—Has estado maravillosa —susurró tiffany, acariciándole perezosamente la espalda con el dorso de los dedos.

Ella se abrazó a la almohada, escondiendo la cara estaba tumbada boca abajo, con lo que la espalda le quedaba gloriosamente expuesta.

tiffany  notó con preocupación esa muestra de timidez antes de inclinarse para besarle la curva del hombro.

— ¿Cariño?

—Gracias—taeyeon  se movió un poco para mirarla a los ojos.

— ¿Qué te ha parecido esa postura? —Le apoyó una mano sobre los hoyuelos que tenía justo encima del trasero.

—Me ha gustado.

— ¿Pero?

—Nada que objetar.

—Entonces, ¿por qué te escondes?

Ella se encogió de hombros.

tiffany  la obligó a ponerse de lado.

—Estás segura te lo prometo entre mis brazos siempre estarás segura igual que en mi cama siempre—Le levantó la barbilla con un dedo—Dime algo.

tae  apartó la vista.

—No quiero sacar viejos temas, pero a veces me preocupo.

— ¿Sobre qué?

—Me da miedo no ser lo suficientemente atrevida en la cama.

tiffany  se habría echado a reír, pero la vio tan seria que no osó y se forzó a adoptar una expresión solemne.

—Es una preocupación extraña, teniendo en cuenta lo que hemos estado haciendo estas últimas horas—Tenía la mano apoyada en su culo, pero resistió el impulso de apretárselo.

tae sopló para apartarse un mechón de pelo de la boca antes de hablar.

—No había podido contártelo antes, pero hyuna me ha abordado justo antes de la comida con Rachel.

Los ojos de tiffany  brillaron de enfado.

—No quiero oír el nombre de esa mujer mientras estemos en la cama.

—Lo siento —se disculpó ella, apoyando la cara en los pechos de tiffany 

— ¿Qué te ha dicho?

—Que merecías estar con alguien más atrevida en la cama.

—No escuches las mentiras de esa víbora.

—Le he dicho que lo que tú te mereces es amor y que eso es lo que yo te doy.

—Qué gran verdad—Deslizó la mano hasta la nuca y comenzó a masajeársela—Entonces, ¿por qué estás preocupada?

—Porque no quiero perderte.

Esta vez, tiffany  no pudo contener la risa.

—Pues me temo que estamos en una competición, porque yo también pienso hacer todo lo que esté en mi mano para no perderte a ti.

—Bien—tae  se acurrucó entre sus brazos.

—Hay algunas atrevidas aventuras que viví antes de conocerte que no desearía volver a experimentar nunca.

tae  hizo una mueca al acordarse de la profesora Dolor.

Con un dedo le recorrió la línea del cuello, arriba y abajo, arriba y abajo, muy suavemente y añadió: —Hay otras aventuras que no me importaría probar contigo si estás de acuerdo nuestra cama es un lugar para disfrutar mi mayor preocupación es complacerte y obtener placer a tu lado, pero nunca a tu costa, te lo garantizo no debe preocuparte pensar que podría abandonarte si me dices que no siempre puedes decir que no, ¿queda claro?

—Sí—tae  respiró hondo.

—Bien, Pues si algún día te propongo algo nuevo y no te apetece probarlo, me lo dices.

— ¿En serio? —Ella la miró como si quisiera leer en su interior con sus ojos.

tiffany  le dirigió una media sonrisa.

—Puede que trate de seducirte para hacerte cambiar de opinión, pero pocas cosas me parecen más desagradables que acostarse con una persona en contra de su voluntad.

tiffany  se quedó callada un momento, mientras le acariciaba la mejilla con el pulgar.

—Y, en tu caso concreto, no se me ocurre nada más angustioso que mirarte a los ojos y ver en ellos dolor o arrepentimiento.

Se inclinó hacia ella hasta que sus bocas se unieron en un beso Durante unos segundos, se olvidaron de todo lo que no fuera la dulzura de su abrazo.

