola—tiffany la besó en la frente mientras dejaba la compra en la encimera—Estás muy guapa. Cuando lo hubo soltado todo, le dio un beso en cada mejilla antes de aprisionarla entre sus brazos— ¿Has dormido bien? —preguntó, posando los labios en su pelo.
—Muy bien. Entre los días en Asís y la noche pasada, creo que he dormido más que durante los últimos meses juntos. —Le besó el cuello y tiffany se apartó como si l e hubiera hecho cosquillas—Gracias por el dibujo.
—De nada.
—No sabía que supieras dibujar.
—Querida, me encantaría pintarte si pudiera... con los dedos.
—Deja de provocarme, Profesora Cada vez que pienso en pintura, me acuerdo de lo que hicimos en Selinsgrove. Y me pongo muy caliente—Bromeando, tae hizo un mohín.
—Luego me ocuparé de eso, te lo prometo. —tiffany la soltó y le dedicó una sonrisa ladeada—Me gustan tus calcetines.
Ella se miró los pies y flexionó los dedos.
—Los rombos son ies.
—Desde luego una amiga me dijo una vez que los rombos eran el diseño de la seducción.
—Tienes unas amigas muy raras... —replicó tae, negando con la cabeza y comiéndose una uva.
tiffany empezó a guardar la compra, observándola con el rabillo del ojo.
—Se te ve contenta.
Ella se sentó en la encimera de un salto y empezó a balancear las piernas.
—Lo estoy por fin he dejado atrás la conferencia y lo hemos pasado muy bien tanto en Roma como en Asís. Estoy enamorada de mi esposa y puedo disfrutar de esta maravillosa casa con ella Soy la mujer más afortunada del universo.
tiffany alzó mucho las cejas.
— ¿Del universo? Hum seguro que a los habitantes de la galaxia vecina no les gustará oírlo.
Ella le dio una patada de broma con el pie cubierto por el calcetín de rombos.
—Eres una empollona.
Volviéndose hacia ella, tiffany le agarró el pie y lo levantó hasta que lo tuvo a la altura del hombro tae se echó hacia atrás y se apoyó en la encimera para mantener el equilibrio.
— ¿Qué me has llamado? —preguntó ella, fingiendo estar enfadada, aunque sus ojos marrones como chocolate brillaban divertidos.
—Ejem, te he llamado empollona.
tiffany alzó una ceja.
— ¿Ah, sí? ¿Y crees que una empollona haría esto? —preguntó, acariciándole el empeine con pericia.
Cuando ella suspiró de placer, ella le quitó los calcetines y los tiró al suelo por encima del hombro.
—Vamos a comprobar si es verdad que te pones tan caliente como dices—Su voz la hizo estremecer.
tiffany le subió la mano por la pierna lentamente, entreteniéndose en la corva hasta que ella gruñó— taeyeon —susurró ella, con mirada juguetona.
— ¿Sí?
—No te has puesto bragas.
Con un dedo, le acarició la parte interna del muslo una y otra vez, a ritmo lento.
Cuando sus dedos se acercaron a la parte de tae que quedaba expuesta, ella empezó a respirar aceleradamente.
—Las empollonas no tienen fama de ser muy buenas amantes. —tiffany retiró la mano de entre sus piernas y le apoyó un dedo en la boca.
Cuando ella separó los labios, le deslizó el dedo en su interior tae se lo rodeó, succionándolo ligeramente para luego soltarlo.
tiffany le guiñó un ojo antes de usar el dedo húmedo para acariciarle la parte alta del muslo.
— ¿Crees que una empollona haría esto? —tiffany se inclinó hacia ella y sopló sobre el reguero desaliva que había dejado allí.
Cuando tae se estremeció, tiffany sonrió traviesa y recorrió el mismo camino con la nariz.
Levantándose, la besó apasionadamente antes de apartarse con brusquedad sin darle tiempo a protestar, se dejó caer de rodillas frente a ella.
—Mmm —murmuró, colocándose las piernas de tae sobre los hombros—Esta encimera tiene la medida perfecta supongo que tienes razón al decir que eres la mujer más afortunada del universo.
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