cap 48

El Infierno de Taeyeon
 

Tiffany no tuvo que esperar mucho la primera semana de octubre se sometió a los exámenes en su útero y en sus óvulos esta vez fue tae la que se saltó las clases para acompañarla al hospital.

La mañana de los exámenes despertó oyendo las notas de Fever, cantada por Peggy Lee no era el tipo de música que tiffany solía escuchar por las mañanas, pero la elección sonaba prometedora. Se puso la bata y se acercó al baño.

Tiffany estaba delante del espejo, delineándose las cejas tenía el pelo húmedo de la ducha y las puntas se le empezaban a rizar estaba con una toalla de color azul oscuro alrededor de sus senos un gran deseo de recorrer el valle de esos enormes senos se apoderó de taeyeon.

Como de costumbre, tiffany había usado un delineador negro, sus ojos del color de los chocolates, se clavaban en el espejo tras el cristal de las gafas.

— ¿Espiando desde la puerta, señora Hwang? —le preguntó sin mirarla.

—He oído la música y he venido a ver qué era lo que te estaba causando fiebre.

Ella se detuvo y le dirigió una mirada abrasadora.

—Creo que ya sabes la respuesta.

—Sé lo que me eleva la temperatura a mí. No hay nada más y que ver a la mujer que amas en toalla.

—Me alegra oír eso, ya que tengo que hacerlo cada día —replicó, con los ojos brillantes—Me parece recordar que disfrutaste mucho cuando andaba si ella.

Bajó la vista hacia los muslos de tae.

Ella se ruborizó al recordar la noche anterior... tumbada de espaldas, con los labios de tiffany entre las piernas...

tiffany agitó una mano delante de sus ojos.

—Un penique por tus pensamientos.

—Perdona, ¿decías?

tiffany se echó a reír.

—Te he preguntado que cómo estás esta mañana.

—Ah, bien, muy bien. ¿Y tú? ¿Estás nerviosa?

—No mucho, pero me alegro de que me acompañes. Tengo que estar en el hospital a las diez, lo que nos deja un montón de tiempo para actividades extracurriculares en seguida acabo de arreglarme las cejas ve pensando en algo que me ayude a superar las próximas tres semanas.

Siguió con el ritual de sus cejas.

—Se me está ocurriendo algo. —tae se acercó y empezó a besarla en la espalda.

—Creo que deberíamos esperar a que acabaras con tus cejas Me estás distrayendo.

— ¿Ah, sí?

Ella insistió. Esta vez, mientras la besaba le acarició los hombros, sintiendo cómo se tensaban.

—No puedo contenerme, Profesora Me gusta tocarte.

Le quito la toalla quedando tiffany solo con unas bragas pequeñas.

Le resiguió la línea de las curvas y bajó hasta los antebrazos, admirando los músculos y tendones que encontraba por el camino. Con los labios recorrió los montículos y valles de su columna vertebral hasta llegar a los hoyuelos que parecían guiñarle el ojo desde el borde de las bragas.

tiffany apoyó la mano con fuerza en el mármol del lavabo.

—No puedo arreglarme si me tocas.

—En ese caso... podría arreglarte yo.

— ¿Ah, sí?

Cruzaron una ardiente mirada.

—A ti te gusta darme de comer. Tal vez descubra que a mí me gusta arreglarte.

—Estás muy provocadora esta mañana.

—Tal vez yo también necesite un recuerdo atrevido que me ayude a superar estas tres semanas de celibato matrimonial.

Dejando el delineador, tiffany la llamó con el dedo tae se colocó delante de ella, en el lugar que ella le señaló. Con un ágil movimiento, la levantó y la sentó sobre el mármol.

Le separó las rodillas, apartando la bata, y se colocó entre sus piernas.

— ¿Tan temprano y ya sin bragas? —preguntó, bajando la vista.

—No me ha dado tiempo de ponérmelas.

