cap 12

El Infierno de Taeyeon

La profesora Hwang vio que salía luz por debajo de la puerta del despacho de la biblioteca, pero como jessica había tapado con cartulina marrón la estrecha ventanita, no vio quién estaba dentro le extrañó que la chica estuviera trabajando un jueves a las diez y media de la noche la biblioteca cerraría en media hora se sacó la llave del bolsillo y entró sin llamar lo que se encontró dentro la dejó anonadada la señorita kim estaba en la silla, con la cabeza apoyada elegantemente en los brazos, que reposaban sobre el escritorio.

Tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta se la veía sonrosada y el pecho le subía y bajaba rítmicamente al respirar pausadamente el sonido de su respiración era relajante, como las olas del mar chocando contra una playa tranquila tiffany se quedó contemplándola embelesada, pensando que se podría grabar un CD de relajación sólo con el sonido de su respiración se imaginó yéndose a dormir cada noche con esa melodía tenía el ordenador portátil encendido y vio que su fondo de pantalla consistía en una serie de ilustraciones, al parecer de un libro infantil relacionado con animales le llamó la atención un conejo blanco con orejas que le llegaban a los pies oyó música y vio que también salía del ordenador al lado de taeyeon había un CD con la foto de un conejo en la carátula y tiffany empezó a preguntarse por qué estaría tan obsesionada con esos animales «¿Será algún tipo de fetichismo con la Pascua?» Empezó a imaginarse en qué podía consistir ese fetichismo, cuando, de repente, recuperó la sensatez acabó de entrar en el despacho y cerró la puerta con llave a ninguna de las dos les convenía que las encontraran en el despacho a solas a esas horas.

Se acercó a ella no quería molestarla ni interrumpir lo que parecía un sueño muy agradable, pues estaba sonriendo tras localizar el libro que había ido a buscar, se dispuso a marcharse, pero sus ojos repararon en una libretita que había junto a los dedos de taeyeon.

«Tiffany», había escrito. «Mi tiffany.»

La visión de su nombre escrito varias veces en la libreta con tanto amor la atrajo con más fuerza que el canto de las sirenas y le provocó un escalofrío en la espalda se quedó momentáneamente inmóvil, con la mano en el aire por supuesto, se podía tratar de otra tiffany le costaba creer que taeyeon pensara en ella y más aún que lo considerara «su» tiffany.

Al mirarla, supo que si se quedaba todo cambiaría entre las dos supo que si la tocaba sería incapaz de resistir el impulso —irreprimible, primitivo— de reclamar a la hermosa y pura señorita kim que estaba allí esperándola, llamándola con su aroma de vainilla que se percibía más de lo normal, en un espacio tan reducido y con demasiada calefacción «Mi tiffany.» Se imaginó su voz acariciando su nombre como la lengua de un amante se mueve sobre la piel del amado.

Su mente, desatada, se imaginó que la rodeaba con los brazos y la besaba la sentaría en la mesa y se colocaría entre sus piernas, mientras ella le hundiría los dedos en el pelo y trataría de arrancarle la camisa y su sujetador y lanzaría todo al suelo tiffany acariciaría su pelo largo y ondulado y le rozaría el cuello con un dedo, haciendo que cada centímetro, cada poro, se le cubriera de rubor con la nariz le acariciaría la mejilla, la oreja, la garganta, blanca como la nieve le encontraría el pulso en el cuello y se sentiría extrañamente calmada por su suave ritmo se sentiría conectada a los latidos de su corazón, sobre todo cuando éste empezara a acelerársele a causa de sus caricias se preguntaría si sería posible que sus corazones latieran al unísono o si eso sólo pasaba en la fantasía de los poetas sabía que al principio ella se mostraría tímida, pero ella insistiría con delicadeza, susurrándole dulces palabras de seducción al oído le diría todo lo que quería oír y taeyeon se lo creería sus manos descenderían centímetro a centímetro, desde los hombros hacia sus preciosas e inocentes curvas, maravillándose a su paso de su receptividad ella florecería bajo sus manos.

Porque ninguna mujer la habría tocado así antes gradualmente, se encendería y respondería a sus caricias. ¡Oh, sí! ¡Cómo respondería! Se besarían y su beso sería eléctrico, intenso, explosivo sus lenguas se mezclarían y danzarían juntas, desesperadas, como si no hubieran besado nunca a nadie antes taeyeon llevaría demasiada ropa ella querría quitársela toda y cubrir su piel de porcelana de besos ligeros como una pluma especialmente su precioso cuello y sus venas azuladas, que formaban una red en su garganta se ruborizaría como Eva, pero ella le curaría la timidez a besos pronto estaría desnuda y abierta ante ella, pensando sólo en ella y en la admiración que le despertaba y se olvidaría de que estaba en un incómodo despacho de biblioteca tiffany la halagaría con juramentos y odas y le murmuraría palabras cariñosas para que no se sintiera avergonzada «Cariño, preciosa, tesoro, qué dulce eres...» Haría que creyera que la adoraba... y no sería del todo falso.

Pronto, la excitación sería demasiado intensa para aguantar más la reclinaría sobre la mesa con delicadeza, sujetándole la nuca con la mano mantendría la mano allí todo el tiempo, para no hacerle daño en ningún momento no permitiría que su cabeza golpeara en la mesa, como si fuera un juguete repudiado tiffany no era una amante cruel no sería ruda ni indiferente sería erótico y apasionada, pero amable porque la conocía y quería que su primera vez fuera tan agradable para ella como lo sería para ella pero para que fuera perfecto, tendría que tumbarla sobre la mesa quería verla con las piernas abiertas para ella, jadeando e invitándola con los ojos nublados de deseo con la otra mano la penetraría y la miraría fijamente a los ojos mientras ella suspiraba y jadeaba la haría gemir ella y sólo ella taeyeon se mordería el labio inferior y entornaría los ojos mientras tiffany se deslizaba en su cuerpo ella le susurraría que se relajara y que se entregara sin resistencia de ese modo, su primera vez le resultaría más fácil tiffany iría despacio y se detendría al llegar a su barrera ¿Sería capaz de hacerlo? Su hermoso ángel de ojos onices la estaría mirando.

