cap 14

El Infierno de Taeyeon

Tiffany cerró los ojos, pero sólo un instante. Una sonrisa, dulce y lenta, apareció en su rostro. Su mirada se volvió suave y muy cálida—Me has encontrado— se mordió el interior de la mejilla para no echarse a llorar al oír su voz. Era la voz que recordaba. Llevaba mucho tiempo esperando volver a oírla. Llevaba muchos años esperando que ella regresara a su vida—Beatriz. —Agarrándola de la muñeca, tiró de ella. Se apartó un poco en la cama para hacerle sitio, rodeándola con los brazos mientras tae apoyaba la cabeza en su pecho—Pensaba que te habías olvidado de mí.

—Nunca —contestó, sin poder contener las lágrimas por más tiempo—He pensado en ti cada día.

—No llores. Me has encontrado.

Tiffany cerró los ojos y volvió la cabeza. Su respiración empezaba a regulársele otra vez taeyeon trató de quedarse quieta para no molestarla con sus sollozos, pero el dolor y el alivio mezclados eran tan fuertes que no pudo evitar que la cama temblara un poco. Las lágrimas formaron dos riachuelos que descendían por sus mejillas y se unían sobre los pechos a bronceados de ella su tiffany  la había recordado. Su tiffany había regresado—Beatriz—Le rodeó la cintura con un brazo y susurró en su pelo, todavía húmedo de la ducha—No llores.

Y con los ojos cerrados, la besó en la frente, una, dos, tres veces—Te he echado tanto de menos —murmuró tae, con los labios pegados a su pecho.

—Me has encontrado —musitó tiffany—Debí haberte esperado Te quiero.

Ella se echó a llorar con desesperación, abrazándose a tiffany como si se estuviera ahogando y fuera su tabla de salvación. Le besó el pecho con suavidad mientras le acariciaba el abdomen. Como respuesta, los dedos de tiffany le acariciaron la piel erizada de los brazos antes de deslizarse bajo la camiseta. Tras recorrerle la espalda con delicadeza, se acomodaron en la parte baja de su espalda, donde permanecieron quietos cuando ella regresó al país de los sueños con un suspiro—Te quiero, tiffany Te quiero tanto que me duele —dijo tae, apoyándole la mano sobre el corazón y luego le susurró las palabras de Dante, algo cambiadas:

El amor se adueñó de mí durante tanto tiempo que su señorío acabó por resultarme familiar y aunque al principio me irritaba, aprendí a apreciarlo lo guardo en mi corazón, que es donde mejor se guardan los secretos y así, cuando me destroza la vida como nadie sabe hacerlo y parece que no me quedan fuerzas para nada más mi yo más profundo se siente libre de angustia, liberado de todo mal porque el amor hace brotar de mí tanto poder que mis suspiros más que hablar, gritan. Lastimeramente suplican que mi tiffany  me salude cada vez que me abraza, todo es más dulce de lo que las palabras pueden expresar.

Cuando se le secaron las lágrimas, taeyeon le dio varios besos inseguros en los labios y cayó en un sopor profundo y sin sueños entre los brazos de su amada cuando se despertó, eran ya las siete de la mañana tiffany seguía profundamente dormida de hecho, estaba roncando.

Aparentemente, ninguna de las dos se había movido en toda la noche tae nunca había dormido tan bien como esa noche. Bueno, sí, una vez no quería moverse no quería separarse de ella ni un centímetro. Quería permanecer en sus brazos para siempre y fingir que nunca se habían separado «Me reconoce. Me ama. Por fin.» Nunca se había sentido amada antes. No realmente ella se lo había susurrado anteriormente y su madre se lo había dicho a gritos, pero sólo cuando estaba borracha, por lo que sus palabras no habían calado en la conciencia de taeyeon ni en su corazón. No se lo había creído, porque eran palabras huecas, no respaldadas por sus actos. Pero creía a tiffany.