—Soy una tipa con suerte. —tiffany sonrió mientras jugueteaba con el cinturón de la bata—. Y por suerte para las dos, todavía no nos ha venido la regla.

tae la detuvo, apoyando las manos sobre la de ella.

— ¿Me enseñas a delinearte?

—Delinearse está sobrevalorado.

—Me gustaría hacerlo.

Ella suspiró teatralmente, como si estuviera poniendo a prueba su paciencia, antes de volver acoger el delineador.

—Delinea de derecha a izquierda.

Dando un paso atrás, le mostró la técnica mirándose en el espejo. Satisfecha con la demostración.

Ella la miró y luego miró el delineador.

— ¿Pánico escénico, señora hwang ?

—Tengo miedo de dejarte como payasa.

tiffany la miró.

—Pues ya sabes cómo me sentí yo la primera vez.

tae notó que se le aceleraba el corazón ella había estado muy ansiosa ese día, pero al mismo tiempo había sido muy delicada con ella.

tiffany le dio un beso en la muñeca y le mordisqueó suavemente la piel.

—Irás con bien.

Separando la bata de seda, hizo que se deslizara por los hombros de Britt Luego le apoyó una mano entre los pechos, sintiendo el latido de su corazón.

Ella alzó una ceja.

— ¿Quieres que te delinee medio desnuda?

—No. —tiffany se le acercó—. Quiero que me arregles como Dios te trajo al mundo, completamente desnuda —le aclaró con un susurro ronco.

Se tomó su tiempo par a deshacer e l nudo del cinturón de la bata. Parecía que estuviera desenvolviendo un regalo. Cuando acabó, volvió a colocarse entre sus rodillas.

—No hay nada más y que ver a la mujer que amas arreglandote... mientras disfrutas de su cuerpo.

tae se estremeció al notar el aire corriendo sobre su piel acalorada. Le apoyó la mano en el hombro para estabilizarse.

Cuando ella asintió, empezó.

Durante el proceso, los ojos de tiffany permanecieron clavados en los de ella.

Bajó las manos hasta la cintura de tae y empezó a acariciarle los huesos de las caderas con los pulgares.

—No creo que sea buena idea, Podría dejarte como un payaso recuerda.

—Puede ser un buen ejercicio de autocontrol para las dos.

Trazó un camino con los dedos, subiendo hasta llegar a sus pechos. Una vez allí, se los rodeó suavemente. Cuando ella gimió, volvió a deslizar las manos hasta su cintura.

—Me gusta sentir tu piel bajo mis dedos.

tae le devolvió la mirada.

—A mí también.

Tras tragar saliva con dificultad, tae volvió a su tarea, tratando de ignorar las sensaciones que le despertaban los dedos de su esposa sobre las costillas y entre los pechos. Cuando ella empezó a juguetear con sus sensibles pezones, se detuvo.

—Supongo que esto quiere decir que confías en mí —dijo ella, con las manos temblorosas.

tiffany le pasó los pulgares sobre los prominentes pezones.

—Confío en ti, taeyeon Más que en nadie en el mundo.

Con su mirada, intensa pero cargada de ternura, comunicaba mucho más que con sus palabras.

—Cuando te veo, tengo que tocarte, No puedo reprimirme.

Le apoyó las manos en los pechos, pero no se los apretó con fuerza, porque sabía que iba a tenerla regla pronto y los tenía sensibles.

Cuidadosamente, tae la termino de arreglar por donde ella no lo había hecho, mientras tiffany la acariciaba, excitándola. La respiración se le aceleró.

tiffany bajó las manos y las apoyó en los muslos de ella por encima de las rodillas, donde su piel seguía más sensible de la cuenta por las atenciones que le había dedicado la noche anterior. Muy lentamente, fue ascendiendo.

Poco después, tae dio por concluido y se echó hacia atrás para contemplar el resultado.

—Creo que ya hemos acabado.

Ella le dio un rápido beso.

—Gracias.

