cap 9

El Infierno de Taeyeon
 

Después de desayunar en el comedor del Magdalen College, tiffany insistió en que tomaran un taxi hasta St. Anne, el lugar donde tendría lugar el simposio tenía miedo de que tae (y sus tacones) no sobrevivieran al paseo y de ninguna manera iba a pedirle que se cambiara de zapatos.

—Es un sueño hecho realidad —murmuró ella, mientras cruzaban Oxford en el taxi—Nunca me habría imaginado que vendría aquí de visita Imagínate venir a Oxford a presentar mi trabajo es increíble.

—Te has esforzado mucho—tiffany se llevó su mano a los labios y se la besó—Ésta es tu recompensa.

tae guardó silencio, sentía el peso de la responsabilidad sobre los hombros.

Cuando pasaron junto al museo Ashmolean, los ojos de tiffany se iluminaron.

—Me pregunto qué travesuras podríamos hacer ahí dentro —comentó, mientras señalaba el museo—Si no recuerdo mal, hay un montón de sitios donde esconderse.

tae se ruborizó y tiffany la tomó de los brazos para atraerla hacia ella, riendo.

No había perdido la capacidad de hacer que se ruborizara y se sentía muy orgullosa de ese talento en ese sentido, había hecho algo más que ruborizarla días atrás, cuando habían bailado un tango contra una de las paredes del British Museum.

(Los mármoles de Elgin todavía no se habían recuperado del susto.)

Las hwang llegaron al edificio de la facultad de St. Anne justo antes de que empezara la primera sesión en el interior, un grupo de unos cincuenta académicos se agolpaban junto a una mesa, bebiendo té y comiendo galletas, mientras charlaban sobre el apasionante mundo de Dante y los estudios sobre su obra.

(Un universo mucho más interesante de lo que puede parecer a los no iniciados.)

tiffany le sirvió una taza de té a tae antes de ponerse un poco de café luego le presentó a dos eminentes profesores de Oxford mientras tomaban sus bebidas.

Cuando llegó el momento de dirigirse a la sala de conferencias, tiffany le apoyó una mano en la curva de la espalda para animarla a avanzar y ella dio dos pasos antes de detenerse.

Una risa familiar y despreocupada había llegado a sus oídos unos metros por delante, vio la fuente de esa risa: en medio de un grupo de hombres y mujeres jóvenes y no tan jóvenes, vestidos casi todos con chaquetas de tweed y vestidos elegantes, una joven belleza blanca era el centro de atención era alta y esbelta e iba vestida con un conjunto de falda y chaqueta negra hecho a medida. Sus tacones de diez centímetros hacían que sus piernas parecieran aún más largas.

(Por una vez en su vida, la Profesora observó un par de elegantes zapatos de marca con algo que no era admiración.)

La risa de la mujer se cortó en seco cuando un hombre moreno de piel muy bronceada le susurró algo al oído con la vista clavada en las hwang

—Joder —murmuró tiffany.

Mientras ella fulminaba con la mirada a hyuna y al profesor Giuseppe Pacciani, tae observaba las reacciones de los hombres y mujeres que rodeaban a la joven a medida que sus ojos saltaban de uno a otro, una terrible desazón se apoderó de ella.

Más de uno y una le devolvía la mirada, y la dejaba más tiempo del necesario clavada en sus pechos y sus caderas se soltó de la mano de tiffany para abotonarse más la chaqueta del traje.

En los ojos de varios de ellos vio una mirada de decepción al parecer, tae no estaba a la altura de lo que esperaban de una joven y apetitosa estudiante capaz de seducir a su profesora y de provocar un escándalo.

—Voy a resolver este asunto de una vez por todas—tiffany echó a andar hacia ellos, pero tae la detuvo clavándole las uñas en el brazo a través de la camisa.

— ¿Puedo hablar un momento contigo? —susurró.

—Después —contestó hyuna.

—No, por favor —siseó tae— Aquí no.

— ¿Problemas en el paraíso? —La petulante voz de hyuna resonó en la sala—La luna de miel no ha durado demasiado—Clavó sus ojos de gata en tae, y curvó los labios en una sonrisa despectiva—No me extraña... —tae trató de llevarse a tiffany de allí, pero ella se mantuvo firme, temblando de rabia.

—Me gustaría hablar un momento con usted, señorita hyuna.

Ésta se acercó un poco más al profesor Pacciani, fingiendo estar asustada de tiffany.

—No después de lo que pasó en Toronto Si tiene algo que decir, tendrá que hacerlo en público, delante de testigos.

Desde la seguridad que le aportaba estar junto a Pacciani, se inclinó hacia adelante, bajando un poco la voz.