Y así, esa mañana, por primera vez, tae se sintió amada. Sonrió con tantas ganas que pensó que se le iba a romper la cara. Acercó los labios al cuello de tiffany la acarició ella gimió débilmente y la abrazó con más fuerza, pero su respiración honda y regular le indicó que seguía profundamente dormida taeyeon tenía la suficiente experiencia con alcohólicas como para saber que estaría resacosa y probablemente de mal humor cuando se despertara, así que no tenía demasiada prisa por que lo hiciera había sido una suerte que la noche anterior se hubiera comportado como una borracha seductora e inofensiva ese tipo de borracheras ella sabía cómo manejarlas. Era el otro tipo el que le daba miedo pasó casi una hora empapándose de su calor y su olor corporal, disfrutando de su cercanía, acariciándole delicadamente el torso aparte de la noche que había compartido con ella en el bosque, esos momentos estaban siendo los más felices de su vida. Pero al final tendría que marcharse sigilosamente, salió de debajo de su brazo y fue de puntillas hasta el cuarto de baño, cerrando la puerta vio una botella de colonia Chanel en el tocador y la abrió para olerla. No era el aroma que recordaba del huerto. Su olor en aquella época había sido más natural, más... salvaje «Éste es el aroma de la nueva tiffany es como ella... imponente. Y ahora es mía.» taeyeon se cepilló los dientes, se recogió el pelo, rizado y alborotado en un nudo y se dirigió a la cocina en busca de una goma elástica o de un lápiz para sujetárselo. Resuelto el tema del pelo, fue a sacar la ropa de la lavadora y la metió en la secadora. No podía volver a casa hasta que estuviera seca, pero no tenía intenciones de marcharse ahora que ella la había recordado « ¿Y qué pasa con Paulina? ¿Y con MAIA?» tae apartó esos pensamientos de su mente. Eran irrelevantes tiffany  la amaba. Por supuesto, dejaría a Paulina «Pero ¿cómo vamos a resolver el problema de que sea mi profesora? ¿Y si es alcohólica?» Años atrás, se había jurado que no tendría nunca una relación con una alcohólica pero en vez de plantearse esa posibilidad de manera directa y honesta, desechó todas las sospechas y dudas a un rincón de su mente. Quería creer que su amor sería capaz de vencer todos los obstáculos.

«Que a matrimonio de alma y alma verdadera no haya impedimentos», recitó tae mentalmente, citando a Shakespeare, como un talismán contra sus miedos. Creía que los vicios de tiffany nacían de la soledad y la desesperación y que, ahora que se habían reencontrado, su amor bastaría para rescatarlas a ambas de la oscuridad juntas serían mucho más fuertes y mucho más cuerdas que por separado mientras pensaba todas estas cosas, iba abriendo los armarios de la cocina, que estaba muy bien equipada. No sabía si ella querría desayunar Sharon, su madre, nunca quería hacerlo después de una borrachera. Prefería tomar, por ejemplo, un Brisa Marina, el cóctel a base de vodka, zumo de uva y de arándanos que —por desgracia— taeyeon había aprendido a preparar con aplomo a los ocho años. Sin embargo, tras comerse un desayuno de huevos revueltos, beicon y café, preparó lo mismo para tiffany no sabiendo si ella sería de las que se curaban las resacas bebiendo, le preparó un cóctel Walters por si acaso. Encontró la receta en su guía de cócteles y eligió el whisky que le pareció menos caro para mezclarlo con el zumo de frutas cuando acabó, se sentía exultante ante esa inesperada oportunidad de malcriar a tiffany por eso se tomó muchas molestias en prepararle la bandeja del desayuno incluso cortó unos tallos de perejil como decoración y los colocó junto a los gajos de naranja que había dispuesto en forma de abanico junto al beicon. Hasta se molestó en envolverle los cubiertos con una servilleta de hilo, que dobló sin demasiado éxito en forma de bolsillo. Deseó ser capaz de doblarla formando algo más impresionante, como un abanico o un pavo real, y decidió investigar el tema la próxima vez que se conectara a Internet seguro que Martha Stewart lo sabría. Martha Stewart lo sabía todo.

Armándose de valor, tae entró en el despacho y buscó un papel y un bolígrafo en su escritorio para escribirle una nota:

Octubre, 2009

Querida tiffany:

Había perdido la fe hasta que anoche me miraste a los ojos y finalmente me viste Apparuit iam beatitudo vestra ahora aparece tu bendición.