El pecho le subiría y bajaría rápidamente el rubor que habría nacido en sus mejillas se habría extendido por todo su cuerpo sería una rosa ante sus ojos y florecería debajo de ella tiffany sería amable y ella se abriría y ella la contemplaría extasiada, como si todo estuviera sucediendo a cámara lenta lo viviría con los cinco sentidos, la vista, el oído, el aroma, el gusto, el tacto no se perdería detalle del proceso. Y taeyeon dejaría de ser virgen y se convertiría en una mujer, por ella gracias a ella « ¿Y el himen?» Habría sangre el precio del pecado era la sangre y un poco de muerte el corazón de tiffany se detuvo. Perdió un latido y luego se recuperó latiendo el doble de rápido cuando la asaltó el recuerdo de un poema metafísico de sus días en Oxford en ese instante vio claramente que ella, la profesora tiffany M. Hwang, futura seductora de la hermosa e inocente erika, era una pulga las palabras de John Donne retumbaron en sus oídos:

Mira esta pulga y mira qué pequeño es el favor que me niegas. Primero me picó a mí y luego a ti, y en su cuerpo se han mezclado nuestras sangres. A nadie se le ocurriría hablarle a la pulga de pecado, vergüenza o pérdida de idad. Este insignificante insecto disfruta sin comprometerse atiborrándose de la sangre de los dos. Por desgracia, eso es más de lo que podemos hacer tú o yo.

Sabía por qué su subconsciente había elegido ese momento para acordarse del poema de Donne. Los versos eran un argumento a favor de la seducción. El poeta le hablaba a la mujer que quería convertir en su amante, una virgen, y le decía que la pérdida de la idad era comparable a la picadura de una pulga. Debería entregarse a ella rápidamente, sin pensarlo. Sin dudar, sin lamentaciones en cuanto las palabras aparecieron en su mente, tiffany supo que eran perfectas para la ocasión. Perfectas para justificar sus actos. Perfectas para lo que pensaba hacer con taeyeon «Probarla. Tomarla. Sorberla. Pecar. Chupar hasta dejarla seca. Abandonarla.» Ella era pura inocente la deseaba Facilis descensus Avern Pero no sería ella quien la hiciese sangrar no sería ella la responsable de que otra chica sangrara durante el resto de su vida

Todas las ideas sobre follar encima de mesas, sillas, contra paredes, estanterías y ventanas, se esfumaron de repente. No la tomaría. No la marcaría ni la reclamaría, porque no tenía ningún derecho a hacerlo tiffany Hwang era una pecadora empedernida que sólo se arrepentía a medias el o sin compromisos y su propio placer ocupaban un lugar preferente en su mente dominada por la lujuria esa necesidad física nunca daba paso a algo más profundo, como el amor. Y, sin embargo, a pesar de esa y de otras carencias morales, a pesar de su incapacidad para resistirse a la tentación aún le quedaba un principio moral que regía su comportamiento. Aún quedaba una línea que se negaba a cruzar la profesora hwang no seducía vírgenes nunca se acostaba con vírgenes, nunca, ni aunque acudieran a ella voluntariamente. Nunca saciaba su sed con inocentes. Sólo se alimentaba de aquellas mujeres que ya la habían probado y que, después de conocerla, seguían queriendo más. Y no iba a transgredir su último principio moral a cambio de una o dos horas de satisfacción lasciva con una deliciosa estudiante en su propio despacho. Incluso un ángel caído tenía sus principios tiffany dejaría la virtud de taeyeon intacta la dejaría como la había encontrado, un ángel ruboroso de ojos onices, rodeada de conejitos y acurrucada como un gato en su silla seguiría durmiendo imperturbable, serena, sin que nadie la besara, sin que nadie la molestara. Puso la mano en el pomo de la puerta y estaba a punto de hacer girar la llave cuando oyó que ella se movía a su espalda tiffany suspiró y dejó caer la cabeza hacia adelante.

No había renunciado a una noche de placer con ella por odio, sino por amor. Por el bien que a veces añoraba y deseaba que formara parte de su vida. Y tal vez por el recuerdo de la persona que había sido antes de que el pecado y el vicio se apoderaran de ella como un matorral de espinos, retorciéndose alrededor de su alma y ahogando sus virtudes. Soltó el pomo e inspiró hondo. Enderezando los hombros, cerró los ojos, preguntándose qué iba a decirle se volvió muy lentamente y vio que la señorita kim gruñía y se estiraba parpadeó y se cubrió la boca con la mano para bostezar al darse cuenta de que la profesora hwang estaba junto a la puerta, abrió mucho los ojos, ahogó un grito y se levantó de golpe de la silla, quedando aprisionada contra la pared. Verla encogida de miedo por su presencia casi le rompió el corazón. (Lo que demostraría que todavía tenía corazón.) —Chist, Erika, sólo soy yo—tiffany le mostró las palmas de las manos en señal de rendición y trató de sonreír taeyeon estaba atónita. Había estado soñando con ella instantes antes. Y ahora estaba delante de ella, observándola. Se pellizcó el brazo tiffany  seguía allí «Mierda. Me ha pillado.» —Sólo soy yo, Erika ¿Estás bien?

Ella parpadeó rápidamente y se frotó los ojos —No... No lo sé.

— ¿Cuánto tiempo llevas aquí? —preguntó ella, bajando las manos.

—Ejem... no lo sé —respondió, tratando de despertarse y de recordar al mismo tiempo.

— ¿Estás con jessica?

—No.