—No hay de qué—tae se echó hacia atrás, apoyándose en las manos.

—Pero no creo que hayamos acabado. —Con los ojos brillantes, tiffany se acercó al vértice entre sus piernas y le acarició los rizos con los pulgares.

Ella se pasó la lengua por el labio inferior.

—Pues quítate las bragas, Profesora.

Los exámenes de tiffany fueron totalmente rutinarios, sin nada que destacar. Lo que fue remarcable fue la cara de preocupación de la cirujana cuando salió a hablar con tae a la sala de espera.

—Señora hwang —la saludó, sentándose a su lado en una silla vacía.

Ella cerró el portátil.

— ¿Cómo está?

—Los exámenes ha ido bien. No ha sido fácil, pero todo estaba dentro de lo esperable. Hemos recogido parte de los óvulos y los hemos congelado siguiendo las instrucciones de su esposa.

—tiffany dijo que tenía usted un porcentaje de éxito muy alto —comentó tae esperanzada.

—Así es algunas de mis pacientes han engendrado un hijo sólo tres meses después de los exámenes y la ayuda Pero cada caso es diferente. —Volvió a ponerse seria—. Su esposa ha sufrido una reacción a la anestesia.

— ¿Una reacción? —El corazón de tae se aceleró—. Pero ¿está bien?

—Se pondrá bien, pero ha estado vomitando. Lleva una sonda intravenosa y me gustaría que se quedara a pasar la noche. Ahora está en recuperación. Dentro de un rato la llevarán a una habitación.

La avisarán para que pueda ir a hacerle compañía.

La cirujana la miró con preocupación.

—Este tipo de reacciones a la anestesia general no son raras. La mantendremos en observación esta noche y probablemente mañana podamos dejar que se vaya.

Tras darle unas palmaditas en la mano, desapareció por unas puertas batientes.

— ¿tiffany? —susurró tae para calmarla Había estado gimiendo y moviéndose en sueños en la cama del hospital. Inclinándose sobre ella, le cogió la mano—. Cariño, ya ha pasado todo. Te pondrás bien.

Ella abrió los ojos bruscamente.

tae le apartó el pelo de la frente.

—Hola, mi niña.

Ella cerró los ojos.

—Así me siento, como una niña pequeña O mejor dicho, me siento como si estuviera en el infierno estoy mareada.

— ¿Vas a vomitar?

Ella negó con la cabeza.

—Estoy cansada.

—Entonces duerme, cariño. Yo estoy a tu lado.

—Niña buena —murmuró antes de dormirse otra vez.

tae le dio un beso en la frente.

«Amo a esta mujer de todo corazón daría la vida por ella, Lo daría todo por ella.»

Era raro ver a tiffany tan vulnerable. Casi nunca se ponía enferma. Y cuando estaba despierta, su sola presencia desprendía una energía que llenaba cualquier estancia.

Pero ahora su personalidad estaba apagada. Estaba callada, débil, indefensa.

Recordó la vez que se había ocupado de ella cuando la encontró borracha en Toronto. La había ayudado a llegar a su piso y, una vez allí, le había vomitado encima.

(Encima de ella y del jersey de cachemira verde botella.)

Recordó que la había llevado hasta la ducha y la había ayudado a limpiarse. Pasándose las manos por el pelo, pensó en cómo sería cuidar de un bebé. En esos momentos, parecía algo muy remoto, casi inalcanzable a como parecía.

Al volver a mirar el hermoso rostro de su esposa, se dio cuenta de que algo en su interior estaba cambiando. Algo había empezado a cambiar.

— ¿Cómo está? —preguntó Rebecca, preocupada, cuando tae entró en la cocina la tarde siguiente.

Dejó la bandeja encima de la encimera antes de contestar:

—Está durmiendo. Decía que tenía molestias, pero no quería tomarse las pastillas. He tenido que amenazarla.

Rebecca se echó a reír.