Tu Beatriz

Apoyó la nota en la copa que había usado para servir el zumo de naranja. No quería despertarla todavía, así que metió la bandeja entera, con el cóctel y todo, en el gran frigorífico, que estaba casi vacío. Luego se apoyó en la puerta de la nevera y suspiró Toc, toc, toc su rutina de diosa doméstica se vio interrumpida por alguien que llamaba a la puerta «Mierda. No me digas que ha venido. No puede ser.» Al principio no supo qué hacer. ¿Sería preferible esperar a que Paulina abriera con su propia llave? ¿Y si volvía a la cama y se escondía entre los brazos de tiffany? Tras un par de minutos, su curiosidad pudo más y se dirigió de puntillas a la puerta «Oh, dioses de las estudiantes de tesis que acaban de reunirse con su alma gemela tras seis puñeteros años de separación, no permitáis que la —futura— ex amante de mi amor lo fastidie todo. Por favor.» taeyeon respiró hondo y miró por la mirilla. El rellano estaba desierto. Con el rabillo del ojo vio algo en el suelo. Abrió la puerta con precaución y sacó la mano, respirando aliviada al encontrar un ejemplar de The Globe and Mail.

Con una sonrisa de alivio porque su reunión con tiffany no había terminado arruinada por una ex amante, recogió el periódico y cerró la puerta. Sin dejar de sonreír, se sirvió un vaso de zumo de naranja y se acomodó en la butaca de terciopelo rojo de enfrente de la chimenea, con los pies apoyados en la otomana tapizada a juego y suspiró satisfecha si dos semanas atrás, cuando estuvo allí de visita con Lucy, le hubieran preguntado si creía que estaría en esa casa un domingo por la mañana, habría dicho que no. No lo habría creído posible, ni siquiera con la santa intercesión de Grace desde el cielo pero ahora que estaba allí se sentía muy feliz se dispuso a disfrutar de una mañana de domingo a base de zumo de naranja y periódico matutino una mañana así se merecía un poco de música se decantó por música cubana, más específicamente por Buena Vista Social Club mientras escuchaba la canción Pueblo Nuevo en el iPod, hojeó la sección de arte del periódico y vio que pronto se inauguraría una exposición sobre arte florentino en el Royal Ontario Museum era un préstamo de la galería de los Uffizi tal vez a tiffany no le importaría acompañarla podrían tener una cita sí, no habían ido juntas a su baile de promoción, ni a ninguna de las fiestas en la Universidad de Saint Joseph, pero tae estaba segura de que iban a recuperar todo el tiempo perdido y que ahora sería mucho mejor. Contenta, se puso en pie de un salto justo cuando la trompeta empezaba a tocar las notas de Stormy weather, como contrapunto a la melodía cubana y empezó a cantar en voz alta, demasiado alta, mientras bailaba con el zumo de naranja en la mano, vestida con unos pretenciosos Shorts, totalmente ajena a la mujer semidesnuda que se dirigía hacia ella— ¡Qué demonios estás haciendo!

— ¡Aaaaaaaaarrrrrrggggggg! —tae dio un brinco sobresaltada al oír la voz de enfado a su espalda. Arrancándose los auriculares de las orejas, se volvió y, lo que vio, la dejó destrozada.

— ¡Te he hecho una pregunta! —Los ojos de tiffany parecían dos balsas de agua oscura— ¿Qué coño estás haciendo vestida con mi ropa dando brincos en mi salón? — Crack ¿Había sido el sonido del corazón de taeyeon rompiéndose en dos? ¿O el del último clavo hundiéndose en el ataúd de su difunto amor, que descansaba eternamente, aunque no en paz? Tal vez fuera por su tono de voz, furiosa y autoritaria, o porque con una sola pregunta le había dejado claro que ya no la veía como a Beatriz y que todas sus esperanzas y sueños acababan de morir nada más nacer. Fuera por lo que fuese, el iPod y el zumo de naranja se le resbalaron de entre los dedos. El vaso se rompió y el iPod se deslizó al charco de líquido dorado, a sus pies se quedó mirando el estropicio durante unos segundos, tratando de entender lo que acababa de pasar cualquiera que la viera pensaría que era incapaz de comprender que el vidrio pudiera romperse y causar un desastre en forma de estrella líquida finalmente, se dejó caer de rodillas para recoger el cristal, mientras en su cabeza se repetían dos preguntas: « ¿Por qué está tan enfadada? ¿Por qué no me reconoce?» Una tiffany mediana y descamisada la miró desde arriba llevaba sólo las bragas y el sujetador, lo que le daba una apariencia un poco y y un poco ridícula tenía los puños tan apretados que se le marcaban los tendones de los brazos.