Tiffany sintió un gran alivio— ¿Cómo has entrado? Éste es mi despacho— taeyeon la miró a los ojos para juzgar su estado de ánimo «Me he metido en un lío. Y jessica también. De ésta nos expulsan a las dos.» Se movió bruscamente hacia adelante, tirando la silla al suelo y, ya de paso, una pila de libros cercanos. Un montón de notas sueltas salieron volando y empezaron a caer a su alrededor como copos de papel de rayas tiffany pensó que parecía un ángel dentro de una bola de nieve «Preciosa», pensó ella se agachó y empezó a recogerlo todo apresuradamente, mientras repetía unas palabras de disculpa como una letanía tiffany reconoció algunas de las palabras que iba diciendo como si estuviera rezando el rosario: «jessica me prestó la llave, lo siento, lo siento mucho» De una sola zancada, ella se plantó a su lado y le puso una mano en el hombro—Quieta. No pasa nada. Eres bienvenida aquí—taeyeon cerró los ojos y trató de calmarse, pero era muy difícil tenía miedo de que La Profesora perdiera los nervios y echara a jessica de su despacho para siempre tiffany inspiró con fuerza y ella abrió los ojos. Al ver que tenía su mano en el hombro, la mirada se le nubló ella se le acercó más y la miró a la cara—Erika, estás pálida. ¿Te encuentras bien? Tiffany no sabía qué hacer. ¿Por qué ella actuaba de un modo tan raro? Tal vez estaba débil por falta de comida, o no se había despertado del todo. O quizá fuera por el calor. Hacía demasiado calor en el despacho y ella se había dormido con la calefacción encendida tiffany  la sujetó justo cuando taeyeon se desmayaba la rodeó con sus brazos y la apretó contra sus pechos no estaba inconsciente no del todo al menos.

— ¿Erika? Le apartó el pelo de la cara y le acarició la mejilla con el dorso de los dedos ella murmuró unas palabras ininteligibles no se había desmayado, pero se apoyaba contra ella como si no tuviera fuerzas para mantenerse en pie tiffany la sujetó para que no chocara contra la silla volcada o se cayera al suelo— ¿Estás bien? Trató de moverla para que se sentara en el suelo, pero ella se sujetó con más fuerza a su cuello, como si no quisiera soltarse. A ella le gustó la sensación, así que la abrazó más fuerte y aspiró disimuladamente el olor de su pelo Vainilla el cuerpo de ella encajaba a la perfección contra el suyo, como si fueran complementarias. Era asombroso.

— ¿Qué ha pasado? —murmuró taeyeon contra la camisa de ella, de color verde brillante.

—No estoy segura creo que te has mareado al levantarte de golpe. Hace demasiado calor aquí dentro—Ella le dedicó una sonrisa tan dulce que el corazón de tiffany se derritió deseaba besarla, desesperadamente. Estaba cerca, muy cerca. Si se acercaba un poco más, aquellos labios serían suyos... de nuevo. Sus ojos la miraban con calidez y estaba siendo tan amable con ella... tiffany empezó a apartarse centímetro a centímetro, asegurándose de que no se iba a caer cuando vio que se aguantaba sola, la sentó delicadamente sobre la mesa antes de enderezar la silla. Luego se acercó a la puerta.

—No me importa que uses el despacho. No me importa en absoluto. Sólo es que me ha sorprendido encontrarte aquí. Me alegro de que a jessica se le ocurriera dejarte la llave. No pasa nada. —Tiffany sonrió para tranquilizarla, al ver que se había agarrado a la mesa con fuerza—. He venido a buscar un libro que le dejé —añadió, levantando el libro en cuestión moviéndose lentamente, taeyeon se levantó de la mesa y empezó a recoger los libros y los papeles esparcidos por el suelo.

— ¿Has quedado con jessica más tarde?

—No. Ha ido a una conferencia para graduados en Princeton. Mañana tiene una presentación taeyeon levantó la cabeza y al ver que tiffany seguía sonriendo, se relajó. Un poquito.

—Princeton. Sí, por supuesto. Lo había olvidado. Qué maletín tan bonito llevas —comentó, con una mueca de complicidad ella se ruborizó, tratando de no delatar el secreto que, gracias a su amiga, no era tan secreto —Aunque parece que hay un ser vivo por ahí. Veo que asoman unas orejas por una de las cremalleras.

Taeyeon se volvió hacia el maletín tiffany tenía razón dos orejitas marrones asomaban de uno de los compartimentos, dando la sensación de que hubiese intentado meter una mascota a escondidas en la biblioteca. Se ruborizó más intensamente— ¿Puedo verlo? —preguntó ella, sin moverse hasta que ella le diera permiso indecisa, taeyeon sacó el muñeco de peluche del maletín y se lo ofreció, mordiéndose el labio muerta de vergüenza «Es evidente que los conejos son el fetiche de la señorita kim.» tiffany sostuvo el conejito entre el índice y el pulgar, mirándolo con curiosidad, como si no supiera qué era. O como si temiera que, en un ataque de furia, al peluche fuera a darle por imitar al famoso conejo de los Monty Python en Los caballeros de la mesa cuadrada y sus locos seguidores y le saltara al cuello tiffany se llevó la mano al mismo como precaución y resistió el súbito impulso de decir Ni el peluche era marrón, muy suave, hecho de terciopelo o algo parecido. Tenía las patas cortas, las orejas largas y unos bigotes muy graciosos. Se mantenía muy derecho, demasiado rígido, pero le resultaba extrañamente familiar. A Grace le habría encantado. Podría haber formado parte de la infancia que ella nunca tuvo alguien le había atado un lazo rosa alrededor del cuello tiffany lo examinó y llegó a la conclusión de que se lo había puesto alguien con alguna discapacidad (con todos los respetos hacia los discapacitados), o alguien con las manos muy grandes y escasa habilidad con la psicomotricidad fina (como ella). Llevaba una tarjetita no quería que se sintiera incómoda, así que sólo le echó un rápido vistazo. Fue suficiente para ver que decía:

E. Te dejo a alguien que te hará compañía mientras estoy fuera nos vemos a la vuelta.

Tuya, jessica.