— ¿Aún sientes vergüenza?

—No—tae  juntó las piernas—Aunque me pregunto qué clase de aventuras tendrás en la cabeza.

—Confía en mí, tae tae y te las mostraré—Tumbándola de espaldas en la cama, le levantó los brazos por encima de la cabeza y le acarició el cuello con los labios.

A la mañana siguiente, las hwang  se quedaron dormidas, a pesar de sus intenciones de levantarse temprano para visitar el museo Ashmolean

tiffany  fue la primera en levantarse tras darle un suave beso a taeyeon, se metió en el baño.

Después de ducharse, volvió a la habitación con sólo las gafas y una toalla en los pechos.

taeyeon  seguía durmiendo.

Ella la miró con satisfacción la había dejado agotada la noche anterior, gracias a una excepcional serie de os el pecho se le hinchó de orgullo.

Se había pasado la noche instruyéndola en actividades que hasta ese día nunca había practicado.

No podía evitar un sentimiento primitivo de posesión era ella quien la guiaba; era ella quien compartía su placer pero ese sentimiento iba acompañado de otro de ternura, la ternura que le despertaba que ella confiara en ella.

Sus encuentros eran siempre apasionados, llenos de amor tiffany  la observaba constantemente para percibir cualquier señal de duda y actuar en consecuencia al saber que estaba segura, taeyeon  se entregaba totalmente.

El o podía ser muy absorbente lo sabía por propia experiencia una vez había sido esclavizada por él, había caído prisionera, como una animal en una trampa incluso ahora, con su esposa, había veces en las que deseaba olvidarse de todo y perderse en el o para volver a encontrarse en su interior.

taeyeon  podía ser igual de voraz y apasionada su confianza en ella la volvía atrevida y la pasión que sentía la convertía en una amante entusiasta su experiencia se limitaba a lo que tiffany  le había enseñado, pero eso no la molestaba, todo lo contrario parecía que cada encuentro estaba lleno de novedades.

No sabía cómo hablarle a taeyeon de los sentimientos que le despertaba sin sacar a colación los fantasmas del pasado pero las diferencias entre su esposa y sus antiguas amantes eran evidentes y tiffany  trataba de transmitirle lo mucho que la complacía, no sólo de palabra sino también de obra.

Tanto dentro como fuera del dormitorio, seguían la máxima de san Agustín: «Ama y haz lo que quieras».

(Habían amado y habían hecho lo que habían querido varias veces la noche anterior.)

tiffany  contempló los restos del encuentro: fresas y trufas para las dos, champán para tae  y agua con gas para ella El conserje había sido muy amable cuando tiffany  se había presentado en la recepción en un impulso, en plena noche.

Recogió la ropa que habían dejado tirada primero la de taeyeon, sonriendo al ver el corsé y las minúsculas braguitas que llevaba debajo del decoroso traje sabía cómo provocarla sin desprenderse de su modestia innata.

Luego colgó su traje y vació los bolsillos algo blanco se cayó al suelo se agachó a recogerlo.

Era una tarjeta de visita, con unos datos impresos:

hyuna, máster en Artes

Estudiante de máster

Departamento de Italiano

Universidad de Columbia

Email: [email protected]

Tel. (212) 458-2124

tiffany  la leyó disgustada antes de darle la vuelta en el dorso, escrito a mano, decía:

Hotel Malmaison, habitación 209.

Esta noche.

Soltando una maldición, tiffany  arrugó la tarjeta y la tiró a la papelera.

hyuna debió de metérsela en el bolsillo el día anterior sin duda la había escrito antes de hablar con ella Tenía que haber planeado su seducción con antelación puede que hubiera viajado a Oxford exclusivamente con ese fin.

Eso explicaba buena parte de su conducta su objetivo siempre había sido ella, no taeyeon  Sus actos habían sido premeditados para atraparla, aprovechándose de su necesidad de proteger a su esposa.