— ¿No recuerdas lo que pasó anoche, tiffany?

—No, gracias a Dios, no lo recuerdo. ¡Y levántate! Pasas más tiempo de rodillas que cualquier puta —exclamó, con los dientes apretados.

Taeyeon alzó la cabeza bruscamente al mirarla a los ojos, comprobó que no recordaba nada en absoluto y que estaba cada vez más furiosa más le habría valido a tiffany atravesarle el corazón con una espada, pues se lo había destrozado con sus palabras y ya le había empezado a sangrar pero en ese instante tuvo lugar un hecho remarcable después de seis años, algo — ¡por fin!— se rompió en el interior de taeyeon.

—Voy a tener que fiarme de tu palabra por lo que se refiere al comportamiento de las putas, Hwang —replicó, con algo muy parecido a un gruñido—. Al parecer, experiencia no te falta—El desgarro de su corazón seguía expandiéndose dolorosamente no del todo satisfecha con ese comentario, se olvidó de los cristales y se puso en pie de un salto— ¡No te atrevas a volver a hablarme en ese tono, borracha asquerosa! ¿Quién demonios crees que eres? Después de todo lo que hice por ti anoche. Debería haber dejado que Gollum te atrapara. ¡Tendría que haber dejado que te la tiraras delante de todo el mundo en Lobby!

— ¿De qué estás hablando?

Taeyeon se acercó a ella con los ojos brillantes, las mejillas encendidas y los labios temblorosos se estremecía de rabia mientras la adrenalina le fluía por las venas tenía ganas de golpearla, de borrarle a bofetadas aquella expresión de la cara quería arrancarle el pelo a puñados y dejarla calva para siempre tiffany aspiró su aroma, erótico e incitante, y se pasó la lengua por los labios pero hacer eso ante una mujer tan enfadada como la señorita kim fue un error alzó la cabeza, orgullosa, y salió a grandes zancadas del salón, murmurando variados y exóticos insultos, tanto en inglés como en italiano. Y, cuando se le acabaron, pasó al alemán, señal inequívoca de que estaba realmente furiosa—Hau ab! Verpiss dich! —exclamó.

Tiffany se frotó los ojos lentamente a pesar de tener una de las peores resacas de su vida, estaba empezando a disfrutar del espectáculo de ella vestida con su ropa, apasionada y furiosa, gritándole en múltiples idiomas era el segundo espectáculo más erótico que había visto nunca totalmente fuera de lugar— ¿Dónde aprendiste palabrotas en alemán? —le preguntó, siguiendo la retahíla de insultos auf Deutsch hasta el lavadero, donde la encontró sacando su ropa de la secadora.

— ¡Que te jodan, tiffany! — Ella aludida se había distraído momentáneamente con la visión del sujetador de encaje negro que colgaba provocativamente de su mano al mirarlo con más atención, se dio cuenta de que la talla y la copa que le habían venido a la cabeza durante la cena en el Harbour Sixty eran acertadas y se felicitó a sí misma en silencio se obligó a apartar la vista de la prenda y levantarla hasta los ojos de taeyeon, en los que vio chispas color azul como el mar.

— ¿Qué estás haciendo?

— ¿Qué te parece que estoy haciendo? Me estoy largando de aquí antes de que agarre uno de tus estúpidos sujetadores y te estrangule con ella.

Tiffany frunció el cejo— ¿Quién es Gollum?

—La jodida hyuna.

Tiffany alzó mucho las cejas. « ¿Hyuna? Supongo que se parece a Gollum Si entornas los ojos...»—Deja en paz a hyuna me importa una mierda ¿Anoche tú y yo nos acostamos? —preguntó muy seria, cruzándose de brazos.

— ¡En tus sueños, tiffany!

—Eso no es una negativa, señorita kim. —Le sujetó el brazo para que dejara de hacer lo que estaba haciendo—Yo no lo niego. ¿Niegas tú haberte acostado conmigo en tus sueños?

— ¡Quítame las manos de encima, arrogante hija de puta! —Taeyeon se soltó con tanto ímpetu que casi se cayó de espaldas—Por supuesto, tendrías que estar borracha para querer follar conmigo.

Tiffany se ruborizó—Cálmate. ¿Quién ha hablado de follar?