«La follaángeles contraataca», pensó tiffany, malhumorada—Es... muy bonito —dijo, devolviéndoselo.

—Gracias.

— ¿Quién es E?

Taeyeon se volvió para guardarlo en el maletín, con cuidado de que no se le engancharan las orejas en las cremalleras —Es uno de mis motes.

—No lo entiendo. Tendría que empezar por P. Ella frunció el cejo— « ¿Por qué? ¿P de puta? ¿De Perra? ¿Petarda?» —De preciosa —le aclaró tiffany y luego agachó la cabeza, ruborizándose un poco, porque el halago había salido de sus labios sin pretenderlo—. ¿Así que llevas horas durmiendo aquí, escuchando canciones sobre conejos, con un conejito como acompañante? No sabía que fueras una amante de los conejos —añadió en tono insinuante, sin poderlo evitar—. Me gusta ese grupo. Buena elección.

—Gracias. —taeyeon apagó el ordenador y lo guardó con cuidado en el maletín, junto con el CD.

—La biblioteca está a punto de cerrar. ¿Qué habrías hecho si no hubiera llegado yo?

Ella miró a su alrededor, confusa—No lo sé.

—Si nadie se hubiera dado cuenta, podrías haberte quedado encerrada toda la noche. Sin comida. —La sonrisa desapareció de la cara de tiffany  sólo de pensarlo—. ¿Qué vas a hacer en el futuro para asegurarte de que no te vuelve a pasar?

— ¿Poner la alarma en el reloj de jessica?

Tiffany asintió como si hubiera acertado la respuesta correcta, aunque no se había quedado satisfecha— ¿Tienes hambre?

—Debería marcharme, profesora. Siento haber invadido tu espacio personal

«No sabes hasta qué punto has invadido mi espacio personal, Erika.» —Señorita kim, un momento —la interrumpió ella, dando un paso en su dirección, mientras ella se colgaba el maletín al hombro con una mano y limpiaba la superficie de la mesa con la otra—. ¿Has cenado? 

—No.

Tiffany frunció mucho el cejo. Sus cejas se juntaron como nubes de tormenta — ¿A qué hora has comido?

—A las doce.

—De eso hace ya casi once horas. ¿Qué has comido?

—Un perrito caliente del carrito de delante de la biblioteca.

Ella maldijo en silencio—No puedes alimentarte a base de comida basura. Y no me gusta que comas carne cocinada en la calle. Me prometiste que si pasabas hambre me lo dirías. Te has desmayado de hambre—tiffany miró la hora en su Rolex Day-Date de oro blanco—Es demasiado tarde para llevarte a comer un filete. El Harbour Sixty ya está cerrado. Pero podemos ir a cenar a otro sitio. Yo estaba concentrada preparando mi conferencia y tampoco he cenado.

— ¿Segura?

—Señorita kim, no soy una mujer que lance invitaciones a la ligera. Si te invito a cenar es porque estoy segura. ¿Me acompañas o no?

—No voy vestida para ir a cenar, aunque muchas gracias —respondió ella, con suavidad pero con firmeza, arqueando una ceja había superado ya la sorpresa de encontrarla allí y estaba totalmente despierta e indignada por su actitud tiffany la examinó de arriba abajo lentamente, admirando su figura, pero su mirada cambió al llegar a las zapatillas deportivas. Odiaba que las mujeres se pusieran zapatillas deportivas. Les quitaban trabajo a los podólogos, puesto que de ese modo evitaban lucir los pies. Consciente del absurdo rumbo de sus pensamientos, se aclaró la garganta.

—Vas perfecta. Creo que el color de la blusa hace destacar el rubor natural de tu piel y el azul cielo de tus ojos. De hecho, estás muy guapa. « ¿Tengo los ojos onices? ¿Desde cuándo? ¿Y en qué momento se ha dado cuenta?» —Hay un sitio cerca de mi casa al que suelo ir entre semana, cuando se me hace tarde. Te invito a tomar algo allí y así podemos hablar de tu proyecto. De manera informal, por supuesto. ¿Qué te parece?

—Gracias, profesora.

Ambas se miraron y sonrieron con timidez tiffany aguardó pacientemente a que ella acabara de dejarlo todo en orden antes de hacerse a un lado y señalar hacia el pasillo—Después de ti—taeyeon le dio las gracias. Mientras salían, ella alargó la mano hacia las asas del maletín. Ella notó el roce de sus dedos y se apartó instintivamente, dejándolo caer tiffany lo recogió—Es un maletín muy bonito. ¿Te importa que lo lleve un rato? —preguntó, con una sonrisa que la hizo ruborizarse.

—Gracias —murmuró ella—. Me gusta mucho. Es perfecto.

Tiffany no le dio más conversación hasta que llegaron al restaurante Caffé Volo en la calle Yonge. Era un establecimiento tranquilo y acogedor. Presumían de tener la carta de cervezas más completa de Toronto. Tenían también un cocinero italiano y la mejor cocina casera del barrio. Era un local pequeño, de sólo diez mesas, que en verano complementaban con algunas más en la terraza. La decoración, rústica, incluía algunas antigüedades, como bancos de iglesia o grandes mesas de granja. A taeyeon le recordó a una taberna alemana, del estilo del restaurante Vinum, donde había estado con amigos durante una visita a Frankfurt a tiffany le gustaba porque servían una de sus cervezas trapenses favoritas, la Chimay Première, y le gustaba tomar pizza napolitana con esa bebida. (Como siempre, no soportaba la mediocridad.) Como era una cliente habitual, y de las más puntillosas, le ofrecieron el mejor sitio, una tranquila mesa para dos en un rincón, cerca de un gran ventanal con vistas a la locura que era la calle Yonge por la noche Travestis, estudiantes universitarios, residentes en el colegio mayor, policías, felices parejas homouales, felices parejas heterouales, famosos de visita en los barrios pobres, yuppies paseando a sus pretenciosas mascotas, ecologistas, vagabundos, músicos callejeros, pandilleros, miembros de la mafia rusa, algún que otro profesor díscolo, algún miembro del Parlamento Provincial. Un fascinante caleidoscopio de comportamientos humanos en directo. Y gratis taeyeon se sentó lentamente en su asiento, un antiguo banco de iglesia reconvertido y se echó sobre los hombros la manta de borreguillo que el camarero le había dejado en el respaldo — ¿Tienes frío? Le diré a Christopher que nos siente al lado de la chimenea. —Levantó el brazo para llamar al camarero, pero taeyeon la detuvo.