—No le conviene montar una escena descubrí unas cuantas cosas sobre usted después de que dimitiera, como por ejemplo que había estado metida en temas de No sabía que la profesora Ann Singer había sido su Ama.

Se hizo un profundo silencio entre los presentes, cuyos ojos pasaron de estar clavados en hyuna a fijarse en tiffany.

Al notar que la indignación de su esposa iba en aumento, tae la tiró del brazo—Vámonos, Por favor.

A pesar de la furia que sentía, tiffany era muy consciente de que sus colegas la observaban con atención tuvo que hacer un esfuerzo enorme para no abalanzarse sobre hyuna y agarrarla por el cuello.

Farfulló una maldición, se volvió bruscamente y se alejó de su antigua alumna.

—Estoy deseando oír tu conferencia, taeyeon —dijo hyuna, alzando la voz para que la oyera más gente—Es muy poco habitual que una estudiante de doctorado de primer año participe en un simposio tan importante ¿Cómo lo conseguiste?

Ella se detuvo y la miró por encima del hombro.

—La profesora Picton me invitó.

— ¿De verdad? —hyuna aparentó estar confusa— ¿Y por qué no invitó a tiffany directamente? Al fin y al cabo, no harás más que repetir cosas que ella te ha enseñado O tal vez te haya escrito la conferencia.

—Hago mis propios trabajos de investigación —replicó tae, en tono tranquilo pero firme.

—Oh, sí, estoy totalmente convencida de ello. —hyuna clavó la vista en la espalda de la profesora hwang— Pero con ese tipo de investigaciones no se escriben conferencias. A menos que pienses hablarnos de todas las profesoras con los que te acostaste para entrar en Harvard.

Maldiciendo, tiffany se soltó de la mano de taeyeon Se volvió y fulminó a la joven con la mirada.

—Ya es suficiente, No vuelvas a dirigirle la palabra a mi esposa ¿Me entiendes?

—Ese carácter, tiffany —la reprendió ella, con los ojos brillantes de ersa diversión.

—Para ti soy la profesora hwang —saltó ella.

tae se interpuso entre las dos.

—Vámonos —le pidió a su esposa, apoyándole una mano en el pecho.

—Apártate—Parecía una dragona a punto de escupir fuego—Hazlo por mí —suplicó ella, con el corazón desbocado.

Antes de que tiffany pudiera abrir la boca, una voz autoritaria preguntó a su espalda: — ¿Qué significa esto?

Katherine Picton apareció a la derecha de tiffany, con su pelo canoso corto impecablemente peinado y los ojos, de un color entre azul y gris, brillando de indignación tras los cristales de las gafas.

Echó un vistazo despectivo al profesor Pacciani antes de centrar toda su atención en hyuna.

— ¿Quién eres tú?

La postura de ésta cambió de estar a la defensiva, pasó a querer agradar.

—Soy hyuna —se presentó, ofreciéndole la mano—, de la Universidad de Columbia nos conocimos en Toronto.

Katherine Picton ignoró la mano tendida—Conozco a todos los profesores de Columbia y tú no eres uno de ellos.

La joven se ruborizó y bajó la mano.

—Soy una estudiante de máster.

—En ese caso, no intentes hacerte pasar por otra cosa no eres de la Universidad de Columbia, estudias en la Universidad de Columbia repito: ¿por qué estás aquí?

Al ver que no respondía, la profesora se acercó a ella y volvió a preguntar, alzando la voz:

— ¿Eres dura de oído? Te he hecho una pregunta ¿Qué estás haciendo en mi simposio, insultando a mis invitadas?

hyuna casi se tambaleó al sentir la fuerza de la aversión de Katherine Picton Hasta el profesor Pacciani dio un paso atrás.

—He venido para escuchar su conferencia, como todo el mundo.

La mujer se estiró cuan alta era y, desde su metro y medio de estatura, alzó la vista hacia la estudiante de máster, mucho más alta que ella y medio siglo más joven.

—Tu nombre no está en la lista de asistentes Yo, desde luego, no te invité.

—Profesora Picton, discúlpeme la joven es mi acompañante —intervino el profesor Pacciani.

Cuando se inclinó ante ella con intención de besarle la mano, Katherine Picton la apartó bruscamente y la sacudió en el aire.

—Giuseppe, como acompañante tuya, su presencia aquí es tolerable, pero sólo eso—Con una mirada reprobatoria, añadió—: Haz el favor de enseñarle buenos modales.

Luego se volvió hacia hyuna para hablar directamente con ella.

—Soy muy consciente de los estragos que causaste en Toronto. Casi destruiste mi departamento al completo con tus mentiras será mejor que te comportes con educación mientras estés aquí o haré que te expulsen, ¿me has entendido?