— ¿Ah, no? ¿Y de qué estamos hablando? Soy una puta que se pone de rodillas cada cinco segundos pasará lo que pasase, no importa que no lo recuerdes. Seguro que no fue nada memorable.

Tiffany le sujetó la barbilla con fuerza y le levantó la cara hasta que estuvieron a escasos centímetros de distancia—Te he dicho que te calmes. — La estaba advirtiendo con la mirada—. No eres ninguna puta. No vuelvas a referirte a ti en esos términos.

Su tono, gélido, se deslizó por la espalda de taeyeon como un cubito de hielo luego, le soltó la barbilla y dio un paso atrás tenía la mirada ardiente y la respiración alterada cerró los ojos y empezó a respirar hondo, muy despacio. Incluso en su actual estado de nebulosa mental, tiffany  sabía que las cosas habían llegado demasiado lejos. Tenía que calmarse y después tenía que calmarla a ella, antes de que hiciera algo de lo que pudiera arrepentirse los ojos de taeyeon no escondían nada. En ellos podía leerse que estaba furiosa y herida como un animal acorralado.

Además de asustada y triste era como un gatito irritado y dolido que había sacado las garras y estaba a punto de llorar. Y todo era obra suya. Había sido ella quien le había hecho aquello al ángel de ojos onices al compararla con una puta y al olvidarse de lo que había pasado entre las dos la noche anterior «Debes de haberla seducido. Si no, no se estaría comportando así Hwang, eres una imbécil de primera. Y ya puedes ir despidiéndote de tu carrera.» Mientras ella pensaba, lentamente y con esfuerzo, taeyeon aprovechó la oportunidad. Con un último insulto, recogió sus cosas y se encerró en la habitación de invitados tras quitarse los Shorts, los dejó en el suelo de una patada. Se puso los calcetines y los vaqueros, aún un poco húmedos, y se dio cuenta de que se había dejado el sujetador en el lavadero, pero decidió irse sin él «Puede añadirlo a su colección. Cabronaza.» Optó por no cambiarse de camiseta. La de tiffany era más discreta que la suya para ir sin sujetador. Y si ella se la reclamaba, le arrancaría los ojos pegó la oreja a la puerta, pero no oyó nada. Mientras esperaba para asegurarse de que no hubiera nadie en el pasillo, reflexionó sobre lo sucedido había perdido los nervios y se había comportado como una boba. Sabía cómo era ella en ocasiones. Había visto la mesa destrozada y la sangre en la alfombra de Grace. Aunque estaba convencida de que su tiffany  nunca le levantaría la mano, no sabía de qué era capaz la profesora Hwang cuando perdía el control.

Pero es que la había hecho enfadar mucho. Y ella nunca antes había podido expresar la rabia que había ido acumulando durante esos años. Cuando había encontrado una salida, había querido sacarla toda a gritos. Y, además, tenía que defenderse. Tenía que librarse de su dependencia de tiffany de una vez por todas. Se había pasado media vida suspirando por una persona que no era real, sólo una consecuencia temporal del alcohol. Debía poner fin a esa relación insana «Le has gritado y le has insultado. Sal de aquí antes de que reaccione y se ponga violenta.» Mientras tae se vestía, tiffany había ido tambaleándose hasta la cocina. Necesitaba algo que lo ayudara a librarse de las telarañas causadas por el alcohol que le nublaban la mente. Abrió la puerta de la nevera y quedó inundado por su luz fluorescente sus ojos vagaron hasta llegar a una gran bandeja blanca. Una bandeja blanca muy bonita y bien presentada. Muy femenina. Una bandeja con comida, zumo de naranja y lo que parecía un cóctel ¿Qué era aquello? «Pero ¡si hasta la ha decorado, por el amor de Dios!» Se quedó mirando la bandeja sin dar crédito a lo que veía. La señorita kim era una persona amable en general, pero ¿por qué iba a prepararle una bandeja de desayuno si no se hubiera acostado con ella? Aquel presente, en todo su adornado esplendor, era una prueba evidente de su seducción y, por esa misma razón, provocaba en ella un gran rechazo.