—No lo hagas —dijo con timidez—. Me gusta mirar a la gente.

—A mí también, pero pareces el Yeti— taeyeon se ruborizó—Lo siento —se excusó ella rápidamente—. No quería hacerte sentir incómoda, pero seguro que podemos conseguir algo más adecuado que esa manta, que a saber dónde habrá estado. Probablemente en el suelo del apartamento de Christopher. Y quién sabe qué clase de travesuras habrá hecho ahí encima « ¿Ha usado la palabra "travesuras" en una frase?», pensó Taeyeon, atónita La profesora Hwang se quitó el jersey de cachemira verde, con un coche de carreras inglés y se lo dio taeyeon lo cogió y lo cambió por la censurable manta de Yeti—¿Mejor? —preguntó ella, peinándose con los dedos.

—Mejor —respondió ella, sintiéndose más cómoda y mucho más caliente, envuelta en el calor corporal y el aroma de tiffany.

— ¿Fuiste a Lobby el martes? —le preguntó taeyeon.

—No. ¿Por qué no me hablas de tu proyecto? —Cambió de tema bruscamente y su voz adquirió un tono profesional por suerte, Christopher las interrumpió en ese momento preguntándoles qué querían cenar y ella pudo centrarse un poco—La ensalada César es muy buena aquí, igual que la pizza napolitana, pero son raciones bastante grandes para una sola. ¿Eres aficionada a los intercambios? —Preguntó tiffany— taeyeon abrió la boca, sin saber qué decir—Me refiero a si te gustaría compartir una ensalada y una pizza conmigo. ¿O prefieres cualquier otra cosa? Tiffany frunció el cejo. Estaba tratando de no ser una profesora avasalladora y dominante, pero era más difícil de lo que parecía Christopher golpeó el suelo con el pie discretamente. No quería que la profesora notara que se estaba impacientando. La había visto irritada en alguna ocasión y no le habían quedado ganas de repetir la experiencia. Aunque tal vez ahora que tenía compañía femenina —el remedio favorito de Christopher para cualquier desorden psicológico, grande o pequeño— se comportase de otro modo.

—Me encantará compartir la ensalada y la pizza contigo, gracias —respondió taeyeon en un tono que ponía fin a cualquier deliberación tiffany pidió por las dos y, poco después, el camarero apareció con dos cervezas Chimay tiffany había insistido en que ella la probara.

—Salud —dijo ella, brindando.

—Prost —replicó taeyeon probó la cerveza y no pudo evitar recordar la primera que se había tomado y con quién. Era una cerveza rubia, de fabricación nacional. Ésta tenía un tono cobrizo y era dulce, con un intenso sabor a malta. Le gustó mucho y lo demostró con un leve ronroneo de aprobación— ¡Cuesta más de diez dólares la botella! —susurró, para no avergonzar a tiffany  en público con su incredulidad.

—Pero es la mejor. ¿Qué prefieres, beber una botella de éstas o dos Budweiser, que es como beber asquerosa agua de la bañera? «Bueno, no he probado el agua de la bañera, pero me fiaré de su opinión, chalada profesora hwang.»

—Vamos —la animó ella—. ¿Qué estás pensando? Casi puedo ver las ruedas girando en esa pequeña cabecita, así que suéltalo— Y dicho esto, se cruzó de brazos y aguardó con una sonrisa, como si la cabeza de taeyeon fuera una fuente inagotable de diversión a ella le molestó su actitud. No le gustaba que usara el diminutivo al referirse a su cabeza, porque le recordaba su desprecio inicial por su capacidad intelectual, así que decidió contraatacar.

—Me alegro de tener la oportunidad de hablar contigo en privado —comentó, sacando dos sobres del maletín—. No puedo aceptar esto—Deslizó la tarjeta del Starbucks y la concesión de la beca en su dirección.

Tiffany los reconoció inmediatamente y frunció el cejo— ¿Qué te hace pensar que te los he enviado yo? —preguntó, empujándolos en dirección a taeyeon.

—Mi capacidad de deducción. Eres la única persona que conozco que me llama Erika. Y eres la única persona que conozco con una cuenta corriente lo bastante saneada como para crear una beca— Le entregó de nuevo los sobres tiffany permaneció en silencio unos instantes. ¿De verdad era la única que llamaba a Erika por su segundo nombre? ¿Cómo la llamaban los demás? «tae» —Tienes que aceptarlos— tiffany volvió a empujarlos hacia ella.

—No, no tengo que hacerlo. Los regalos me ponen muy nerviosa y la tarjeta del Starbucks es una exageración. Por no hablar de la beca. Nunca podría devolvértela. Ya le debo demasiadas cosas a tu familia. No puedo aceptar nada más.

Empujó los sobres una vez más—Puedes aceptarlo y lo aceptarás. La tarjeta de regalo es intrascendente. Yo gasto mucho más que eso en café cada mes. Quería demostrarte de un modo tangible que respeto tu inteligencia. Cometí una indiscreción en un momento en que tenía la guardia baja y la señorita Jung lo aprovechó y retorció mis palabras de un modo intolerable. Así que no lo consideres un regalo, considéralo una indemnización. Hablé mal de ti sin motivo y por eso te escribí esa tarjeta. Si no la aceptas, el conflicto permanecerá sin resolver entre nosotras, porque no creo que me hayas perdonado que hablara mal de ti delante de tus colegas. Acercándole los sobres una vez más, la miró fijamente taeyeon le clavó la vista en la camisa para no caer presa de su intensa mirada marrón taeyeon volvió a deslizar la tarjeta del Starbucks, desafiante. Para su gran sorpresa, la expresión de tiffany se endureció, pero se guardó la tarjeta—No pienso pasarme la noche jugando al ping-pong de tarjeta de regalo contigo. Pero la beca no se puede devolver. El dinero no es mío. Lo único que hice fue alertar al señor Randall, el director de la organización filantrópica, de tus méritos académicos.