No contenta con eso, había provocado a tae, sugiriendo que no iba a ser capaz de conservarla a su lado, como si estuviera segura del resultado de su seducción.

A tiffany  se le encogió el estómago se acercó a la cama donde taeyeon  dormía tranquilamente.

Habían compartido una noche de placer incomparable y hyuna había tratado de arrebatársela su lujuria se había convertido en envidia y traición había conspirado para arrebatársela a tae  y para convertirlo a ella en una adúltera.

«Menos mal que tae  no encontró la tarjeta.»

Confiaba en que, si la hubiera encontrado, le hubiera pedido explicaciones, en vez de ir a contárselo a jessica.

Un escalofrío le recorrió la espalda la carrera de taeyeon, que justo empezaba a despegar, era algo frágil y precioso, igual que su matrimonio Y no iba a permitir que nada ni nadie las amenazara.

Fue a buscar el teléfono móvil y se dirigió al cuarto de baño, marcando el número de John Green, su abogado.

En el hotel Malmaison, en el castillo de Oxford, hyuna se miraba en el espejo del baño se llevó una mano temblorosa a los labios, acariciando la zona ensangrentada encogiéndose de dolor, examinó el moratón que le estaba apareciendo en la mejilla y las marcas de los dedos que se habían clavado en su piel.

Tenía un aspecto terrible.

La noche anterior había abierto la puerta esperando encontrar a la profesora hwang, pero en vez de ella, apareció Giuseppe, borracho y furioso.

Le había dado un empujón para entrar y había cerrado la puerta con pestillo, sin parar de decir que ella iba a costarle el puesto en América hablaba en italiano, arrastrando las palabras.

Cuando hyuna se quejó, se volvió aún más agresivo y exigió saber a quién pretendía seducir en la habitación que él había pagado.

En cuanto ella pronunció el nombre de tiffany, él le dio un bofetón.

Nunca le habían pegado antes Y no era lo único que había experimentado por primera vez esa noche bajó la vista al sentir dolor entre las piernas no había dado su consentimiento. No había dicho que sí a nada de lo que le había hecho.

La ternura de Giuseppe había desaparecido por completo. Furioso, le había arrancado la ropa y la había empujado hasta la cama la había insultado, había maldecido a tiffany  y a ella y, cuando hyuna había tratado de defenderse, la había vuelto a golpear.

Al recordar los detalles de la agresión se tambaleó hasta la taza del váter, donde vació el estómago al acabar, se apoyó en el lavamanos y bebió un vaso de agua.

Creía que tenía el control de la situación ella decidía con quién follaba y qué debían darle a cambio ella era la que despreciaba a sus amantes pero la noche anterior le habían arrebatado ese dominio.

Y no era lo único que le había arrebatado Hizo un esfuerzo por no echarse a llorar de rabia y frustración.

Volvió al dormitorio en silencio para asegurarse de que Giuseppe seguía durmiendo. Cuando oyó sus ronquidos, supo que había llegado el momento.

Se vistió rápidamente con lo primero que encontró, sin preocuparse de que los colores combinaran echó sus cosas en la maleta de cualquier manera, dejando la lencería rota en el suelo.

Al oírlo respirar profundamente, se detuvo aterrorizada.

Giuseppe murmuró algo en sueños, pero en seguida siguió roncando.

hyuna  localizó el bolso y el pasaporte y los cogió, igual que el abrigo cuando estaba llegando a la puerta, se dio cuenta de que el reloj Baume & Mercier se había quedado en la mesilla de noche.

Estaba a pocos centímetros de la cabeza de él.

Quería recuperarlo ese reloj tenía un gran valor sentimental para ella.

Al acercarse a la cama, la respiración de Pacciani se volvió más superficial con un gruñido, se volvió en su dirección.

hyuna  echó a correr hasta la puerta y se marchó, dejando el reloj.

Al entrar en el taxi que iba a llevarla a la estación, empezó a planear su venganza la profesora tiffany hwang  y su joven esposa taeyeon habían desaparecido ya de su mente.