A pesar de todo, se sintió muy agradecida de que le hubiera preparado un cóctel y se lo bebió de un trago era justo el antídoto que el martilleo de su cabeza necesitaba. Momentos más tarde, se empezó a encontrar mejor sus ojos se movieron lentamente sobre el contenido de la bandeja hasta detenerse en la nota apoyada en el zumo de naranja. La leyó lentamente, sin comprender por qué erika habría elegido esa manera de comunicarse con ella, hasta que llegó a las frases finales:

Apparuit iam beatitudo vestra ahora aparece tu bendición.

Tu Beatriz

Tiró la nota, enfadada aunque no confirmaba que se hubieran acostado, sí demostraba que ella estaba enamorada de ella no le extrañaba que hubiera sido tan fácil hacerle perder la idad. Las estudiantes solían encandilarse con las figuras de autoridad y entablar relaciones inadecuadas con ellas. En el caso de Erika era obvio. Veía su relación a través de la lente de los personajes de su investigación. Se imaginaba que ella era Beatriz y que ella era Dante. Una relación prohibida. Pero una tentación en la que ella misma había caído en un momento de egoísmo y de estupor alcohólico. Perdió el apetito bruscamente « ¿Qué dirá Lucy cuando se entere?» Maldiciendo su falta de autocontrol, pasó sin detenerse ante la habitación de invitados de camino a su dormitorio.

Le vinieron a la mente fugaces recuerdos de la noche anterior se acordó de haber besado a erika en el pasillo. Recordó el suave tacto de su piel bajo sus manos y que la había deseado intensamente, anhelando la dulzura de sus labios, su cálido aliento; recordó cómo temblaba bajo sus manos... Aunque no se acordaba del acto en sí, ni del placer de acariciar su piel desnuda recordaba haberla mirado a la cara mientras estaba tumbada a su lado en la cama y que ella le había apoyado la mano en la cara y le había suplicado que fuera hacia la luz tenía el rostro de un ángel. Un hermoso ángel de ojos onices «Ella quería ayudarme y ¿cómo se lo he pagado? Le he robado la idad y ni siquiera lo recuerdo. Se merecía algo mejor. Mucho mejor.» Gruñendo como una alma torturada, se puso unos vaqueros y una camiseta y buscó las gafas por la habitación cuando estaba a punto de salir del dormitorio, se detuvo, inexplicablemente atraída por el cuadro que colgaba frente a la cama.

Beatriz.

Se movió hasta quedar casi pegada al precioso rostro de la familiar figura vestida de blanco su ángel de ojos azules un destello de lo imposible apareció ante sus ojos, pero como una espiral de humo, se desvaneció. Tenía resaca y le costaba un gran esfuerzo pensar.

Taeyeon abrió la puerta sigilosamente y se asomó al pasillo. No había nadie. Fue a la cocina a calzarse, cogió sus cosas y se dirigió al recibidor tiffany la estaba esperando allí apoyada en la puerta «Scheiße.» —No puedes irte hasta que me expliques un par de cosas.

Ella tragó saliva con dificultad—Déjame marchar o llamaré a la policía.

—Si llamas a la policía, les diré que has entrado sin mi permiso.

—Si les dices eso, les diré que me has retenido contra mi voluntad y que me has hecho daño—Otra vez estaba hablando sin pensar lo que decía y eso no era muy inteligente.

Además, acababa de amenazarla con una mentira. Porque todo lo que había pasado entre ellas había sido consentido, aparte de casto y muy dulce. Y ahora tiffany  lo había estropeado todo. Pero no lo sabía.

—Por favor, erika. Dime que no... —Sus ojos se cerraron con una mueca de dolor—. Dime que no fui brusca contigo—La idea de haberle hecho daño casi le provocó náuseas.

Llevándose una mano a las gafas, preguntó—: ¿Te hice mucho daño?

Durante un instante, tae se planteó la posibilidad de mantenerla colgando del anzuelo, pero no fue más que un instante. Cerró los ojos y gruñó antes de responder: —No me hiciste daño. Físicamente no, al menos. Sólo querías que alguien te metiera en la cama y te hiciera compañía. Me rogaste que me quedara, pero como amiga. Fuiste mucho más amable anoche de lo que lo has sido esta mañana. Creo que me gustas más cuando estás borracha.

—No digas eso, Erika. Y sigo borracha. —tiffany negó con la cabeza y suspiró—. Al menos, me alegro de no haber sido la primera— Ella inspiró hondo y una expresión de pesar le cruzó el rostro—Pero... tu ropa... —Le miró el pecho y vio que los pezones se le marcaban de un modo muy atractivo debajo de la camiseta. Trató de apartar la vista, pero fracasó.