—Y de mi pobreza —murmuró ella.

—Si tienes algo que decirme, señorita kim, ten la cortesía de hablar a un nivel audible —dijo ella, con los ojos brillantes.

Ella le devolvió una mirada igual de encendida—No creo que todo esto sea muy profesional, profesora Hwang. No sé cómo lo has logrado, pero sé que me estás haciendo llegar miles de dólares a través de una beca. Cualquiera pensaría que estás tratando de comprarme.

Tiffany inspiró hondo y contó hasta diez para no estallar— ¿Comprarte? Puedes creerme, nada está más lejos de mi intención. Me siento muy ofendida por tus palabras. Si te deseara, no tendría que comprarte—

Las cejas de taeyeon se alzaron de la sorpresa, pero en seguida le dirigió una mirada de advertencia—Cuidado con lo que dices.

Tiffany pareció sinceramente incómoda y a ella le gustó la sensación—No quería decir eso. Quería decir que yo nunca te trataría como a un objeto que puede comprarse y venderse. No eres el tipo de chica que se vende, estoy segura— taeyeon le dirigió una mirada glacial antes de apartar la vista. Negó con la cabeza y empezó a buscar la salida, preguntándose si podría escapar— ¿Por qué lo haces? —susurró tiffany, pasados unos instantes.

— ¿El qué?

—Provocarme.

—Yo... no... Te provoco. Sólo expongo los hechos.

—En cualquier caso, cada vez que trato de mantener una conversación normal contigo, acabas provocándome.

—Eres mi profesora.

—Sí y la hermana mayor de tu mejor amiga. ¿No podemos ser tiffany y Erika por una noche? ¿No podemos disfrutar de una conversación agradable y de una cena aún más agradable? Puede que no lo esté consiguiendo, pero me estoy esforzando por comportarme como un ser humano. Cerró los ojos, frustrada.

— ¿De verdad? Era una pregunta inocente, pero taeyeon se tapó la mano con la boca al darse cuenta de cómo había sonado los ojos de tiffany se abrieron muy lentamente, como los del dragón de la historia de Tolkien, pero no mordió el anzuelo de su impertinencia. Ni empezó a soltar fuego por la nariz. Todavía.

— ¿Quieres que tengamos una relación profesional? Pues empieza tú. Un estudiante normal recibiría una beca con gritos de alegría. Aceptaría el dinero y se sentiría profundamente agradecido por su buena suerte. Así que compórtese profesionalmente, señorita kim. Podría haber mantenido mi conexión con la beca en secreto, pero preferí tratarte como a una adulta. Decidí respetar tu inteligencia y no recurrir a engaños. Sin embargo, sí me he preocupado de ocultar mi relación con la beca de manera pública. Mi nombre no va ligado oficialmente a esa organización filantrópica, así que nadie atará cabos Hwang es un nombre muy común. Si le cuentas a alguien que estoy detrás de la beca, lo más probable es que no te crea sacándose el iPhone del bolsillo, tiffany  abrió la aplicación de la libreta de notas y empezó a escribir con el dedo.

—No iba a quejarme.

—Podrías haberme dado las gracias.

—Gracias, profesora Hwang. Pero míralo desde mi punto de vista. No quiero ser Eloísa ni que tú seas Abelardo —dijo, mirando los cubiertos y alineándolos hasta que estuvieron ordenados simétricamente tiffany recordó haberla visto hacerlo antes, cuando cenaron en el Harbour Sixty. Dejando el teléfono en la mesa, la miró con expresión apenada. Se sintió culpable al recordar lo que había estado a punto de pasar en la biblioteca. Había estado a punto de sucumbir a los considerables encantos de la señorita kim Y con ellos se había arriesgado a correr el mismo destino que Abelardo, porque sin duda Lucy la castraría si se enteraba de que había seducido a su amiga milagrosamente, había demostrado tener un mayor autocontrol que Abelardo.

—Nunca seduciría a una alumna.

—En ese caso, gracias —murmuró ella—. Y gracias por el gesto de la beca, aunque no puedo prometerte que la aceptaré. Sé que para ti es una cantidad modesta, pero para mí significa dinero para billetes de avión para Acción de Gracias, Navidad y Pascua. Y algún que otro extra de vez en cuando que ahora no puedo permitirme. Como un filete.

— ¿Vas a gastártelo en billetes de avión? Pensaba que buscarías un apartamento en mejores condiciones.

—He firmado un contrato. Si me fuera a otro apartamento, tendría que seguir pagando éste. Además, ir a casa para ver a mi padre es importante para mí. Es la única familia que me queda. Y me gustaría ir a visitar también a Richard antes de que venda la casa y se mude a Filadelfia para estar cerca de Luce y Scott «De hecho, creo que valdría la pena aceptar la beca para ir a visitar a Richard y, de paso, ver el huerto. Me pregunto si mi manzano favorito sigue allí... Me pregunto si alguien se daría cuenta si tallara mis iniciales en el tronco...»

Tiffany la miró de reojo— ¿No habrías ido a casa si no hubieras recibido la beca?

Taeyeon negó con la cabeza—Papá quería comprarme un billete de avión para Navidad, para que no tuviera que ir en autocar, pero los precios de Air Canadá son imposibles y me habría sentido avergonzada si mi padre hubiera tenido que comprarme un billete.

—No te avergüences de aceptar un regalo si te lo ofrecen sin contrapartidas.