—Qué milagro. ¿Cómo lo has conseguido?

tae dejó los platos sucios en el fregadero.

—Le he recordado que cuanto más tarde en recuperarse, más tendremos que esperar para practicar o. Me ha quitado el bote de pastillas de la mano. No creo que volvamos a tener problemas para que se tome la medicación.

Rebecca sacudió la cabeza, disimulando una sonrisa.

—Estoy preparando sopa de pollo y panecillos caseros para cenar. ¿Qué te parece? —La mujer se acercó a la cocina, donde un pollo entero estaba hirviendo a fuego lento en una gran olla.

—Me parece genial, gracias.

— ¿Quieres que me quede a pasar el fin de semana?

—No, estaremos bien solas. —tae miró a Rebecca con interés—. ¿Te quedarías?

La mujer volvió a tapar la olla.

—Por supuesto, Puedo quedarme siempre que me necesitéis, excepto durante las vacaciones Incluso en vacaciones, si lo sé con tiempo, puedo arreglármelas. Sé que sonará idiota, pero ya os considero parte de la familia.

tae se apoyó en la encimera.

—No es idiota. Nosotras pensamos lo mismo. La vida es mucho más fácil cuando estás en casa la ropa sucia desaparece y aparece milagrosamente limpia en su sitio. La nevera y el congelador siempre están llenos y todo está inmaculado. Yo no sería capaz de hacer lo que tú haces.

—Estoy segura de que sí podrías. Lo que no podrías sería estudiar al mismo tiempo. Hay que elegir, una cosa u otra. —Momentos después, preguntó—: ¿Vendrá la familia de visita?

tae se secó las manos en el delantal y se dirigió a la isla central de la cocina. Había un iPad apoyado en un soporte, como si fuera un libro de cocina. Abrió la aplicación Calendario y buscó los compromisos de las hwang.

—No, entre mi ecografía y los exámenes de tiffany decidimos que sería mejor que vinieran después de Navidad. Al fin y al cabo, nos veremos en casa en Acción de Gracias.

—Hizo una mueca de disculpa—. Lo siento, pensaba que te lo había comentado.

Rebecca hizo un gesto con la mano, quitándole importancia.

—Ningún problema, Ahora lo cambio en la agenda.

—No pensaba que tiffany fuera a estar tan débil después de los exámenes —comentó tae—Insiste en que quiere ir a trabajar mañana, pero no la veo claro. Aún le duele mucho.

—Hay personas que son pacientes horribles. No se toman la medicación, no hacen lo que les mandan y nunca admiten que están enfermas. Me recuerdan a los gatos.

La chica soltó una risita.

—Lo tendré en cuenta.

—De hecho, es más fácil darle una pastilla a un gato que a una tiffany.

tae se echó a reír a carcajadas.

—Menos mal que está arriba se enfadaría si se enterara de que la estamos comparando con una gata.

Rebecca le guiñó un ojo.

 

—Miau.

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Comments

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Karly34 #1
No te encuentro en wattpad :;(
yeye_AlcTae #2
Yo igual tengo un hueco enorme apartir del capitulo 25 no se que paso ahí :cc
Jeesica27
#3
Chapter 25: Holaaaaa, oye quería decirte que desde el capitulo 25 la historia tiene un hueco increíble y no sale los capitulos donde Tae y Phany fueron a Florencia y así
Un saludo, me quiero terminar esta historia para ver la pelicula xd
Cass_Addiction19 #4
<3
natovida #5
Chapter 142: Gracias por la historia! Espero que la proxima sea de misterio o algo asi
gea_ly
#6
Por mi parte no me e saltado ningún capitulo ,li volvi a revisar y lo llevo bien
natovida #7
Chapter 36: Tengo huecos en la historia
natovida #8
Chapter 33: Quien putas es Paulina??? Me perdi!!!
diamond09
#9
Chapter 29: Por alguna razón siento q nos saltamos capítulos... ??? o asi va la historia?