— ¿Me estás tomando el pelo? —preguntó ella, molesta—. ¿De verdad no te acuerdas?

—Tengo lagunas. Me pasa a veces cuando bebo.

Taeyeon perdió la paciencia—Me vomitaste encima. Por eso me cambié de ropa. Por ninguna otra razón, te lo aseguro.

Tiffany la miró, aliviada y avergonzada al mismo tiempo—Lo siento —se disculpó—. Y siento mucho haberte insultado. No pensaba lo que decía, no pienso eso en absoluto. Me ha sorprendido encontrarte aquí, vestida así. He creído que nosotras... —Dejó la frase en el aire, haciendo un gesto vago con la mano.

—Bobadas.

Tiffany le dirigió una mirada de advertencia—Si alguien del entorno de la universidad descubre que has pasado la noche aquí, me meteré en un buen lío. Y tú también.

—No se lo diré a nadie, tiffany. A pesar de lo que piensas de mí, no soy idiota.

Ella frunció el cejo—Ya sé que no eres idiota. Pero si jessica o hyuna llegaran a enterarse, yo...

— ¿Eso es lo único que te preocupa? ¿No quedarte con el culo al aire? Pues no te preocupes, ya me ocupé de cubrírtelo anoche. Alejé a hyuna de tus tetas antes de que pudierais consumar vuestra relación profesora-alumna. ¡Deberías estar dándome las gracias, no echándome la bronca!

La expresión de tiffany se ensombreció aún más—Gracias, señorita kim. Pero si alguien te ve salir de aquí...

Taeyeon levantó las manos, frustrada. Era imposible tratar con ella esa mañana—Si alguien me ve, le diré que estaba de rodillas ante tu vecino para conseguir dinero para comprarme cuscús. No les costará nada creerlo.

Ella la sujetó por la barbilla con más fuerza que la última vez—Te he dicho que pares. No vuelvas a hablar así.

Ella se quedó petrificada por la sorpresa, pero sólo durante un instante. En seguida se libró de un manotazo—No me toques —le dijo entre dientes.

Trató de abrir la puerta, pero tiffany puso la mano en el pomo y siguió barrándole el paso — ¡Maldita sea! ¡Te he dicho que pares! Levantó la mano para agarrarla, pero ella pensó que iba a golpearla y se cubrió la cabeza con las manos. Al verlo, a tiffany se le encogió el estómago—Erika, por favor —le suplicó, susurrando—. No voy a pegarte. Sólo quiero hablar contigo—Llevándose una mano a la cara, hizo una mueca—. He hecho cosas terribles cuando he perdido el control. Y tengo miedo de haberte tratado mal anoche. Por eso te hablo en este tono. Pero estoy furiosa conmigo, no contigo »Tengo una gran opinión de ti ¿Cómo no iba a tenerla? Eres hermosa, inocente y dulce. No me gusta verte tirada por el suelo como si fueras un animal o una esclava. Deja los jodidos cristales donde están, no me importa. ¿Recuerdas las palabras despectivas que me dijiste sobre ti misma al volver de Lobby? El recuerdo de esas palabras me ha martirizado desde ese día. Ten piedad de mí y deja de denigrarte. No puedo soportarlo carraspeó dos veces antes de continuar: —No recuerdo lo que pasó con la señorita hyuna pero me disculpo. Fui una idiota y tú me rescataste. Gracias. —Se recolocó las gafas lentamente—. Lo que pasó ayer noche no puede repetirse. Siento haberte besado. Estoy seguro de que fue una experiencia traumática. Una borracha babeándote por todas partes. Perdóname.

Taeyeon contuvo el aliento. Para ser una disculpa, sus palabras habían sido muy hirientes. Al parecer, ella no recordaba el beso igual que ella. Y eso la disgustó mucho—Ah, eso —replicó con fingida indiferencia—. Ya ni me acordaba. No fue nada.

Tiffany alzó las cejas. Por alguna razón, su expresión se ensombreció— ¿Nada? Claro que fue algo. Se la quedó mirando, preguntándose si debería hablarle de la nota de la bandeja o no—Estás disgustada y yo no estoy despejada del todo. Es mejor dejarlo antes de que digamos algo de lo que nos podamos arrepentir —concluyó con repentina frialdad—. Adiós, señorita kim.