—Pareces Grace. Ella siempre decía cosas como ésa.

Tiffany se removió inquieto en el asiento— ¿De dónde crees que aprendí algo de generosidad? De mi madre biológica te aseguro que no— taeyeon la miró de frente, sin parpadear ni ruborizarse. Suspirando, se guardó la carta en el maletín. Acabaría de decidir qué hacer cuando no estuviera ante la presencia magnética de La Profesora. Seguir discutiendo con ella en esos momentos no llevaría a ninguna parte. En ese aspecto, como en muchos otros.

Ella la observó con atención—A pesar de todo lo que he hecho, que admito que no ha sido demasiado, ¿sigues pasando hambre?

—tiffany, tengo una relación muy especial con mi estómago. Me olvido de comer cuando estoy ocupada, o preocupada o... triste. No es por el dinero. No te preocupes, por favor— Recolocó los cubiertos una vez más.

— ¿Estás triste ahora? —Taeyeon bebió la cerveza lentamente, sin responder— ¿Dante te entristece?

—A veces —susurró ella.

— ¿Y las otras veces?

Taeyeon levantó la vista y le dedicó una sonrisa muy dulce—Otras veces no puedo evitarlo... me hace delirar de felicidad. A veces, mientras estoy estudiando La Divina Comedia, siento como si estuviera haciendo lo que se supone que debo estar haciendo. Como si hubiera encontrado mi pasión, mi vocación. Como si ya no fuera la chica tímida de Selinsgrove. Me siento capaz de todo. Sé que soy buena en esto y me hace sentir... importante. —Era demasiado. Le había dado demasiada información. Se había bebido la cerveza demasiado rápido y se le había subido a la cabeza; igual que el aroma de tiffany  impregnado en el jersey. No debería haber dicho eso y a ella menos que a nadie pero para su sorpresa, la descubrió mirándola con calidez.

—Es verdad que eres tímida, pero eso no es ningún pecado. —Gabriel carraspeó—. Me da envidia tu entusiasmo por Dante. Yo me sentía así hace un tiempo. Hace mucho tiempo. Demasiado. Cuando volvió a sonreír, ella apartó la mirada.

Taeyeon se inclinó sobre la mesa y bajó la voz— ¿Quién es M. P. Hwang?

Los ojos cafés de tiffany la perforaron con la intensidad de un rayo láser—Preferiría no hablar de ello—Su tono de voz no era duro, pero sí muy frío y se dio cuenta de que había tocado un nervio muy sensible. Le costó unos instantes recuperarse lo suficiente para preguntar: — ¿Quieres ser mi amiga? ¿Es eso lo que tratas de decirme con la beca?

Tiffany frunció el cejo y dijo: —Lucy te ha dicho algo, ¿verdad?

—No, ¿por qué lo preguntas?

—Porque ella cree que deberíamos ser amigas. Te digo lo mismo que le dije antes de que se fuera: es imposible.

Notó que se le hacía un nudo en la garganta. Tragó saliva con dificultad y preguntó: — ¿Por qué?

—Tenemos una bandera roja sobre la cabeza y en cualquier momento alguien puede

Agitarla. Las profesoras y las alumnas no pueden ser amigas. Y aunque sólo fuéramos Erika y tiffany compartiendo una pizza, tampoco te convendría ser amiga mía. Soy un imán para el pecado, y tú no. —Con una sonrisa triste, añadió—: Ya lo ves. Es imposible. «Los que entráis aquí, abandonad toda esperanza.»

—Me gusta creer que nada es imposible —susurró ella.

—Aristóteles dijo que la amistad sólo es posible entre dos personas virtuosas. Así que la amistad entre nosotras es imposible.

—Nadie es virtuoso del todo.

—Tú lo eres —afirmó tiffany. Los ojos le brillaban con lo que podría ser pasión o admiración.

—Lucy me dijo que estabas en la lista vip de Lobby. —taeyeon volvió a cambiar de tema rápidamente, sin mucho tiempo para considerar la prudencia de sus actos.

—Así es.

—Me lo dijo como si fuera un misterio. ¿Por qué?

— ¿Por qué crees tú?

—No lo sé. Por eso te lo pregunto.

Ella la miró fijamente y bajó el tono de voz—Voy regularmente, por eso tengo tratamiento preferencial, aunque últimamente no he ido demasiado.

— ¿Por qué vas allí? No te gusta bailar. ¿Vas sólo para beber? —Miró a su alrededor. El Caffé era un lugar sencillo pero confortable—. Podrías beber aquí. Se está más a gusto. Es gemütlich... acogedor «Y no hay ni una puta Hwang adicta a la vista.»

—No, señorita kim. No suelo ir a Lobby a beber.

—Entonces, ¿para qué vas?

— ¿No es obvio? —Tiffany frunció el cejo y negó con la cabeza—. Tal vez para alguien como tú no.

— ¿Qué significa alguien como yo?

—Significa que no sabes lo que me estás preguntando —le espetó ella, enfadada—, o no me lo harías decir en voz alta. ¿Quieres saber para qué voy allí? Te lo diré. Voy a buscar mujeres para follar, señorita kim. —La miraba furiosa—. ¿Estás contenta?

Taeyeon inspiró hondo y contuvo el aliento. Cuando no pudo aguantar más, lo soltó, negando con la cabeza—No —respondió en voz baja, mirándose las manos—. ¿Por qué iba a estar contenta? En realidad me pone enferma. No sabes cuánto—tiffany suspiró y se llevó las manos a la nuca. No estaba enfadada con ella. Estaba furiosa, pero consigo misma. Se sentía avergonzada. Una parte de ella quería causarle repulsión intencionadamente. Quería mostrarse desnuda ante ella sin ocultar nada. Que viera cómo era en realidad, una criatura oscura y siniestra expuesta ante su virtud. Entonces se alejaría de ella tal vez era eso lo que su subconsciente estaba haciendo con aquellos ridículos exabruptos, nada profesionales. En circunstancias normales nunca le habría hablado así a un alumno y menos aún a una alumna, ni aunque fuera cierto erika estaba acabando con ella y ni siquiera sabía cómo lo estaba haciendo.