Y sin esperar respuesta, empezó a reñir a Pacciani en un italiano fluido, dejándole claro que si su amiga molestaba a los asistentes, le haría responsable directo.

Para acabar, le recordó que tenía una memoria implacable (Vale la pena mencionar que tenía razón.)

—Capisce? —preguntó, clavándole la mirada a través de las gafas.

—Certo, profesora. —Y se inclinó de nuevo, con expresión de enfado.

—Pero yo soy la parte perjudicada —protestó hyuna—Cuando estuve en Toronto, tiffany...

—Memeces —contraatacó Katherine—Soy vieja, pero no estoy senil, y aún reconozco a una mujer despechada cuando la veo. Los demás deberían hacer lo mismo —añadió, con una mirada crítica a los asistentes que habían estado escuchando encantados sus chismes—

Además, acudir sin invitación a un acto de este tipo es muy poco profesional esto no es una fiesta en una fraternidad.

La profesora Picton volvió a mirar a su alrededor e hizo una pausa como desafiando a los demás a que la contradijeran. Bajo su mirada avasalladora, los lascivos fisgones se alejaron, arrastrando los pies.

Aparentemente satisfecha, se volvió hacia hyuna una vez más y alzó la barbilla.

—Creo que ya he terminado.

Y dicho eso le dio la espalda. Los demás presentes en la sala se quedaron quietos, impresionados por haber asistido al equivalente académico de una lucha en el barro, ganada con comodidad por una pequeña (pero matona) septuagenaria.

—Queridas amigas, ¡cómo me alegro de veros! ¿Qué tal el vuelo? —Katherine rodeó los hombros tensos de tae con un brazo y le dio un apretón antes de abrazar a tiffany.

—El vuelo fue muy bien. Hemos pasado unos días en Londres antes de venir. Llegamos ayer, en tren. —tiffany besó la mejilla de la profesora Picton y trató de sonreír, pero no lo logró.

—No me gusta que hayan admitido a esa chusma —afirmó Katherine con desdén—. Hablaré con los organizadores. Ya es bastante malo que tengáis que soportar a esa persona, pero tener que hacerlo en público es demasiado ¡Qué muchacha tan estúpida!

Al darse cuenta de que tae estaba muy disgustada, la profesora Picton siguió hablando con más delicadeza:

—Luego te invito a copa, taeyeon Ya va siendo hora de que charlemos un rato.

Esas palabras arrancaron a tae de su mutismo y una velada expresión de terror le cruzó el rostro tiffany la sujetó por la cintura.

—Es muy generoso por tu parte, Katherine, pero ¿por qué no cenamos las tres juntas?

—Gracias, estaré encantada, pero antes charlaré un rato a solas con taeyeon —Se volvió hacia su antigua alumna y le dijo amablemente—: Ven a buscarme después de la última ponencia y daremos un paseo hasta The Bird and Baby.

Luego, la profesora Picton se marchó y en seguida se encontró rodeada de admiradores.

tae tardó unos instantes en recuperarse de las impresiones cuando lo hizo, se apoyó en su esposa.

— ¡Qué vergüenza!

—Siento que Katherine nos haya interrumpido. Me habría gustado decirle un par de cosas a hyuna.

tae se retorció las manos.

—No, yo no he debido responderle. Teníamos que habernos marchado.

El rostro de tiffany se tensó. Tras mirar a su alrededor, le acercó los labios a la oreja.

—Has hecho lo que tenías que hacer: defenderte. Y, desde luego, yo no pienso quedarme cruzada de brazos mientras te llama puta.

—Si nos hubiéramos marchado antes, no habría llegado tan lejos.

—Tonterías. Ya había empezado a calumniarnos antes de que llegáramos. Tú misma me lo has dicho.

tae parecía muy decepcionada—Te he pedido que pararas.

—Y yo acabo de explicarte que no pienso consentir que nadie hable de ti de esa manera. —Apretó la mandíbula, pero luego se forzó a relajarla—No discutamos por culpa de esa zorra. Eso es justo lo que quiere.

—Ella estaba deseando provocar una pelea y tú le has seguido el juego—tae miró a su alrededor y vio que la sala se iba vaciando—Mañana tendré que subir al estrado delante de toda esta gente, y sabré que han presenciado la vergonzosa escena.

—Si no hubiera reaccionado, habría parecido que le estaba dando la razón —replicó tiffany en voz muy baja, casi un gruñido.

—Te he pedido que pararas y tú has actuado como si no existiera; me has pasado por encima sin mirar —le reprochó ella, herida—Soy tu esposa, no un badén en medio de la carretera.

 

Y ag

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?