Abrió la puerta y le permitió salir—tiffany... —taeyeon se volvió hacia ella en cuanto estuvo en el rellano.

— ¿Sí?

—Tengo que decirte una cosa.

—Te escucho.

Sonaba resignada—Paulina llamó anoche, mientras estabas... indispuesta. Y yo respondí al teléfono.

Tiffany se quitó las gafas y se frotó los ojos—Mierda. ¿Qué dijo?

—Me llamó puta y me dijo que te diera la vuelta y que te pusiera el teléfono en la oreja. Le contesté que no te encontrabas bien.

— ¿Te dijo por qué llamaba?

—No.

— ¿Le dijiste quién eras? ¿Le diste tu nombre? —Taeyeon negó con la cabeza—Gracias a Dios —murmuró ella.

Ella frunció el cejo. Había esperado que se disculpara en nombre de Paulina, pero no lo hizo. Ni se inmutó al oír que la había insultado al contrario, parecía preocupada por si ella había molestado a Paulina «Tiene que ser su amante.» taeyeon le dirigió una mirada glacial y empezó a temblar de rabia —Me rogaste que te siguiera. Que te buscara en el Infierno. Y ahí te encontré. Por mí, puedes quedarte eternamente.

Tiffany dio un paso atrás y, poniéndose las gafas, la miró con los ojos entornados— ¿De qué demonios estás hablando?

—De nada. Se acabó, profesora Hwang.

Volviéndose, se dirigió al ascensor confusa, tiffany  la vio alejarse. Tras unos momentos, fue tras ella— ¿Por qué has escrito esa ridícula nota?

Taeyeon sintió que una daga se le clavaba en el corazón. Enderezó los hombros y trató de que la voz no le temblara demasiado— ¿Qué nota?

— ¡Sabes perfectamente de qué nota hablo! La que has dejado en la nevera— Ella se encogió de hombros exageradamente tiffany la sujetó por el codo y la obligó a volverse hacia ella— ¿Todo esto es un juego para ti?

— ¡Claro que no! ¡Suéltame!

Se liberó de su mano y empezó a aporrear el botón de bajar, suplicándole al ascensor que acudiera en su rescate. Se sentía humillada y muy enfadada, además de estúpida y muy pequeña. Tenía que alejarse de ella como fuera. Aunque tuviera que bajar andando tiffany se le acercó un poco más— ¿Por qué has firmado la nota de esa manera? —insistió.

— ¿Y a ti qué más te da?

Tiffany oyó acercarse el ascensor y supo que le quedaban escasos segundos para obtener respuestas a sus preguntas. Cerró los ojos y las palabras de taeyeon retumbaron en su cabeza. La había buscado en el Infierno ella le había rogado que fuera a buscarla y el ángel de ojos azules la había hecho. No, claro que no. Las alucinaciones no respondían a los ruegos « ¿Y si Beatriz no hubiera sido una alucinación? ¿Y si...» Sintió un escalofrío. Una vez más, lo imposible flotó ante sus ojos. Si se concentraba, podía verla ante ella, pero su rostro era una mancha borrosa un campanilleo avisó de que había llegado el ascensor.

Abrió los ojos taeyeon entró en el ascensor y se volvió hacia ella, negando con la cabeza, exasperada por su confusión y por la intoxicación que aún le nublaba los ojos era un momento crucial para ella. Podía confesarle la verdad o podía guardar silencio, manteniendo lo sucedido entre las dos en secreto, como siempre, como cada día de los últimos seis jodidos años cuando la puerta empezó a cerrarse, vio que ella había vuelto a recordarla— ¿Beatriz? —susurró.

—Sí —respondió ella, moviéndose para sostenerle la mirada durante más tiempo—Soy Beatriz. Me diste mi primer beso. Me quedé dormida entre tus brazos en tu precioso huerto.

Tiffany trató de impedir que se cerraran las puertas— ¡Beatriz! ¡Espera!

Pero era demasiado tarde. La puerta se cerró y aunque ella aporreó el botón desesperadamente, el ascensor inició su lento pero inexorable descenso—Ya no soy Beatriz —dijo taeyeon, rompiendo a llorar.

Tiffany apoyó la frente y las manos contra el frío acero del ascensor « ¿Qué he hecho?»

 

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?