Tiffany la miró y ella vio remordimiento en sus ojos—Lo siento. Sé que te repugno —dijo ella en voz baja—, pero créeme, no es una mala reacción. Debes sentir repulsión hacia mí. Cada vez que estoy cerca de ti te estoy corrompiendo. No puedo evitarlo.

—No siento que me estés corrompiendo.

Tiffany la miró con tristeza—Sólo porque no sabes lo que eso implica. No sabes reconocerlo. Cuando lo hagas ya será demasiado tarde. Adán y Eva no se dieron cuenta de lo que habían perdido hasta que estuvieron fuera del paraíso.

—Sé algo sobre el tema —murmuró taeyeon— y no por haber leído a Milton.

En ese momento, Christopher les llevó la cena, interrumpiendo la incómoda conversación tiffany se comportó como la perfecta anfitriona, sirviéndole la ensalada y la pizza a taeyeon antes de servirse ella y asegurándose de que le tocaban más virutas de queso parmesano y más picatostes que a ella Y no porque no le gustaran. Al contrario, le gustaban mucho mientras comían en silencio, taeyeon recordaba su primera cena juntas. En ese momento, empezó a sonar una canción por los altavoces. Era una canción tan bonita que dejó los cubiertos sobre la mesa y escuchó con atención tiffany también la oyó y empezó a cantar susurrando. La letra hablaba sobre el cielo y el infierno, la virtud y el pecado taeyeon se quedó atrapada en la sobrecogedora relevancia de la letra. Pero tiffany se detuvo en seco y volvió a concentrarse en la pizza. Ella la miró boquiabierta. No tenía ni idea de que cantara tan bien. Oír aquellas palabras saliendo de su boca perfecta con su sensual voz...

—Es una canción preciosa. ¿De quién es?

—Se llama You and Me. Es de Matthew Barber, un músico local. ¿Has oído la frase sobre la virtud y el pecado? No cabe duda sobre cuál le corresponde a cada una de nosotras.

—Es muy bonita pero triste.

—Siempre he tenido una gran debilidad por las cosas bonitas pero tristes. —La miró atentamente antes de apartar la vista—. Creo que deberíamos empezar a hablar sobre tu proyecto, señorita kim— Su máscara profesional volvía a estar firmemente colocada en su sitio taeyeon respiró hondo y empezó a describir su proyecto, nombrando a Paolo y a Francesca, a Dante y a Beatriz. Justo en ese momento, sonó el teléfono de tiffany el tono de llamada eran las campanadas del Big Ben ella alzó un dedo para indicarle que esperara un momento. Al leer la pantalla de su iPhone, le cambió la expresión de la cara—Tengo que responder —dijo con preocupación—. Lo siento se levantó y respondió al teléfono en un mismo gesto— ¿Paulina? Se dirigió a la sala vecina, pero taeyeon oía lo que decía— ¿Qué pasa? ¿Dónde estás? —preguntó ella, en voz cada vez más baja taeyeon trató de seguir cenando, pero no podía dejar de preguntarse quién sería Paulina. Nunca había oído ese nombre hasta entonces tiffany había parecido muy preocupada al ver su nombre en la pantalla del teléfono. « ¿M. P. Hwang? ¿Paulina hwangs? ¿Será su ex esposa? ¿O M. P. será un código para alguien y estará intentando confundirme?» tiffany regresó a la mesa un cuarto de hora más tarde y no se sentó. Estaba muy alterada, pálida y temblorosa. —Tengo que irme. Lo siento. La cena está pagada y le he pedido a Christopher que llame un taxi para que te lleve a casa cuando hayas terminado.

—Puedo ir andando —replicó ella, agachándose para recoger el maletín.

Ella levantó una mano para detenerla—De ninguna manera. No a estas horas ni en este barrio. Toma —añadió, ofreciéndole un billete doblado—. Para el taxi o por si quieres tomar algo más. Por favor, quédate y acábate la cena. Y llévate lo que sobre a casa. ¿Lo harás?

—No puedo aceptar tu dinero —dijo taeyeon, devolviéndole el billete.

Tiffany le dirigió una mirada suplicante—Por favor,erika,ahora no —le rogó, frotándose los ojos con una mano ella se apiadó de tiffany y no insistió—Siento tener que dejarte así. Yo... Lo sentía. Sentía mucho... algo. Estaba tremendamente angustiada, casi desencajada de ansiedad. Sin pensar, taeyeon le tomó la mano en un gesto de compasión y solidaridad. Y se sorprendió mucho al comprobar que ella no hacía ninguna mueca, ni se soltaba bruscamente al contrario. Le apretó los dedos como dándole las gracias por el contacto.

Abrió los ojos y la miró, acariciándole el dorso de la mano con suavidad. Fue un gesto dulce y familiar, como si lo hubiera hecho miles de veces. Como si ella le perteneciera. Se acercó su mano a los labios y se quedó mirándola «Aquí permanece el olor a sangre; ni todos los perfumes de Arabia harían más dulce esta mano», susurró, parafraseando a lady Macbeth. Tras besársela reverentemente, se despidió: —Buenas noches, Erika. Nos veremos el miércoles... si sigo aquí.

Ella asintió. La vio salir a la calle y echar a correr en cuanto sus pies tocaron la acera. Al cabo de un rato, se dio cuenta de que seguía llevando su precioso jersey de cachemira y que dentro del billete, tiffany había escondido la tarjeta del Starbucks junto con una nota que decía:

T: No creerías que iba a rendirme tan fácilmente, ¿no?

No te avergüences de aceptar un regalo si te lo ofrecen sin contrapartidas.

Y aquí no hay ninguna contrapartida.

Tuya, tiffany.

 

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?